CAPÍTULO XLVII

A TU LADO

(Hace cuatro años)

Molesto, con los labios secos y el entrecejo fruncido, con fuerza el pelinegro Gunther golpeó la mesa del recibidor.

Y fue ante el violento sonido que provocó, que Heinre, su padre, acudió a ver qué sucedía.

"¿A qué se debe tu enojo?", cuestionó.

"Lo inimaginable", furioso replicó.

"¿Qué..?"

Para interrumpir, la puerta principal se abrió, dando paso a Michiru.

"¿Por qué gritan?, desde la acera de enfrente pude escucharlos discutir", dejando sobre la mesa del recibidor sus pertenencias, ingreso en el estudio.

"Tú... tú ya lo sabías, ¿Verdad?", encaminándose hacia ella, su hermano la tomó por los menudos hombros.

"¿A qué te refieres?"

"No mientas, Michiru. Sé que Helmut te lo dijo"

Al escuchar el nombre de ese desagradable sujeto, la joven desvió la mirada. "No quiero saber nada sobre él"

"Eso dices ahora, porque si mal no recuerdo la otra noche saliste con él... ¿Qué estuvieron haciendo?, ¿Que te dijo?", clavando una inquisidora mirada en ella, la agito un poco.

"Gunther, deja a tu hermana. Ella no tiene ninguna culpa de lo que a ti te pasa", liberándola de su tosco agarre, Heinre pidió.

"Si, salí con él y fuimos al cine, luego me trajo a casa", recordando lo sucedido, bajo la mirada.

"¿Solo eso?", el pelinegro insistió.

"Si, solo eso. Lo que él te haya dicho son mentiras", prefirió callarse.

"No, no me dijo nada sobre esa noche, ¿Ocultas algo?... respóndeme, no te quedes callada", aún más furioso, elevó el tono de su voz.

"Gunther, Michiru es una mujer adulta y puede salir con Helmut o con quien ella crea conveniente. Aunque yo sea su padre y tú su hermano mayor, no tenemos ningún derecho de meternos en sus asuntos, mucho menos en algo tan privado", pensando que en su cita radicaba el problema, el viejo intentó señalar.

Gunther negó con la cabeza y apretó el puño; "Ya estamos hablando de algo muy diferente... así que responde, ¿Te dijo que se va al frente antes que yo?, ¿Alardeo de ello?"

Titubeante la aguamarina asintió un poco; "S-si"

"Maldito sea", chilló llevándose una mano a la sudorosa frente. "¿Por qué no me lo dijiste?, ¿Por qué he de ser el último en enterarse?"

"Él me dijo que acababa de recibir la orden de movilizarse hacia la frontera, y si no te lo dije es porque no me importa lo que ese hombre haga o deje de hacer. Además pensé que tú ya lo sabías, ¿Qué no eres su mejor amigo?", con disgusto la aguamarina señaló.

Ante lo que dijo, el pelinegro soltó una bien fingida carcajada; "Pues no lo parece, de lo contrario no habrían tenido una cita"

"Si lo hice fue porque no me quedó de otra más que aceptar. Pero veo que no sabes diferenciar entre cortesía y un verdadero interés", cruzando los brazos sobre su pecho, Michiru expresó.

"Ya basta, Gunther. Si estás molesto porque a ti no te han llamado, sabes que quien menos culpa tiene es tu hermana. En todo caso ve y reclamale a las autoridades que así lo decidieron"

"Ustedes no lo entienden, pero me parece inaudito que a mi, que tengo mucho tiempo formando parte de la guardia del entonces canciller, no me hayan elegido... ¿Por qué ese idiota no me lo dijo?", apretando el puño se quejo.

"Y es mejor así, ¿No?. Después de todo, así funciona el ajedrez, los primeros en morir son los peones mientras que quienes la hacen se quedan. Deberías agradecer que sigues vivo", sabiendo que Helmut y muchos otros jóvenes eran los hijos de alguien, afligido Heinre expresó, además su reflexión no estaba alejada de la realidad.

"Lo sé, y aún así quiero ir. Estoy ansioso por demostrar mi patriotismo y que soy digno de llevar este uniforme y tu apellido", Gunther expresó y dirigiendo sus pasos hacia la salida, de un golpe cerró la puerta detrás de él.

