Capítulo 10
—Bien, escondanse. Uno, dos, tres… —comenzó a contar la niña de cabello oscuro y ojos escarlatas.
—¡Corre! —gritó Syaoran tomándola de la mano para esconderse juntos.
—¡Espera! —dijo ella agitada.
Corrieron hasta encontrar un lugar aislado donde Meiling no los encontrara. Ambos estaban callados pero con sus cuerpos temblando por la risa que trataban de contener. Sakura volteo a ver a Syaoran y su expresión era rara. Él la veía intensamente, su mirada parecía querer absorberla en ese momento. Ella se puso nerviosa. No sabía qué pasaba.
Syaoran se acercó a ella lentamente, como si ella fuera a desaparecer si él hacía un movimiento en falso. Ella sintió que su corazón saldría de su pecho. Aun así, también se acercó hacia él hasta que sus labios se tocaron. Ella jamás había besado a alguien, y él tampoco, pero se sentía bien. Se sentía como fuegos artificiales en su interior. Se quedaron así unos segundos, en un beso casto que no pasó a más.
Cuando se alejaron, ambos tenían las mejillas rosadas y un brillo especial en los ojos. Empezaron a inclinarse de nuevo hasta que…
—¡Los encontre!
—¡Hoe! ¡Tomoyo! ¿Qué hago? —pregunte exaltada en el teléfono. —Me siento mal cancelando con Dai, pero también me sentiría mal cancelando con Syaoran.
—Ay, Sakura. Eso te pasa por despistada, —rió Tomoyo, —le podemos preguntar a Meiling. Deja que la añada a la llamada.
Yo espere aun sin saber qué hacer. Eran las 12:30 y tenía que levantarme a las cinco de la mañana porque tenía que ayudar con los estudiantes cuando llegaran en la mañana pero no sabia como manejar esa situación.
—Espero que tengan una muy buena razón para despertarme a esta hora, mis hijos están enfermos, por el amor de Dios, —se quejó Meiling. Ups.
—Sakura tiene una cita con Daisuke y Syaoran, —explicó Tomoyo.
—¿Qué? —parecía que a Meiling se le había olvidado el enojo.
—Que la muy despistada hizo planes con ambos a las 6..
—Yo sigo en lo de la cita con Xiao Lang, ¿cómo sucedió eso? —pregunto Meiling.
Después de darle toda la información y contarle la historia de lo sucedido cuando hable con Syaoran hubo un silencio en el teléfono.
—Cancela con Daisuke, a él siempre lo ves, —decidió Meiling.
—Eso no es justo, —discutió Tomoyo. —Daisuke nos cae mejor.
—Esa no es la pregunta, Tomoyo, —contraataco Meiling. —Sakura quiere ver si lo que dijo Eriol tiene sentido entonces debe experimentar. Es mucho más fácil volver a verse con Daisuke que con Syaoran con tantas guardias que tiene en el hospital.
Meiling tenía un muy buen punto.
—De acuerdo, de acuerdo, —concedió Tomoyo. —Acepto mi derrota. Sakura cancela con Daisuke y sal en una cita con Syaoran.
—Un momento, no es una cita. Es solo viejos conocidos poniéndose al día, —explique porque la idea de una cita con Syaoran no me gustaba para nada.
—Ustedes se pusieron al corriente en cuanto a su vida ayer, esto es una cita, —argumentó Meiling.
—¿Por qué tiene que ser una cita? —pregunté frustrada con ellas.
—Por que así funcionan los experimentos, —dijo Eriol asustandonos a todas.
—¿Qué carajos haces en esta llamada? —grite.
—Oh, ¿era privada? —dijo Kenji haciendo acto de presencia también.
—¿Y por qué carajos me tienen en altavoz? ¡Ah!
Colgué y respire profundo. Amaba a mis amigos pero quería matarlos. Después de calmarme, mire la hora. Recordé que Dai estaba trabajando en un caso que lo hacía desvelarse mucho y pensé que cancelarle por llamada era más educado que hacerlo por mensaje. El teléfono sonó un par de veces cuando el contesto.
—¿Todo bien, Sakura? —pregunto preocupado.
—¿Sabes? No necesito una emergencia para llamarte, —lo moleste un poco. Un momento, ¿estaba coqueteando?
—Oh ya veo, solo me extrañabas entonces, —escuché su risa y sonreí automáticamente. —Que bueno que me llamas. Necesitaba un descanso. Estoy emocionado por mañana. Siento que hace mucho no estamos solos.
—Dai, —lo detuve. —Estuvimos juntos la semana pasada.
—Se me hace mucho tiempo, —explicó haciéndome sonrojar. —Escucha, mañana quisiera hablar contigo de algo importante.
Mierda.
—Ya veo, bueno entonces nos vemos mañana.
—¿Eso es todo? ¿No necesitabas algo?
