Antes de empezar el capítulo, voy a aclarar algo respecto a los niveles aquí.

La Primer Generación de Dioses está conformada por los hijos de Cronos y Rhea. La Segunda Generación de Dioses está conformada por los hijos divinos que han alcanzado cierto grado de poder y reconocimiento, siendo aquellos que ocupan un puesto en el Consejo del Olimpo, y los que su poder les podría permitir un puesto dentro.

No se incluye la Generación de Titanes, puesto que la única que podría considerarse una es Afrodita, al ser hija de Urano, y no de algún Titán. Dicho sea, Afrodita entra en la Primer Generación.

Del más fuerte al más débil en la Primer Generación:

1 – Naruto.

2 – Zeus (Muerto).

3 – Hades; Afrodita (Poder, no fuerza).

4 – Poseidón (Muerto. Debe esperar para renacer.)

5 – Hestia (No le gusta pelear).

6 – Hera (No suele pelear).

7 – Deméter.

Del más fuerte al más débil en la Segunda Generación:

1 – Apolo.

2 – Ares (Muerto.)

3 – Adamas.

4 – Hermes (Aunque no es un luchador).

5 – Artemisa, Albedo.

6 - Atenea.

7 – Hefesto.

8 – Dioniso (No es un luchador.)

Respecto a Albedo, tal vez haya dudas. Recuerden que Tisífone y las Furias, ósea tanto Alecto como Megera y Tisífone, nacieron de la sangre de Urano que cayó sobre Gaia.

Cuando profundice en el poder de Naruto, entenderán porque ella tiene su lugar también.

Tisífone es, básicamente, una hija de Urano y Gaia, y Naruto es alguien superior incluso a Zeus y Kratos.

………

Albedo cayó suavemente al suelo, apoyando sus pies con cuidado antes de guardar sus alas.

Adamas cayó con fuerza a su lado, levantando algo de polvo y hundiendo la tierra bajo el.

Ambos levantaron la cabeza, viendo a Atenea correr a máxima velocidad de las garras en forma de cabeza de dragón de Tifón.

Hermes estaba huyendo con éxito de los pies de Tifón y las cientos de serpientes que buscaban aplastarlo. Una lanza en sus manos se balanceó a medida que corría con sus botas, cortando y aplastando muchas de esas serpientes que eran casi del tamaño del humano promedio.

Albedo se movió rápidamente y cortó 4 cabezas de un corte de su lanza, causando una onda cortante que siguió de largo y partió varias cabezas más.

Atenea se paró al lado de sus primos, viendo a Hermes hacer lo mismo cuando finalmente se deshizo de las serpientes que lo perseguían.

"Debemos debilitarlo hasta que consigamos algo de ayuda, no podemos huir todo el rato".

Para Hermes, que no era un gran luchador, pelear contra Tifón era muerte segura. Sin embargo, tenía la ventaja de ser infinitamente más rápido que el monstruo, y la única chance de muerte era una en conjunto.

Adamas miró a Tifón moverse a unos kilómetros de ellos, buscándolos como un idiota.

Albedo se adelantó junto a Hermes y Atenea, y los tres desaparecieron en un estallido de velocidad.

Adamas subió la mirada, con una expresión neutra.

Sus ojos mostraban una mezcla de tristeza y determinación.

'Ojalá vieras lo que he conseguido, padre'.

Un recuerdo de su voz como un niño llegó a su cabeza, con las palabras que quería decir ahora.

Un brillo morado potente se hizo presente en su lado derecho. Adamas estiró su mano, y la misma rodeó un fino mango con fuerza.

El brillo se redujo hasta tener una altura de un metro más alto que Adamas, que medía 2 metros de alto.

El brillo se desvaneció.

En la mano de Adamas, estaba el arma que milenios atrás perteneció a su abuelo.

El mango está hecho de obsidiana, oscuro como la noche misma. En la punta superior, está el cráneo de Cronos con la boca abierta, con diamantes como ojos. De su boca sale una hoja curva y alargada, hecha de diamante divino. La hoja tienen distintos grabados en líneas sin dirección.

El aura del arma es fría y densa. Hay una presión abrumadora a su alrededor.

La Hoz de Cronos.

Adamas miró un huracán venir hacía él a alta velocidad. Balanceó la Hoz con maestría pura, y cortó el aíre frente a él con un corte recto, horizontal.

