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Capítulo 65
—Nunca he comprendido totalmente la psique mortal…. A veces son fuertes, pero en otros momentos son tan frágiles que solo necesitas el hechizo correcto para causarles un gran daño. —
Diario de un mago maestro de Ilusión en la segunda Era
En una sala de uno de los tantos búnkeres secretos de los ángeles caídos, se encontraban reunidos muchos demonios, ángeles caídos, ángeles, youkai, y valquirias. Todos se encontraban sentados frente a varias pantallas generadas por círculos mágicos, examinando la información que recibían de manera continua de los diferentes equipos enviados en la misión «Seis Reyes dragón». Este intercambio de información era necesario para coordinar las acciones futuras y saber si la misión ya se había cumplido o aun había que movilizarse a otros lugares para dar apoyo.
Todo el lugar parecía relativamente normal, hasta que alguien rompió esa normalidad con un grito.
"¡¿Está segura, Lavinia-Sama?!" gritó uno de los ángeles caídos que estaba presente, sorprendiendo a todos los que estaban a su lado.
"Lira, ¿Qué sucede? ¿Por qué gritas tan sorprendida?" preguntó otro de los ángeles caídos al ver a su compañera gritar de manera imprevista.
El ángel caído llamado Lira no respondió a su compañero de facción, pues se levantó de golpe de donde estaba sentada y sin prestar atención a nadie más, comenzó a correr, saliendo de la sala.
Los pasos de esta mujer fueron rápidos, pues llevaba información muy sensible de la misión de rescate, por lo que no perdió tiempo y llegó a la sala donde estaban los lideres del pacto Kuoh. Sin llamar a la puerta y por ende esperar respuesta, ingresó de manera rápida a la sala, llamando la atención de los que estaban dentro de esta.
La sala donde los lideres del pacto de Kuoh se encontraban reunidos era una sala amplia, en la cual se encontraba una mesa redonda con una silla para cada uno de los lideres de las facciones que conformaban el pacto. Casi todos los que regían el pacto estaban presentes, salvo por uno de los miembros fundadores. Aunque, la sala estaba designada para los lideres, en ella había una que otra persona que servía directamente a ellos, y una de las más importantes allí presente era Grayfia, la cual estaba al lado de su esposo. En el lado de los Ángeles Caídos estaba una mujer de ojos fuertes con cabello largo de color morado, la cual vestía un traje formal, el cual resaltaba sus enormes pechos. El nombre de esta mujer era Penemue y era la secretaria principal de los Grigori. Junto a Michael estaba Gabriel, la cual recibía cada cierto tiempo miradas de molestia por parte de Serafall. Además, al lado de Odín estaba una valquiria, la cual era una mujer hermosa con el pelo largo de color azul claro. Su vestimenta consistía en un traje profesional de color negro. El nombre de esta mujer era Brynhildr, la más fuerte de las valquirias y la líder de estas.
Cuando Lira entró en la sala, los lideres rápidamente la miraron, sorprendidos de verla allí.
"¿Lira?" preguntó con sorpresa Penemue al ver a una de sus subordinadas directas llegar e interrumpir en la sala, ignorando todos los protocolos de etiqueta que se le habían enseñado cuando se convirtió en una secretaria. "¿Qué haces aquí?"
La joven rápidamente miró a sus lideres y haciendo una reverencia se disculpó por sus acciones. "¡Lo lamento mucho, Penemue-Sama, Azazel-Sama! ¡Pero la información que traído es muy urgente!"
Las palabras que salieron de la boca de la chica causaron confusión y preocupación en quienes la oyeron, pero les permitió comprender que debía de ser algo muy sensible como para que ella hubiese entrado de esa manera.
"¿Qué cosa?" preguntó Penemue tras salir del shock por lo que acababa de oír.
"De seguro sucedió algo que ha complicado la misión, Penemue." Respondió Azazel con una sonrisa divertida, ya que le causaba gracia ver a su secretaria así de sorprendida.
Cuando la secretaria de Azazel oyó la respuesta de su jefe, su primera reacción fue, ante la sorpresa de todos, darle un golpe en la cabeza a este, provocando que la cabeza del líder de los Grigori se estrelle contra la mesa.
"Ahk. Eso dolió, Penemue." Dijo Azazel, el cual comenzó a sobarse la cabeza tras el golpe.
"¡Eso te pasa por dártelas de gracioso conmigo, baka-jefe!"
Tras aquel grito, Penemue miró a su subordinada y le pidió que contara que noticia tan importante traía como para interrumpir de esta manera en la sala de los lideres. Cuando Lira comenzó a transmitir la información que Lavinia le había dado, los ojos de todos los lideres se abrieron como platos por la sorpresa que sintieron al oír esto.
"¿Estás segura de que Lavinia mencionó el nombre de Walburga?" preguntó Azazel, el cual no tenía su típica sonrisa, sino que tenía una mirada muy seria y de preocupación.
"Si, Azazel-sama. Incluso le pedí que me cuente su informe una segunda vez para confirmarlo."
"Mierda…" suspiró Azazel mientras se llevaba una mano a la sien.
"¿De dónde conoces a esa maga, Azazel?" preguntó Sirzechs, mirando al líder de los caídos con curiosidad por saber por qué estaba actuando así.
"La conozco de cierto incidente de hace unos años con una organización llamada Oz." Respondió Azazel, el cual para evitar más preguntas comenzó a contarles sobre la organización de magos Oz y el incidente que involucró a Tobio Ikuse. Cuando el líder de los Grigori terminó de hablar, los lideres reunidos estuvieron muy sorprendidos, sobre todo Michael y Gabriel.
"¿Estás seguro de que posee el sacred gear «Incinerator Athem», Azazel?" preguntó Michael con suma preocupación a su hermano caído.
"Si, Michael. Ella lo "heredó" de su antigua maestra y se ha convertido en una muy poderosa y versátil usuaria de dicho sacred gear."
"Esto es malo, muy malo. Ahora entiendo porque no teníamos información sobre ese sacred gear, pese a que es considerado una de las reliquias santa del cristianismo." Comentó Gabriel, la cual miró a su hermano. "Tenemos que recuperarlo rápidamente, esa debe ser una prioridad para los grupos que se topen con ella."
"Parece que has olvidado cual es el objetivo de esta misión, Gabriel." Comentó Serafall, llamando la atención de su rival, la cual la miró de inmediato. "Esta misión se hizo para que rescatemos a Marie-chan antes de que Ed-chan llegue a su hogar de donde sea que él este."
"Lo sé, pero…"
Las palabras de Gabriel se vieron interrumpidas cuando frente a ellos apareció un círculo mágico, el cual llamó la atención de los presentes.
"¿Creía que nadie podría comunicarse con nosotros hasta que esta misión estuviese terminada?" preguntó Odín, el cual miró el circulo mágico con algo de cautela.
"Si, así es… pero ese círculo mágico no es de ninguna facción que reconozca." Señaló Yasaka, la cual miraba el circulo con extrañeza, pues nunca había visto ese círculo mágico.
"Es el circulo mágico que Edzard-kun ha creado para su familia." Dijo Sirzechs, reconociendo el circulo mágico que Edzard le había mostrado hace varios meses, cuando él le preguntó sobre su nivel de poder mágico en este mundo.
