- ...y con esa derrota los halcones quedaron eliminados del torneo, el desempeño que los jugadores mostraron hoy no fue para nada lo que los fieles espectadores esperaban, es cosa que recordemos cuando la capitana L...
Antes de que la televisión pudiese terminar su enunciado Lincoln apago la emisión, escuchar más comentarios que solo buscaban reírse del mal tiempo que estaba pasando el equipo no le agradaba, a su pensar eran solo buitres hambrientos por una victima a la que destrozar con sus palabras y desgraciadamente ese equipo era la actual victima perfecta, algo que nunca le dejo un buen sabor de boca desde niño.
Al unísono que un suspiro dejo caer su cuerpo en el respaldo del sofá, mirando al techo con suma seriedad en un intento de borrar aquel mal gusto que le había quedado ver aquella transmisión al punto que llevo una de sus manos al tabique de su frente para presionarlo ligeramente, más aquello no era muy útil para el ligero dolor de cabeza y la preocupación que surgían en su interior.
Era el cuarto juego en el que su hermana no solo lo había hecho pésimo, sino que se le notaba que se sobre exigía, era un pésimo presagio tanto como el hecho que Lily le contase que Lisa había ido en secreto al departamento de Lynn, algo que la pequeña apenas si pudo enterarse por mera casualidad. Comenzaba a temer por su hermana y la poca comunicación que habían estado teniendo últimamente.
- ¿Papá ta' ben?
Aquella frase desenfoco su atención de aquel molesto pensamiento cuando un pequeño de 3 años de cabello castaño le miraba con una mezcla de preocupación y pena, claramente enfocándose en la expresión del adulto peliblanco.
- Estoy bien Lem, solo estoy algo preocupado.
Dicho eso puso su mano en la cabeza de este y comenzó a revolver suavemente su cabello, el muchacho ciertamente tenia un don para acercársele cuando no se encontraba bien, tanto él como su novia le apreciaban por eso y después de criarle por más de un año ya ni siquiera se proyectaban sin él a futuro.
Tomo al pequeño y lo cargo hasta su cama, era algo tarde para que el niño estuviese despierto por lo que lo deposito en la cama y lo arropo con calma, dándole un pequeño beso en la frente al terminar de acomodarlo.
- Buenas noches pequeño.
- ¿Papá?
- ¿Sí?
- ¿Po' que no sories?
- ¿Qué?
- Mamá sorie, yo sorio, peo' tú no sories. – La expresión del niño se notaba algo triste tanto como su voz. – Cuado todos soreimos es mejor, ¿Papá eta' moesto comigo? ¿Soy ua' moestia?
- ¿Qué? No Lem, para nada, ¿Cómo puedes pensar eso?
- (Apenado) Papá siemre me mira iual.
- Pequeño, no lo hago porque no te quiera, es solo... es solo que mi cara es así... tú eres una de las cosas más preciadas en mi vida, es solo este tonto rostro el que no quiere hacerme caso.
El niño no se notaba muy convencido, pero el adulto solo respondió a eso con un abrazo mientras acariciaba gentilmente la cabeza del pequeño.
- Te quiero a un nivel que ni siquiera te imaginas hijo, y lo siento si mi mirada no lo demuestra.
- Io tabien te quiero papá.
- Eso es bueno oírlo, en todo caso ya deberías de dormirte, no creo que quieras tener sueño para cuando vengan tus tías mañana, ¿Verdad?
El pequeño al escuchar eso rápidamente asintió con la cabeza antes de meterla rápidamente dentro de la sabana, arruinando el arropado que había hecho el peliblanco antes aunque causándole cierta gracia, retirándose con una minúscula insinuación de sonrisa de la habitación.
Con eso hecho y apagando todo en la sala se dirigió a su habitación, donde Paige se encontraba recostada en la cama con su portátil en las piernas tecleando a gran velocidad.
Cuando noto que su novio se encontraba en la habitación preparándose para dormir cerro el dispositivo y enfoco su mirada en el hombre.
- ¿Tan tarde termino el juego?
- A la grabación de esta hora le ponen mucha publicidad, además que Lem se salió de su cama.
- ¿Te vio meditando otra vez?
- Me preguntó si era una molestia.
- Oh no.
- Lo sé, ni siquiera se porque tiene esas ideas.
- Bueno, con tu rostro cualquiera se sentiría incomodo y él es solo un niño pequeño.
