Harry Potter no me pertenece, este pertenece a J.K Rowling, yo solo me valgo de su historia para planear la mía porque si fuera así Harry se casa y tiene muchos hijos con Hermione, también a los de inframundo porque en definitiva uso bastante de esa película.
Terminología:
-habla normal-
-pensamiento o comunicación Harry/Lucían-
-habla Lucían-
Anteriormente:
-Bien-dijo George-Vamos, Harry, nosotros dormimos…
De repente, George se puso de un color verdoso muy feo y clavó los ojos en la casa, los otros dos se dieron la vuelta y hay estaba Molly Weasley.
-que comience el juego-pensó Harry.
Arrancamos: Estadía en la madriguera, segundo año de Hogwarts.
La señora Weasley iba por el corral espantando a las gallinas, y para tratarse de una mujer pequeña, rolliza y de rostro bondadoso, era sorprendente lo que podía parecerse a un tigre de enormes colmillos o al menos eso era lo que veían los gemelos, para Harry solo era una mujer que se dejó influenciar por Dumbledore.
-¡Ah!-musitó Fred.
-¡Merlín y Morgana!-exclamó George.
La señora Weasley se paró delante de ellos, con las manos en las caderas, y paseó la mirada de uno a otro. Llevaba un delantal estampado de cuyo bolsillo sobresalía una varita mágica.
-Así que...-dijo
-Buenos días, mamá-saludó George, poniendo lo que él consideraba que era una voz alegre y encantadora.
- ¡Saben lo preocupada que estaba por ustedes, acaso se les paso por la mente que haría yo si los perdiera, o peor aún que los hubieran visto Muggles¡-grito la mujer roja como tomate.
-perdona mama pero teni…-trato de hablar Fred pero fue callado por los gritos de la mujer.
-¡Las camas vacías! ¡Ni una nota!... Ya verán cuando llegue a casa vuestro padre, un disgusto como éste nunca me lo dieron Bill, ni Charlie, ni Percy...-
-Percy, el prefecto perfecto -murmuró Fred.
-pues deberían aprender del-exclamo la mujer para después ver a Harry-se suponía que debía ser más débil y pequeño o al menos eso fue lo que me dijo Dumbledore en la última carta que me mando, no este chico-
-me alegro de verte Harry, cielo-dijo la mujer con la cara más amable que pudo.
Harry no dijo nada pero debía reconocer que esa mujer era una excelente actriz.
-ven pasa a desayunar-
Harry miro a los gemelos, estos asintieron con la cara y lo alentaron a pasar, la cocina era pequeña y todo en ella estaba bastante apretujado, en el medio había una mesa de madera que se veía muy restregada, con sillas alrededor, Harry se sentó mirando cada detalle de la cocina, lo primero era conocer el terreno donde sería la batalla, además era la primera vez que estaba en la casa de sus mejores amigos, el reloj de la pared de enfrente sólo tenía una manecilla y carecía de números, esto llamo de inmediato la atención de Harry en el borde de la esfera había escritas cosas tales como «Hora del té», «Hora de dar de comer a las gallinas» y «Te estás retrasando».
Sobre la repisa de la chimenea había unos libros en montones de tres, libros que tenían títulos como: La elaboración de queso mediante la magia, El encantamiento en la repostería o Por arte de magia: cómo preparar un banquete en un minuto, en definitiva los magos usaban la magia para todo, no le extrañaba que tuvieran hechizos para limpiar los inodoros. Y, a menos que Harry hubiera escuchado mal (cosa casi imposible), la vieja radio que había al lado del fregadero acababa de anunciar que a continuación emitirían el programa «La hora de las brujas, con la popular cantante hechicera Celestina Warbeck».
Harry centro su mirada en el accionar de Molly Weasley, no podía confiarse, sabia por investigaciones hechas por Ragnar que la pequeña pelirroja era una experta en pociones de engaño y de amor.
Noto que esta no se preocupaba mucho de la preparación del desayuno y lo único que hacía era reclamarle a los gemelos murmurando cosas como: menudo susto me han dado como se les ocurre hacer, .
-no es tú culpa Harry, querido-dijo mientras le dejaba caer al plato de Harr salchichas, que fueron olidas rápidamente por Harry, corto una con el cuchillo que estaba al lado de su plato y la volvió a oler para asegurarse.
-Arthur y yo también hemos estado muy preocupados por ti, anoche mismo estuvimos comentando que si Fred y George seguía sin tener noticias tuyas el viernes, iríamos a buscarte para traerte aquí, pero-dijo mientras le servía tres huevos fritos, que también fueron olidos por Harry-cualquiera podría haberos visto atravesar medio país volando en ese coche e infringiendo la ley..-termino de decir mirando a los gemelos que también hacían lo mismo que Harry, ellos sabían que su madre no les revelaría su plan a ellos pues, era evidente que su lealtad estaba con Harry pero si lograba que bebieran una poción, se les soltaría la lengua rápidamente, como consecuencia sabrían todo sobre Harry y ellos no iban a traicionarlo nunca.
La pelirroja como si fuera lo más común del mundo golpeo su varita en la mesa y en el fregadero los platos y demás implementos sucios comenzó a lavarse.
-estaba nublado mama-dijo Fred mientras se llevaba una salchicha a la boca.
-tú te callas y no hables con la boca abierta-le reclamo la mujer.
-no nos vio nadie-contrarresto George, a lo que Molly cayó con una mirada.
-no se puede negar esta mujer tiene carácter-pensó Harry en su interior Lucían asintió.
En aquel momento apareció en la cocina una personita bajita y pelirroja, que llevaba puesto un largo camisón y que, dando un grito, se volvió corriendo.
-Ginny Weasley-pensó Harry.
-Es Ginny-dijo George a Harry en voz baja-mi hermana, se ha pasado el verano hablando de ti-
-Sí, debe de estar esperando que le firmes un autógrafo, Harry-dijo Fred con una sonrisa, no podían mostrar otra actitud pues su madre se daría cuenta además era entretenido molestar un poco a Harry, pero se dio cuenta de que su madre lo miraba y hundió la vista en el plato sin decir ni una palabra más, no volvieron a hablar hasta que hubieron terminado todo lo que tenían en el plato, lo que les llevó poquísimo tiempo.
-Estoy que reviento-dijo Fred, bostezando y dejando finalmente el cuchillo y el tenedor-Creo que me iré a la cama y…, ven Harry te mostrare nuestra habitación-
-nada de eso- exclamo Molly- si el par de jovencitos se la pasó toda la noche despierto no es mi culpa, ahora iras a desgnomizar el jardín, que los gnomos comienzan a acabar con todo lo que ven-
-pero mama…-exclamo Fred.
-y tu George debes ir con el-dijo la mujer mirando al otro gemelo, para después posar su mirada en Harry- tu no cariño, ve a dormir si quieres.
Harry se negó-no estoy cansado señora Weasley, además nunca he visto una desgnomización-
-eres muy amable, cielo, pero es un trabajo aburrido-dijo la señora Weasley-pero veamos lo que Lockhart dice sobre el particular-
-mama nosotros sabemos cómo hacerlo-alego Fred.
Harry echó una mirada a la cubierta del libro de la señora Weasley llevaba escritas en letras doradas de fantasía las palabras «Gilderoy Lockhart: Guía de las plagas en el hogar»-no puede ser de nuevo ese sujeto es un maldito farsante según leí y me conto Ragnar-
-Es muy bueno —dijo ella—, conoce al dedillo todas las plagas del hogar, es un libro estupendo...
-A mamá le gusta —dijo Fred, en voz baja pero bastante audible.
-No digas tonterías, Fred —dijo la señora Weasley, ruborizándose—. Muy bien, si crees que sabes más que Lockhart, ponte ya a ello; pero ¡ay de ti si queda un solo gnomo en el jardín cuando yo salga!
Entre quejas y bostezos, los Weasley salieron arrastrando los pies, seguidos por Harry, el jardín era grande y a Harry le pareció que era exactamente como tenía que ser un jardín, a los Dursley no les habría gustado; estaba lleno de maleza y el césped necesitaba un recorte, pero había árboles de tronco nudoso junto a los muros, y en los arriates, plantas exuberantes que Harry no había visto nunca, y un gran estanque de agua verde lleno de ranas.
Fred se inclinó, tomo algo que salía de entre unas plantas que Harry no identifico, apretó la mano con fuerza o eso veía Harry y saco algo.
-esto es un gnomo-
-¡Suéltame! ¡Suéltame!-chillaba el gnomo.
Era pequeño y de piel curtida, con una cabeza grande y huesuda, parecida a una patata, Fred lo sujetó con el brazo estirado, mientras el gnomo le daba patadas con sus fuertes piececitos, Fred lo tomo por los tobillos y lo puso cabeza abajo.
-esto es lo que tienes que hacer-explicó, levantó al gnomo en lo alto mientras este reclamaba y comenzó a voltearlo como si fuera un lazo- los tienes que dejar muy mareados para que no puedan volver a encontrar su madriguera-
Entonces soltó al gnomo y éste salió volando por el aire y cayó en el campo que había al otro lado del seto, a unos 10 metros, con un ruido sordo.
-que débil Freddy, apuesto que soy capaz de lanzarlo más lejos que tu-dijo George.
Harry sonrío y comenzó a hacer lo mismo que los gemelos solo que en un pequeño descuido un gnomo le mordió la mano, esto no le gustó nada a Harry que miro la madriguera para ver si estaba por ahí Molly-miren esto chicos-dijo Harry centrando la vista de los gemelos en él, apretó el tobillo del gnomo con mayor fuerza y lo lanzo, el gnomo se perdió en el aire y al cabo de unos 6 segundos se escuchó un ruido bastante alejado, los gemelos miraban a Harry asombrados.
-creo que gane-dijo este mientras reía y continuaba su búsqueda de más Gnomos.
Los gemelos solo pestañaron se miraron entre ellos y continuaron en su labor
-Ya ves que no son muy listos-observó George, atrapando cinco o seis gnomos a la vez- en cuanto se enteran de que estamos desgnomizando, salen a curiosear, ya deberían haber aprendido a quedarse escondidos en su sitio-
Al poco rato vieron que los gnomos que habían aterrizado en el campo, que eran muchos, empezaban a alejarse andando en grupos, con los hombros caídos.
