Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Este capítulo contiene algunas escenas de violencia, favor de considerarlo al comenzar la lectura.

Veo lo que creo ver y no veo más. De lo que pueda contar no recuerdo nada, no hay necesidad de cantarlo más.

Creo creer, temo temer que esto es verdad. La vida se nubló en su totalidad, estoy perdido, y no sé mirar lo que dejé allá atrás. En ese camino largo que un día me vio caminar, nació esta ciega herida que borró hoy día mi ayer. —Día cero, la ley

Planeta Vampa

El tsufur avanzó decidido por los pasillos, habían pocos guardias en la base, la mayoría de los mercenarios se habían marchado a la batalla, caminó en la forma más natural posible, reprimiendo sus ganas de correr, tenía que evitar parecer ansioso, tenia que veré tan controlado y aburrido como siempre aparentaba e ingresó a la habitación.

Adentro todo estaba en calma, la suave respiración de Suzuke mientras dormía era todo lo que se escuchaba, acarició con ternura su cara, y miró con tristeza y enojo el brazo nuevamente enyesado que ella tenía, habría querido usar alguna de las nuevas cosas que habían inventado para reducir su dolor y ayudarla a sanar en forma más rápida, pero Paragus había sido bastante enfático en no proporcionar nada que la ayudara a recuperarse, sabía que lo estaba haciendo para asegurar que no pudieran escapar, pero el tsufur estaba tan harto de la forma tan cruel en que los oprimían que no pensaba dejar pasar la oportunidad reciente que tenían al no estar los saiyan en la base, para huir de allí.

Suzuke sintió esa gentil caricia y abrió los ojos, Sook le daba la mirada de amor más pura que nadie le había dado, lo amaba demasiado. — Toma estas pastillas, te ayudarán a no sentir el dolor— Comentó gentil el científico, pero ella se negó.

— Se darán cuenta si tomas ese medicamento para mí, no dejaré que te castiguen por mi culpa— Comentó con dulzura la Tsufur. Si algo había sido una constante en n la vida de la Tsufur y la hacían querer continuar viviendo día a día, era el amor de su pareja.

Él negó con la cabeza — No lo harán, un mercenario fue gravemente lastimado en un entrenamiento, y aprovechando que necesita estos medicamentos he tomado solo un poco para aliviar tu dolor.— Comentó el científico.

— Tómalos— Insistía preocupado, realmente odiaba la situación, él y Suzuke eran los genios tras la mayoría de la tecnología de la que disponían Paragus y Kale y aún así los obligaban a vivir lo más precariamente posible.

Vio la cara de duda de la Tsufur, insistió nuevamente — Te digo la verdad, un mercenario necesitaba este medicamento, receté un poco más de lo necesario para poder traértelo, así que no temas—

Suzuke realmente se sentía muy adolorida, así que decidió hacerlo, sobre todo porque veía el dolor en los ojos de Sook al verla en ese estado tan deplorable, y ella no quería que él se siguiera echando la culpa de algo de lo que claramente no era responsable.

— Saldremos de aquí... Estoy preparando una nave, no dejaré que te vuelvan a lastimar— Decía serio Sook, quien a ese punto se sentía un serio fracaso por todo lo que sucedía pero sobre todo por su incapacidad de cuidar a la persona que más amaba.

— Sí nos vamos ahora Chard no se logrará recuperar, además la última vez fue mi idea y Paragus logró detenernos antes de poder huir— Decía Suzuke quien no quería que su pareja sufriera las consecuencias de otro desastroso intento de escape.

El padre de Broly la última vez le había advertido que si lo intentaban de nuevo, mataría a Sook.

— Prefiero morir intentando que seas libre, a ser testigo de cómo ese maldito te lastima nuevamente — Decía furioso el tsufur.

No pudieron seguir discutiendo porque justo en ese momento la computadora de su base le había enviado ya una alerta a ambos científicos indicando una entrada de una nave no autorizada en Vampa.