- Eh... tienes un punto, además tengo motivos para estar nervioso.
- Lo sé (Suspiro) ¿Crees que venga Lynn mañana?
- Espero, aunque de hacerlo no tengo pensado comentarle sobre los juegos, ¿Y tus padres?
- No lo sé realmente, papá sonaba extraño así que no podría asegurarte, aunque aún así prefiero preparar para él y mamá también.
- Apoyo la idea, con ellos, mis tres hermanas, tú, Lem y yo va a ser la cena de acción de gracias más grande que este lugar haya visto.
- Será una buena experiencia para Lemuel, y creo que para ti también.
- ¿Para mí? ¿Y eso por qué?
- Bueno, supongo que saber que si tienes familia que te quiere es algo bueno. – Aprovechando que ya se encontraba recostado a su lado se acurruco junto a este. – Me gustaría volver a ver a ese tonto risueño que conocí algún día.
Lincoln levanto una ceja mientras le miraba extrañado, algo que duro unos segundos antes de que la muchacha fuera incapaz de resistir la tentación y comenzara a reír.
- Es solo una broma Linc, no te pongas así.
- Yo no dije nada.
- Si, lo que tu digas señor malvado.
Con ello la chica se recostó correctamente mientras le deseaba buenas noches a su pareja, Lincoln quería preguntarle por aquella afirmación, pero sus palabras murieron en su boca por lo que siguió a su pareja y también se recostó como correspondía en la cama pues sabía que el próximo día iba a ser realmente duro.
La mañana siguiente
Los preparativos habían sido hechos con antelación y ahora la pareja se encontraba repartida moviéndose de un lugar a otro por la cocina y la sala de estar del lugar preparando una considerable cantidad de comida acorde al número de invitados del lugar.
El primer año que se habían mudado a ese lugar no solo en esa fecha, sino que en todas las festividades Lincoln las había pasado en soledad pese a las invitaciones de Paige para pasarlas junto a ella con sus padres, pero Lincoln no tenia el menor animo de volver a Royal Woods.
Desde el segundo año en adelante si le acompaño, con algo más de confianza sabiendo que contaba con Lynn, Lily y Lisa, en el peor de los casos aprovechando su contacto con las primeras dos y la tercera quien se entero debido a un descuido por parte de Lily, aprovechando aquellas visitas para juntarse en algún parque o local en el que conversar tranquilamente y ponerse al día.
Pero ese año y debido a una inocente petición del pequeño niño la idea quedo en la mente de la pareja y se ofrecieron a ser los anfitriones de aquella velada, no tiene idea como consiguieron el permiso las dos menores para ausentarse de una de las más importantes festividades que conocían, lo que los llevo a esa agitada mañana la cual el pequeño que inicio todo solo observaba desde el sofá como sus enérgicos "padres" preparaban todo.
- ¿Tienes listas las guarniciones?
- Solo me faltan algunas ensaladas y unos aderezos.
- Vamos Lincoln, que el tiempo se acaba y todavía hay que disfrazar a Lemuel.
- Hey, que yo no fui quien le compro el traje de pavo, a todo esto, ¿Te llamaron tus padres?
- No todavía, es raro la verdad, pero estoy segura de que están bien, ¿Y tus hermanas?
- Tampoco me han respondido, lo último que supe de Lily fue esta mañana que me dijo que tenia un regalo para mí.
- Oh... ternurita, estoy segura de que es un centro de mesa, oye, mejor ve a vestir a Lemuel, déjame los aderezos.
- Bien, Lem, ya escuchaste a tu madre, marchando a tu cuarto, que hoy finalmente conocerás al resto de tus tías.
El pequeño castaño solo asintió con una sonrisa en su rostro, había amado el disfraz desde el momento en que lo vio y si estaba en calma era para asegurarse de que no le castigarían prohibiéndole vestirse con él... algo que Paige sabía amaría mostrarle cuando fuera mayor en fotografías que almacenaría con sumo cuidado para momentos clave, por ejemplo, cuando tuviese una pareja.
Tanto Lincoln como Paige no habían hecho mención sobre el infante a Lily o Lisa, solo Lynn era consciente de su existencia y le hicieron prometer que no diría nada pues ellos no estaban totalmente seguros de que hacer con el infante, pero después de tanto tiempo hace unos pocos meses habían decidido que lo adoptarían legalmente, lo habían tratado como si fuese su propio hijo pero siempre tuvieron ese miedo que Luna volviese, algo que después de poco más de un año sin que esta se mostrase podían estar tranquilos y mostrarlo tranquilamente ante los padres de Paige y las hermanas de Lincoln como si fuese su hijo biológico.
