CAPÍTULO XX
NEGACIÓN
Ellos y ellas, llevando sus nuevos uniformes para la ocasión, orgullosos caminaban por las calles.
"Es una lastima. Antes de la guerra esta debió ser una ciudad muy hermosa", señalo Kirill al contemplar como de cuando en cuando los muros de los edificios seguían derrumbándose.
"Sin duda lo fue", contesto la cirujano.
Por su parte las demás jóvenes iban haciendo planes para ese día tan especial.
"Espero hacerme muchas fotos", expreso la joven Masha mientras que de su bolsillo tomaba un trozo de espejo para reflejarse y poder arreglarse el cabello. "Voy a enviarle una a mis hijos"
"Quiero una en la cancillería. Cuando regrese a mi hogar, voy a colgarla en mi habitación", expreso la castaña Lita deseando poder reencontrarse con la abuela y el mudo Igor, quienes esperaban por ella.
Dimitri asintió y tomando la mano de la mujer, corrigió mientras la besaba; "Nuestra habitación"
"Tienes razón, a partir de hoy no volveremos a separarnos jamás"
"Así es. Y si es que llega a haber otra guerra juntos iremos a pelearla"
"No, después de guerra no habrá más. De eso estoy muy segura", de forma equivocada expreso la rubia Mina. Y es que en otros lados no solo continuaba, sino que a raíz de esa otras iniciarían.
"Ojala y así sea", pensando en su hermano, entristecido contesto Nikolai.
El regordete Fiódor frunció el entrecejo y observando en todas direcciones, se detuvo; "¿Dónde esta el comandante?"
"Esperemos y no se haya olvidado de que hoy van a ascendernos"
"Lo creo poco probable, pero esperemos y llegue a tiempo", contesto Mizuno.
(En casa de los Kremer)
Exhalando el humo del ultimo cigarrillo que le quedaba, en silencio Haruka contemplaba a la mujer. Ella por su parte evitaba verlo directamente a los ojos.
Él, recién afeitado y duchado, también llevaba un uniforme nuevo. Por su parte la joven no podía negar que ese día lucia más atractivo que de costumbre, lo que no solo se debía a las ropas, sino a qué comía y dormía mejor, pero sobre todo a qué su vida ya no corría ningún peligro.
"¿Viste el desfile?", fue él el primero en hablar, siendo que la noche anterior no llego a dormir. Cosa que a ella la preocupo.
"Si, comandante", ruborizada contesto.
"¿Te gusto?", torciendo en sus labios la sonrisa que previamente había dibujado, cuestiono imaginando el efecto que en ella debió tener el ver a su ejército siendo humillado. Pensando que incluso ella debía sentirse derrotada.
"Si", exclamo.
"El tren con todos ellos partió a las siete de la noche del día de ayer. Tardaran varias semanas en llegar a la capital, en cuanto arriben junto a otros prisioneros desfilaran ante Stanislav, nuestro líder. Luego serán enviados a esas prisiones de las que te hable. El invierno cada vez esta más cerca y no les será nada fácil acostumbrarse a ese clima. Muchos de ellos morirán"
"Entiendo"
El rubio asintió mientras que sobre el plato dejaba la colilla del cigarrillo, luego se puso de pie para tomar su abrigo. "El día de hoy tendremos una celebración muy especial. Así que es muy probable que esta noche tampoco venga a dormir. En cuanto empiece a oscurecer ya sabes que hacer"
"Si, comandante", temerosa por saberse sola, ella se limito a responder
"Bien, ahora tengo que irme", tomando su gorro se lo coloco y sin decir más camino hacia la entrada. Luego en el mismo silencio abandono la casa.
(Cerca de la cancillería)
"Mírenlo, ahí viene", contento expreso Fiódor al ver que el rubio se aproximaba.
"¿Pensaron que no vendría?", cuestiono.
"Pensamos que lo habías olvidado"
"Por nada del mudo me lo perdería", replico y entonces con extrañeza contemplo a la joven Lita. "Hoy hay algo diferente en ti"
Ella sonrió satisfecha; "Quizás se deba a la falda, o a que hoy no llevo el abrigo de Dietter"
"Es cierto. ¿Dónde dejaste ese maldito abrigo?"
"En el edificio, por primera vez en dos años me lo he quitado", agrego echándolo de menos, y es que se había acostumbrado al negro peso de las medallas que en el portaba.
De pronto un auto se detuvo a su lado, del cual descendió el general Volkov y el coronel Pavlov.
"Buenos días", saludo el mayor en rango.
Ante él aquel grupo de hombres y mujeres hicieron el saludo militar.
