Escena: El acantilado
Las cuatro mujeres, Akane, Ukyo, Shampoo y Kodachi, están cayendo hacia el vacío. Los cuatro hombres, Ranma, Ryoga, Mousse y Kuno, observan la escena en estado de shock. Sin dudarlo, Ranma es el primero en lanzarse para salvar a Akane, corriendo con toda la determinación que tiene.
Ranma (gritando mientras corre):
"¡Akane! ¡Te tengo!"
Mientras cae, Akane tiene un momento de duda, pensando que Ranma podría no saber a quién salvar.
Akane (en sus pensamientos):
"Pensé que Ranma no sabría a quién rescatar… pero… ¡viene directo por mí!"
Ranma la atrapa justo a tiempo, abrazándola firmemente antes de que caiga al abismo. La adrenalina en su cuerpo le permite sujetarla con fuerza, mientras sus pies encuentran el equilibrio.
Ryoga, al ver que Ranma ya ha corrido hacia Akane sin dudarlo, también actúa. Aunque con una mezcla de dolor y sorpresa, se lanza hacia Ukyo, sabiendo que no hay duda en el corazón de Ranma.
Ryoga (a Ukyo, mientras la salva):
"No te preocupes, Ukyo. Estoy aquí."
Por otro lado, Mousse, con la misma convicción que Ranma, corre y salta hacia Shampoo.
Mousse (gritando mientras la agarra):
"¡Shampoo! ¡Yo te salvaré!"
Shampoo lo mira con sorpresa, sin palabras, mientras Mousse la sostiene con fuerza.
Finalmente, Kuno duda un segundo, su mirada dividida entre Akane y su hermana Kodachi. Aunque su amor por Akane es fuerte, sabe que su deber es salvar a su hermana, y da un paso adelante para rescatar a Kodachi.
Kuno (con un tono solemne):
"Lo siento, Akane… mi deber está con mi hermana."
Rescata a Kodachi, quien, a pesar de su usual excentricidad, se aferra a su hermano con agradecimiento.
Escena: Después del rescate
Las cuatro mujeres están a salvo. Se miran entre sí, pero luego sus ojos se dirigen a Ranma, quien sigue sosteniendo a Akane. En lugar de gratitud, una mezcla de emociones intensas se manifiesta en sus miradas: frustración, dolor y rabia. Akane siente el cambio en el aire, algo que no había percibido antes.
Akane (preocupada, interponiéndose nerviosa):
"Chicas, por favor…"
Pero cuando mira más de cerca, nota algo diferente en ellas. No es el típico enojo que suele terminar en golpes y gritos. Esta vez es distinto. En sus ojos no hay solo irritación; ve algo más profundo, más oscuro: furia y dolor reales. Akane siente un nudo en el estómago.
Akane (en sus pensamientos, preocupada):
"Esto no es como otras veces… Esta vez realmente están heridas."
Ukyo, Shampoo y Kodachi avanzan hacia Ranma, sus ojos llenos de resentimiento. Akane sabe que lo que viene no es la típica pelea. Esta vez, es algo mucho más serio. Ranma lo siente también.
Ranma (poniendo una mano en el hombro de Akane, con seriedad):
"Akane, no te involucres. Esta vez, es algo que debo enfrentar yo solo. No puedo seguir huyendo de esto."
Ranma, con una mirada de resignación pero también de valentía, se coloca frente a las tres mujeres, con los brazos abiertos, preparado para recibir lo que venga.
Ranma (con un tono decidido):
"Está bien, chicas. Si necesitan golpearme, adelante. Me lo merezco. Nunca he sido claro con mis sentimientos, y sé que eso les ha causado mucho dolor. Ya no voy a correr de esto."
Ukyo, con lágrimas en los ojos, es la primera en reaccionar.
Ukyo (con el corazón roto, mientras lo golpea):
"¡Ran-chan, eres un idiota! ¡Todo este tiempo pensé que me veías, pero nunca me has visto de verdad!"
Ranma acepta el golpe sin resistirse, sus ojos llenos de comprensión y tristeza. Shampoo, con su propio dolor, le sigue.
Shampoo (gritando mientras lo golpea):
"¡Ranma siempre confunde a Shampoo! ¡Shampoo te amó, pero tú nunca respondiste!"
Finalmente, Kodachi, con una risa amarga, se une a la tormenta de golpes, pero su mirada está llena de dolor.
Kodachi (entre risas amargas, golpeando a Ranma):
"¡Ranma-sama! ¡He esperado tanto por ti, pero todo ha sido una mentira!"
