Existe un lugar donde puedes ser quien tú quieras, donde existen miles de mundos y miles de vidas, cada una más impresionante que la anterior. Ese lugar maravilloso que pocas personas tienen el privilegio de entrar, el lugar más increíble que alguien se pudo imaginar, el lugar donde cientos de personas se sientena salvo y donde por unas horas dejan de sentirse solas. Eso era lo que sentía el Dios de las Travesuras por la biblioteca real de Asgard, para él solo habían dos cosas importantes en su vida: su madre, Frigga y la biblioteca del palacio; y si tenía que ser muy sincero, pasaba más tiempo con lo segundo que con lo primero. Aquel lugar le proporcionaba seguridad y tranquilidad, estando ahí no solo salía de la aburrida vida que tenía, sino que también podía sentirse amado por alguien que no fuera su madre.
Pasó sus largos dedos por los innumerables libros que posaban en los estantes de los pasillos de dicho lugar. Cada que tocaba una nueva portada, repetía en su cabeza "leído"; había dicho la palabra varias veces hasta detenerse al tocar un singular material. El conteo paró al igual que él, miró hacia donde se encontraba el libro y lo observó detenidamente, buscó mentalmente todos los libros que había leído para encontrar uno que coincidiera con ese, pero su búsqueda fue en vano. Con la mano derecha tomó el objeto, lo sostuvo con cuidado, como si se tratara de un pequeño e indefenso bebé y posteriormente leyó el título "Iẹef". El título le pareció curioso, no recordaba haber leído algo con esa palabra, ni siquiera sabía qué significaba; por lo que, dispuesto a entender, abrió el libro con la esperanza de encontrar alguna otra palabra que entendiera o lo ayudara a, pero no se topó con ninguna; las decenas de páginas que estaban en el interior no eran más que hojas vacías, algo opacas por la humedad. La decepción se hizo presente en Loki, cerró el libro dispuesto a dejar el objeto en su lugar, pero la voz de un guardia que le pedía, por órdenes de su madre, se fuera a arreglar para el banquete que tendrían, le impidió lo anterior, llevándose consigo, el misterioso libro.
Los pasos firmes de Loki resonaban por uno de los largos pasillos que tenía el castillo de Asgard. Estaba molesto, eso se podía notar por la decoración que se movía a causa de su magia y que poco a poco iba cayendo.
-¡Loki! ¡Espera! -gritaba Thor detrás de él, tratando de detener a su pequeño hermano, pero Loki no hacía caso y con cada paso que Thor daba para acercarse a él, la magia que irradiaban las manos de Loki se hacía más intensa.
-¡Ojalá Odin jamás me hubiera sacado de ese maldito lugar! -gritó el Dios de las Travesuras, abriendo -con magia- las grandes y pesadas puertas de su aposento de forma brusca, produciendo un sonido sordo que retumbó por las paredes del palacio y que, Thor juraría, los nueve reinos también alcanzaron a escuchar.
La sangre del Dios hervía bajo su piel; su poca paciencia había desaparecido en el momento en que pisó el salón de fiestas y encontró todo ese alboroto, cientos de personas festejando algo que él ni siquiera sabía; sin embargo, el contexto de la fiesta no fue lo que le molestó, sino que todos lo vieran como un pequeño bastardo, alguien que no pertenecía ahí, que hablaran sobre él a sus espaldas, como si el Dios no tuviera sentimientos. Su ego se partía cada vez más con cada paso que daba hacia donde se encontraba su padre, madre y hermano, y cuando por fin estuvo al lado de su familia, un comentario de un amigo de Thor lo hizo explotar.
Detestaba todo eso, detestaba a todas las personas y detestaba, que a cada minuto, Asgard le recordara que él no era hijo de Odín, que él era el bastardo de la familia; la burla del reino.
-¿Sabes? Ahora seríamos dos completos desconocidos -expresó Thor recargado en el marco de la puerta, viendo a su hermano caminar de un lado a otro. El Dios del Trueno no comprendía por qué su hermano se había enojado y para ser sinceros, ni siquiera comprendía la mitad del comportamiento diario de Loki; parecía ser que el menor se enojaba por cualquier cosa que Thor hiciera, inclusive si respiraba. No recordaba cuál fue el día en que su relación pasó de ser "pasemos todo el tiempo juntos" a "no te quiero ver ni en pintura"; pero sabía que no había marcha atrás.