-Volverán-dijo Fred, mientras contemplaban cómo se internaban los gnomos en el seto del otro lado del campo-es gusta este sitio... Papá es demasiado blando con ellos, porque piensa que son divertidos...
En aquel momento se oyó la puerta principal de la casa.
-¡Ya ha llegado!-dijo George-¡Papá está en casa!-
Y fueron corrieron a su encuentro.
El señor Weasley estaba sentado en una silla de la cocina, sin gafas y los ojos cerrados, era un hombre delgado, bastante calvo, pero el escaso pelo que le quedaba era tan rojo como el de sus hijos, llevaba una larga túnica verde polvorienta y estropeada de viajar.
-¡Qué noche!-exclamo, tomando la tetera mientras los muchachos se sentaban a su alrededor-nueve redadas, ¡Nueve! Y el viejo Mundungus Fletcher intentó hacerme un maleficio cuando le volví la espalda-
El señor Weasley tomó un largo sorbo de té y suspiró.
-¿Encontraste algo, papá?-preguntó Fred con interés
-sólo unas llaves que merman y una tetera que muerde-respondió el señor Weasley en un bostezo.
Harry sonrió eso pasaba seguido en la casa de los Dursley ahora entendía la razón, el señor Weasley siguió hablando.
Y claro todo fue paz y tranquilidad hasta que Molly exclamo- ¿COMO COCHES, POR EJEMPLO?-
El señor Weasley la miro de lado y un poco temeroso-¿c-coches querida?-
-Sí, Arthur, coches —dijo la señora Weasley, con los ojos brillándole-Imagínate que un mago se compra un viejo coche oxidado y le dice a su mujer que quiere llevárselo para ver cómo funciona, cuando en realidad lo está encantando para que vuele-
El señor Weasley parpadeó.
-Bueno, querida…-comenzó a hablar Arthur con su esposa Harry los miraba discutir con una sonrisa y más cuando el Señor Weasley había dejado un vacío legal en la ley que el mismo había escrito, claro hasta que Molly lo menciono a el-
-¿Harry?-dijo el señor Weasley mirando a su esposa sin comprender-¿Qué Harry?-
-¡Merlín! ¿Es Harry Potter? Encantado de conocerte George nos ha hablado mucho de ti...
-¡Esta noche, tus hijos han ido volando en el coche hasta la casa de Harry y han vuelto!-gritó la señora Weasley- ¿No tienes nada que comentar al respecto?
-¿Es verdad que hicieron eso?-preguntó el señor Weasley, nervioso-¿Fue bien la cosa? Qui-quiero decir-titubeó, al ver que su esposa echaba chispas por los ojos- que eso ha estado muy mal, muchachos, pero muy mal...
-mejor dejémoslo a ellos discutir-dijo Fred-ven te enseñaremos nuestra habitación o como nosotros le llamamos-
-el laboratorio-completo George.
Harry sonrió y acompaño a los gemelos, salieron sigilosamente de la cocina y, siguiendo un estrecho pasadizo, llegaron a una escalera torcida que subía atravesando la casa en zigzag, subieron un tramo más de las escaleras y hay decía en una esquina, "Habitación de Fred y George", las paredes tenían hollín en algunos lados, en el techo colgaban un par de sustancias pegajosas de tono violeta, habían posters de muchos nombres de artículos para bromas y en una esquina tenían un cartel que decía "Sortilegios Weasley-Potter", habían dos camas simples en otra esquina de la habitación estaban dos escritorios en donde estaban los libros de cada gemelo, tenían una ventana más o menos pequeña.
-no es muy grande pero es lo que tenemos-dijo George un poco desanimado.
-están de broma, esta es la mejor casa y habitación del mundo-exclamo Harry con una sonrisa a lo que los gemelos sonrieron felices-pero ¿dónde ocultan el material para ponernos a trabajar? -pregunto Harry con un brillo maligno en los ojos que fue imitado por los gemelos.
Ya entrada la noche y con más de un intento de Ron por meterse a la habitación de los gemelos para hablar con Harry, los mencionados continuaron con su labor a intervalos de tiempo se podían escuchar explosiones en la habitación y carcajadas de los gemelos y Harry.
La señora Weasley insistió que durmiera en la habitación de Ron, en ella tendrían más espacio, pero Harry le dijo que no, además los gemelos habían armado una cama en un abrir y cerrar de ojos, cuando todos se durmieron Harry y los gemelos se pusieron de pie y se miraron:
-bien ahora si podremos hablar-dijo Harry mientras le lanzaba un hechizo a la habitación con su mano-pregunte lo que quieran-
-como fue el viaje a Francia-pregunto George.
-bastante interesante conocí a una chica muy guapa-dijo Harry mientras metía su mano en el bolsillo y sacaba una foto del y Fleur.
Los gemelos miraron a Harry y en ellos se notaba la admiración por Harry-debes enseñarnos a hacer así de hábil en la conquista-dijeron los gemelos al unísono y Harry sonrió.
-bueno les traje obsequios-dijo Harry y volvió a meter la mano en el bolsillo y del saco dos cajas pequeñas-están encantadas son más grandes, adelante vean lo que tienen-dicho esto los gemelos las abrieron y hay estaban dos trajes de color banco y un par de zapatos.
-qué es esto-pregunto Fred.
-eso amigos míos es un traje que puede cambiar de colores al que uno más le guste, pensé que como seremos los dueños de la mejor compañía de bromas del mundo mágico debíamos al menos poseer algo que nos distinga-dijo Harry mientras el sacaba el suyo.
-espera Harry, ¿confías plenamente que lograremos nuestro objetivo? -pregunto George.
-claro, ustedes son los mejores bromistas que conozco en el mundo que más podría pedir-dijo Harry.
Los gemelos miraron a Harry, por fin alguien los apoyaba tanto como su padre o Charlie y Bill, su madre les decía que era una pérdida del tiempo dedicarse a hacer esas cosas, eso era lo que les faltaba el apoyo de alguien más, ya era un avance tener la ropa que utilizarían o al menos algo parecido.
Se las probaron y Harry también la del, no tenían espejo en la habitación por lo que solo se valieron de sus opiniones, el traje de Harry se tornó de color negro, el de Fred de color café y el de George de color verde olivo.
Después de eso guardaron los vestuarios para una próxima ocasión y se fueron a dormir, aunque claro siguieron hablando mientras estaban acostados.
Los días siguientes fueron los mejores del mundo para Harry, se rieron mucho, crearon nuevos artículos para el año que se venía, una de las personas que le agradó mucho a Harry fue el señor Weasley que siempre lo sometía a interrogatorios sobre artículos Muggles y que Harry respondía a cada uno de ellos.
Aunque igual había gente que no le agradaba, un ejemplo era Ron que a cada momento quería alejarlo de los gemelos o la señora Weasley que no dejaba de hacerlo comer cada vez que podía.
Ya entrada la noche del 6 día Harry se salió de la habitación de los gemelos sin que estos se dieran cuenta y se puso a observar el cielo en la compañía de la Luna, paso más de una hora mirando el cielo estrellado y pensando en las cosas que había pasado hasta el momento.
Además de haber enviado cartas tanto para Tonks y Fleur por medio de Hedwig, cada una de las cartas fue encantada para que se abrieran solo en manos de la persona indicada.
-sin poder dormir Harry-pregunto una voz detrás de Harry.
-si señor Weasley-dijo Harry mientras lo miraba.
Arthur se acercó a él y se sentó a su lado-es hermoso no-dijo este.
-el que señor-
-el cielo, imagina Harry todo el espacio que existe haya arriba algún día seremos capaces de poder habitar lo que hay fuera de este planeta o lo insignificante que somos para el universo-
Harry no dijo nada.
-que, ¿pensaste que por ser mago no sabría nada del universo y estrellas Harry?, por eso me gustan las cosas Muggles de hecho lo primero que obtuve de los Muggles, es un libro de astronomía-comento este con una sonrisa.
-nunca me hubiera imaginado eso señor Weasley-
-hay muchas cosas que el mundo oculta Harry, aún más el infinito y basto universo-
-sobre eso me gustaría hablar señor Arthur-
-qué cosa Harry, sobre mi esposa, Ron y Ginny actúen de manera tan extraña a mis espaldas y excluyan a los gemelos-dijo el señor Weasley-o que en múltiples ocasiones he visto a mi esposa hablar con alguien a altas horas de la noche-
-señor Weasley, este, vera… no sé cómo explicar esto-
-calma Harry-tranquilizo Arthur- los gemelos son buenos chicos pero un poco ingenuos a veces, ya se todo lo que debo saber o al menos lo que les quisiste contar, no por nada soy un funcionario del ministerio y un auror no oficial, tu tío me entreno, pues debía proteger a mi familia de Voldemort-Harry no lo creía ese hombre que estaba al lado del era más de lo que aparentaba, se había confiado en demasía con los gemelos, ahora debía ver la forma de poner las cosas a su favor ese hombre sabía demasiado.
-no te alteres muchacho no diré nada y a los gemelos ya les lance un hechizo para que Molly no pueda leer sus pensamientos, además con sus barreras de Oclumancia en aumento será bastante buenos para proteger secretos, te quiero agradecer por regalarles esas escobas y apoyarlos en su sueño de ser bromistas yo no puedo hacerlo pues mi trabajo no me permite un sueldo muy elevado y bueno en cuanto al tema de Molly deberé verlo más adelante, pero te quería pedir perdón por lo que ella ha hecho-dijo el señor Weasley mientras miraba a Harry.
-está bien señor…-y continuaron hablando hasta bien entrada la noche.
A la mañana siguiente el señor Weasley actuaba como siempre por lo que Harry decidió hacer lo mismo, la estadía de Harry en la Madriguera estaba por ahora segura, una mañana soleada cuando Harry bajo con los gemelos el señor Weasley estaba tomando una café.
-Han llegado cartas del colegio-dijo el señor Weasley entregando a Harry y los gemelos unos sobres parecidos de color amarillento-Dumbledore ya sabe que estás aquí, Harry; a ése no se le escapa una-Harry asintió y a la vez sonrió al parecer Dumbledore no se había dado cuenta de nada.
