La situación no podía ser más incómoda, por un lado, estaban los demonios de la familia Phoenix que lo miraban como si fuera la escoria más grande del mundo, si bien sus sentimientos eran acertados, no había razón para hacérselos saber, por su lado estaba un ejecutor de la santa iglesia, que se encontraba extrañamente divertido con la situación, las formas que la niña en frente suyo temblaba cada vez que lo miraba hizo que su corazón saltara de diversión.

Mientras sus miradas se encontraban cada vez que ella lo miraba, Rias se encontró extrañamente molesta mirándolo en su dirección, talvez hizo algo que la molestara, pero no le importaba, por otro lado, Sona que parecía la más sensata y tranquila llamo su atención, a diferencia de todos los demonios con los que estuvo en contacto, Sona parecía haberlos esperado.

-Buenas noches Lord y Lady Phoenix, puedo preguntar la razón por el cual se encuentra en el territorio del clan Sitri- Sona con una pose tranquila y cruzando los pies se encontró tomando una taza de té servido por Tsubaki quien vestía el uniforme de sirvienta similar a la que usaba Akeno.

Con una sonrisa divertida Shiro miro a los patriarcas del clan Phoenix, quienes intercambiaban una mirada molesta entre ellos dirigidos a Rias quien, mientras el padre lo fulminaba con la mirada, la mujer que supuso que era su esposa tomo el control de la conversación –buenas noches Sona Sitri, agradezco el tiempo que nos regala, pero no estamos aquí para hacerle perder el tiempo, la razón de nuestra visita es debido a un inesperado problema-

Con manos apretados en puño, el Lord del clan Phoenix tomo una gran respiración y miro a Shiro a los ojos –hace un mes y medio, mi hijo e hija vinieron al mundo humano con varios miembros de nuestro clan, desconocemos la razón por la cual decidieron venir en primer lugar, pero el problema erradica que ese mismo día que ellos pisaron el mundo humano fueron atacados por el exorcista aquí presente- con un dedo señalo a Shiro quien sonrió feliz.

-oh eso es lo que se dice, creí que esto había estado claro desde un principio lo que ocurrió ese día- con su divertido tono de voz, miro ahora a la esposa del demonio en frente, encontrándose con la mirada fría y furiosa de una madre, pero a Shiro poco le importo comenzando un juego de miradas –debo decir que sus palabras son realmente una mentira, tenemos los hechos declarados por el clan Phoenix y el exorcista aquí presente, se acordó un alto al fuego debido a un contrato pre establecido- Sona con una ceja levantada comenzó su negociación de forma que la señalaba como la heredera del clan.

Ambos señores Phoenix desviaron la mirada molestos, pensando que su pequeño truco de ataque imprevisto funcionaria, cosa que no ocurrió –ese contrato acaso es el de matrimonio- tragando saliva Rias desvió la mirada sabiendo a que todos los problemas ocurridos con el clan Phoenix fue culpa suya.

-esas acusaciones no me gustan demonio, se claro y directo en tus palabras, no estoy aquí para tus juegos mentales, además que- lamiéndose los labios, Shiro saco una llave negra de su bolsillo apuntando a la cabeza del clan Phoenix –este territorio está bajo mi protección, que tus mocosos desobedientes hayan venido aquí como si el mundo les perteneciera es su puto problema, así que no trates de sacar algún beneficio, ya que ni estas dos herederas impedirán que convierta sus cuerpos en alfileteros-

La voz profunda de Shiro confundió y asusto a todos los demonios que escuchaban a escondidas, pensando que una batalla era inevitable con las palabras agresivas y poco corteses de Shiro –quieres que sea directo, bien- parándose firme y con un aura llameante que congelo a los demonios cercanos comenzó –tu maldito bastardo hijo de puta, que le hiciste a mi hijo, su cuerpo está en una agonía continua, no hemos podido curarlo adecuadamente, todo este tiempo ha estado sufriendo porque las heridas que le provocaste no están curando, no sé qué tipo de magia usaste para dañarlo, pero te ordeno que cures a mi hijo bastardo-

-que divertido que un insecto que se para en dos patas, me este dando órdenes, acaso no sabes que me encargo de matar a los tuyos, pero supongo que eres un demonio idiota, así que te daré una oportunidad para retractarte e irte de aquí, te daré hasta la cuenta de tres-

1.