"Buenos días, compañero general"
"Saben a que he venido, ¿Verdad?", cuestiono mientras le hacía un seña a su acompañante, indicándole con ella que se acercara.
"Lo sabemos, general", Haruka replico.
"Qué bonito desfile el de ayer, ¿Verdad?. Hoy las calles lucen limpias de esa suciedad que ellos representaban. Tardaran aproximadamente tres semanas en llegar a su destino... si es que sobreviven al viaje", expreso y luego abrió el maletín que Ivanovich le ofreció.
Ante esas palabras ninguno de los soldados se inmuto, después de todo pocos les importaba lo que a esos hombres les ocurriera, lo cual no era otra cosa mas que la consecuencia a sus actos.
"Comandante, hiciste un muy buen trabajo manteniendo con vida a estos hombres y mujeres para finalmente conducirlos a la victoria", expreso y tomando la camisa del rubio, agrego una medalla más.
"Me hubiera gustado mantener a todo el comando con vida, sin embargo no fue posible, general", Haruka replico.
"No lo lamentes, coronel", habiendo dicho palmeó su hombro.
Fue así que uno a uno todos ellos comenzaron a ser ascendidos, recibiendo su grado correspondiente...
"¿Quién va a casarnos?", fue la pregunta obligada por parte de la ya capitana Lita , y es que en todo ese tiempo no habían considerado ese detalle tan importante.
"¿Quién más que yo?, si ustedes lo permiten", expreso el general Volkov...
De esa forma y en lo que fue la cancillería, el lugar desde el cual la guerra y la muerte de tantas personas inocentes fueron ordenadas, llevaron a cabo su celebración, inmortalizando el momento en preciosas fotos.
"No, no quiero", expreso Haruka cuando le pidieron posar para una, si embargo no le quedo de otra más que aceptar.
"Miren lo que traje", expreso Fiódor mostrandoles un par de botellas de vino y una de vodka. "Esto hay que celebrarlo"
Por su parte y poco animada Mizuno se sentó para contemplar la alegría de todos ellos, pero sobre todo la de la feliz pareja.
Sabiendo a que se debía esa actitud, Kirill acudió a hacerle compañía; "¿Ya escribiste a casa?"
"No, aún no", ella contesto sin mucho animo.
"Yo ya lo hice. Le hice saber a mi familia que sobreviví y estoy aquí. Espero recibir contestación en los próximos días... pero ¿Por qué no lo has hecho?"
Ella no respondió y tan solo se encogió de hombros. Él, respetando su silencio, no insistió.
"¿Ya te enteraste?"
"¿Enterarme de qué?"
Esa era la conversación que dos pilotos sostenían.
"En los próximos días llegaran refuerzos"
"¿Refuerzos?, ¿Para qué, si la guerra ya termino?"
"Se trata de los batallones que en el camino se quedaron liberando las demás naciones ocupadas. Desconozco el numero exacto de hombres que llegaran, pero vendrán para ayudar con la reconstrucción de la ciudad"
Habiéndolos escuchado, presurosa Mina acudió a su encuentro.
"¿De qué hablan?", cuestiono.
"De que en los próximos días llegarán los batallones que se quedaron en el camino. Sin duda serás miles de nuestros camaradas"
"¿De verdad?"
"Así es. Todos los que se quedaron liberando el resto del continente"
Ante esas palabras que representaban toda su esperanza, Mina sonrió. "Gracias por la información". Y fue que deseando corroborarla, se dirigió al rubio.
"Coronel, ¿Es verdad lo que acabo de escuchar", emocionada interrogo.
"Depende que ha sido", contesto Haruka antes de llevar la amarga bebida a sus labios.
"Escuché a unos pilotos decir que en los próximos días comenzaran a llegar las tropas que se quedaron en otras naciones"
"¡Oh!, ya te enteraste", Haruka expreso en voz baja y negando ligeramente con la cabeza.
"¿Usted lo sabia?", con cierta molestia la mujer cuestionó. "¿Por qué no me lo había dicho?"
"Me lo comunicaron hace algunos días...", trato de responder, sin embargo fue interrumpido.
"¿Por qué ?, ¿Qué no se supone que debe informar a sus oficiales?", con el llanto amenazando aflorar, ella alzo la voz.
"Porque quería que tú misma lo descubrieras... no quería ser yo quien te ilusionara y llegara darte falsas esperanzas"
"¿Y qué derecho cree tener como para habérmelo ocultado?... pensé que usted ya lo había olvidado así como yo", cuestionó golpeando su pecho, luego emprendió la carrera hacia el edifico que habían ocupado.
"Eso no tiene nada que ver", él replico.
Ante el actuar de la rubia, Amy se lamento; "¡Dioses, Mina!"