— ¿Enemigos?— Confundida preguntó Suzuke al escuchar las alertas.

Sook también estaba igual de confundido, sobre todo porque justo en ese instante Paragus debía estar enfrentando a los saiyajines en un planeta aledaño.

— Computadora muéstrame la nave que ingresó y las zona donde se encuentra.—

"La nave han sido identificada como parte de la flota del imperio saiyajin, puedo establecer conexión con ellos, ¿Deseas comunicarte?" Fue la réplica de la inteligencia artificial.

Sook miró a la Tsufur, no entendía cómo es que podría ser alguno de los saiyajines si precisamente estaban peleando en ese momento con Paragus, y era demasiado pronto para que el combate hubiese terminado.

—"Establece contacto"— Confirmó Sook mientras acariciaba la mejilla de la tsufur.

Al ser el científico en jefe era quien recibía las alertas de la inteligencia artificial de la base, con Suzuke tan herida, era imposible escapar ahora así que intentaría negociar con los invasores, pues los mercenarios que aún se hallaban en la base si bien eran fuertes, no creía que pudieran vencer a los saiyajines y podrían usar eso a su favor.

Gure se hallaban nerviosa, nunca jamás le habían mentido a su saiyan y solo esperaba que si él llegaba a sentir su ansiedad por medio del vínculo, creyera que esta era solo por la angustia de saber que él estaba en este momento en una de las batallas más difíciles que tendría que enfrentar.

Sabía que Tarble se había ido tranquilo a pelear, porque ella se había quedado en la base saiyajin al cuidado de Celery, pues por mucho que la saiyan suplicó, no la dejaron estar en el campo de batalla.

Estaba nerviosa pues era consciente de que a su pareja no le iba a parecer nada bien que se hubiese ido directamente a Vampa, poniendo an ella y a su pequeño hijo en gestación en peligro.

— No estoy segura de esto Celery, aún podemos regresar...— Dudosa decía la pequeña alien, mientras seguía pilotando la nave...

Tan pronto como se habían ido a pelear el resto de los saiyajines, pusieron en marcha el plan que habían acordado ella y la saiyan:

El plan inicial plan consistía en que ambas se quedarían en la base saiyajin, sin embargo Celery no había estado de acuerdo.

Había confrontado en privado a Vegeta.

— ¿Puedo pelear sabes? No arriesgaré a mi hijo, pero necesito pelear, quiero ser parte de quienes maten a esos malditos, ¡No puedes quitarme eso! — Le reclamaba la saiyan.

Vegeta entendía el dolor de Celery, comprendía de sobra el infierno en el que ella se hallaba, mucho más de lo que la saiyan creía.

Durante el tiempo en que creyó a Bulma muerta había sido un infierno para él, y era por ese motivo que comprendía cuán profunda era la herida en Celery, sabía que ahora la saiyan estaba realmente afectada por el dolor de haber visto morir a su pareja, pero no podía dejar que se expusiera tanto.

Aún así no quería que hiciera una tontería mayor así que le propuso algo.

— No te puedo dejar acompañarnos. Solo nos estorbarás y lo sabes. Si vas, todos estaremos más pendientes de evitar que alguien te lastime gravemente y no estaremos enfocados en la pelea. Solo serás un distractor, una molestia, así que no irás Celery— Había comentado tranquilo.

Pero ella se había vuelto últimamente muy rebelde, y lo enfrentó — No puedes detenerme, una vez que se vayan llegaré ahí — Lo retó enojada.

Ella sabía que estaba siendo irresponsable, que si Basil estuviera ahí no solo la regañaría sino que la amarraría de ser necesario para protegerla y ese era el problema, él ya no estaba ahí para ella, y aunque Kyabe su hermano la amaba, ella solo lo necesitaba a él: Al amor de su vida.

— ¿Acaso no crees que sé que eres tan estúpida de ir por ti misma a tu muerte?— Burlón le dijo del príncipe saiyajin.