El huracán fue absorbido por un pequeño portal, y en menos de un segundo, fue devuelto a Tifón a mayor velocidad.

Albedo balanceó su lanza y creó tres clones de ella, que también tenían una lanza en mano.

Apuntó su lanza al frente, acción que repitieron los clones, y un brillo oscuro se formó en la punta de la misma.

Un corto rayo de poder salió disparado a los tobillos de Tifón, siendo dos en cada tobillo.

Las serpientes alrededor de sus tobillos cayeron poco a poco, con expresiones muertas.

Atenea y Hermes se encargaron de distraer a Tifón, que estaba lanzando fuego impulsado con los huracanes que salían de su boca.

Hermes movió su lanza, cortando a la mitad a las serpientes que salían de las piernas de Tifón, desenroscándose para atacar a sus enemigos.

Las cabezas de dragón en las manos de Tifón fueron atacadas por las Albedo, que se movían sobre un Daimon, más concretamente uno creado del Daimon de Tisífone, su madre.

El Daimon con forma de fénix voló, evitando la boca de la cabeza de dragón de un dedo. Albedo clon balanceó su lanza con fuerza y velocidad, cortando un ojo de la cabeza de Dragón antes que se mueva.

Daimon se movió en el aíre, volando boca abajo sobre uno de los dedos. Albedo clon no se cayó de su lugar, y tomando la lanza por la punta del mango, la agitó con fuerza, lanzando un corte profundo al dedo meñique con forma de dragón.

El dedo quedó a solo un corte de separarse. Para molestia de Albedo, notó que el monstruo gigante se regeneró en unos segundos.

Atenea saltó sobre una serpiente gigante que quiso morderla, y clavó su espada en su cabeza profundamente. Retiró la espada con rapidez, y rodó hacía atrás sobre el cuerpo de la serpiente muerta, evitando la mordedura de otra serpiente gigante.

Invocó en un milisegundo su lanza, y atravesó desde la boca hasta el cerebro la cabeza de dicha serpiente.

Iba a saltar cuando otra serpiente venía detrás de ella, solo para detenerse cuando sintió a Adamas cortando a la mitad a la misma como si fuese mantequilla.

Atenea se giró en shock cuando notó la Hoz de Cronos, pero no dijo nada y salió rápidamente de su estupor para cortar otra serpiente que vino hacía ella.

Adamas saltó entre las serpientes que venían hacía él, usando la cabeza de estas para impulsarse hacía arriba. Albedo miró lo que estaba haciendo su medio hermano, y entrecerró los ojos al ver las cabezas de dragón moverse hacía ella.

Daimon voló sobre la cabeza del dedo medio, y Albedo balanceó su lanza en forma recta hacía abajo, y cortó la mitad de la cabeza con precisión pura.

Adamas clavó la hoz en el pecho de Tifón, que rugió, causando un grupo de huracanes que llegaban del suelo al cielo.

"¡No se olviden de mí!"

Quetzalcóatl cayó en picada desde el cielo con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando sus dientes afilados y puntiagudos.

Su Macuahuitl se balanceó en su mano, en un movimiento recto, pero firme.

"¡GRAAAH!"

La oreja de Tifón fue cortada con el arma divina de la Diosa, y eso causó un fuerte grito de dolor del monstruo hijo de Gaia. Quetzalcóatl cayó al suelo con fuerza, y empezó a liberar a Hermes y Atenea de la carrera contra las serpientes.

Albedo dispersó sus clones, y voló hasta atrapar la oreja de Tifón con su lanza. Un aura oscura rodeó la oreja, y poco a poco, la misma se hizo polvo.

Adamas, que seguía clavado en el pecho de Tifón, gruñó. Tiró hacía abajo con la Hoz, y en menos de un segundo, todo su cuerpo de manchó de sangre.

Desde el pectoral hecho de rocas hasta el ombligo, el torso de Tifón fue abierto de par en par.

Adamas saltó, listo para caer en el suelo en pocos segundos.

"¡Maldito hijo de Naruto!"

La mano derecha de Tifón atrapó a Adamas, que escupió icor cuando sintió unas costillas romperse de repente. La hoz empezó a caer en picada.

