CAPÍTULO XXXVI
¿UNA NUEVA SORPRESA?
(Mañana siguiente)
Aún avergonzada con el rubio por lo sucedido durante la madrugada y sin que al despertar hubieran cruzado muchas palabras, Michiru cumplió la orden que el supuesto comandante le dio un día antes, siendo así la primera en llegar.
El pelinegro Boris, pensando que no lo haría y con ello podría imponerle un castigo mayor, salio a su encuentro; "Pero miren quien esta aquí... De verdad creí que después de lo de ayer ya no volverías"
La aguamarina no respondió, tomando la herramienta para comenzar con su jornada.
Sabiéndose ignorado, torció los labios; "Sin embargo llegas tarde"
"Es mentira, estoy aquí tal y como usted lo ordeno"
"¿Te atreves a contrariarme?"
La mujer negó con la cabeza.
"Pues solo por atreverte a insinuar que soy un mentiroso, el día de hoy tendrás que quedarte una hora más y mañana tendrás que estar aquí un hora antes"
Ante esa injusta orden Michiru no protesto, de lo contrario podría irle peor.
Observando en todas direcciones, el sujeto prosiguió; "¿Dónde esta tu amiga?"
"No lo sé", fue la obvia respuesta.
"Pues si ella no llega tú vas a...", no alcanzo a decir porque en ese momento a su espalda alguien interrumpió.
"Aquí estoy, como usted ordeno... comandante", contesto Helen.
El hombre rodó los ojos y se volvió para con ella; "Pues que bueno que llegaste, de lo contrarío ella habría sufrido las consecuencias", escupiendo hacia un lado, regreso a su lugar...
Y aunque estaba nublado, fue hacía al medio día que un terrible bochorno se hizo presente en toda la ciudad, comenzando a dificultar la de por si extenuante jornada de trabajo. Algo que el pelinegro Boris pudo percibir en todos ellos y en especial en la aguamarina, así que esperando poder quebrarla, camino hacia ella.
"¿Ya me vas a pedir tiempo para que puedas hacer una pausa?", llevándose el cigarrillo a los labios, espero un si por respuesta.
Por su parte Michiru no respondió con palabras, pero si con un ligero movimiento de cabeza.
"Y eso, ¿Qué significa?", cuestiono haciéndose el tonto.
"Ha dicho que no. Mejor ven aquí, perdedor"
"Si, vamos a jugar a las cartas... ¿Tienes miedo de volver a perder?", el calvo y el castaño dijeron respectivamente.
Molesto por la negativa de ella y las palabras de sus dos amigos, Boris torció los labios al mismo tiempo que en el rostro de la mujer exhalaba una abundante bocanada de humo. "Esto te va a pesar y mucho"
"Ya déjala, perdedor"
Siendo tonto por no darse cuenta de que no era Michiru quien lo hacía rabiar sino los desafortunados comentarios de esos dos, por terco es que dispuesto estaba a desquitarse con ella; "Todos pueden ir a tomarse un descanso... menos tú, preciosa"
"Señor, es injusto que solo unos...", sin pensar en consecuencias, Karl se atrevió a contrariar.
El pelinegro se encamino hacia él y escupiendo a un lado, sonrió de forma provocativa; "Por meterte en lo que no te importa y por la impertinencia de esta mujer, a partir de ahora los descansos quedan suspendidos, también la hora de comida... así que todos ustedes ya saben a quien pueden agradecerle"
"Pero...", alguien quiso hablar.
"¿Desean más?"
"No, comandante"
"Así que ya escucharon... hasta que ella no ceda nadie disfrutara de esos dos simples privilegios"
Ante su terrible orden nadie se atrevió a protestar.
"Si los superiores se enteran de lo que estas haciendo, te van a castigar", dijo el calvo.
"Es cierto, ya déjalos en paz", el castaño agrego.
Boris sonrió y negó con la cabeza; "Los superiores pueden besarme el trasero, incluso el viejo Volkov. Aquí mando yo", dijo barajando los naipes.