Ranma soporta cada golpe. Aunque el dolor físico es real, lo que más le duele es el peso emocional de todo lo que ha causado. Akane mira en silencio, sabiendo que esto es diferente. No es una pelea más; las heridas emocionales han alcanzado su límite, y todos están enfrentando esa realidad.
Las chicas finalmente se detienen, exhaustas tanto física como emocionalmente. Ranma, herido pero firme, se yergue con dificultad, mirando a cada una de ellas con sinceridad. Después de un momento, su mirada se dirige a Akane.
Ranma (respirando profundamente, con el rostro lleno de determinación):
"Akane… ya no puedo seguir callando. No puedo seguir escapando de lo que siento."
El silencio cae sobre todos. Ukyo, Shampoo y Kodachi miran a Ranma, todavía en shock por lo que acaba de suceder.
Ranma (con el corazón en la mano, hablando desde lo más profundo de sí mismo):
"Akane… te amo. Siempre te he amado. Y quiero que seas mi esposa."
El impacto de esas palabras sacude a todos. Akane, sin poder evitarlo, queda sin palabras. Las lágrimas comienzan a acumularse en sus ojos, pero no son de tristeza; son de alivio, de amor correspondido después de tantas dudas.
Akane (con la voz temblorosa, sonriendo entre lágrimas):
"Ranma… yo… yo también te amo. Sí, acepto."
Kuno, que hasta ahora ha estado en silencio, da un paso adelante. Pero esta vez, su tono es solemne, su comportamiento sorprendentemente coherente.
Kuno (con dignidad inesperada):
"Akane Tendo, he aceptado mi derrota hoy. He elegido salvar a mi hermana, y reconozco que mi amor por ti ha sido en vano. Ranma Saotome, te concedo esta victoria."
Ranma lo mira, todavía incrédulo por la actitud seria de Kuno, pero antes de que pueda decir algo, Kuno lo interrumpe.
Kuno (con una leve sonrisa, mirando a Ranma):
"Espero que algún día cures tu maldición, Saotome. Y cuando lo hagas, despídeme de esa pelirroja… la que siempre llamé "cabello de fuego."
La sorpresa de Ranma es evidente. Por primera vez, comprende que Kuno siempre supo que la "pelirroja" era él. Su asombro es palpable.
Ranma (atónito):
"¿Sabías todo este tiempo…?"
Kuno (asintiendo con calma):
"No soy tan ciego como todos piensan, Saotome. Pero ahora que la verdad está sobre la mesa, me retiro. Mi amor por Akane fue noble, pero la realidad me ha alcanzado."
Kuno se gira hacia su hermana Kodachi, quien está de pie, aún conmocionada por la confesión de Ranma.
Kuno (mirando a Kodachi con suavidad):
"Kodachi… es hora de que dejes ir esta fantasía. Ranma no es para ti, ni para mí. Mereces algo mejor que vivir en un sueño imposible."
Kodachi, por primera vez, parece comprender. Asiente lentamente, mientras las lágrimas ruedan por su rostro, aceptando que su amor por Ranma ha sido en vano.
Mousse, aún sosteniendo a Shampoo, la mira con tristeza pero con una nueva determinación.
Mousse (mirándola a los ojos con sinceridad):
"Shampoo… sé que nunca fui tan fuerte ni tan apuesto como Ranma. Pero mi amor por ti siempre ha sido verdadero. Él nunca te amará como yo lo hago. Y creo que, en el fondo, siempre lo has sabido."
Shampoo lo observa en silencio. Por primera vez, no tiene palabras ingeniosas ni respuestas rápidas. Simplemente baja la mirada, aceptando lo que siempre supo en su corazón.
Shampoo (suspirando, finalmente rindiéndose):
"Shampoo renuncia a Ranma. Mousse… tú siempre estuviste allí para mí. Vamos a entrenar juntos… y curaremos tus ojos."
Ukyo, que ha estado en silencio durante todo este tiempo, mira a Ranma con una mezcla de tristeza y aceptación. Sabe que es hora de decir adiós.
Ukyo (acercándose a Ranma, con una sonrisa triste):
"Ran-chan… siempre supe en mi corazón que nunca serías mío. Pero te seguí de todos modos, esperando que algún día cambiaras. No fue fácil… pero ahora lo entiendo."
Ukyo toma la mano de Ranma brevemente, mirándolo a los ojos con una mezcla de dolor y cariño.
