Día 5: Primer beso [Primero]

No la entendía, realmente no entendía como podía existir una niña tan caprichosa, mimada, y obstinada, como ella. Así era Mimi Tachikawa, una chiquilla de vestido rosado y sombrero de vaquerita. Dios tan solo de pensar en ella lo irritaba sobre manera.

Jou la consentía demasiado, pensaba Yamato cada vez que los veía juntos. Pero cuando se separaron algo extraño paso, pensaba cada maldito segundo si ella estaba bien.

—¿Estará bien Mimi? —Preguntaba Jou constantemente.

—No lo sé, eso no importa—Respondía Yamato, el solo quería volver a estar con su hermano pequeño, pero sus pensamientos siempre iban dirigidos a Mimi.

—No te agrada ¿Eh?

—Y a ti te agrada demasiado—Dijo con un tono de recelo.

—No es que me agrade demasiado...es solo que...—Jou hizo una pequeña pausa rascándose la cabeza, y eso le sintió mal de alguna manera—No nada, olvídalo.

—Sera mejor que nos apresuremos—Zanjo el tema Yamato, solo por ese día.

Casi todos los días era el mismo tema de conversación, Jou preguntando por Mimi y el muriendo de celos de alguna manera. Eso era imposible e irracional, como esa chiquilla mimada podía ocupar siquiera uno solo de sus pensamientos.

—Pareciera que estás enamorado de ella—Dijo Yamato un día harto de que Jou preguntase por Mimi.

—¿Qué? No...claro que no...ella no me gusta...

—Es que todo el tiempo te la pasas preguntando por ella.

—Veras...soy el hijo menor de tres varones...y solamente me preocupa Mimi. Ella no tiene hermanos y un día me pidió que fuera su hermano mayor, eso...eso me pareció lindo. Y el deber de un hermano mayor es proteger a sus hermanos menores.

—En verdad tienes muy mimada a esa niña.

Y cuando la volvió a ver fue peor, no podía dejar de verla, con tan solo verla sonreír le hacía poner nervioso, ¿Por qué demonios iba a estar nervioso por una chiquilla tonta?

Una noche a ambos les tocaba hacer guardia, la fogata estaba en medio de los dos mientras los demás se encontraban profundamente dormidos en una pequeña cueva. Yamato jugaba con un palito en la tierra haciendo pequeños dibujos, estaba cansado si, había sido un viaje muy largo hasta ese punto, pero Mimi parecía aún más cansada.

Ella estaba sentada abrazando sus piernas intentando no dormirse, Yamato no hablaba con ella, así que era aún más difícil mantenerse despierta.

—Duérmete si quieres—Escucho por primera vez en la noche a Yamato.

—¿Qué? No estoy cansada...—Menciono avergonzada Mimi, si estaba muerta de sueño pero no podía dormir, tenía que hacer vigilia.

—No te preocupes, me he quedado muchas noches despierto, un día más no hará daño—Yamato dijo con su voz seria.

Pero no conto con que Mimi se levantara de su lugar y fuera hacia él, se sentó muy cerca suyo poniéndolo nervioso. Saco de su bolsa algo para después enseñarle un mazo de cartas.

—¿Jugamos? Digo para pasar el rato y que no caigamos dormidos—Mimi dijo con aquella bonita sonrisa que lo hacía poner nervioso.

—Ya que—Dijo Yamato sin muchos ánimos, pero realmente necesitaba distraerse para no caer a los brazos de Morfeo.

Jugaron póker un par de veces, y Yamato se dio cuenta de que Mimi era bastante buena, de vez en cuando Mimi hacia preguntas sobre su vida, si habían pasado bastantes aventuras juntos, pero nunca habían conversado sobre ellos mismos, hasta que llego a una pregunta que lo incomodo demasiado.

—¿Te gusta alguien? —Yamato no supo que responderle, decirle que si inmediatamente seria tener a Mimi haciéndole un montón de preguntas vergonzosas más.

—¿Y a ti? —Desvió la pregunta con otra pregunta.

—Pues Gackt es muy lindo—Dijo con una sonrisa soñadora.

Y fue cuando Yamato sintió un poco de enojo y recelo.

—¡¿Ese señor tan viejo?! —Alzo un poco la voz el rubio.

—¿Que? Canta increíble, y toca la guitarra aún mejor—Yamato no podía créelo a Mimi le gustaban los músicos sin talento.

Él podía tocar la guitarra 10 veces mejor que ese tal Gackt...aunque en su vida había tocado una guitarra, él podría hacerlo aún mejor.

Yamato y Mimi comenzaron un pequeño debate de que artista era mejor, pero a ella no podía quitarle la idea de que Gackt era el mejor cantante de todo el mundo. Y fue ahí que tomo Yamato la decisión de que él se convertiría en un músico.

—Pero aún no me dijiste ¿Quién te gusta?

—No te lo voy a decir—Dijo Yamato con un ligero sonrojo, pero agradecía que la fogata diese poca luz para que Mimi no lo viera.

—Entonces si te gusta alguien—Dijo Mimi divertida, lo había atrapado sin siquiera pensarlo ahora tendría molestándolo con eso toda la noche —Ella estará muy encantada contigo—Fue lo único que se limitó a decir con una sonrisa un poco apagada.

—No creo que se entere nunca—Dijo más para sí mismo que para Mimi.

—Cuando esto termine volverás a casa hablaras con ella y le dirás lo que sientes—Mimi dijo con la sonrisa más grande que pudo haber tenido.

—Nunca le voy a decir—Dijo Yamato con orgullo.

—Pues deberías, ella se sentiría feliz...—Noto que Mimi tenia un poco de celo en su voz, pero realmente no entendía por qué—Al menos yo lo haría—Dijo tan bajito que Yamato apenas la pudo escuchar.

—¿Qué dijiste? —Pregunto el rubio un poco confundido.

—No...nada—Menciono la castaña.

—Dijiste algo...

—No dije nada...

Y eso hizo que comenzaran otra pequeña discusión que no llego a nada.

—Te apuesto que no le quieres decir por que no sabes ni siquiera como dar un beso—Dijo Mimi sin siquiera pensarlo.

—Claro que si se—Yamato se sonrojo bastante con lo que Mimi había dicho, incluso no sabía por qué había respondido de esa manera, creía mas bien, que era por su orgullo.

—Claro que no—Dijo Mimi rebatiendo lo que el rubio había dicho.

Pero como un impulso de ganarle la discusión a la castaña, de repente, le planto un beso brusco en los labios. Mimi estaba demasiado sorprendida por aquello, no sabia que responder, y no sabía que decir por que aquello...había sido su primer beso.


Mis estrellitas, se que esto debí publicarlo el día 5, pero he tenido demasiada carga de trabajo, se acerca mi fecha de titulación y he andado demasiado ocupada con eso. Espero les guste y los estare leyendo.