Harry y los gemelos abrieron sus cartas, en primer lugar se les indicaba el retorno a clases el 1 de Septiembre, junto a eso estaba otra carta en donde estaba la lista de textos.
-El libro reglamentario de hechizos (clase 2), Miranda Goshawk.
-Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
-Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
-Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
-Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
-Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
-Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
-Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
Esto sembró la duda en el trio, que se intercambiaron cartas y notaron que tenían los mismos libros.
-esto debe ser una broma-dijo George
-de seguro nuestra profesora de defensa contra las artes oscuras debe ser una fan-dijo Fred, a lo que Harry asintió pero por dentro era otra cosa.
-al parecer Dumbledore, no quiere que estemos bien preparados para defendernos de las amenazas que se vienen, si confió en la información que me proporciono Ragnar este sujeto no es más que un farsante-pensó Harry en su mente Lucían asintió.
-deberemos tomar medidas preventivas y preparar de buena forma a Fred y George, Harry-
Sería interesante este año, con un profesor que era un fraude, aunque debía estar atento a cualquier movimiento de Dumbledore o su enemigo declarado Voldemort, aunque algo le decía que el ataque no sería directo sino de uno de sus secuaces.
-Todos estos libros no resultarán baratos-observó George, mirando de reojo a sus padres-de hecho, los libros de Lockhart son muy caros...-
-ya nos arreglaremos-dijo la señora Weasley aunque claro, Harry y los gemelos no estaban para nada felices, lo único bueno era que sus caras no lo demostraba-espero que Ginny pueda utilizar algunas cosas de ustedes el primer año-
Harry, notando que George estaba por hablar de nuevo intervino-inicias este año-pregunto mirando a la pequeña pelirroja, que asintió furiosamente y mirando al suelo.
Unos segundos después apareció Percy, perfectamente arreglado, su ropa impecable, peinado correctamente y con su brillante insignia de prefecto, en definitiva no podía caerles peor a los gemelos y Harry.
-muy buenos días-dijo el anteriormente descrito-hace un hermoso día-se fue a sentar a desayunar, pero hay estaba Errol la vieja lechuza familiar, claro que armo un alboroto que ignoraron por completo Harry y los gemelos, que comían panes con mermelada, al parecer Molly no realizaría ningún movimiento porque el Lycan no sentía ningún aroma extraño de la comida.
Fred de la nada paro de comer y se acercó a Errol, George y Harry lo miraban, tomo a la lechuza y le quito una carta de la pata-lo olvidaba, le envíe una carta a Hermione donde le decía que te iríamos a buscar-acción siguiente le entrego la carta a Harry.
Este la rasgo, le dio una rápida mirada, después miro al dueño de casa-señor Weasley podríamos ir a comprar los útiles escolares el próximo miércoles, para poder juntarnos con Hermione-
El señor Weasley miro a su esposa, esta los miro y Harry noto en su mirada que estaba furiosa, por dentro porque por fuera mostraba una cara alegre-bueno, no estaría mal, podríamos ir también a comprar su material-dijo la señora Weasley, comenzando a quitar las cosas de la mesa- ¿Qué van a hacer hoy?-
Los gemelos, Harry y para la desgracia de los anteriores, Ron los acompaño a la cima de la colina para poder practicas Quidditch en el prado de los Weasley, el lugar era ideal ya que habían muchos árboles, que dificultarían la vista de cualquier Muggle no deseado, no podían usar pelotas de verdad por lo que utilizaron manzanas, las escobas de los gemelos se desempeñaban de maravilla pero el problema era Ron que volaba o al menos eso intentaba en su escoba era una estrella fugaz, por lo que Harry le presto su escoba para que dejara de fastidiarlos.
Invitaron a Percy que se negó, eso lo sabían pero era mejor aparentar que les importaba-me gustaría saber qué se lleva entre manos-dijo Fred, frunciendo el entrecejo-no parece el mismo recibió los resultados de sus exámenes el día antes de que llegaras tú; tuvo doce M.H.B. y apenas se alegró-
-matrículas de honor en brujería-explico George al ver que Harry no entendía-Bill también sacó doce, si no nos andamos con cuidado, tendremos otro Premio Anual en la familia, creo que no podría soportar la vergüenza-
La semana paso sin mayores cambios, Harry y los gemelos siguieron elaborando nuevos artículos, Harry quien había venido preparado, en su baúl tenía un par de ingredientes para nuevas pastillas, aunque claro este año querían hacer algo que explotara en gran forma, por lo que Harry se encargó de traer pólvora.
El día domingo, la señora Weasley, los levanto temprano, para Harry no fue un problema que estaba acostumbrado a levantarse temprano, tomaron el desayuno, se arreglaron un poco, la señora Weasley se acercó a la chimenea, tomo una maceta que estaba en la esquina de esta.
-ya casi no nos queda, Arthur-dijo con un suspiro-tenemos que comprar un poco más... ¡bueno, los huéspedes primero! ¡Después de ti, Harry, cielo!-
Y le ofreció la maceta.
Harry vio que todos lo miraban-este…nunca he hecho esto-dijo mirando a los gemelos.
-es verdad-dijo Fred golpeándose la frente se acercó a Harry y tomo un puñado de los polvos-estos son polvos flu creados para transportarnos, mira esto-
Arrojo los polvos al fuego de la chimenea, las llamas bailaban con vigor, y se veía como pequeñas partículas del polvo explotaban en el aire, el color verde esmeralda ilumino un poco la habitación, Fred se metió en la chimenea y grito-¡al callejón Diagon!-y sin dejar rastro del desapareció.
Harry miro la escena emocionado, rápidamente tomo los polvos y los arrojo al fuego, se volvió a producir de nuevo la explosión y el azabache se metió en la chimenea y grito lo mismo que Fred, sintió como su cuerpo se calentaba, giraba rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos apareció una chimenea.
Cayo sentado, frente a él estaba Fred mirándolo con una sonrisa.
-veo que no apareciste en la chimenea equivocada, eso es bueno-esperaron un par de segundos más y apareció George.
-papa dijo que podíamos adelantarnos, al parecer a Ron se le olvido algo y mama lo está regañando-
El dúo pelirrojo y el azabache sonrieron, salieron rápidamente del lugar.
-es una chimenea publica Harry, como puedes ver esta en una de las esquinas del callejón, pero solo puede traer no enviar-explico Fred.
-Harry, nos estas escuchando…-dijo George mirando a Harry que miraba a Draco Malfoy y al que supuso su padre dirigirse a un callejón bastante interesante a ojos de Harry.
-al parecer Malfoy tiene asuntos pendientes en el callejón Knockturn-dijo Fred.
-que dicen chicos ¿listos para conocer el callejón Knocturn? -pregunto Harry a lo que los gemelos asintieron con una genuina sonrisa.
Caminaron hasta la entrada del callejón miraron hacia los lados para cerciorarse que no hubieran ojos indebidos y se adentraron en el callejón, claro que los gemelos y Harry llevaban las varitas en mano debajo de las mangas para repeler cualquier amenaza, el ambiente era lúgubre, paredes sucias, magos que cayeron en desgracia o eso decían sus ropas, las tiendas eran más oscuras con pocas señales de vida en su interior, el olor que había en el ambiente no era para nada agradable pero si soportable.
Caminaban de manera lenta y atentos a cualquier movimiento siguiendo los pasos de los dos peliblancos, que no tenían reparos en cubrir su cabello, en realidad Harry dudaba en que pensaba Voldemort cuando dejo que Malfoy se uniera a su lado, el sujeto no tenía ni el más mínimo interés en mantener sus prácticas digamos ilícitas en secreto.
Dejando eso de lado siguieron en su aventura, los gemelos miraban a los magos y brujas que los miraban con un brillo malicioso en sus ojos, los dos estaban preparados habían aprendido un par de hechizos con Harry en vacaciones, no los habían practicado pero sabían los movimientos.
-alto-
Los gemelos están tan concentrados en lo que pasaba a su alrededor que olvidaron prestar atención y cuando miraron al frente vieron como los Malfoys entraban en una tienda que poseía el nombre Borgin y Burkes.
Ya después Harry le comentaría a Ragnar sobre la tienda, se acomodaron detrás de unas cajas a ver que sucedía, no podían llegar y entrar, Harry les hizo señas a los gemelos para que estuvieran más atentos mientras el cerraba los ojos y se concentraba en su sentido auditivo para escuchar que pasaba en el interior de la tienda, en un principio le costó pero ya después de unos 5 min escuchaba sin problemas algunos, era bastante interesante la conversación que se llevaba a cabo, algo sobre el señor Weasley y su tonta ley de prohibición de poseer objetos oscuros en casa o de un índole similar, Harry sonrió al parecer el Señor Weasley estaba fastidiando al Malfoy adulto, sin quererlo ahora sabia donde ocultaba sus artículos Lucius Malfoy, algo sobre una mano de la gloria que quería Draco, asunto sin relevancia que Harry ignoro, aunque si recordó el detalle de que al parecer Draco tenía dificultades académicas, cuando la negociación parecía terminar Harry abrió los ojos y se puso de pie, los gemelos que estaban atentos a cualquier movimiento miraron a Harry, este con una señal les indico que debían salir del lugar y sin mayores problemas salieron de ahí rápidamente, en el camino una bruja les pregunto si estaban perdidos a lo que Harry respondió lanzándole un galeón, acto seguido la bruja decrepita se alejó de ellos, sin más percances salieron del callejón intactos, una historia para días venideros, ahora debían ir al banco de Gringotts ya que hay era donde se juntarían con la demás familia Weasley, cuando llegaron Molly regaño a los gemelos y limpiaba a Harry, este ponía su mejor cara de niño bueno aunque por dentro deseaba romperle el cuello a la mujer.
Sus deseos de romperle el cuello desaparecieron cuando escucho la voz de cierta bruja.
-¡Harry!-exclamo Hermione, para acercarse corriendo a el mencionado que la recibió con un abrazo apretado, esto desato los celos en la pequeña Weasley y furia en la Weasley mayor.
Harry iba a preguntarle algo a Hermione cuando el señor Weasley interrumpió.
- ¿dónde estaban muchachos? -
-en el callejón Knocturn-respondieron los tres a la vez.
La señora Weasley dejo escapar un gritillo y los regaño diciéndoles que jamás debían volver a entrar en ese lugar.