Ukyo (con una lágrima cayendo por su mejilla):
"Sé feliz con Akane. Eres un tonto, pero siempre te desearé lo mejor. Ahora es mi turno de seguir adelante."
Ranma la mira con gratitud y algo de tristeza. Sabe cuánto Ukyo ha sacrificado por él, y aunque no puede corresponderle, siente un profundo respeto por su valentía.
Ranma (con suavidad):
"Gracias, Ukyo. Siempre serás especial para mí, de verdad."
Ukyo (con una sonrisa nostálgica):
"Lo sé, Ran-chan. Pero ya es hora de que me deje de aferrar a eso."
Con una última mirada, Ukyo se da la vuelta, sabiendo que ha cerrado un capítulo importante en su vida.
Ryoga, quien ha estado observando en silencio, finalmente se acerca a Akane. Sabe que este es su momento de despedirse, de dejar atrás su amor no correspondido.
Ryoga (con una sonrisa triste, mirando a Akane):
"Akane… durante mucho tiempo soñé con protegerte, con estar a tu lado. Pero… nunca fui yo el que ocupó ese lugar en tu corazón. Y ahora… lo acepto."
Akane lo mira con comprensión y afecto. Sabe lo difícil que es para Ryoga, pero también sabe que esto es necesario.
Akane (con ternura):
"Ryoga… siempre serás alguien importante para mí. No quiero que pienses que todo fue en vano."
Ryoga (con un suspiro, sonriendo con melancolía):
"Gracias, Akane. Pero sé que no puedo seguir aferrándome a un sueño que nunca será. Es hora de que encuentre mi propio camino… lejos de aquí."
Ryoga, con la mirada llena de una mezcla de tristeza y resignación, se gira hacia Ranma.
Ryoga (con una pequeña sonrisa, hablando desde el corazón):
"Ranma… cuida bien de Akane. Te lo digo en serio. Si alguna vez la haces sufrir… bueno, ya sabes lo que te espera."
Ranma (mirándolo con seriedad y respeto):
"No te preocupes, Ryoga. Sé lo importante que es Akane, y no la dejaré ir."
Ryoga asiente con una sonrisa forzada, pero sincera. Da la vuelta, con la determinación de seguir adelante, dejando atrás la lucha por Akane.
Ranma y Akane se quedan en silencio, observando cómo sus antiguos rivales y amigos se van. Las emociones del momento aún son intensas, pero entre ellos, hay una sensación de calma y claridad que nunca antes habían experimentado.
Ranma (mirando a Akane, un poco nervioso):
"Supongo que… ya no hay vuelta atrás, ¿no?"
Akane (sonriendo levemente, aunque todavía un poco sonrojada):
"No… esta vez, no. Pero… eso está bien, ¿no?"
Ranma (asintiendo con una sonrisa tímida):
"Sí, lo está. Creo que… por primera vez, sé exactamente lo que quiero."
Akane (mirándolo con cariño):
"Y yo también, Ranma. Ya no hay confusión entre nosotros."
Con las despedidas hechas y las heridas emocionales expuestas, las locuras y las aventuras han llegado a su fin. Ranma y Akane se miran sabiendo que ahora pueden avanzar juntos, sin los malentendidos ni las dudas que los rodearon durante tanto tiempo.
Kuno, antes de alejarse completamente, mira por última vez hacia Ranma y Akane, con una leve sonrisa de resignación.
Kuno (hablando para sí mismo, con una dignidad dramática):
"El amor verdadero ha triunfado, y yo, Tatewaki Kuno, el noble, acepto mi derrota con honor. Que los dioses del amor guíen sus pasos. Y ahora, me retiro… a buscar mi propio destino, lejos de esta historia de amor… ¡Adiós, Akane Tendo, mi amor eterno!"
Con esa última reverencia exagerada, Kuno se aleja, dejando a Ranma y Akane con un aire de finalidad.
Ranma mira a Akane una vez más, el peso de todo lo que ha sucedido cayendo sobre él.
Ranma (con una sonrisa nerviosa):
"Supongo que las cosas nunca volverán a ser como antes, ¿eh?"
Akane (entre sonrisas y lágrimas, tomando su mano):
"No… pero eso no es malo. Ahora podemos empezar de nuevo, juntos."
Los dos caminan juntos hacia el horizonte, sabiendo que las aventuras pueden haber terminado, pero lo que les espera es un futuro lleno de posibilidades y, por primera vez, claridad. El caos de los malentendidos y las rivalidades ha quedado atrás, y lo que queda ahora es una relación sincera y genuina.
Fin.
