Hetalia: Axis Powers (y sus derivados) son propiedad intelectual de Hidekaz Himaruya. Yo no tengo propiedad de los personajes y el propósito de este fanfiction es solo de entretenimiento. No está permitida su comercialización.


Capítulo 15

Cross versión

El caso Baltimore

Valparaíso, Chile. 1891

Era una noche fresca de octubre, agradable y tranquila para acudir a los bares locales de Valparaíso, donde Chile pensó que el "True Blue" era lugar perfecto para compartir con algunos marinos locales algunos tragos, risas e historias de batallas contra balmacedistas.

Hacía dos meses que el ejército del presidente y la marina del congreso se habían enfrentado en una guerra civil por el poder, y que había terminado con la victoria definitiva de los segundos y formación de un nuevo gobierno en su territorio. Chile no había participado en el enfrentamiento, como solía ser cuando las guerras eran internas. Pero por obligación, las naciones tienden dar su apoyo público a su jefe en turno, aunque en privado suelen tener demostrarlo a su lado preferido.

La nación chilena, estaba satisfecha con el resultado y brindó por ello con una ronda de pisco para los presentes.

Ya era hora de que pudiera disfrutar tranquilamente de un momento con su gente, sin pensar en las muertes que traería el mañana. Habían sido unos años de lucha constante para la joven chilena, así desde mucho antes de su liberación de España.

Pero ella y su gente habían perseverado, crecido y triunfado. La guerra del pacifico* había sido su mayor victoria trayéndole muchas riquezas y recursos, y hasta podía presumir que, con la crisis en Panamá, había logrado alejar al poderoso Estados Unidos con ayuda de su buque la Esmeralda. Ella y sus soldados habían probado tener la fuerza para ser frente solos al resto del mundo, y brindaba por ello.

Tal sensación victoriosa duró un tiempo, hasta que la guerra civil se llevó consigo gran parte de sus riquezas y muy buenos soldados. Ahora, solo le quedaba beber por los caídos en el campo de batalla, por aquellos que habían muerto en su nombre, por falsos patriotas o intereses ajenos de otras naciones.

Puta wea con el americano –masculló ella antes de darle un sorbo a su tercera copa, motivada por los marinos que estaban más alcoholizados que ella –. Que weon culiado y su acorazado, po.

Sus palabras fueron bienvenidas por la muchedumbre resentida y pasada de copas a su alrededor. Estados Unidos y su gobierno tenían no solo harta a la chilena, sino también a toda su gente; siempre inmiscuyéndose en los asuntos ajenos, y dejando sus barcos en sus costas por sus propios intereses.

Jugarretas que llevó a cabo durante su conflicto con Colombia unos años atrás e igualmente durante su guerra civil, donde había dado su apoyo al presidente Balmacera*. En ambas ocasiones, Chile había demostrado que no se dejaría intimidar por la presencia americana, y dejarle claro que no tenía cabida en el sur del continente.

–¡Una por Arturo Prat! – dijo la nación levantando su copa al aire. Los marineros aceptaron e imitaron su gesto en lo que saluda el retrato del máximo héroe naval*.

El ambiente jovial y de camaradería se apoderó del bar "True blue" en que los canticos y el pisco inundaba afloraban en las gargantas de los ebrios y alegres marineros.

O al menos así fue… hasta que entraron los tripulantes norteamericanos del Baltimore*.

Muchas versiones se contaron de lo que sucedió esa noche, alguno alegó que los recién llegados fueron los primeros en insultar o fueron los locales en mostrar agresión, pero lo que definitivamente todos podían estar descuerdo, fue que una simple riña de bar terminó como una batalla campal que se apoderó de las calles circundantes al "True blue" en la más que uno acabó herido (realidad diecisiete y dos muertos) y una destrucción desmedida de la propiedad privada.

Pero, a pesar de todo, confundida por los efectos del alcohol y la euforia del momento, Chile quedó satisfecha de aquella noche una vez que las autoridades detuvieron a los contrincantes con más heridas que una nariz sángrate, ya que, con sus compatriotas, le habían dado de nuevo una patada a los americanos para que salieran de territorio chileno.

Una victoria más para estar orgullosa… o al menos así lo pensó por un principio.