(A pocas calles de ahí)
Tomándose un momento para ir a ver como avanzaba la limpieza del que había sido el hogar de la aguamarina, Haruka se dirigió al comandante a cargo.
"¿Todo bien?"
"Si y no, coronel. Aún es muy común encontrar cuerpos entre los escombros", dijo y caminando hacia el otro lado de la acera se inclino y levanto un trozo de tela para que pudiera verlo. "Es de los nuestros", agregó señalando a Yakov.
"Ya veo", expreso sin inmutarse. Sabía que era cuestión de tiempo para que lo encontraran. Era debido a ello y no deseando que en su cabeza reviviera tan terribles recuerdos, que en su momento decidió que la aguamarina no trabajara en ese sitio.
"Tiene una herida de bala. Muy probablemente debió haber caído muerto y durante algún bombardeo el edificio se derrumbo sobre su cadáver", lejos de imaginar lo que en realidad había pasado, el oficial señalo. "Del otro lado de la calle encontraron a uno de los suyos y dos civiles"
"Entonces forme grupos de trabajo para que se encarguen de sepultarlos", el rubio ordeno.
(Mientras tanto)
Ideando alguna nueva forma para torturarlos, después de un buen rato por fin Boris se puso de pie.
"¿Ya tan pronto se cansaron?, ¿Tienen hambre?", pregunto y sin embargo nadie se atrevió a responder. Cosa que no hizo falta porque era algo que podía ver en sus pálidos rostros. "Esta bien, seré condescendiente con ustedes para no que vayan por ahí diciendo que soy un desgraciado... hombres, tomen el lugar de las mujeres. Mujeres tomen el lugar de los hombres"
"Comandante, son trabajos que las mujeres no...", el viejo Karl intento intervenir.
"No me importa, si yo digo que lo hagan entonces lo harán... tú, toma el lugar del viejo de la cuerda", sabiendo que esa era una de las tareas más difíciles, se la encomendó a Michiru. "Esta maldita zorra no me va hacer quedar mal ante esta bola de imbéciles, ya veremos quien resulta ganador", pensó mientras la seguía con una enardecida mirada.
Avergonzada porque se sentía responsable, Michiru subió por la improvisada y poco segura escalera que previamente habían colocado junto al muro de la primera planta, luego lo hizo por la escalera que la llevaría al techo del segundo piso. Encontrándose así a casi seis metros de la seguridad del suelo.
No, no tardo mucho tiempo para que las primeras consecuencias de esa decisión también comenzaran a hacerse notorias no solo en el estado físico de esos civiles, sino que en cierta forma había retrasado el avance que para ese día se había planeado.
Terriblemente agotada, ayudándose con la cuerda, la aguamarina bajaba la pesada cubeta, la cual siempre estaba llena de tierra, piedra y demás escombro.
"¡Dioses, no puedo más... me duelen mucho", expreso contemplando sus maltratadas manos, las cuales ya no solo estaban cubiertas de durezas, sino quemadas a consecuencia del constante roce de la cuerda.
"No te he dado permiso de descansar, continua", con un grito Boris le ordeno.
Del otro lado y totalmente exhausto Karl cayo sobre sus rodillas.
"Levántate", el pelinegro grito y caminando hacia él, con violencia lo tomo por el abrigo para que lo hiciera. "Así se llegue la madrugada, nadie se va a dormir... no hasta que esa perra..."
"Ni lo pienses. Yo no voy a ayudarte a vigilarlos", el calvo rió.
"Es cierto, en cuanto se haga de noche yo me iré a descansar", el castaño apoyo.
Harto de ese trato tan vejatorio, uno de los jóvenes arrojo a un lado la pala, luego alzo la voz; "Ya estoy Harto de todo esto. Todos ustedes son unos malditos cobardes porque aunque pensamos lo mismo, nadie se atreve a decirlo... es injusto que por culpa de esa egoísta mujer nos castiguen... así que ya dale lo que quiere para que podamos comer y beber. No me obligues a forzarte"
"Opino lo mismo... castigarnos por culpa de ella es cruel", una joven también hablo.