"¿Qué es lo que le sucede?, hace mucho que dejó de ser el mismo", Michiru señaló.

"Creo saber que es lo que le pasa... quizás algún día lo comprendas, pero no será hoy", cerrando los ojos, Heinre finalizó.


(Presente)

"¿Volver?", sin aliento y al borde del desmayo, la aguamarina cuestionó.

"Así es. Nosotros también tenemos una nación que reconstruir. Si no nos habíamos marchado era precisamente porque teníamos que dejar todo listo para que ustedes se hicieran cargo de ello. Solo espero que en el futuro tu gente no inicie otra guerra, mucho menos en nuestra contra, aunque luego de lo sucedido dudo que lo hagan", Haruka expreso y hacia el final soltó una risa nerviosa.

"Es cierto, tenemos que hacernos responsables de lo que provocamos", mordiéndose los labios, bajó la mirada.

Haruka, sin saber cómo proceder, volvió a encerrarse en el mismo silencio de antes...

Sin poder conciliar el sueño, la hermosa aguamarina permanecía inmóvil sobre su cama.

"Sabía que este momento llegaría. En tres días voy a perderlo para siempre. Lo único unico que me consuela es que estará bien, no es como cuando tuvo que irse para continuar peleando", limpiándose las lágrimas que habían resbalado por sus mejillas, se aferró a su almohada. "Debo aceptarlo, debo aceptar su ausencia porque esta vez ningún tren me lo regresara"

Por su parte y en la misma situación, Haruka contemplaba el techo de su habitación.

"Sabía que esto iba a ocurrir en cualquier momento", apretando su puño murmuró. "Maldita guerra, siempre termina separando a las personas. Una vez más estoy condenado a perder lo que mas amo"


(Mañana siguiente)

La noticia de que en tres días la mitad del ejército del Sur abandonaría la ciudad, pronto corrió por las deshechas calles, emocionando a todos sus habitantes.

"Se largan", con hartazgo una anciana expreso para con su esposo y su vecina.

"Ya era hora"

"Nunca debieron haber venido. Lo único que hicieron fue perjudicarnos y humillarnos", agregó la joven mujer.

La primera en hablar la contempló y señalando su vientre, hizo aquella dolorosa pregunta; Y tú, ¿Qué piensas hacer con eso. No puedes seguir perdiendo el tiempo"

Ella se encogió de hombros mientras que entre sus brazos refugiaba a su hijo, un chiquillo de no más de cinco años.

"Pues deberías ir pensando una solución, si tu esposo regresa del frente y descubre que estas embarzada de cualquiera de esos animales, te va a ir mal"

"¿Está diciendo que es mi culpa?", molesta alzó la voz.

"Digo que ellos se van, pero es como si no lo hicieran porque nos dejan a sus indeseables hijos y..."

"Ya cállate, mujer. ¿Qué no te das cuenta de que tus palabras lo único que hacen es lastimar?", ante su crueldad su esposo intervino.

"Pero..."

"Mejor no digas nada", a gritos ordenó. "De una forma u otra todos hemos sufrido las consecuencias"

La joven sin decir nada, con más fuerza abrazó a su hijo.


(En la clínica)

Y mientras muchos de sus camaradas preparaban lo necesario para su viaje, para ellas todo seguía su cotidianidad.

"Tienes que volver, ¿Verdad?", la rubia enfermera cuestionó a la cirujano.

"Así es, pero no pienso hacerlo... aún no. Aún tengo mucho trabajo que hacer aquí", contestó mientras ordenaba los expedientes.

"Estas en tu derecho si no deseas responder, pero ¿Por qué no si tienes la oportunidad de hacerlo?"

"Porque tendré que enfrentarme a una nueva realidad, y he de decir que me aterra"

"Me pasa lo mismo, llegado el momento no sé si regresaré a mi hogar, después de todo ahí poco me queda"

"Mis padres y mi hijo me esperan, pero no me emociona tener que volver. Sé que no debo pensar así, pero tampoco puedo hacer nada para cambiar mi sentir"

Por su parte Kirill se encargaba de los últimos preparativos.

"No pensé que me acostumbraria a esta vida", murmuró mientras tomaba la fotografía de su familia. "¿Seré el único que pasa por una situación similar?"

