Esta obra es una creación original y está protegida por derechos de autor. Los personajes y elementos del universo de Fairy Tail pertenecen al autor mangaka Hiro Mashima


Fairy Tail: Nueva Extalía

Capítulo 18 - Vínculo de Maldición II

Arco del Nuevo Reino


El eco de la desaparición de Shaggotte aún resonaba en la sala. Carla, de rodillas, sentía cómo el mundo a su alrededor se desmoronaba. Las lágrimas caían sin control, cada una como un peso en su corazón.

Happy, de pie junto a ella, sintió que su propia tristeza se entrelazaba con la de Carla. Había luchado con todas sus fuerzas para recuperar su esencia, para proteger a los que amaba, pero la pérdida de Shaggotte era un golpe devastador. Se agachó a su lado, envolviéndola con sus brazos en un intento de consolarla.

"Lo siento, Carla… lo siento tanto…" murmuró, su voz quebrándose.

Carla continuaba llorando desconsoladamente. La visión de su madre desvaneciéndose ante sus ojos, atrapada por las cadenas de Shaddick, la había destrozado. Sentía como si el suelo se hubiera abierto bajo sus patas, dejándola caer en un abismo de desesperación. Cada lágrima que caía era una expresión de su impotencia, de la pérdida de alguien a quien nunca pensó que perdería de esa manera.

"¡Madre!" gritaba en un susurro desgarrador, mientras Happy, parado a su lado, intentaba acercarse.

La rabia comenzó a apoderarse de Carla. El dolor inicial fue reemplazado lentamente por una furia abrasadora que la llenaba desde el interior. Los músculos de su cuerpo se tensaron, y sus ojos, todavía llenos de lágrimas, brillaron con una determinación oscura. En su mente, solo había una imagen: Shaddick, sonriendo triunfante.

"Carla..." murmuró Happy con suavidad, intentando acercarse una vez más.

Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, la risa suave de Shaddick resonó en la sala. La reina nocturna observaba la escena con una mezcla de satisfacción y desdén. Disfrutaba del caos emocional que había desatado.

"Tranquilízate, princesa Carla," dijo Shaddick con una sonrisa cínica. "Tu madre no está muerta. Simplemente la he sellado en su aposento real."

Carla, sorprendida, dejó de llorar por un instante. Sus lágrimas cesaron, pero la tristeza aún se mezclaba con la furia que sentía. La noticia de que Shaggotte no había sido eliminada del todo trajo un alivio momentáneo, pero no lo suficiente como para apaciguar la rabia que bullía en su interior.

"¡¿Tú?! ¿Qué... le has hecho a mi madre?" preguntó Carla, su voz temblando, aún intentando procesar la noticia.

"Ya te lo dije." Shaddick soltó una pequeña risa, como si todo fuera un juego para ella. "Tu madre fue sellada en su aposento. Está bien, relativamente hablando. Pero dudo que la vuelvas a ver pronto. No te preocupes, su destino es lo último que debería preocuparte ahora."

Carla se quedó inmóvil, sus puños cerrándose mientras la ira se intensificaba. Aunque su madre estaba viva, el dolor de su encierro y la injusticia de todo lo que había ocurrido la enfurecía aún más.

Shaddick dio un paso adelante, con los ojos llenos de una fría satisfacción. "El puesto de Shaggotte está vacío ahora, y aunque muchos asumirían que quiero tomarlo, te diré algo. No me interesa el poder, Carla. Lo que realmente buscaba era sacar a tu madre del camino."

La confesión fue un golpe más para Carla. No era solo el poder lo que Shaddick buscaba, era algo mucho más personal.

Carla, aún enojada y con el dolor fresco por lo que cree que es la pérdida de su madre, le pregunta con una voz cargada de rabia: "¿Qué es lo que realmente buscas? ¿Qué era tan importante como para planear todo esto desde un comienzo?"

Shaddick la observa con una calma perturbadora antes de responder: "No lo entenderías del todo, pero te lo explicaré de igual manera." Hace una pausa, como si organizara sus pensamientos antes de continuar. "Como reina, el deber más alto es el bienestar del reino y sus ciudadanos. Es cierto que Shaggotte y yo hemos hecho un buen trabajo protegiendo a los distritos del reino Exceed de las amenazas externas. Pero realmente pienso que los Exceeds no deberían depender siempre de nosotras. Deberían ser capaces de protegerse a sí mismos."

Carla frunce el ceño, confundida, pero escucha atentamente.

"Lo que más me molesta," prosigue Shaddick, "es cómo las otras especies nos menosprecian. Nos tratan como inferiores, como si siempre fuéramos las víctimas, los débiles." Su mirada se endurece. "No soporto ver a los Exceeds de esta manera, siempre al borde del peligro, siempre necesitados de protección externa como los humanos, por ejemplo."

La última frase despierta preocupación en el equipo Exceed. Touka, visiblemente inquieta, da un paso adelante. "¿Estás hablando de iniciar una guerra contra los humanos?" pregunta con una mezcla de temor y desafío.

Shaddick suelta una carcajada, divertida por la interpretación. "Vaya, qué imaginación tan activa la tuya. No soy tan estúpida como para iniciar una guerra contra los humanos. Eso sería un suicidio y no está en mis planes, de ninguna manera."

Carla, sin embargo, sigue tensando los puños. "Entonces, ¿qué es lo que quieres?"

Shaddick la mira directamente, su tono bajando pero manteniendo la misma intensidad. "Lo que quiero es algo mucho más profundo. Quiero que los Exceeds, como sociedad, evolucionen. Que se conviertan en una civilización capaz de mantenerse por sí misma, sin depender de nadie. Y a nivel individual, quiero que cada Exceed sea capaz de mejorar mágicamente, hasta el punto en ponerlos a la par de los humanos, de manera que ninguna otra especie, ni humana ni de otro tipo, pueda ponerlos en peligro jamás."

El silencio cae sobre el grupo. Las palabras de Shaddick resuenan en la sala. No es una amenaza directa, pero el equipo Exceed entiende la magnitud de su ambición. No busca conflicto, pero su deseo de perfección y autosuficiencia podría llevar a los Exceeds por un camino peligroso.

"Veo que mi objetivo les ha dejado bastante confundidos." Dijo la reina Shaddick. "¿Les puedo preguntar algo?"

Shaddick, con una ligera sonrisa, observaba la confusión y la rabia en los ojos de Carla. Los tres Exceeds, aún conmocionados por lo ocurrido con Shaggotte, se mantenían tensos. El silencio en la sala era espeso, roto solo por la respiración irregular de Carla, que aún intentaba asimilar las palabras de Shaddick.

"¿De verdad creen que soy malvada?" preguntó Shaddick con una voz suave, aunque en el fondo había un tono retador. "Díganme, ¿he hecho algo que no estuviera dentro de los límites de la ley? ¿He actuado sin un motivo justificado?"

Happy, Touka y Carla intercambiaron miradas, incrédulos ante la pregunta. Carla fue la primera en hablar, su voz temblando por la emoción.

"¡Por supuesto que lo eres!" gritó. "¡Has sellado a mi madre! Nos has hecho pasar por todo esto… ¡Y ahora actúas como si nada fuera tu culpa!"

Happy asintió, manteniendo la vista fija en Shaddick. "Has causado sufrimiento... ¿cómo puedes preguntar si eres mala después de lo que has hecho?"

Touka, aunque más calmada, añadió: "Has capturado a varios inocentes, que estaban sufriendo en el calabozo por motivos completamente plausibles."

"Esas personas han violado el toque de queda establecido por la ley. Todos tienen un pequeño lapso de tiempo de tolerancia para poder llegar a sus hogares o refugios." Explicó Shaddick. "Más allá de ese pequeño lapso, cualquier persona, ya sea Exceed o MF, será capturado."

"Pero eso es..." Hablo Happy sorprendido de escuchar sobre la pequeña prórroga.

"Es bastante benevolente, viniendo de mi. Es lo que ustedes piensan ¿Verdad?" Argumento Shaddick tratando de adivinar lo que el equipo Exceed estaba pensando. "Pero la verdad es que, esos civiles capturados, dependiendo del momento de su captura y del inicio del toque de queda, su sentencia se basa en el tiempo transcurrido entre esos dos lapsos de tiempo. Por lo que, los prisioneros no tendrían más que unas horas en el calabozo, y una pequeña multa."

