Disclaimer:
El siguiente capítulo contiene leve contenido sexual. También contiene un poco sobre algunas discusiones entre parejas ante ideales contrarios u opuestos, así como una leve insinuación al tema del aborto.
Así que pongo esta "advertencia", la cual estará con esta nota introductoria; primero por las políticas de esta plataforma y segundo para que algunos lectores no se quejen de que no hay advertencias en los fics, para que así no empiece la funa en los grupos de Facebook de "Wattpad nos elimino"
Espero les guste este capitulo que acabo de publicar, la verdad, no iba a publicar nada hoy, debido a que ayer murió mi perrita...
Fue una difícil decisión dejarla ir, sobre todo porque ya era muy grande en edad (15 años) y de paso, su salud se venía deteriorando demasiado.
"Ahora mi perrita le hace honor a su nombre, porque cada que vea al firmamento, se que ahí estará ella, mi estrellita.
Ahora eres la estrella mas bonita y la más brillante del cielo. Siempre estarás en nuestros corazones"
Me tomaré unos días por mi duelo, porque de verdad, ha sido una perdida que duele demasiado y mejor quise dejarles el capítulo subido para así poder tomarme el tiempo necesario ante tal pérdida ...
Muchas gracias a todos por su apoyo...
No se como agradecerles en este doloroso momento...
Capitulo 07.🌊 El Calor Antes De La Tormenta
Verano 🌊
"Todos los matrimonios pueden pasar por un desacuerdo en algún momento de su relación. Y en ese desacuerdo se elevan los ánimos así como el calor que anuncia la próxima tormenta"
—¡Es tan pequeño!— Dijo Yuta con tanta dulzura mientras admiraba aquella imagen que traía entre sus manos.
La ecografía de su pequeño de seis semanas. Su pequeña semilla de soja.
Ver aquel eco le había desatado miles de emociones, pero sobre todo, sentía una inmensa felicidad al ver aquel pequeño ser que llevaba parte de su sangre.
No fue hasta aquel momento, después de la cena y ahora ya en su habitación de hotel, en que Yuta al fin pudo ver el ultrasonido que Maki se había hecho el día anterior.
Ella no se lo había enseñado hasta ese instante, ya que apenas había recordado que dicha imagen la traía en su bolso, el cuál lo había tenido Nitta todo este tiempo en su auto.
—¡Pero Maki! ¿Cómo te diste cuenta de que estabas embarazada? No recuerdo que tuvieras todos estos síntomas antes de que yo me fuera a mi misión — pregunto Yuta sin dejar de admirar ese eco, mientras seguía sentado al borde de la cama.
Maki suspiro al recordar cómo empezó todo mientras terminaba de cepillar sus dientes.
—Ahora que lo preguntas, como lo descubrí fue una forma un tanto "cómica" ahora que lo pienso — dijo la peliverde antes de sentarse a un lado de su esposo en aquella cama. —Pero para no hacerte la historia tan larga, digamos que todo fue gracias a otro bebé que se puso a llorar en mis brazos y su madre solo me dijo — empezó a recordar las palabras exactas de esa mujer.
"Si un bebé rechaza a una mujer, es porque siente a otro bebé en camino".
—Y eso me metió dudas, hice cálculos y note que mi periodo estaba atrasado por más de dos semanas, también había notado que mi apetito era lo único que había aumentado en esas semanas y esa misma tarde me hice el test y ¡BUM! ¡Esa pequeña bebé tenía razón, resultó que estaba embarazada! — Respondió con una sonrisa. —Al día siguiente me hice una prueba de sangre y está también salió positiva y por último el ultrasonido lo termino de confirmar — apunto a aquella imagen.
Yuta sonrió ante tal explicación.
—Así que otro bebé sintió la llegada del nuestro... A veces los niños actúan de manera que nosotros los adultos aun no logramos comprender— dejo de mirar por un momento el ultrasonido para mirar a su esposa.
—Debo admitir que muchas veces los niños pequeños dan miedo— respondió Maki con un leve puchero.
Yuta rio por aquel comentario y se dejó caer de espaldas en el colchón, admirando una vez más aquel eco.
—Seis semanas... entonces si estamos en la primera semana de Mayo—hizo algunas cuentas regresivas, llevando su mano derecha para cubrir su boca mientras en la izquierda aun sujetaba el eco— Abril, Marzo... — Yuta dijo aquello de manera pensativa. Como si acabara de recordar algo muy específico en ese momento. —¿Entonces este bebé es producto de "aquella noche" en Osaka?— pregunto con las mejillas todas rojas.
Parecía que había recordado algo muy específico de aquella misión que tuvieron en aquella ciudad unas semanas después de su cumpleaños.
Maki sonrió ante la expresión que había hecho su marido.
Esta afirmó con la cabeza, mientras una gran sonrisa juguetona levantaba la comisura de sus labios. Y con cuidado, se acomodó arriba de Yuta, subiendo con delicadeza la tela de su largo vestido un poco más arriba de sus rodillas, para pasar sus piernas a los costados de su marido y así poder mirarlo fijamente a los ojos desde aquella posición.
—Si hablas de esa noche después de aquella turbulenta y peligrosa misión. SI. Lo más seguro es que este bebé sea producto de esa misión en Osaka— rascó un poco su mejilla — también yo hice mis cálculos y llegue a esa misma conclusión — poso su mano derecha sobre su vientre, mientras su mano izquierda fue al rostro de su marido para acariciar su mejilla y sus labios.
Aquella posición y aquel ambiente, les empezaba a recordar aquella noche hacia semanas atrás.
Ambos compartieron una sonrisa de complicidad ante tal apasionante recuerdo. Yuta tomó la mano de Maki y le beso la palma con cariño, mientras su mano derecha, subía dejando caricias deseosas por toda la pierna descubierta de su esposa, deteniéndose momentáneamente una vez su mano entro en aquel vestido blanco.
El calor y el deseo había invadido sus cuerpos desde hacía rato y en aquel instante se empezó a desbordar.