La mención del miembro faltante del pacto hizo que un escalofrió recorriera las espaldas de todos los presentes, quienes se pusieron pálidos como la nieve al enterarse de esto.
"Mierda..." dijo Odín mientras se llevaba una mano al rostro, pues comenzó a temer lo peor, es decir, comenzó a temer que Edzard ya hubiese regresado.
"E-esto es malo..." susurró Serafall, la cual no tenía para nada el semblante divertido y alegre que solía tener, no, ahora mismo, ella mostraba preocupación absoluta, junto con un poco de pánico.
"Tenemos que contestarle, de lo contrario la cosa escalara más aún." Comentó Azazel, el cual estaba que sudaba un poco, ya que no sabía por qué, pero el ambiente se había vuelto más asfixiante de la nada, llegando al punto en que se había olvidado por completo de Walburga.
Tras las palabras de Azazel, los lideres presentes se miraron, viendo quien sería la persona que contestaría esta llamada, y, por lo tanto, seria quien recibiría la respuesta de parte de Edzard.
"Creo que la mejor persona para hacerlo sería Yasaka-hime." señaló Odín, el cual rápidamente desvió el rostro al darse cuenta de que la mencionada le miró intensamente con sus ojos dorados, casi como si esperando que el anciano pervertido estallara en llamas azules.
La respuesta dada por el viejo Odín hizo que todos miraran a la youkai, la cual comenzó a mirarlos como respuesta. Esto terminó provocando un ambiente algo tensó en el lugar, el cual fue agravado por el silencio que lo acompañaba. Dicho silencio no duro mucho, pues Azazel habló.
"Si, creo que ella es la indicada." comentó el líder Caído, ganándose un gruñido de parte de Yasaka, la cual respondió de manera rápida.
"¿Por qué crees eso? ¿Por mi compromiso con Edzard?" preguntó Yasaka, la cual tenía el ceño fruncido. "Crees que eso me servirá de escudo, mi relación con el solo es profesional, y gracias al compromiso, estoy en hielo delgado en todo lo que tiene que ver con su familia. No creo que se tome bien esto…"
Las palabras de Yasaka sorprendieron ligeramente a los presentes, pues no esperaban que una mujer tan bella como ella tuviera problemas para conquistar a un joven como Edzard. Sin embargo, pese a la sorpresa, tuvieron que volver a la realidad cuando se dieron cuenta de que el brillo del círculo mágico aumento de intensidad.
"Eso es... bueno, no sé cómo ponerlo en palabras, pero eres nuestra mejor opción." dijo Azazel, el cual estaba pensando en levantarse y pedirle de rodillas a Yasaka que sea ella quien contestase la llamada. "Si contestas la llamada, te deberemos un gran favor."
Las palabras de Azazel fueron acompañadas de los asentimientos de los otros lideres, los cuales se miraban preocupados entre ellos, para luego mirar el circulo mágico como si este fuese una bomba de hidrogeno a punto de estallar en sus caras.
'Idiotas, creen que quiero ser el foco de la ira de Edzard.' pensó Yasaka con algo de pánico, para luego comenzar a pensar rápidamente en un plan para poder salir de este asunto. Sin embargo, no pudo hallar una forma de escapar, por lo que al final solo soltó un suspiro. Tras el suspiro, ella vio el circulo mágico y comenzó a pensar en que pasaría si respondía... 'Si respondo, obtendré el favor de todos los lideres del pacto, y si no lo hago, es posible que tengamos a un Edzard enojado detrás de nosotros... Pero, si contesto, tambien lo tendríamos, pero yo tendría algunas cosas más para usar para mejorar la vida de mi pueblo en la dimensión creada por el...'
Con esos pensamientos, la mano izquierda de la líder de los Youkai de Kioto comenzó a acercarse lentamente al círculo mágico. Mientras avanzaba y se acercaba al círculo, su cuerpo comenzó a sudar y a enfriarse, mientras sus nervios comenzaban a aumentar. Cuando su mano estuvo a escasos milímetros de tocar el círculo, cerró los ojos y cuando lo tocó, esperó el gritó furibundo de Edzard... Sin embargo... este nunca llegó, lo que hizo que abriera los ojos. Cuando su mirada se fijó en la proyección mágica del círculo, se sorprendió enormemente, ya que allí en esa miniatura mágica no estaba Edzard, sino que estaba Tiamat.
"Tiamat-san..." dijo Yasaka con sorpresa, llamando la atención de los otros lideres y presentes, los cuales habían cerrado los ojos y se habían tapado los oídos para no escuchar a Edzard gritar.
"Hola, Yasaka-san." Saludó con una sonrisa tensa la dragona, la cual estaba en su forma humana. "Lamento haber llamado de esta manera, pero recibí ordenes de comunicarles esto de manera inmediata."
Las palabras que dijo la dragona comenzaron a hacer eco en las mentes de los presentes, preocupándolos más aún.
"¿Qué cosa debes de trasmitirnos, Tiamat-san?" dijo Ajuka, el cual miró a su ocasional "secretaria", la cual lo miró rápidamente antes de responderle.
"Tengo dos cosas que decirles, ambas dadas a mí por la criada en jefe del palacio, quien recibió estas órdenes de parte de Edzard."
La mención del nombre del hijo de Akatosh elevo aún más las alarmas en la mente de los presentes, los cuales sintieron un escalofrío.
"¿Y-y-ya regresó...?" preguntó Azazel con algo de pánico en su voz.
"Si, lo hizo hace unos minutos, pero no pudo quedarse mucho tiempo, ya que, al llegar, pidió hablar con Asia-san, y como entenderán, él se dio cuenta de que algo pasaba, por lo que le pidió a la líder de las sirvientas que le cuente todo, algo a lo que ella estuvo de acuerdo." Respondió Tiamat, la cual dejo la sonrisa que tenía antes y puso una cara de pánico al terminar de contar aquello. "No supe mucho de como se lo tomó, pero ella dice que sus ojos se pusieron tan fríos que de seguro podrían congelar el océano de la tierra con mucha facilidad."
"Mierda, esto esta jodido."
Las palabras de Odín no recibieron respuesta inmediata, sino que fueron recibidas por un silencio, el cual duró unos segundos, hasta que fue roto por Michael, el cual fue el primero en salir de su estupor, por lo que pudo preguntar por las palabras de Edzard.
"Mi jefe dijo que cuando regrese de salvar a su hija era necesario una reunión del pacto de emergencia, pues ha descubierto algunas cosas que podrían afectar el devenir de las acciones futuras que se necesitaran tomar contra los daedras, pues tiene información que podría cambiar el curso de las invasiones a nuestro mundo."
Las palabras de la dragona volvieron a sorprender a los presentes, quienes se miraron mientras comenzaban a hablar entre ellos.
"Eso es increíble... cada vez que el sale por su cuenta, logra encontrar información importante que tiene que ver con las invasiones daedricas o con la Khaos Brigade." comentó sorprendido Ajuka, el cual estaba que pensaba en qué tipo de información podría tener Edzard.