Por ello y con una sonrisa poco habitual en Lincoln este se encontraba en la habitación con el pequeño vistiéndolo para la tan especial ocasión mientras Paige continuaba con su parte de la merienda cuando esta sintió como tocaban a la puerta, aquel que llegase no grito el nombre de nadie por lo que no tenía la menor idea de cual de sus invitados podía además de que no fuese la castaña deportista, por lo que dejando los alimentos que tenía en sus manos rápidamente sobre la mesa se dirigió hacia la entrada, abriéndola sin mucho cuidado.
- Hola cuñada. – Menciono en un tono semi burlón y risueño Lily.
- Saludos pareja de mi hermano mayor. – Menciono con una extraña y perturbadora sonrisa Lisa.
- Chicas, un gusto. – En ese momento Paige abrazo a ambas invitadas. – Debieron habernos avisado cuando estuvieran por llegar, pudimos ir a buscarlas.
- Tranquila, no queríamos arruinar la sorpresa.
- Aún así, son muy jóvenes para ir solas por ahí en una ciudad que no conocen.
- Bueno, eso está resuelto mi estimada cuñada, realmente no veníamos en soledad.
- ¿Vinieron con Lynn? Entonces esta abajo, iré a saludarla.
- ¡Espera! – El chillido de Lily junto a la pequeña sonrisa que intentaba guardarse terminaron desconcertando ligeramente a la pelinaranja. – Necesitamos la ayuda de nuestro hermano.
- Él está ocupa...
- Porfis... tiene que ser él.
- ¿Es necesario? Él también está preparándoles una sorpresa.
- Bieeeen, Liss, acompáñame.
La muchacha de lentes solo recogió los hombros en señal de derrota mientras seguía a Lily por la puerta de entrada, las ocasiones que le había acompañado eran pocas y hubiese preferido quedarse dentro esperando, pero tenía curiosidad por lo que ocurriría en unos minutos.
Paige por su parte rio cansada por un momento, preguntándose porque tanto misticismo por parte de la niña, no paso mucho antes de que Lincoln saliese de la habitación con Lemy quien tenía un traje de una pieza con diseño de pavo que contaba con un sombrero de colonizador y una corbata a juego.
- ¿Quién llego? Oí un poco desde la habitación.
- Llegaron tus hermanas, ni idea de la razón, pero bajaron a buscar algo juntas. – Se le acerca al pequeño mientras pellizcaba una de sus mejillas - ¿Preparado para conocer a otra parte de tu familia?
- ¡Si! ¡Si quieo!
- Jejeje, ternurita.
Mientras ellos tenían su pequeño momento familiar una persona comenzó a asomarse por la entrada, esta era la figura de una mujer castaña adulta quien tenía el cabello suelto y una sonrisa divertida en su rostro más se le notaba sumamente emocionada y nerviosa en el momento en que puso el primer pie dentro del lugar, una vez que pudo notar cierta cabellera blanca la emoción de esta persona alcanzo un nuevo rango al punto de que lágrimas comenzaron a reunirse en sus ojos.
- Linky... ¿De verdad... eres... tú?
Fue en ese momento que la pareja giro en dirección a la entrada notando su presencia, una que dejo impresionados a ambos adultos notando que eran alguien que no se esperaban al punto que la pelinaranja roto su cabeza con sumo miedo para observar la expresión de su novio y cualquier posible reacción que este estuviese, pero este no hizo sino mirar con miedo al pequeño infante que cargaba en sus brazos antes de volver a encarar a la figura que se mostraba sumamente emocionada en la entrada, claramente eufórica de alegría.
- Hermanito, te.. te extrañe tanto...
- Luan.
- Tengo tanto tiempo queriendo verte y conversar contigo hermanito...
La castaña bien paso de la impresión inicial se abalanzo en contra del peliblanco sin darle la menor importancia al pequeño que sostenía en brazos el cual rápidamente tuvo que pasar a su pareja donde apretó con toda la fuerza que pudo al muchacho en un abrazo cargado de cariño y tristeza por igual.
- Idiota, no sabes lo mucho que me preocupé cuando supe que desapareciste.
- ¿Cómo llegaste aquí?
