CAPÍTULO LXXV

PERVERSIDAD

(Hace varias semanas)

Caminando por la calle, embargado por la impotencia y con desdén el pelinegro Wilhem observaba lo que a su alrededor acontecía, centrando todo su odio en los extranjeros oficiales que a su paso iba encontrando.

Recargado contra la pared de un edificio, uno de ellos conversaba con una civil. Montado en bicicleta, otro recorría el lugar entregando la correspondencia.

"¿Cuándo piensan largarse?. Ya va siendo hora de que lo hagan", pensó dirigiendo su inquieta mirada hacia uno de los anchos escaparates, donde observó a un par de ellos que despreocupados reían mientras bebían café.

Del otro lado del camino uno más molestaba a un anciano.

"Si él viviera lo vería intolerable y ya nos hubiera alentado a pelear, aunque nos costara la vida", apretando el puño murmuró.

Deteniéndose para cruzar la acera, contempló a la hermosa oficial que dirigía el tráfico.

"Es bonita, pero sigue siendo la mujer del enemigo... debimos mantenernos firmes y no flaquear. Esta no es la nación que él quería", expresó sin darse cuenta de que a su espalda había alguien escuchando.

"¿Estás molesto con ellos?"

"¿Cómo no estarlo?. Esta es nuestra ciudad y ellos la han ultrajado. Sus hijos serán más en comparación con los nuestros. Todo por lo que peleamos ha sido echado a la basura", asqueado apretó el puño y luego escupió a un lado.

"Lo mismo pienso. Es intolerable que nos den semejante trato, en especial a nuestras mujeres"

Wilhem se volvió hacia él, encontrándose con un hombre cuyo castaño cabello comenzaba a tornarse blanco. "No creo que haya alguien que no lo lamente. Creen tener derecho a castigarnos cuando han sido ellos quien han hundido nuestra nación en un pozo"

"Nada podemos hacer, nos vencieron", encogiéndose de hombros el cojo hombre contestó.

"Porque se los permitimos, no porque sean mejores que nosotros", replicó y luego volvió a escupir a un lado.

El hombre dejó escapar una risa burlona; "¿Y qué podemos hacer?. ¿Tratar de echarlos de nuestra tierra?, ¿Volver a declararles la guerra?", buscando provocarlo cuestionó.

El joven asintió con firmeza; "Si esta ciudad no fuera un nido de cobardes ya lo hubiéramos logrado. Debimos hacerlo cuando muchos de ellos se fueron, en cambio permitimos que vinieran más. Ellos son peores que los primeros"

El sujeto frunció el entrecejo y encaminando sus torpes pasos hacia él, lo tomó por la camisa; "¿Piensas que soy un cobarde?... ¿Qué hiciste tú para detenerlos?, ¿Dónde estabas cuando cruzaron la frontera?... estoy seguro que estabas oculto detrás de la falda de tu madre"

"Pelee, defendí la ciudad", deshaciéndose de su tosco agarre contestó.

"¿Qué pasa ahí?", habiendo sido testigo de lo que parecía ser el inicio de una pelea, un oficial intentó intervenir.

"Nada, señor", sin quitarle la mirada al hombre de la barba, Wilhem replicó. "¿Tú que hiciste?, dudo mucho que con esa maldita pierna hayas logrado algo"

El hombre fijó su enardecida mirada en la suya e inclinándose un poco, descubrió su lastimado tobillo "Yo estuve peleando en el Sur, esto... esto me lo hicieron ellos. Me convirtieron en un despojo", recordando los malos tratos que recibió de parte de sus captores, rechino los dientes. "Ahora dime ¿Quién fue el cobarde?"

Ante la confesión de aquel extraño, el chiquillo se mordió los labios.

"¿De verdad estás molesto con lo que ellos nos están haciendo?"

"Y mucho, señor", con respeto replicó.

"Lo dudo", contestó dándose la vuelta y como haciendo que se iba.

"Haría cualquier cosa por deshacerme de ellos... no los quiero respirando el mismo aire que yo. No quiero que sigan contaminando nuestra raza"

Esas fueron palabras que sin duda agradaron al excombatiente. "¿De verdad?"

"Si, señor. Y no soy el único, mis amigos piensan igual", Wilhem contestó.

"¿Sabes?, alguien más y yo estamos en lo mismo, aunque me atrevo a decir que nuestros ideales son más que ambiciosos", dándole la espalda expresó.

"Espera, me interesa seguir escuchando. ¿Cómo te llamas?"

Habiendo logrado su propósito, el ex soldado sonrió con malicia; "Hel... Henrik"


(En la clínica)

Exhaustos a causa de la jornada e impotentes ante los nulos resultados, la mayor parte del personal médico permanecía en silencio, tratando de asimilar los acontecimientos.