"Te entiendo, viejo amigo." dijo Sirzechs, el cual soltó un suspiro de tranquilidad, pues no estaban tratando con Edzard… por ahora.
"Es casi como si todo apareciera frente a él, más que una casualidad es casi como si..."
"Casi como si el destino guiara su mano y sus pasos para llevarlo a ese lugar." dijo Serafall, terminando de decir lo que estaba diciendo Azazel.
"Si. Es en momentos como estos que agradezco que el mocoso no sea nuestro enemigo." señaló Odín, el cual aún recordaba como ese joven les había explicado que había matado a Loki de manera muy sencilla. "Incluso si su poder no fuese comparable con el nuestro, sus habilidades son más que suficiente como para poder reducir de manera significativa cualquier brecha, lo que convierte en alguien a temer."
Las palabras del viejo Odín fueron escuchadas por los acompañantes de cada líder, los cuales comenzaron a tener dudas, pues si bien la mayoría conocían a Edzard por los informes que recibían de sus lideres, solo uno de ellos había podido hablar con él en persona. Sin embargo, antes de que siquiera pudiesen decir algo, la secretaria de Azazel habló, llamando la atención de todos de nuevo.
"Tiamat-san. Usted menciono dos mensajes de Edzard-sama para nosotros, ¿Cuál es el otro?"
La pregunta de Penemue hizo que todos volvieran sus miradas a Tiamat, la cual puso un rostro muy serio y tosió, para luego responder tratando de imitar la voz de Edzard. "Sirzechs, Serafall, Ajuka, Falbium, necesito que preparen un equipo médico especial. Es necesario que vengan con todos los médicos más capacitados que posean, y tienen que ser personas en quienes puedan confiar para mantener un secreto."
La petición trasmitida por Tiamat a los lideres del pacto de Kuoh confundió a estos, los cuales no entendían por qué el hijo de Akatosh les estaba haciendo esa petición. Afortunadamente, Tiamat se dio cuenta de su confusión y rápidamente volvió a hablar.
"Necesitamos que vengan con un equipo médico porque mi jefe ha encontrado a Lilith, la madre de los demonios."
Las palabras de Tiamat dejaron en silencio a toda la sala, provocando que los ojos de los demonios se abrieran, pero no solo los de ellos, sino tambien los de los otros lideres de las facciones.
"¿Lilith-sama?" preguntó Grayfia mientras sus ojos estaban abiertos como platos. "¿Está viva?"
"Así es." respondió rápidamente Tiamat, la cual vio como todos los demonios estaban que procesaban todo aquello.
"¿Como es eso posible?" preguntó Sirzechs, el cual se dejó caer en su silla, presa del shock y la sorpresa, algo que fue copiado por sus compañeros, quienes estaban sorprendidos por este desarrollo.
'Esto es increíble, no solo ha traído información importante sobre las invasiones, sino que también ha logrado encontrar a alguien que había estado desaparecida desde la gran guerra. Si ella vuelve, será una fuerza política importante para ayudar a reincorporar a las fuerzas de los antiguos maous al inframundo.' pensó Sirzechs con un poco de alegría, ya que la presencia de Lilith podría ayudar a darles más legitimidad a los actuales maous, así como mejorar su peso político. Sin embargo, aquellos pensamientos optimistas se fueron al infierno cuando Tiamat respondió su pregunta.
"No lo sé, pero está en un estado grave, muy grave." respondió Tiamat, levantando las alarmas en los demonios, los cuales dejaron de pensar en lo que estaban pensando cada uno y rápidamente miraron a la dragona.
"¿Qué quieres decir?" fue la pregunta de Falbium, el cual miró directamente a los ojos de la proyección de Tiamat.
"Lilith-san fue transportada junto con un laboratorio completo y mientras hablamos los sirvientes se están encargando de mantenerlo en funcionamiento, pero como sabrás, ninguna de ellas es un médico. Según los informes que había dentro del laboratorio, ella está en un estado cercano a la muerte post parto y su cuerpo muestra necrosis en varias partes... ¡Así que si quieren que ella viva dense prisa y no pregunten nada más, idiotas! Los volveré a contactar en diez minutos para traerlos hasta aquí."
El grito final de Tiamat sobresaltó a todos los presentes, los cuales, tras aquello, vieron como la llamada se terminaba de manera abrupta.
Cuando la llamada terminó, todos se quedaron viendo donde había estado la proyección de Tiamat, en silencio y en total sorpresa. Uno de los más sorprendidos fue Sirzechs, el cual por el shock de saber que alguien tan importante para su sociedad estaba muriendo no había podido reaccionar. Sin embargo, eso cambio cuando sintió un ligero apretón en su brazo. Mirando en esa dirección, vio que la causa era la mano de su esposa, la cual estaba que le apretaba suavemente. Desviando la mirada, miró a la mujer con la que había decidido compartir su vida y no se sorprendió al ver la preocupación en sus ojos.
Solo un cruce de miradas fue necesario para que el actual lucifer supiese lo que su esposa quería que el haga, por lo que, sin perder tiempo, rápidamente miró a sus compañeros demonios y estos asintieron. Tras ello, él se levantó de su silla y carraspeando un poco, llamó la atención de todos. Cuando todos los presentes posaron sus vistas en él, habló.
"Se que estamos en medio de algo importante, pero..."
"No nos des un discurso, Sirzechs. Ve, llama a los médicos." dijo Azazel, interrumpiendo a Sirzechs, pues entendía la importancia de que Lilith apareciera con vida en el Inframundo.
Si bien la acción de Azazel se podría tomar como una falta de respeto, la situación actual y la cantidad de emociones que llenaban a cada uno de los presentes provocó que nadie se quejara. Así que, tras las palabras del líder de los Grigori, los cuatro maous comenzaron a llamar a todos los médicos de confianza que tenían, siendo Serafall la que más médicos obtuvo, pues ella era una Sitri por nacimiento, lo que le daba acceso a los mejores médicos del inframundo.
Tras unos pocos minutos, un gran equipo se había formado y ya habían sido transportado al centro de comando de la operación «Seis reyes dragón», donde ahora mismo estaban esperando a que Tiamat volviera a contactar con ellos para llevarlos al mundo de Edzard. La secretaria de los Grigori llamada Lira había recibido la orden de no decir nada de nada sobre lo que se había hablado en la sala, algo a lo que ella estuvo de acuerdo, pues Penemue había amenazado con enviarla a reeducación si incumplía la orden.
"¿Cuantos médicos tenemos en el equipo?" preguntó Sirzechs mientras miraba al equipo reunido.
"Tenemos más de cincuenta médicos, todos son los más experimentados en sus campos." respondió Falbium de manera rápida. "Además, junto a ellos van equipamiento médico especial, el cual será convocado con la ayuda de Tiamat cuando lleguemos a... ¿Cómo es que se llama el mundo del muchacho?"
La pregunta de Falbium provocó que todos se llevasen una mano a la cabeza y luego miraran a Yasaka, pues no sabían que nombre le había puesto Edzard a su mundo, por lo que esperaban que su "prometida" supiera que nombre le habían dado.
Cuando Yasaka se dio cuenta de que la miraban, rápidamente intuyó lo que querían saber, por lo que sin perder tiempo les respondió que ella tampoco sabía que nombre le habían puesto.