-te atreves a contar, acaso sabes quién soy-

2.

-bastardo, acaso te crees intocable porque te cogiste a esa perra- con un dedo Lord Phoenix señalo a Rias quien se mostró enojada y avergonzada, a pesar de todo, sus palabras no decían alguna mentira.

3.

-maldito, aquí tengo tu 3- cubriendo su puño en fuego, se lanzó al ataque para la sorpresa de todos, golpeando la cabeza de Shiro y destruyéndolo en el proceso, la sangre y huesos fueron esparcidos por todos lados manchando de rojo a Sona quien abrió los ojos por la sorpresa –nnnnnoo que has hecho, ahora no podremos curar a Raiser- lady Phoenix grito aterrada de ver como su última esperanza era asesinado por su esposo, aun cuando ella quería ser la que lo matara con sus propias manos, no espero que todo se saliera de control tan rápido y no pudiera evitar salvar la vida de la única persona quien podría ayudar a su hijo.

A pesar del acto cometido, los demonios que vivían en la mansión se mantuvieron callados sorprendiendo a los Phoenix quienes esperaban que todos gritaran o enojaran, siendo el momento en el que ofrecería una lagrima de Phoenix a cambio de curar a su hijo, este era un plan arriesgado que lo hizo sin dárselo a conocer a su esposa, aunque no espero que su ira ganara en la pequeña provocación lanzada.

-parece que este bastardo solo era un simple bufón, no esperaba que fuera tan fácil- con una sonrisa de satisfacción, lord Phoenix no pudo evitar sonreír al ver como el cuerpo del exorcista dejaba de moverse, él era un Phoenix y la inmortalidad era su poder, solo trucos sucios podrían destruir su inmortalidad, mientras tenía la cabeza de la persona que más odiaba destrozada en frente suyo no pudo controlar la sonrisa que brotaba de su ser, cuando el silencio reino en la habitación y la pequeña rubia a penas comprendía que estaba pasando, un bufido se escuchó en toda la sala, llamando la atención de los demonios, Rias por su lado se mostró sonrojada y algo feliz ver como su hombre se reincorporaba con mitad de la cabeza.

Rias sabía bien que tan poderoso era su esposo y un golpe no iba a causar realmente algún problema -que agresivo, déjame devolverte el favor- lamiéndose la boca, Shiro mostro como su cabeza se regeneraba como estaba antes, a diferencia del clan Phoenix que usaba fuego para curarse, ellos pudieron ver de primera mano cómo se formaba el hueso y la carne hasta que volvió a ser como antes –creo que me toca- levantándose de su asiento, Shiro se acercó al hombre que lucía inmóvil –sigue vivo- la niña rubia que ahora lucia aterrada se interpuso entre su padre y el exorcista, la sonrisa y ojos brillantes solo le hacían recordar la primera vez que lo vio al torturar a su hermano, ella sabía de primera mano lo cruel que podía ser el hombre en frente suyo, pero talvez, podría cambiar ese futuro funesto si ella trataba de evitar un enfrentamiento, después de todo, hablando se solucionan las cosas ¿verdad?.

-que valiente mocosa- con una sonrisa de gato Shiro apretó el puño con fuerza mostrando las venas, Lord Phoenix no entienda como era posible que no pudiera moverse, simplemente dejo de moverse como si fuera un poder nunca antes visto, incluso lady Phoenix se encontró desconcertada por la razón que su marido no se moviera o se preparara para pelear.