~0O0~

La casa banca, Washington. 1891

–¡Es un insultó! –vociferó el secretario de estado William F. Wharton, retumbando su voz en toda la sala oval. El hombre, furioso, caminaba por la habitación dando círculos como león enjaulado, en lo que su nación lo contemplaba desde uno de los sillones consternado y el presidente W. H. Harrison desde atrás de su escritorio en completo silencio.

–Egan me informado detalladamente lo sucedido –continuó el secretario refiriéndose a su embajador en Chile* –, y me resulta claramente indignante –su semblante se trastornó aún más en lo que soltó un puñetazo a uno de los sillones de la sala –. ¡No vamos a tolerar esos tratos a nuestros soldados!

–El secretario Blain* ya nos había informado que sí los congresistas ganaban la guerra sería un problema para nosotros –recordó a su vez Estados Unidos, a pesar de estar conscientes de sus verdaderas razones para apoyar a los balmacedistas.

–Esto es más que los nuestros intereses en la región, la doctrina Monroe… –escupió Wharton casi atragantándose con sus palabras por el enojo – esto fue un escupitajo en nuestra cara. ¡Y Matta!* Se niega en ofrecer una disculpa, la considera una pelea vulgar de cantina.

Tanto el político como la nación se volvieron a su presidente, pero este continuaba serio sentado detrás de su escritorio, en lo que sus profundos pensamientos en el asunto eran un misterio para los presentes.

–Las versiones del secretario Tracy y las autoridades chilenas son muy diferentes –comentó Estados Unidos indicando los comunicados esparcidos sobre la mesita de café –. Unos dicen que los otros tuvieron la culpa, pero todos concuerdan que Chile estuvo en la pelea.

Una verdad que le retorcía las entrañas.

Ya había tenido sus diferencias con la hermana menor de los nuevos países hispanos, y a diferencia de la mayoría de ellos, había ofrecido mayor lucha en doblegarse a sus deseos. Se había interpuesto en sus planes durante la crisis de Panamá y se salió con la suya cuando los juzgados fallaron a su favor por el incidente del Itata. No solo lo había dejado en ridículo en dos ocasiones, peor aún para él, ella atraía la atención de potencias europeas.

Entre todos, a Inglaterra.

–Como una zorra cualquiera –espetó Wharton con gran rencor –. Si hubieras estado ahí, de un buen bofetón la hubieras puesto en su lugar –agregó indicando a su nación.

Y Estados Unidos le daba la razón, le hubiera guastado haber estado con los marineros de Baltimore en aquel bar y demostrarle a Chile lo fuerte que se había vuelto. Tal vez las cosas habrían resultado muy diferentes. Le hubiera enseñado una lección a Chile y a su marina de no aceptar el apoyo inglés.

–¿No dejaremos esto pasar?

–Por supuesto que no –dijo el presidente Harris levantándose de su asiento con calma a pesar del humor álgido en la habitación –. Está "pelea vulgar de bar" nos presenta una oportunidad única, que no dejaremos pasar.

–Excelente –aceptó el secretario de estado con una sonrisa casi maliciosa.

Estados Unidos no estaba seguro a que se refería su jefe en concreto, pero necesitaba que dijeran más, de inmediato pudo manos en la obra.

~0O0~

Orizaba, Veracruz.1982

Ambas hermanas se encontraban delante de un enorme edificio rojo con acabados blancos a estilo clásico, con una gran torre en el centro de la gran edificación construida por el ingeniero Arturo B. Coca en tan solo tres años*.

Era el día de la inauguración de la fábrica de hilados y tejidos de rio Blanco, ante la presencia de miles de asistentes "de lo más granado del capital francés y de la política nacional" o al menos así lo había llamado el presidente Porfirio Días en su más largo y pomposo discurso.

–Y ¿qué te parce? –le preguntó México a su hermana.

Weona es una fábrica. Vai ¿Qué esperas que te diga? –le espetó Chile si interés en lo que sacudía la falda del vestido faramallero que su hermana le había obligado a usar.

–No chinges, es la mayor fábrica de hilados que abierto en mi territorio– espetó la mexicana sin ponerle atención al desdén en la voz de su hermana –. Estoy muy orgullosa de ello.

–Con inversión extrajera, po –le respondió la otra.

–No me digas que tú no has disfrutado de las ventajas del apoyo europeo –se burló México lanzándole una mirada lasciva que solo las mujeres eran capaces de hacer.