Arthur por otro lado miraba la situación con un aire analítico, él ya sabía que Harry sabia muchas cosas, pero hasta qué punto, era un total misterio.
-adivinen con quien nos encontramos en el callejón-dijo George obteniendo la atención del matrimonio Weasley-a Malfoy padre e hijo-
-quería comprar algo-inquirió Arthur.
-lo contrario, vender-respondió Fred.
-Así que está preocupado-comentó el señor Weasley con satisfacción, a pesar de todo-¡Cómo me gustaría coger a Lucius Malfoy!-
Harry y los gemelos rieron bastante con la cara que puso el patriarca Weasley.
-Harry cariño, me prestarías tu llave para llevarla con algún trabajador para que te dejen sacar dinero-pidió con amabilidad la pelirroja mayor cambiando el tema.
-no será necesario señora Weasley debo reunirme con el gerente de la casa Potter para ponerme al tanto de algunos negocios que aún conserva mi familia, con su permiso-dijo Harry y emprendió la marcha a encontrarse con Ragnar que miraba atento la situación y fingía estar contando galeones, como lograba escuchar, bueno ellos eran guerreros expertos por naturaleza y sus sentidos estaban más desarrollados, no quería dejar a Hermione con los Weasley y menos cerca de Molly pero decidió confiar en los gemelos y el señor Weasley.
Claro que se perdió la presentación de los padres de Hermione y todas las preguntas que les hizo Arthur a los mencionados al ser del mundo Muggle.
Una hora después Harry junto a los Weasley y Hermione más su familia salían del banco rumbo a las tiendas que debían visitar, las interrogaciones continuaron por parte de Arthur, que no hacía caso a los codazos que le daba Molly para que dejara tranquilos a los Grangers, que acompañaban al señor Weasley a cambiar su dinero por dinero mágico, las pelirrojas emprendieron camino a una tienda para comprar túnicas y no de segunda mano detalle que no paso por alto Arthur que movía su cabeza en negación, mientras pensaba en que había hecho para padecer esa situación, el ambiente era agradable para los gemelos, Hermione y Harry si no fuera por Ron que no paraba de hablarle, por qué iba con ellos era porque no podían simplemente apartarlo ellos se notaría mucho el desagrado que sentían por él, compraron helados que devoraron rápidamente, en esta ocasión Harry financio la compra, pasaron por una tienda de artículos de Quidditch, donde tuvieron que llevarse a rastras a Ron, después por una tienda de broma donde los gemelos y Harry compraban artículos para posterior mejora he inspiración, todo esto bajo la mirada de reproche de Hermione que cambio cuando Harry le revelo en su oído que ellos eran los responsables de la broma de finales del año anterior.
Después pasaron por una tienda donde estaba Percy mirando un libro "Prefectos que alcanzaron el poder", en definitiva Percy era una persona que deseaba el poder más que cualquier otra cosa.
Una hora después, se encaminaban a Flourish y Blotts, no eran, ni mucho menos, los únicos que iban a la librería, al acercarse, vieron para su sorpresa a una multitud que se apretujaba en la puerta, tratando de entrar, el motivo de tal aglomeración lo proclamaba una gran pancarta colgada de las ventanas del primer piso:
GILDEROY LOCKHART
Firmará hoy ejemplares de su autobiografía
EL ENCANTADOR de 12.30 a 16.30 horas
-¡Podremos conocerle en persona!-chilló Hermione-¡Es el que ha escrito casi todos los libros de la lista!-
Los gemelos y Harry movieron la cabeza y Ron se mantuvo callado ya que estaba devorando un paquete con galletas, era la única manera de mantenerlo callado por lo que para evitar que hablara le compraron bastante comida.
La multitud estaba formada principalmente por brujas de la edad de la señora Weasley, en la puerta había un mago con aspecto abrumado, que decía:
-Por favor, señoras, tengan calma..., no empujen..., cuidado con los libros...
Harry, los gemelos, Hermione y Ron consiguieron entrar a el interior de la librería, una larga cola serpenteaba hasta el fondo, donde Gilderoy Lockhart estaba firmando libros, cada uno cogió un ejemplar de "Recreo con la «banshee»" y se unieron con disimulo al grupo de los Weasley, que estaban en la cola junto con los padres de Hermione.
-por fin llegan-dijo la señora Weasley que se arreglaba como podía-los estábamos esperando, enseguida nos tocara-
Harry no estaba interesado en quien era Gilderoy, de hecho estaba molesto con el sujeto y se debía a que por los títulos que leyó era a falta de palabras, ridículos, él no sabía tanto del mundo mágico como le gustaría pero vamos, un humano que sobreviviera a una Banshee, un ser que con solo gritar puede matarte o un paseo con un hombre lobo o algo así, es enserio, hasta él sabía que los hombres lobos eran letales y no dudarían en matarte si podía, pero lo que realmente le molestaba era que la sociedad mágica le creyera a un farsante como ese, definitivamente Lockhart se ganó un puesto en la lista negra de Harry.
Lo mejor era esperar que la compra de los libros fuera breve y pudieran irse de ahí cuanto antes, pero la vida no es para nada fácil y menos si eres alguien con tanta suerte como Harry, da la casualidad que un hombre con mala cara no muy alto trataba de pasar por donde sea para tomar fotos alegando que era para El Profeta, este piso a Ron que pego un grito y para su desgracia Lockhart miro en ese instante y poso su mirada en Harry.
-no será acaso Harry Potter-exclamo el hombre, que por cierto, no era mal parecido, tenía el cabello rubio, ojos azules, sonrisa brillante, vestía una túnica de color añil, que combinaba perfectamente con sus ojos; llevaba su sombrero puntiagudo de mago desenfadadamente ladeado sobre el pelo ondulado.
Toda la gente del lugar se giró y poso su vista en él, Harry suspiro, siempre era lo mismo, definitivamente Gilderoy estaba subiendo de lugar en su lista.
El fotógrafo no paraba de tomarles fotos, el farsante lo tomo de una mano para acercarlo al ver que Harry no tenía intenciones de moverle lo jalo, grave error, Harry no se movió ni un centímetro y si las miradas mataran digamos que el heroico Lockhart estaría a más de 10 metros bajo tierra.
-venga Harry tu y yo nos merecemos la primera plana-dijo el rubio pasando el brazo por el cuello de Harry y sonriendo como idiota, Harry estaba no digamos molesto sino furioso así que no salió muy sonriente en la foto que digamos, apenas el fotógrafo finalizo su trabajo el Lycan trato de irse, pero nuevamente Lockhart lo detuvo.
-Señoras y caballeros-dijo en voz alta, pidiendo silencio con un gesto de la mano-¡Éste es un gran momento! ¡El momento ideal para que les anuncie algo que he mantenido hasta ahora en secreto! Cuando el joven Harry entró hoy en Flourish y Blotts, sólo pensaba comprar mi autobiografía, que estaré muy contento de regalarle-La multitud aplaudió de nuevo-Él no sabía-continuó Lockhart-que en breve iba a recibir de mí mucho más que mi libro El encantador, Harry y sus compañeros de colegio contarán con mi presencia-hizo una pausa dramática-¡Sí, señoras y caballeros, tengo el gran placer y el orgullo de anunciarles que este mes de septiembre seré el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras en el Colegio Hogwarts de Magia!
La multitud aplaudió y vitoreó al mago, y Harry fue obsequiado con las obras completas de Gilderoy Lockhart, en ese preciso momento el único Potter deseo más que nada en el mundo prenderles fuego a los mugrosos libros.
-no los leerás o si-
-tenga cara de bromas Lucían-
-ya somos dos los que queremos torturar al niño bonito-exclamo el Lycan en la mente del Potter.
Camino entre la multitud y le entrego los libros a la pequeña Weasley-tómalos yo no los quiero-dijo poniéndolos en el caldero de Ginny.-
-¿te gusta eh, Potter?-exclamo una voz que reconocería donde fuera-el famoso Harry Potter, ni siquiera en una librería puedes dejar de ser el protagonista-no era nadie más que Draco Malfoy.
-celoso Malfoy-dijo Potter mirándolo hacia abajo, Harry la media un metro con sesenta y ocho por lo que era más alto que Draco.
-ya quisieras Potter-escupió el heredero Malfoy.
-mira quien apareció Freddy-dijo George ganándose al lado de Harry.
-si ya lo vi Georgy apesta a hijito de papa-respondió Fred al otro lado de Harry.
-no me sorprende tanto como verlos a ustedes en una tienda, Weasley-replicó Malfoy-supongo que sus padres pasarán hambre durante un mes para pagarte esos libros-
Los gemelos se enojaron y estaban listos para golpear a Malfoy pero Harry los tomo del cuello de la ropa deteniéndolos aun no sabían cómo Harry tenía más fuerza que ellos pero lo averiguarían.
-Fred, George-exclamo él señor Weasley que se acercaba a ellos como podía-que hacen aquí vámonos este lugar apesta-
-Vaya, vaya..., ¡si es el mismísimo Arthur Weasley!
Era el padre de Draco, el señor Malfoy había cogido a su hijo por el hombro y miraba con la misma expresión de desprecio que él.
-Lucius-el señor Weasley saludo fríamente.
-Mucho trabajo en el Ministerio, me han dicho-comentó el señor Malfoy-todas esas redadas... supongo que al menos te pagarán las horas extras, ¿no?-Se acercó al caldero de Ginny y sacó de entre los libros nuevos de Lockhart un ejemplar muy viejo y estropeado de la Guía de transformación para principiantes-es evidente que no-rectificó-querido amigo, ¿de qué sirve deshonrar el nombre de mago si ni siquiera te pagan bien por ello?-
El señor Weasley estaba furioso, su cara lo demostraba pues estaba como el poco cabello que le quedaba.
-tenemos una idea diferente de qué es lo que deshonra el nombre de mago, Malfoy-contestó.
-es evidente-dijo Malfoy, mirando de reojo a los padres de Hermione, que lo miraban con aprensión-por las compañías que frecuentas, Weasley... Creía que ya no podías caer más bajo-
El caldero de Ginny cayo y esa fue la campañilla, el señor Weasley le lanzo un derechazo a Lucius que no lo esperaba y lo recibió de lleno, enseguida Arthur se abalanzó sobre el golpeado Malfoy, pero no cayeron solos una lacena los acompaño, los gemelos alentaba a su padre a golpear más al mortifago, Draco miraba la situación con miedo y el padre de Hermione no sabía si intervenir o dejarlos.
