El chico había escuchado muchas historias sobre varios profesores de la secundaria por parte de sus hermanas mayores, estaban los dementes como el encargado de química o la agradable enfermera que más de una vez había atendido a Leni, Luan y Lynn, luego estaba el intachable Sr. Bolhofner, alguien que siempre había sido descrito como la rectitud hecha persona supervisando un ramo tan detestado como lo eran matemáticas.

Al principio cuando se entero que ese sujeto sería su tutor a cargo le pareció bien, entre el caos que era vivir en su hogar con su familia un poco de control en la escuela no era algo que le desagradara, o eso creía el joven peliblanco antes de que empezara su incursión en aquel nuevo mundo académico.

- ...Y luego te hip amenazan por la charla de una niña que apenas si sabe lo que es menstruar hip, así que no serán así, no señor hip, creerán que lanzarme al patio y ponerme al grupo con antecedentes me hip hará renunciar, no, no, no, ya veeeraaaaaaannn...

Y fueron sus últimas palabras antes de caer de cara sobre el escritorio vociferando potentes ronquidos mientras comenzaba a acomodarse como podía en aquella vieja pieza de madera dispuesta para albergar su material.

Los estudiantes solo se molestaron en verlo unos momentos antes de comenzar a conversar entre los grupos que se habían formado debido a la nueva distribución, obligados en algunos casos a convivir con nuevas personas aprovechando que nuevamente el sujeto había llegado lo suficientemente ebrio como para tomarse un descanso de aquel bloque de clases.

- Hey Larry, ¿Juegas?

El peliblanco se limito a levantar sus hombros, realmente no tenia nada mejor que hacer.

- ¿Qué apostamos esta vez?

- Mmm, el postre del almuerzo.

- Podría ser peor.

Y con ello Chandler saco una algo gastada baraja de cartas, no conocía muchos juegos ya que solo jugaba un poco con su padre, Lincoln estaba en una situación similar respecto a juegos de cartas así que inesperadamente era algo que podía mantener a ambos chicos ocupados.

- ¿Hiciste la tarea de historia?

- Comienza a estudiar de una vez, no te voy a salvar otra vez con mis notas.

- Vamos Larry, creía que ya éramos amigos.

- Qué nos emparejen para los trabajos no nos hace amigos, creí que tenias a tu sequito para eso.

- Los chicos y yo hacemos cosas divertidas como salir por ahí o jugar videojuegos, las cosas nerds como estudiar las dejo para chicos como tú.

- Cállate, además yo también hago cosas así.

- Pues no lo parece.

Lincoln le quedo mirando fijamente mientras levantaba un de sus cejas, el pelirrojo solo levanto los hombros con indiferencia sin dejar de mirar sus cartas.

- Es la verdad, pregúntale a cualquiera, entre Jack que es el estereotipo de nerd americano y Justin que jura no notan como suda cada que habla con una chica los tienen fichados, además Han es extraño, no puedes negarlo.

- Clyde tiene a sus padres helicópteros, Rusty solo necesita algo de confianza y un cambio de peinado y Zach... bueno, es Zach.

- Hasta tú lo admites, lo que yo no entiendo es como tú y Ryan apestan tanto en los deportes, mi padre me dijo que vivir en una granja requiere mucho esfuerzo físico y tú tienes a tus 25 hermanas.

- Son 10 Charlie, no empieces más rumores de los que ya hay. - El muchacho sonaba molesto y claro que lo estaba, los rumores sobre su familia eran muchos y para colmo, en la mitad de ellos él ni siquiera era considerado.

- Hey, solo digo, teniendo a Lynn lunática en casa me esperaría que mínimo resistieras unas 2 vueltas a la cancha.

- Funcionamos a tiempos distintos, yo soy más de sentarme y leer un comic mientras ella vive cada momento de su vida como si fuera un deporte.