"Ya veo... bueno, eso no importa. Como iba diciendo, cuando lleguemos a ese mundo, se invocará el equipamiento y comenzaremos a tratar de encontrar una forma de salvar a Lilith-sama."
Tras decir aquellas palabras, todos los presentes miraron a los lideres presentes, los cuales asintieron.
"Bien, entonces ahora solo debemos de esperar a que Tiamat se comunique con nosotros." dijo Sirzechs, solo para quedarse callado cuando un círculo mágico brilló en la sala, indicando que Tiamat estaba que se comunicaba con ellos.
"Hablando del rey de roma, mira quien se asoma." dijo con diversión Azazel al ver la llamada de Tiamat. Sabiendo que era ella y no Edzard, el caído se acercó al círculo y tomó la llamada.
"Hola, Tiamat-chan." saludó Azazel con una sonrisa.
El saludo de Azazel no pareció agradarle a Tiamat, la cual al verlo rápidamente soltó un suspiro, para luego ignorarle y mirar a los otros presentes antes de hablar. "Parece que reunieron al equipo. ¿Listos para que los teletransporte a este mundo?"
"Si, debido a la intervención de Edzard-kun, la operación «Seis reyes dragón» se ha dado por concluida, ya que parece ser que la pequeña Marie está en la base de los Alpes Italianos. Con la presencia de sus dos padres, ella ya está a salvo, por lo que todos nos dirigiremos al territorio de Edzard-kun." respondió Sirzechs de manera rápida.
"Vale, entonces empecemos." dijo la proyección de Tiamat, para luego tronar los dedos.
Tras aquel chasquido, un enorme circulo mágico apareció a los pies de los presentes. El circulo mágico comenzó a subir lentamente, comenzando a teletransportarlos lentamente. Y todo iba normal, hasta el momento en que el círculo estuvo por debajo de los cuellos de los presentes, pues fue en ese momento que todo cambio. Dos círculos mágicos aparecieron en los oídos de Sirzechs y de Yasaka, los cuales brillaron, dándoles unas noticias aterradoras.
"¡¿Como que Rias y su nobleza no están en Kuoh?! / ¡¿Como que Kunou no está en el palacio?!"
Los gritos provenían de Sirzechs y de Yasaka, los cuales acababan de recibir la noticia de que su hermana e hija, respectivamente, no se encontraban por ningún lado del lugar en donde debían de estar. Lamentablemente para ellos, no podrían decir ni hacer nada más, ya que en ese momento el circulo mágico los engulló por completo, llevándolos al mundo de Edzard.
Las chicas que conformaban el grupo de Edzard se encontraban mirando a Asia, todas con sorpresa, ya que el sacred gear de su amiga había cambiado drásticamente, no solo en apariencia, sino tambien en la sensación que emanaba ahora mismo. Esto se debía a que la cantidad de magia y poder que emanaba el balance breaker de la exmonja era más alta que la antes.
"¿Asia?" preguntó Aika, la cual fue la primera que pudo hablar tras ver la nueva forma del balance breaker de su amiga, pero la respuesta que recibió fue un silencio un tanto preocupante.
Si bien el silencio era preocupante, lo que realmente preocupada a las chicas era lo que habían visto hacer a su amiga. Ellas se habían despertado cuando Asia había estado luchando contra Walburga, pero pese a que habían estado conscientes, no habían podido ver lo que había pasado.
Ellas no le prestaron tanta atención a la batalla porque estaban más concentradas en romper la barrera que las protegía y cuando la rompieron, lo primero que pudieron observar fue cuando ella había matado sin piedad alguna a Walburga, descuartizándola sin ningún miramiento o arrepentimiento. Eso había hecho que ellas se preocuparan por la psique de su amiga, pero parecía que ese hecho solo había sido producto de la ira que de seguro estaba sintiendo Asia.
Sin embargo, al ver que su amiga ya parecía haberse calmado algo tras haber matado a la maga, comenzaron a acercarse a ella lentamente.
"Nos habías preocupado con lo que hiciste con Walburga." comentó Lint mientras miraba a su amiga, deteniéndose en seco cuando vio como una especie de llama purpura surgía del cuerpo de Walburga y quedaba levitando sobre los restos de la maga. Al ver aquello, la descendiente de Siegfried parpadeó y miró a los lados, percatándose de que sus amigas no estaban viendo esa llama purpura.
"Lint-chi tiene razón, Asia." dijo Aika, la cual estaba sonriendo, pensado en que su amiga estaba bien. "Nos preocupaste mucho cuando fuiste tan fría al matar a Walburga… pero sabemos que la perra loca se lo merecía."
El resto de las chicas se encontraban en el mismo saco que Aika y Lint, sonriendo muy felices, ya que pensaban que esta misión estaba por acabar. Esto se debía a que solo faltaba encontrar a Marie y todo se solucionaría.
Mientras iban avanzando, todas estaban más que decididas de contarle a su amiga lo que habían pasado durante sus luchas contras sus enemigos, los cuales las habían dejado inconscientes. La más preocupada de todas ellas era Ingvild, la cual era la tercera más fuerte de todo el grupo, sin contar a Tiamat, ya que ella no era miembro oficial del grupo como tal. La preocupación de la joven demonio se debía a su derrota a manos de ese exorcista.
'No puedo creer que me hayan derrotado tan fácilmente… se supone que soy de las más fuerte del grupo, pero en ese lugar, no pude ni usar el quince por ciento de mi poder.' pensó el medio demonio mientras se acercaba a su amiga. 'De seguro Asia sabrá que pasa-'
Los pensamientos del último miembro del clan Leviatán se vieron interrumpidos de manera abrupta cuando vio como Asia soltaba un gruñido y luego desaparecía en un estallido de velocidad, reapareciendo frente a ella. Sus ojos se abrieron a mas no poder cuando se dio cuenta de que «Anseichim» estaba desenfundada y se encontraba en lo alto, amenazando con descender y separar su cabeza de sus hombros.
Al sentir la muerte tan cerca, el tiempo pareció ralentizarse para Ingvild, la cual comenzó a ver todo en cámara lenta, pero no solo eso, ya que su mente comenzó a recordar todo lo que había vivido hasta ahora. Ella vio su pasado con sus padres adoptivos, como ellos sufrieron cuando ella cayó con la enfermedad del sueño, luego vio su despertar a manos de Edzard, su encuentro con todas las chicas, el inicio de su entrenamiento, pero lo que más vio fue los momentos que compartió con todos. De esos recuerdos los que más destacaban eran aquellos que tenía con su amigo y líder de grupo, el cual siempre fue amable con ella. Ver todo lo que solían hacer juntos, las salidas cada cierto día tras la academia, los ratos en la biblioteca, las conversaciones que tenían sobres sus gustos artísticos, las prácticas de canto y música que llevaban ambos, todo ello comenzó a provocar que sus ojos se llenaran de lágrimas, haciéndole recordar una cosa... 'Nunca tuve el valor para pedirle a Asia que me permitiera ser la pareja de Edzard... pese a que lo amo, he sido una cobarde... supongo que este será el arrepentimiento que llevare a la tumba.'