"Por favor dime que esto no pasó", una estudiante de medicina se dirigió a su compañera, quien se encargaba de atender a Fritz.

"A mi también me gustaría que fuera una pesadilla... ahora no sé si estoy preparada para convertirme en médico"

"Lo mismo me pregunte cuando atendí a los heridos durante la toma de la capital, pero aquí sigo decidido a convertirme en uno", otro estudiante confesó.

La puerta se abrió, dando paso a la teniente Aino.

"¿Cómo está?"

"Aún no despierta, ¿Cree que va hacerlo?"

"La cirujano dijo que hay que darle tiempo. Confiemos en que así será", revisando el pulso del joven, la rubia contestó. " Fue una noche larga, que bueno que ya está amaneciendo", pensó observando hacia la ventana.

Mientras tanto y detrás de su escritorio, la cirujano Mizuno firmaba los documentos correspondientes que como responsable de la clínica debía entregar. "Es una lastima que no hayamos podido hacer nada por ellos. Dieciséis hombres murieron... dieciséis sin contar los otros cuatro"

"Sabes que no fue tu culpa, no estuvo en tus manos ni en las de nadie ayudarlos", Haruka contestó.

"Si al menos hubiera podido salvar a uno... a uno solo", observando sus manos, se lamentó. "Pero estaban muertos desde que cruzaron esa puerta"

"Ese muchacho está vivo gracias a ti, así que deshazte de cualquier idea que solo te sirva para atormentarte"

"Espero y pronto despierte. Además hay que encontrar a los culpables y hacerlos pagar"

Durante un segundo el rubio se quedó en silencio, meditando lo que estaba a punto de decir; "Sé que puedo confiar en ti, así que dime, ¿Todo lo que pasó no te parece más que extraño?"

Mizuno asintió de forma ligera. "Si. Hace meses que los oficiales están muriendo en condiciones poco comunes"

"¿Tú también piensas que hay alguien detrás de todo esto?"

"Si, coronel"

"Será mejor callarnos o podríamos meternos en problemas"

De pronto la puerta se abrió, dando paso a un oficial.

"Coronel Haruka T. Su presencia es requerida en la oficina de gobierno provisional", anunció.

"Tengo que ir, por favor no sigas haciéndote daño. Tus otros pacientes te necesitan"

"Como ordene, coronel", haciendo el debido saludó la peliazul contestó.

"¿Todo en orden?", llegando, cuestionó la rubia Mina.

"Si. ¿Cómo está Fritz?"

"Aunque su pulso es normal, sigue sin reaccionar. Es joven, hay que confiar en que lo hará"

"Aún hay mucho trabajo que hacer. Debemos darnos prisa y desinfectar el lugar e incinerar todo aquello que pueda contener residuos", Mizuno señaló.

"Lo mejor es comenzar por el área de maternidad"

"Lo mismo pienso", animada la cirujano contestó.


(En algún lugar de la ciudad)

Terriblemente afligido por lo sucedido con los civiles y temiendo las repercusiones que su mal juicio fueran a traerle, Wilhem recorría las calles, tratando que sus pasos fueran de lo más despreocupados para no llamar la atención, aunque no podía evitar estremecerse cada vez que pasaba cerca de esos hombres.

Y fue que deteniéndose ante una puerta y llamando, que un mal encarado y calvo hombre no tardó en atender.

"Buenos...", el joven intentó saludar, sin embargo el sujeto lo tomó por la camisa para luego empujarlo hacia una pared.

"Eres un maldito idiota", mascullo y acto seguido lo abofeteo.

"Juro que no fue mi intención", se quejó.

"Pasa. Dudo que ellos estén contentos luego del maldito desastre que anoche hiciste", liberándolo de su agarre, con tono severo reprendió.

Nervioso Wilhem dirigió sus pasos hacia el sótano, donde se llevaban a cabo parte de sus actividades ilegales.

"Señor", erigiendo su encorvada postura se dirigió a Henrik.

"Por favor pasa", contento le indico acompañando sus palabras con un ligero ademán.

Dudando el pelinegro lo hizo, quedándose a prudente distancia.

"¿Sabes?...", intentó decir, viéndose interrumpido por el chiquillo.

"Señor, le juro que no era mi intención que las cosas se salieran de nuestras manos. Sé que el plan no era que los civiles se vieran afectados... estoy seguro de que ese oficial distribuyó el alcohol entre ellos"

"¿Te estoy culpando de algo?", despreocupado llevó la embriagante bebida a sus labios.

"Señor, yo..."

El alguna vez castaño y cuyo nombre real distaba mucho de ser Henrik, dirigió sus torpes pasos hacia él, luego le palmeo la espalda; "Todo lo contrario, él está muy contento con los resultados obtenidos. Teniendo unos cuantos civiles como víctimas evitará que se sospeche que hay un plan detrás de todo esto... y es por eso que voy a premiarte", dijo entregándole una botella.