El equipo Exceed, estaba sorprendido, ya que de ninguna manera se estaban creyendo lo que Shaddick les estaba explicando. "Pero ellos estaban sufriendo, estaban llorando del miedo."

"¿Y quien no tendría miedo si llegan a ser capturados?" Es una reacción natural cuando sucede por primera vez." Explicó Shaddick. "Lo que ustedes han hecho al liberarlos, jóvenes Exceeds, es hacerlos complices de los cargos de fuga. Por lo que ellos ya son criminales y tendrán un castigo más serio, a diferencia de las pocas horas que hubieran permanecido en el calabozo."

Shaddick, con una mirada indiferente, observaba al equipo Exceed con desdén. "Es inútil intentar luchar. Ya he ganado desde que Shaggotte desapareció. Y lo de tu tortura, Happy, fue solo un castigo por casi haber asesinado a Carla."

El corazón de Carla se hundió al escuchar esas palabras. Sin poder contenerse, se volvió hacia Happy, sus ojos llenos de preocupación. "¿Es verdad, Happy? ¿Te castigaron por eso?"

Happy bajó la mirada hacia sus pequeñas manos, temblando visiblemente. "Sí," murmuró, su voz apenas un susurro. "Por casi dos días estuve escuchando tus gritos y quejidos de dolor de ti durante nuestra pelea." Su declaración dejó a Carla y Touka horrorizadas, ambas cubriendo sus bocas en asombro e incredulidad.

Carla sintió un nudo en el estómago al darse cuenta del tormento que Happy había soportado. Miró a su alrededor, comparando su sufrimiento con el de él. Ella también había enfrentado su propia batalla; durante su recuperación, había lidiado con el miedo de ver a Happy, y eso le dolía en el alma. El peso de sus recuerdos la hizo cabizbajar, sintiendo lágrimas acumulándose en sus ojos.

Touka, al ver la angustia en sus amigos, se acercó rápidamente y los abrazó a ambos. "No comprendo por lo que has pasado, Happy," dijo con voz temblorosa, "pero estamos juntos en esto. Lo que ha hecho Shaddick ha sido una premeditación, ya sea legal o no."

Los tres se miraron, sus corazones latiendo al unísono, y el desafío en sus ojos se hizo evidente. Al encarar a Shaddick, el aire se volvió denso con tensión. "¿Realmente osan pelear contra la reina?" preguntó Shaddick, su voz desafiando a los tres.

El equipo Exceed asintió, llenos de determinación. A pesar de su deficiencia mágica, Carla se colocó en la espalda de Happy, dispuesta a apoyarlo en la batalla. Happy, sintiendo la fuerza de sus amigos a su alrededor, se transformó en su forma humana, mientras que Touka también se preparaba para luchar, mostrando su poder en su forma de batalla.

Shaddick se vuelve con indiferencia hacia el equipo Exceed, su mirada fija en ellos, pero sin la más mínima muestra de preocupación. "¿De verdad piensan que pueden hacerme frente?", dice con una voz calmada, casi burlona. "No tienen con qué darme pelea."

Los tres Exceeds se tensan, listos para contraatacar. Happy da un paso adelante. "¡No importa lo que digas, vamos a pelear!"

Shaddick levanta una ceja, mostrando un atisbo de diversión ante sus palabras. "¿Pelear? Tengo una mejor idea..."

"¿Que es lo que planeas hacer?" Pregunto Carla completamente alerta.

Sin más, Shaddick extiende su mano hacia el aire y convoca un cetro dorado que aparece de la nada, irradiando un aura mágica abrumadora. "Metamorphosis." Exclamó ella y sin vacilar, lo clava en el suelo con fuerza, haciendo que el impacto resuene en todo el salón real.

El equipo Exceed, con los ojos abiertos de par en par, siente un temblor bajo sus pies. Todo el castillo parece estremecerse, como si un terremoto se hubiera desencadenado. Las paredes y el suelo vibran con un retumbar ominoso.

"¿Qué has hecho?", pregunta Touka, su voz llena de incredulidad.

El temblor continúa, intensificándose poco a poco. Happy intenta avanzar hacia Shaddick, pero el suelo resuena con mayor violencia, obligándolo a retroceder.

"Detén lo que seas que estés haciendo." Exclamó Happy tratando de mantenerse de pie.

El temblor continúa, intensificándose poco a poco. Happy intenta avanzar hacia Shaddick, pero el suelo resuena con mayor violencia, obligándolo a retroceder. De repente, Shaddick había desaparecido, dejando solo el cetro dorado clavado en el círculo mágico que ha invocado con la desaparición de Shaggotte.

El suelo tiembla con más fuerza, y Touka corre hacia el balcón del salón, esperando ver qué ocurre afuera. Al llegar, queda atónita.

"¿Qué... qué está pasando?" balbucea. "Es increíble..."

Happy y Carla se le unen rápidamente, y lo que ven les deja sin palabras. Ante sus ojos, el castillo real se está transformando.

"Es... es imposible..." Carla susurra, su voz temblorosa mientras observa el espectáculo.

Happy también impresionado, apenas podía artícular una palabra. "El castillo... Esta siendo reconstruido..."

Ellos observaban que las secciones enteras del castillo, enormes alas y edificios que una vez formaban parte de la estructura principal, empiezan a separarse lentamente de sus cimientos.

"¡¿Tengan cuidado?!" grita Touka, claramente alarmada.

Las habitaciones y torres del castillo comienzan a deslizarse fuera de lugar, como si estuvieran siendo desmanteladas por una fuerza invisible. El ala este, una vez conectada por un puente de piedra, se separa completamente, flotando en el aire por encima del resto del castillo. Lo que alguna vez fue una sala de recepción, se eleva como un todo y se mueve a un lugar completamente nuevo, rotando sobre su eje mientras busca su nueva posición.

Los pasillos y corredores se estiran, desconectándose unos de otros para luego reformarse en diferentes ángulos, cambiando la geometría del castillo. Las torres más altas que coronaban el edificio se alzan del suelo como si fueran gigantescas columnas, reubicándose en nuevos extremos. Algunas habitaciones se elevan en el aire, flotando por encima de los otros sectores mientras esperan su nuevo lugar en la estructura.


Marice se encontraba recostada contra la pared, su cuerpo agotado y su mente abrumada. Había sentido el temblor que estaba sacudiendo al castillo, y un escalofrío le recorría la espalda. "No puede ser solo un temblor..." pensó, sintiendo una creciente inquietud en su interior. La sensación de que algo terrible estaba por ocurrir la agobiaba.

"Tengo un mal presentimiento..."

Miró hacia el pasillo oscuro, preguntándose si sus amigos estarían bien, si habían logrado escapar de los peligros que se cernían sobre ellos.


En el ala de los trabajadores, la servidumbre se encontraba en estado de pánico. Algunos se habían levantado de sus camas, confundidos y mareados por el movimiento incesante de las secciones del castillo. "¿Qué está pasando?" preguntó una joven sirvienta, aferrándose a la puerta de su habitación mientras el suelo temblaba bajo sus pies. Otros murmuraban entre sí, algunos intentaban calmar a los más asustados, pero el temor se podía sentir en el aire.

Lyra, la loba, se encontraba tranquila, aunque algo preocupada por Touka, pues desde que llegó la orden de regresar a sus respectivas, habitaciones, no lo volvió a ver. Pensaba que Touka se había adelantado en ir a habitación, pero nadie la había visto de nuevo.

"¿Touka, acaso te perdiste?" Se preguntó imaginándose a Touka atrapada en medio de los temblores. "Espero que estés bien..."


Desde el balcón, Carla, Happy y Touka ven con asombro cómo el castillo se reconfigura frente a sus ojos. Secciones enteras que antes formaban parte de los aposentos reales ahora se elevan y se colocan en lo alto de lo que solía ser la torre sur, mientras que lo que alguna vez fue una parte del ala oeste se reubica en el centro del castillo, creando un nuevo núcleo.

Mientras el castillo continúa reconfigurándose, las secciones flotando y moviéndose a nuevas posiciones, el equipo Exceed no pierde tiempo.

"No podemos estar quietos sin hacer nada," exclamó Carla. "Debemos hacer algo para detener todo esto."

Entonces la mirada de Happy se detuvo en el cetro. "¡Chicas miren! Si logramos quitarlo, creo que es posible que podamos revertir todo esto."