Pero que paso con Harry, porque no actuaba, vamos él tenía mucho más dinero y poder que Lucius Malfoy, era el momento indicado para actuar, porque no lo hacia la respuesta era sencilla, su nariz lo tenía ocupado y su magia también, por un lado sentía un olor putrefacto provenir del señor Malfoy, conocía ese hedor era magia negra, muy negra de hecho, pero su magia lo llamaba a un lugar, mas especifico a una estantería, su magia rodeaba a un libro, así que haciendo uso de la misma atrajo el libro que vino a parar a sus manos el titulo era muy interesante pero lo guardo rápidamente en su bolsillo lograr eso no fue sencillo ya que para cuando realizo la acción, Hagrid había separado a los dos púgiles amateur.
- ¡basta, basta ya caballeros! -
Al lado derecho estaba el señor Weasley con un labio roto pero conforme y a su lado opuesto el señor Malfoy con la nariz sangrando y el labio roto.
El mencionado se acomodó la túnica con soberbia y dejo dos libros en el caldero de Ginny, Harry siguió el movimiento ya que el hedor no pasaba por alto para él, ese libro contenía magia negra mucha de hecho, tendría un ojo puesto en el.
-toma, niña, tú padre no puede darte algo mejor-
Haciéndole una seña a Draco salieron de la tienda, Arthur fue aconsejado por Hagrid quien al salir de la tienda se perdió entre la multitud, bueno se fue porque su estatura no pasaba desaparecida, Molly regaño a su esposo.
Una vez terminadas las compras los Weasley y Harry se fueron por la red flu de vuelta a la madriguera y los Granger por la otra puerta del caldero chorreante, Harry se despidió de un abrazo de Hermione al igual que los gemelos.
El resto del verano fue productivo para los gemelos y Harry, desarrollaron un nuevo sortilegio que daría grandes resultados según ellos, practicaron un poco de Quidditch, aventaron gnomos, explotaron bengalas en sus cuevas, fue muy entretenido verlos salir corriendo como si no hubiera un mañana, Ron siguió molestando a Harry, Percy seguía con su aura misteriosa, Ginny seguía escapando cada vez que lo veía, la última noche la señora Weasley preparo un banquete, Harry comió con moderación pues habían varios alimentos que tenían un "condimento especial", los gemelos también los evitaron, explotaron un par de bengalas más y chispas azules, también pusieron a pruebas unas suyas de color verde, tomaron una última taza de chocolate y se fueron a la cama.
A la mañana siguiente Harry saco a los gemelos rápidamente de la cama tenían que hacer sus ejercicios, pues Harry les dijo que era más fuerte que ellos gracias al entrenamiento físico por lo que los gemelos eran compañeros de entrenamiento de Harry ahora, también les pidió que no se ganaran más a su lado, no eran guardaespaldas del y sobre todo no quería parecerse a Malfoy, los gemelos le encontraron razón.
Guardaron sus cosas en sus respectivos baúles y cuando Molly se levantó a las 6 am ellos ya estaban en la cocina desayunando, bueno en este caso Harry cocino y los gemelos degustaron la comida, tomaron sus cosas y las llevaron al Ford Anglia, lo más interesante fue como entraron 6 baúles y 8 personas en él aunque claro después Arthur le dijo a Harry que se debía a el hechizo de expansión que había sobre el coche.
El viaje a Londres fue sin problemas, si claro, a Fred se le quedo la escoba por lo que tuvieron que volver, en el camino compraron el periódico, por lo que iban atrasados, llegaron a Kings Cross cuando faltaban 10 minutos pero llegaron, el señor Weasley paso rápidamente entre la gente y toma un par de carros, y acomodaron el equipaje, la señora Weasley paso junto a Ginny, el señor Weasley junto a Percy y Ron, solo quedaban dos minutos, los gemelos y Harry se lanzaron para alcanzar al mismo tiempo y cuando se supone que deberían pasar se estrellaron y sus cosas quedaron desparramadas en el piso de la estación.
Un guardia los regaño-Que demonios les ocurre ¿qué están haciendo? -
-perdí el control del carro-se excusó Harry.
- ¿Por qué no pudimos pasar? -
-no tengo idea-respondió Fred.
Cargaron de nuevo con las manos, pero no pasó nada, el muro estaba sellado.
-maldición-exclamo George-el tren se ira-
Harry y Fred recogieron el equipaje y lo acomodaron en los carritos, se miraron entre ellos y sus ojos brillaron.
-el coche-dijeron al unísono.
-decidido-dijo George.
-iremos a Hogwarts en coche-completo Fred.
Harry evaluó los pros y contras de irse en coche al colegio, por un lado, estaba que los podían expulsar, buena a él no, pero a los gemelos sí, pero dentro del habitaba el deseo de la aventura más que cualquier otra cosa y se imaginaba volando con sus amigos al colegio, esa sería una gran aventura y que es la vida si ellas, así que la decisión estaba tomada se irían en coche y punto.
-entonces que esperamos, ninguno conoce el camino al colegio así que debemos alcanzar el tren cuanto antes-declaro el Potter.
Y abriéndose paso a través de la multitud de muggles curiosos, salieron de la estación y regresaron a la calle lateral donde habían aparcado el viejo Ford Anglia. George abrió el gran maletero con unos golpes de varita mágica, metieron dentro los baúles, dejaron a Hedwig en el asiento de atrás y se acomodaron delante.
-Comprueba que no nos ve nadie-le pidió Fred a George, arrancando el coche con otro golpe de varita, el mencionado sacó la cabeza por la ventanilla; el tráfico retumbaba por la avenida que tenían delante, pero su calle estaba despejada.
-Vía libre- dijo George.
-que esperamos chicos el tren aguarda-dijo Harry con una sonrisa de oreja a oreja.
Fred pincho el pequeño botón rojo que hizo desaparecer el coche, las vibraciones del motor emocionaban al trio, la adrenalina también estaba presente, sin más despegaron, la calle y los edificios se volvían pequeños al mirarlos por las ventanas, segundos después el cielo de Londres era de ellos, Harry jamás había volado en un avión, pero esto debía ser mil veces mejor sin dudas.
Fred iba pendiente de la conducción del coche y George del espacio aéreo al igual que Harry, siendo el primero, quien se dio cuenta que el coche ya no era invisible.
-Fred no quiero alarmarte pero el coche ya no invisible-
-pero que sucede-dijo Fred mientras presionaba el botón reiteradas veces pero no funcionaba, en un instante parecía volver a la normalidad pero al segundo después eran visibles nuevamente.
-no creo que vuelen aviones a esta altura chicos mejor busquemos el tren-sugirió el Potter.
-bien buscador muéstranos tus dotes-dijeron los gemelos a la vez.
-será como buscar una Snitch muy grande-dijo Fred burlándose.
Harry sonrío y se enfocó en ubicar el mencionado tren-desciende, con las nubes no puedo ver nada-dijo Harry.
Fred dejo de acelerar y le saco el cambio al coche este en consecuencia comenzó a descender, cuando ya estaban bajo las nubes el chofer (Fred), coloco el cambio otra vez y continuo, el pelinegro miraba el suelo, no pasaron ni 15 segundos cuando dio con el tren.
Debajo de ellos como una enorme serpiente roja-derecho hacia el norte-indico Harry, George miraba el marcador de combustible, este estaba a la mitad solo podían esperar que con eso fuera suficiente, Fred fijo el curso y se elevaron un poco más, el viaje era largo y no habían traído comida que era lo que más sentían.
Paso más de una hora y Fred ya estaba un poco aburrido por lo que elevo más el coche y se fueron sobre las nubes, arriba era un paisaje diferente, las nubes parecían esponja, el sol iluminaba todo y el cielo brillaba de un intenso azul, el paisaje de Londres desapareció ahora eran explanadas de campo verde, como lo sabían pues cada diez minutos bajaban para verificar el camino, a medida que el viaje continuaba aparecieron pequeños pueblos con capillas y otros pueblos más grandes donde los autos se veían como hormigas de muchos colores, dos horas después George era quien conducía, Fred se había hartado y con Harry estaban creando bengalas que expulsaran humo, en más de una ocasión quedaron con el hollín pegado en la cara y brazos las risas no cesaron en el viaje de hecho lograron crear bombas fétidas, pero Fred paso a pisar una y digamos que si no fuera porque uno era hermano y el otro mejor amigo, George y Harry hubieran sido lanzados del coche mencionado, por más de una hora tuvieron que aguantar el olor a calcetines sudados y olvidados a la humedad, en definitiva esas bombas eran armas poderosas en la defensa de la sana entretención.
El viaje después de la tercera hora se volvió aburrido y Fred volvió a conducir, 5 horas más de viaje y el paisaje ahora era un hermoso atardecer, el coche daba sonidos extraños.
-vamos amigo sé que el viaje es largo pero resiste-alentaba Fred a Ford Anglia que ya estaba pidiendo un descanso.
-falta poco-apoyo George, descendieron y Harry nuevamente se encargó de localizar el tren esta vez tuvo que esforzarse pues la iluminación no era mucha, pero aparte del tren localizo el castillo, en lo alto de un acantilado, sobre un lago se encontraba el castillo.
-ya estamos llegando-aviso Harry, pero el coche comenzó a dar brincos y a sonar extraño.
-vamos que sucede ya estamos por llegar-
El coche seguía brincando y del capo comenzó a salir vapor, los tripulantes del auto volador se afirmaron con fuerza de los asientos, el coche osciló de manera preocupante, mirando por la ventanilla, Harry vio la superficie calma, negra y cristalina del agua, un par de kilómetros por debajo de ellos, Fred aferraba con tanta fuerza el volante, que se le ponían blancos los nudillos de las manos, el coche volvió a tambalearse y George ya ponía una mano en la mañilla de la puerta.
-en caso de irnos en picada saltamos del coche sin importar que-dijo el pelirrojo decidido.