-si tanto quieres evitar que golpee a tu padre, tu recibe su castigo- con los ojos abiertos, Lady Phoenix no pudo levantarse rápido del asiento cuando un puño se estrelló en el rostro de su hija, la cual salió del lugar manchando de rojo el piso, su padre que no podía moverse fue envestido por su hija quien lo empujo contra la pared.

-nnnnnnnnoooooo Ravel- su madre levantándose trato de ir por su hija, pero esta cayó al suelo cuando no sintió sus piernas –tragando saliva soltó un grito de dolor, mirando como sus pies tardaban en regenerarse –bastardo, que me hiciste- ella comenzó a insultar a la única persona que sería capaz de hacerlo, pero este no se encontraba a la vista, cuando busco con la mirada al culpable de todos sus problemas, se encontró con los ojos verdes de una chica que tenía una sonrisa feliz, pero que sus ojos ocultaban un futuro lleno de dolor –porque tan enojada- tan divertida como hablo, Lady Phoenix trato de atacarla, pero cuando trato de lanzar un hechizo con su mano, su brazo salía volando al aire manchando la sala.

Sus ojos se abrieron de sorpresa cuando su cuerpo dejo de regenerarse repentinamente –que sucede, acaso te lastime- con una mano sobre su cabeza, Asia golpeo la cara de lady Phoenix contra el suelo haciendo que este se agrietara –espera Asia, que haces- Sona que se estaba reponiendo del ataque sorpresa de lord Phoenix, se levantó asustada al ver como su pequeña charla escalo a mucho más.

-que sucede Sona, acaso no apoyaras a Shiro- la pregunta dejo a Sona en shock, ya que la forma en que lo decía y como se expresaba notaban algo importante, Sona Sitri debía escoger ahora un bando, como su esposa o la de demonio de clase alta, mientras Sona se quedaba en silencio pensando que hacer, Asia tomo su silencio como una respuesta clara –parece que aun apoyas a los tuyos Sitri, debo admitir que no me sorprende, aun cuando dañaron a Shiro no hiciste nada-

-basta Asia, no hice nada porque sabía que se regeneraría- Sona algo exaltada grito llamando la atención de los curiosos –entonces, si todos tratan de dañarlo no harás nada porque sabes que se recuperara, que clase de mentalidad de mierda es esa- Asia contraataco el argumento de Sona que se encogió de hombros, ahora mismo no sabía qué hacer, ya que no espero este tipo de respuesta, en cambio cuando busco apoyo de su amiga, se encontró con Rías mirando por la ventana, mirando lo que estaba ocurriendo afuera –maldita, ya verás- como si hiciera una posición de algún anime, Lady Phoenix se regenero de los cortes cuando su ira aumento, era como si su poder respondiera a su ira, invocando un circulo de magia el cual lanzo una gran ráfaga de fuego que cubrió toda la sala, que el solo invocarlo derrito varias cosas en la habitación, el poder del ataque era tal que si llegaba a tocar a Asia quedaría echa cenias.

Cuando el ataque fue lanzado, todos esperaron a que Asia se moviera, pero solo se quedó parada ahí, recibiendo el ataque con una voz que se escuchó con fuerza –Asia- Issei que miro como Asia era tragada por el fuego trato de correr por Asia, pero este fue detenido por Akeno que lo empujo al suelo e impidió que se moviera, al sentarse encima de Issei.

Tsubaki que estaba mirando todo camino al lado de su rey quien estaba procesando toda la discusión –que patético de tu parte atacarme por la espalda, se nota que la escoria siempre será escoria- con una sonrisa, Asia sonrió débilmente mientras su brazo izquierdo estaba quemado, la llave negra logro su cometido de desviar el ataque, pero no pudo evitar que la quemaran, incluso ahora su cuerpo estaba caliente por ser cubierta por el fuego.

-Asia debes detenerte, si pelean podría ocurrir problemas con el concejo y…-

-mejor cállate, tus protestas no me importan, puedes poner todas las escusas que quieras, pero no trates de fingir que tienes el control- Asia molesta no aparto la mirada de lady Phoenix quien miro sorprendida como un brillo verde cubría el brazo quemado de Asia, ahora mismo ambas estaban completamente curadas y se miraron desafiantes.