El regordete Boris sonrió de forma burlona para con la aguamarina; "Ha hablado la comunidad... ¿Tú que piensas, cariño?... ¿Ya vas a venir conmigo?"
"Pues yo opino que esos dos son idiotas... tú, piensa que bien podría tratarse de tu hermana... y tú eres mujer, piensa que podrías ser tú la afectada... ¿Te gustaría que te entregáramos a él en beneficio nuestro?", Helen intervino.
Ante sus palabras ambos chiquillos se guardaron sus desafortunados comentarios y tomando las herramientas, continuaron en silencio.
Avergonzada, la aguamarina no se atrevía a verlos a los ojos.
"Siento que no puedo mas", murmuro y entonces aquella molesta sensación regreso a ella. "No, ahora no", pensó.
Sin poder tolerarla con rapidez dirigió sus pasos hacia el otro lado del techo he inclinándose un poco, libero su revuelto estomago.
"¡Maldición!, solo esto me faltaba", molesto Boris mascullo mientras se dirigía a la escalera para subir a ver que sucedía. "Ni se te ocurra enfermarte... hay mucho por hacer"
Sin ninguna fuerza para continuar, pero no significando que se rendiría, la joven dejo que unas cuantas lagrimas libres fluyeran; "Tengo mucha hambre, pero también nauseas...¿Qué... qué es lo que me sucede?, ¿Voy a morir?". Poniéndose de pie, volvió a tomar la cubeta, sin embargo aquel pesado sopor no la abandono, llevándola apoyarse en unos debilitados muros del edificio.
"¿Qué demonios hace?"
"¿Quiere que nos castiguen aún más?"
"Es una egoísta, debería ceder ya. Total, a estas alturas un hombre más debería darle igual", encogiéndose de hombros y sin conocer cual fue su afortunada situación, que era lo mejor o de lo contrario los señalamientos continuarían, alguien se atrevió a escupir.
"Muy seguramente los alimentos y el agua me han caído mal... Si, eso debe ser", la aguamarina murmuro mientras volvía a limpiarse el sudoroso rostro, luego regreso a trabajar, aunque no con el vigor de antes.
"Vuelvan a lo suyo", el calvo grito para quienes hicieron una ligera pausa.
Y ella habría continuado en ello, pero entonces esa idea cruzo su cabeza, provocando que sus labios se secaran y sus miembros fueran sacudidos por un violento escalofrió. "A menos que... ¿será posible?... no, no lo creo", murmuro y negó con la cabeza como deseando convencerse, sin embargo la duda ya se había anidado. "Si, es muy posible que este...", murmuro mientras pensaba en lo ocurrido entre los dos, luego se llevo una mano al vientre.
"Solo esto me faltaba", iracundo Boris expreso mientras se dirigía hacia ella.
Ante la mirada de todos ellos y sin que ninguno se atreviera a hacer algo, el sujeto la sorprendió por la espalda, tomándola por el abrigo. "Ya me tienes harto", chillo. "Que conste que yo quise hacer las cosas bien. Desde que llegue ninguna me dijo no y tú no vas a ser la primera"
"Boris, ya basta", "Déjala en paz", preocupados, pero no por la mujer, dijeron los otros dos soldados encargados.
"¿Qué significa todo esto?", desde la seguridad del piso, una tercera voz cuestiono.
"¿Vas a ceder o no?... esta es la ultima oportunidad que te otorgo para que recapacites. De lo contrario lo que te suceda será tu culpa"
"No", sin casi poder respirar, ella respondió.
"Déjala", " No seas imbécil, vas a meterte en problemas", los otros dos gritaron al unisono al ver que el coronel que había llegado, con presura se dirigía hacia la escalera para subir.
Si, ese no podía ser otro mas que Haruka, quien había decidido pasar por ahí para verla.
"Váyanse al diablo", el pelinegro contesto.
Habiendo reconocido la voz de su amado, Michiru pudo sentirse aliviada, aunque el peligro no había pasado. El agarre que ese hombre ejercía cerca de su cuello era terrible.