El Dios de las Travesuras chasqueó la lengua, molesto ante las palabras de su hermano mayor y lo indiferente que sonó su comentario-. Pero no estuviera viviendo en una mentira -atacó.
-Estuvieras muerto -concluyó Thor con el mismo tono de fastidio que su hermano menor-. Cámbiate y vuelve a la fiesta. Padre y Madre quieren estar con nosotros -el rubio dio media vuelta y se fue, dejando completamente solo a Loki.
El Dios permaneció viendo la puerta por unos largos segundos hasta que surgió en él, un arranque de rabia; aventó cuanto pudo en dirección a la puerta, maldiciendo millones de veces a su "querido" hermano. Lo odiaba, en serio odiaba al joven de hermosos cabellos rubios. La simple presencia de Thor hacía hervir su sangre y si fuera por él, ya lo habría enviado a Hel junto a su hermana desde hace eones.
Terminó dándose por vencido luego de destruir su cuarto por completo y, cuando su sangre calmó, suspiró molesto. Ya se vengaría de él tarde o temprano.
Giró su cabeza hacia el balcón y única ventana que había en el lugar. Podía ver desde ahí, las miles de estrellas que alumbraban el cielo de Asgard; un paisaje espectacular que jamás se aburriría de apreciar. Se dirigió hacia él en busca de un poco de aire fresco que apaciguara sus ganas de ir al salón principal y arrancarle uno a uno, los cabellos de Thor; desde ahí divisó el precioso árbol que florecía en medio del jardín de su madre y pensó en ella, su única razón por la cual estar vivo. Se recargó en el barandal que lo protegía de caer y pensó en todo; pensó en su vida y en su familia. Tal vez Odín tenía razón y los conflictos que tenía con medio Asgard se debían a él y su falta de cooperación con idiotas. A veces simplemente deseaba que Odín jamás lo hubiera sacado de Jötunheim. Se apartó del balcón, arregló su atuendo un poco, levantó los restos de una silla que obstruía su paso y salió de su cuarto con la frente en alto, listo para volver a tragarse todas aquellas pestes que decían sobre él.
El sol irradiaba de forma hermosa arriba de todo mientras que los pájaros volaban de forma libre. Loki trató de abrir los ojos, sin embargo la luz del sol le pegó directamente, impidiendo su visibilidad. Los cerró, se quedó así unos instantes, peleando contra sí para saber si debería despertarse o no. Concluyó que sería mejor seguir durmiendo, puso su brazo arriba de sus párpados y después de unos segundos, su respiración se fue tranquilizando. Total, no era como si ese día debía hacer algo importante.
El ruido se escuchaba lejano con el paso de los segundos, el viento junto al canto de ciertas aves, lo reconfortaba, sin embargo eso no era todo lo que podía escuchar a lo lejos, también voces, cientos de voces que gritaban, cantaban y platicaban, logrando desconcertar al Dios, a pesar de ello, no abrió los ojos, no hasta que el claxon de un automóvil lo sacó totalmente de sí. Se paró abruptamente, viendo directo al ventanal que tenía enfrente, decoración que no era parte de su cuarto. De un momento a otro, los sonidos de los autos se triplicaron, el triple de ruidosos y el triple de odiosos, el murmullo también se triplicó. Loki juraría que todo aquello estaba detrás de él. Miró a su alrededor, notando las paredes bajas de color beige, los cuadros -de buen gusto-, la mesita que estaba a su lado derecho y a tan sólo unos metros una cocina elegante y moderna. ¿Pero qué demonios era aquello? Observó unos minutos a su alrededor tratando de deducir en dónde estaba. Se paró completamente del mueble en donde minutos antes estaba acostado y caminó hacía la ventana en busca de información, tal vez el paisaje lo ayudaría a entender en donde estaba. Al mirar los enormes edificios que el panorama le daba, comprendió que ya no estaba en Asgard. Los automóviles haciendo ruido por las avenidas y las personas yendo y viniendo, desarrollaron dos preguntas clave en la mente de Loki; ¿Por qué estaba ahí? ¿Y quién lo había traído?