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-para ser una niña estúpida, sí que soportas bien los golpes - caminando al lado de Ravel, Shiro extendió su mano sujetándola del cabello elevándola hasta su altura, Ravel sangrante trato de curar sus heridas que poco a poco se regeneraba –maldito deja a mi hija en paz, mejor metete alguien de tu tamaño- divertido Shiro se giró para ver a Lord Phoenix inmóvil quien ahora estaba empalado por varios huesos sobresalientes de su cuerpo.

-tienes razón, pero no hay nadie de mi nivel aquí, ustedes aristócratas demonio solo son basura de un pasado que se niega a morir, aunque debo admitir que tu hija tiene más voluntad que tu hijo que lloro como una niña cuando empezó a comerse a su Reyna-

Divertido Shiro miro a la pequeña Ravel que no dejaba de soltar lagrimas –vamos pequeña no te pongas a llorar, tu decidiste protegerlo- con mocos saliendo de su nariz ella abrió el ojo hinchado que trataba de curarse, hasta que dijo una frase que lo hizo temblar hasta el alma.

Con una voz temblorosa y llena de dolor pronuncio –duele- Shiro perdió su sonrisa y una imagen de su amada paso a su mente.

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-vamos mocosa, deja de llorar, solo es un poco de carne- con un cuchillo en mano, el magus comenzó a quitarle un trozo de carne de su pierna –maldito déjala- el magus se giró para ver al joven niño que no dejaba de llorar –que tenemos aquí, parece que tu pequeño novio trata de mostrar valentía, lástima que sea tan débil- dando un fuerte grito Alessa sintió como el cuchillo desprendía un pedazo de su carne –duele…. Duele mucho…- con voz temblorosa trato de soportar el dolor, pero sus ojos llorosos impedían que ella mostrara valentía.

-que miras mocoso, tú no te salvas- agarrando otro cuchillo, un magus que llego a su jaula comenzó a cortarle los dedos de los pies –aaaaaaaahhhhhhhhhhhhh- apretando la mandíbula con toda su fuerza, evito gritar, pero no logro soportarlo –oye porque le arrancas los dedos de los pies, sabes que necesitamos carne no huesos-

-tranquilo, ahora le corto un pedazo, solo quiero probar un pequeño experimento-

-no tienes remedio, pero trata de no matarlo-

-no me digas como hacer mi trabajo idiota, además creo que la tuya ya se está muriendo- con ojos llorosos Shiro miro como el cuerpo de su amiga caía al suelo inerte donde el magus comenzó a electrocutarla esperando a que despertara.

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Después de un minuto de silencio Shiro miro a Ravel que aun sostenía en sus manos, con un rostro vacío de emociones, se acercó a ella para besarla, lord Phoenix se encontró molesto y furioso de como su hija fue brutalmente golpeada y ahora estaba siendo besada –maldito, como te atrevas a tocar a mi hija, aléjate de ella- aun cuando daba todo de sí para mover un dedo, no lograba mover ni un nervio, solo logrando ver como besaban a su hija.

Pero para su sorpresa y la de Rias que estaba mirando por la ventana, las heridas de Ravel se curaron al instante dejándola como nueva, Shiro cargándola ahora como princesa la recostó sobre el suelo con mucha delicadeza donde no dejo de ver su rostro, con una mano tocando su mejilla no pudo evitar soltar una lagrima –perdóname Alessa…yo…..- susurrando para ellos dos, Shiro se levantó del suelo acercándose a lord Phoenix quien se encontraba confundido.

Confusión que duro poco cuando una patada lo hizo caer y rodar por el suelo, el golpe lo dejo sin aire, pero esta vez logro moverse, levantándose, alisto su magia para pelear, pero solo vio como los ánimos de Shiro eran nulos, lord Phoenix por la furia que sentía no grito al sentir como sus huesos se retraían, mientras volvía a la mansión que tenía un agujero en la pared se giró levemente para ver como Ravel tenía los ojos abiertos, al parecer no estuvo desmayada como pensaba, pero no le dio importancia.