- ¿Qué no las chicas subieron primero?
- No las note, estaba con Lem.
- ¿Lem? – Ese fue el momento donde recordó la pequeña presencia que su hermano sostenía en sus brazos pero que su reencuentro no le dejo asimilar – Ese... ese es...
Lincoln al notar la duda en la muchacha estaba por interponerse entre ambos, pero el rápido movimiento con el que esta le arrebato al pequeño a Paige no le dejo reaccionar a ninguno antes de ver como esta levantaba por lo alto al pequeño disfrazado de pavo.
- Pero mira esta ternurita, oh Linc... ¡Lincoln! ¡¿Por qué no nos dijiste que tenías un hijo?!
- ¡¿Hijo?!
La voz tanto de Lisa como de Lily resonó desde la entrada, ambas chicas lucían claramente desconcertadas con aquella noticia tanto como el castaño que se encontraba detrás de ellas con un pequeño de la misma edad que Lemy en brazos, un chico que también tenía el cabello castaño.
- ¿Cielo? ¿Qué está pasando?
- Oh dios, oh dios, oh dios, Benny, cariño, soy tía nuevamente y yo ni enterada, mi hermanito tuvo un hijito, oh dios, oh dios, oh dios, es que míralo.
En ese momento la castaña dirigió sus brazos en dirección a la entrada con el pequeño disfrazado, mostrándolo a las cuatro personas que se encontraban allí.
- ¿Tías?
- ¡Lincoln Albert Loud! ¡¿Por qué no me dijiste esto antes?! – Lily trataba de sonar amenazante, pero sus chillidos no le ayudaban en lo absoluto en cumplir aquello por más que eso no le impidiese abalanzarse junto a Lisa donde se encontraba el pequeño quien ahora era envuelto por sus tres tías.
Paige al notar esa reacción pudo suspirar tranquilamente antes de intentar mezclarse con el alegre ambiente que las inocentes palabras del pequeño provocaban.
Lincoln, por su parte, estaba más tenso que nunca. En parte se encontraba feliz porque Luan no le había reconocido y le había confundido con su hijo, más nunca espero que Luan se apareciese ni menos con su familia, probablemente Lily creyó que sería una buena sorpresa para él siendo que ella no era mencionada cuando hablaba de sus penurias, probablemente por eso considero que sería una grata sorpresa.
Desde ese momento no pudo bajar la guardia.
Casi media hora después llegaron los padres de su novia, la cena se llevo a cabo, todos convivieron y Luan intento acortar aquella distancia que hace años se había creado entre ambos contándole historias de su vida actual y mostrándole a su querido hijo Lucio, más no pudo calmarse lo suficiente, rigidizando más su sería y habitual expresión durante la velada al punto que Lucio termino llorando cuando sus miradas se interceptaron en cierto punto. El hecho de que Lynn no apareciese solo ayudo a esa mala sensación que sentía a cuestas.
Pero sobre todo, vio convivir a ambos pequeños, el trato de ambos era una amistad inocente en la que al menos ambos parecían llevarse bien, algo que no pudo evitar dejarle un muy amargo sabor de boca conociendo la verdad, incluso quería preguntarle a su hermana al respecto pero estaba seguro que no sería bien tomado por esta y en ese punto temía por una mala reacción por parte de Luan así que solo dejo que siguiera refiriéndose al muchacho como su sobrino por parte de él... como su primogénito, un ser inocente y libre de culpa que recibía todo el cariño de una familia que le quería.
Aún con la llegada del ocaso la actividad entre las diversas familias que convivían en ese pequeño departamento no cesó, pero el peliblanco no lo soporto más y se excusó mencionando iría por algunos bebestibles adicionales, bien salió del edificio pudo sentir como alguien le seguía, girándose solo para encontrar a la causante de todas sus tensiones.
- ¿Realmente hice mal en venir Lincoln?
El peliblanco solo la miro fijamente, manteniendo su expresión intacta, algo que no ayudo a la calma de la muchacha en nada.
- Yo solo... yo solo quería volver a verte hermanito...
- Luan.
- Yo sé... sé que no fui la mejor hermana, sentía esa molestia en tu mirada cada que volvía por las fiestas a casa, muchas veces yo... te juro que pensaba en que te compensaría todo... sabía que tu relación con nuestros padres no era la mejor y tampoco ayudaba mucho cuando decidieron apoyar ciegamente a Lori, pero... snif.
