Capítulo 1: Un Encuentro Inesperado

Era una hermosa tarde de domingo en La Madriguera. El sol brillaba intensamente y el aire estaba impregnado de la risa y el bullicio de los niños que jugaban en el jardín. Scorpius Malfoy, con su cabello rubio desordenado y su sonrisa traviesa, se encontraba jugando con su primo Arthur Weasley, el hijo de Ron y Luna. Ambos estaban inmersos en un juego de hechizos imaginarios, con varitas hechas de ramas y un fuerte deseo de ser héroes.

"¡Yo soy el gran mago de la montaña! ¡Nadie puede derrotarme!" proclamó Scorpius, levantando su varita de juguete mientras giraba dramáticamente.

"¡Yo soy el dragón que protegerá el tesoro!" respondió Arthur, imitando un rugido que resonó en el aire. La risa de ambos niños llenaba el jardín.

De repente, un sonido familiar llenó el aire. Era el sonido de una puerta abriéndose. Scorpius se giró, y en ese momento vio llegar a la familia Potter: Harry, Hermione, y sus tres hijos, James, Albus y Lily. La vista de ellos, especialmente de Lily, le resultaba intrigante, ya que era la primera niña que veía en ese lugar que no era parte de su propia familia.

"¡Hola, Scorpius!" gritó James, agitando la mano mientras corría hacia el jardín. "¡Vamos a jugar al Quidditch!"

"¿Qué es eso?" preguntó Arthur, mirando a James con curiosidad.

"¡Es un partido de Quidditch! ¡Hay que volar en escobas!" explicó James, emocionado.

Mientras los niños se organizaban, Scorpius se quedó observando a la pequeña Lily. Era una niña de cabello oscuro y rizado, con unos grandes ojos verdes que brillaban con curiosidad. Ella sonrió y se acercó, un poco tímida, pero decidida a unirse a la diversión.

"Hola," dijo Lily, acercándose a ellos. "Soy Lily. ¿Puedo jugar?"

"Claro," respondió Arthur, entusiasmado. "¿Tú sabes jugar al Quidditch?"

"Yo he visto a mi papá jugar. A veces me deja estar en la escoba, pero no vuelo muy alto," dijo Lily, sonriendo de manera encantadora.

Scorpius miró a Lily, preguntándose quién era exactamente. "¿Eres la hija de Harry y Hermione?" preguntó, un poco confundido. La idea de que su amigo James tuviera una hermana no era algo con lo que estuviera acostumbrado.

"Sí," respondió ella, asintiendo. "¿Y tú? ¿Eres el hijo de Draco y Ginny?"

"Sí," contestó Scorpius, un poco nervioso. "Soy Scorpius."

Mientras tanto, Albus se había acomodado en un rincón del jardín, sacando un par de libros de su mochila. "Voy a leer. Si alguien quiere unirse, estaré aquí," dijo, con la tranquilidad típica de su personalidad.

"¡Vamos, Albus! ¡Juega con nosotros!" instó James, pero Albus solo movió la mano, concentrándose en su lectura.

Mientras James y Arthur comenzaban a organizar el partido de Quidditch, Scorpius y Lily se encontraron un poco apartados. Fue entonces cuando un pequeño ruido los llamó la atención. Mirando hacia un árbol cercano, vieron a un pequeño animal herido, un pájaro que había caído de su nido.

"¡Mira!" exclamó Lily, acercándose al árbol. "¡Está lastimado!"

Scorpius, sintiendo un ligero temor, se acercó también. "No deberíamos acercarnos. Tal vez deberíamos buscar a un adulto. Ellos sabrán qué hacer," sugirió, pensando en la seguridad.

Pero Lily ya había decidido que debía hacer algo. "No, espera. ¡Debo ayudarlo!" dijo, comenzando a trepar por el tronco del árbol.

"¡Lily, baja! ¡Te puedes hacer daño!" le gritó Scorpius, mirando con preocupación cómo ella ascendía con confianza.

"No te preocupes, puedo hacerlo," respondió ella con determinación, ignorando la advertencia.

De repente, una rama comenzó a crujir, y Scorpius sintió un nudo en el estómago. "¡Baja!" gritó, pero fue demasiado tarde. La rama se rompió, y Lily comenzó a caer.

Scorpius cerró los ojos por un instante, y cuando los abrió, vio cómo ella aterrizaba en una enorme pila de hojas caídas. La risa de Lily resonó por todo el jardín mientras ella se incorporaba, cubriendo su ropa de hojas.

"¿Ves? ¡Estuve bien!" exclamó ella, riendo.

Scorpius sintió una mezcla de alivio y frustración. "Eres una inconsciente," le dijo, con una sonrisa a regañadientes. "Podrías haberte lastimado."

Lily se encogió de hombros, todavía riendo. "Pero no lo hice, y ahora puedo ayudar al pajarito." Se acercó nuevamente al árbol, mirando al pequeño animal herido con compasión.

Mientras Scorpius observaba a Lily, algo cálido se encendió dentro de él. No sabía por qué, pero su risa y su valentía le daban una sensación de comodidad. Era un momento simple, pero algo en su naturaleza lo atraía.

Al final, después de que todos intentaran ayudar al pájaro, decidieron buscar a un adulto. Cuando finalmente llegaron Ginny y Hermione, se unieron para rescatar al animal y cuidarlo.

Scorpius y Lily se encontraron riendo y compartiendo historias mientras observaban a sus padres trabajar. Esa tarde, el sol brillaba, pero lo que realmente iluminaba el jardín era la nueva amistad que había comenzado a florecer entre ellos.