- Lo sé, la radio parece amarla, que Lynn en un maratón, que lunática en basquetbol, que Loud en soccer, fácilmente hace uno o dos triatlones por semana, ¿Acaso duerme mientras trota?

- Ha tratado de aprender, no importa realmente. - Su voz comenzaba a tener un tono irritado, ya tenia suficiente de sus "talentosas" hermanas en su diario vivir como para querer continuar con esa conversación.

- Esa chica va a ser un monstruo de 2 metros y brazos gigantes de adulta, suerte lidiando con ella.

- Ajá.

- ...

- ...

- Entonces...

- Si vas a preguntarme por otra de mis hermanas termino este juego ahora mismo.

- Ya, ya, no te enojes, solo te iba a preguntar si irías a mi casa a una fiesta que pienso dar.

- (Extrañado) ¿No que solo hacías cosas así con tus amigos geniales?

- Haces merito cuando no estás humillándote solo con esos planes y títulos raros.

- Mis planes son geniales.

- Son del asco y lo sabes "gurú del amor".

Lincoln pudo escuchar como unas suaves risas sonaron cerca, probablemente de algún grupo tan aburrido como ellos que no tenía nada mejor que hacer que escuchar el ambiente.

- E..Eso fue un pequeño desliz.

- ¿Y el traje de ardilla o Canadá?

- No hablemos de eso.

- Admítelo Larry, tus planes apestan, pero deja eso de lado y eres un intento de buen sujeto.

- ¿Intentas alagarme o insultarme?

- Tómalo como quieras, solo recuerda que estas invitado mientras no lleves al rarito de Jack y... Straight.

- Full house.

- Rayos, ¿Otra?

- ¡Chicos! - Una chica termino por llamar la atención de todos en el salón. - ¡Bolhofner está reviviendo!

- Doble rayos, bueno Larry se acabo la diversión.

Mientras el aturdido maestro comenzaba lentamente a recomponerse y los estudiantes retornaban a sus posiciones Lincoln simplemente dio vuelta su silla y miro al pizarrón con aquella molesta idea sobre la funcionalidad de sus planes, era cierto que más de una vez las cosas no habían salido como lo esperado e incluso entendía que más de un vez se había humillado tanto en privado como en público pero tenía sus logros... o eso creía.

Viviendo en una casa donde las chicas eran la absoluta mayoría requería que estuviese preparado, algunas opciones que barajaba ciertamente no eran las mejores y no puede negar que muchas veces a sido humillado pero se supone que de los errores se aprende, simplemente tiene que hacer nuevos y mejorados planes, estudiar que salió mal y todas esas cosas, incluso sus hermanas le abalaban cuando se refería a si mismo como el "hombre del plan", siguiéndole a veces sin pensarlo.

Las palabras de Chandler no tenían ningún sentido, o quizás eran una extraña forma de celos o broma.

- (Pensando) Mis planes no apestan, después de todo soy el hombre del plan... ¿Verdad?

Con eso se fijo en el pizarrón, el que hace unos momentos era casi un cuerpo inerte en un profundo coma etílico ahora tenía por la mitad el pizarrón lleno de cosas que, a su pesar, sabe deberá anotar.

- (Pensando) Rayos.

No entendía como alguien que claramente debía tener una resaca atroz podía impartir tan rápido una clase de matemáticas.

Horas después

La escuela había terminado y a diferencia de otros días decidió caminar a casa, desde que Lori partió a la universidad los viajes en vancilla hogar-escuela y viceversa habían disminuido considerablemente y hoy era de esos raros días donde su madre fue a buscar a la familia debido a la llegada de Lori, algo que prefirió abstenerse ya que quería pensar bien aquella conversación que había calado profundo en su mente, algo que para su suerte Rita acepto con la condición que comprara de camino algunas cosas para la cena de esa noche.

Clyde se había ofrecido a acompañarle ya que le había notado extraño pero quería estar solo en ese momento, apreciaba mucho a su amigo y estaba agradecido que hubiese superado en gran parte aquella obsesión con su hermana pero lo mejor era evitar contacto y así una posible recaída. Lo mejor para su amigo era que no se enterase de aquella visita de hecho.