"¿Seguro que funcionara?" Pregunto Carla.

"Debemos intentarlo, chicos tengan cuidado con los escombros..." Respondió Touka. "A la cuenta de..."

"Uno ..."

"Dos ..."

"Tres ... ¡Ya!"

Entonces Happy, Carla y Touka se lanzan hacia el centro dorado que Shaddick había clavado en el círculo mágico momentos antes. Happy, decidido a detener la transformación del castillo, extiende su mano para retirar el cetro dorado del suelo.

Pero antes de que pueda tocarlo, la voz de Shaddick resuena por todo el salón real, como si fuera parte de las paredes mismas. "¿De verdad creen que pueden detener lo que ya está en marcha?" Su tono es frío, casi indiferente, pero tiene un matiz de burla.

Entonces los Exceeds, sienten algo debajo suyo... El suelo bajo sus pies comienza a brillar con una energía ominosa. "Este castillo ya no es lo que era... ahora responde a mí," continúa Shaddick. "Puedo cambiar no solo su forma, sino también su naturaleza mágica."

El suelo de mármol rojo bajo el equipo Exceed cambia de color, de un rojo a un tono más oscuro. Happy, Touka y Carla sienten una repentina presión sobre sus cuerpos.

"¡No!" grita Touka, sintiendo cómo su poder magico comienza a desvanecerse.

Happy y Touka, que estaban en sus formas humanas y de batalla respectivamente, sienten una fuerza mágica imparable que los arrastra de vuelta a su forma Exceed. Carla también, aunque ya en su forma Exceed, siente cómo su energía se debilita y su precognición se vuelve inútil en este nuevo suelo.

"Este suelo... es piedra de sellado mágico," dice Shaddick, su voz flotando desde todas partes. "Aquí, no pueden usar magia."

El equipo Exceed mira con horror cómo todo su poder se desvanece. Happy, Touka y Carla quedan indefensos, sus cuerpos ahora incapaces de canalizar cualquier forma de magia. Lo que antes parecía una tarea difícil, ahora se vuelve imposible.

"¡Tenemos que hacer algo!" exclama Happy, pero antes de que pueda moverse, el suelo comienza a sacudirse nuevamente, pero esta vez, el temblor es más localizado, justo bajo sus pies.

De repente, una grieta enorme se abre en el suelo, separando el salón en dos. Happy, Carla y Touka pierden el equilibrio y, sin poder volar o usar su magia, caen irremediablemente hacia el vacío.

"¡No!" grita Carla, estirando su mano para intentar alcanzar a sus compañeros, pero el suelo continúa abriéndose, ensanchándose cada vez más. El agujero negro debajo de ellos parece infinito, y el eco de sus caídas resuena por todo el salón.

"Esto es lo que ocurre cuando desafías el poder de una reina," declara Shaddick. "Han jugado su mano y han perdido. No merecen ser parte de mi reino."

Mientras caen, el castillo sigue temblando y transformándose a su alrededor, las enormes secciones flotantes reorganizándose como un laberinto en constante movimiento. El equipo Exceed desaparece en la oscuridad del agujero, sin saber lo que les espera más abajo, con el eco de la risa burlona de Shaddick resonando en sus oídos.


En medio de los temblores, en un aposento de lujo, Adrien, el Exceed rojo, siente cómo las vibraciones sacuden el suelo bajo sus pies.

"Con que ha comenzado." Murmuró él, mientras se levantaba con resignación.

Sabe que esta es la señal que ha estado esperando. Se levanta lentamente, apretando los dientes mientras su hombro y brazo heridos le envían punzadas de dolor. Sin perder tiempo, toma un analgésico, permitiendo que el alivio temporal le dé la fuerza para moverse.

Al salir de la habitación, una voz resuena en su mente. Era la voz de Shaddick, clara y dominante.

"Ha llegado la hora, Adrien," dice Shaddick con tono severo. "Las presas han caído. Ahora, ve y cázalas. Mientras tanto yo me encargo de lo importante. Tienes permiso para ejecutarlos."

Adrien asiente con frialdad. Sabe lo que tiene que hacer. Mientras ajusta su chaqueta, saca sus armas de fuego y varias cuchillas ocultas, asegurándose de que todo esté en su lugar. No se va a contener.

"Será un placer, mi reina," responde con una sonrisa torcida, mientras se prepara para la caza. "Muy bien, había estado esperando este momento, azulito." Expresó Adrien mientras pensaba en Happy y su resentimiento contra él.

Adrien sale del aposento con determinación. Los pasillos del castillo aún vibran bajo el poder de Shaddick, pero él está listo. La caza ha comenzado.


[...]

[...]

[...]


El equipo Exceed había caído por el agujero, pero en lugar de una caída abrupta, se encuentran deslizándose por lo que parece ser un tobogán sinuoso. El trayecto es caótico, con giros cerrados, pero finalmente alguien aterriza suavemente en lo que parece ser una cámara subterránea.

Happy es el primero en aterrizar en la cámara subterránea. Se levanta lentamente, sacudiéndose el polvo, mientras mira a su alrededor. "Esto... es raro," dice en voz alta, rascándose la cabeza. "Pensé que esto era una trampa mortal, pero parece más un... ¿tobogán de piedra?" Mira hacia arriba, donde el túnel por el que cayeron se extiende hasta el techo.

De repente, escucha un pequeño grito acercándose a toda velocidad.

"¡Cuidado abajo!"

Sin tiempo para reaccionar, Touka sale disparada del túnel y cae justo encima de él, aplastándolo contra el suelo. El golpe le saca todo el aire a Happy, que queda boqueando en el suelo.

"Touka..." Murmuró Happy aplastado por su compañera, visiblemente incómodo. "Levántate por favor..."

Touka, algo ruborizada por la posición en la que se encuentran, duda un momento y parece querer quedarse allí un poco más. Pero antes de que Happy pueda decir algo más, ambos escuchan otro grito acercándose a gran velocidad.

"¡Cuidado!" grito alguien, pero es demasiado tarde. Carla sale disparada del tobogán de piedra, cayendo a toda velocidad y aterrizando sobre Touka, aplastándola aún más, y dejándolo a Happy completamente noqueado.

El silencio que sigue solo es roto por el suspiro de Touka, enterrada bajo Carla y Happy, mientras trata de recuperar el aliento. "Definitivamente... no nos esperábamos esto..."

Happy aún adolorido tarda un poco en levantarse, sacudiéndose el polvo y revisando a sus compañeros.

"¿Están todos bien?" pregunta, su voz todavía algo adormilada.

"Sí, creo que sí," responde Touka, poniéndose de pie y estirando sus brazos, mientras Carla asiente en silencio, aún algo desconcertada.

El equipo se agrupa para evaluar la situación. La sala en la que han aterrizado es oscura, con paredes de piedra que parecen moverse de forma sutil, como si el castillo estuviera vivo y cambiando continuamente su estructura. Lo peor es que el mapa que habían usado para guiarse por el castillo ahora no tiene sentido.

"Esto es bastante malo," murmura Happy, mirando a su alrededor con frustración. No tenemos idea de dónde estamos. "Si bajamos bastante, es muy probable que estemos en lo más bajo."

"Y hay algo más preocupante, el castillo sigue cambiando," añade Touka, observando cómo una de las paredes parece desplazar bloques hacia otro lado. "Pareciera que está con vida."

"No podemos usar el mapa anterior." Carla señaló ese detalle. "Estamos en serios problemas. ¿Tienen alguna sugerencia?

Carla se apartó del grupo, su mirada perdida en las paredes que se movían de forma inquietante, pero lo que realmente la consumía era el silencio pesado en su pecho. La injusticia de lo sucedido con su madre no dejaba de martillarle la mente. Shaddick había afirmado que Shaggotte estaba sellada, pero algo no encajaba, y esa incertidumbre la estaba destrozando por dentro.

"Carla, ¿estás bien?" preguntó Happy, con una preocupación evidente en su voz.

"Sí, no me he hecho daño," respondió Carla, sin mirarlo. Pero no era el dolor físico lo que la atormentaba.

"No nos referíamos a eso," dijo Touka, acercándose y colocando una mano en su hombro. "Queremos saber cómo te sientes... después de lo que pasó con Shaggotte."