Al entrar en la mansión Shiro se encontró con Asia mirando molesta a la mujer rubia que estaba creando una gran bola de fuego la cual quemo y derritió su entorno, sin decir nada camino al lado de la mujer rubia, como si no importara su presencia o ataque –dejare que tu hijo se cure, pero no quiero que vuelvas nunca más a esta ciudad-

Chasqueando sus dedos, los brazos de lady Phoenix explotaron de la nada haciendo que gritara y cayera al suelo –Asia podemos hablar- con la cabeza baja y varios recuerdos llegando a su cabeza fue donde la única persona que sabía algo de su pasado, habría pedido ayuda a Olga, pero ella ya no estaba.

-claro, no me importa- dejando su actitud hostil Shiro subió las escaleras hacia su cuarto, Akeno que estaba observando todo no dejo de presionar a Issei contra el suelo, el cual estaba satisfecho al sentir unos grandes pechos sobre su cara. No importándole morir por asfixia, se quedó callado y pensativo al sentir los pechos de Akeno, su prevención evito escuchar todo lo que había ocurrido en la sala.

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-lamento que esto escalara tan alto Lord Phoenix- en silencio Sona llevo a los líderes del clan fuera de la mansión donde podían tomar un poco de aire fresco –creo que nos dejamos llevar, además que fui yo quien ataco primero- tragando saliva, Lord Phoenix evito hablar del exorcista que ahora los había dejado-

-aun así quiero pedir mis disculpas por lo ocurrido, no debió ocurrir algo de esta magnitud- suspirando lady Phoenix asintió –también fue mi culpa, no pude detener esta pelea y también me involucre, pero debes entender que para una madre ver a su hijo sufrir es una carga muy dolorosa- Sona asintió mordiéndose los labios, no solo ahora estaba siendo obligada a bajar la cabeza, sino que incluso su intervención no ayudo en nada, Rias que estaba mirando pensativa a la rubia evito decir algo, Kiba que estuvo viendo la pelea a lo lejos se mantuvo entrenando con la espada, talvez al fin se dio cuenta que una espada hecha para matar humanos no serviría de nada contra la regeneración.

Después de un momento de silencio lord Phoenix camino hasta donde su hija estaba recostada, por alguna razón su vista no dejo de ver el cielo oscuro, pero él no podía decir ni hacer nada por su hija, ella había recibido la peor parte de todo y ahora se encontraba vacía, el solo quería irse del mundo humano y jamás volver, ver como sus dos hijos cambiaron por un humano, hizo que su ira creciera, pero sabía que su ira solo ocasionaría una tragedia similar a la de sus hijos, talvez incluso los próximos podrían ser él o su esposa.

Sin despedirse o hacer algún comentario de algún noble desaparecieron del mundo humano en una tormenta de fuego, Sona se quedó mirando la pared que ahora estaba siendo reparada por su peerage, ella creía que, si algo ocurría, su peerage podría apoyarlos, pero solo sirvió para darse cuenta sobre la diferencia de poder, con el abismo de distancia que había entre su esposo y ella.

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La noche había sido algo muy agitada y todos podían sentir que algo malo estaba ocurriendo, los miembros del peerage de Sitri sin necesidad de quedarse por más tiempo volvieron a sus casas y Rias había abandonado su lugar sin que nadie se diera cuenta, después de unos minutos buscándola no la habían encontrado.

Sona quería hablar de lo que estaba pasando realmente en sus vidas, como ahora ya no tenían control de su vida y su futuro, era como si hubieran sido echadas de su lugar en la punta más alta del cerro, no gustándole la sensación de inferioridad.