Al menos ahora tenía tiempo, silencio y aire fresco, era la mejor combinación para pensar.

Sus planes eran lo que ahora ocupaba gran parte de su pensamiento, era una característica única de él siendo quizás junto a su cabello blanco lo único que realmente le permitía destacar en su entorno, así que se puso a pensar en ellos.

Un pequeño flashback de Canadá le invadió mientras un escalofrío recorría su espalda, no tenía nada en contra de su vecino del norte pero agradecía que sus compañeros se creyeran algo tan ridículo como ser deportado por no querer consumir jarabe, era mejor que pensar que mando a más de 30 personas al hospital por dejar a un animal salvaje suelto en los pasillos de su secundaria. Al menos era una pequeña ventaja de que todos piensen que cosas extrañas pasan a tu alrededor.

Se suponía que el alce espantaría a los docentes lo suficiente para que le expulsaran, pero no contaba con que aquel animal fuese tan agresivo, pero solo fue un pequeño error en su plan. Solo tenía que evitar el uso de animales salvajes para el futuro, o al menos restringirlo a cosas menos destructivas.

También estaba esa vez donde creía que sus vecinos eran espías que buscaban acabar con las cerezas y arruino un proyecto familiar de mezcla botánica y duraznos solo por una serie de reacciones ante una familia alérgica a las cerezas, al menos la planta sobrevivió lo suficiente y pudo formar una especie de amistad con el muchacho, o al menos caminar a la secundaria juntos algunas veces.

Solo tenía que evitar destruir evidencia antes de comprobar si las cosas son realmente benignas, o al menos si no son invaluables.

O tal vez podría ajustar un poco su rango de acciones, quizás realmente era irritante a sus hermanas con algunos de sus planes, cuando intento bajar las emisiones de contaminación fue un ejemplo, quizás si no hubiese convencido de antemano a Lisa todo hubiese sido peor, al menos solo salió con una descontaminación forzada debido a la acumulación de heces de bebé y una noche de filete por la sorpresiva cuenta baja de ese mes, ¿Eso podía considerarse una victoria no? Había conseguido una noche de filete para todos, quizás un gracias por sus padres hubiese sido mejor pero el filete lo compensaba.

Entre pensamientos y pensamientos fue que llego a la tienda, no eran muchas cosas y tenia el dinero justo, no habría problema más que un extraño antojo por una barra de cereal la cual podría conseguir si ahorraba lo suficiente.

- (Pensando) Es hora que el hombre del plan se haga cargo.

Unos minutos después el muchacho estaba saliendo de la tienda con dos bolsas de compras y la manga izquierda de su polo descocida, no veía al muchacho del gorro blanco desde que intento comprar ese cereal con temática de zombie que resultaron ser decepcionantemente amargos y ahora no solo había dañado una de sus polos favoritas sino que llegaría a casa sin una de las especias que le habían encargado y estaba demasiado agotado como para intentar solventarlo de alguna forma, solo diría que ya no quedaba e iría a su cuarto, bajaría para saludar a Lori cuando esta llegase, cenaría y dormiría, algo que sentía que le hacía mucha falta.

Abatido, decaído y pensante fue que el muchacho se acercaba al 1215 de la avenida Franklin, los juguetes repartidos por todas partes y la antigua van delataban quienes eran los habitantes de aquel lugar, aunque grata fue su sorpresa cuando junto a la van familiar se encontraba otro vehículo, uno que si bien apenas si lucia más nuevo que el transporte común de su familia no podía significar otra cosa sino que el miembro faltante de la familia había adelantado su horario de llegada, su hermana mayor Lori ya había llegado a casa.

Con emoción saco esas malas ideas de su cabeza mientras la movía rápidamente de un lado al otro y apuraba el paso, pues podía notar como bullicios provenientes de la cocina mostraban la presencia de la unión familiar que tanto le agradaba.