Carla cerró los ojos, tratando de mantener la compostura. "No lo sé... todo esto se siente... injusto." Su voz era un susurro, cargado de dolor. "Mi madre... ella no debería haber pagado por algo que no fue su culpa. Shaddick... todo lo que dijo... No puedo confiar en sus palabras. No sé qué creer."

"Lo que hizo Shaddick fue cruel," dijo Happy, acercándose más. "Pero ella dijo que tu madre sigue con vida."

"¿Y tú le crees después de todo lo que nos ha hecho?" Carla exclamó, con la rabia abriéndose paso. "No podemos fiarnos de sus palabras. Todo ha sido un engaño."

"Tienes razón," Touka asintió, apoyando a Carla. "Es natural que no confíes en ella... Yo tampoco lo haría."

"Pero no sabemos si tu madre realmente está..." Happy dudó, sin pensar en lo que estaba a punto de decir.

"¡No lo digas!" Carla giró bruscamente hacia ellos, sus ojos brillando con una mezcla de rabia y angustia. "No puedo... no puedo pensar en que esté muerta. No lo aceptaré hasta que lo vea con mis propios ojos."

Happy bajó la cabeza, reconociendo su insensibilidad. "Lo siento, no quise..."

"Es normal que te sientas así," intervino Touka, con una seriedad compasiva. "Esto es una pesadilla... pero no estás sola."

Carla desvió la mirada, respirando profundamente para controlarse. "Siento que en cualquier momento me voy a derrumbar... La duda me está destrozando." Se cruzó de brazos, aferrándose a sí misma. "No sé qué le ha pasado en realidad, y eso me está volviendo loca."

Happy dio un paso hacia ella. "Lo que le pasó fue una injusticia, pero no podemos rendirnos. Vamos a liberar a tu madre, no importa lo que cueste."

Carla lo miró a los ojos, la tormenta interna aún presente, pero la determinación en las palabras de Happy la calmó, aunque fuera por un instante. "Tienes razón... No podemos rendirnos ahora. Pero no puedo evitar sentir que es culpa nuestra. No fuimos lo suficientemente rápidos."

"No es tu culpa," dijo Touka con suavidad. "Pero vamos a asegurarnos de que esto termine de la manera correcta."

Carla asintió, aunque el peso en su pecho no se desvanecía. La sensación de que algo no estaba bien persistía.

"Entonces, ¿qué hacemos con Shaddick?" preguntó Happy. "Con el castillo cambiando y ella en el poder, no sabemos qué va a pasar con los Exceeds, ni con los MFs."

"Mi madre habría sabido qué hacer..." murmuró Carla, tratando de recomponerse.

De repente, una voz familiar resonó en su mente, un susurro que jamás esperaría escuchar en ese momento.

"Carla..."

La Exceed blanca se quedó paralizada. "¿Uh? ¿Me llamaron?" Preguntó a sus compañeros, pero ellos seguían hablando, ajenos a lo que ella había escuchado.

"Carla... Carla..."

"¿Quién está llamándome?" murmuró Carla, confundida. Y entonces lo supo. "Esa voz... ¡Madre!"

Happy y Touka se giraron hacia ella, preocupados por su reacción.

"¿Carla, qué sucede?" preguntó Happy.

Carla, con el ceño fruncido, les explicó que escuchaba la voz de su madre, Shaggotte, llamándola. Happy y Touka intercambiaron miradas de preocupación.

"¿Cómo es posible? ¿No había desaparecido?" murmuró Touka.

"Shaddick dijo que la había sellado en su aposento," recordó Happy.

La voz de Shaggotte resonó nuevamente en la mente de Carla. "Es verdad, estoy atrapada... pero me comunico a través de mi magia..."

Carla frunció el ceño, llena de esperanza y desconfianza al mismo tiempo. "Esto podría ser una trampa... No podemos fiarnos de lo que Shaddick ha dicho."

"Carla..." La voz de Shaggotte fue suave. "¿Cómo puedo demostrarte que soy yo?"

Carla pensó un momento, luego susurró: "Dime algo que solo nosotras dos sepamos."

"Comprendo..." La voz de Shaggotte se volvió más clara, recordándole el primer abrazo que compartieron cuando Carla confesó que era su madre biológica. "Recuerdas... fue un momento vergonzoso para ti... Ya que te pregunté si había algo entre tú y..."

"¡Suficiente!" Carla suspiro, mientras una gota de sudor recorría su frente al recordar ese vergonzoso momento. Era un alivio que solo ella lo pudiera escuchar "Si eres mi madre..." Confirmó ella mientras trataba de no sollozar de alivio. "No me hagas acuerdo de ese día."

"De acuerdo..." Respondió Shaggotte.

"Madre... ¿hay alguna manera en la que podamos liberarte?"

La voz de Shaggotte se tornó sombría. "Por ahora no tengo idea de cómo salir, pero tengo un plan para... retener a esa mujer perversa..."

"¿Tienes un plan?" Pregunto Carla sorprendida.

"Así es. Desde que Shaddick ascendió al poder, empece a sospechar de sus intenciones... Por lo que ideé un plan de contingencia... en caso de que algo me sucediera..." Explicó Shaggotte.

Carla sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La conexión entre madre e hija se sentía más fuerte que nunca. Sin embargo, algo no estaba bien.

"¿Qué es lo que tienes que hacer?" preguntó Carla.

"Debes hallar... Una sala de visiones del castillo... Allí encontrarán algo crucial... para detener a Shaddick... Todo lo que necesitan está en ese lugar..."

De repente, la comunicación entre Carla y Shaggotte comenzó a cortarse, la voz de su madre desvaneciéndose. "Carla, escucha..." fue lo último que logró decir antes de que todo se interrumpiera.

"¡Demonios!" Reclamó Carla molesta. " La comunicación se corto..."

"¿Carla, que sucedió?" Pregunto Happy algo preocupado.

"¿Que fue lo que dijo la reina?" Touka pregunto bastante intrigada por lo sucedido.

Carla, frustrada, se giró hacia Happy y Touka, con la determinación brillando en sus ojos. "Shaggotte tiene un plan. Debemos encontrar esa sala de visiones."


[...]

[...]

[...]


Mientras tanto, muy lejos de la capital real

El edificio principal del Consejo Mágico estaba iluminado por luces suaves que proyectaban largas sombras en los pasillos. Entre los ecos de conversaciones lejanas y el sonido de una multitud de pasos, una figura solitaria caminaba con paso firme. Un hombre humano, vestido con un impecable traje gris oscuro, tirantes y una corbata negra que le daba un toque de elegancia sobria, destacaba no solo por su porte, sino por la aura de profesionalismo y distancia que parecía rodearlo. Su cabello rubio pálido caía con una perfección calculada, mientras avanzaba sin prisa pero con determinación por los amplios corredores del consejo.

En ese momento, sintió la ligera vibración en su reloj. Miró la pequeña pantalla parpadear sin apresurarse a responder. En lugar de eso, aceleró ligeramente el paso hasta llegar a una zona habilitada para fumadores, un área discreta y apartada donde solo unos pocos se aventuraban a ir.

El reloj seguía vibrando, pero él no atendió la llamada de inmediato. Sacó una cigarrera de plata de su bolsillo y, con movimientos tranquilos, encendió un cigarro. El humo se elevaba en espirales mientras él inhalaba lentamente, esperando. El hecho de que la llamada no cesara era señal de que era un asunto serio, algo que no podía ignorar.

"Algo importante, ¿Eh?" Murmuró aquel hombre.

Cuando estuvo listo, con la calma que lo caracterizaba, deslizó el dedo sobre la pantalla del reloj y aceptó la llamada. La voz al otro lado rompió el silencio.

"Señor Noir... tenemos un serio problema," exclamó cierta mujer rubia, se trataba de Marice, con un tono tenso que dejó claro de inmediato la gravedad de la situación.

Él exhaló el humo del cigarro y frunció ligeramente el ceño.

"Cálmate y respira, Marice. Entonces dime exactamente qué ha pasado", respondió, su voz suave pero cargada de autoridad.

"Shaddick ha tomado el trono," soltó Marice sin rodeos. La alarma en su voz era inconfundible.

Noir no respondió de inmediato. Llevó el cigarro a sus labios, inhalando de nuevo, mientras sus ojos se entrecerraban con una mezcla de preocupación y resignación.

"¿Estás segura?" preguntó finalmente. "¿No es alguna de engaño o algo así?"