Aquellos eran los pensamientos que corrían por la mente del medio demonio mientras miraba la espada de su amiga caer hacia su cuello mientras una enorme sonrisa sedienta de sangre estaba grabada en su rostro. Al ver ello, cerró los ojos, esperando el dolor de su muerte y el descanso eterno. Sin embargo, eso nunca sucedió y en vez de sentir el corte de una espada, ella sintió que era arrastrada hacia un lado. Al sentir aquello, ella rápidamente abrió los ojos y miró hacia atrás. Al hacer aquello, vio que había sido jalada por Lint, la cual tenía sus ojos fijos en Asia.
"Lint-san…" Susurró Ingvild mientras se levantaba, pues Lint la había soltado tras jalarla.
"Levántate, In." Respondió Lint mientras miraba a Asia y fruncia el ceño. El ángel reencarnado no sabía que pasaba, pero algo estaba pasando con su amiga, pues pese a que parecía estar normal, había algo en ella que no cuadraba con lo que hacia su amiga normalmente, siendo una de las primeras anormalidades, su sonrisa, una sonrisa enfermamente alegre. Así que, sabiendo que algo raro pasaba, rápidamente levantó su espada y le apunto a Asia. "¡Asia, ¿Qué te sucede?! ¡¿Por qué intentaste matar a In?!"
"¡GRRR!" fue la respuesta de Asia ante las palabras de Lint, para luego lanzarse contra la exorcista, la cual al ver como ella cargaba, rápidamente movió su espada e interceptó la espada de Asia.
La fuerza del ataque de Asia fue tal que hizo que Lint derrapara varios metros, creando un gran surco en la tierra.
"¡Huff!" fue el gruñido de esfuerzo que soltó Lint cuando al fin logró detenerse. Lamentablemente, no pudo hacer otra cosa, ya que Asia aprovechó que ella había estado indefensa para rápidamente lanzarse contra ella. Apareciendo frente a ella, Asia le dio un golpe en toda la cara, provocando que ella saliese volando varios metros, amenazando con impactar en una pared, pero eso no ocurrió, pues fue detenida por la oportuna llegada de Valerie, la cual la detuvo y la llevó con el resto de las chicas.
"¿Qué sucedió?" preguntó Valerie mientras dejaba caer a Lint junto al resto de las chicas. "¿Por qué Asia las atacó?"
"No lo sé… pero de algo estoy segura… ella atacó con intención de matar a Ingvild y luego intentó matarme a mí." Respondió Lint mientras se limpiaba el rastro de sangre que corría por su labio, para luego escupir un poco de sangre, la cual estaba mesclada con un diente.
"Eso costara bastante tiempo y dinero en el dentista. Por fortuna Ed no te dejara de amar por eso." Dijo en tono de broma Aika, la cual tenía como objetivo aligerar el ambiente que se sentía. Para la fortuna de todas, ella logró su cometido, arrancándole una sonrisa a todas, Lint incluida.
Aquel momento duró solo unos segundos, tras los cuales, todas se pararon juntas y miraron a Asia, la cual ahora mismo tenía sus ojos puestos en ellas.
"No sabemos qué está pasando, pero debemos de retenerla o subyugarla hasta que su balance breaker se termine, luego deberos de continuar la misión." Dijo Lint, quien ahora mismo estaba tomando el mando del grupo. La respuesta que recibió ante estas palabras fue el asentimiento de sus amigas, tras lo cual ella soltó un suspiro, para luego hacer aparecer sus alas. "¡Vamos!"
Tras aquel grito, Lint salió disparada contra Asia, siendo seguida por Valerie y Mittelt, mientras que Aika, Rossweisse e Ingvild se quedaban para atacar con magia.
"¡Auuuurrrggghhh!" fue el gutural y feral grito que salió de la boca de Asia cuando esta vio como ellas se lanzaban a atacarla. Tras el grito, ella rápidamente se lanzó contra las chicas que cargaban contra ella, encontrándose todas a mitad del camino.
Las espadas de Asia y la de Lint se volvieron a encontrar, comenzando a resonar mientras sus dueñas luchaban, lanzando cortes y estocadas a gran velocidad. Los ataques que se estaban desplegando eran de tal capacidad que ninguna de las dos cedía terreno, algo que asombraba de sobremanera a Lint, la cual estaba sospechando que su amiga se había vuelto una especie de Berseker sin razón. Aun así, la habilidad de Asia aún estaba presente y podía luchar bien contra la exorcista y contra Valerie y Mittelt, las cuales habían unido al combate, algo que hizo que se vieran cuatro sombras moverse por el lugar.
Lint se lanzó contra Asia comenzando a intercambiar rápidos golpes con sus espadas. Los ataques de Lint eran rápidos y precisos, pero eran detenidos por la espada Asia, la cual estaba enfocada en ella, algo que Valerie intentó aprovechar para lanzarle una patada de hacha, lanzándose desde unos metros por encima de Asia.
"¡AHHHH!" gritó Valerie mientras lanzaba su ataque.
La pierna de Valerie se acercó a la cabeza de Asia, pero cuando estuvo por impactar, la esposa de Edzard se movió lo suficiente como para esquivarla y mientras lo hacía, dio un giro de ciento ochenta grados, terminado por propinarle una patada a Valerie en el costado derecho, enviándola al suelo.
Tras ello, Asia rápidamente movió su espada y desvío una estocada de la espada de Mittelt, pero al hacerlo, quedó a merced de la lanza de luz que ella tenía en la otra mano. La lanza de Mittelt se movió contra Asia, impactándole en el abdomen, pero no le hizo daño alguno, pues la defensa del balance breaker de Asia logró negar el daño del golpe, pero no el golpe en sí, moviendo a Asia un par de metros, tras los cuales, ella fue alcanzada por un dragón de agua, el cual la atrapó con sus fauces para luego enviarla contra el suelo.
¡BOOOM!
El suelo tembló cuando una enorme exposición se generó tras el impacto de Asia contra el suelo.
"¡Ahora!" gritó Ingvild tras haber detenido a Asia con ese hechizo.
Un milisegundo después de ese grito, varios ataques elementales, cortesías de Aika y de Rossweisse, se dirigieron contra Asia.
¡BOOOM! ¡BOOOM! ¡BOOOM! ¡BOOOM! ¡BOOOM! ¡BOOOM!
El impacto de los hechizos generó varias explosiones, las cuales levantaron una gran cantidad de polvo y humo. Aquello terminó por ocultar todo el lugar donde Asia estaba.
"¿Creen que la derrotamos?" preguntó Valerie, la cual se notaba muy cansada y desgastad no solo por el combate actual, sino por las heridas y el desgaste de su anterior combate.
"Ni de cerca… sabes tan bien como nosotras que la defensa de su balance breaker es una locura." Respondió Mittelt, la cual conjuró una nueva lanza de luz. "No podemos darnos el lujo de bajar la guardia ni un segundo."
Las palabras de Mittelt fueron respondidas por las acciones de sus amigas, las cuales mantuvieron sus posiciones de batalla, y las chicas que usaban magia conjuraron un par de círculos mágicos más, todo para tener ataques listos para cuando Asia volviese a atacarlas.