"¿Qué demonios haces?", cuestiono el rubio llegando a la cornisa del segundo piso.
"Pasa que esta maldita mujer no quiere trabajar... y voy a aplicarle el correctivo que merece para que los demás se inspiren". Justo cuando estaba a punto se empujarla sobre el suelo del techo, aquel violento agarre en su hombro se lo impido, provocando que la soltara y él se volviera y contemplara a su superior.
"¿Es esta la forma en que debe tratar a un civil?, ¿Pretendía arrojarla desde este sitio?", enfurecido Haruka grito.
Comprobando que se encontraba ante un autentico superior, el oficial titubeo; "No... no, señor, pero es que esta mujer no quería cumplir con su jornada... me pedía trato especial solo por ser bonita"
"Esa es una vil mentira, coronel", agitada y tratando de recuperar el perdido aliento, al borde del colapso y ante su infame acusación, Michiru contesto.
"Ella tiene razón. El comandante miente. Quería que ella cediera ante sus ordenes personales", valiente y sin miedo al castigo que pudiera recibir, Helen elevo el tono de su voz.
"¿Comandante?, ninguno de estos payasos es un comandante... ¿Verdad, sargento?", Haruka vocifero.
"Se han confundido, señor. Mi culpa no es"
Tratando de guardar la debida compostura que su rango le exigía, el rubio hablo a su oído; "Lamento mucho decirle que se ha equivocado de mujer, sargento. Porque esa que esta ahí es la mía y yo no voy a permitir que le pongan la mano encima", empujándolo lo libero.
"No, no lo sabia", pálido titubeo.
"Pues ya lo sabe... así que con cuidado diríjase a los civiles. Si alguno muere bajo sus ordenes, sus superiores no se lo tomaran nada bien y podrían enviarlo a una prisión del Sur... ¿Es lo qué quiere?"
"Por supuesto que no, Señor. Le juro que no volverá a pasar"
"Mas le vale... Vamonos, mujer", dijo para con la aguamarina.
"Si, coronel"
Esperando que ella no los acusara por molestarla, los demás civiles se mordieron los secos labios.
"El resto también puede retirarse y escuchen bien, si es que hay represalias por lo que ha pasado, pueden ir a buscarme a las granjas"
"Si, señor", los trabajadores respondieron.
"Y a ustedes mas les vale entregarles las raciones completas... dejen de apostarlas en sus estúpidos juegos", furioso le ordeno a los otros dos.
"Como usted ordene, señor", adoptando una posición de firmes, el calvo y el castaño respondieron.
(Esa noche)
Relajando sus miembros, la aguamarina tomaba una ducha.
"Si, es muy probable que haya ocurrido, después de todo es normal... y no es que haya estado enferma, eran los primeros síntomas. ¿Cómo es que no lo pensé antes?", murmuro contemplando su figura. "¿Qué debo hacer?, ¿Debo decirle?", se cuestiono y luego se mordió los labios...
Lejos de imaginar aquello que atormentaba a la joven, Haruka espero el momento de la cena para conversar sobre lo sucedido; "¿Quieres contarme?"
Michiru asintió un poco; "Desde el día de ayer ese hombre comenzó con los malos tratos, quería que yo le pidiera los descansos, pero lo que en verdad deseaba era que yo... le juro que no accedí... "
"No, no tienes que jurarme nada. Fui testigo de ello"
"Entonces comenzaron los castigos mas severos. Karl y Helen, los dos ancianos eran los únicos que estaban de mi lado"
"Maldito imbécil. ¿Por qué no me lo dijiste?"
"Porque no pensé que le importaría"
"Debiste hacerlo, estaban incurriendo en faltas muy graves. Si es que deseas seguir ayudando en la reconstrucción, el día de mañana podre ponerte en alguna de las cuadrillas que están bajo mi mando. Estarás a cargo de la entrega y recepción de la herramienta, es un trabajo sencillo y para nada pesado"
"Gracias, coronel", dijo y luego bajo la mirada. "¡Dios, mío!, ¿Se lo digo ahora o debo esperar a estar bien segura?"
