TSUNAGARI
01.01
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Consciencia
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Hola, ¿estás ahí?
…
…
…
Pasó un largo tiempo hasta que Kagome pudo mirar su móvil y ver el mensaje que le había dejado su amigo InuYasha.
Pensó en poner un mensaje de texto, tal como había hecho él. Sin embargo se sintió alentada por el tiempo de descanso que tenía ahora y por lo mucho que le gustaba mirarlo en la pantalla, aunque en ocasiones la conexión les fallara.
Se conocían hacía algunos meses y habían conseguido entablar una relación bastante cercana; tanto, que Kagome estaba cada día más segura de sentirse enamorada de él. Sin embargo, ¿qué sentiría su amigo?
La pregunta no era fácil de responder, sobre todo por la distancia que los separaba. Ella vivía en Tokyo e InuYasha en una zona a cientos de kilómetros. En algún momento habían bromeado sobre subirse a un tren, cada uno en su extremo, y reunirse en la estación que estuviese en la mitad de ese viaje. No obstante, siempre estaban las responsabilidades que, uno u otro, no podían dejar. Muchas veces Kagome llegó a pensar que los impedimentos sólo eran miedo en estado puro.
Miró a su alrededor y comprobó que no había personas cerca que escucharan lo que ella esperaba fuese un momento a solas. Quizás debería decirle que lo quería. Sacudió la cabeza un poco y pensó que lo mejor era dejar esto en una amistad por un tiempo más y tal vez así fuese él quién se declarara. Sonrió ante sus propias ideas y la sensación que tenía de estar en un romance adolescente. Marcó la llamada y se acicaló un poco los rizos oscuros con los dedos mientras esperaba a conectar.
Al paso de un momento InuYasha apareció en la pantalla, con su pelo blanquecino y sus ojos dorados que la miraban con atención; a Kagome el corazón se le arrebató. Respiró con algo más de fuerza, tomando el aire por la boca para calmar el latido que se hizo algo más rápido de lo habitual.
Hola, ¿cómo estás? —lo escuchó saludar con su amable tono habitual.
—Bien, ¿cómo estás tú? —nada nuevo en el saludo, sólo el fondo de pared que veía tras InuYasha. Habitualmente era de color blanco con una estantería que contenía algunos libros y un par de figuras de colección; ahora encontró madera pintada de color verde— ¿Estás fuera de casa?
Lo normal es que InuYasha estuviese en su casa a esta hora, Kagome entendía que su trabajo así lo pedía.
Oh. No. No… Estoy —un problema de conexión pareció entrecortar la voz y la imagen de InuYasha—… Estoy en casa.
La pared volvía a ser blanca.
Se quedó muda.
Cuéntame, ¿qué tal tu día? —él comenzó una conversación.
—InuYasha, ¿dónde estás? —insistió un poco más.
Donde siem… siem… donde siem…
¡KAGOME!
Su nombre fue un sonido metalizado que parecía salido de detrás de las palabras de InuYasha, como una interferencia rota que le puso los vellos de punta. Luego la imagen se dividió en varios pixeles en la pantalla e InuYasha desapareció.
La llamada se apagó.
A continuación intentó contactar nuevamente y lo hizo por varios días después, encontrando un móvil con número inexistente.
No entendió lo que había pasado; su mente no era capaz de procesar la información que había recibido en ese momento. Sin embargo algo encajó en ella un día, mientras al cruzar la calle vio una noticia pasar por una de las pantallas gigantes de un edificio.
"… Sancionada la red social. Los usuarios que descubrieron la creación de perfiles administrados por una IA, se manifiestan vulnerados al creer que aquellos programas realmente eran sus amigos y tenían consciencia"
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N/A
TSUNAGARI
Conexión a nivel humano
Esta idea surgió de forma extraña, así como suelen aparece muchas de ellas y como no encajaba en ninguna colección de drabble, pues ha tocado empezar una nueva.
Espero que les gustase y gracias por leer y comentar.
Anyara