Y como si de una profecía se tratase, el humo que cubría el lugar fue despejado por un fuerte viento surgido de un círculo mágico, el cual apareció a los pies de Asia.
"Realmente comienzo a sentir lastima por quienes se enfrentaron al balance breaker de Asia y finalmente entiendo por qué ella es la segunda más fuerte de nuestro grupo." Dijo Mittelt, la cual comenzaba a sentirse molesta por el balance breaker de su amiga, ya que el poder de esa cosa era de los más injusto que podía haber en el mundo para luchar cuerpo a cuerpo.
Tras las palabras de Mittelt, Asia dio un paso al frente y tras ello se detuvo de manera abrupta, para tomar una posición conocida por las chicas. Dicha posición consistía en Asia teniendo las piernas separadas y ligeramente flexionadas, mientras tomaba su espada con ambas manos y la apuntaba hacia el suelo. Tras tomar esa posición, una enorme cantidad de Magicka comenzó a arremolinarse alrededor de Asia, provocando que el lugar temblara ligeramente.
Al momento en que todas vieron la posición de Asia, rápidamente sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos, ya que de inmediato reconocieron lo que ella planeaba hacer.
Al ver la técnica que Asia estaba por desatar sobre ellas, las magas rápidamente desplegaron varios círculos mágicos, en un intento desesperado de detentarla antes de que lanzase ese ataque.
"¡Deténganla!" gritó Aika mientras sus círculos mágicos brillaban, lanzando varios hechizos elementales contra Asia. Aquel ataque fue replicado por Rossweisse, mientras que Ingvild se preparaba para usar algo como contingencia en caso de que el ataque de sus amigas fallase.
Los hechizos de las chicas viajaron a gran velocidad, amenazando con impactar en Asia, la cual, al ver los ataques, no se movió para nada., permitiendo que la alcanzasen. Cuando las chicas vieron aquello, no entendieron por qué lo hacía, ya que, si bien el sacred gear la protegería del daño, los golpes aun estarían presentes y si algo podía detener esa técnica era un golpe que evitase que Asia pudiese seguir acumulando magia de manera constante.
Cuando los hechizos estuvieron a menos de tres metros, las chicas sintieron algo de alivio, pues pensaron que podrían detener el ataque de Asia. Sin embargo, cuando aquellos ataques estuvieron por impactar, ellas vieron con total horror como una especie de vórtice apareció y comenzó a tragarse los ataques.
"¿Qué?" fue lo único que pudo salir de los labios de Rossweisse al ver como el ataque fallaba.
Lamentablemente, eso fue lo único que se pudo escuchar de las chicas, pues un segundo después, Asia salió disparada contra ellas, envuelta en un dragón de llamas doradas.
"¡Muévanse!" gritó Rossweisse al ver el ataque de Asia.
Al oír el grito de Rossweisse, las chicas salieron disparadas y comenzaron a dispersarse, tratando de mantenerse alejadas, para de esa manera evitar o minimizar las posibilidades de que el ataque de Asia les diera a alguna. Lamentablemente, mientras huían, Rossweisse e Ingvild quedaron muy juntas, por lo que se volvieron un objetivo claro para Asia, la cual se dirigió hacia ellas.
Al ver como sus amigas estaban por ser atrapadas, Lint movió sus alas y se dirigió hacia donde estaban ellas. Si bien era consciente de que no podría hacer mucho, pues las llamas que cubrían a Asia servían como escudo, esperaba al menos poder detener en algo el ataque si desviaba la espada de Asia. Por lo que, moviéndose rápidamente, se dirigió hacia el dragón dorado. Mientras volaba, no se dio cuenta de que pasó por encima de los restos del cuerpo de Walburga, y por ende por encima de aquella llama purpura, la cual sin que ella lo supiese, se introdujo en su cuerpo cuando pasó por escasos metros sobre ella.
Los ojos de Rossweisse y de Ingvild estaban fijos en el ataque, cada una sintiendo que el tiempo se detenía, pero ahora era Rossweisse la que se dio cuenta de cómo había vivido su vida. La vida que había tenido de vuelta en casa, sus fracasos al no poder heredar el puesto como jefa de su clan, su deficiencia en el uso de la magia de su clan, su vida escolar tan centrada en el estudio, su trabajo como valquiria y guardaespaldas de Odín… todo ello eran ahora mismo en su mente pesares, pero mientras más recuerdos llegaban, los recuerdos con sus amigas, las primeras que tuvo, el sentimiento del que podría considerarse su primer amor, los momentos divertidos que pasaban entre todos, los días de tranquilidad en aquel palacio donde podía descansar tras su trabajo como profesora en Kuoh, sus días leyendo y entrenando… sus días disfrutando con el primer chico con el cual había soñado tener una familia…. Todo aquello fueron imanes en su mente, las cuales llenaron sus ojos de lágrimas.
'Parece que moriré siendo la valquiria que nunca tuvo novio… siento no poder haber dicho lo que sentía por ti, Ed-kun…' Aquellos fueron los pensamientos de Rossweisse mientras aceptaba que terminara muriendo en ese momento… sin embargo, cuando la espada de Asia comenzaba a elevarse, dispuesta a desatar el poder que contenía uno de sus ataques más poderosos, por el rabillo del ojo de Rossweisse apareció otra espada. Gracias a que el tiempo parecía haberse detenido, ella pudo ver que la espada era la de Lint, pero había algo rara en ella, ya que la hoja estaba cubierta por llamas purpura, no en grandes cantidades, pero si lo suficiente como para ser visibles para quienes posaran sus ojos en la espada. Tan enfocada estaba en la espada que no se dio cuenta cuando la mano derecha de Ingvild la tomaba por el cabello y la jalaba, tratando de alejarla del ataque de Asia, al menos para que el corte no le afecte.
La espada de Lint se movió como un rayó, impactando de lleno con la espada de Asia, provocando que todo el lugar se iluminara de color blanco, a la par que generaba una enorme explosión.
Los ojos de Asia estaban abiertos con terror mientras su corazón se agitaba y se volvía más pesado con cada cosa que veía, y es que, para desconocimiento de las chicas, Asia no podía controlar su cuerpo, y actualmente estaba en una especie de prisión metafórica en su mente, donde podía ver a través de sus ojos lo que pasaba. Ella había gritado con todas sus fuerzas y había tratado de recuperar el control de su cuerpo para detenerse, pero no había podido y todo lo que había hecho fue ver impotente como ella misma apaleaba a sus amigas hasta el punto de usar un ataque como «Akachin» contra ellas.
Si bien Asia se sentía fatal en ese momento, su corazón se aplastó aún más cuando el humo generado por la explosión se disipó, permitiéndole ver el panorama que había creado.
De los ojos de Asia comenzaron a brotaban lagrimas como cascadas mientras veía el resultado de la explosión. El panorama que se extendía ante ella era desolador en varios sentidos. Los cuerpos de todas sus amigas estaban tirados por todo el lugar, mostrando signos de lesiones de diversos grados, pero las más heridas eran ni más ni menos que aquellas que habían estado en la zona cero de la explosión. Al ver aquello, varios pensamientos recorrieron la mente de Asia. 'No… No, no, no… Esto no es real… no puede serlo…. Esto es como una maldita pesadilla en la que estoy atrapada, nada de esto es verdad… Yo… yo no pude haber cometido esto…'
La psique de Asia comenzó a romperse lentamente mientras miraba a sus amigas inmóviles, provocándole culpa, asco y tristeza.
