Pacífico era un deportista talentoso, pensó Dipper, al verlo jugar minigolf, jugaba tan bien cómo el propio Abel, era una competencia pareja entre ambos.
Todo inicio con Abel insistiendo en volver a competir, un juego amistoso lo había llamado, pero ahora, con Dipper mirando cómo ambos chicos se daban miradas mortales, decían comentarios hirientes y parecían a punto de atacarse, dudaba que hubiera sido una buena idea.
Wendal y Susie los habían acompañado, pero ambos tomaron la sabía decisión de jugar del otro lado del campo de minigolf, mientras que Dipper estaba atrapada con los ex-rivales.
-Ups, Pines, parece que ese es mi punto-se jacto Pacífico con su vieja sonrisa presumida.
-No te preocupes Noroeste, solo necesito volver a tirar y estaré a la cabeza-su hermano se cruzó de brazos con una sonrisa tensa, casi podía sentir los rayos salir de ambos chicos.
Dipper soltó un suspiro antes de volver a su libro, al menos, así podía disimular mejor, miró de reojo a Pacífico, los brazos del rubio se flexionaban y tensaban cuando se preparaba para tirar, su cabello rubio brillaba con la luz del sol y sus ojos azules eran fríamente determinados, era una buena vista, aún si la cazadora de misterios no lo admitirá.
La castaña se preguntó que otros deportes practicará el Noroeste y cómo podría hacer ella para verlo.