Wilhem dudo.

"Está limpio, ¿Lo ves?", sirviendo dos vasos y bebiendo uno, señaló.

"Si", convencido de que era seguro y muy sediento, hizo lo mismo.

"Cuando te encontré no pensé que nos fueras a ser tan útil, sino todo lo contrario", sirviendo más de la bebida, Henrik expresó.

"Le dije que no les fallaría... Sinceramente pensé que anoche sería el momento"

"Debo reconocer que fue él quien se excedió. Eso de disparar de forma tan indiscriminada no es algo que yo hubiera hecho, es lo que podría terminar por alertar a las autoridades. Aún así tienes que estar preparado, pronto daremos el paso decisivo", llevando el cigarrillo a sus labios, sonrió. "A decir verdad me equivoque", recordando que fue idea de Wilhem elaborar la bebida adulterada luego de que atestiguara el intercambio entre Kozlov y Morozov, señaló.

"¿En qué?"

"En que debió ser un oficial quien lo ofreciera entre otros soldados, así como lo sugeriste porque recibirlo de parte de un civil es más que arriesgado"

"Señor Henrik, ¿Seguiremos elaborando más alcohol?"

"No, imposible. Debemos buscar métodos más sutiles, pero igual de eficaces"

"Entonces dígame, ¿Cuándo podré conocerlo?"

"¿A quién?"

"A Wolf, el jefe"

"A su tiempo, cuando volvamos a tener las riendas de la ciudad", contestó volviendo a llevar el cigarrillo a sus labios. "Hay medidas que estamos tomando, así que guarda esto. Si te atrapan, a fin de evitar torturas que terminen por echar abajo lo que hemos estado haciendo, sabes que hacer", entregándole una ampolleta, fijó la mirada en la suya. "Recuerda que el sacrificio de una persona bien vale el bienestar de toda una ciudad", mostrándole la que llevaba para él mismo, añadió.


(Oficina de gobierno provisional)

Reunidos en la oficina del mayor en rango, aquel grupo de superiores contemplaba los mapas de la ciudad.

"De este lado se encuentra el ejército de Harrison, aquí el de Smith y este es el sitio de Francoise, toda esta área es la que nos pertenece", señaló Volkov.

"Los subterráneos se extienden a lo largo de todo este punto y en su momento sirvieron de escondite, ahora no dudo que sirvan como laboratorios", dijo Ivanovich

"A la brevedad posible tenemos que llevar a cabo está operación", Pavlov añadió.

"¿Intervendrán los hombres de Mikhailov?", Haruka cuestionó.

"No, esto es algo que solo nos concierne a nosotros", Ivanovich replicó.

"¿No serán ellos quienes están detrás de esto?. Han causado muchos problemas", opinó un coronel.

"Este problema lo tenemos desde antes que ellos llegaran, así que es imposible. Pero de ser el caso se enfrentarán a toda la ley marcial", Volkov sentenció.

"Resultará casi imposible llevarla a cabo en un solo día", un comandante expresó.

"Aunque así sea tenemos que movilizarnos a la brevedad posible. No podemos permitir que esto continué"

"Estos son los puntos en los que hay que poner especial atención. Comandante, su unidad se encargará de revisar toda esta área..."

"¿Y si encontramos hostilidades"

"Saben como actuar", Volkov contestó. "Ahora más que nunca estoy seguro de que todos los que murieron por disparos o en condiciones extrañas estaban involucrados en este maldito asunto. Así que mientras ustedes se ocupan de la revisión, nosotros nos encargaremos hacer las averiguaciones correspondientes"

Callándose sus sospechas a fin de evitar problemas, el rubio asintió.


(En casa de la aguamarina)

Sin haber podido dormir luego de que su amado se marchara, de forma constante la joven se asomaba a la ventana, esperando verlo aproximarse.

"¿Qué fue lo que pasó?"

"Una emergencia en la clínica de la cirujano Mizuno. Al parecer un grupo de personas sufrieron una severa intoxicación a consecuencia de alimentos en mal estado", ocultándole lo que sabía, la castaña respondió.

"¿Pero él está bien?, ¿Por qué no ha venido?"

"Si, no tienes de qué preocuparte. Él fue llamado por ser nuestro superior. Volverá en cuanto le sea posible, ahora ven a desayunar", sirviendo la mesa, Lita replicó.

"Si", sin que la preocupación la abandonara, Michiru ocupó su respectivo lugar. "Gracias", añadió.

"Cosa extraña, hace cuatro años imposible era pensar que algún día los unos y los otros compartiríamos la mesa y los alimentos. Está en nuestras manos que nuestros hijos no vuelvan a declararse otra inútil guerra", contemplándola con atención, la castaña pensó.

"¿Ocurre algo, capitana?"

"No, nada", replicó dedicándole una sonrisa.