"(Sniff) Perdónenme chicas…. (Sniff) Por favor… Yo... está... no soy yo…" dijo Asia mientras caía de rodillas y las lágrimas bajaban de forma imparable por sus mejillas. "¡Esta no soy yo!"
El gritó de Asia resonó en el espacio oscuro que era el lugar donde estaba reducida. Después del grito, el lugar se llenó del sonido de sus sollozos. Sin embargo, los ojos de Asia se abrieron cuando escuchó el sonido de alguien tosiendo. Levantando rápidamente la mirada, vio que el sonido provenía de Lint, la cual era la más herida de todas, pues había detenido su ataque usando su espada. La espada que Edzard le había regalado solo estaba mellada un poco, algo que le sorprendió mucho a Asia, pues acaba de usar una habilidad la cual fue potenciada por las llamas doradas que había podio usar durante su batalla con Walburga. Ello generó muchas dudas en su mente, solo para que estas se esfumaran al ver como la espada de Lint estaba rodeada por pequeñas llamas purpuras.
'¡Esas son las llamas de Walburga! ¡¿Por qué Lint…? … ya veo…. Así que has sido elegida por el sacred gear que simboliza la cruz de cristo…' pensó Asia mientras miraba como Lint comenzaba a ponerse de pie de forma lenta y con mucha dificultad, solo para casi caer cuando logró erguirse. Sin embargo, nunca llegó a tocar el suelo, pues el resto de las chicas aparecieron y la sostuvieron.
"Asia… sé que puedes oírme… no sé qué pasa…. Pero sé que eres más fuerte que esto… regresa…. Por favor…. Por nosotras…. Por Marie…. Por Ed…" dijeron cada una de las chicas, terminando la frase en conjunto, pues el cansancio acumulado al fin estaba que terminaba de pasarles factura, algo que ellas se dieron cuenta de inmediato.
'¿Ellas no me odian...? ¿Cómo pueden decirme eso después casi matarlas? Chicas… yo…' Las palabras de sus amigas llegaron hasta ella y le devolvieron la esperanza, provocando que sus lágrimas ahora sean de felicidad.
Sin embargo, aquel momento se esfumó cuando sintió como su cuerpo se movía solo, levantando nuevamente a «Anseichim», obviamente listo para desatar una explosión de Magicka para rematar a las chicas.
Al ver aquello, Asia rápidamente se puso de pie y soltando un grito, comenzó a golpear la barrera invisible que la aprisionaba.
"¡Detente! ¡Maldita sea, detente!" gritaba Asia miembros golpeaba una y otra vez la barrera, provocando que sus manos se magullen y comenzaran a sangrar, pero eso no la detenía, no le importaba el dolor que estaba sintiendo en sus manos, ya que eso no se compararía con el dolor de saber que mató a sus amigos. Por ello, la joven comenzó a usar más fuerza, pero sentía que era inútil, ya que la barrera no se agrietaba. Aquello hizo que Asia se sintiera impotente, pero pese a eso, no dejó de golpear. 'Por favor… ¡Rómpete ya!"
Tras aquel grito mental, Asia lanzó un potente golpe, el cual sin que ella lo supiese fue cubierto de las llamas doradas que había estado usando contra Walburga.
¡Crac!
El sonido de vidrio rompiéndose hizo que Asia mirara al frente y ante ella, aquella prisión invisible se rompió como si de un cristal se tratase, provocando que el lugar se llenase de luz.
«Anseichim», la cual hasta hace un segundo había estado rodeado por un brillo de color dorado mientras su hoja era rodeada de Magicka, se detuvo en su descenso, sorprendiendo a las chicas, las cuales habían estado mirando impotentes como su muerte llegaba.
"Chicas…"
Los ojos de las chicas se abrieron con sorpresa cuando oyeron el susurro de la voz de Asia. Al posar sus vistas en ella, vieron como sus ojos, los cuales habían tenido la esclerótica negra, habían vuelto a la normalidad.
"¿Asia…?" preguntaron las chicas al unisonó mientras miraban como la mano con la espada de la mencionada descendía hasta que finalmente, la espada cayó de sus manos.
Un agudo sonido hizo eco cuando la espada tocó el suelo, pero aquel sonido no fue nada con el siguiente. El siguiente sonido fue el del cuerpo de Asia cayendo de rodillas ante sus amigas.
"¡Asia!" gritaron las chicas al ver a su amiga caer al suelo. Si bien estaban todas heridas, las heridas no eran fatales gracias a que sus ropas estaban encantadas, lo que permitió que puedan tener una buena resistencia a la magia. Sin embargo, el poder provocado por el choque de las armas de Asia y de Lint había sido de tal magnitud que había disipado parcialmente los encantamientos que las protegían.
Las chicas extendieron sus manos al ver caer a su amiga, pero gracias a las heridas que llevaban consigo, terminaron por caer tambien… sin embargo, pese a que cayeron, ninguna logró tocar el suelo, pues antes de que lo hagan, una esfera dorada apareció entre ellas, creando una zona de varios metros, en los cuales ellas y todo lo que había cerca, comenzaron a levitar suavemente.
La primera reacción de las chicas al ver esto fue la sorpresa, pero estaban tan agotadas y heridas que apenas podían reaccionar físicamente. Lo único para lo que tuvieron fuerza fue para mirar hacia la derecha tras escuchar varios aterrizajes.
"¡Allí están!"
"¡Están muy heridas, Akeno, Ravel, Koneko, prepárense para dar primeros auxilios!"
"¡Hai, Buchou!"
Las voces fueron reconocidas por todas como las voces de los miembros del ORC de Kuoh, algo que as extraño demasiado, ya que se suponía que no debían de estar aquí.
'¿Qué hacen aquí? Se supone que la hermana de Lucifer no debería de estar aquí.' Pensó Mittelt mientras sentía su conciencia más pesada.
'¿Cómo lograron llegar hasta aquí? ¿Alguien filtro nuestra misión? No eso es imposible… pero, de ser así… ¿Quién fue? ¿Lucifer-sama? ¿Leviatán-sama?' fueron los pensamientos de Ingvild, la cual estaba pensado para de esa manera ignorar el dolor de sus heridas, las cuales eran en su mayoría quemaduras de segundo grado para su buena fortuna, pero la cantidad sumada al desgaste físico y mágico que tenía provocó que no pudiese reaccionar mucho.
Pese al estado debilitado en que se encontraban, por un segundo todas pudieron enfocar bien su visión, lo que les permitió saber ver quienes iban hacia ellas.
Los ojos de todas se abrieron a mas no poder al ver que el que iba a la cabeza de ese grupo era ni más ni menos que Edzard, cuya mano entendida estaba cubierta por un aura dorada, lo que indicaba que él era quien había creado la esfera que las hacia levitar.