"No, esto es real. Me temo que Shaggotte haya desaparecido..." respondió Marice, su tono bajo y cargado de frustración. "Tengo miedo de que Shaddick haga algo conmigo... Así que tengo planeado huir del castillo."

Noir permaneció en silencio por un momento, observando el humo desvanecerse frente a él.

"Escucha, no hagas nada impulsivo. Tú eres la líder de los MFs por lo que no puede daño sin que alborote a casi menos de la mitad de todo el reino. Así que por ahora estás a salvo." Habló con firmeza.

"Eso me alivia un poco." Dijo Marice con algo de tranquilidad."

"Además te necesitamos para vigilarla, pero no podemos arriesgarnos si no ha hecho nada que sea abiertamente cuestionable. Mantén un perfil bajo por ahora."

"Entendido. Pero entonces ¿qué hará usted?" Pregunto Marice preocupada.

"Lastimosamente mientras Shaddick no haga nada malo, mis manos están atadas acá en el consejo." Reveló Noir. "Cuídate, Marice"

"Has lo que puedas, señor Noir." Respondió Marice antes de colgar.

Noir terminó la comunicación y dejó caer su brazo lentamente. Sus ojos aún reflejaban una preocupación latente, pero su postura siguió siendo la de un hombre seguro, en control. En su mente, ya planeaba sus siguientes pasos, pero sabía que no podía mostrar signos de tensión.

Mientras avanzaba nuevamente por el pasillo, dos trabajadoras del Consejo se cruzaron con él. Una de ellas, se lo quedó viendo con cierto interés.

"Ese sujeto si que se ve realmente atractivo, ¿no crees?" murmuró la primera trabajadora con una sonrisa.

La otra chica, simplemente sonrió con cierta lastima por su amiga. "Será mejor que pierdas la esperanza. El señor Noir ni siquiera es un humano... es un Exceed."

"¿Es un Exceed? ¿O sea una especie de gatos como los que pertenecen a Fairy Tail?" Pregunto la otra chica. "Espero que solo me estés jugando una broma..."

"No es ninguna broma, me pasó lo mismo, cuando lo conocí hace meses." Respondió la segunda chica. "Creo que a cada trabajador le sucedio lo mismo." Exclamó riendose.

La chica miraba a Noir con incredulidad. "Si es un Exceed, ¿Qué es lo que hace en el consejo magico?"

Noir, que había escuchado parte de la conversación, se giró hacia ellas con una ligera sonrisa, aunque su mirada seguía siendo seria.

"Me presento, mi nombre es Noir, el representante del Reino de Extalía en el Consejo Mágico," dijo con un tono firme pero cordial. "Mi labor es asegurar que la voz de los Exceeds sea escuchada y que nuestros intereses estén protegidos."

La primera chica lo miró con una mezcla de admiración y sorpresa. "¿El representante de los Exceeds...? No sabía que el consejo tenía uno..."

Noir asintió. "Es una responsabilidad que no tomo a la ligera. Mi especie ha vivido muchas dificultades desde que llegamos a este mundo, y mi deber es velar por su bienestar aquí."

La segunda trabajadora, quien había advertido a su compañera, inclinó la cabeza con respeto. "Gracias por aclararlo, señor Noir. No queríamos ser impertinentes."

Noir, con un gesto cortés, hizo una breve inclinación. "No hay problema. Ahora, si me disculpan, tengo una tarea importante."

Ambas trabajadoras se apartaron, y Noir continuó su camino, su mente aún ocupada en la situación del reino. Su papel como humano ante el Consejo y como un Exceed conectado profundamente con Extalía le exigía equilibrio, pero sabía que cualquier error, cualquier paso en falso, podría desencadenar una crisis mucho mayor.


Capital Real, Castillo

El equipo Exceed avanzaba rápidamente por los intrincados corredores del castillo cambiante, con Carla a la cabeza. Los muros parecían moverse sutilmente, como si el mismo lugar estuviera vivo y cambiando a cada paso. El silencio era casi abrumador, roto solo por el eco de sus pisadas.

Touka, caminando un poco más atrás, lanzó una mirada inquisitiva hacia Carla.

"Carla, ¿qué crees que es lo que Shaggotte nos dejó para enfrentar a Shaddick?" preguntó con curiosidad, tratando de aligerar la tensión.

Carla no se detuvo, sus ojos se mantenían fijos al frente, pero respondió con sinceridad.
"No tengo idea," admitió. "Mi madre no me habló de un plan específico... pero confío en ella."

Happy, que iba justo detrás de Carla, sonrió suavemente. "Si tú confías en Shaggotte, entonces yo también lo haré."

Carla no dijo nada, pero el leve rubor en sus mejillas fue evidente para Touka, quien rodó los ojos y susurró para sí misma: "Este no es el momento…"

El equipo continuó avanzando, hasta que finalmente llegaron a un pasillo largo y abierto. El techo alto y las enormes ventanas permitían que la luz de la luna lo inundara, proyectando sombras alargadas a lo largo de las paredes de piedra.

"Este lugar me da un mal presentimiento," dijo Touka mientras miraba a su alrededor, habían un montón de estatuas de caballeros con escudo.

"Es tu imaginación..." A primera vista, parecía un tramo más del castillo, pero algo en el aire cambió. Algo que solo Carla podía percibir. "No... Hay algo extraño..."

"¿Como que?" Pregunto Happy.

"No lo sé, pero estaré atenta usando mi Precognición por seguridad" dijo Carla.

Happy asintió, mientras Carla observa con cautela a su alrededor. Entonces se
e detuvo en seco.

"Algo está mal," susurró, con los ojos bien abiertos, como si estuviera viendo algo que los demás no podían percibir. Entonces su visión le mostro algo, y su expresión paso a una de sorpresa y terror.

Happy, distraido, casi choca contra ella, pero antes de que pudiera preguntar qué sucedía, Carla los empujó violentamente al suelo.

"¡Todos al suelo!" Exclamó Carla.

El impacto fue brusco, y Happy iba a protestar, pero justo en ese instante, un estruendo resonó a través del pasillo.

"¡¿Un disparo?!" Exclamó Touka sorprendida mientras se cubría las orejas.

La bala pasó silbando justo donde habría estado si seguía avanzando. El silencio que siguió fue sofocante. Carla estaba agitada, su respiración entrecortada, pero su expresión mostraba puro terror.

"¿Que demonios sucedió?"

"Vi... vi que moriste..." dijo, con la voz temblorosa. "Iban a dispararte justo en el corazón... lo vi tan claro..."

Happy se quedó en shock por un momento, sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de lo que acababa de evitar. "Gracias, Carla..." murmuró, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda.

Pero antes de que pudieran relajarse, una voz resonó a través de una lácrima parlante interrumpió el ambiente.

"Vaya golpe de suerte..."

El equipo Exceed, se sorprendió al escuchar bastante conocida. Happy se molestó en sobremanera, ya que conocía perfectamente a quien le pertenecia. "Adrien..."

"Me alegra que hayas escapado, gato idiota..." La voz de Adrien sonaba con arrogancia y emoción. "Al fin tengo permitido ejecutarte como realmente mereces, y lo mejor, que eso incluye a tus queridas compañeras."

La arrogancia de Adrien caló hondo en el equipo. Carla sintió que el aire se le escapaba, mientras que Touka apretaba los puños, furiosa. Mientras que Happy, alzo un brazo para tranquilizar a sus compañeras.

"¿Ejecutarnos? Entonces solo sigues órdenes de Shaddick ¿No es asi?" preguntó Carla mientras fruncía el ceño bastante molesta. Todo lo que había sucedido desde que llegó al reino, había sido solo un juego donde Shaddick, con la ayuda de Adrien, manipuló las cosas de la manera más horrible para ellos.

"Al parecer, la princesa recién ha acertado en algo." Confesó Adrien con un tono de voz burlón. "Bueno, después de tal paliza que recibiste de tu amigo azul, ya era hora que sepas la verdad."

Carla gruño por lo bajo, ya que no podía creerlo lo descarado que era ese Exceed. "¡Maldito Exceed!"

"Maldice lo que quieras, dulce princesa." Espetó Adrien. "Vuestro destino se decidió desde que habían llegado a la capital. Habéis desafiado la autoridad de la reina Shaddick, por lo que tengo la orden de ejecutarlos a ustedes."