Con un claro dolor Luan centro su mirada en el muchacho que tenia en frente, claramente no era el bebé que le hizo sentir cuando era pequeña que la comedia formaba parte de su ser, o el niño que le seguía a las fiestas de cumpleaños por azucaradas recompensas o siquiera el adolescente de cansada mirada que le evitaba los pocos días... no, horas al año que era capaz de verlo.
Era alguien con un semblante duro, una postura recta y una propia vida la cual ella había decidido interrumpir en un esbozo de egoísmo, en un burdo intento de recordar aquellos bellos momentos que tenia en su mente con uno de sus mejores espectadores.
Frente a él estaba un adulto que no le necesitaba, uno que tuvo que aprender a vivir sin su apoyo y del que ya siquiera compartían apellido. Uno cuya fría mirada congelaba aquella calidez de sus más tiernos recuerdos.
- ...pero aun así... snif... yo no quiero perderte hermanito, saber que te podría volver a ver nublo mi juicio... y yo solo... yo solo quiero volver a ser tu hermana... snif, ayudarte, aunque sea tarde, apoyarte en aquello que te lastime... por favor... hermanito... dame... dame una oportunidad.
El adulto le miraba con aquel mismo desplante que le había entregado durante toda la velada pese a que las lágrimas ya eran incapaces de parar, sus manos intentaban parar aquel torrente que se había desatado pese a que llevaba tanto pensado y practicando aquel momento, pero todo ello se rompía fácilmente con el silencio del hombre que vino a buscar.
Pero todo aquel remolino de sentimientos fue apagado por un pequeño retazo de voz.
- Luan, yo...
- ...entonces. ¿Llegaste bien?
- Por supuesto Lynn, aunque debiste haber asistido, la comida de nuestro hermano no tiene mucho que temer a la de nuestro padre pese a la innecesaria cantidad de pimienta que usa.
- Eso no importa en este momento, lo que importa es si trajiste lo que te pedí.
- Lo hice, en efecto.
- Genial, entonces dam...
- Lynn, es importante que me escuches, el compuesto sigue en fase gamma y no puedo asegurar la veracidad de su funcionamiento en seres homínidos, pero a la vez entiendo tu insistencia en querer cumplir aquellas visualizaciones que tienes de tu propia existencia.
- Al grano Lisa.
- La parte sensitiva de mi persona me recomienda que detenga esta prueba la parte lógica de me apoya en esta decisión, por lo que te lo advierto como hermana antes de tomarlo solo como una relación simbiótica de ensayo, detengamos esto ahora.
- Lisa, en serio, ya lo trajiste hasta aquí, es muy tarde para echarse atrás, yo... yo necesito ser la número uno.
- Sabías mejor que yo el hecho de que el ritmo de tu vida acabaría con tu carrera pronto, si esto sale mal solo empeorara todo.
- El que no arriesga no gana, y yo apuesto a que ganaré.
Lisa al escuchar eso quería replicar nuevamente, pero sus palabras murieron en su boca al notar la determinación con la que su hermana le estaba hablando.
Ese podría ser el inicio de algo nuevo, algo que quedaría marcado en la historia de la humanidad... o bien podría dejar otro tipo de marca, uno que el humano no recordaría en unos años más, pero una persona, una mujer... una familia... si lo hiciera...
- Lynn, confió en ti hermana.
Lisa no era de expresar demasiado sus emociones, nunca lo había sido y con el tiempo al menos en el apartado meramente científico ella no mostraba gozo por reacciones esperadas o decepción por los errores, había vivido una serie de errores y aciertos que habían reducido su capacidad de asombro o esperanza más allá de lo lógico, por lo que después de cerrar sus ojos un momento dejo de ver a Lynn como su hermana mayor y la tomo como otro sujeto de pruebas más, sacando de su maleta un vial junto a una jeringa la cual extrajo el contenido viscoso que este contenía, observando con firmeza la deteriorada expresión de la otrora campeona invicta Lynn Loud Jr.
Siendo aquellas sus últimas palabras, inserto la aguja en el brazo de la mujer, introduciendo aquella sustancia en el cuerpo de esta.
Y, muy en contra de su usual mentalidad, opuesta a lo que normalmente significaba la experimentación para ella, muy en lo profundo de su ser... se permitió orar.
- (Pensando) Por favor, si es que existes, no quiero jugar a ser tú, por eso te ruego... ayúdanos a que esto funcione.