Yuta dejo aquel ultrasonido a un lado para enfocarse únicamente en Maki.
Ahora sus manos acariciaban las piernas de su esposa, aprovechando que estaban a los costados de su cadera. Entrando por debajo de su vestido y acariciándole con deseo su trasero y su intimidad una vez entro en sus pantaletas, provocando en ella, una húmeda sensación al sentir los dedos de su esposo recorrer su femenidad de la manera que siempre la dejaba deseando más.
Yuta movía con tal maestría sus dedos dentro de ella, de arriba abajo, presionando contra su punto más débil y recorriendo aquella humedad con tal facilidad que se podía deslizar perfectamente dentro de su vagina desde aquella posición donde ella, estaba semi acostada sobre él con sus piernas abiertas a sus costados. Mientras la mano libre de Yuta, recorría la espalda y el trasero de Maki, apretando con deseo aquella firme pero abundante piel que había dejado al descubierto una vez le subió el vestido un poco más arriba de sus caderas.
Y ese placer se veía reflejado en sus leves gemidos que esta trataba de ahogar en los labios de su marido.
Maki se sentía extasiada con aquellas caricias, aquella estimulante mezcla de movimientos, le provocaban un cosquilleo demasiado placentero dentro de su vientre.
Maki también le demostró aquel deseo sexual por él, acercando su rostro al de su marido, para llenarle de besos y suaves mordidas en los labios.
También aprovecho para marcarle un poco el cuello con besos húmedos y una que otra marca de mordidas y chupetes que serían visibles al día siguiente.
Maki le desabrocho todos los botones de su camiseta y empezó a acariciarle su marcado abdomen.
Sus manos empezaron a recorrer más abajo de su cuerpo, acariciándolo con lujuria una vez entro en sus pantalones para empezar a masturbarlo. Iniciando con un ritmo lento, mientras con su mano derecha recorría su virilidad de base a punta y presionando con suavidad aquella punta goteante de su cálido semen. Para después aumentar el movimiento de su mano, conforme sentía que su marido iba llegando a su orgasmo.
La pasión empezaba a crecer en sus cuerpos y el deseo se empezaba a hacer más evidente en sus caricias, así como en sus besos y movimientos de caderas que aumentaron en aquella posición donde sus manos hicieron todo el trabajo debajo de aquellas prendas íntimas. Las cuales terminarían manchadas de sus fluidos ante tal primer orgasmo por parte de ambos.
Se habían quedado sin aliento ante aquel primer encuentro íntimo, así que decidieron tomarse un momento.
Maki poso su frente sobre la frente de su esposo, aprovechando que seguía sobre él, mientras otra sonrisa cómplice se formaba en sus labios.
—Se siente un poco como en aquella noche en Osaka ¿No lo crees?— susurro Maki con las mejillas teñidas de rojo.
A Yuta se le dibujó una gran sonrisa de felicidad mientras llevaba su mano derecha sobre la espalda de Maki. Le deslizó suavemente aquel vestido, unos centímetros más arriba de su espalda baja, dejando al descubierto todo su trasero —Si un poco... pero ahora ya con una "Sorpresa incluida" ... osea nuestro bebé — jugó con sus tirantes, los cuales ya quería quitar por completo. Así que empezó a darle uno que otro beso en sus hombros, mientras deslizaba un poco aquéllos tirantes para dejar aquella piel al descubierto y así seguir besando sus clavículas, también beso parte de sus senos y subió por su cuello dejando un camino de besos húmedos hasta llegar a la parte donde iniciaba su barbilla.
Aquel comentario le dio un poco de gracia a su esposa, cosa que hizo que Yuta se detuviera y está se reincorporara a su posición inicial, volviendo a sentarse arriba de sus caderas, para mirarlo a los ojos desde arriba.
—Mayo, Junio, Julio...— Yuta ahora empezó a hacer más cálculos, moviendo sus dedos uno a uno sobre la ropa en la zona del vientre de su esposa, aun estando acostado bajo ella— Noviembre, Diciembre — termino de contar. Su dedo índice hacia círculos sobre el vientre de Maki —Eso quiere decir que nuestro bebé nacerá en diciembre...—
Maki afirmó de nuevo con la cabeza, mientras ponía su mano derecha sobre la de su esposo —Calculo que quizás nazca a mediados de Diciembre o a principios de Enero—
—De todos modos, un doctor es quien nos puede asegurar con más precisión cuando nacerá — comento Yuta muy animado — ¡No puedo esperar a que sea Diciembre!— se le veía muy ilusionado. Cual niño esperando la navidad.
En cambio, Maki parecía muy pensativa con aquella fecha.
—Invierno... este bebé nacerá en la estación más fría del año...— suspiró al pensar en aquella estación.
No es que a Maki no le gustará el invierno, sino que siempre el frío le recordaba las cosas más difíciles que vivió durante años.
—Primavera, Verano, Otoño e Invierno...— dijo Yuta con una gran sonrisa.—Las Cuatro Estaciones—
–¿Hum?— Maki levantó una ceja ante aquellas palabras —¿Qué pasa con eso de las estaciones?—
Yuta rascó levemente su cabello por un momento.
—Es solo que me quede pensando en que todo tu embarazo pasará por las cuatro estaciones y nuestro bebé nacerá en la última estación del año, osea en el invierno y siento que eso es como una buena señal de que será un bebé muy fuerte — comento con una gran sonrisa mientras tomaba la mano de su esposa.
Maki sintió en ese momento que las palabras que le dijo Mai en su sueño, empezaron a tener más sentido.
"Florecer" "Madurar" "Dejar frutos"
También para que una flor abra todos sus pétalos o para que los tallos dejen sus frutos, estos deben pasar por un proceso que puede tardar un determinado tiempo y un embarazo era algo similar.
A veces todo este proceso puede darse entre las estaciones del año y un embarazo también puede ser así.
Y eso sucedería con esa pequeña semilla de Soja, la cual estaría germinando, creciendo y brotando de primavera a invierno.