"¡No te dejaremos hacer eso!" gritó Touka, su voz resonando en el pasillo. "¡Has fallado desde el momento en que Carla predijo tu disparo!"

Adrien se quedó callado un minuto. "Tengo que admitir que me había olvidado de la Precognición de Carla, pero me temo que eso no sera suficiente para la próxima vez. ¡Esta vez me llevaré a uno de ustedes!"

"Esto es malo. Busquen una cobertura." Exclamó Touka bastante preocupada. "Detrás de las estatuas." Exclamó señalando las enormes figuras de piedra.

El equipo Exceed, consciente de que Adrien estaba preparando su próximo ataque, buscaron refugio rápidamente detrás de las enormes estatuas de caballeros que adornaban el pasillo. Los escudos de piedra parecían ofrecer suficiente protección... por ahora.

"Adrien debe estar custodiando el camino hacia algo importante." Argumento Happy completamente alerta.

Mientras tanto Carla mantenía su Precognición activada, pero algo en el ambiente la inquietaba. Su respiración se volvió irregular, y con el ceño fruncido, no dejaba de observar el entorno.

Entonces logro ver algo alarmante en su visiones. "Tenemos que salir de aquí," dijo, su voz temblando de urgencia.

Happy, que seguía detrás de un escudo, la miró con confusión. "¿Por qué? Aquí estamos cubiertos."

Antes de que Carla pudiera responder, un disparo resonó en el pasillo. A primera vista, la bala parecía haberse desviado y estar a punto de perderse en la distancia. Pero, en un movimiento sorprendente, cambió de dirección de manera abrupta y se incrustó en la pared, a milímetros del rostro de Happy.

Happy retrocedió de un salto, sorprendido de haber esquivado el disparo por tan poco. Su corazón latía con fuerza, y por un momento, se quedó paralizado, incapaz de procesar lo que había sucedido. "¡¿Cómo demonios...?!" balbuceó, todavía en shock.

Touka, con el ceño fruncido, observó la bala clavada en la pared, su incredulidad reflejada en su rostro. "Eso no es normal... una bala no cambia de dirección así," murmuró, mientras su mente trataba de encontrar una explicación lógica. "Debe ser magia..."

Carla, con los ojos entrecerrados, asintió lentamente. "Esto es obra de Adrien... Está usando algún tipo de magia para manipular los disparos."

Happy, consciente del peligro que les rodeaba, decidió que era el momento de actuar. Concentrándose, se transformó en su forma humana, y exclamó: "¡Wind Change: Shield Form!"

Con un movimiento fluido de sus manos, su magia de viento comenzó a formarse a su alrededor hasta tomar una forma física, y un escudo se formó en sus manos. Apenas el escudo se completó, un torrente de balas se disparó hacia ellos, impactando con fuerza contra la barrera de viento.

Carla, que se había colocado rápidamente en el hombro de Happy, observaba con atención. Sus ojos brillaban con la intensidad de su magia mientras intentaba predecir las trayectorias de los disparos.

"¡Por la derecha! ¡Y luego a la izquierda!" Exclamó Carla.

Happy asentía, concentrándose en la tarea de mantener el escudo. Cada impacto resonaba como un trueno, pero su magia respondía, manteniéndolos a salvo. Detrás de él, Touka se mantenía firme, lista para actuar en cuanto la oportunidad se presentara.

"¡No te preocupes, Happy! ¡Tú solo mantén ese escudo y yo me encargaré de lo demás!"

A medida que las balas rebotaban contra el escudo de viento, Happy sintió una oleada de magia fluir a través de él. Sabía que debía mantenerse firme por sus compañeras. Las órdenes de Carla eran precisas, y él se enfocaba en seguirlas mientras luchaba contra la fatiga de su magia.

"¡Tengo esto! ¡No dejaré que nada las lastime!" Exclamó Happy.

La combinación de sus esfuerzos —la magia de Happy, la inteligencia de Carla y la valentía de Touka— creaba un frente impenetrable contra la tormenta de balas. Sabían que debían permanecer juntos si querían salir de esta situación con vida.


Por otro lado

En un pasadizo oculto, con una vista perfecta del pasillo donde se encontraba el equipo Exceed se encontraba Adrien.

Él sonrió, satisfecho. "¿De verdad Happy es tan ingenuo como para pensar que eso va a protegerlos?" pensó para sí mismo, mientras veía el escudo de viento. "Mi habilidad Shooting Pentagram, me permite alterar súbitamente la dirección de mis balas hasta 5 veces."

Con un movimiento calculado, Adrien tomó un cartucho de balas de su cinturón y comenzó a susurrar. Un pequeño pentagrama musical apareció ante él mientras trazaba cinco notas en el aire, cada una vibrando con su poder mágico.

Con su hechizo listo, recargó el arma y disparó. Una ráfaga de balas zumbó a través del pasillo, esquivando el escudo de viento con una danza casi mágica, siguiendo la trayectoria deseada de Adrien.


Las balas comenzaron a esquivar el escudo de viento de Happy, girando y cambiando de dirección con silbidos agudos, como si bailaran al compás de la siniestra melodía de Adrien. Cada bala parecía tener un propósito claro, y los Exceeds apenas lograban esquivarlas. Carla, normalmente tan precisa con su precognición, se encontraba al borde del pánico.

"No puedo seguirles el ritmo... ¡Son demasiadas!" dijo Carla, su voz cargada de preocupación.

Happy intentaba mantener su escudo en pie, pero las balas seguían encontrando su camino, burlando su defensa. El peligro era inminente.

De repente, Touka, con una expresión decidida, gritó: "¡No nos va a ganar así!" En un destello de energía, adoptó su forma de batalla, su cuerpo cubriéndose de una armadura acuática. Alzando sus manos, invocó su magia de agua con todo su poder. Una cúpula líquida se formó a su alrededor y envolvió al equipo Exceed, protegiéndolos. Las balas, al entrar en contacto con la cúpula, quedaron suspendidas dentro de la masa de agua, atrapadas en el escudo líquido de Touka.

Carla, sorprendida pero aliviada, observó las balas inmóviles dentro de la cúpula. "¡Increíble, Touka!"

Pero Touka no respondió de inmediato. Algo dentro de ella cambió al notar la dirección de los disparos atrapados. Sus ojos se enfocaron en un solo detalle: todas las balas estaban dirigidas directamente hacia la cabeza de Happy. Su corazón se aceleró y una rabia profunda comenzó a burbujear en su interior.

"Adrien..." murmuró con una voz temblorosa, apretando los puños. "¡Ese miserable... está tratando de matar a Happy-sama!"

La furia se reflejó en su rostro, sus ojos llenos de determinación y rabia. El agua en la cúpula comenzó a agitarse violentamente, resonando con la ira de Touka. Su cuerpo temblaba, no por el miedo, sino por la rabia que la consumía.

"¡No lo permitiré! ¡No dejaré que lo toques!" gritó, acumulando toda el agua y las balas dentro de la cúpula. Con un grito desgarrador, Touka lanzó todo su poder en dirección a Adrien, devolviendo las balas con una fuerza feroz, mientras el agua cortaba el aire como una ola de destrucción.

"¡NO VOY A PERMITIR QUE MATES A MI QUERIDO HAPPY!" rugió, su voz resonando por el pasillo.

El impacto de su ataque resonó como un trueno, y la fuerza de su magia hizo temblar las paredes a su alrededor. Touka, agotada pero decidida, observaba con los ojos encendidos de ira, esperando ver si Adrien había recibido su merecido.


Desde las sombras del pasadizo secreto, Adrien observaba con sus ojos afilados, esperando el momento en que su ataque se coronara con la victoria. Sin embargo, algo lo hizo tensarse. Touka, esa Exceed que había subestimado, había contenido todas sus balas. Frente a sus ojos, la cúpula de agua que ella había creado vibraba con fuerza, reteniendo los proyectiles que él había lanzado con su habilidad Shooting Pentagram.

Adrien frunció el ceño, no comprendía cómo había logrado contener todo el ataque. "¿Qué demonios...?" murmuró para sí mismo, pero la sorpresa se transformó en incredulidad cuando vio lo que vino después.

Con un grito de furia, Touka acumuló toda el agua y las balas dentro de la cúpula. El sonido de los disparos retenidos resonaba como tambores ahogados por el líquido, mientras la Exceed, con una expresión sombría y rabiosa, dirigía toda su energía hacia él. Su mirada, cargada de ira, lo perforaba desde la distancia.