(Mientras tanto)

Esperando que el esfuerzo valiera la pena, el plan trazado por Ivanovich se llevaría a cabo poco antes del medio día.

Así pues, dirigiéndose en un camión militar hacia uno de los edificios que les habían encomendado inspeccionar, el rubio daba las últimas indicaciones.

"Nadie va a disparar, solo en caso de encontrar hostilidades, ¿De acuerdo?"

"Si, señor"

" De verdad espero no tener que volver a hacerlo", recordando que dentro de poco volvería a convertirse en padre, afligido pensó.

"¿Estás bien, coronel?", cuestionó Fiódor.

"Si, por supuesto", nada seguro respondió.

Llegando al sitio indicado y una vez que descendieron del camión, el grupo de oficiales rodeó el lugar.

"Es el ejército de Todas las Repúblicas Unidas del Sur. Levanten las manos y salgan", el coronel ordenó.

Y fue ante su presencia, que el griterío de quienes lo ocupaban no se hizo esperar.

"No disparen, por favor no nos lastimen", replicó una mujer, apareciendo al encuentro con las manos en alto.

"Revisen todo, que no quede lugar sin inspeccionar", no fiándose de la inocente apariencia de la civil, Haruka dio la siguiente orden.

Y en efecto no mentía, ahí solo estaban ella y sus hijos.

"No hay nada, señor", Dimitri expresó.

"Revisen toda la acera, luego iremos al siguiente punto", el coronel transmitió la orden.


(A varias calles de ahí)

La intensa movilización de oficiales fue algo que despertó el temor de los civiles. Y es que no todos eran diplomáticos como el coronel Haruka T.

Y fue ante el ir y venir de oficiales que a prisa Henrik dirigió sus torpes pasos hacia el sótano.

"Tenemos que irnos. No tardan en venir", dijo mientras que a través del desagüe se deshacía del maldito alcohol que hacía dos días habían preparado.

"Wilhem es un idiota, debió ser mas cuidadoso", tomando las armas que previamente habían ocultado, el calvo sujeto expreso.

"No. Sabíamos que esto podría ocurrir y aún así decidimos tomar el riesgo", Henrik contestó. "Ustedes, deshágase de esos barriles", ordenó para con la media docena de civiles que trabajaban para él.

"Si nos descubren van a ejecutarnos", el calvo señaló.

"No lo harán, mucho menos van a echar a perder nuestro trabajo", contestó y tomando su arma, le disparó a los seis hombres. "Si encuentran este lugar, esto los despistara. Nosotros debemos seguir con él plan inicial", añadió.

"¿Qué hay del idiota ese?", el calvo intento decir.

"Aunque lo atrapen con vida difícilmente sabrán quién está detrás de todo", Henrik replicó y luego colocó el arma en manos de uno de los cadáveres para cambiar la perspectiva criminal de aquella escena.


Notas de autor;

Michelle; Sin duda la guerra afectó a la cordura de Armand, y si actúa así de celoso con Mina (recordemos que entre líneas ella aceptó haber estado con alguien más) es porque él también anduvo haciendo de las suyas, y no precisamente con Alisa. Así es, nos acercamos al final :(, pero no va a ser pronto :).

Kaiohmaru; Haruka es terco, en el pasado con su silencio hirió a Misaki y ahora hiere a nuestra Michi. Más que pensar en ella y en él mismo, debería hacerlo en pollito. Los necesita a ambos. Para los soldados la guerra es una cosa, para los médicos militares es otra. Amy nunca disparó un arma porque nunca se vio en la necesidad de matar, sino todo lo contrario. Debía salvar cuántas vidas pudiera. La medicina es una profesión muy difícil, pero en esas circunstancias lo es el doble, he ahí que ella se replantea continuar o no.

Isavellcota; Sin duda Gunther trataría de justificar sus acciones anteponiendo sus ideales y demás basura, luego condenaría lo que Michi hizo por miedo sin aceptar que él y sus amigos fueron los causantes de tanta violencia. Y como vemos, todavía queda mucha gente deseosa de problemas. Respecto a Armand, él es de esos sujetos que lanzan la piedra y luego esconden la mano, lo bueno es que su esposa no va a quedarse de brazos cruzados. Está a tiempo de huir de él.

Szar; Efectivamente, ese hombre parece odiar a las mujeres y en especial a las que combatieron. Además lo acompleja saber que muchas de ellas estuvieron con algún superior. Y si Mina lo hizo o no, hay que recordar que ella lo estuvo buscando y nadie supo decir nada sobre su paradero, además él tampoco fue un santo y la prueba de ello es que se casó. Las personas que están actuando de esa forma siguen ciegas por el discurso de aquel sujeto, no hay necesidad de otra guerra, lo único que están consiguiendo es ir de venganza en venganza sin pensar que los más afectados son los inocentes.