—Quizás a eso se refería Mai...— pensó Maki, quien fue sacada de sus pensamientos al sentir el tacto de su esposo.
Yuta acaricio la mano de su esposa y entrelazo sus dedos de manera cariñosa— Eso quiere decir que aún tenemos el tiempo suficiente para comprar todo lo necesario para la llegada de nuestro bebé y de paso, prepararnos para el parto — sonrió y la miró animadamente — Juro que me esforzaré por los dos para que no nos falte nada durante tu embarazo, sobre todo cuando debas incapacitarte— beso el dorso de la mano de Maki.
La peliverde entrecerró los ojos al escuchar aquello y hasta sus labios y nariz se fruncieron un poco. Aquello ya no le estaba pareciendo agradable.
— Quizás deberíamos preguntarle a Shoko san si conoce a un buen ginecólogo-obstetra para esto de tu embarazo o quizás podríamos pedirle a Utahime sensei el contacto de su obstetra personal— miro fijamente a su esposa.
Maki al escuchar el nombre de esas dos mujeres, apretó más los labios y no pronunció palabra alguna.
Yuta noto aquel cambió de actitud y el silencio de su esposa, así que decidió preguntar.
—Por cierto Maki— sentía curiosidad por la mirada de molestia de esta —¿Alguien más ya sabe que estas embarazada?— pregunto directamente.
Maki trago saliva, no quería romper la ilusión de su esposo.
—No, nadie más lo sabe hasta el momento. Ni siquiera a Nitta le dije sobre mi embarazo para que no me cancelara la misión de ayer y mucho menos se lo he dicho a Megumi— mintió en eso último —aunque... — su voz se fue apagando.
—¿Aunque?— Yuta levanto una ceja.
—Aunque de esto también quería hablar contigo... — sus brazos se tensaron un poco, aquel tema le causaba conflicto que hasta un nudo se le formo en la boca del estómago —quiero mantener en secreto mi embarazo por el tiempo que más se pueda de todos en la academia — comento mirándolo seriamente.
—Pero ¡¿Por qué?! — Yuta pregunto sorprendido, mientras se levantaba sobre sus codos, para poco a poco irse acomodando hasta quedar sentado y recargado en las almohadas, mientras su esposa aún permanecía sentada sobre su regazo con sus piernas aun en sus costados.
Ambos seguían mirándose de frente.
Maki suspiro ante tal pregunta.
—Bueno, porque en el momento en el que yo les diga a los demás que estoy embarazada, me van a dejar fuera de las misiones y yo no quiero eso. ¡No quiero que me vayan a tratar como a una enferma!— cruzó los brazos y en sus labios se formó una mueca.
—Amor, nadie te trataría como a una enferma...— comento Yuta acariciando sus mejillas.
—Los hechiceros son así. Cuando estaba en el clan Zenin, a las mujeres que salían embarazadas no las dejaban hacer muchas cosas para no arriesgar al bebé pero a la vez las trataban como si fueran unas inútiles y yo no quiero que me traten así...– contesto ella seriamente.
—Maki... nadie en la academia te va a tratar así...— contesto Yuta seriamente.
Pero esta siguió hablando sobre su sentir.
—¿Y quién me asegura que no será así? ¡Yuta yo en serio quiero seguir siendo una hechicera y a la vez quiero ser madre!— Movió las manos molesta.
—Pero aun puedes seguir siendo una hechicera, pero después de tener al bebé...— Yuta seguía mirándola seriamente.
Maki suspiro molesta por aquellas palabras de su esposo. Se levantó de su regazo y de la cama para ponerse de pie fuera de esta.
Acomodo los tirantes de su vestido.
—Sabes...— Apunto primero a su vientre — En el momento en que yo les revele a los demás que estoy embarazada — ahora apunto a su esposo —A ti te van a "felicitar" por dejarme en esta condición y a mí...— se apuntó a sí misma — Y a mí me dejaran a un lado, me trataran como a una enferma o como una discapacitada que no puede hacer nada en su condición. — sonaba furiosa.
—¡Y eso suele pasar en todo el mundo! ¡Mientras al hombre lo alaban porque será padre a la mujer la rebajan porque será madre! ... Y en este mundo de la hechicería no es la excepción... es un lugar muy machista para las mujeres y más para las embarazadas—
—Maki...— Yuta seguía siendo interrumpido.
—¡Déjame terminar de hablar!— se escuchaba molesta —¡Yo no quiero dejar de luchar, este título en primer grado como hechicera por el que tanto luche en alcanzar y por el cual Mai se sacrificó, seria en vano si lo dejo por esto!— Llevo ambas manos a su vientre —¡Quiero seguir trabajando y luchando hasta que de verdad mi embarazo me lo impida!— se notaba firme en su decisión.
—¡Pero luchar en tu condición es un enorme riesgo!— Yuta alzó la voz mientras también se ponía de pie y se subía los pantalones —¡Es peligroso y más en estos primeros meses! ¡Incluso mientras más avance tu embarazo, sería demasiado peligroso que te expongas en batalla! Y yo como el padre de ese bebé y como tu esposo me niego a que te expongas de esa manera...— dijo seriamente.
Ambos se quedaron mirándose fijamente el uno al otro.
La tensión era demasiada entre ellos dos. Pocas veces habían tenido alguna discusión de pareja y eran muy contadas las veces que discutieron por sus diferencias, pero aquello parecía ser solo el inicio de una constante pelea de ideales.
El calor antes de la tormenta estaba presente en aquella habitación, así como en sus ojos y gestos, donde podía notarse el huracán que se avecinaba.
Maki tenía sus manos sobre sus caderas y sus labios estaban en una gran mueca. Estaban torcidos de tal manera al lado derecho que dejaban ver su total molestia.
En cambio, Yuta suspiro por la actitud de su esposa. Él tenía los brazos cruzados sobre su pecho y su rostro tenía un semblante muy serio y hasta un tanto imponente si lo mirabas con atención.
Aquel silencio era escalofriante entre esos dos y más bajo aquellas tinieblas.
