Disclaimer: Avatar: LastAirbender no me pertenece.

Advertencia: Este es un Semi AU, es decir, todo sucederá en el mismo universo, pero de forma ligeramente (o muy) diferente.

Advertencia N°2: Hay muerte de personajes.


2. Entonces…

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No es como si hubiera sido a primera vista, no. Fue largo, lente y, sobre todo, profundo, como una respiración de fuego en su máximo esplendor.

Ella ya estaba ahí cuando ellos llegaron, arruinando desde el inicio, según él, lo que sería un campamento de entrenamiento entre él, Lu Ten y el bisabuelo Aang.

El Avatar la presenta como Katara, la nieta de uno de sus amigos en el Polo sur, hija del jefe. Y justo cuando Zuko ya se está lamentando por tener a una princesa entre ellos, cuando con Azula en casa ya tiene suficiente de ellas, Katara se inclina ante ellos como lo harían un guerrero. Como un igual.

-No es algo que uno vea todos los días en una princesa- comenta medio en broma Lu Ten, imitando el saludo.

Zuko piensa exactamente lo mismo, pero a él no le habría salido tan simpático, así que agradece que haya sido su primo quien lo verbalizara.

-No soy una princesa- responde ella con una sonrisa, propia de quien acostumbra a dar ese tipo de explicaciones-; en el Polo sur no hay realeza, así que difícilmente podría serlo. Ustedes, por otro lado…

-No venimos aquí como realeza- acota el menor con timidez, sorprendiendo a los otros por su intervención-; solamente hemos venido a pasar el verano con el bisabuelo.

Su comentario debe haber sido el correcto, porque Lu Ten pone una mano en el hombro con un gesto satisfecho.

Katara sonríe. Y eso sella el trato.

El príncipe se siente revuelto, como cuando era un niño ansioso por la atención bajo la sombra de su talentosa hermana. Entrena con diligencia cuando Katara y Lu Ten están presentes, y es el primero en ofrecerse a ayudar a los montes al terminar sus propias tareas.

Se encuentra a sí mismo siempre pendiente.

Ella parece estar en su elemento, por el contrario. Fluye con una naturalidad envidiable entre Aang, Lu Ten y él mismo, como si los hubiera leído a la perfección en el instante en que les conoció, y solo con eso fuera capaz de navegar entre los bordes duros y agudos de todos ellos, con la gracia de un pez coi.

Eso le molesta. Ella es una recién llegada, habitando entre maestros fuego y nómadas aire y destacando de todas formas. Es casi como estar con Azula. Pero distinto. Katara es amable y simpática, inteligente y entrena tan duro como él; no puede odiarla. Le molesta no poder decir que ella le dio una razón justificada para que le caiga mal.

Y ella, de alguna forma que él no alcanza a entender, lo percibe. Le mira como si se tratara del pequeño hermanito menor de un amigo. Una ternurita con la que hay que tener paciencia.

Y eso solo le molesta más.

Pero no con ella, sino con él mismo.

Está decidido a vivir con esa carga el resto del verano, hasta que de pronto se ve a sí mismo empapado mientras medita.

Está tentado a mirar hacia el cielo en busca del maldito nubarrón que fue la fuente de ese chubasco, de no ser porque sabe que está perfectamente despejado en su lugar, se gira para encontrar a la verdadera responsable de la artimaña, y la ve riéndose sin ningún atisbo de sentirse culpable, sino todo lo contrario.

-¿Cuál es tu problema?- pregunta, en un intento por no prenderse fuego a sí mismo de la indignación.

Ella debió haberlo presentido, porque como una respuesta, Katara vuelve a lanzarle agua, de frente, ahora sí, al menos. Ella vuelve a carcajearse, sin asco, como si acabara de presenciar la escena más graciosa del mundo.

-¡Oye…!- intenta él de nuevo, pero es interrumpido de nuevo, por un chorrito de agua.

Entonces, ya harto, Zuko arremete.

Su ataque es ligero, ya que no tiene ninguna intención de lastimarla, solo de darle una lección. Y ella, por supuesto, se adapta.

No pasa mucho tiempo antes de que su pequeña pelea se convierta en un juego. Ambos acaban empapados, exhaustos y riéndose a carcajadas en uno de los patios del Templo, siendo por ese solo acto, amigos y confidentes.

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Oh, oh... un recuerdo de cómo se conocen Zuko y Katara en esta versión. No puedo decir que no me imagino la sensación de Zuko de sentirse el hermanito menor de Lu Ten frente a alguien más a quien quiere (inconscientemente) impresionar. Y es que al lado de Lu Ten, no podría culparla.

Por otro lado: ¡Lu Ten está vivo! ¡Y Aang es el bisabuelo Aang! ¿Qué otros cambios habrá?

¡Lo descubriremos!