Casa Loud, sala de estar, viernes, 16:00
Lincoln miraba el techo de la sala, sin mayor animo para hacer cualquier cosa.
Pese a que tenia el control del televisor a su lado y su consola dispuesta ninguna le llamaba la atención, simplemente concentrándose en respirar.
Si, si, no tengo ganas y bla, bla, bla, el resumen es este, me rindo.
¿Qué por qué lo hago?
Las cosas ya se salieron completamente de control, estoy solo en casa contra mis 10 hermanas, cada una más loca que la otra y sabiendo que ya perdí a la única con la que pensé podría tener una relación normal de hermanos teniendo a una posible depravada que asumo en el momento en que pueda caminar bien comenzara a aparecer en mi cama cuando despierte.
Si, puede que despertar junto a tu hermanita bebe se pueda ver tierno, pero no lo es cuando sabes lo que hay en su cabeza y que ambos creceremos, ¿Ya no te parece tan tierno verdad?
Si soy sincero, yo sería el primero en llamar al FBI en ese caso.
¿Decir que soy gay y me gustan los hombres? Inútil, estoy seguro de que Lisa se encargaría de cambiarle el genero a más de una, ¿Conseguirme una novia? Apenas si hablo con Ronnie Anne que vive a 3 horas, Stella es un milagro que me hable sin mirarme con asco, y la verdad no hablo mucho con las demás chicas de mi clase, pareciera que me evitaran. ¿Decirle a papá y mamá de una buena vez? Terminaría en un psiquiátrico y ese lugar no suena muy agradable.
Nuestro héroe estaba totalmente deprimido.
¡¿Y como no quieren que lo esté?! ¡Vivo con mi enemigo y este no deja de intentarlo, incluso el universo no deja de molestarme con eso!
Así que eso, me rindo, simplemente haré lo que quieran mis hermanas y todo, que nazcan los monstruitos que tengan que nacer, ya me da igual.
El muchacho quien había perdido su espíritu de lucha volvió a acomodarse en el sofá, mirando ahora por la ventana en un intento de que el tiempo pasase un poco más rápido, pero ese intento se vio frustrado por Luna quien le tomo del hombro gentilmente.
- Te ves algo mal bro, ¿Sucedió algo?
¿Además de ustedes? – Nuestro protagonista estaba dirigiéndose a un futuro muy edgy.
- Na... - Dijo mientras volvía a dejarse caer en el sofá.
Luna veía preocupada a su deshecho hermano, quien ya parecía estarse fusionando con el sofá.
- Te vienes conmigo.
- Esta bien.
- Claro que no aceptare un no por res... espera, ¿Dijiste que sí?
- Si, ya que, solo iré por algo para abrigarme.
Lincoln se fue casi arrastrando sus pies hasta su habitación, algo que Luna solo observo, dudando de como había sido todo tan fácil.
- El Little guy jamás acepta tan fácil, jamás... debe estar planeando algo... ¿Será una nueva técnica para despistarnos? Oh no... ya verá que no soy fácil de engañar ni derrotar. – Ahora Luna era la paranoica.
Centro de Royal Woods, bar, 16:34
Luna y Lincoln se encontraban de pie frente a un lugar frecuentado por la castaña, pues no era la primera vez que era invitada junto a su banda para tocar, además de ser un cliente frecuente al acompañar a sus amigos.
Lincoln por su parte había cambiado ligeramente su atuendo, usando una sudadera naranja, algo que no terminaba de agradarle a Luna.
- C'mon bro, seguro te diviertes con tu hermana favorita esta tarde.
- Bien.
Luna poso su mano en el hombro del niño, esperando su típica respuesta de rechazo o excusa para alejarse, pero en vez de eso el niño simplemente la miro unos segundos y se apego a su pierna, sorprendiendo a la muchacha.
- ¿L..Lincoln?
- ¿No querías acercarme para que no me perdiera?
- Eh... si... claro, vamos adentro.
El niño no se separo de su hermana mientras entraron, algo que enterneció a quienes le observaron dentro del lugar, más la muchacha en si no dejaba de sospechar del pequeño.
- (Pensando) Descubriré tus secretos niño, y luego te haré caer en mis brazos.
En pocos minutos ambos llegaron donde ya esperaban el resto de los miembros de la banda de Luna, quienes vieron con enternecidas expresiones como su hermanito se apegaba a ella.
- Son adorables. – Dijo Chunk.
- ¿Tú crees? ¿No les importa que mi hermanito este aquí?
- He traído un par de veces a Tabby, ¿Por qué tu hermanito no podría venir? – Secundo Sully.
- Thanks pal, es que he visto al pequeño algo deprimido y creí que escucharnos tocar le animaría.
- Si, algo así, ¿Les molesta si pido algo para beber? – La voz seria de Lincoln sorprendió al grupo.
- C..Claro hermanito, yo invito.
- Bien.