La sola acción de ver a su líder de equipo llegar tan rápido donde ellas estaban, hizo que todas se sintieran tranquilas, en especial cuando miraron hacia el grupo del ORC y vieron como Irina llevaba a Marie. Sin embargo, esa tranquilidad se esfumó un poco cuando vieron como en los brazos de Xenovia estaba Kunou, la cual estaba tambien dormida.
La presencia de la princesa Kitsune descolocó a las chicas por un segundo, pero luego todas sonrieron, pues entendieron que todo había terminado y que con Marie con el ORC y Edzard aquí, ya podían descansar. Por lo que dejaron que la oscuridad las reclamara a todas, tomando un más que merecido descanso.
El palacio de Edzard era un completo alboroto de personas moviéndose de un lado a otro, siendo estas personas en su mayoría los doctores que habían traído los demonios, los cuales corrían de un lugar a otro buscando cada cierto tiempo los suministros que eran enviados por el inframundo para tratar el cuerpo de Lilith. Sin embargo, dentro de todo el ajetreo estaban tambien algunas personas diferentes, estas personas eran youkais, los cuales servían directamente a Yasaka, la cual estaba sentada en una sala especial.
La sala donde estaba Yasaka era el estudio de Edzard, un lugar al cual aparte de Edzard, solo sus parejas tenían permisos para entrar. Sin embargo, pese a que no era "pareja" oficial de Edzard, su estatus como prometida le daba a Yasaka un estatus lo suficientemente alto como para poder entrar a este lugar y usar el mobiliario.
La youkai estaba sentada en la silla que estaba frente al escritorio, teniendo una mano en la cabeza, mientras su mente pensaba en que había pasado. Cuando ella llegó al palacio, se separó del resto de los lideres y rápidamente convocó a varios de sus guardias y sirvientes, aquellos que estaban de guardia cuando Kunou aún estaba en el palacio.
Comenzando una exhaustiva interrogación, ella descubrió que al parecer Kunou había escapado del palacio sin usar la puerta. Eso hizo que se diera cuenta de que su hija debió de haber usado el círculo de teletransporte que había en su cuarto. Con esa idea en mente, ella se dirigió allí y vio que ese círculo mágico había sido usado hace un tiempo reciente, lo que confirmaba sus sospechas.
'Tras descubrir eso, me reuní con Lucifer-dono, ya que era más que probable que Kunou fuera a buscar al Sekiryuutei, ya que es la persona más cercana que no estaba en un lugar inalcanzable por esos momentos. Lo que hace que tenga sentido que fuese por ella que la nobleza de Rias Gremory no está en Kuoh actualmente.' Pensó Yasaka mientras trataba de pensar en cómo contactar a Rossweisse, ya que por algún motivo no podían contactar con ellos. Esto último estaba que le causaba una gran cantidad de preocupación. Su preocupación era tal que tuvo que soltar un suspiro para tranquilizarse. Sin embargo, tras soltar ese suspiro, ella se levantó de manera abrupta, pues sintió una gran cantidad de poder mágico llegar, pero no solo eso, sino que tambien captó el aroma de su hija, fue sutil, pero pudo olerlo.
Tras parpadear un segundo, ella salió corriendo de la habitación. Sus pasos eran rápidos y su forma de correr era descuidada, dándole a algunas de las personas con las que se cruzaba un espectáculo de sus pechos moviéndose o de la parte superior de sus muslos. Sin embargo, a ella no le importaba nada de eso, por lo que corrió hacia donde era el lugar de donde provenía ese poder mágico.
"¡¿Yasaka-dono?!" preguntó Sirzechs al ver como corría la líder de los youkai de Kioto.
Al oír la voz de Sirzechs, la kitsune recordó que tambien olio a su hermana, por lo que, girando la cabeza, le respondió en gritos. "¡Lucifer-dono! ¡Ellos han regresado, entre ellos esta tu hermana y mi hija!"
La respuesta de la kyubi hizo que los ojos de Sirzechs se abrieran por la sorpresa, para luego de un segundo, comenzar a seguirla, mientras era seguido de cerca por Grayfia, la cual estaba preocupada por su cuñada.
La velocidad de Yasaka y de Sirzechs con Grayfia corriendo provocó que todos los lideres los siguieran. El grupo de varios individuos corrió hacia donde se había abierto un portal dorado, signo inequívoco que habían usado una Shadowkey.
Cuando llegaron, vieron con asombró como del portal surgían el ORC, los cuales estaban bien, pero ligeramente heridos. En los brazos de varios de ellos había personas, las cuales pudieron ser reconocidas como Kunou, Marie y, para absoluta sorpresa de todos, los padres de Issei.
Al ver a su hija y hermana respectivamente, los dos lideres corrieron como pollos sin cabeza hacia donde estaban.
"¡Rias! / ¡Kunou!" fueron los gritos que ambos soltaron mientras se acercaban. Sin embargo, cuando se acercaron, vieron como aparecía Edzard, el cual tenía ambas manos al frente, moviendo una esfera dorada. Si bien eso era sorprendente, fue lo que vieron que salió tras él lo que los dejó helados, no solo a ellos, sino tambien a todos los presentes, pues veían como todas las integrantes del grupo de Edzard llegaban levitando tras él.
Al momento en que Edzard entró, sus sirvientas rápidamente se acercaron y cuando estuvieron al frente de su maestro, este rápidamente comenzó a ordenarles que lleven a las chicas al área médica y que les dieran a beber varias pociones, las cuales comenzó a mencionar para que ellas supiesen cuales eran y en qué orden debían de ser suministradas.
Las sirvientas escucharon atentamente y cuando Edzard terminó de hablar, tomaron a las chicas en sus brazos y desplegando sus alas las llevaron volando a la enfermería, esto para que el viaje sea lo menos movido para ellas. Tras ello, el hijo de Akatosh se acercó a ellos. Sin embargo, antes de que pudiese decirles nada más, un gran vórtice purpura apareció ante ellos y de él surgió el equipo de Vali, pero no solos, pues junto a ellos estaban Zakir, el cual cargaba a un hombre en su hombro. Si bien eso era sorpréndete, eso no era tanto como la presencia que estaba al lado de Vali, la cual miraba todo el palacio y el lugar con ojos inexpresivos.
"Necesitamos hablar." Fue lo que dijo Zakir tras cruzar miradas con Edzard.
La respuesta de Edzard fue asentir, para luego mirar a los otros presentes. "Vamos, vayamos a una sala. Hay mucho de lo que hablar."
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Al fin he logrado hallar tiempo para terminar este capítulo. XD
Han sido semanas muy difíciles para mí, algunos problemas familiares, de salud y tareas de medio semestre de la universidad. Todo se me ha juntado, por lo que recién he podido terminar el capítulo.
Bueno, ya podemos decir que este arco ha terminado. Al menos una parte, porque aun falta otra más. El próximo capitulo puede que este dentro de dos semanas, todo depende de como me trate la vida.
Sobre el capítulo, espero haber podido graficar bien lo que ha ocurrido, lo del control mental de Asia, su pelea con sus amigas y las emociones que surgieron en medio de ello. Sobre quien llega con Vali, bueno, es fácil saber quien es.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