De igual modo hacía Nikolai, quien contemplaba la improvisada tumba de su hermano.

"Tengo que volver y me niego a hacerlo sin ti... no quiero dejarte en esta maldita tierra. En cada batalla me pedías que me quedara cerca de ti para cuidarnos... ¡Demonios!, debí escucharte cuando me pediste no venir, pero en lugar de hacerlo te traje a morir... ¿Qué le voy a responder a Alyona cuando me pregunte por ti?", rompiendo a llorar gimió. "Perdoname por tener que dejarte atrás"


(Voskov. En algún lugar del Sureste)

Sentada ante el portico de su hogar, una joven de cabellos negros mecia a su pequeña, una chiquilla que dentro de un par de meses cumpliria su primer año.

Dirigiendo la mirada hacia el otro lado del recién llovido camino a la espera de que aquel regimiento volviera a pasar, contempló a su hermano, quien a prisa se dirigía a ella.

"Katia... Katia", gritaba mientras que en el aire agitaba un diario.

"¿Qué pasa?, ¿Cual es la prisa?"

El chiquillo se detuvo y tomando aire, procedió a responder; "Han publicado en todos los periódicos que los hombres que llegaron al Norte en tres días comenzarán a regresar"

"¿De verdad?", dibujando en sus labios una sonrisa, preguntó.

"Si, mira"

La madre de ambos, escuchando el alboroto que su hijo menor había formado, dirigió sus pasos hacia ellos y cruzándose de brazos, se quedó en el umbral de la puerta.

"Los primeros llegarán en un par de semanas y nosotros iremos al andén para recibir a nuestros vecinos y amigos", agregó el joven.

"¡Vaya!", emocionada su hermana expresó, luego contempló a su bebé.

Su madre frunció el entrecejo y torció los labios. "Pues espero y entre ellos este el padre de tu hija"

"Madre, por favor no...", cansada del mismo reclamó, la joven trató de responder.

"Hablo con la verdad. Si hubieras sido inteligente, ese dichoso comandante no te hubiera utilizado y no te hubiera dejado esa carga... solo a eso se detuvo el desgraciado"

"Mi bebé no es una carga, además él me gustaba", sonriendo, la joven bajó la mirada para posarla en su pequeña, cuyos hermosos ojos le recordaban tanto a la de él.

"Ya mejor no te lamentes que nada ganas, ven al granero a ayudarme"


(Casa de los Kremer)

Sin haber podido probar bocado, Haruka permanecía de pie frente a la chimenea.

"En dos días tendré que volver a mi hogar, o al menos a lo que queda de él... supongo que mis vecinos, si es que aún viven, aún estáran furiosos conmigo, aunque quien sabe, quizás piensan que morí. ¡Dioses!, ahí descansan mi esposa y mi hijo", apretando el puño pensó.

En silencio, Michiru lo observaba; "¿Qué es lo que le sucede?, ¿Por qué en lugar de estar contento sufre en silencio?", pensó.

Sin decir nada el rubio tomó su abrigo y con presura salió a la calle.

Caminando hacia la ventana, a Michiru no le quedó de otra más que seguirlo con la mirada.

"Su propio silencio lo hiere, y a mi me pesa mucho no poder ayudarlo"


(En la clínica)

"¿Ha habido alguna emergencia?", cuestionó el rubio Nikolai mientras se quitaba el abrigo.

"No, pero ¿Qué haces aquí?. Deberías estar preparando tus cosas"

"No tengo mucho que empacar, Mina. Si acaso un par de viejos uniformes", contestó y luego se sentó detrás de su escritorio.

La puerta se abrió, dando paso a un joven oficial; "Tengo carta para ti", dijo caminando hacia la rubia mujer.

"¿Para mí?, ¿Estás seguro?", sorprendida porque en todo ese tiempo nadie le escribió, Mina expresó.

"Así es. Es una carta extraña, no tiene remitente, solo sé que está dirigida a ti", dijo entregandosela.

"¿Y cómo lo sabes?"

El oficial sonrio; "Porque ahí dice que es para la hermosa enfermera de la clinica número tres"

"¿Ah sí?", pensando que estaba bromeando, ella replicó.

"Así es, mira"

En efecto, era lo único que quien la envió, escribió al frente.

Incrédula la joven la tomó.