Aquella habitación casi no estaba iluminada. Solo penetraba la tenue luz que salía de la lámpara del baño y la poca que entraba por el balcón.
Esos dos no pronunciaban palabra alguna y solo se podía ser escuchado el sonido del mar chocando contra la arena y las rocas con tal brusquedad.
Yuta quería evitar sonar como aquel tipo de hombre que juro nunca ser. Pero también sentía que estaba en todo su derecho como padre de ese bebé, el velar por el bienestar y la salud de su esposa y de su hijo.
Trataba de que su enojo no fuera más allá y para así evitar que los vestigios de la maldición de Rika salieran y se convirtiera en un peligro.
En cambio, Maki no quería ser limitada por su embarazo. Tenía demasiado miedo de arrepentirse de haber elegido dejar vivir a ese bebé y que este le estorbara en todo por lo que años, paso tratando de alcanzar por su propio esfuerzo.
Aquellos minutos fueron demasiado tensos, mirándose al uno al otro con demasiados sentimientos en juego. Pero, aun así, uno de los dos debía ceder.
—Parece ser que...— Yuta fue quien rompió aquel silenció.
—¿Qué demonios parece ser?— pregunto Maki demasiado molesta cruzando sus brazos sobre su pecho.
Yuta trato de relajar los hombros, tomo un respiro muy profundo y después exhalo casi de golpe— Parece ser que esta es nuestra primera discusión de tantos desacuerdos que vamos a tener por este bebé...—
Maki chasqueo la lengua.
—Así parece y no me quiero imaginar el cuándo nazca y el todas las veces en que vayamos a discutir porque no estemos de acuerdo sobre en qué escuela será la mejor para que estudie, o para ver a que deporte lo inscribiremos o si lo dejaremos ser un hechicero o no — bajo la mirada y la hizo hacia un lado.
—Hay tanto en juego que debemos solucionar antes de que nazca y todas esas demás cuestiones las veremos conforme pase el tiempo— Yuta hizo una leve pausa.
— Quizás elijamos la escuela que quede más cerca de casa, quizás le dejemos elegir su deporte favorito y sobre ser un hechicero se verá con el tiempo — dijo moviendo levemente sus manos —Pero no deberíamos agobiarnos por esos temas en este momento...— comento Yuta mirando como su esposa parecía ignorarlo.
—Maki esto deberíamos hablarlo tranquilamente... ambos podríamos llegar a un acuerdo con todo esto, así como lo hemos hecho con nuestro matrimonio— empezó a sonar un poco preocupado — Tampoco creo que debas enojarte ni estresarte demasiado, eso podría hacerte daño a ti o al bebé — trato de tomar la mano de su esposa.
—¡Lo haces sonar tan "fácil" para ti!, ¡Como tú no vas a cargar con este bebé durante casi nueve meses dentro de ti!— comento Maki molesta y haciendo a un lado la mano de Yuta.
—¡Tampoco para mí esto es fácil! ¡Quizás yo no vaya a cargar a ese bebé pero al ser yo su padre, me debo involucrar en esto! ¡Te amo y solo quiero hacer lo mejor para ti y ese bebé! ¡Hablemos bien de todo esto, por favor!— comento Yuta moviendo las manos y su voz reflejaba demasiada molestia.
—¡Ahg! —Gruño —¡Esto apesta! ¡Estas estúpidas decisiones son un fiasco! — contesto Maki aún más molesta, llevando de nuevo sus manos a su vientre— Quizás lo ideal habría sido mejor haber tomado otra decisión y haber acabado con la vida de esta semilla que parece ser que solo nos traerá problemas... es como una pequeña molestia—
A Yuta le dolieron aquellas palabras que había soltado Maki, trataba de ser empático y comprensible, pero parecía imposible hacer entrar en razón a su esposa en aquel momento.
—Eres una maldita egoísta...— respondió Yuta arrastrando aquellas primeras palabras.
—¿Qué dijiste?...— susurro ella, sorprendida por como la nombro su esposo.
— Sabes Maki... no es justo que primero nos des ilusiones con esto de tener al bebé y después digas que es y será una molestia para tus planes... De verdad, si aún no te sentías segura con todo esto y de verdad no querías tenerlo... yo...— apretó un poco los labios y los puños, su mirada se fue a los suelos —Yo hubiera preferido no haber sabido que estabas embarazada, así nunca me hubiera hecho falsas ilusiones sobre ser padre... Así quizás nunca me hubiera hecho falsas esperanzas sobre los tres ser una familia ... Así quizás tú hubieras interrumpido este embarazo sin remordimientos — Yuta suspiro después de soltar aquellas palabras, paso sus manos por su cabello peinándolo hacia atrás, debido a la frustración que sentía en aquel momento con aquella directa insinuación sobre un aborto.
Aquellas palabras helaron la sangre de Maki, quien sintió su corazón hacerse pequeño.
—De verdad...— gruño un poco —Yo de verdad...— suspiro molesto —Necesito un respiro — comento Yuta tratando de controlar la ira que sentía recorrer sus venas, mientras salía al balcón de aquella habitación.
Recargo sus manos en aquel barandal mientras trataba de relajarse y miraba hacia el mar, el cual tenía una marea muy agitada debido a la noche sin luna.
Maki suspiro por todo lo ocurrido, estaba en un estado de total confusión y desesperó.
Se sentó en el borde de la cama y después se dejó caer de espaldas en el colchón. Todo aquello la traía agobiada. Días atrás antes de enterarse de ese bebé, ellos dos eran completamente felices, eran un matrimonio joven que sentían que podían seguir yendo contra el mundo, pero ahora ellos estaban al borde de un colapso.
La peliverde sintió que algo le molestaba en el hombro y al buscar aquella causa, encontró la ecografía que había quedado en la cama durante su encuentro sexual. La cual, aquella imagen se había pegado a su piel.
Observo aquella imagen con detenimiento y se le formo un nudo en la garganta.