Vagó por la sala principal, tratando de encontrar algún indicio que le indicara el dueño del lugar; alguna fotografía o algún documento que nombrara a alguien. A unos metros cerca de la puerta encontró unos papeles que llamaron su atención, decenas de diplomas con un mismo nombre, sin embargo dos destacaban más que los demás, un título de filólogo y otro de médico cirujano, los dos a nombre de Thomas Loki Hiddleston, junto a una foto de él. La primera reacción del Dios ante esto fue de confusión, no entendía por qué alguien le pondría así a su hijo -una rara combinación de dos nombres completamente diferentes entre sí- y por qué esa persona se parecía tanto a él, es más, por qué parecían ser el mismo individuo. Rio sarcásticamente ante ello, pensando que todo eso sería una broma de alguien, tal vez de su hermano u Odín, posiblemente de Thor, tenía que ser él; seguro no le bastaba con hacerle la vida miserable con su presencia, sino que también quería hacerle una broma. Volvió a reír, tratando de calmar su odio.
-Bien, Thor, tú ganas. ¡Ya! ¡Yo estaba mal! -exclamó al aire esperando a que se confirmara su teoría, pero la respuesta nunca llegó, lo único que obtuvo fue el sonido del timbre, el cual retumbó por las cuatro paredes del apartamento, borrando la sarcástica sonrisa que tenía antes.
Dejó los cuadros a un lado y caminó hacia la entrada, intrigado por lo que pasaría a continuación.
-¡Hijo! Pensé que no te alcanzaría. Te hacía ya en el trabajo -exclamó alegremente una mujer de no más de 65 años, cabello rubio recogido en un moño, ojos azules, vestimenta elegante, junto a una gran maleta azul índigo; cruzó la entrada principal como si conociera el lugar desde hace siglos. Se veía contenta, dichosa y al mismo tiempo agitada. Sus ojos brillaron al ver a Loki, le dio un rápido abrazo y siguió su camino.
El toque de la mujer lo estremeció, se sentía cálida, suave y reconfortante; parecía ser que la conocía de antes, pues su cuerpo había reaccionado de forma extraña ante su roce.
-Tus hermanas me dijeron que posiblemente no te encontraría a esta hora. Me alegro de que no hayan tenido razón -sonrió la mujer, dejando ver dos largas hileras de dientes blancos. Dejó la maleta a un lado del sillón donde minutos antes había estado Loki y lo miró-. Has crecido tanto, amor -los ojos de la señora mostraban ternura ante él, cosa que desconcertó, aún más, al Dios de las Travesuras, ya que nadie más que Frigga lo había visto de esa manera-. ¿No crees que llegarás tarde al trabajo?
La mujer dio media vuelta, dejó su bolso de mano en la mesita de centro para después sentarse-. Ni siquiera estás cambiado, ¿hoy no trabajas?
Loki abrió la boca para comentar algo, pero nada salió de ella, no tenía ni idea de qué decir. Empezaba a creer que nada de eso era una broma, sin embargo, no sé le ocurría quién pudo haber ayudado a hacer tal hechizo, ni siquiera conocía uno que pudiera hacer ello.
-Madre -decidió seguir el juego-. ¿Qué haces aquí? -se aventuró a preguntar, tal vez con ello podía conseguir un poco de información de lo que pasaba.
-¿Cómo que qué hago aquí? Hace una semana te avisé que vendría a visitarte. Deberías trabajar en tu memoria, ¿qué tal si uno de estos días se te olvida donde va cada órgano y terminas poniendo el corazón en donde va el estómago? -la mujer rio ante su propia broma y lo único que Loki pudo hacer, fue sonreír algo incómodo. La fémina se cruzó de brazos y se giró para ver la vista que ofrecía el ventanal.
-Bien -murmuró como respuesta el Dios de las Travesuras-. Puedes quedarte aquí el tiempo que desees. Debo salir… instálate donde quieras.
-¿Irás a la clínica?
-Posiblemente -Loki dio unos pasos hacia ella, besó la mejilla de la mujer en un intento de guardar apariencias, sonrió y se retiró del lugar. Ya se vengaría del responsable que lo obligó a hacer eso.
Su semblante cambió apenas salió del apartamento, ahora su ceño estaba fruncido, manifestando enojo. Caminó por el pasillo, murmurando cientos de cosas, la mayoría de ellas era cómo mataría al responsable de la ilusión. Thor definitivamente había cavado su tumba y lo haría sufrir apenas y lo encontrara. El bolsillo derecho de su pantalón comenzó a vibrar, sacó el teléfono celular sólo para leer el contacto que lo llamaba.
-Stephen Strange -leyó. Observó el móvil un largo rato hasta que dejó de sonar. Ignoró aquello y dejó de nuevo el celular en el bolsillo.