Y mientras huía, ella negaba con la cabeza; "Debería estar feliz porque muy probablemente Armand llegará con ellos, sin embargo y por extraño que parezca no siento nada"
Ebrio, un oficial de otro comando al verla pasar la sujeto por el uniforme; "Tú si eres bonita, ven conmigo", expreso tratando de conducirla hacia un sucio callejón.
"Déjame", furiosa ella mascullo y luego trato de empujarlo.
"Suéltala", dándole alcance, la cirujano ordeno al mismo tiempo que la liberaba de su tosco agarre.
Mina sin poder ocultar su tristeza, se refugio en brazos de la mujer para llorar de forma abierta. Después de todo ella era la única que conocía muchas de sus penas, entre ellas la más grande todas. "Estoy muy segura de que Armand llegara en los próximos días... me acostumbre a su ausencia, que ahora no se que sentir... él... él no me va a perdonar"
Sin saber que decir, la cirujano dejo que llorara en sus brazos cuanto deseara. Ella más que nadie comprendía su dolor...
(En casa de los Kremer)
Observando a través de la ventana como la noche poco a poco comenzaba a hacerse presente y sabiendo que él no regresaría, pensativa Michiru tomo los limpios, pero viejos uniforme que él le ordenó tirar.
"No, no puedo deshacerme de ellos. No importa que estén rotos y sea imposible sacarles toda la suciedad. Estoy segura de que a su hijo le gustará mucho conservarlos", recordando al chiquillo de la fotografía que él le había mostrado, pensó al ver los deshechos bolsillos de las camisas. "Dijo que hoy tampoco vendrá a dormir, así que lo mejor será ir a ocultarme", decidida a pasar la noche en el incómodo hueco del suelo dirigió sus pasos hacia el sótano, sin embargo algo la hizo detenerse.
Y ese algo fue la idea que cruzo su pensamiento, una idea que la hizo fruncir el entrecejo; "Quizás durante las últimas noches no ha venido a dormir porque...", ante lo ridículo que aquello le resulto rió un poco y negó con la cabeza; "¿Pero que tonterías estoy pensando?. Que él tenga exclusividad sobre mi no significa que yo la tenga sobre él", concluyo, aunque en su rostro se reflejo cierta aflicción.
De pronto y sin aviso la puerta se abrió, dando paso al rubio hombre.
"Buenas noches", saludo sonriendo y mientras que sobre el mueble colocaba un fonografo. "Mira lo que encontré"
"Buenas noches", ella contesto, adivinando por como se movía, que había bebido.
"Cocina algo delicioso. Quiero que juntos celebremos", él ordeno y luego de su abrigo tomo una botella, la cual se llevo a los labios.
Ante esa escena ella asintió siendo presa del miedo y es que ¿Llegaría a someterla a consecuencia de ese estado?
Haruka coloco un disco con música alegre, aunque lo suficientemente bajo como para no llamar la atención de nadie...
Sentados a la mesa, ambos disfrutaban de la buena cena. En silencio, Michiru agradecía que él estuviera ahí con ella, no por celos a que pudiera irse con alguien más, sino porque su sola presencia infundía autoridad.
Ebrio, aunque no lo suficientemente como para perder la conciencia o llegar a comportarse de forma agresiva, él sonrió y haciendo a un lado lo que comía y bebía, se puso de pie; "Ven, vamos a bailar... hace mucho que no lo hago", expreso tendiéndole la mano.
"Si, comandante", titubeante ella obedeció.
"¿Comandante?... ya no soy un maldito comandante. Mira... ahora soy un coronel", orgulloso señalo su nueva medalla. "¿Te gusta?"
"Si, coronel"
Tomándola entre sus brazos intento bailar, sin embargo sus pasos resultaron demasiados torpes, lo que lo llevo a reír de forma animada. "Soy un tonto, ¿Verdad?"
Ella negó con la cabeza, él por su parte no soltó el agarré que ejercía en ella.
"Está bien, celebremos", dijo y luego la beso.
(Más allá)
Pensando en él, Mina pasaba las horas sumida en el desvelo.
"No, Armand murió. De eso estoy segura", expreso y luego se limpio las lagrimas.
"¿Por qué lo dices?", cuestiono la cirujano.
"Porque desde que nos separaron y fuimos enviados a diferentes comandos, no volví a saber de él. Él prometió escribirme y sin embargo nunca lo hizo... él murió, puedo sentirlo"
"Mina, será mejor que duermas. El paso de los días te dará la respuesta. Es mejor que no te adelantes a los hechos", ella expreso en un intento por devolverle la esperanza.
"Tienes razón. Perdóname por siempre atosigarte con mis problemas", sonriendo expreso.
