Abel tiene miedo, mucho miedo, el gran Abel Gleeful está aterrado, muy seguro de que un espíritu había poseído a su cruel y despiadada hermana.
Will temblaba detrás de él, Susie sostenía un rosario en una mano, Abel estaba preparado, con su amuleto y con el número de Gianna en marcación rápida, por si necesitaban un exorcismo.
-¿Listos?-los contrarios asintieron con miedo-bien, ningún maldito espíritu poseerá a mi hermana-Abel tomó valor y golpeó la puerta suavemente.
Los sonidos se detuvieron, tragó saliva con preocupación.
-Pase-dijo una suave voz, sonaba demasiado humana, los tres pasaron valientemente al cuarto, al entrar, Dipper los volteó a ver tenía una pequeña sonrisa tímida y sostenía dos vestidos en sus respectivas perchas se los mostró.
-Abel, ¿Cuál crees que sea mejor?-él castaño abrió la boca sorprendido-Por cierto, Will necesito por favor que planches uno de estos y Susie ¿Puedes llevarme a un lugar más tarde, por favor?-
Susie se desmayó, Will el demonio azul y traidor huyó gritando por el pasillo, pero a Abel no le importaba estaba muy ocupado marcando para llamar a Gianna, ella debía saber que espíritu había hecho esto, pero la chica no lo atendía.
La castaña los ignoró para volver a tararear mirando ambos vestidos en su espejo, decidiendo cuál le quedaría mejor.
-Amm-Abel era valiente, podía con esto-¿Te sientes bien, Dipper?-ella apenas lo miró.
-Si, ¿Por qué?-¿Cómo que por qué? Estaba tarareando, diciendo por favor, ¡Le había pedido un consejo a Abel! Si no estaba poseída algo más estaba pasando.
-Nada, he, Dipper te queda mejor el de la izquierda-la chica le dió una brillante sonrisa, que lo hizo temblar, estaba actuando muy raro.
Por suerte, su teléfono sonó, Abel dió un salto de alegría al ver el nombre del contacto, "Mi hermoso Ángel" , gracias a Dios.
-Gianna, algo raro está pasando-escucho el suspiró del otro lado de la línea.
-Lo sé-eso lo hizo fruncir el ceño confundido-Abel, Promete que no enloqueceras-el castaño parpadeó un par de veces, luego miró a su hermana que sonreía buscando un par de zapatos.
-Si no me volví loco hasta ahora, dudo que sea algo que pueda lograrlo-la escuchó hablar con alguien al otro lado de la línea.
-Bien, te lo advertí-su hermoso ángel sonaba nerviosa-Pacifico le pidió una cita a Dipper-Abel parpadeó mientras la idea se asentaba en su interior, Pacífico, su némesis, el primo idiota de Gianna que evitaba que llegará a segunda base, le pidió una cita a su fría y calculadora hermana que estaba casi dando saltitos.
-Gracias Terrón de azúcar, pero tengo que hacer algo, luego hablamos-espero hasta que ella se despidió para cortar, luego miró a su hermana, tomando valor, era ahora o nunca.
-DIPPER Y PACIFICO SENTADOS BAJO UN ÁRBOL B-E-S-A-N-D-O-S-E-la castaña se detuvo en su lugar muy quieta, antes de voltear a verlo con una fría mirada.
-¡Cállate imbécil!-Nada callaría a Abel, este era el mejor momento de su vida, siendo solo superado por cada segundo que pasa con Gianna.
Momentos después Will le daba hielo a Abel para un golpe que le dió su adorable hermana al echarlo de su cuarto, había válido completamente la pena.
-Estoy sorprendida de que no estés tratando de ayudarla-dijo Susie mientras limpiaba su mesada, él alzo una ceja-Dipper es mala para las citas y Pacífico le pidió una cita-
-¿Y?-
-¿No dices siempre que por culpa de Pacífico no puedes pasar tiempo con Gianna? Si Pacífico y la señorita Dipper empiezan a salir ¿Él no estaría demasiado ocupado cómo para preocuparse por lo que hagan?-Abel reflexionó sobre las palabras dichas por Susie por unos pocos segundos.
-Dipper ¡Deja que te ayude!-grito mientras corría para subir las escaleras-¡Así nada podra alejarme de mi hermosa heroína de brillante cabellera!-
-Los apodos del señorito Abel son cada vez peores-murmuró el demonio.
-Confia en mí-le aseguró Abel a su hermana con una sonrisa -tengo los mejores consejos para citas-
