Después de la discusión acalorada con Lady Catherine, Darcy decidió visitar a su prima a sus habitaciones. La Sra. Jenkinson estaba sentada tomando el té con Anne, pero poco después que Darcy entró a la habitación, a pedido de Darcy se retiró a la habitación contigua.
Por precaución, decidieron hablar en voz muy baja. Ninguno de los dos deseaba que su conversación llegara a oídos de Lady Catherine.
Después de algunas preguntas de cortesía, Darcy comenzó a hacerle varias preguntas sobre el capitán Harris: desde donde había nacido, su familia, donde se habían conocido, su ingreso, entre otras.
Después de contestar varias de las preguntas, cansada Anne respondió, "Por la expresión de tu rostro, puedo adivinar fácilmente lo que estás pensando."
Darcy frunció el ceño y negó con la cabeza, "Dudo mucho que puedas leer mis pensamientos…"
Anne lo interrumpió, "Se que piensas que al capitán Harris es un caza-fortuna y que solo está interesado en Rosings y en mi dote. También sé que piensas que, si me caso con él, cometería un grave error."
Darcy se sonrojó levemente, pero antes que pudiera contestar, Anne agregó, "Créeme, no soy tan ingenua como mi madre y todos los demás piensan. Es muy probable que ese sea el motivo principal por el que el capitán Harris me propuso matrimonio." Suspiró con tristeza, "Pero no me importa si el único motivo por el que desea casarse conmigo es porque soy una heredera; lo que me importa es que yo quiero casarme con él."
Darcy abrió muy grande los ojos por la sorpresa, y preguntó, "¿Estás dispuesta a casarte con un hombre teniendo la sospecha que solo se quiere casar contigo por tu dote?"
"¿Por qué no habría de estarlo? Los matrimonios de nuestra familia fueron todos arreglados. Mi padre se casó con mi madre porque su dote era 30.000 libras, Lord Matlock se casó con Lady Matlock porque era la hija de un duque, y tu padre se casó con tu madre porque era hija de un conde."
"Pero no es lo mismo, Anne: los tres caballeros eran ricos y no…"
Anne lo volvió a interrumpir, "Tú sabes muy bien que los tres matrimonios fueron infelices. Al menos en mi caso, me casaría con el caballero que quiero."
Darcy no sabía que responder. Lamentablemente la afirmación de Anne era correcta. Los matrimonios de sus padres y tíos fueron arreglados, y ninguna de las tres parejas fue feliz. La mayoría de los matrimonios de la alta sociedad eran arreglados, y eran muy pocos los que eran felices.
Anne siguió dando ejemplos, y en un momento comentó, "Además, si una dama se desea casar con un caballero rico para asegurar su futuro, lo único que alguien podrá decir de ella es que es una caza-fortuna, pero nadie se va a horrorizar, ni a impedir la boda. ¡En este caso la situación es inversa!"
Por fin, Darcy logró articular palabra y respondió, "No es lo mismo, Anne. El hombre es quién tiene la obligación de proveer..."
Anne lo interrumpió nuevamente, "Darcy, por favor, no quiero discutir más; ya sabes que estoy en delicado estado. Independientemente si me caso con el capitán Harris o no, no pienso entregar en adopción a mi hijo. ¡Este niño o niña va a ser el heredero de Rosings!"
"Sabes que no es prudente que tengas un hijo fuera del matrimonio. ¡Tu reputación va a estar arruinada, y el niño no va a ser bien aceptado en sociedad!"
"¡Ya lo sé! Por eso es que prefiero que mi hijo no nazca fuera del matrimonio, y necesito que me ayudes a encontrar al capitán Harris, para que nos podamos casar lo antes posible." Hizo un gesto para impedir que Darcy la interrumpiera nuevamente y agregó, "Además, si me casó con él, necesito que me ayudes, y te asegures que el contrato matrimonial especifique que Rosings va a seguir siendo mi propiedad hasta el día que muera."
Darcy suspiró y después de discutir por unos minutos más, prometió acompañar a Anne a Ramsgate. Anne no deseaba que la Sra. Jenkinson los acompañara, ya que era fiel a su madre. Sugirió contratar a la Sra. Flynn, que había sido su niñera y desde hacia unos años se había retirado de servicio y vivía en una pequeña casa en Hunsford.