"Eres mi amiga, he de escucharte siempre. Ahora descansa, ya veremos que cosas nos trae el nuevo día"
(En casa de los Kremer)
Siendo uno solo, envolviéndolo entre sus brazos y con los labios apretados, la aguamarina se esforzaba por no quejarse.
Por su parte y aprovechando que la mujer tenía los ojos cerrados, Haruka contemplaba sus expresiones.
"Es muy bonita. Que suerte para los dos el habernos encontrado", pensó mientras hacía una pausa y le acomodaba el cabello que caía por su sudorosa frente. Luego beso su cuello y sus senos. "Al diablo con los sentimentalismos", agrego reanudando el acto.
No pudiendo ya contenerse, ella abrió los ojos y los labios ante sus lascivas caricias.
Escucharla y verla en ese estado hizo que el rubio sonriera con cierta burla; "Sin duda tu hermano me odiaría por lo que te estoy haciendo, pero ¿Qué diría si te viera disfrutarlo tanto o más que yo?", dijo en su propio idioma para que ella no entendiera.
"¡Ah!, ¡Dioses!", ella se quejo, deslizando sus manos por sobre su espalda.
Tratando de imaginar la reacción de ese sujeto, él la tomo por las muñecas, colocándolas por encima de su cabeza para inmovilizarla, luego la embistió, provocando que ella se quejara de forma abierta. "Así me gustas más", siseo a su oído, luego volvió a besarla.
"¡Ah!", ruborizada, volvió a apretar los labios, entregándose por completo al punto máximo de su placer.
Haruka la sostuvo, continuando hasta que retirándose de ella también termino. "¡Vaya!", agitado y satisfecho gimo mientras se tumbaba a su lado.
Ella por su parte atrajo la sabana para cubrirse, luego cerró los ojos ante las sensaciones que la apresaban.
El rubio la observo y apenas iba a acariciarle la mejilla, recordó el asunto que lo llevo hasta ese país, luego en su rostro se formo una mueca de molestia. Así que levantándose y tomando su ropa comenzó a vestirse con presura para luego abandonar la habitación.
Sin que esa actitud la tomara por sorpresa, agitada la aguamarina se sentó sobre la cama, escuchando como la puerta de la habitación vecina con violencia se cerraba detrás de él.
"¿A dónde va?", se pregunto esperando que regresará a su lado, esperando que pasará el resto de la noche con ella, cosa que sabía y no sucedería.
Por su parte Haruka se derrumbo detrás de la puerta, golpeando el suelo con su puño; "Soy un estúpido, solo se trata de sexo y nada más. Ella no debería importarme tanto, sin embargo no puedo evitar sentir preocupación por ella... ¡Demonios!, soy un maldito soldado, debo dejar esos estúpidos sentimentalismos a un lado", murmuro.
Sintiéndose por primera vez utilizada, la joven abandono la cama y dirigió sus pasos hacia el cuarto de servicio, asegurando la puerta detrás de ella.
"Esta más que claro, él solo me ve como un objeto. Poco le importo como mujer o como persona", balbuceo dejando que sus lágrimas se confundieran con el agua de la regadera. "No seas ridícula, Michiru... sabes que este hombre te odia por lo que gente como tú hermano le hizo... jugar contigo y tratarte de esa forma es su cruel venganza", llorando de forma silenciosa se derrumbo sobre el suelo.
Notas de autor;
Como podrán ver, de cierta forma regresamos a la primera historia. En esa Haruka la utilizaba sin saber que la amaba. En esta la "utiliza", pero niega que algo siente por ella y por eso la trata así. Michiru lo quiere, pero por como él es con ella no puede sincerarse porque piensa que se burlara, cosa que sabemos y si ocurriría, pero Haruka tiene sus motivos (que no justifica su actuar), sin embargo también hay que recordar su dolor.
Kaiohmaru; Más bien es cobarde. A Michiru no la sorprende esa actitud. Les hace falta conocerse.
Michelle; No sabe como actuar, por un lado desea estar con ella, por otro lado no, pero créeme si te digo que hay una razón para ser así.
Isavellcota; Exacto, son esos momentos los que sacan a relucir su sentir. Quizás no esta en el punto de amarla, pero si en el que esta confundido.
Kyoky; Cierto, Rei no solo la esta pasado mal por ser civil, sino porque su esposo fue soldado. Una suerte que Haruka llegara antes de que Yakov cumpliera sus amenazas, sino Michi la estaría pasado igual o peor. Amy ha visto tantas cosas que lo único que no pensó cuando lo vio así, fue algo bueno. Ambos se están experimentando cosas que no pueden evitar, pero si ocultar. Lo peor es que se están torturando con cosas que no son.