—¡Claro que lo sé! Pero si eso es lo que quieres entonces serás de más de utilidad en otro frente de batalla...—

Y así era como Celery había acordado con Vegeta que ella fuera a Vampa a buscar a Chard.

Si conocía a Paragus, habrían mercenarios y Vegeta lo sabía y se lo hizo saber a ella:

— ¿Estas consciente de que irás directamente a la guarida del enemigo?— cuestionó directamente el príncipe saiyajin, la decisión de Celery no era de su agrado pero debía intentar que la saiyan entendiera lo que significaría ir a ese lugar.

—Es mi decisión y acepto ir a Vampa— decía ella decidida.

Sería peligroso, y aún así tenía más probabilidades de sobrevivir a que si los acompañaba a ellos a la batalla principal contra Broly y Paragus.

Después de que todos los saiyan se hubiesen marchado rumbo al planeta Fuz, Gure se percató de que Celery estaba alistando una nave.

— ¿¡Qué haces!?—Alarmada comentó, y fue ahí donde Celery le contó que iría a Vampa por a recuperar a Chard.

La pequeña alíen sabía que no tenía la fuerza para detener a la saiyajin, pero el resto de saiyajines sí, así que se contactó directamente con Vegeta para que él le hablase y acabará con esa locura.

La pequeña Tech no había hablado casi directamente con el hermano de su saiyan pero confiaba en que él la ayudaría.

Es por eso que Gure se sorprendió después de contarle al príncipe saiyajin y escuchar que él solo le decía — Déjala que vaya—

La pequeña alien nunca se revelaba contra las órdenes del hermano de su amado, excepto por esta vez:

— ¡Está embarazada, puede salir seriamente lastimada y su bebé también! —

Vegeta estaba por dar una orden y zanjar la discusión, no se hallaba en esos momentos con el ánimo de lidiar con los problemas ocasionados por Celery, pero recordó que la mujer de su hermano también estaba de encargo y sabía que Tarble se pondría furioso si sabía que le había hablado muy rudo a ella.

Le divertía ver como su pequeño y noble hermano se había vuelto tan territorial cuando de esa hembra se trataba. Pero quién era él para juzgar a su hermano, si el mismo Vegeta entregaría en este momento el universo entero para tener a Bulma de regreso a su lado.

Respiró profundamente tratando de obtener la escasa paciencia que le quedaba para contestarle a Gure sin sonar tan tajante — Si no la dejo que vaya a Vampa, buscará la forma de venir a la batalla principal, asegúrate de darle una nave que le permita ir y volver, en ese lugar no debe haber más de un puñado de mercenarios, sólo asegúrate que la nave sea rápida y tenga buenas defensas—

Fue todo lo que dijo antes de colgar la llamada.

Gure se quedó pasmada... a su forma Vegeta estaba tratando de proteger a la saiyan. Así que ella tomó su propia decisión, no le diría a Tarble o se opondría, abrazó su pancita, — Vamos a estar bien bebé, perdóname pero mami no puede dejarla ir sola... — Y decidió acompañar a Celery a rescatar a Chard.

La saiyan se hallaba ajena a todo lo que Gure y Vegeta habían hablado, se encontraba en ese momento cargando en la nave el resto de cosas que necesitaría, cuando de pronto, vio a una Gure vestida en un extraño uniforme militar con la insignia del planeta Tech en él. Ese era el planeta de origen de Gure. Antes de que Celery pudiera decir algo fue la pequeña alíen quien habló.

—Te acompañaré a tu misión, no podrás maniobrar esta nave y defenderte a la vez, yo mantendré la nave a salvo una vez llegando al lugar, en lo que rescatas a Chard—

Celery la miró sorprendida - ¡No! Esta es mi misión y no quiero sobre mi ningún remordimiento por tu causa, Tarble y Vegeta me matarán si algo te pasa...—

Por mucho que la sed de Venganza de la saiyan era fuerte, tenía claro que no pondría a esa frágil criatura en peligro, porque así era como ella la veía, como una indefensa criatura.

