# 8


—¿Volveré a saber de ti? —Ruki disparó la pregunta que llevaba atorada desde que salieron de casa. Ahora que se encontraban de vuelta en las afueras de su hogar, ya casi no había excusas para extender su compañía. Era momento de separarse.

La mirada azul de Ryo se tornó seria por unos segundos que a Ruki se le hicieron eternos.

—Sí.

Sus hombros pequeños al fin aflojaron la tensión y suspiró pesado. No sabía qué hacer ni qué decirle y en esa vacilación el pensamiento de la muerte la remeció como nunca. La incertidumbre de no saber si esta sería la última vez que se viesen y es que cada vez que han coincidido, sus vidas siempre han estado en peligro.

—Ruki, yo… —Ryo sonreía nervioso, quizá porque el mismo pensamiento también lo golpeó.

El atardecer era naranja, cálido pero opresivo. Un dulzor agrio que derretía lentamente desde el interior. Se sentía amenazado y bien sabía la razón.

—A mi también me cuesta mucho confiar en la gente, mostrarme débil. Tener un compañero como Cyberdramon me ayudaba a mantener esa imagen fuerte y despreocupada… pero mi amigo ya no está y no sé si lo volveré a ver. Quiero ser fuerte, valiente como tú…

—Si pude mostrar mi vulnerabilidad, fue porque me sentí segura contigo. No tiene que ser ahora, pero cuando quieras decírmelo, yo estaré para escucharte.

—¿Y si nunca vuelvo?

Lo miró fijamente antes de responder serena.

Te esperaré toda la vida.


(...porque) los ríos profundos fluyen lentamente. Todo llega para quien sabe esperar.