—Si que tienes a una madre muy terca y muy egoísta... — suspiro —no sé qué debo hacer con todo esto... de verdad, no sé qué voy a hacer contigo — dijo en voz baja y quebradiza, llevándose aquel eco a su pecho mientras algunas lágrimas bajaban por sus mejillas.
Busco a Yuta con la mirada, y ahí estaba él, mirando hacia el mar, sintiendo la brisa y de paso parecía estar hablando con alguien.
Maki suspiro tristemente porque sabía quién era "ese alguien" junto a Yuta.
—Si "ella" siguiera "viva"... definitivamente hasta sería mejor esposa y madre que yo en este momento— susurro ante la presencia de Rika.
Desde hacía unos años, Maki había ya dejado atrás aquel sentir sobre que ella era una "sustituta" de esa chica, quien fue el primer amor de Yuta.
Por lo poco que este le había contado sobre lo que recordaba de Rika, parecía que ella era la chica "perfecta" en varios aspectos... Pero solo la muerte se interpuso entre ellos.
Pero ahora, esa extraña inseguridad volvió con ese bebé. La idea de que quizás no estaba siendo una buena compañera de vida para Yuta y al parecer tampoco sería una buena madre, la hacía sentirse mal con sigo misma.
—Y si Rika estuviera viva ... ¿Acaso ella sería mejor mujer que yo?... quizás Rika sería mejor esposa o hasta mejor madre que yo...— se contestó en voz baja mientras seguía observando a Yuta de espaldas. Platicando un poco con aquel rastro de maldición que de vez en cuando le hacía compañía a aquel hechicero.
Maki suspiro con desánimo mientras seguía limpiando sus lágrimas que no paraban de caer por sus mejillas. Sentía que sus hormonas y aquellos cambios de humor la volverían loca.
—Rika no era hechicera y eso, supongo que la hacía mejor que a mí... porque ella hubiera podido vivir tranquilamente como una mujer normal... ella hubiera podido tener un trabajo normal y no uno peligroso... ella quizás hubiera podido darle los hijos que yo aún estoy en duda sobre darle a Yuta ... ella...— trago saliva tratando de deshacerse del nudo en su garganta, pero era inútil, se soltó a llorar desconsoladamente.
Tuvo que tomar una almohada para cubrir su rostro y evitar que Yuta la escuchara gritar.
Si, Maki era egoísta, era terca, pensaba en sí misma antes que en los demás, ella era una Zenin... pero también era una mujer que tenía miedo como cualquier otra y que aún no asimilaba aquella etapa. Además, que en aquel momento se sentía sola...
Quizás solo le bastaba un respiro profundo para pensar bien las cosas...
Maki no supo en qué momento se quedó dormida o por cuanto tiempo había dormido.
Pero de algo estaba segura, ser despertada a altas horas de la madrugada por las náuseas, eran una de las peores sensaciones que alguien podría sufrir.
Aquel malestar era acompañado de un bochorno causado por el calor de la noche.
Maki abrió poco a poco los ojos, mientras sentía como aquella acidez aumentaba, haciéndola arrugar la nariz.
—Maldito calor... ya se siente el jodido verano...— maldijo tragando un poco de saliva para deshacerse del nudo en la boca del estómago y observando a su alrededor.
El sol aún no salía y las olas seguían chocando contra la playa.
Maki acostumbro sus ojos a la tenue oscuridad de la habitación y dio un leve sobresalto al recordar la discusión que había tenido hace rato con su marido.
—Yuta...— susurró con el corazón acelerado.
Al tratar de buscarlo con la mirada en aquel balcón, noto que este ya no estaba ahí.
—¿Por cuánto tiempo dormí? ¿A dónde se habrá ido?— se preguntó mentalmente.
Trato de llevar su mano a su vientre, ya que una angustiante preocupación le invadió. De nuevo, dio un sobresalto al sentir que algo la rodeaba desde la cintura.
Al levantar las sábanas, noto la mano de su marido abrazándola. Giró levemente su rostro sobre su hombro y efectivamente, Yuta estaba dormido a su lado.
Maki suspiro de alivio por un momento y su mano izquierda acaricio la mano de Yuta.
Se sentía mal por lo que ambos se habían dicho y el como ella lo había hecho sentir a él.
Con cuidado, se giró para quedar frente a Yuta, quien no se despertó a pesar del movimiento un tanto brusco que hizo su esposa para acomodarse a su lado.
Y ahí estaba él, profundamente dormido con su camiseta blanca aún abierta, con su respiración tranquila y con sus características ojeras marcadas aún con el paso del tiempo.
Debajo de aquellos párpados, podía notarse que estaba la piel un tanto hinchada, debido a que él quizás había llorado.
—¿En qué momento vino a dormir a mi lado? Bueno... es normal en él... aunque estemos peleados, él siempre viene a dormir a mi lado...— pensó mientras lo veía dormir.
Se veía demasiado tranquilo y tierno a la vez.
Maki le hizo con cuidado algunos mechones de su negro cabello para quitarlas de su rostro, se notaba que él también tenía calor, debido a que tenía algunas gotas de sudor en su frente.
Por aquella sensación del cabello, Yuta arrugó un poco la frente, haciendo un leve puchero mientras arrugaba también la nariz.
Aquellos gestos le dieron un poco de gracia y ternura a Maki.
Un suspiro de anhelo salió de su pecho al imaginar que quizás ese bebé podría ser físicamente parecido a Yuta.
El solo imaginar que su pequeña semilla de soja tuviera el cabello tan negro como él o que hiciera los mismos gestos que hacía dormido, le movía el corazón.
Maki empezó a comprender que quizás si estaba haciendo algo mal, sabía que era orgullosa y quizás debía ceder un poco y verle el lado positivo a la situación. Dejarse consentir podría ser una de ellas.
Yuta tenía algo de razón. Ambos se habían ilusionado con la llegada de ese pequeño y Maki lo comprendió cuando puso su mano en su vientre.
Lo que había dicho sobre que ese bebé podría ser una molestia, la había hecho recordar a su madre y todas las veces que ella maldijo el nacimiento de esas gemelas, pero Maki no quería llegar a ser como ella.