"¿Será posible que...?", imaginando quién podría ser el responsable, murmuró.

"¿Eh?"

"Ignórame, muchas gracias", ella contestó y en cuanto el hombre se marchó, centró su atención en el sobre. "¿Será posible que Armand la haya enviado?... si es así, ¿Eso significa que está en la ciudad?"


(Mientras tanto)

Tumbado sobre su improvisada cama, Nicolás contemplaba la gotera que del otro lado de la habitación se había formado.

Recordando lo sucedido con su esposa, impotente apretó el puño y frunció el entrecejo.

"Soy un imbécil, no debí ceder ante mis emociones, sin embargo no pude evitar hacer ambas cosas... espero y Rei pueda perdonarme", se quejó.


(En casa de los Kremer)

Sentada en el incómodo sillón, la aguamarina doblaba los limpios uniformes del coronel, luego junto a ellos guardo la medalla que le obsequio y las fotografías, no deseaba que las olvidara como la ves pasada.

"No debe olvidar nada", colocándolos a un lado, hizo una pausa. "Sin duda lo hará, en cuanto aborde ese tren y esté cerca de su destino se olvidara de mí. No lo culpo, su hogar y todo lo que ama esta ahí", con el dorso de la mano se limpió el rostro.

Poniéndose de pie subió escaleras arriba y dirigiendo sus pasos hacia el buro de su habitación, tomó las fotografías que de casa logró sacar y entre las cuales estaba aquella que del diario corto.

"Debo aceptar la realidad, está en su derecho de regresar y condenarme al olvido. Para mí él lo ha sido todo aparte del padre de mi hijo, en cambio yo para él no fui otra cosa más que una especie de posesión, pero aún así me quedo con lo mejor y no solo con un recuerdo. Me quedo contigo, jamás volveré a estar sola", sonriendo, se llevó una mano al pequeño vientre. "Te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para que seamos felices. Sé que con el tiempo habrás de preguntar por él y no voy a mentirte, conocerás toda la verdad"

De pronto la puerta principal se abrió, dando paso al rubio.

"Ya volví", dijo en voz alta para que ella lo escuchara, luego de quitarse el abrigo camino hacia la chimenea para avivar el fuego.

Ella, limpiándose el rostro para que no notara que había llorado, dirigió sus pasos hacia el recibidor.

"Aunque ahí está mi tierra y en ella descansan mi esposa y mi hijo, ya no me necesitan, en cambio ella y mi bebé si. Son lo más importente que tengo", pensó.

"Coronel, su equipaje ya está casi listo, solo falta que en él ponga...", Michiru intento decir.

Haruka se reincorporó y volviéndose hacia ella, hizo un ligero ademán; "Gracias, pero dejalo. Más tarde desempacare"

"¿Desempacar?", sin imaginar lo que estaba a punto de escuchar, ella preguntó.

"Así es, ya tome una decisión y no me iré. Tú me necesitas más que ellos", firme expreso.

Sin comprender la dolorosa realidad de ese hombre, un escalofrío recorrió el menudo cuerpo de la mujer.


Notas de autor;

¿Creen que este fic ya se extendió demasiado?, porque aún falta mucho para que termine.

Kaiohmaru; Lo único que Nicolás logra es que su esposa se deprima, suficiente ha sufrido como para que ahora él la utilice de esa forma. Es un cobarde, y me atrevo a decir que mas que Haruka.

Michelle; Dudo mucho que Michi sea bien recibida en el Sur, pero tampoco creo que Haruka piense llevarla luego de lo que ahí le sucedió a él. Amy y Kirill sufren en silencio, aunque su situación es un poco más complicada que la de Haruka y Michiru.

Isavellcota; Haruka solo se condena a perder lo que ama, y todo por encerrarse en ese silencio que lo único que hace es atormentarlo.Tienen todo para ser felices pero prefieren sacar falsas conclusiones.

Kyoky; Exacto, luego de tres años juntos es normal que Amy y Kirill hayan desarrollado sentimientos así, y ahora que tienen que separarse he ahí que les resulta complicado alejarse, sobre todo a Kirill, que es a quien mas le pesa decir adiós. Nicolás se victimiza mucho sin detenerse a pensar en su hijo. Con alejarse no les hace ningún favor.