Con Rias desaparecida, Sona pensó que podría hablar un poco con su esposo y ver alguna forma de llegar a un acuerdo mutuo donde el, la entrenara, pero cuando entro en su habitación se encontró con el frio de esta, en su cama no había nadie durmiendo o haciendo algo llamativo, cansada como estaba solo se recostó en la cama, su uniforme de la academia Kuoh arrugándose al no cambiarse, pero sobre todo el brillo de la luna hizo que su cuero cansado se calentara, ese era uno de los problemas que tenía el mundo humano y el demoniaco.

La luna del inframundo era una creación artificial que representaba la entrada al mundo humano, los demonios que solo pensaban en sí mismos, crearon las leyes de su mundo basándose en sus beneficios, para los demonios jóvenes que se casaran tendrían acción todas las noches al tener luna llena constantemente, pero en el mundo humano era algo diferente, como nunca crearon alguna regla clara sobre la luna del mundo humano, varias cosas pasaron y ella podía experimentarlos de primera mano.

Por un lado, estaba la luna que influenciaba a los matrimonios, a diferencia del inframundo donde solo se ponen cachondos para una noche de pación, en el mundo humano se volvían bestias salvajes hambrientas de placer, esa era una de las grandes diferencias que llego a molestar, pero que pasaba los días que no eran luna llena, la respuesta era simple, si la luna llena te metía en un frenesí sexual extremo, las noches con luna solo las ponía cachonda.

Aun cuando no aceptaba sentir esas sensaciones tan maravillosas y a la cual se estaba volviendo adicta, su esposo no era alguien como Issei quien mataría con tal de estar en su posición, talvez fue esa la razón por la cual se encontraba dándose placer a sí misma, mientras olía la ropa que Shiro había usado la noche anterior, talvez su lado demoniaco tomo control de sus acciones en ese momento, pero ahora no podía dejar de oler esa ropa, solo esperaba por los Maous que la dejaran terminar y evitar que cualquiera la viera en esa forma tan lamentable.

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Después de tanto tiempo, se preguntó si el camino que estaba siguiendo era el correcto, después de ver los ojos del demonio Phoenix, su pasado lo golpeo, siempre intento no convertirse en uno de esos animales que hacían sufrir a las personas, siempre siguió las enseñanzas de su padre que lo guiaban por el buen camino, pero realmente era un camino que podía seguir, esa noche noto que su vida talvez fue un error.

-estas bien Shiro, te quedaste callado- en la habitación de Asia y Kuro, Shiro se encontró mirando el suelo, sus ojos llenos de tristeza no podían ver a Asia que la hacía recordar a Ravel, la chica que hizo temblar su mundo –Asia, crees que soy malo por atacar a los demonios- Shiro sentado al lado de hacia sintió como unas palmadas chocaban con su espalda, Asia podía sentir su malestar y las palmaditas en la espalda eran algo reconfortantes, Kuro como si entendiera su dolencia se durmió en sus piernas.

-no lo creo, no sé qué te paso, pero ellos comenzaron atacándote, no tienes la culpa de hacer los sufrir- Asia sonrió animadamente mientras sostenía las manos de Shiro –que me dices de Ravel- Asia al escuchar ese nombre se giró para verlo –de quien hablas- Asia confundida por escuchar ese nombre, pensó que hablaban de la matriarca del clan Phoenix –hablo de la hermana del demonio a quien torture, su nombre es Ravel y ella se interpuso en el camino de su padre para protegerlo-

-te refieres a esa rubia, no te sientas triste por golpearla, solo era una tonta que pensó que no le pegarías por ser un demonio- Shiro aun cuando escucho esa realidad, algo dentro de sí, no dejo que aceptara esas palabras –cuando era torturado, siempre gritábamos de dolor y suplicábamos ayuda, los magus solo se reían de nuestro sufrimiento y muchas veces nos obligaban a decir lo que sentíamos, cuando agarre a Ravel de la cabeza, ella dijo Duele-

Asia ignoro la molestia de su corazón al escuchar el nombre de otra mujer y se concentró en escuchar a su amado, el necesitaba su apoyo más que nunca y ella se lo daría –Asia, tú crees que soy muy malo con los demonios, mi padre siempre dijo que los herejes necesitaban morir y ser castigados, ahora que lo pienso, estoy haciendo lo mismo que esos magus- con una sonrisa triste Shiro levanto la mirada mirando la luna, Asia lo escucho y reconforto al apretar con fuerza su mano, Kuro que se había despertado empezó a ronronear y apegarse más a él.