No quería cometer los mismos errores que su madre y debía demostrar que sería mejor madre que quien la pario.
—Lo siento... a ambos... — susurro y le planto un beso en la frente a su esposo.
Se quito las sábanas y se levantó de la cama con mucho cuidado para no despertarlo. Se acomodo su largo vestido y empezó a caminar hacia el balcón.
Le hacía falta tomar un respiro.
La brisa marina era refrescante y más cuando el calor empezaba a aumentar, dando indicios a que próximamente iniciaría el verano.
Maki suspiro al recordar todo lo que había pasado en los últimos cuatro días; El haber descubierto que estaba embarazada, el hablar con Megumi sobre el clan, el haber conversado con aquella otra madre en el tren, el haberse arriesgado en aquella misión donde derrotó a una maldición de categoría uno y más estando embarazada, su encuentro en el "limbo" con Mai y sobre todo, la felicidad y el caos sucedido con Yuta.
Todo aquello la hizo reflexionar sobre lo que realmente quería hacer.
—Quizás solo debo ceder un poco... dejar mi orgullo de lado... — respiro profundamente — Quizás es tiempo de sentar cabeza y de demostrar que puedo ser una "buena madre y una buena líder" en todo esto...— se dijo en voz baja, mientras sus manos acariciaban su vientre.
Los minutos pasaban y el estar en aquel lugar, imaginando el cómo podía ser su bebé y el reflexionando mientras el viento soplaba en su rostro, de verdad le estaba ayudando a despejar las dudas.
—Puede que tu padre tenga razón, sería una buena idea que vengas a conocer el mar unos meses después de que nazcas...— Acaricio su vientre y siguió hablándole a su bebé —y también sería una buena opción que vayas a una escuela cerca de casa. Y que practiques el deporte que más quieras, aunque también podría enseñarte a defenderte con diversas armas — sonaba ilusionada por enseñarle a su hijo a pelear como ella.
—Y También tu decidirás que quieres hacer en esta vida... porque tu si serás libre de elegir tu camino, y más porque yo como la nueva líder de este pequeñito clan, te daré esa libertad de que elijas entre ser un hechicero o una persona con una vida tranquila— una gran sonrisa apareció en sus labios ante las palabras que había dicho mientras seguía imaginando las cosas que podría hacer junto a su bebé y a Yuta.
No sabía cuánto tiempo había pasado ahí afuera, reflexionando sobre todo aquello.
Pero el viento empezó a hacer de las suyas en su piel.
Con sus manos, Maki se empezó a frotar un poco los brazos por el frio que empezó a sentir.
Pero en aquel instante, unas manos la rodearon por su cintura, protegiéndola de aquella brisa y haciéndola entrar en calor.
Maki sonrió un poco al sentir que Yuta se había levantado para estar a su lado.
—¿Estas bien?— pregunto Yuta un tanto adormilado.
—¿Qué haces aquí? Deberías seguir durmiendo... — pregunto ella con curiosidad.
—Como no te vi en la cama y como tampoco te sentí levantarte, me preocupe al no encontrarte en el cuarto— comento posando su cabeza sobre el hombro de su esposa.—Está haciendo algo de fresco aquí afuera, deberías regresar a la cama para que no pesques un resfriado —
Maki acaricio su negro cabello y después busco su mejilla para besarle.
—Estoy bien... las náuseas me despertaron y sentía que necesitaba algo de aire fresco—Volvió a darle un beso—Solo necesitaba un respiro— le miro un poco por encima de su hombro. —Pero ya estoy mejor...— llevo su mano encima de las manos de Yuta, las cuales descansaban sobre su estómago.
—De acuerdo, sabes que, si necesitas algo, puedes pedírmelo... así sea un simple antojo de comida o una simple botella de agua— contesto Yuta mirando hacia el mar aun sobre el hombro de Maki.
—Gracias...— respondió ella con una leve sonrisa.
Ambos guardaron unos minutos de silencio, mientras escuchaban las olas y admiraban al horizonte que no tardaría en iluminarse por los primeros rayos del sol.
Un suspiro salió del pecho de Yuta mientras rompía aquel silenció.
—Maki yo... debo pedirte una disculpa, lo siento por...— fue interrumpido por su esposa.
—Yuta, tú no tienes por qué disculparte— Maki se soltó de sus brazos y se volteo para verlo de frente —Tienes razón, fui egoísta e inmadura al solo estarte ilusionando con esto del bebé.—
Yuta solo guardo silencio.
—La que debe disculparse en esta ocasión soy yo... — relajo los hombros.
—Se que en la tarde, yo te pregunte si realmente estábamos listos para esto y a pesar de que los dos estábamos de acuerdo...— suspiro— el pensar en todo lo que vendrá me pone algo nerviosa como madre primeriza y también... —hizo una leve pausa — sé que únicamente te preocupas demasiado por nosotros dos y creo que lo menos que yo debería hacer, es ser una carga con todo esto— apretó levemente los labios —Y debo admitirlo, por momentos me siento sola y pérdida porque no tengo a nadie que me guíe con todo esto que es nuevo para mí... — comento está mirándolo a los ojos.
Yuta le acarició la mejilla —No estás sola, me tienes a mí, ambos estamos en esto como padres primerizos— apretó suavemente su mano en señal de apoyo.
—Y debes saber que Tú y el bebé nunca serán una carga para mí... simplemente me preocupa lo que te pueda pasar y más porque sé que eres muy difícil de convencer—
—Lo sé. Soy muy terca y quizás nunca cambie eso en mí.
Yuta respiro profundamente y después siguió hablando mirando fijamente a su esposa —Y después de todo lo que dijiste, pensé en que los dos deberíamos llegar a un acuerdo en caso en que no decidas interrumpir tu embarazo... aunque si decides abortar...— suspiro— supongo que a mí no me quedara otra opción que respetar esa decisión...—
Maki alzó una ceja ante aquellas palabras
—¿Un acuerdo?—
—Si.