-George no sé si lo recuerdas, pero no sabemos nadar y dudo mucho que desde esta altura soportemos el impacto-
Entonces George pego la oreja a la guantera del auto y comenzó a acariciarlo-vamos amigo tu puedes no los falles ahora, prometo asearte todos los días de vacaciones-
Harry no pudo evitar sonreír, un minuto más y el coche se apagó.
-NO-grito Fred quien trataba de controlar el coche que descendía a gran velocidad, nada funcionaba y el choque contra uno de los muros del castillo era inminente.
-chicos-dijo Harry, los gemelos lo miraron y los ojos de este brillaban-afírmense lo más fuerte que puedan-los gemelos como siempre confiaron en Harry, se acomodaron en los asientos y se afirmaron, Harry en ese momento cerro sus ojos y rodeo con su magia el coche, era pesado no lo podía negar, saco la varita que le había construido el señor Ollivanders solamente a él y grito.
-¡Wingardium leviosa!-la magia fluyo en su máximo esplendor, de la nariz de Harry salió sangre pero logro parar el auto, los gemelos lo miraban anonadados, la varita solo se calentó un poco, nada más, bajo la varita lentamente y el coche comenzó a bajar cuando faltaba un metro para llegar a tierra Harry dejo de mantener el encantamiento y aterrizaron.
Se golpearon en la cabeza pero más que eso no paso, el coche, sin embargo, había agotado sus fuerzas con tres golpes secos, las puertas se abrieron y Harry sintió que su asiento se inclinaba hacia un lado y de pronto se encontró sentado en el húmedo césped, no sin antes guardar su varita rápidamente en su bolsillo expandido, unos ruidos sordos le indicaron que el coche estaba expulsando el equipaje del maletero; la jaula de Hedwig salió volando por los aires y se abrió de golpe, la lechuza salió emitiendo un fuerte chillido de enojo, voló apresuradamente y sin parar en dirección al castillo, a continuación, el coche, abollado y echando humo, se perdió en la oscuridad, emitiendo un ruido sordo y con las luces de atrás encendidas como en un gesto de enfado.
-VUELVE-gritaba Fred y George movía su varita pero nada sucedió el coche siguió su trayectoria dando como respuesta un bufido por el tubo de escape.
-papa nos matara-dijo George.
Los gemelos resignados al igual que Harry acomodaron su equipaje y lo arrastraron por el extenso patio del castillo, debían llegar al castillo, no estaba tan lejos pero los gemelos estaban cansados y desanimados, por otro lado Harry estaba cansadísimo su núcleo mágico estaba a de su capacidad y para completar su brazo derecho de nuevo dolía.
-cuantas veces debo decirlo debes practicar más con la magia, tu cuerpo mejora físicamente pero debes entender que la red por donde fluye la magia debe fortalecerse constantemente, por eso debes tomar clases con el profesor Flitwick o de lo contrario hasta Malfoy te superara en los duelos mágicos-
Lucían sonrió había dado en el blanco con la mención del hurón y eso dejo furioso al heredero múltiple.
-ya veremos eso Lucían-
Mientras caminaban los gemelos no podían dejar de mirar a Harry-como lo lograste-pregunto el siempre impulsivo George a Harry.
-qué cosa-quiso saber Harry.
-no te hagas, no cualquier mago puede detener un coche-agrego Fred.
-bueno les doy ese punto, pero lo hablaremos después recuerden que estamos en territorio enemigo y eso deben guardarlo en su mejor nivel-dijo Harry.
Los gemelos quisieron protestar pero Harry tenía razón, no podían confiarse estaban en territorio peligroso.
-me parece que el banquete está comenzando-comento Fred cuando estaban cerca del gran comedor y se acercaron para ver, curiosamente se estaba llevando a cabo la selección por lo que podrían entrar sin ser descubiertos.
Sobre cuatro mesas abarrotadas de gente, se mantenían en el aire innumerables velas, haciendo brillar los platos y las copas, encima de las cabezas, el techo encantado que siempre reflejaba el cielo exterior estaba cuajado de estrellas.
A través de la confusión de los sombreros negros y puntiagudos de Hogwarts, Harry vio una larga hilera de alumnos de primer curso que, con caras asustadas, iban entrando en el comedor.
-bien es nuestro momento-dijo Harry.
-que haremos con el equipaje-pregunto George.
Se quedaron pensando un momento no era una mala pregunta.
-saben algún hechizo para encoger cosas-cuestiono Harry.
-se el encantamiento Reducio-exclamo Fred.
-bien encoge el equipaje-dijo Harry, Fred saco la varita y realizo el hechizo, en menos de lo que decían Quidditch los tres baúles, la jaula y otras maletas de los gemelos estaban encogidas y Harry las tomo, se las llevó al bolsillo, entraron sin ningún problemas en su bolsillo y con un movimiento de la mano su túnica estaba sobre él, los gemelos imitaron el movimiento solo que con sus varitas y se dirigieron a entrar al castillo, pero en la entrada estaba un profesor que no era el mejor en este tipo de circunstancias.
-pero miren nada más a quien tenemos aquí al famoso Harry Potter y su pandilla-dijo Snape mirándolos con desprecio.
-profesor…-trato de hablar George.
-silencio y síganme-dijo el maestro de pociones.
Sin atreverse a mirarse el uno al otro, Harry y los gemelos siguieron a Snape escaleras arriba hasta el gran vestíbulo iluminado con antorchas, donde las palabras producían eco, un delicioso olor de comida flotaba en el Gran Comedor, pero Snape los alejó de la calidez y la luz, los condujo abajo por la estrecha escalera de piedra que llevaba a las mazmorras.
-¡Adentro!-dijo, abriendo una puerta que se encontraba a mitad del frío corredor, y señalando su interior.
Entraron temblando en el despacho de Snape, los sombríos muros estaban cubiertos por estantes con grandes tarros de cristal, dentro de los cuales flotaban cosas verdaderamente asquerosas, cuyo nombre en aquel momento a Harry no le interesaba en absoluto, la chimenea estaba apagada y vacía, Snape cerró la puerta y se volvió hacia ellos.
-Así que-dijo con voz melosa-el tren no es un medio de transporte digno para el famoso Harry Potter y sus fieles amigos los gemelos Weasley querían hacer una llegada a lo grande, ¿eh, muchachos?-
-no hablaremos nada hasta que la profesora McGonagall esté presente-se adelantó a responder Harry.
Snape lo fulmino con la mirada y trato de entrar en su mente cuando reboto como siempre y Harry lo quedo mirando a los ojos, si no fuera porque el mocoso Potter era un idiota juraría que se dio cuenta, pero después recordó que siempre que trataba de leer su mente eso pasaba por lo que habían dos opciones o Potter era Oclumante natural o sabia sobre ese oscuro arte y si era así debería poner más atención en el hijo de Lily.
-espérenme aquí y no toquen nada, si lo hacen… lo sabré-dijo con los ojos brillantes y una sonrisa sínica-porque no le dan una mirada al periódico-dijo esto último antes de salir.
Los gemelos y Harry se miraron y después entre los tres tomaron el periódico que descansaba en el escritorio de Snape.
«MUGGLES» DESCONCERTADOS POR UN FORD ANGLIA VOLADOR
Fred comenzó a leer en voz alta:
-«En Londres, dos muggles están convencidos de haber visto un coche viejo sobrevolando la torre del edificio de Correos (...) al mediodía en Norfolk, la señora Hetty Bayliss, al tender la ropa (...) y el señor Angus Fleet, de Peebles, informaron a la policía
-estamos fritos y para más remate nuestro padre es el encargado del uso indebido de la magia-dijo George dejándose caer en la silla acompañado de Harry y Fred.
-ya veremos cómo nos las arreglamos-dijo Harry mientras maquinaba la solución.
-que podemos hacer Harry-dijeron los gemelos.
-quedarse callados y asentir a todo lo que yo les diga, sin reproches-dijo Harry que ya maquinaba su plan y se lo contaba a Lucían que asentía dando el visto bueno.
Diez minutos después, Snape volvió, y se confirmó que era la profesora McGonagall quien lo acompañaba, Harry había visto en varias ocasiones a la profesora McGonagall enfadada, pero, o bien había olvidado lo tensos que podía poner los labios, o es que nunca la había visto tan enfadada, ella levantó su varita al entrar ella simplemente apuntaba hacia la chimenea, donde las llamas empezaron a brotar al instante.
-Sentados-dijo ella, y los tres tomaron las sillas donde antes estaban y se acercaron al fuego-Explíquense-añadió, sus gafas brillaban inquietantemente.
-vera profesora cuando los chicos y yo quisimos pasar por la entrada al andén 9 no pudimos pasar, nos desesperamos, chocamos contra la pared cuando lo intentamos por segunda vez y la tercera vez también y el tren ya se había ido cuando dejamos de intentar, a mí se me ocurrió que podíamos venirnos en el auto hasta el colegio siguiendo el tren-dijo Harry arrepentido.
-¿Y por qué no enviaron una carta por medio de una lechuza? Imagino que tenían alguna lechuza-dijo fríamente la profesora McGonagall a Harry.
-sí, pero usted sabe que no se mucho sobre el mundo y los gemelos no habían pasado por una situación similar y pensamos que ese tren era la única forma de venir al colegio y no nos queríamos perder este año-respondió nuevamente a Harry, los ojos de McGonagall brillaban parecía que no le creía mucho-asumo mi error profesora y si es necesario dejare mi puesto de buscador-agrego Harry agachando la cabeza.
Y dio en el punto sensible de McGonagall pues los ojos de la mujer dejaron de brillar y parecían irse del lugar y viajaron hasta su oficina donde descansaba la brillante copa de Quidditch de la temporada pasada, se hablando un poco, pero debía demostrarse firme e inmutable frente a Snape, quien solo parecía estar más feliz cuando Harry menciono lo de dejar el Quidditch, no lo quería reconocer, pero el hijo de James era igual de bueno que el maldito bastarde que le arrebato a Lily.
Llamaron a la puerta del despacho y Snape la abrió, más contento que unas pascuas, era el director, el profesor Dumbledore, este traía un semblante serio inusual de ver.
McGonagall lo miro ella estaba por hablar cuando el viejo la interrumpió.