—Solo escuchar tu dulce voz, —le dije sarcásticamente. El río y nos despedimos.
Tendría que cancelar con Syaoran. Sabía que tenía guardia entonces había posibilidad de que me contestara. Marque varias veces pero no contestó.
Doble mierda
Pensé en el comentario de Tomoyo de más temprano y una idea loca se formó en mi mente. Una manera de cumplir con ambos. Era muy estupido. Era descabellado. Era en verdad estupido pero tendría que hacerlo.
Sería una doble cita.
Comencé a arreglarme preocupada por lo que pasaría ese día. No le había dicho a Dai o a Syaoran que los tres estaríamos compartiendo la velada. Sabía que tenía que hacerlo, pero me daba pena, además, ¿qué daño causa? Mucho dijo la voz en mi cabeza.
Tomoyo y Meiling se habían cagado de la risa pensando en como yo tendría que lidiar con ambos completamente sola. Sus esposos también lo habían encontrado hilarante. Vaya amigos.
Mi terapeuta prácticamente hizo un baile feliz hoy; aparentemente, mi progreso es increible. Pasamos de festivales de quejas semanales a sesiones una vez al mes. Las cosas definitivamente cambiaron cuando Dai entró en escena, gracias a Dios por eso. Pero luego ella me lanza todo este asunto del —vínculo traumático—. Disculpe, ¿cómo se supone que voy a conectarme con alguien si estoy dañada? En serio, ¿cuál es la fórmula mágica para crear un vínculo normal que no implique carga emocional?
Para la salida (rehusaba llamarla cita), opté por una blusa negra con flores rosas bordadas y unos pantalones de mezclilla. Considere usar tacones, pero si las cosas se ponían mal seria mas facil salir huyendo con zapatos bajitos. Mi maquillaje era sencillo, con sombra color rosa un poco más oscura que mi blusa que resaltara mis ojos verdes, rimel, y delineador. Con práctica, mi maquillaje se veía mejor cada vez y me daba cierta satisfacción.
Llegué 7 minutos tarde y me encontré con Syaoran y Daisuke hablando algo tensos. Oh, no. Esto había sido una terrible idea. Cuando entre al restaurante ambos voltearon y sus miradas se ablandaron un poco, aunque la de Syaoran volvió a ser una de irritación. Bueno, a eso ya estaba acostumbrada.
—Hola, —salude a ambos. —Les explico, yo… cometí un error e hice planes con ustedes dos así que para no cancelar con ninguno pensé que podríamos comer los tres juntos. ¿qué les parece?
Daisuke parecía estar aguantando su risa mientras que Syaoran se veía resignado. Ambos hombres se asintieron y una muchacha vino a mostrarnos a nuestra mesa. Yo me senté de un lado y puse mi bolso a lado de mi para que ninguno de ellos pudiera sentarse a lado mio. No quería empezar con favoritismos. El ambiente se sentía tenso pero al poner atención me di cuenta que Dai estaba relajado y Syaoran se veía irritado pero tranquilo. Quizá solo era mi imaginación.
—Entonces, —comenzó Dai. —Li, eres doctor ¿cierto?
—Asi es, —confirmo.
—¿A qué se debe eso? —pregunto intrigado. —¿Qué te llamó la atención hacia esa profesión?
—Una vez una persona especial me dijo que no había nada mejor en el mundo que trabajar con niños. Yo siempre había querido ser doctor, pero seguí su consejo.
Sentí que me sonrojaba. Yo había sido esa persona. Se lo había dicho cuando me preguntó porque quería ser maestra.
Los tres nos quedamos callados un rato hasta que el mesero llegó a tomar nuestra orden. Me entró una llamada de Tomoyo y me disculpé un momento para atenderla.
—¿Hola? —conteste.
—¿Cómo va todo? ¿ya se te declaro alguien?
—Muy graciosa. No se que hacer, Tomoyo. Todo esto es muy incómodo, —confesé mirando hacia la mesa donde Dai y Syaoran charlaban; Dai sonriendo, Syaoran serio.
—Se ve incómodo, pero parece que están congeniando.
—Si, al parecer… espera. ¿Por qué lo dices así? —empecé a mirar alrededor y la encontré con Meiling en una mesa con pelucas y lentes de sol. —¿Es enserio?
—Te estamos cuidando, —dijo Meiling apoderándose del teléfono. —Ahora, vuelve a tu cita.
Colgaron y me quedé viendo el teléfono. Sonrei un poco. Ellas habían hecho lo mismo en una de mis citas con Yukito… Oh, no. No. No debía pensar en eso. Tenía que respirar y calmarme. Hice mi ejercicio rápido y regresé a la mesa.
—¿Todo bien? —preguntó Syaoran.
—Si, solo trabajo, —conteste. No parecía haberme creido pero dejo el tema en paz.