Al encontrarse frente a la puerta intento abrirla pero pudo notar como estaba cerrada con seguro, algo que no le agradaba pues sus llaves habían quedado sobre la cómoda de su dormitorio esa mañana, iba a golpear la puerta para llamar la atención cuando pensó en un nuevo plan, uno simple pero divertido a la vez, considerando que llevaba las compras faltantes entraría por la puerta trasera y de paso sorprendería a su hermana, era un ganar ganar así que no lo pensó mucho antes de escabullirse a la entrada trasera de su hogar.

En el momento que estaba cerca de la entrada pudo notar por el cristal de la puerta que en la cocina solo se encontraban Lori y Luna, algo que le agrado bastante ya que entre menos personas mejor sería su sorpresivo saludo, e iba a proceder con la apertura de la puerta si no fuese por las palabras que pudo escuchar señalándolo a él, quien se supone que no estaba en el hogar en ese momento, por lo que la curiosidad termino superando sus deseos de aquella sorpresa.

- ¿En serio Lincoln hizo eso?

- Si, Pops nos conto lo que hizo, fue un gesto noble pero pff hahaha.

- Dime que lo fotografiaron por favor.

- Por supuesto sis, pero es confidencial, el chico no tiene idea que hay registros de eso.

En ese momento Luna le muestra una fotografía a Lori de Lincoln disfrazado de Myrtle, o una versión pequeña de ella.

- Jajajajaja, dios, se ve tan gracioso jajaja.

- Lo sé jajaja, y yo que creía que verlo con los calzones por fuera era lo peor que podría hacer.

- Los planes de Lincoln son literalmente geniales, nunca fallan en hacerme reír. - La joven rubia estaba ligeramente encorvada mientras se limpiaba una lágrima por la risa que le daba ver a su hermano vestido de esa manera.

- See, siempre terminan en desastre, ¿No se si no verá el patrón o lo hace por gusto pero ese chico no piensa muy bien las cosas?

- Déjalo ser, ¿Es el hombre del plan recuerdas? Es de las pocas cosas que se siente orgulloso y si quiere seguir así nosotras tenemos que respetárselo.

- ¿Y si algún día planea algo muy loco y se daña? Su escala crece con los años Lori.

- Solo me queda rogar porque sea lo suficientemente maduro en ese momento para darse cuenta que dicho plan apesta, además por el momento nos regala joyitas como estás.

Dicho eso Lori alzo nuevamente aquella imagen, algo que provoco la risa de ambas mujeres, o al menos estaban en eso hasta que pudieron sentir como alguien golpeaba la puerta de entrada, sabiendo que las demás se encontraban en sus dormitorios y sus padres en el ático solo podía ser una persona, por lo que rápidamente se tragaron su risa mientras la castaña guardaba su móvil antes de acercarse junto a su hermana a abrirle al único miembro faltante de la familia.

- (Feliz) Hola Lincoln, estoy tan feliz de verte después de tanto tiempo.

Dicho eso Lori se puso justo frente a su hermanito para darle un abrazo antes de que este fuera capaz de decir la menor palabra.

- Además mírate, estás tan alto, cómo sea, ¿Qué tal te va en la secundaria Linc?

- Bien Lori, algunos inconvenientes menores nada más. - Si bien Lincoln sonreía a su hermana mientras le hablaba este sonaba distante, algo que la mayor pudo notar.

- ¿Y esa frialdad? ¿No me ves en tantos meses y eso es todo lo que recibo? Incluso Lucy estaba más animada que tú.

- Bolhofner, eso me pasa, no supera esa demanda por acoso.

La expresión de ambas hermanas se torció ligeramente, ellas solo lo recordaban como el recto y educado hombre que fue, no aquel vago alcohólico que más de una vez había comentado cuando le habían preguntado.

- Oh... cierto, Bolhofner... - Luna solo sonreía incomoda, realmente era incapaz de creerle en su totalidad.