"¡NO VOY A PERMITIR MATES A MI QUERIDO HAPPY!" gritó Touka, su voz desgarrada por la furia. En ese instante, la cúpula estalló y, con toda su fuerza, envió las balas de regreso. Los proyectiles surcaron el aire con un silbido estridente, cada uno emitiendo un tono diferente al desviarse por el pasillo. Aunque Touka no los había apuntado directamente a Adrien, las balas viajaban con tal potencia que se incrustaron profundamente en las paredes y el entorno a su alrededor.

Adrien apenas tuvo tiempo de reaccionar.

"¡Maldita sea...!" masculló, levantando su arma para protegerse. El escudo improvisado de metal recibió la mayoría de los impactos, pero las balas restantes atravesaron el pasillo como meteoros, incrustándose en las paredes y columnas detrás de él. El golpe de los disparos en el entorno levantó una nube de polvo y escombros, cubriendo el aire con una neblina fina. Adrien pudo sentir cómo las balas resonaban a su alrededor, cada impacto dejando grietas profundas en las superficies que tocaban.

El eco de los disparos quedó suspendido en el aire, y una sensación de peligro latente lo envolvió.

A pesar de su rápido reflejo, la fuerza del ataque de Touka fue tal que su preciada arma quedó destrozada en sus manos. El cañón estaba fracturado, inutilizado, y el golpe resonante a través de su brazo lo hizo temblar. Pero lo peor aún estaba por venir.

Adrien tocó su mejilla, y sintió la cálida humedad de la sangre. Una de las balas, en su trayectoria errática, había rozado su rostro, dejando un corte profundo. Adrien gruñó por lo bajo, apretando los dientes mientras su mejilla palpitaba con el ardor del corte.

Desde su escondite, Adrien apenas podía creer lo que acababa de suceder. Él, Adrien, había sido herido de una manera tan absurda por alguien que había subestimado. Pero lo que más lo enfurecía no era el corte en su rostro, sino el hecho de que los Exceeds habían logrado resistir su ataque.


Touka se quedó quieta, respirando con dificultad, mientras la adrenalina aún corría por sus venas. Miró a su alrededor, aturdida por la devastación que había causado. Las balas que había lanzado, cargadas de su furia, se habían incrustado en las paredes del pasillo, dejando marcas profundas y un rastro de polvo flotando en el aire. Nunca había imaginado que poseía tal poder.

A su lado, Happy y Carla intercambiaron miradas de sorpresa. Happy, con una amplia sonrisa que iluminaba su rostro, no pudo evitar sentir un calor en sus mejillas. "¡Touka! ¡Eso fue increíble! ¡Lo lograste!" exclamó, su voz llena de admiración.

Touka, aún aturdida, se sonrojó al recibir el cumplido de Happy. Sus ojos se abrieron de par en par, y el calor en sus mejillas se intensificó. "Y-y yo solo...," tartamudeó, sintiéndose repentinamente vulnerable ante la mirada de Happy. La calidez de sus sentimientos por él brotó con fuerza, y su corazón latía desbocado.

Carla, cruzando los brazos, intentó desviar la atención del momento emocional. "¡Eh! ¡No es tiempo para sentimentalismos!" dijo con tono firme. "Lo más probable es que Adrien esté incapacitado, pero debemos avanzar antes de que recupere el control. No podemos permitirnos perder tiempo aquí."

Mientras Carla hablaba, un destello de frustración recorrió su pecho. Ella no podía evitar sentir un leve cosquilleo de incomodidad al ver la fuerza de los sentimientos de Touka por Happy. "Esto es solo una batalla, no hay necesidad de volverse sentimental," pensó, tratando de mantener su enfoque en la misión.

Sin más palabras, el equipo Exceed se puso en marcha, avanzando rápidamente por el pasillo abierto que había dejado la furia de Touka. El eco de sus pasos resonaba en las paredes, pero el silencio que los rodeaba era inquietante. A medida que se adentraban más en el castillo, la tensión en el aire se hacía palpable.

Finalmente, llegaron a una intersección en el pasillo, donde se detuvieron en seco. "¿Dónde está Adrien?" preguntó Happy, buscando a su alrededor, ansioso y alerta. Pero no había ningún rastro de su enemigo, ni siquiera un indicio de que hubiera estado allí.

Carla se agachó, inspeccionando el suelo. "No hay huellas, ni marcas de un escape...," murmuró, levantando la vista hacia sus compañeros. "Debemos estar en guardia. Puede estar más cerca de lo que pensamos."

La incertidumbre los envolvió mientras se preparaban para lo que pudiera venir. Touka, aún sintiendo el calor de las palabras de Happy en su rostro, se preguntaba si había sido suficiente para mantener a raya a Adrien. Pero, por ahora, lo más importante era avanzar y descubrir lo que se avecinaba.


Oculto entre las sombras y la oscuridad, Adrien respiraba agitadamente, claramente aturdido.

"Han esquivado la muerte por ahora..." susurró Adrien, mientras se retiraba más adentro del pasadizo donde se encontraba oculto. "Pero no saldrán de este castillo con vida."

Mientras retrocedía, echó un último vistazo a su arma destrozada. Debía repararla, o improvisar algo, aunque no sabía si tendría la suerte de lograrlo esta vez.

"Maldita sea." Tendria que cambiar al plan B.


[...]

[...]

[...]


A medida que el equipo Exceed avanzaba por los oscuros pasillos del castillo, un aire de tensión los rodeaba. Cada paso resonaba en la fría piedra, y la anticipación crecía con cada momento que pasaba. Finalmente, llegaron a las imponentes puertas de un gran salón, adornadas con intrincados grabados que reflejaban una historia antigua.

Carla se detuvo en seco, sus ojos entrecerrados. "Espera...," murmuró, sintiendo una oleada de energía. "Mi magia de Precognición se ha activado sola." Extendió la mano hacia la puerta, como si pudiera sentir la fuerza que emanaba de su interior. "Debo abrirla."

Happy, confundido, frunció el ceño. "¿Qué tiene de raro que tu visión se active sola? Antes ya lo hacía," preguntó, sintiéndose intrigado.

Carla sacudió la cabeza, su expresión tensa. "No es lo mismo. Antes era solo una visión única. Pero ahora, a medida que nos acercamos al corazón del castillo, la visión se repite, mostrándome el mismo momento una y otra vez." Su voz se volvió más preocupada. "Veo a todos nosotros entrando en esta gran sala, y luego, todo se detiene en un bucle. No puedo ver más allá de eso. Siento que hay algo importante aquí."

Happy frunció el ceño, intentando comprender. "¿Crees que esta es la sala que hemos estado buscando?"

"No estoy segura," respondió Carla, la inquietud reflejada en sus ojos.

Justo en ese momento, Touka, con la oreja aguzada, interrumpió su conversación. "¡Escuchen! Hay una multitud de pasos que se acercan," dijo, la preocupación evidente en su voz. "Es un batallón de la guardia Fantasma."

Carla no perdió tiempo. "No hemos venido a perder el tiempo con ellos. ¡Entren a la sala de la visión!" ordenó, su tono de voz firme y decidida. El equipo asintió rápidamente, sabiendo que no había tiempo que perder.

Corrieron hacia la puerta del gran salón. Con un empujón, la abrieron de par en par y, sin dudar, se deslizaron dentro. La pesada puerta se cerró detrás de ellos con un estruendo sordo, y un suspiro de alivio recorrió a los tres.

Al entrar al gran salón, el equipo Exceed quedó envuelto en un aura de asombro. La sala de visiones era vasta, sus paredes completamente cubiertas por espejos de lácrima que reflejaban la luz, creando la ilusión de una esfera infinita a su alrededor.
Cada uno de los espejos estaba colocado con precisión, multiplicando su reflejo y haciendo que el espacio pareciera expandirse hacia horizontes desconocidos.

Carla, sintiendo la magia vibrar a su alrededor, dio un paso hacia adelante. "Es impresionante... No puedo creer que hayamos encontrado la sala de visiones", dijo con la voz llena de asombro.

"Si, pero todo esto me parece demasiado extraño," expresó Touka bastante intrigada al ver las extrañas implementaciones de la habitación a su alrededor, desconociendo del todo, para que servían, pero el nombre del salón, le daba una obvia idea sobre el propósito de la sala. "Supongo que todo esto se usa para la magia de Precognición de la reina Shaggotte... ¿Pero de que modo?"