Estaba por preguntar de qué habían hablado mientras no estaba pero fui interrumpida por un trabajador en una pequeña plataforma. Anunció que era hora de comenzar el karaoke y que cualquier persona podía participar. Yo había olvidado que en este lugar hacían eso.
—Te diría que lo hiciéramos, —dijo Dai. —Pero se que no te gusta cantar.
—¿Qué? —pregunto Syaoran confundido. —Tú amas cantar.
—No, —conteste queriendo dejar el tema. —Yo no canto. Y hablemos de algo más.
—Yo si quiero, ahora vuelvo, —Dai se levantó y nos dejó solos. Era un tipo extraño.
—Sakura, ¿de verdad ya no cantas?
¿Porque no podía hacerme caso?
—No, la última vez que canté fue en el funeral de mi familia. Eso puede dejar un amargo sabor de boca, —yo voltee a otro lado para no tener que mirarlo. Recordé a mi pequeño Yue y sentí a mi agujero tomando fuerza.
—Ya veo, —dijo agachando la cabeza. —Lo siento.
—Gracias, —contesté sinceramente.
En ese momento nos distrajo unos gritos que llegaron del escenario cantando "Careless Whisper" de George Michael. Dai era muy guapo, divertido, y atlético, pero definitivamente no podía cantar. Syaoran y yo nos miramos y reímos un poco. Yo aun así admiraba su valentía de levantarse a cantar.
—¿Crees que la próxima vez podamos ser solo nosotros dos? —preguntó Syaoran. —Sé que es difícil por mi horario pero de verdad quisiera estar contigo a solas sin interrupciones.
—Lo podemos intentar, —accedi.
—¿No se enoja tu esposo de que salgas a solas con un ex-novio? —bromeó.
No supe qué pasó. Pero comence a reir. Era una risa extraña. Una risa que no había salido de mi en años. No recordaba la última vez que había reido. Me comenzó a doler el abdomen de tanto reír. Entendía porque Dai se había reído tanto en nuestra primera cita. Ni siquiera sabía si era divertido o no, pero el shock de sus palabras me sacudieron.
Syaoran tenía una sonrisa en los labios y ojos llenos de confusión. Por un momento miré hacia Meiling y Tomoyo y veían a Syaoran como si hubiera descubierto el fuego. Sus miradas eran una mezcla de respeto y agradecimiento. Dai, por su parte, paró de cantar y también nos miraba sorprendido pero contento. Syaoran noto por primera vez que Meiling y Tomoyo estaban ahí y rodó los ojos negando con la cabeza. Algunas cosas no cambiaban.
Cuando Dai volvió, lo felicitamos por su actuación y comimos. Yo seguía con lágrimas en los ojos por la risa. Me había sorprendido a mí misma pero Syaoran siempre había tenido un talento innato para hacerme reír. Fue increíble hacerlo, no sabia que aun fuera capaz de reír.
La conversación entre Syaoran y Dai parecía haber rompido el hielo pues ahora conversaban de manera más civilizada, pero aun se sentía cierta tensión. Syaoran y yo nos guardamos el hecho de que Tomoyo y Meiling se encontraban ahí. Al final, fue una linda velada.
A Syaoran le llegó un mensaje de una emergencia en el hospital y tuvo que irse con sus comida a medio terminar. Me sentí algo mal por él. Dai y yo nos quedamos solos y seguimos conversando. Fue entonces que recordé lo que me había dicho por teléfono.
—Oye, ¿y que era la cosa importante de la que querías hablar?
—Oh eso, —me contestó. —Iba a decirte que quiero besarte, —me quede pasmada. —No lo haré a menos que tú quieras. Te dejaré saber que soy muy insistente, pero no quiero hacer algo con lo que no te sientas cómoda. Me gustas mucho, Sakura. Y ya no estoy saliendo con alguien más. Lo que estoy tratando de decir es, ¿serias mi novia?
Me quedé callada. Apreciaba mucho la honestidad de Dai. De eso se trataba esto ¿no? Seguir con mi vida. Aprender a ser la nueva yo en un mundo sin mi familia. Dai me gustaba tambien. Era todo lo que una chica podria desear en un hombre. Aun asi, el recuerdo de Syaoran haciendome reir estaba presente como si de un fantasma se tratara.
—No se si estoy lista aún para un beso, —conteste honestamente. —Pero estoy dispuesta a intentar una relacion.
Dai sonrio y juro que podia ver todos sus dientes. Fue adorable.
—No te arrepentiras, Sakura. Me han dicho que soy un gran novio, —yo puse los ojos en blanco mientras soltaba una risita. —Tambien entiendo que tengo un rival, pero soy dificil de vencer asi que no me preocupare por eso.
¿Rival? ¿Syaoran? ¿De eso habian hablado?
