El sol ya se estaba ocultando, siendo una señal para que los niños más pequeños volvieran a sus hogares luego de una larga jornada de pedir dulces y hacer travesuras.
Alice ya se encontraba en dirección a su hogar en Pueblo Arcilla junto a su mamá, tras haber conseguido un gran y dulce botín en Pueblo Terracota.
La niña de cabello castaño y ojos marrones vestía un pijama enterito de Reshiram, mientras que su mamá llevaba puesto un vestido rosa de princesa, con detalles de gemas que imitaban a un Diancie y un elegante sombrero rosa sobre su cabellera castaña.
Ambas estaban acompañadas por un Snivy vestido de Purrloin, qué sólo quería llegar a casa y dormir.
— ¡Llegamos! — dijo la niña con victoria al llegar a su casa, dirigiéndose de inmediato a la sala de estar.
Prendió el televisor a lo que iba a sentarse en el sofá, con su canasta en forma de Woobat repleto de dulces.
— No te los vayas a comer todos. — advirtió la mamá, sentándose a su lado a la espera del papá.
— ¡Sí! — comiendo unos cuantos caramelos.
Cambiaron de canal hasta que encontraron una película de temática de noche de brujas apta para niños que podían mirar juntas.
Snivy también se subió al sofá a tomar un merecido descanso.
La película trataba sobre un grupo de niños que visitaban una mansión embrujada en lo profundo del Bosque Eterna en la región de Sinnoh.
— Interrumpimos esta película para traerles un informe especial — dijo el conductor del noticiero — Se reporta la aparición de un Houndoom rabioso rondando por Ciudad Gres, por favor manténganse en sus hogares, la P.I. se está encargando del asunto.
La película volvió a donde se había quedado, pero la atención de Alice ahora estaba puesta en otro asunto.
— ¿Papí estará bien? — preguntó la niña de 5 años, bastante preocupada.
Recordó que su progenitor estaba haciendo un trabajo por ese lugar, y aun no regresaba a casa.
— No te preocupes peque, a papá no le pasará nada. — la mujer de ojos azules apagó el televisor — ¿Qué te parece si dibujas un poco?, mientras yo continúo con mi libro.
La niña asintió, yendo a buscar hojas y crayones mientras su mamá iba a buscar su laptop.
El libro que estaba escribiendo era de terror, sobre un entrenador pokémon que debía proteger a una niña de una secta que rendía tributo a pokémon provenientes de otra dimensión.
Se acomodaron para hacer sus respectivas actividades para matar el tiempo. Mientras la mamá tecleaba construyendo su historia, la hija daba rienda suelta a su imaginación en las hojas de papel, dibujando una especie de monstruo de color negro con unos grandes ojos, largas garras y afilados colmillos.
— Qué lindo, ¿Es un Ursaring? — dejando de escribir por un momento.
La niña negó con la cabeza.
— ¿Un Bibarel? —
Volvió a negar, con un puchero en el rostro.
— ¿Furret? —
— ¡Es papí! — tomando su dibujo — Papí después de ser mordido por ese pokémon — ocultándose detrás de su dibujo.
— Bueno, es algo parecido a él. — pensó la escritora con gracia.
— Él vendrá aquí para comernos. — Continuando con los detalles de su dibujo, formulando una historia.
Para Alice ese dibujo era de un monstruo bastante temible y aterrador con un deseo profundo por devorar a su familia, mientras que la mamá veía el dibujo de su hija similar a un personaje de algún show infantil de carácter gruñón.
El reloj marcó las 23:00 horas y el padre de la niña todavía no había llegado. La pequeña estaba cansada y su madre preocupada, no por los cuentos que su hija imaginaba, sino de que algo le pudo haber pasado a su esposo, estando las dos sentadas en el sofá junto al Snivy dormilón.
De pronto, un fuerte sonido se escuchó afuera de la casa, alarmando a madre e hija que veían como la perilla de la puerta se movía, abriéndose y dejando pasar a lo que había afuera.
Una silueta negra se asomó, con unas largas orejas, unos brazos peludos y una larga cola.
— ¡AHHHH! — gritaron al unísono, lanzándole cojines a la bestia.
— ¿Qué les pasa par de feas? — se quejó una voz que ellas reconocieron de inmediato.
— ¡Papá! — dijo Alice acercándose — ¿No eres un monstruo?
El hombre llevaba puesto un sombrero negro con orejas de Mightyena, una camisa gris, pantalón, unos largos guantes y bufanda todas de color negro.
— Es sólo un disfraz que Burgh me hizo a último momento para la fiesta de disfraces. — quitándose el sombrero — Jamás pensé que les iba a dar tanto miedo.
— Digamos que me deje llevar por la imaginación de Alice. — dijo la mamá mostrando el dibujo hecho por la niña — Contempla.
— Pues si es algo parecido a mí, supiste captar mi esencia — peinando su cabello café, viendo el dibujo de su hija — Tenemos que pegarlo en el refrigerador.
Tras explicar el malentendido, la familia fue a la cocina a pegar el dibujo en blanco y negro de la pequeña, el cual todos decidieron nombrar "El Hombre Lobo, por Alice White".