Chile sonrojó un poco, pero antes de comentar algo en contra, fue interrumpida por una tercera vos:

Ladies, I think you're talking about myself.

Ataviado en un elegante traje negro de la época y un sobrero de frac, Inglaterra se aproximó pomposamente amabas hermanas para ofrecerles unas diminutas copas de jerez a cada una.

–Podría ser –México contestó aún con su sonrisa pícara en lo que pronto se llevó su copa a los labios.

–Abusan de la ventaja que tiene sobre mí – comentó Inglaterra entonando la mirada.

–¿Por qué las dos hablamos español? –preguntó Chile.

Because... las dos son unas damas –agregó el inglés, pero pronto su atención fue captada por uno de sus oficiales que lo llamaba a lo lejos –. Une moment –se disculpó dejando nuevamente a las hermanas solas.

Chile no apartó su mirada de la nación europea ni por un instante, tratando de descifrar las facciones del oficial recién llegado. México en cambio, ausente de lo ocurría a su alrededor, casi bailaba en lo contemplaba su nuevo edificio.

I don't think I have the best news –espetó Inglaterra al regresar cambiando totalmente el ambiente de la plática jovial y coqueta.

–Espero que no hayan cancelado su participación para el festival de esta noche –le preguntó México alarmada, tomándolo del brazo.

–No me lo perdería por nada del mundo –respondió él con seriedad –, pero desgraciadamente, he recibido un aviso preocupante de mi jefe, con respectó a ti, dear.

–¿Vai? –brincó Chile con sorpresa.

Seems, su vecino no está muy satisfecho en cómo ha manejado la situación del Valparaíso.

Con solo la insinuación de la mención de Estados Unidos, cambio rotundamente el semblante de las dos hispanas. Los ojos de la mexicana pronto saltaron a su hermana menor, quien estaba más que sorprendida.

Wea ¿Se enteró de eso? –soltó Chile sorprendida.

Wawa ¿quién no? –le dijo México dándole un último trago a su copa.

–Y al parecer –continuó Inglaterra –, él, el embajador Egan y hasta el presidente, están pensando en tomar medidas more drastic como represalia.

–¿Otra demanda? –dijo la chilena recordando muy bien el incidente la Itata, cuando su barco había sido confiscado injustamente y Estados Unidos había tenido que tragarse sus palabras. Si era así, no veía problemas, ella estuvo en el enfrentamiento del bar. Estaba dispuesta a darle otra humillación al americano en los tribunales.

Y de Egan no le sorprendía que estuviera haciendo tanto ruido, era un irlandés rencoroso contra los ingleses, nunca aceptó que apoyaran a la fuerza de marina y que esta derrotara a Balmacera.

–No –respondió Inglaterra secamente –. War.

Ambas hermanas contuvieron un gemido de sorpresa.

–Ya te jodiste –le soltó su hermana de sopetón a Chile, en lo que le apartaba la copa de las manos, antes de que la dejara caer de la impresión.

~0O0~

Buenos aires, Argentina. 1892

No veeee, chango –dijo con gustó Bolivia después de llevar la taza a sus labios –. ¡Es delicioso!

–Sabía que les encantaría el café torrado –contestó Argentina orgulloso ignorando – y para más tarde tengo pensado prepararles una morcilla.

Tanto como la boliviana como Perú, asintieron con la cabeza aprobatoriamente. Las tres naciones, tranquilamente disfrutaban con calma de su reunión, con una deliciosa taza de café a las afuera de la confitería Las violetas en la avenida Rivadavia, en lo que la vida atareada de Argentina continuaba a su alrededor.

–Es agradable estar choco para variar –continuó Bolivia mientras su rostro y su cabellera negra fue golpeada por la suave brisa –, gracias por invitarnos.

Perú como siempre, siendo de pocas palabras, solo asintió la cabeza en lo daba otro sorbo a su taza.

Boludos. Ser independientes ha sido muy difícil los últimos años ¿verdad? –comentó Argentina con calma cruzando sus piernas y dejando a la vista sus elegantes mocasines.

–Con las guerras – dijo finalmente Perú.

–La pérdida de territorio –compartió tristemente Bolivia –. Y las elecciones están cada vez más cerca –agregó ella tratando de sonar más esperanzadora.

Era más que la verdad, la vida de las naciones después de sus independencias había sido mucho más que problemática de lo que esperaron en un principio; los territorios cambiaban constantemente, las disputas entre los hermanos y amigos eran cada vez más frecuentes y los políticos parecían no tener ni una idea de lo que estaban haciendo.