Gure la miró retadoramente, —si crees que no he estado en la guerra te equivocas, ayude a Tarble durante las batallas en el planeta Tech, gracias a él pudimos ganar pero eso no significa que no sepa pelear, así que sé perfecamente bien pilotar naves de combate y esquivar ataques, me necesitas — La mirada decidida retó a Celery.

De esa forma fue como Gure se vio involucrada en esa situación, ahora estaban llegado al espacio aéreo enemigo, sabía que seguramente los científicos tsufur habían sido avisados. Por lo que pudo conocer de Suzuke, ella al igual que Bulma habrían puesto satélites de reconocimiento en avanzado en el sitio como protección.

Tenían poco menos de 3 minutos que habían entrado a la atmósfera de ese planeta verdoso y agresivo: Vampa, cuando el contacto se dio.

—Saludos nave no identificada, informen su propósito en este planeta y quienes son o se enviarán fuerzas de combate a atacarlos— Una voz que no reconocieron de hombre les informó eso.

Celery estaba por hablar cuando Gure con más experiencia diplomática habló:

—Venimos en representación del príncipe Vegeta, futuro rey de los saiyajines, queremos hablar con el representante actual- La eperanza de Gure es que quien estuviera al frente fuera Suzuke, sería más fácil razonar y negociar con alguien que ya conocían.

La misma voz masculina contestó: —Mi nombre es Sook, científico en jefe en esta base.—

Celery se adelantó antes de que la pequeña Tech pudiera hablar —¿Suzuke está aquí?— La saiyan creía entender cual iba a ser el plan de la mujer de Tarble.

Sook estaba nervioso cuando escuchó que preguntaron por Suzuke, ella misma las escuchó y reconoció las voces pero él no le permitía contestar, estaba preocupado y temía que quisieran tomar represalias contra ella.

—Te escuchamos— fue todo lo que él contestó.

Celery continuó — Sé que no quieres seguir la órdenes de Paragus Suzuke, podemos llegar a un acuerdo...—

Sook no quería que hablara la tsufur pero ésta se le adelantó. — ¿Cuál está propuesta?—

Y de esa forma la saiyan y la pequeña Tech pusieron la negociación en la mesa... esperando que los Tsufur aceptaran y que no las emboscaran...

Planeta tierra

Lapis se hallaba frustrado, llevaba varios días en la corporación y estaba siendo un reto poder sacar el potencial de los pequeños semisaiyans, que si bien aprendían con asombrosa velocidad, no era lo suficientemente rápido y a este paso, debería usar técnicas más extremas para obligarlos a desarrollar su fuerza en forma acelerada , pero él se nagaba a hacerlo, —Esto no es un juego, ¡Ataquen de verdad! —decía enojado mientras golpeaba fuertemente en el costado izquierdo de Trunks hecho que Goten aprovechó para intentar emboscar al androide.

Número dieciocho que llevaba rato viendo la pelea sonrió condescendiente a su hermano para fastidiarlo más, — ¿Necesitas ayuda hermanito? — Burlona dijo mientras ingresaba a la zona de entrenamiento, — No puedo creer que unos simples niños acaben con tu paciencia—

Su gemelo se rió — Todos tuyos— decía mientras se hacía a un lado para que los dos semisaiyans comenzar a pelear con ella.

Si bien Lazuli había visto lo bien que peleaban ambos infantes, para ella no era suficiente, y en el fondo creía que, sobre todo Trunks no le estaba tomando la seriedad que debía, ¡Nada más lejos de la realidad! Aún así ella le exigiría al infante tan despiadadamente como Vegeta lo haría.