Soltó una risilla, no podía creer que su hermano llegara a esas alturas, una broma muy bien hecha, definitivamente se merecía un diez en esta, contratar a una mujer para fingir ser su madre en la tierra e imprimir títulos universitarios, vaya que era impresionante; pero la ilusión comenzaba a hartarlo. Por un momento la duda comenzó a inundar sus pensamientos, ¿acaso era posible que su hermano mayor hubiera planeado todo ese alboroto? Parecía ser casi imposible aquello, aun así lo creía, o al menos una parte de él, porque la otra gritaba que esto no era obra de su hermano.
La Torre Vengadores se erguía imponente ante la ciudad de Nueva York; Loki podía jurar que el edificio se veía desde cualquier ángulo de la gran metrópoli, de hecho, notó que desde su apartamento podía divisarlo de forma perfecta. Sonrió al leer la "A" que había quedado a causa de la batalla hace años y que seguro ellos nunca arreglaron, tal vez ahora era el emblema de la torre, pero no lo sabía con certeza. Los automóviles eran lo peor del lugar, el ruido del claxon comenzaba a hartarlo, estaba seguro de que si se quedaba un día más su cabeza explotaría.
Cruzó la última calle para llegar al lugar y entró al edificio. La torre seguía tal y como lo recordaba, la recepción enfrente de los elevadores, un pasillo para la cafetería del lugar y con decenas de personas yendo y viniendo. Definitivamente era el peor lugar del mundo. Se dirigió a la recepción a paso lento, esperando alguna acción por parte de los demás por su presencia, pero no obtuvo nada, todos lo ignoraban, como si los ciudadanos de Nueva York hubieran olvidado que intentó conquistarlos años antes. Después de pensarlo un par de veces, decidió ignorarlo.
-Disculpe, ¿cómo puedo hablar con Anthony Stark? -preguntó Loki de forma relajada a la chica que yacía detrás de un computador, tratando de no sonar tan preocupado como lo estaba.
-¿Anthony Stark? -lamujer miró al Dios con una ceja alzada.
-Sí, Anthony Stark. Ya sabes, Tony Stark -contestó algo molesto. Pero la recepcionista lo seguía mirando de forma extraña-. ¿Iron man?
-¿Se refiere a la señorita Natasha Stark?
-¿Natasha? ¿Qué? ¡No! ¡Ocupo hablar con Tony Stark o con Thor si es que está! -alzó la voz de forma brusca, esperando que la chica lo entendiera, pero nada de eso dio frutos.
-Lo siento, señor, aquí no vive ningún "Tony Stark" -respondió seria.
-¡Já! ¡Por favor, estas son sus industrias! ¡Solo quiero hablar con Stark y ya!
La mujer frunció el ceño-. Ya le dije que solo existe una señorita Stark y si no tiene cita o no quiere entender, lo invito a irse.
Loki bufó, no entendía este lugar. ¿Una Natasha Stark? ¿Qué clase de broma era esa? Golpeó el mueble donde estaba la computadora, molesto. Sabía que no lo dejarían ver a ninguno. Maldijo y dio media vuelta para alejarse de ahí. Debía pensar en algo más.
Como si fuera por arte de magia, las puertas del elevador se abrieron, dejando ver al Capitán América junto a una chica bastante peculiar, creía haberla visto antes, pero no recordaba de dónde, atrás de ellos apareció Thor. Los ojos de Loki se iluminaron, por fin podía escapar de aquel martirio. Los tres pasaron enfrente del Dios sin darse cuenta siquiera de su existencia, lo que desconcertó todavía más al "asgardiano". Trató de detener a su hermano con magia, pero de sus manos no salió nada, ni una pequeña chispa, trató un par de veces más, pero al ver que nada funcionaba y que los vengadores no tardaban en irse, decidió hacerlo por sí mismo. Corrió hacia ellos, desesperado, tratando de no perder aquella oportunidad que se le presentaba. Gritó "Thor" un par de veces, pero al darse cuenta que el rubio no lo escuchaba, aceleró el paso y jaló de la capa del asgardiano, provocando que el Dios del Trueno se detuviera abruptamente y se volteara enojado.
-¡Hey! -Lo primero que vieron los ojos de Thor fue a un hombre de edad menor a él, de maravillosos ojos verdes y cabello negro corto, jalando de su capa.