- Hey, al menos no estás en Canadá de nuevo, considera eso como una victoria Linc. - Dijo Lori antes de poner su mano en la cabeza del peliblanco y juguetear ligeramente con su cabello.

- Si, entiendo, ¿Podrían pasarle estás cosas a papá cuando aparezca? Mamá me pidió que pasara a comprarlas camino a casa y tengo algunas tareas pendientes.

- Claro bro, yo hablare por ti con papá, pero relájate un poco, mañana es sábado y está Lori, podrías quedarte aquí con nosotras mientras esperamos que bajen todas.

- Realmente tengo mucha tarea Luna, lo siento Lori.

- (Confundida) ¿Ok? Pues no te detengo hermanito.

Dicho eso Lincoln subió por las escaleras hasta que ingreso a su habitación, no tenía deseos de conversar con ellas en ese momento, de hecho no quería conversar con nadie en ese preciso momento, por lo que una vez estuvo dentro de ese armario reformado cerro la puerta y se dejo caer al suelo mientras su espalda se recargaba en esta.

Solo se quedo allí, sentado, observando la pared frente a él sin observar nada en especifico, contemplando frente a él la oda a su propia persona, juguetes, libros, historietas, papeles, cuadernos, entre otras cosas. Todo eso era él, eran cosas simples que su imaginación agrandaba, algo que podría convertirse en algo mejor si se usase debidamente o podría simplemente arruinarse, tal como lo estaba haciendo.

No supo cuanto tiempo estuvo en esa posición contemplando sus cosas, solo supo de su entorno una vez que el grito de su padre hizo eco en el hogar y todo habitante que se encontrase en el segundo piso supiese la noticia de que la cena ya estaba lista.

Realmente no quería bajar, quería quedarse allí y pensar un poco más, pensar en aquella nueva pieza de información que había adquirido y olvidar lo demás, desentrañar lo que aquello realmente significaba y dejar de fingir algo quizás siempre supo pero se negaba a aceptar.

Por ello soltó un suspiro, iba a fingir estar enfermo y que le dejasen estar solo al menos esa noche, fue su resolución y esperaba llevarla a cabo pero un suave golpe en su puerta le hizo reaccionar.

- Wincon.

Esa voz era una que el muchacho reconocía perfectamente, no sabía que estaba haciendo allí cuando debería de haber bajado con las demás para cenar pero allí se encontraba, justo al otro lado de su puerta.

- Lily, no quiero cenar, baja ¿Quieres?

- (Feliz) Wincon cea.

- Lily, en serio, me siento enfermo.

La pequeña comenzó a golpear con un poco de insistencia, lo suficiente para que el peliblanco abriese la puerta y quedase mirando a la pequeña de polera lila.

- Lily, eso es feo, no se hace.

La bebe solo respondió estirando sus brazos en dirección a la cabeza de Lincoln mientras abría y cerraba sus manos sin cambiar aquella sonrisa de su rostro.

- Upa, upa.

- ¿Quieres que te lleve abajo conmigo?

- Cea rica ente ma hermaos.

La bebé no desistió de su sonrisa ni de que su hermano le tomase en brazos, algo que tras unos momentos de duda el chico simplemente se dejo tentar y la alzo dejándola a pocos centímetros de su rostro mientras le miraba fijamente con una expresión estoica.

- Tú ganas pequeña, bajemos juntos.

- Wincon.

- Si, si, tu hermano Wincon está contigo... pero, (Decaído) ¿Tú estás conmigo?

Al mencionar la bebe procedió a darle un pequeño beso en la punta de su nariz mientras continuaba con su risita.

- Je, ¿Pregunta tonta verdad?

Y con ello ambos hermanos partieron a cenar, sintiendo Lincoln una extraña ligereza en su cuerpo, una que no le había dejado en paz durante todo ese día pero que ahora, con Lily en brazos, parecía que jamás estuvo allí.