Sacó con fuerza sus manos, y quiso empujar para liberarse. Miró a los ojos a Tifón mientras lo hacía, notando el odio del monstruo.

Albedo había cortado las cabezas de Dragón, así que tuvo suerte de no tener que enfrentarse a esos con solo sus manos y la mitad de su cuerpo.

De repente, el Cielo se tiñó de oscuridad, cegando la vista tanto de Tifón y Adamas como de los otros abajo.

Adamas sintió una leve perdida en la fuerza que estaba usando Tifón, y se impulsó hacía arriba, parándose sobre la mano de Tifón en todo su estado.

Empezó a correr rápidamente por el brazo del monstruo, con una mano en su pecho, sintiendo sus costillas acomodarse poco a poco.

Estiró su mano hacía el suelo, mientras seguía subiendo.

La Hoz de Cronos se retiró del suelo y empezó a subir rápidamente, tardando menos de dos segundos en llegar a la mano de Adamas, que agarró el mango con fuerza.

El eclipse desapareció en ese momento.

El hijo de Naruto y Hestia miró el rostro de Tifón, que parecía preocupado con Albedo y otro grupo de clones que estaba lanzando grupos pequeños de lanzas hechas de materia oscura.

'No puedo usar todo el poder de esta cosa, pero puedo poner todo mi poder…'

Un aura roja rodeó a Adamas, llamando por un segundo la atención de Tifón, que notó como algo alrededor de su brazo empezaba a distorsionarse.

Los ojos rojos de Adamas brillaron con fuerza, que apretó los dientes. La Hoz tembló en su mano.

El diamante divino en la hoja brilló con fuerza, cambiando su color a rojo por momentos, mientras la Hoz absorbía el poder de su actual portador.

Albedo miró con los ojos abiertos el poder de su medio hermano, que alcanzó un nivel superior al de ella por un momento, y alcanzando un nivel nuevo. Con un movimiento de su pierna, Daimon voló lejos de Tifón, al igual que el resto de clones se dispersaba en una bruma negra.

Quetzalcóatl se paró al lado de Atenea, sobre un grupo masivo de serpientes que ya había muerto. Miraron en silencio lo que hacía Adamas, ignorando totalmente la llegada de Hermes, que parecía agitado.

Ya en el hombro de Tifón, Adamas saltó con un impulso potente hacía la cara del monstruo, con una expresión totalmente enojada y apretada, como si estuviese siendo herido.

"¡MUERE PERRA!"

La Hoz se rodeó de un fuerte aura roja, y con un potente brillo, se clavó en el ojo derecho de Tifón.

"¡AHHH!"

Adamas apoyó sus piernas en párpado inferior, y desde ahí, corrió con la hoz aun clavada en el ojo de Tifón, hacía el otro ojo.

La hoz cortó como si fuese un pedazo de papel la cara de Tifón, y dejó sin visión al monstruo, que rugió de dolor, agarrándose la cara con sus dos manos cuando Adamas saltó.

El Dios de segunda generación empezó a caer en picada, sintiendo su cuerpo empezar a debilitarse.

Alguien lo atrapó en el aíre, y voló con la velocidad de un cometa hacía el grupo debajo, que abrió los ojos en sorpresa.

Albedo, Quetzalcóatl, Atenea y Hermes vieron en silencio a Urano soltar a Adamas en el suelo, viéndolo en un estado cansado totalmente.

"La hoz de Cronos debe ser modificada para que puedas usarla bien. Debiste decirle a Naruto, pero buen trabajo".

Urano se giró y miró a Tifón, el hijo de su ex esposa con Tártaro, cosa que no le importaba.

Estiró su mano hacía el monstruo.

De repente, Tifón fue rodeado por poderosas cadenas doradas, y fue clavado en el suelo de rodillas.

"Estoy cansado de esta idiotez".

De la palma de Urano salió una esfera celeste, que salió disparada a una velocidad que solo pudo seguir Hermes.

La esfera estalló alrededor de Tifón, y lo rodeó, encarcelándolo.

Urano apretó su mano en un puño.

¡BOOOOOOOMMMMMM!

Con un fuerte estallido, Tifón fue reducido a nada.

Literalmente, a la nada misma.

Urano sonrió amistosamente a sus nietos y bisnietos, además de Quetzalcóatl, que lo vieron con una mezcla de miedo y sorpresa. La diosa azteca sonrió divertida al ver como el monstruo moría.