-¡Hey, tú! ¡Dime qué demonios hago en Midgard! ¡Desperté aquí, en un departamento horrible, junto a una mujer que dijo que yo era su hijo! ¡Llegaste muy lejos, Thor! ¡Para ser una maldita broma esto apesta! ¡Sabes muy bien que detesto Midgard! ¿¡Y qué haces?! ¡Me dejas en un apartamento en Midgard! -expresó enojado de forma rápida, haciendo ademanes exagerados.
-¿De qué hablas?
-¡De tu estúpida broma para hacerme cambiar de opinión! ¡Pero adivina! ¡Fallaste, no me arrepentiré de mis palabras! -Loki dio media vuelta y siguió gritando, armando un escándalo en el lobby de la torre.
Los acompañantes del Dios del Trueno veían la escena tratando de entender lo que sucedía, ninguno recordaba haber visto a ese hombre alguna vez en su vida, pero parecía ser que el otro los conocía perfectamente bien, pues los apuntaba de manera continua; acciones que los preocuparon.
-Espera -trató de calmarlo Thor, pero Loki hizo caso omiso.
-¡No me digas "espera" hasta que me lleves a Asgard y enfrente de nuestra madre me pidas disculpas! -el enojo comenzaba a hacerse presente en su cuerpo y estaba seguro de que si su hermano no admitía lo que hizo, él mismo se lo sacaría a golpes.
-¡No tengo ni idea de quién eres! -gritó Thor de un momento a otro, zarandeando a Loki.
El semblante del Dios de las Travesuras cambió, la frase cayó en él como un balde de agua helada, esperaba todo menos aquella frase. Su sangre se heló, calmando la rabia con la que había llegado a la torre; por unos segundos le creyó, todo parecía ser tan real que una broma era imposible, sin embargo, Thor también podía estar jugando-. Es broma, ¿cierto? -fue lo único que pudo decir.
-No, en serio no sé quién eres -contestó Thor de forma seria viéndolo a los ojos. Loki desvió la mirada, no quería confirmar aquello leyendo sus ojos-. Lo siento -terminó por decir. Con cuidado, el rubio quitó la mano de Loki de su capa, antes de dar media vuelta y seguir su camino.
Loki permaneció en el mismo lugar, hipnotizado por la respuesta, pensando en lo que pasaba. Por primera vez temió la idea de perder, no solo a Frigga, sino también a Thor y Odín, y eso lo hizo temblar. ¿Qué había pasado? ¿Por qué Thor lo negaba? ¿Por qué sentía que su pecho se contraía y que el oxígeno le faltaba? No quería perderlo, definitivamente no quería perder su anterior vida; y no quería perder a su hermano. Con este último pensamiento, alzó la cabeza y volvió a correr tras él.
-¡Soy yo! ¡Tu hermano menor, Loki! -gritó con desesperación tomándolo del brazo de forma brusca, ocasionando, que Steve y la otra mujer, junto a los guardias que custodiaban la puerta principal, se pusieran en posición de defensa.
Los ojos del Dios de las Travesuras comenzaron a cristalizarse, sorprendiendo incluso a él mismo; se aferraba al brazo del rubio como si con ello Thor cambiase de opinión, pero él solo lo veía incrédulo.
Para el Dios del Trueno, Loki era un pobre chico confundido que ni siquiera reconocía, pero la forma en la que lo veía, lo hacía creer que parte de lo que decía era verdad.
-¿Loki? Lo siento -contestó apenado-. En mi familia sólo somos mi hermana y yo. No tengo ningún hermano menor.
Loki lo miró perplejo, sintiendo como una daga atravesaba su pecho. Su hermano, Thor, quien lo odiaba la mayor parte del tiempo, pero que también era quien lo apoyaba miles de veces y defendía otros miles, lo volvía a negar en ese instante. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas, pero no lloró, no sé permitiría llorar en frente de los nuevos desconocidos. Aflojó el agarre más por sorpresa que porque quería, provocando que los demás Vengadores dejaran de apuntarlo.
Hey! Hola! Ahora estoy con un nuevo proyecto, espero y haya captado su atención! La verdad pienso que se debe pulir un poco más, pero ya veré qué hago!
Algunas cosas que aclarar: Sí, aquí no existe ningún Tony Stark, sino una Natasha Stark, personaje que ya se ha mencionado antes en los comics. Este fic será una mezcla rara de MCU y los comics, así que cualquier duda aquí estoy ;) Gracias por leer!