—Te escucho. Quizás logres convencerme. — Maki se apoyó levemente en el barandal mirando a Yuta.
—Como puedo decirte esto sin que volvamos a discutir...— Este puso un momento su mano en su boca, analizando una última vez lo que estaba a punto de decir.
Respiro una vez más y comenzó a hablar —Bueno, como tú lo dijiste, eres muy terca y como sé que no dejaras de luchar aun en tu condición...—
Maki chasqueo levemente la lengua ante tales palabras.
—Estaba pensando en que ¿Por qué no hacemos misiones juntos como en los viejos tiempos? Eso hasta que llegue el momento en que tu decidas tomarte la incapacidad por maternidad— respondió Yuta rascando su nuca.
La peliverde abrió sorprendida los ojos ante tal sugerencia. —¿Hablas de hacer equipo cómo en nuestros años de preparatoria?—
—Algo así.
Esta solo cruzó los brazos sobre su pecho.—Explícate. ¿A qué quieres llegar con este trato?—
—Bueno — Yuta también se recargo un momento en el barandal del balcón y miro hacia el mar —Como sé que tienes muy aferrada la idea de seguir luchando aun estando embarazada y como sé que no desistirás de ella aunque yo te lo ruegue o te lo trate de impedir... Estuve pensando en ¿Por qué no hacer misiones juntos durante tu embarazo?— miro a su esposa con seriedad — Así tu podrás seguir peleando y de paso, yo podría estar tranquilo porque te estaría vigilando y protegiendo en todo momento.—
Maki bufón levemente—Vaya, Suenas muy "sobreprotector" ¿Desde cuándo eres así?— comento esta aun con los brazos cruzados.
Yuta sonrió un poco. —Como dije, sé que no desistirás de dicha idea en caso en que decidas conservar al bebé.—
Apretó un poco los labios — Y la verdad, si te llegara a pasar algo a ti o al bebé durante alguna de tus misiones, sé que yo no me lo perdonaría... — la miro con algo de melancolía en los ojos, como si recordara algún mal suceso.
—Maki tú sabes que yo moriría por ti e incluso todas estas discusiones me ponen mal porque me da miedo perderte o que te pase algo malo de nuevo...— aquello tenía toques de tristeza en su voz.
Maki suspiro al escuchar aquello. Hace casi un día atrás, Yuta había dicho algo similar y sabía que lo decía en serio.
Ambos guardaron un momento de silencio. Realmente Maki estaba pensando en aquella propuesta.
—¿Hablas de que en todas mis misiones estarás ahí? ¿Todas? ¿Absolutamente todas?— pregunto Maki llevándose la mano a su barbilla y mirando por un momento al oscuro firmamento.
—Todas sin excepción, así yo podría ayudarte a terminar las misiones más rápido y como dije, así también te estaría cuidando, eliminando por ti todas las maldiciones de nivel uno o de grado especial en caso en que la misión se complique —Seguía mirándola con seriedad — como dijiste, quieres seguir siendo una hechicera y quieres seguir peleando contra maldiciones, pero al mismo tiempo quieres ser madre y en todo eso ¿Dónde quedo yo como padre? ¿Acaso yo ya no estoy siendo considerado en tus planes? ¿Qué debo hacer yo como tu esposo para verte feliz?— pregunto.
Maki suspiro ante tales preguntas. Apretó los labios por un momento mientras seguía pensando en aquella condición, la cual, si llegaba a aceptar, tendrían que inventar una muy buena excusa y que fuera creíble para que todos los demás no sospecharan nada y de paso, sabía que Yuta estaría más cargado de trabajo, ya que él por ser un hechicero de grado especial, siempre tenía más trabajo que ella... encargándose de misiones tanto dentro como fuera de la ciudad.
Después de unos minutos de silencio y reflexión, Maki preguntó algo más.
—¿Y este trato hasta cuándo duraría?—
—mmmm muy buena pregunta — Yuta llevo de nuevo su mano a su barbilla ante tal cuestionamiento. — ¿Hasta qué mes de gestación consideras TÚ como un buen momento para que dejes de luchar contra maldiciones? Porque tu misma lo dijiste... tu eres quién va a cargar con nuestro bebé y yo solo quiero que estés a salvo y de paso, cómoda con todo esto.—
Maki hizo un leve puchero ante tal cuestionamiento. Realmente no había pensado en aquel punto.
Paso sus manos hacia sus caderas mientras pensaba en una respuesta. Miro hacia el suelo y ahí fue cuando se miró el vientre sobre sus ropas.
Para las semanas que tenía de gestación, sabía que su vientre aún no se vería abultado.
En ese instante recordó las palabras que le había dicho Megumi sobre qué tarde o temprano, su vientre sería visible para todos y en esa situación ella ya no podría ocultar más su embarazo de los demás.
Un recuerdo más fue desbloqueado de su memoria, y fue uno sobre una especie de "ritual" que hacía el clan Zenin y que tenía que ver con el cuarto mes de gestación. Mes donde el vientre empezaba a resaltar y aquel era un número considerado importante porque se supone que el feto y la madre habían superado a la muerte.
—A los cuatro meses...— susurro Maki.
—¿Huh?— pregunto Yuta levantando una ceja. Pero su esposa guardo un momento más de silencio mientras seguía pensando.
Y así, después de unos minutos de reflexión más, Maki llegó a una conclusión.
Tomo un respiro y miro a su esposo fijamente.
—De acuerdo. Aceptare este "trato" que me propones, pero a cambio, se deberán cumplir dos condiciones... Sobre todo acepto esto porque de verdad yo me he ilusionado con esto de ser madre y es mi deseo tener a este bebé —
Yuta abrió grande los ojos por aquella respuesta— Esta bien ¿Y cuáles son esas dos condiciones?— pregunto con curiosidad.
Maki se acercó a su esposo, se plantó frente a él y con su dedo índice, le indicó que bajara un poco su rostro hacia ella.
Sabía que debía cooperar un poco con todo aquello, pero aun así también ella debía dejar en claro sus condiciones para sacar adelante aquella relación.