-por favor explíquenme porque lo han hecho-exigió saber el salvador de la comunidad mágica y fan de la frase: "por el bien mayor"
En esta ocasión la historia la conto Fred, el Potter se asombró de lo bien que memorizo cada una de las palabras que él había dicho, el director miraba directamente a Fred, este tubo que mantener su barrera de Oclumancia a su máximo nivel pero aun así sintió como Dumbledore lograba penetrar un poco en ella, estaba seguro de que vio el viaje de ellos en el coche pero nada más.
Por otro lado Albus Dumbledore estaba un poco molesto pues no pudo leer la mente del chico, no era porque no podía sino que para hacerlo necesitaría emplear más magia y esto sería notado de inmediato por Minerva y Snape, suspiro debía de mantener su fachada intachable.
-de quien era el coche en el que se vinieron-pregunto Albus.
-era el coche del señor Weasley profesor-dijo Harry los gemelos lo quedaron mirando delato a su padre descaradamente-yo lo encante, usted debe saber que el Quidditch es mi deporte favorito y quería saber cómo encantaban las escobas para volar por lo que compre este libro-lo saco de debajo de su túnica y se lo entrego al director que lo tomo e inspecciono-en el sale como construyen una escoba y como es encantada, sabía que no podríamos seguir el tren si solo conducíamos el coche además no teníamos licencia de conducir así que le lance el hechizo al coche y nos vinimos después recordé que la gente sin magia nos podría ver pero ya era demasiado tarde-dijo Harry derrotado.
-nos iremos del colegio-dijo George, todos los profesores lo quedaron mirando-es evidente que nos expulsaran-
-hoy no señor Weasley-dijo Dumbledore, debía aprovechar esta oportunidad para acercarse más a Harry y no la desaprovecharía- pero quiero dejar claro que lo que han hecho es muy grave, esta noche escribiré a sus familias, es mi deber advertirles también que, si vuelven a hacer algo parecido, no tendré más remedio que expulsarlos-
Por la expresión de Snape, parecía como si sólo se hubieran suprimido las Navidades, se aclaró la garganta y dijo:
-Profesor Dumbledore, estos muchachos han transgredido el decreto para la restricción de la magia en menores de edad-
Eso era verdad Harry lo sabía pero era algo menor el ministerio no le diría nada esas eran las ventajas de ser una celebridad y alguien que poseía un título.
-Corresponderá a la profesora McGonagall imponer el castigo a estos muchachos, Severus-dijo Dumbledore con tranquilidad-pertenecen a su casa y están por tanto bajo su responsabilidad-e volvió hacia la profesora McGonagall-tengo que regresar al banquete, Minerva, he de comunicarles unas cuantas cosas, vamos, Severus, hay una tarta de crema que tiene muy buena pinta y quiero probarla-
Al salir del despacho, Snape dirigió a los gemelos y Harry una mirada envenenada, se quedaron con la profesora McGonagall, que todavía los miraba como un águila enfurecida.
-profesora nos dejaría ver en qué casa quedo nuestra hermana-pregunto Fred.
-la selección ha terminado Weasley tú hermana quedo seleccionada en Gryffindor-
-bien-exclamaron los gemelos Weasley y Harry seguía en silencio.
-Y hablando de Gryffindor...-empezó a decir severamente la profesora McGonagall.
Pero Harry la interrumpió.
-Profesora, cuando nosotros cogimos el coche, el curso aún no había comenzado, así que, en realidad, a Gryffindor no habría que quitarle puntos, ¿no? -dijo, mirándola con temor.
La profesora McGonagall le dirigió una mirada penetrante, pero Harry estaba seguro de que había estado a punto de sonreír, tenía los labios menos tensos, eso era evidente.
-No quitaremos puntos a Gryffindor -dijo ella, y Harry se sintió muy aliviado-Pero ustedes tres serán castigados-
Los gemelos y Harry suspiraron la habían librado una vez más el castigo era nada comparado con otros castigos que podrían haberles dado.
La profesora McGonagall volvió a levantar su varita y apuntó con ella al escritorio de Snape, sonó un ¡plop! y apareció un gran plato de emparedados, tres copas de plata y una jarra de zumo frío de calabaza.
-comerán aquí después se irán de inmediato a los dormitorios, yo tengo cosas que hacer, volveré al banquete-declaro la profesora de Transformaciones y se fue.
Una vez que la puerta se cerró tras ella los gemelos y Harry se desplomaron-definitivamente tenemos mala suerte-dijo George.
-es cierto nosotros lo habremos volado una 5 veces y nunca fallo el encantamiento para que el coche sea invisible-agrego Fred.
Harry se mantuvo en silencio, pero en su mente ya se hacía una idea de que paso más adelante tendría una charla con alguien-bueno nos salvamos y su padre no saldrá perjudicado, ahora debemos enviarle una carta para que sepa la historia que invente sea creíble y el no pierda su trabajo-
-muchas gracias Harry nos salvaste nuevamente-dijo Fred y George asintió.
-para eso están los mejores amigos no-dijo el Potter con una sonrisa y siguieron comiendo.
Comieron mucho ya que a medida que los emparedados disminuían aparecían más, cuando estuvieron satisfechos, salieron del despacho de Snape y se fueron rumbo a la lechucería donde estaba Hedwig, en 10 minutos la lechuza se encontraba volando con rumbo a la Madriguera.
Dejaron la lechucería y se fueron esta vez sí a los dormitorios, pasaron por delante de retratos parlantes y armaduras que chirriaban, y subieron por las escaleras de piedra hasta que llegaron finalmente al corredor donde, oculta detrás de una pintura al óleo que representaba a una mujer gorda vestida con un vestido de seda rosa, estaba la entrada secreta a la torre de Gryffindor
-la contraseña-exigió ella, al verlos acercarse.
-esto...-dijo Harry.
No sabían la contraseña, ahora no podrían entrar a los dormitorios, porque aún no habían visto a ningún prefecto, pero casi al instante les llegó la ayuda; detrás de ellos oyeron unos pasos veloces y al volverse vieron a Hermione que corría a ayudarles.
Se arrojó sobre Harry y este la recibió con los brazos abiertos, aunque después lo empujo y lo quedo mirando seriamente, en ese momento Harry se preguntó si Hermione era familiar con McGonagall, pues tenían la misma expresión.
- ¿Dónde han estado? ¿dónde se metieron?, en los pasillos corre el rumor de que los expulsaron por haber llegado en un coche volador-
-…bueno no nos expulsaron, pero si llegamos en un coche volador-dijo Harry un poco nervioso pues la cara de Hermione estaba un poco roja.
-HARRY POTTER-grito ella.
Los gemelos se mantuvieron callados no se fueron de hay solo porque no conocían la contraseña de lo contrario saldrían corriendo a sus dormitorios y a eso hay que sumarle que Harry tenía sus baúles.
-vamos Hermione estamos bien, no lo volveremos a hacer si eso te tranquiliza-dijo Harry manteniéndose firme, aunque por dentro una gelatina en manos nos un niño de dos años, Lucían solo murmuraba cosas como mujeres que solo mejoran intimidando con el paso del tiempo-porque no nos dices mejor la contraseña para poder pasar-pidió Harry mirándola a los ojos, Hermione no pudo evitar apartar la mirada un poco sonrojada.
-es «somormujo»-dijo Hermione deprisa-pero ésa no es la cuestión…-
No pudo terminar lo que estaba diciendo, sin embargo, porque el retrato de la señora gorda se abrió y se oyó una repentina salva de aplausos, al parecer, en la casa de Gryffindor todos estaban despiertos y abarrotaban la sala circular común, de pie sobre las mesas revueltas y las mullidas butacas, esperando a que ellos llegaran, unos cuantos brazos aparecieron por el hueco de la puerta secreta para tirar de los gemelos y Harry hacia dentro, Hermione entró detrás de ellos.
-FORMIDABLE, SOBERVIO-grito Lee Jordan con una sonrisa, para después mirar a los gemelos-porque no me invitaron traidores-
Los gemelos trataron de explicar pero no pudieron porque más chicos comenzaron a felicitarlos de hecho un par de chicos d año los felicitaron y eso que no conocían a ninguno, Hermione movía la cabeza en desaprobación, no podía creer que los estuvieran felicitando por romper una gran cantidad de reglas.
Otro que no estaba conforme con la situación era Percy que los miraba sumamente furioso y en desaprobación al igual que Ron aunque este los miraba con envidia.
-creo que mejor debemos irnos a nuestras camas-sugirió Harry a lo que los gemelos asintieron.
Se despidieron de Lee y de Hermione los gemelos con solo señas, luego se acercó a Harry.
-perdón por preocuparte-se disculpó Harry.
-no lo vuelvas a hacer-pidió Hermione.
Sin más subió las escaleras detrás de los gemelos, llegaron hasta la zona donde se dividían las habitaciones, la decoración era de un rojo y dorado característico, Harry le entrego los baúles a los chicos y se fue a su habitación donde fue felicitado por Seamos, Dean y Neville, agradeció las felicitaciones fue a las duchas y 20 minutos después ya estaba en la cama.
Un nuevo día inicio, el último Potter salió a hacer ejercicios aprovecho que aún no habían climas tan fríos y nado en el lago, nado por más de una hora, la vida le estaba sonriendo, tenía dinero, amor, amigos, pero por algún extraño motivo se sentía vació, ahora recordaba a las personas que asesino a tan solo 11 años y ¿cuantos más asesinaría con el pasar del tiempo? , alguna vez se descontrolaría y terminaría matando a Hermione, Nym, Fleur o los gemelos, con el paso del tiempo no se convertiría en ¿un mago oscuro?, sería capaz de seguir combatiendo su lado oscuro, porque créanlo o no señores Harry Potter tenía un lado oscuro, era un ser con mucho poder mágico y estaba parado en un cuerda no muy gruesa, tenía dos opciones o convertirse indirectamente en un mago de luz como lo definían o el peor mago de oscuro de toda la historia, pero porque Harry pensaba eso cuando él fue el quien dijo que la magia no tenía colores por lo tanto eran los magos quienes decidían lo que serían más adelante, estaba totalmente de acuerdo con eso pero quien le aseguraba que en algún momento no enloquecería, ¿lograría matar a Voldemort o a Viktor y los de su especie?, ¿estaría dispuesto a ver sus amigos morir?, porque era eso lo que significaba una guerra, muerte y de las peores maneras posibles, quizá debía dejar a las chicas y sus amigos ya que estos serían blancos de Dumbledore, Voldemort o Viktor.