–Los comprendo chabones –dijo Argentina con un largo suspiro –. Separarnos de España nos ha traído muchos cambios, y la familia ya no es la misma –agregó con clara melancolía en su voz.

Los años donde todos sus hermanos podían convivir sin problemas y sus disputas resultaban insignificantes, habían quedado muy lejos. En cierta ironía, había sido un efecto inesperado por su distanciamiento bélico de España. En cierta forma, habían destruido a su familia.

Piña. O cuando tus hermanos te dan una puñalada en la espalda –soltó Perú lanzando una mirada algo ceñuda a su anfitrión.

–¿Espero que no te refieras a mí, pelotudo? –saltó el argentino alarmado, llevándose su mano al pecho actuando ofendido al comentario mordaz de su hermano.

Oe Tito, la tienes para que te la pisen –agregó el peruano con calma desviando un poco la mirada.

Che… ¡Al menos no hago invasiones a nuestras fronteras! *

–Per la friegas mucho con wawa –complementó Bolivia tratando de recordarle sus actos pasados.

Argentina no objetó más y solo se limitó a rodar los ojos. La relación con su hermana menor no era sencilla, en realidad eran pocos de sus hermanos y vecinos quienes no habían tenido una que otra rencilla con la chilena. Inclusive, Perú y Bolivia había unido fuerzas contra ella en la guerra del pacífico, y apresar de su apoyo informal de Argentina a favor de sus vecinos norte, la malcriada de la wawa se las arregló para patearle el trasero ella sola.

–Y hablando de la innombrable –comentó Argentina cambiando un poco su tono de voz, entre risueño y con malicia –, escuche por ahí, que ella está por caer en una guerra con Estados Unidos, che.

–¿De verdad? –soltó Bolivia casi soltando su taza. Perú alzó su mirada con sorpresa cambiando su semblante por primera vez en toda la conversación.

–Sí, boluda –aseguró el güero con altanería –, y espero que el americano finalmente la haga poner los pies en la tierra.

–¿No ha alejado antes a los americanos del sur? –recordó Perú recordando como ya anteriormente interfirió en la guerra entre Panana y su hermano Colombia*.

Che tu madre, pero está vez es diferente –dijo el argentino con tono burlesco sin percatarse que un tercer visitante se aproximaba a su espalda –, no se encuentra en las mejores condiciones después de su guerra civil y el americano no ha hecho otra cosa que volverse más fuerte. Espero que finalmente se le baje sus humos cuando sea invadida. Che, eso le enseñaría a no aliarse con el inglés, a la pelotuda esa.

Perú y Bolivia no comentarios nada a sus palabras, solo alzaron la vista a la persona detrás de él. Tal reacción alertó a Argentina, quien intentó volverse, pero una voz muy conocida casi le susurró al oído:

Bem, não é muito diferente de você, quien se alía con sus enemigos.

Brasil literalmente se lanzó contra él en segundos, poniendo una de sus manos en el respaldo de su asiento y la otra en la mesa, dejando al argentino atropado entre los muebles y el cuerpo de ella.

–¡Brasil! –dijo éste nervioso tratando de hacer espacio entre él y la brasileña, que prácticamente lo tenía sin escapatoria –. Che... ¿Qué bueno verte? ¿Qué haces aquí? –preguntó un poco nervioso, desviando la mirada.

–Vine a buscarte a ti –dijo ella secamente sin moverse un centímetro, a pesar de que la hermosa mujer morena disfrutaba vestir con ropas más tradicionales y que agraciaran su figura. En aquella ocasión vestía su uniforme militar de chamarra azul marino y pantalones blancos; denotando que su visita era algo más formal que social.

–¿A mí? ¿Por qué sería?

Cara, no eres el único que se entra de cosas fuera de nuestras fronteras –contestó ella –. Se dice que planeas darle paso para o americano por tu territorio en el caso que decida invadir a Chile.

–¡¿Concha tu madre?! ¡¿qué decís vos?! –soltó Argentina alarmado actuando con sorpresa –. ¡Yo no he hecho tal trato con el americano!