A la mañana siguiente, pese a las protestas de Lady Catherine, Darcy, Anne y la Sra. Flynn salieron hacia Ramsgate. Anne y la Sra. Flynn dormitaron parte del viaje, mientras que Darcy mentalmente se preguntaba una y mil veces si estaba haciendo lo correcto.
Unas horas más tarde, el carruaje paró en frente de la posada en Ramsgate donde iban a hospedarse hasta que Darcy diera con el paradero del capitán Harris. Darcy fue el primero en bajar del carruaje, y ayudó a bajar a la Sra. Flynn y por último a Anne.
Anne lo tomó del brazo, y cuando levantó la vista, sus ojos se abrieron muy grande por la sorpresa.
Como todas las mañanas, Elizabeth se despertó poco antes del amanecer. Después de la larga conversación con Mary sobre la salud de Jane, y pensar seriamente en lo que quería y sentía que debía hacer, decidió ir a visitarla.
A diferencia del resto de su familia, Elizabeth nunca acusó a Jane de ser egoísta por no haber vendido Longbourn y repartir el dinero en partes iguales. Incluso, la había defendido argumentando que ningún primogénito hombre vendía su propiedad para repartir con sus hermanos menores.
Dado que no era seguro que Elizabeth viajara sola y que pasara una noche en una posada, Jane había ofrecido pedirle al Sr. Hill que fuera a buscarla a Ramsgate, y viajaran juntos en la diligencia. Era una buena solución, ya que Elizabeth no se sentía cómoda viajando sola.
Elizabeth se sentó contra la ventana del comedor, y una hora más tarde ya había terminado de escribir la carta. Mary ya se había levantado y la ayudó a preparar el desayuno.
Después de desayunar y ayudar a su madre a sentarse en el comedor, Elizabeth se fue caminando rumbo hacia Ramsgate.
Si bien solo distaba unas tres millas de la cabaña donde vivía, Elizabeth había tenido muy pocas oportunidades de ir a la bonita ciudad, y prácticamente no conocía a nadie allí. Lo cierto era que tenía muy poco tiempo libre a diario, sumado a que al menos dos veces por semana la Sra. Holmes las invitaba a tomar el té.
El camino estaba muy bien conservado, y en poco menos de una hora llegó a la oficina de correo para dejar la carta y comprar papel.
Al salir, vio que un hermoso carruaje había estacionado enfrente a la gran posada que estaba a escasos pies. Vio que un caballero alto y muy bien vestido bajó del carruaje, y posteriormente ayudó a una mujer mayor y a una mujer más joven a bajar.
Cuando el caballero dio media vuelta, Elizabeth abrió muy grande los ojos por la sorpresa, y lo quedó mirando. Vio que del brazo del Sr. Darcy estaba Anne de Bourgh, y el primer pensamiento que acudió a su mente fue que se habían casado.
Si bien desde que habían perdido Longbourn sabía que un futuro con el Sr. Darcy era imposible ya que las diferencias económicas eran aún más marcadas que cuando le propuso matrimonio, sumado al hecho que no se sabía siquiera si Lydia estaba viva o muerta, se sintió triste.
Su primer instinto fue entrar nuevamente a la oficina de correo y esperar a que se fueran… No deseaba escuchar detalles de su boda, ni verlo con su esposa. Pero no logró dar un paso ya que en ese momento el Sr. Darcy la vio, sonrió ampliamente y se acercó rápidamente a saludarla.
Después de los saludos de cortesía – donde Elizabeth comprobó que Darcy no estaba casado con su prima - los dos estaban nerviosos y les costaba articular palabras.
Con curiosidad, señalando a la posada, Anne preguntó, "Srta. Bennet, ¿está usted hospedada en esta posada?"
"No; vivo a solo tres millas de aquí." Después de una pausa, Elizabeth preguntó, "¿Hasta cuándo se quedan en Ramsgate?"
"Nos vamos a quedar varios días," Cambiando de tema, Darcy la miró a los ojos y le dijo, "si le parece oportuno, me gustaría visitar a su madre y hermana para darle mis condolencias por la muerte de su padre."
Elizabeth titubeó por unos instantes, y finalmente accedió. Después de darle la dirección de su casa, Elizabeth se despidió. Darcy insistió para que su cochero la llevara en su carruaje hasta su casa e incluso en escoltarla, pero Elizabeth prefirió regresar sola caminando. Esos cinco minutos que estuvo en compañía del Sr. Darcy, le trajeron a la mente muchos recuerdos...