Dicho eso el muchacho se separo de su hermana, sentándose en la barra.
Luna le observaba fijamente, la actitud de su hermano distaba de los movimientos extraños que normalmente hacía o siquiera de las veces en que se quedaba detenido observando a la nada, como si estuviese conversando con alguien, algo que le impedía descubrir que podría ser lo que el muchacho tramase, algo que Sam pudo notar.
- Luns, ¿Todo bien?
- ¿Ah? Eh... bueno, me preocupa Lincoln.
- ¿Lo dices por lo serio que se ve?
- Ha estado actuando raro estos días, es demasiado... permisivo.
- ¿Permisivo?
- Ese niño. – Dijo mientras señalaba a Lincoln quien miraba fijamente al frente donde se encontraba el barman. – Es una fuerza de destrucción e ingenio, tú lo ves ahí todo tranquilo, todo chiquito, pero te descuidas y ya te tiene sirviéndole a sus pies sus mayores caprichos.
Sam intentaba ver aquella bestia astuta y caprichosa que su novia le contaba, pero verle sentado tranquilamente mientras mecía sus piernas suspendidas en el aire no ayudaba mucho a eso.
- Luna, es solo un niño, no hace gran cosa.
- No sabes de lo que es capaz ese niño... aunque de hecho es lo que lo hace tan único y apetecible.
- Jajaja, si que te gusta tu hermanito. – Luna solo le observo fijamente el tiempo que duro la risa de su novia, hasta que esta se calmó. – Sabes, iré a ver que tal esta por ti, ¿Te parece?
- Ve por ti misma chica, y si puedes sácale información, pero ten cuidado de caer en su juego.
- ¿Ok?
Dicho eso Sam se acercó donde Lincoln, sentándose en el asiento junto a este.
- ¿Todo bien pequeño?
- Si, claro, ¿Por qué no?
El silencio rápidamente se apodero de la conversación, siendo la adolescente quien más incomoda se encontraba, pues el niño seguía mirando fijamente sin darle mayor atención a su acompañante, tensión que se sintió hasta que llegaron a atenderlos.
- ¿Qué les sirvo?
- Quiero un vaso de leche, la más fuerte que tengas.
- Bien, sale una descremada.
- ¿No me oíste? Quiero tu leche más fuerte.
- Bien, bien, no lo recomiendo, considerando lo joven que eres, pero te daré semidescremada.
- Dame leche entera.
Tanto el barman como Sam estaban impresionados por la elección del pequeño, al punto de que ahora la adolescente estaba preocupada por el niño.
- S..Señor, sé que no debería, pero...
- ¿Quieres que te pague o prefieres que busque otro bar?
- (Derrotado) No señor, tranquilo, le... sigh, le sirvo su leche.
- (Preocupada) Lincoln, no creo que sea sensato.
- Yo tengo mis propios problemas y no le veo el problema de ahogarlos en leche, ¿Acaso le hago daño a alguien? No, así que no deberías preocuparte.
En ese momento el trabajador coloco un vaso frente a Lincoln y comenzó a servirle la leche, pero en el momento en que se iba a retirar Lincoln le tomo del brazo.
- Deja la botella.
- S..Señor, yo...
- Déjala.
El hombre solo asintió, en ese momento Lincoln tomo el vaso y se bebió todo el contenido de un solo trago.
- Lincoln, ¿Qué te ocurre?
- Son mis problemas Sam, no los tuyos.
- Siempre habías sido un buen niño, ayudando a Luna, llevándonos refrescos, representando a la banda, pero ahora, mírate, encorvado en un bar con una botella solo para ti.
- Mire señorita Sharp, mi vida no es sencilla, tengo que lidiar con muchas cosas y esto es de lo poco que ayuda a que esta sea un poco más sencilla, así que, por favor, no moleste. – Dijo antes de beberse un segundo vaso de un solo trago.
- ¡Por dios Lincoln, no voy a dejar que te destruyas de esa forma tu solo!
- Déjame ser. – Dijo mientras se servía nuevamente un vaso de leche. – Después de todo, solo en la bebida puedes confiar.
Lincoln iba a beber de su vaso, pero Sam termino abofeteando su mano, provocando que el vaso cayese junto a su contenido.
- Eres un buen niño Lincoln, y te lo voy a recordar, vámonos de este lugar, no te hace bien. – Dijo antes de tomar de la muñeca al niño y comenzar a arrastrarlo fuera del bar.
- ¡Ahg! ¡Déjame! ¡No necesito tu ayuda!
Lincoln intento pelear, pero estaba lo suficientemente perdido como para oponer una verdadera resistencia, además de que Sam le ganaba por mucho en fuerza, dejando un silencio enorme en el lugar ante quienes observaron todo lo ocurrido.
En medio de todo ese silencio, Luna salió del baño completamente refrescada.
- Bien chicos, tenemos que rockear, así que... ¡Lincoln, ven...! ¿...aquí? Chicos, ¿Dónde está Lincoln?