Não, ainda não –aseguró Brasil finalmente enderezando su cuerpo y lanzándole una amenazadora al rubio frente a ella –, pero las comunicaciones Zeballos* plantean la posibilidad. Sabes, ha sido difícil establecer algo de calma en la región después de la partida de os colonizadores, pero empezar conflictos con el norte y el sur no es una buena idea.

–¿Quién está empezando una guerra? ¿Solo la pelotuda de Chile provoca esas cosas?

Você é um encanto, lo sabes –lo cortó Brasil pellizcando su mejilla –, pero también todos sabemos bien que aprovecharías cualquier oportunidad para humillar a Chile

–¡Yo no…!

–Y solo tengo que agregar, que –sentenció ella con una seriedad glacial –, si intervienes en una acción militar entre Chile y Estados Unidos, vou unir forças com ela… y voy. A. Comerte el culo –sentenció con gran gravedad, que todos los presentes tragaron saliva –. Y no lo digo de la forma divertida – agregó Brasil de ultimo antes de dar media vuelta y marcharse sin decir más, dejando a las naciones en la mesa del café más mudos que un montón de rocas.

~0O0~

Santiago, Chile. 1892

–No, no, no, no – sentenció Chile con furia casi pataleando contra el suelo como lo haría un niño en una rabieta.

–No hay otra alternativa –insistió su presidente Montt con resignación – . No nos encontramos lo suficientemente fuertes para enfrentar otra guerra, militarmente y económicamente.

Después de escuchar las terribles noticas de las intenciones de Estados unidos, Chile se había reunido con su presidente, ministros y jefes militares en el salón azul en el palacio de la moneda, solo para descubrir que todos ya había tenido que aceptar la realidad.

Estados Unidos la tenía contra la pared, no podían darse el lujo de luchar contra un contrincante tan fuerte en sus condiciones. Y estaban solos.

–Los europeos ya han anunciado que no están dispuestos a intervenir por nosotros –agregó el ministro Matta también consternado –. Y dudo que sus hermanos piensen diferente.

Weon. Esto es humillante –masculló Chile entre dientes, en lo que lloraba de rabia.

Ella sabía muy bien que era una situación que el americano no olvidaría, como logró oprimir a la más rebelde de los países hispanoamericanos.

–Lo sabemos, pero no nos queda otra alternativa.


Durante la guerra civil 1891, se debió a un desacuerdo entre el congreso y el presidente Balmaceda. Esto se debió a que el presidente se impuso ante la decisión del congreso. Se genero dos bandos al elegir un nuevo brazo militar naval fue elegido con la intención de no seguir al presidente. Por lo que se volvió el congreso y la marina contra el presidente contra el ejército.

Agustín Arturo Prat Chacón fue un militar, marino y abogado chileno, reconocido como el «máximo héroe naval» de su país. Permaneció en la Armada de Chile entre 1858 y 1879, periodo en el que participó en las guerras contra España (1865-1866) donde intervino en los combates navales de Papudo y de Abtao y del Pacífico (1879-1884) donde comandó la corbeta Esmeralda en el desigual combate naval de Iquique, en el cual murió.

El USS Baltimore fue un crucero de la Armada de los Estados Unidos y el segundo crucero protegido que fue construido en un astillero estadounidense. Arribó a Valparaíso, Chile el 7 de abril de 1891 después de patrullar aguas chilenas por algunos meses con el Escuadrón del Pacífico. Su labor consistía en proteger intereses estadounidenses en Chile durante la revolución de ese país.

Patrick Egan, un irlandés de nacimiento que había huido de la justicia británica a los Estados Unidos, que se convirtió en embajador estadounidense en Chile. Era muy bien sabido su rencor contra el Reino Unido.

James Gillespie Blaine fue un político estadounidense, miembro del Partido Republicano. Representó a Maine en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos desde 1863 a 1876, siendo presidente de la misma de 1869 a 1875, y posteriormente en el Senado de los Estados Unidos de 1876 a 1881.

Manuel Antonio Matta Goyenechea fue un político, abogado y escritor chileno, fundador del Partido Radical de Chile. Fue ministro de Relaciones Exteriores de Chile y durante el caso Baltimore.

La construcción de la fábrica «Río Blanco» en unos terrenos de Tenango, Orizaba, fue el éxito de la inversión extrajera de la época. El trabajo se realizó en tres años y pronto la factoría se posicionó como la más grande de América Latina con mil telares y 43 mil husos. En 1892 fue inaugurado por el entonces presidente de México Don Porfirio Díaz.