Aquel pelinegro sonrió levemente al entender aquella sutil señal que le había dado su esposa, acercó su rostro al de ella y paso sus manos a sus caderas mientras está le daba un leve beso en los labios antes de separarse un poco de su cuerpo para responder a aquello.
—Mis condiciones son las siguientes; Número uno: No le diremos a nadie sobre mi embarazo hasta el momento en el que yo lo decida. Y ese momento quizás sea cuando mi vientre ya se vea abultado. Cosa que será como para el mes cuarto o casi quinto de gestación. Y quizás una vez pasemos esas "semanas seguras", les diremos a todos que estamos esperando un bebé — levanto el dedo índice al enumerar aquella primera condición.
—De acuerdo, es entendible hasta cierto punto esta condición, así que no se lo diré a nadie— comento Yuta mirándola fijamente a los ojos y sin soltarla —Supongo que así podríamos esperar a que pase lo más crítico y sea completamente seguro el darles esta noticia— sonrió levemente.
—¡PERO DEBES PROMETERME QUE NO SE LO DIRÁS A NADIE!, ¡ABSOLUTAMENTE A NADIE O JURO QUE TE PATEARE EL TRASERO CON TODAS MIS FUERZAS! – Contesto Maki con una gran sonrisa en el rostro y un tono de voz amenazante.
Yuta rio un poco por la actitud de su esposa, parecía que ya había recuperado su humor de siempre. —Lo prometo— le mostro las palmas de sus manos como señal de promesa.
—¡Bien!
—¿Y cuál es la segunda condición?— pregunto Yuta acariciando un poco la mejilla de Maki.
Esta se acercó más a él, ahora se levantó en puntillas hasta poder alcanzar una vez más sus labios, pasando con elegancia sus brazos al cuello de su marido y empezó a besarle con demasiado deseo.
A Maki le costaba admitir en aquel momento, que Yuta se veía tan sexi con su ropa desabrochada y que aquello le provocaba aún un gran deseo por él.
—La segunda condición es...— contesto Maki entre besos y jadeos.
Las hormonas alborotadas por el embarazo la hacían tener un deseo sexual un poco más elevado que cuando no estaba embarazada y quizás aquello podría considerarlo como un "antojo" que iba relacionado a su segunda condición.
Aquel intercambio de besos comenzó lento, lleno de amor y deseo, pero poco a poco fue subiendo de intensidad, las suaves mordidas en los labios de ambos y un poco de los toques de sus lenguas se hicieron presentes.
Ambos se separaron para recuperar el aliento. Juntaron sus frentes. Yuta fue el primero en abrir los ojos mientras Maki empezó a hablar, sonrojada y aún con los ojos cerrados y con la respiración a medio cortar.
—Es la condición de que no dejes de tratarme y de verme como tu mujer...—abrió los ojos y lo miró con su frente recargada con la de él — Yuta, no quiero que dejes de hacerme el amor, no quiero que tampoco dejes de acariciarme ni de besarme ni de tocarme aun me ponga toda gorda por este bebé — su aliento aún se recuperaba —Y mucho menos quiero que me trates como a una enferma debido a mi embarazo, quiero que sigamos siendo los mismos de siempre... no quiero que me hagas a un lado sólo por este bebé que viene en camino—
Yuta sonrió por aquellas palabras, sus manos viajaron hacia las mejillas de Maki para tomar con delicadeza su rostro. Y sus labios volvieron a juntarse en un beso más.
—Nunca dejaría de hacerte el amor y mucho menos te haría a un lado...— contesto éste entre besos.
—Esas son mis dos condiciones...— Maki se separó un poco de sus labios para decir aquello y para poder volver a tomar aire. —Si aceptas estas dos condiciones, yo aceptare el que peleemos en equipo hasta que yo tenga entre cuatro y cinco meses de gestación. —
Yuta acaricio una vez más sus mejillas
—De acuerdo, aceptare tus condiciones, solo si prometes no aceptar hacer ninguna misión sin mi durante estos meses que vienen.—
Maki no tuvo más elección.
—De acuerdo, lo prometo— lo miró fijamente a los ojos y levanto las manos en señal de promesa.
Yuta sonrió una vez más por escuchar aquellas palabras, acercó sus labios una vez más a los de su esposa y empezó a besarle con demasiado cariño.
—Te amo.— respondió ella aún con sus manos alrededor de su cuello.
—Y yo te amo a ti.— le respondió su marido con una tierna sonrisa.
—Vayamos a descansar un poco más, en unas horas regresaremos a Tokio y el camino será largo.— contesto este empezando a dar unos pasos hacia dentro de la habitación.
Maki solo afirmó con la cabeza y le sujeto de la mano para entrar juntos de nuevo a la habitación.
Pero como dije, el deseo sexual de Maki, podría ser considerado como un antojo más en aquel momento, que ardía de pasión y quemaba con intensidad dentro de ella ... aquel antojo solo estaba aumentando y sabía que no se iría fácilmente, así que necesitaba ser suya aunque fuera aquella noche antes de que de verdad, las cosas entre ellos dos se pusieran más y más tensas.
🌊 Continuará...
Espero les haya gustado 💕
El siguiente capítulo quizás sea más explícito sobre "ese antojo" que trae Maki, así que quizás sea un capítulo "smut". El cual podrán saltarse si no quieren leer de esa temática en este fic. Aunque será un tema poco tocado en realidad en esta historia.
Si es que esta plataforma no me lo baja, de todos modos lo subiré tanto aquí como en Ao3 💕
En ambas plataformas pueden encontrar esta y todas mis demás historias.
Igual como se viene los momentos candentes entre estos dos, también se vendrán momentos de total tensión, que harán dudar a esos dos.
También, quizás más adelante les cuente esa dichosa misión en Osaka, donde ese bebé fue creado.
En fin, nos seguimos leyendo.
Pd: MakiGod ayudando a Itadori contra Sukugumi fue lo que necesitaba para encontrar ánimos en esta vida.