Calles de Royal Woods, momentos después
- ¡Déjame! ¡Ya déjame! ¡Te digo que estoy bien!
- No Lincoln, necesitas aire fresco para despejarte.
- ¡Que estoy bien con un demonio!
Pese a que la muchacha no tenia problemas en cuanto a fuerza, el niño se resistía considerablemente, provocando que no avanzaran mucho.
- Lincoln, es por tu propio bien, incluso Luna estaba preocupada.
- ¿Tú que sabes sobre lo que ella quiere? ¿Has visto siquiera su mirada cuando te mira y luego cuando me mira? – Toma a Sam de su polera, acercando su rostro al suyo, Sam incluso podía oler el aliento impregnado en leche del muchacho. – Ella es una depredadora y yo su presa, ¡Todas en casa lo son y les encanta caerme encima una y otra vez! ¡Ni siquiera la bebé, mi última esperanza, se salvo de eso! – Comienza a sollozar. – Yo no quiero eso, quiero poder salir de mi cuarto sin sentir que me pueden atacar por la espalda.
- Lincoln...
- Pero sé que eso no pasara... snif, no mientras ellas me vean como la presa.
- ¿Lincoln?
- Si... ellas necesitan ver que no podrán conmigo, necesitan algo que les demuestre que soy inmune a sus intentos... necesito... a alguien especial.
- O..Oye, me estas asustan... - Sam ni siquiera se dio cuenta cuando recibió un fuerte zape con un comic, cayendo al piso mientras perdía la conciencia. – Lin... co... ln...
- Shh... todo acaba antes de que te des cuenta.
Fue lo último que Sam pudo escuchar antes de perder la conciencia, cerrando sus ojos grabándose aquella sonrisa turbia en el rostro del niño.
Centro de Royal Woods, 17:18
Luna corría por las calles del pueblo, buscando desesperada a aquella dupla que les había abandonado en el momento que fue al baño, sobre todo preocupada por el estado mental de su hermano.
Nunca fue directo, nunca aceptaba tan incondicionalmente las muestras de afecto y ahora parecía que se había fugado con su novia, una jugada que jamás espero pero que ahora temía, pues no sabía que podría hacerle, impresionándole el hecho de como había perdido a un niño de pelo blanco, hasta que finalmente pudo tener una pista, siendo la voz de Sam.
- (Aterrada) ¡Dios, Lincoln, no te atrevas!
- ¡No hay otra forma, entiéndelo de una vez!
- ¡¿Estás loco?! ¡Esta no puede ser tu única opción!
- ¡Soy el hombre del plan y por ello se que es un buen plan!
Luna ya había escuchado suficiente de aquellos gritos, apresurándose rumbo a la fuente hasta que los encontró viendo como Lincoln trataba de forzar a Sam a entrar a una farmacia.
- ¡Solo va a ser la puntita y ya!
- ¡No me voy a prestar para esto! ¡No voy a cargar por meses con la culpa de permitir esta salvajada!
- ¡Es una compra rápida y ya, luego vamos a un lugar oculto de todos y lo haremos!
- ¡Y te digo que no lo haré! ¡No vas a perder tu inocencia por mi culpa!
Luna estaba aterrada de lo que estaba escuchando, tomando a Lincoln del cuello de su sudadera para alejarlo como si fuese un gato de Sam.
- ¡Pequeño pervertido! - Pensando. - ¡¿Qué le ibas a hacer a Sam sin antes hacérmelo a mi?!
Lincoln solo gruño como si se tratase de un gato, Sam, por su parte, arreglo su cabello mirando molesta a Luna.
- Luns, ese niño quería hacer una tontería.
- Lo sé, algo escuche y créeme que me encargaré de entienda que tiene prioridades.
- Si, como su virtud y principios.
- Ah, si, eso. - Luna miró fijamente a Lincoln. - Sin contar con que no necesitas comprar esas cosas conmigo chico, puedes estar completamente al natural y yo te aceptaré.
La mirada de Luna cambio, observando fijamente a ese pequeño quién parecía no seguir en sus cabales, pensando en todo aquello en lo que podrían "divertirse" si tomaba el lugar de Sam en ese momento.
- ¿Ves Lincoln? No necesitas comprar tinta para el cabello, tu hermana te acepta tal cual eres.
- Te digo que solo quería pintar la puntita de mi cabello tal como tú.
- No, eres muy joven para teñirte todavía, y menos lo haré de forma tan clandestina, hey Luns, ¿Por qué la expresión tan amargada?
- Llevaré al niño a casa.
- ¿Eh? Pero si aún no tocamos.
Luna no volteó a ver a la chica una segunda vez, arrastrando sin mayor inconveniente al quejumbroso niño.
Charles solo miró con decepción al chico luego de ver como su arte era usado para el mal, algo que su dueño pudo notar.
Lincoln se prometió dejar la leche por una temporada.