"Gracias, Lord Urano".

"Oh, no seas tan formal, Hermes. Menos aún cuando eres uno de mis mayores lectores".

Hermes sonrió divertido y nervioso a la mirada del Primordial, y también por la mirada entrecerrada de Atenea.

Albedo sintió algo en su pecho, como un pinchazo.

"Eh, anciano. ¿Qué sabes de mi padre?"

Urano perdió lentamente su expresión amistosa, por una preocupada.

Albedo se preocupó al ver esa mirada. Quetzalcóatl sintió que algo andaba mal cuando notó la mirada del Primordial.

El Primordial cerró sus ojos, y los Dioses sintieron que el poder del mismo se removía, como si estuviese buscando algo.

"No puedo conectar mi dominio con él, pero siento algo de su presencia… Aún sigue vivo, pero está algo debilitado".

Un carro impulsado por ciervos con cuernos dorados bajó hacía ellos, y se detuvo a pocos metros de todos.

Afrodita bajó del carro con Artemisa en brazos, luciendo en mejor estado que antes, pero aún algo consumida. Selene también bajó, caminando al lado de la Diosa del Amor.

"¿Qué le pasó a Artemisa?"

Urano convocó algo de ambrosía y néctar, y se la dio a Selene, que agradeció en silencio al Primordial del Cielo.

Afrodita acostó a Artemisa, dejando la cabeza de la Diosa lunar recostada contra una serpiente.

"Usó todo su poder para abrumar a Atlas, y yo lo rematé. Aunque ahora mismo no tengo mucho poder, me mantengo".

Urano sonrió orgulloso de su hija, que aunque se consideraba una Diosa, el mismo Urano sabía que ella era todo menos algo como solo una Diosa.

Era una Titanide, más cercana al poder de un Primordial de lo que parecía.

Quetzalcóatl miró con afirmación a Afrodita.

La Diosa del Amor levantó un pulgar a la Diosa del viento.

"Presumida".

Afrodita podría burlarse de Atenea al ver su mirada, pero sintió algo…

Todos lo sintieron. Un dios había muerto.

"Ares. Fue asesinado por Apolo".

Urano aún tenía acceso a su dominio como Primordial que era, y podía ver claramente lo que sucedía en el Inframundo.

Atenea suspiró con una leve sonrisa. Hermes mantuvo su expresión serena, al igual que Albedo y Quetzalcóatl.

Afrodita estaba preocupada por otra cosa en este momento, porque tenía la mirada en el grupo que venía hacía ellos.

Saltó rápidamente y atrapó a Hera, que casi cae al igual que Hestia, que fue atrapada por Albedo.

Deméter, Dioniso y Hefesto estaban jadeando, llenos de icor y sangre mezcladas.

Urano invocó y lanzó una ambrosia a cada uno, que la tomaron con rapidez y empezaron a tomar casi ansiosamente.

Afrodita y Albedo acostaron a Hera y Hestia, que estaban totalmente cansadas y con algo de desgaste.

"No somos luchadoras…"

La voz de Hera salió casi rasposa. Selene le dio una ambrosia a Afrodita y otra a Albedo, y ambas las pusieron en la boca de las diosas para que tomen y se recuperen.

Artemisa seguía recostada, pero se acomodó ella misma para no estar incómoda.

Hera y Hestia se recuperaron de sus heridas y el agotamiento de energía, pero tampoco se movieron de su lugar.

Adamas se sentó, tomando la ambrosía que le dio Urano. El Primordial miró la Hoz que fue usada para que lo castren con un ojo temblando, cosa que hizo reír a Adamas.

Hefesto agarró a Dioniso y lo recostó, viéndolo caer desmayado.

"Peleamos contra no se cuantos Oni y Yurei empoderados por Izanami… Creo que eran millones".

Lo dicho por Hefesto dejó en silencio a los demás.

No habían sido enemigos muy poderosos, pero era un número que, sumado al empoderamiento de un Primordial, podía complicar a ellos, que no solían ser guerreros.

De repente, un rayo cruzó el cielo de lado a lado.

Todos levantaron la cabeza, viendo como el Cielo se oscurecía poco a poco.

Afrodita, Hera, Hestia y Albedo sintieron su corazón apretarse.