-mi vida fue un error, estoy convirtiéndome en aquello que juré destruir- con lágrimas cayendo de sus ojos, Shiro sintió como lo abrazaban por la espalda, empezando a romperse comenzó a llorar en los brazos de Asia que se aferraba con más fuerza, como si el abrazar impidiera que se derrumbara –tranquilo, tú no eres como ellos- aun cuando Asia trato de reconfortarlo, Shiro negó con la cabeza –cada cosa que me hicieron, se los hice a otras magus, talvez incluso había algún inocente que ignore por mi sed de venganza-

-las cosas ya están hechas, una vez un chico muy sabio me dijo que no viviera en el pasado, sino que viviera el presente, dime Shiro, te rendirás, talvez cometiste muchos errores de los que te arrepientas, pero es mejor darse cuenta del error de uno mismo que descubrirlo después, Shiro acaso te arrepientes de seguir este camino, antes que me respondas, piensa, tu camino no fue en vano, imagínate que habría pasado si no hueras vivido, talvez muchas cosas habrían cambiado, pero las cosas ya están hechas y no podemos cambiarlo, pero lo que si podemos es afrontarlo y yo estaré a tu lado en cada paso que des-

Dando una sonrisa Asia giro la cabeza de Shiro para que sus miradas se encuentren, Kuro dando un maullido recalco su apoyo, con una sonrisa divertida Asia agarro a Kuro –vez, Kuro está de acuerdo, apuesto que también te dará su apoyo-

-que debería hacer-

-no lo sé, solo tú puedes decidirlo, solo no te olvides que tienes mi apoyo como tu novia- aun con las manos en el rostro de Shiro, Asia no pudo aguantar más, ver a Shiro con ojos lloros y decaído, solo hizo que ella tratara de consolarlo de cualquier manera –perdón esto, pero no puedo aguantar- acercándose más Asia se lanzó a dar un beso a Shiro que abrió los ojos sorprendidos.

-talvez no sepa lo que sientes ahora, pero talvez pueda hacerte olvidar- sin esperar alguna respuesta en confirmación Asia comenzó a besarlo con más fuerza y a la vez que empujaba a Kuro fuera del regazo de Shiro donde Asia se subió, el vestido de gótica que tenía por parte de Mittelt había sido quedamos y ahora dejaba ver un poco de las piernas musculosas de Asia.

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Issei después de casi morir se sintió satisfecho, como si una meta de su vida se hubiera cumplido, sentir unos enormes pechos sobre su rostro lo motivo a seguir ahora sus sueños más que nunca, no importaba que rival tubería en frente, él podría hacer que Rias y Asia se enamoren locamente por él, tenía un arma asesina de dioses y si entrenaba lo suficiente, podría apoyar a Asia y evitar que saliera lastimada como esa noche.

Esa pelea solo le enseño la diferencia de poder y la meta que tenía que alcanzar, si era más fuerte, incluso talvez podría vencer a ese imbécil pelirrojo, Issei no podía evitar imaginarse a sí mismo pisando el cuerpo golpeado de Shiro y la de Kiba, mientras que todas las chicas lo abrazaban a él llamándolo su salvador, todas y cada una de ellas suplicando por un poco de su amor mientras le enseñaban sus pechos desnudos.

Con ojos perdidos en la prevención, sus pies lo llevaron a su destino, esa noche quería hablar con Asia y dejar en claro su sueño, sabía que talvez Asia al ser una monja podría tener el pensamiento de tener una sola esposa, pero ahora que era un demonio podía tener más de una mujer como esposa o incluso un peerage lleno de ellas, así que tenía la obligación moral de apoyar Asia y evitar que se sintiera triste al ver como él se convertiría en el rey del harén.