"Pase por tú hogar y todo va funcionando según el plan. Será de los primeros en reconstruirse", ocultándole que entre las ruinas encontraron al sujeto que intento abusar de ella, expreso.
"Muchas gracias, coronel", sus labios dijeron, pero entonces volvió a encerrarse en sus más íntimos pensamientos. "¡Dioses!, ¿Y si le digo y se molesta?, pero sino también lo hará", siendo presa de la indecisión se cuestiono. "No, nada gano con ocultárselo. Tarde que temprano se dará cuenta y entonces podría llegar a mal interpretarlo y pensar de mi lo peor"
"¿Estas bien?", notado como sus manos temblaban, Haruka cuestiono.
"Si", sus labios dijeron. "No, no debe saberlo... de lo contrario podría obligarme a...", ante esa terrible idea un sudor frió recorrió su frente.
"Dime que es lo que te ocurre, tus mejillas están pálidas y tus manos tiemblan", frunciendo el entrecejo el rubio insistió.
Nerviosa la aguamarina por fin abrió los secos labios; "Coronel... yo...", no, no tuvo valor para continuar.
La paciencia de Haruka termino por agotarse, llevándolo a elevar un poco el tono de su voz; "Habla"
Fuera cual fuera su reacción, no podía callárselo; "Coronel... creo... creo que estoy embara...", ante la emoción del momento la mujer no pudo continuar, volviendo a ser presa de un desmayo.
Haruka abandono su sitio y corriendo hacia ella, la sostuvo entre sus brazos; "¿Un hijo?... ¿Esta mujer va a darme un hijo?... Michiru... Michiru", con desespero la llamo en un intento por hacerla reaccionar.
Notas de autor;
Muy probablemente la semana entrante no podre actualizar :(
Pues si, las sospechas de algunos de ustedes eran ciertas. Bebé pollito ya anda por ahí.
Luego de lo que nuestra Michi paso en la otra historia, ¿Cual creen que vaya a ser su reacción ante tal acontecimiento?, después de todo Haruka no fue muy bueno con ella, aunque no podemos compararlo con Saburo.
Kaiohmaru; Así es, no es tonto y sabía que algo iba mal. Ahora queda ver que hace si es que nuestra Michi esta embarazada.
Michelle; Es cierto, y nos damos cuenta de que Haruka no confía lo suficiente en ellos como para hablarles de ella. No debió ser fácil para los civiles (de cualquier bando) volver a levantar toda una nación.
Isavellcota; Lo bueno es que llego a tiempo y evito cualquier desgracia. Muchos no entienden que la guerra termino y todo debe volver a la normalidad. Y si, ella la esta pasando fatal con esa salud tan quebrantada.
Kyoky; Ese Haruka entre mas duro se quiere mostrar, mas débil resulta. No se puede resistir a ella, lo bueno es que acepto su negativa. Y pues ese pollito ya esta cocinándose XD.
EverlastingMyLove; Muchos de ellos no pierden oportunidad para aprovecharse de los débiles, aunque también hay sus excepciones entre ellos. Mientras describía a Helen me acorde de la señora Matzuko :), ella era como una abuela para Michi, aunque muy desconfiada con Haruka XD. Y si, en algún momento va a conocer a sus antiguas amigas, queda ver en que condiciones. Exacto, si su rechazo hubiera sucedido hace muchos capítulos, muy seguramente no hubiera terminado bien. El que haya aceptado su rechazo habla bien de él. Jajaja, entre mas dicen "no mas", mas hacen de las suyas. Desde que papá pollo se fue a seguir peleando, bebé pollito ya anda haciendo de las suyas, solo que Michi no se había dado cuenta y pensaba que andaba enferma xd. Cierto, la situación esta complicada y con un bebé se las van a ver aún mas difíciles, pero ya ni modo x(. No te preocupes, me gusta leer comentarios así de largos.
