Capitulo 28 – La confianza se reafirma

Ya era de mañana, y no había rastros de Steve y Tony, no dejaba de dar vueltas en la habitación –Loki, no tienes porque preocuparte- dijo Thor tras ver que daba mi 1543° vuelta

-Se lo impulsivo que puede llegar a ser, eso es lo que me preocupa-

-Créeme, Steve no lastimaría a Tony, no de nuevo. Y no lo digo porque sea mi amigo, sino porque he visto su cambio-

-Eso espero-

*POV's Tony*

Los primeros rayos del Sol golpearon mis parpados, tras abrirlos, me encontré en un lugar completamente desconocido. Los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente, fue ahí cuando vi a Steve sentado en el borde de la cama con las manos en su rostro –Steve… ¿Por qué golpeaste a Victor?- susurre sin dejar de mirar al techo

-¿No es obvio? Me puse celoso-

-No entiendo porque lo estarías, tú mismo dijiste que no sentías nada por mí-

-Lo dije porque no me había dado cuenta de mis verdaderos sentimientos… Estoy enamorado de ti, Tony-

-¿Cómo saber si eso es cierto? ¿Qué lo que sucedió no fue solo un arranque de tus celos?-

No dijo nada, se coloco encima mío y tomo mi mano antes de llevarla hasta su pecho -¿Lo sientes? Esta latiendo, y lo hace por ti. Tú eres el único que hacer que quiera salirse de mi pecho en cualquier momento-. No pude evitar sonrojarme a tope, rápidamente cubrí mi rostro con las sabanas; trato de quitarlas pero las sujete como si mi vida dependiera de ello. Lo siguiente que vi fueron sus intensos ojos azules mirando los míos, justo antes de besarme tiernamente –Te quiero, Tony, permíteme demostrártelo-

-De acuerdo, solo… Se gentil la próxima vez, no siento las piernas-

*Fin POV's Tony*

Los días pasaron, si bien todavía no confiaba completamente en Steve, me alegraba por ver feliz a Tony; aunque siempre me hacia una pregunta, ¿Por qué carajo tenían que ser tan afectuoso? ¿En serio tenían que estar las 24 horas del día besándose y manoseándose? En fin, tuve que reunirme con Natasha por la información que le había pedido -¿Qué pudiste encontrar?-

-Información que vale oro, tenias razón, tu no fuiste el único afectado por las políticas de William; no podríamos culparlo del todo, si tomamos en cuenta que su padre hacia exactamente lo mismo-

Mire las carpetas, realmente tenían bastante información, gracias a ella me entere que William tenía una hermana y que uno de sus clientes había muerto tras serle denegado el financiamiento de un tratamiento que habría salvado su vida, dejando a una mujer viuda y a un adolescente sin padre –Gracias por tu ayuda, Natt, con esto ya sabremos quienes serán los siguientes jugadores-

-Fue divertido, me sentí como una especie de espía ruso-

-Quizás en tu vida pasada lo fuiste. Me tengo que retirar, rojita, los juegos no se realizaran solo-. Le di un fajo de billetes a modo de pago por su trabajo. Regrese a la casa, reuniéndolos a todo para darles la información necesaria

-¿Ya tienes nuevos jugadores?-

-Así es- dije mientras colocaba las fotografías en un pizarrón –El es William Easton, mi antiguo asesor de seguros, cuando me detectaron mi cáncer él se negó a financiar el tratamiento que posteriormente salvaría mi vida. Ella es Tara Abbott y su hijo Brent, al igual que a mí, William se negó a financiar el tratamiento de su fallecido esposo; lógicamente Tara lo ha demandado y ha contado con la ayuda de su abogada Debbie. Allen es su secretario de archivos, lo ayuda a encontrar errores en las solicitudes de seguro para así justificar su negación; por el contrario, Addy es su secretaria, ella no ha tenido nada que ver en sus acuerdos, pero es esencial para el juego. Hank es el conserje de la compañía, a pesar de tener antecedentes de enfermedades cardiacas y de presión arterial, es un adicto al tabaco. Y por último, el grupo de lacayos de William: Shelby, Aaron, Emily, Gena, Dave y Josh, son los encargados de revisar los antecedentes de los solicitantes. Sharon, tú te encargaras de traer a Wanda y a Addy; Fandral, tu traerás a William y Allen; Bruce, encárgate de Brent y Tara; y los 2 tortolos cuyo rubio no deja de manosear la pierna de Tony por debajo de la mesa creyendo que nadie se daría cuenta, se encargaran de los 6 sirvientes de William. Thor, tú me ayudaras con los juegos-. Todos menos Thor se retiraron de la sala, nosotros nos retiramos hasta uno de los talleres

-Veo que ya adelantaste algunos juegos-

-No me gusta perder el tiempo, en esto, eso vale cada segundo-

-Aunque trabajar en exceso tampoco es bueno, está bien relajarse de vez en cuando-

-Supongo que tienes razón… Thor, hay algo que quisiera preguntarte. Quizás esto sería más fácil tocándote, pero me gustaría escucharlo de ti, ¿Por qué dejaste la morgue del departamento de policías?- pregunte mientras terminaba de acomodar las últimas piezas del artefacto

-Yo… Estuve casado antes de que te conociera en ese accidente, ella era una mujer maravillosa, nos habíamos conocido en la secundaria; al instante supimos que estábamos destinados a estar juntos… O eso creímos. Una noche, tuve que quedarme un par de horas más, el personal de la noche había tenido un accidente automovilístico y estaba terminando los papeleos del seguro. Christine estaba en casa preparando la cena, sola, eso fue lo primero que noto Edgar Munsen antes de meterse para robar lo que pudiera. Ella trato de defenderse, pero un disparo acabo con su vida; las cámaras de seguridad que estaban en un poste de luz captaron el momento que el escapaba de ahí. Llegue y la vi, tendida en el suelo con una herida en su estomago y rodeada por un charco de sangre, trate de ayudarla, pero uso todas sus fuerzas para susurrarme que me amaba. Hice la denuncia y, gracias a las cámaras, supieron quien era el asesino; lo detuvieron, pero después me entere que había sido liberado por, en ese entonces, mi jefe: El detective Brad Halloran; resulto que era su informante secreto. Lo confronte, pero me dio la excusa de que no había pruebas para acusarlo-

Sé que para el contarme todo esto era muy difícil, lo note por la forma que apretaba sus puños. Me acerque a él y tome su mano, esto lo calmo un poco -Algún día se hará justicia, no solo por la muerte de tu esposa, sino por la de todas esas personas cuyos asesinos están libres. Hablaremos por los muertos-