Pero también quería preguntar si su relación de parejas podía comenzar desde ahora para que ella comenzara a acostumbrarse, el solo quería sentirse amado y Asia era alguien que desbordaba amor, ambos se complementarían perfectamente, solo necesitaban darse una oportunidad y él le mostraría lo feliz que podría hacerla.

Estando al frente de su habitación Issei trago saliva, era la primera vez que entraría a la habitación de una chica y apreciaría cada momento dentro, tragando saliva levanto la mano lista para que su plan y sueño comenzaran, cuando golpeo la puerta, esta se abrió sorprendiendo a Issei, curioso de que la puerta se abriera, metió su cabeza por la puerta, aun cuando sabía que estaba mal, no podía evitar sentirse curioso y emocionado al ver a Asia dormir.

Con su imaginación llevándolo a un momento incomodo donde ella se esté cambiando o se esté dando placer a si misma pensando en él, era su responsabilidad como hombre hacerse cargo de los problemas y el estaría feliz de cumplir con su rol de hombre, una y mil posibilidades cruzaron su mente y todas terminaban en actos sexuales, talvez fue el exceso de porno que le hizo pensar en esa metió la cabeza con sus fantasías al máximo, se congelo y su mundo entero fue destruido, sus ojos a pesar de la poca luz de la luna mostraron una escena que nunca olvidaría.

Asia argento la chica que supuso que estaba enamorado de él, estaba besando con pasión con la única persona que odiaba con todo su ser, no sabía que había pasado, pero él podía ver como Shiro tenía contra las puertas del ropero a Asia, mientras ambos permanecían desnudos, su acto sexual estaba siendo consumido mientras hacían temblar la puerta del ropero con cada movimiento de cadera.

Las expresiones de Asia y las gotas de fluidos que caían al suelo se marcaron en la cabeza de Issei que no pudo aguantar más, dando un paso atrás choco con alguien conocido –Akeno senpai- antes de seguir hablando, Akeno le tapó la boca para que dejara de hablar, con una sonrisa divertida agarro los hombros de Issei llevándolo fuera del pasillo.

-Issei quiero guardes el secreto, si-

-pero, que pasara con la presidenta- aun en estado de shock no dejaba de pensar en lo que vio, por alguna razón solo hizo que se molestara, con la ira creciendo dentro de su cuerpo, su sacred gear cobro vida, la ira que estaba irradiando su alma, despertó el dragón que llevaba dentro, cuando se dio la vuelta para ir e interrumpir lo que sería su noche perfecta, cayó al suelo inerte.

Con sus ojos cerrándose solo pudo ver como Akeno lo había dejado inconsciente –lo siento Issei, pero no quiero perderme nada de lo harán, es un buen chico y descansa- con un dedo sobre sus labios, Akeno dejo a Issei en el suelo mientras ella iba a la puerta a ver que más hacia su nuevo rey con su estudiante.

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Ella era Rias Gremory, heredera del clan Gremory, una princesa con belleza sin igual, en toda su vida nada se le fue negado y nadie se negó a sus exigencias, pero ahora no entendía que pasaba, porque se sentía tan destrozada, ella era un demonio, tener un harén era algo común para los demonios, pero no entendía como era posible que se sintiera tan desecha al ver como su esposo mostraba su confianza y amor a una chica cualquiera.

Tragando saliva y con ojos llorosos no dejo de escuchar cómo era que tenían acción, en un principio quería sorprenderlo con una entrada dramática donde ella le mostraría su apoyo como su esposa, por eso se escondió en el armario que estaba siendo usado como pared –kya- con el primer grito y gemido, sus lágrimas no dejaron de caer, como era posible que su esposo prefiera a una chica plana en vez de ella, como era posible que el la amara más que a ella, porque no la elegía, acaso tenía algo de malo.

porque no la amaba.

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Lamento la mala ortografía, espero que se entienda.