El incidente del Itata fue un asunto diplomático e incidente militar entre los Estados Unidos y los insurgentes de Chile durante la Guerra Civil de 1891. El incidente se refería a un envío de armas en el transporte Itata desde Estados Unidos a Chile, para ayudar a las fuerzas insurgentes congresistas en la guerra civil chilena. El incidente del Itata fue una de las causas de la crisis del Baltimore y es una de las razones por las que Benjamin Harrison no fue reelegido para un segundo mandato como presidente de los Estados Unidos.

La Confitería Las Violetas es un tradicional bar, restaurante y confitería ubicado en la esquina en que se cruzan las avenidas Rivadavia y Medrano, en el barrio de Almagro, Ciudad de Buenos Aires. Fue inaugurada el 21 de septiembre de 1884 por los señores Felman y Rodríguez Acal.

La Guerra entre las confederaciones Argentina y Perú-Boliviana, o también conocida como Guerra de Tarija, Las relaciones entre la Confederación Perú-Boliviana y la Confederación Argentina se habían deteriorado, y presidente boliviano Andrés de Santa Cruz apoyó a grupos unitarios que realizaron al menos cuatro incursiones desde el sur de Bolivia a las provincias del norte argentino en los años previos a la guerra.

La guerra del Pacífico fue un conflicto armado ocurrido entre 1879 y 1884 que enfrentó a Chile y a los aliados Bolivia y Perú. El resto de los países sudamericanos se limitó a observar, pero Argentina manifestaba una simpatía por la causa de los aliados, pero mantuvo una neutralidad formal.

La Crisis de Panamá de 1885 fue una intervención realizada por los Estados Unidos de América en apoyo a una rebelión que buscaba independizar Panamá, entonces parte de los Estados Unidos de Colombia. Esto generó una demostración de fuerza realizada por parte de la Armada de Chile a favor de Colombia.

Estanislao Zeballos, entonces canciller de la Argentina, ofreció amplio apoyo para la flota invasora del país del norte. Así lo documentó el ministro de EEUU en Argentina, R.S. Pitkin, por oficio confidencial N 178, fechado en Buenos Aires el 25 de enero de 1892.


Hola todos.

De nuevo me demore una semana de más en traer un capítulo, pero aprender historia se lleva su tiempo, además me tomé unos días de vacaciones en la sierra, por lo que me desconecte del mundo moderno.

Lamento si llegue a equivocarme en alguna expresión o detalle histórico, trate de mantenerme fiel a mis personajes originales y a lo sucedido históricamente. Aunque debo de mentir que jugué un poco con las fechas de la fabrica de hilado, ya que a pesar de que, si se fundó en 1892, fue en agosto, no en enero cuando los ingleses se enteraron de las intenciones de Estados Unidos.

Además, aquí muestro un headcanon para este fiction, y es la ship de "EU y la atención". Así es, aquí América es un "atention bitch". Tiene la necesidad por representar una imagen ante otros y que su atención este enfocada solo a él, principalmente de Inglaterra. Como el capitulo que él y Canadá son peques y EU opaca a Canadá por la atención de Inglaterra. Aquí, es con todo el mundo.

En cuanto al futuro del fiction, tengo planeados un par de capítulos más, antes que tome una dirección diferente y me enfoque por un buen tiempo en la relación de España con sus antiguos virreinatos. Aún no decido si seguirá siendo en este fic o empiece otro aparte, ya que mesclará los elementos históricos con comedía y drama al mismo tiempo.

Tenía pensado también en adoptar algunos de los diversos universos de Hetalia para este fic, como guken y hacer un club o comité de fiestas asignado a los latinoamericanos, pero encontré un fic que ya me ganó la idea y aparte me di cuenta que sería muy similar a lo que ya hice en los primeros capítulos de este fic. Por eso deseche la idea.

Me planteé hacer algo con la onda pandillera que trae por el momento el manga, pero me di cuenta que presentar a los latinoamericanos como pandilleros y criminales, no solo sería de mal gusto, sino ya muy trillado.

Pero lo que sí, definitivamente estoy diseñando es otro fanfiction en el popular universo alterno del Cardverso, en que incluya a mis versiones de los países latinos de una forma que no he leído nadie más hacer. De eso, traeré más información a futuro.

Por ahora espero que disfruten el capitulo y saludos.