Ella nació siendo hada, y estaba en su destino. Mimi no podía saber lo que sucedería o qué vendría, pero podía brindar ayuda a los seres en el mundo humano.

Ser hada era tan interesante porque cada segundo era una sorpresa.

Mimi tarareó una suave melodía, sus alas se agitaron con gentileza y algunos polvos de hada cayeron mientras las movía. ¿Qué debía hacer ahora? El parque estaba vacío; no había nada que hacer.

Justo cuando estaba por volar del árbol en el que estaba descansando, un hombre caminó por el casi vacío parque y se sentó en la banca. Mimi parpadeó y decidió observarlo.

Escuchó un suave suspiro proviniendo del humano y las cejas de Mimi se fruncieron. Un suspiro es una señal de algo negativo. Él podía estar teniendo un mal día y era el trabajo de Mimi como hada, hacer que mejore.

Con eso en mente, dejó el árbol y lentamente descendió hacia donde estaba el humano. Él lucía bastante decente, con su elegante traje y todo. Era alto y rubio, y mientras Mimi se acercaba a él desde atrás, pudo ver que tenía amplios hombros.

Otro suspiro dejó la boca del hombre y Mimi se acercó más, asomándose hacia el rostro, solo para...

...perder las fuerzas ya que Mimi no pudo ni siquiera pensar, ver, o sentir. Sus sentidos se alborotaron como si no tuviera control de ellos. Sus latidos se agitaron y sus ojos se abrieron grandes.

Sus labios se secaron y su mente se hizo difusa. Sus rodillas perdieron poder, temblando y habría caído de no ser porque sus alas la mantenían en alto.

¿Qué es esto? ¿Qué es esta sensación?

Esta era la primera vez que Mimi sentía algo así.

Podía sentir el calor en sus mejillas. Mimi suavemente jadeó cuando él alzó la cabeza, revelando por completo su rostro.

Grandes y brillantes ojos azules, nariz perfecta, labios gruesos y bonitas cejas fue lo que distinguió. Mimi tomó nota de cada detalle y lo tatuó en su mente.

Este humano era tan atractivo y Mimi sintió que su corazón era robado con solo una vista. Esta no era la primera vez que veía a un humano atractivo pero este humano era tan diferente y sencillamente arrebatador.

Había leído tantas cosas en el diccionario de hadas sobre enamorarse. Cuando un hada se enamoraba, era para toda la vida y nada podía cambiarlo – ni siquiera la muerte. Un hada se enamora de solo una criatura y era amor eterno, uno que conservaban hasta el fin de sus vidas.

Si el amor se daba con otra hada, claro que tenían un final feliz. Pero, ¿si el hada se enamoraba de otra criatura? Era una causa perdida porque ninguna otra criatura quería estar con un hada, y más aún cuando era un humano porque ni siquiera podían ver al hada con sus ojos mortales.

El humano se puso de pie, suspirando otra vez antes de dejar el parque lentamente. Mimi lo siguió, volando cerca de su rostro y eventualmente sentándose en el hombro del humano.

"¿Por qué estás tan triste?" se encontró preguntándole aun cuando ya sabía que no obtendría respuesta.

El humano alzó la mirada hacia el anaranjado cielo, como si mirara hacia algo o pensando en algo. Su mirada lucía tan profunda y compungida que Mimi quiso borrar esa tristeza.

Mientras iban por la silenciosa calle, notaron que las tiendas estaban cerrando lentamente, los dueños guardaban las cosas y cerraban las puertas. El humano miró hacia las cerradas tiendas y soltó otro suspiro.

Mimi frunció el ceño ante la obvia tristeza emitiendo del hombre.

¿Qué pasaba con él? ¿Qué le ponía tan triste?

Aunque, a pesar de estar triste, había algo más que Mimi no podía entender pero que le hacía sentirse atraída al humano.

Se había enamorado de él, aun cuando solo había visto su rostro.

Él caminó hacia un auto – Mimi concluyó que era suyo, ya que revisó su bolsillo buscando la llave. Cuando abrió la puerta, Mimi dejó su hombro, sus alas se agitaron suave y gentilmente.

El humano entró al auto, se colocó el cinturón de seguridad antes de encender el suave motor. Mimi sonrió y ondeó su pequeña manito viendo el auto alejándose.

"¡Te veré pronto!" Mimi dijo, sonriendo enamorada.

Porque sí, estaba segura que volvería a ver a su humano de cabello dorado y ojos como el cielo.

Este es mi aporte para el día 6. El final es algo abierto, peeeeeero eso es porque este es solo un fragmento de otra historia que les traeré más adelante 😊