Pero Happy por otro lado, con sus ojos brillando de emoción, exclamó: "¡Es como un sueño! Imagínate todas las visiones que podrían haberse proyectado aquí."

"Innumerables veces, eso es lo que pienso, ya que como es una reina debía estar anticipada a todos los escenarios posibles..." Argumento Carla con cierta tristeza al recordar el paradero incierto de su madre. "Al menos los que ella ha podido evitar."

"Entonces, ¿qué es lo que vinimos a buscar?" Pregunto Touka.

"Chicas, miren eso," Happy señaló en el centro del salón, debajo de la lácrima.

En la base de la lácrima central, descansaba un objeto imponente: un cetro real de exquisita manufactura. Su color plateado brillaba con una luz tenue pero constante, y sus detalles incrustados lo hacían destacar aún más en la sala. Su presencia majestuosa atraía la atención, como si fuera un artefacto destinado a alguien de gran importancia.

"¿Un cetro?" Pregunto Touka.

"Debe ser importante para que Shaggotte nos enviará por él. ¿Verdad Carla?" Pregunto Happy.

Carla, con los ojos fijos en el cetro, parecía cautivada, como si una fuerza invisible la llamara. Sin pensarlo, extendió la mano, sus dedos temblando ligeramente mientras se acercaban al majestuoso objeto. Apenas lo rozó, una leve conexión se formó entre ella y el cetro. Un cálido poder mágico envolvió su cuerpo, suave al principio, pero lo suficientemente intenso como para que sintiera su energía fluir por sus venas.

El cetro vibraba lentamente al contacto con ella, como si estuviera despertando después de un largo letargo. Carla mantuvo su agarre, esperando que algo más sucediera, pero, tras unos segundos, la vibración cesó, y el cetro pareció detenerse, adaptándose a su nuevo portador.

"¿Qué sientes, Carla?" preguntó Happy, observando la reacción de su amiga con curiosidad.

Carla frunció el ceño, aún sintiendo la magia latente del objeto en su mano. "Definitivamente tiene magia, pero no puedo usarla... al menos no como esperaba."

"Si estamos en una sala de visiones," sugirió Happy, "tal vez el cetro sea alguna especie de catalizador. Algo que la Reina Shaggotte utilizaba para activar estas visiones."

Touka, aún con la mirada fija en el cetro, asintió. "Eso tiene sentido. Quizás las visiones están vinculadas a este lugar y al cetro."

Carla respiró hondo y, después de un breve momento de duda, asintió. "Vale la pena intentarlo."

Cerrando los ojos, concentró su magia de precognición y, con un esfuerzo, intentó activar el cetro. De repente, una oleada de energía atravesó la sala. Las lácrimas de proyección en las paredes reaccionaron de inmediato, y los espejos comenzaron a vibrar, reflejando luces que giraban y rebotaban por toda la sala. Una nueva visión del futuro que Carla ahora estaba teniendo, comenzó a proyectarse a su alrededor.

El equipo Exceed estaba inmerso en esa visión, siendo testigos de lo que solo Carla había visto antes. Ahora, todos podían ser partícipes de ese futuro incierto, viendo el bucle que la había atormentado.

"Es increíble..." murmuró Touka, mirando cómo las imágenes danzaban alrededor de ellos.

Happy, aún asombrado, no podía apartar la vista de las proyecciones. "Parece que este cetro tiene mucho más poder de lo que pensábamos."

Carla, aún aferrada al cetro, supo en ese momento que aquel artefacto sería más importante de lo que jamás hubiera imaginado.

Entonces Carla tuvo otra visión. "¡Chicos miren!" Exclamó ella señalando las proyecciones.

Con todo el salón proyectando la Precognición de Carla, una nueva visión comenzó a formarse ante sus ojos. Esta vez, la imagen era clara: en pocos minutos, iban a ser emboscados por Adrien y la guardia fantasma. El equipo Exceed observó la visión con creciente preocupación, pero ahora, con este nuevo conocimiento, sabían exactamente lo que iba a suceder.

"¡Estamos a punto de ser emboscados!" exclamó Touka, con el ceño fruncido.

"¿Adrien de nuevo?" Pregunto Happy molesto. "Ese sujeto si que es persistente."

Carla asintió, todavía enfocada en la visión. "Parece que Adrien nos ha estado siguiendo... Tenemos que movernos rápido."

Happy, siempre listo para enfrentarse al peligro, dio un paso adelante. "Entonces les haré frente. Podría distraer a Adrien mientras ustedes escapan."

Pero antes de que pudieran discutir el plan, una pequeña voz resonó en la sala, cortando la tensión del momento. "Eso no funcionaría. No puedes engañarlo tan fácilmente."

Happy y Touka se quedaron mirando a Carla, confundidos.

"Yo no he dicho nada," respondió Carla rápidamente, sus ojos abiertos con sorpresa.

De nuevo, la misma voz, tranquila pero firme, habló. "La mejor manera de distraer a Adrien es golpeando su orgullo."

El equipo Exceed intercambió miradas de desconcierto. Happy, señalando el cetro real que Carla sostenía, preguntó: "¿Acaso el cetro acaba de hablar?"

Carla, intrigada, levantó el cetro para examinarlo más de cerca. Fue entonces cuando notó algo inusual. En la parte superior del cetro, una pequeña esfera azul se había activado desde el momento en que lo había tocado. Y ahora, ante sus ojos, una serie de líneas comenzaron a dibujarse en la esfera, formando lo que parecía ser... un rostro. Un rostro de un Exceed, ligeramente pixelado, que los observaba con una expresión algo molesta.

"¿De verdad no tienen modales?" La voz surgió de nuevo, esta vez claramente desde la esfera. "Me despiertan de mi letargo, ¡y además de cabeza!" refunfuñó el rostro, evidentemente molesto, ya que Carla había estado sosteniendo el cetro apuntando hacia abajo sin darse cuenta.

El equipo Exceed lanzó miradas confundidas entre sí, sin saber qué pensar.

"¿Qué rayos está pasando?" exclamó Happy, incrédulo. "¿Hay alguien... dentro del cetro?"


Fin del Capítulo 18


Habéis llegado al final de este capitulo bastante intenso. Como ya les había mencionado, ya he regresado a la universidad, y por ende esto demasiado ocupado, pero debido a mis propios horarios, he tenido algo de tiempo para escribir este capítulo.

Por otro lado estaba viendo que probablemente queden máximo 2 capítulos para el final de este arco argumental. Además les agredezco bastante, que ya hemos pasado las 1200 visitas a esta historia y ahora son 3 maravillosos lectores que siguen esta historia. Puedes que les guste o no está noticia, pero he estado pensando en hacer un Oneshot Lemon, pero debido a mi inexperiencia probablemente tarde bastante, además por qué no soy voy a hacer directamente la escena explícita, no, lo que tengo planeado es una historia emotiva que termine con la escena lemon bastante emotiva.

He querido hacer una sección para darles información con respecto a la creación de esta historia, porque hay demasiado detrás como para dejarlo de lado.


Datos Preproducción

Esta historia se lleva desarrollando desde el final del manga de Fairy Tail es decir desde 2017, pero la historia tenía otra historia diferente, por ejemplo, como desconocíamos sobre que trataba la misión de 100 años, la historia era que el equipo Natsu, tenía la misión de encontrar y liberar la "Dragón Soul" una misteriosa gema que se supone alberga el alma de 5 dragones que amenazaban con destruir un continente entero. Pero para mala suerte, está gema estaba dividida en 3 partes, siendo que una de las partes fue encontrada por los Exceeds que la utilizaron como fuente de energía, para desarrollar su nuevo reino. Aquí Happy y Carla harían un equipo para tratar de conseguir esa gema, cumpliendo misiones para la reina Shaggotte.

La historia tuvo que dar un cambio debido a que no podía escribir la otras partes sobre el equipo Natsu y lo que sucedía en el gremio, ya que la historia así lo requería.


Si les gusto el capítulo, házmelo saber con una reseña o un mensaje privado, si quieres estar al pendiente de cada actualización de esta historia, solamente pon ese corazón de favoritos. Os estaré esperando.

InsideBlu se despide, hasta la próxima.

¡Good Bye!


Próximo Capítulo 19: Vínculo de Maldición - Parte 3