-estás pensando en el camino del cobarde no-hablo Lucían.
-entonces es correcto por mi deseo egoísta arrastrar a la muerte a mis amigos o Nymphadora y Fleur, sabiendo que las podrán maltratar o violar en el mejor de los casos-
-quien te dice que eso pasara-
-son probabilidades como la de que sucede si dejo de nadar, me hundiré, flotar, mi magia me mantendrá a flote-
-exacto Harry probabilidades, hechos inciertos, solo unos pocos se atreven a tomar el camino más difícil-
-y para que, para ser conocido como un héroe, tú y yo sabemos que no seré jamás un héroe, no aceptare que alguien muera por mi causa-
-entonces vuélvete invencible, el ser más poderoso en el mundo conocido-
-sabes que el poder trae consigo problemas no, mientras más poderoso yo me vuelva, más idiotas hambrientos de poder aparecerán para desafiarme-
-que es lo que estoy oliendo en estos momentos-
-miedo, vil y asqueroso miedo-
-¿no te avergüenza admitirlo?-
-¿debería?, estas en mi cabeza Lucían sería estúpido que tratara de ocultar lo evidente-
-dime que es lo que eres-
-no me vengas con esa idiotez de que soy un Lycan y debo actuar como tal-
-no maldito ser cobarde y débil antes que nada eres un hombre-
-gracias por llegar a esa conclusión que no me dice nada-respondió Harry con tono sarcástico.
-no estúpido, un maldito hombre es quien vive con sus decisiones-
-me huele a estilo Lycan-
-a mí me huele a un insignificante y estúpido ser, que dice ser un niño cuando no es más que un maldito asesino como todo el mundo, se cree especial por poseer magia, guapo porque una perra lo tomo en cuenta y se encamo con él, que lloro como infeliz recordando a sus padres que lo abandonaron, alguien que soporto ser tratado como un maldito esclavo, perdona, ensucias el nombre de esclavo, un cobarde sin remedio que dejara que cualquier otra persona haga las cosas por él porque tiene miedo a afrontar la realidad y vive creyendo que un ser milagroso le salvara el trasero-
-wow, te inspiraste solo me dijiste lo que ya sé que soy-
-no me extrañaría que Nym en estos momentos este sobre otro sujeto gimiendo su nombre-Harry lo quedo mirando ese fue un golpe bajo pero no dejaría que Lucían lo doblegara.
-es una opción-en ese momento Lucían se movió a toda velocidad y atravesó el pecho de Harry.
-me avergüenzas como nadie lo hizo antes, no sé qué fue lo que vi en ti cuando te ofrecí ser mi sucesor-saco el corazón del pecho de Harry-te hare un último favor ya que eres un maldito cobarde sin remedio te matare para que no tengas que vivir el futuro-Harry estaba muerto de miedo jamás sintió su muerte tan cerca frente a él estaba su corazón, veía como la sangre fluía de este y daba impulsos erráticos por seguir bombeando sangre, su cuerpo se puso frio, su pecho era completamente rojo, la vista que nunca antes le había fallado desde que era un Lycan comenzaba a nublarse, sentía su cuerpo pesado, como nunca antes, su cuerpo tenia espasmos, era su cerebro que como loco enviaba impulsos nerviosos a su cuerpo para tener sangre otra vez, era irónico el como un cobarde aceptaba la muerte pero su cuerpo se negaba, luchaba aun cuando el resultado era inminente, moriría ya no volvería a ver a sus amigos, le prometió a Nym que estaría para siempre con ella al igual que a Fleur, atrás quedarían sus sueños de grandeza propia junto a sus mejores amigos, era famoso a costa de la vida de sus padres, que dirían ellos cuando lo vieran en el otro lado, atrás quedaban sus deseos de aventura, sonrío al borde de la muerte comprendió que tenía miedo a morir, aun a las puertas de la muerte seguía sintiendo miedo.
-que es lo que haces cobarde-escucho la voz de Lucían y tuvo que levantar la cabeza para ver que tenía una mano puesta en su corazón y por consiguiente sobre Lucían.
-devuélvemelo-dijo pero Lucían pareció no escuchar porque comenzó a apretar el corazón junto a su mano.
-devuélvemelo-nada pasaba-devuélvemelo-nada sentía que su vida se iba-vamos maldito infeliz, grita aunque tu cuerpo no sea capaz de hacerlo, grita, demonios grita, GRITA, GRITA…-
Todo se volvió negro, su cuerpo cayo, frente a él quedo un Lucían que tenía un brazo extendido, frente a él había un gran charco de sangre y sobre el charco de sangre descansaba el cuerpo inerte del que alguna vez fue su heredero, quien no pudo con la responsabilidad , sucumbió, quizá nadie podía con la carga que el llevaba consigo, lo mejor sería aceptar que nunca podría vengar la muerte de su mujer, estaba maldito, rio como un demente, desde el día en que nació él estuvo maldito el único en su especie lo más cercano a el Lycan original, confío en quien no debió, no se arrepintió, el chico prometía pero de un segundo a otro sucumbió, en su mano estaba el corazón del o bueno los pedazos de este, se dio la vuelta ya era hora de dejar este plano y pasar al otro, dio un paso y fue a dar el otro cuando su pie fue atrapado, se dio vuelta rápidamente y miro hacia abajo y ahí estaba el cadáver del chico cerca de su pierna y en su pierna estaba la mano del chico, movió la pierna y consigo arrastro el cadáver.
-devuélvemelo, devuélvemelo, devuélvemelo-era lo único que repetía el cadáver de Harry.
-ya no existe, se destruyó-contesto Lucían sin emociones-acepta que morirás-
El silencio reino una vez más, el espacio comenzaba a teñirse de rojo y negro, Lucían ya no podía hacer nada, el chico moriría y no había vuelta atrás.
-no lo acepto-escucho el Lycan y de nuevo reino la oscuridad.
Harry ahora no veía nada, no sentía nada estaba ligero como una pluma, frente a él apareció su cuerpo, cubierto de sangre y a la derecha estaba sus padres.
-que decides-dijo su padre-ir con nosotros o a un futuro incierto, elige bien ya que si eliges el futuro incierto puede que no lo logres y quedes vagando por la eternidad entre la vida y muerte, peor que el limbo o purgatorio, no será infierno ni cielo o ir con nosotros y asegurar tu descansó eterno-su madre no decía nada solo lo miraba al igual que su padre, la opción era clara lo mejor era optar por un destino seguro, comenzó a caminar hacia ellos cuando se detuvo, porque haría eso, por alguna extraña razón sentía el fuerte deseo de ir a su cuerpo y no dejarlo nunca más, sentía el deseo de enfrentar al destino, o futuro como quieran llamarlo, su esencia le decía y él quería enfrentar ese camino-lo siento pero no es mi momento ni nunca lo será, seré inmortal, ustedes se quedaran aquí lamentablemente, no seré un héroe, no hare cosas que los enorgullezcan, es probable que se avergüencen o arrepientan de haber tenido un hijo como yo pero ustedes tuvieron su oportunidad y yo tengo la mía-se dio la vuelta y puso una mano en su cuerpo-que puedo decir soy un maldito cobarde egoísta-
El ambiente volvió a tener color y frente a Lucían, Harry se ponía de pie cubierto de sangre, en su pecho latía un corazón, para el Lycan esto era un hecho sin precedentes, jamás vio alguien volver de la muerte.
-lo lamento Lucían pero resulto que soy aún más cobarde para morir que vivir-
-lo sé, recuerda esa sensación Harry, ese es el final del camino te dirán muchos, pero la verdad es que no hay camino ni destino, morir no es más que la recompensa que se les da a los que lucharon por vivir pero al final se rindieron, nunca te rindas, se egoísta, no siempre, no dejes que otros hagan lo que puedes, no esperes que nadie haga algo por ti, lucha por cada mísero segundo de oxigeno que tienes, resiste, soporta y aférrate como puedas, nunca sabrás lo que pasara al segundo después, no sabrás si vale la pena vivir hasta que lo hayas hecho y cuando lo hagas, felicidades muchacho deberás vivir para saber que pasara al segundo después y quien sabe, quizá muchos fueron inmortales hasta que llegaron a ese segundo en donde se rindieron y murieron-
-entonces tú te rendiste-pregunto Harry.
-no, sigo vivo de lo contrario no me tendrías aquí-
-la vida es dura-pregunto Harry, Lucían rio.
-recién empiezas, solo asegúrate de decirme cuando dejes de luchar si fue dura o no-
-creo que debería volver no-comento el Potter.
-claro muchacho-
-Lucían nada de esto paso físicamente ¿no?-pero Lucían no contesto y Harry salió de su mente, estaba a la orilla del lago cubierto de sangre y con una gran cicatriz en el pecho, cuando se puso de pie este le dolió.
-quien lo diría, sobreviví un segundo más, ahora que sigue-se detuvo un momento-cierto seguir peleando por otro segundo-
De las profundidades del lago negro se movió una especie de masa oscura, similar a una medusa o un conjunto de algas, luego cambio su morfología para volverse una especie de manta raya sin ojos aparentes, una boca bastante grande con una cola en forma de arpón, cubierta de sangre y restos de piel, musculo y parte de cartílagos, la cola en forma de arpón tenía estrías como escamas que le permitía desgarrar la carne de su presa.
En su cuerpo tenia un corte enorme que ya comenzaba a cerrarse mientras su forma cambiaba buscando adaptarse para recuperarse, había fallado en capturar a su presa y llevarla a las profundidades para devorarla, la siguió por debajo del lago lentamente confundiendo sus sentidos mágicos y cuando logro arponearla le inyecto todo su veneno, que tenía toxinas que paralizaban a la víctima y las sumergía en sus propios miedos, había logrado llegar a este lago luego de mucho tiempo y se mantuvo oculto del maldito calamar gigante que actuaba como un guardián del mismo lago, pero no conto con que su presa reaccionara o mas bien su magia y recibiera un corte completo que lentamente iba acabando con su vida, quizá mordió más de lo que podía masticar.
Y allí en el fondo del lago negro el gran pescador, el gran terror sucumbió a su herida y se convirtió en alimento para la vida acuática, no pudo capturar su preciada presa.