A decir verdad, el pequeño príncipe había estado entrenando en cuerpo y alma, esa era la forma de mantenerse cuerdo, pues en el fondo, él tenía un enorme temor oculto desde su más tierna infancia, dicho temor era que su mamá y papá desaparecieran de pronto y nunca volviera a verlos, parecía ahora que su peor pesadilla podría hacerse realidad y era por eso que estaba replicando en forma inconsciente la manera en que su padre sepultaba sus temores: Canalizando sus miedos y dolores a través de la batalla, dedicándose en cuerpo y alma a la misma, el joven príncipe era más parecido a su padre de lo que su apariencia física más humana hacía creer.

La rubia androide comenzó así su ofensiva, atacando en las zonas desprotegidas de los infantes, agraviándolos para quebrarlos — ¿Eso es todo lo que el hijo del autoproclamado emperador de la galaxia puede hacer?— Decía burlándose de Trunks mientras miraba al infante frente a ella.

— ¡Es tan aburrido pelear contigo — Decía a modo de queja para lograr el efecto de ofenderlo, volteó a ver a Lapis quien la miraba entremetido — Diecisiete sube al

Doble la gravedad de esta basura, necesitamos ver si valen la pena estos mocosos o no.

Lapis de rio mientras se acercaba a los controles de la cámara de gravedad y hacía lo que su gemela le había pedido.

Trunks la miró con arrogancia, con aquella mirada tan característica del príncipe de lo saiyajines — ¡No eres más que una tonta!— dijo despectivo mientras una sonrisa al más puro estilo de su padre aparecía en su cara — ¡No puedes compararte con él!— soberbio contestó, mientras sentía en sus huesos la nueva fuerza de gravedad que lo hacía querer doblarse por lo pesada que era, pero no lo demostró, ¡Jamás lo haría!

La rubia androide sonrió al percatarse del parecido tan tremendo que el infante tenía con su padre, sabía que por fin empezaría a pelear de verdad porque había tocado una fibra sensible, aunque no lo demostrara, ella sabía que por fin había hecho enojar al crío.

Trunks se sentía frustrado, porque podía sentir como su cuerpo vibraba con más poder, y a pesar del incremento en sus habilidades y poderes, ni Lazuli ni Lapis lo tomaban en serio y eso estaba sacando al infante de sus casillas.

Goten miró a su amigo, era fácil pelear a su lado, tenían cierta habilidad y química para pelear juntos, se entendían muy bien, como si hubieran sido compañeros de pelea desde siempre.

Los críos rodearon a la androide, mientras que ella volteaba a ver al más escandaloso que en ese momento era Goten, Trunks se preparaba para golpearla.

Mientras eso pasaba las naves de los mercenarios por fin habían pasado Marte y estaban realmente más cercanas al planeta Tierra.

Ptore, ese el nombre del mercenario al servicio de Paragus que iba en esa misión. Había estado en el ejército de Freezer y su raza que se tenía ciertos rasgos parecidos a las lagartijas, era bastante habilidosa en el tema de las peleas, y a pesar de su natural capacidad para la pelea, no era rival para alguien como Vegeta.

El padre de Broly le había prometido la gloria, sería inmejorable si él se hacía con la captura del vástago bastardo de Vegeta y de esa manera Paragus le daría más de ese suero milagroso que potenciaba su fuerza, que los hacía cada vez más fuertes, se sentía que de esa manera pronto sería invencible.

— ¿Está todo listo?— Ordenaba el mercenario a su equipo, mientras todos ellos se preparaba para la próxima pelea...

Tights suspiró por décima vez ese día, no quería aceptarlo pero se hallaba metida en serios problemas porque Radditz nada más no salía de su mente, y eso la frustraba pues comenzaba a tomar más en serio de lo que debiera las palabras del saiyajin.

Se miró al espejo, durante un largo rato, admirando su figura reflejada en la prístina y clara imagen que proyectaba tan precioso espejo. Se veía linda... Le gustaba lo que su reflejo le devolvía de ella.

Rubia, ojos cafés, delgada y bien proporcionada.

«¡Me encantaría tener más caderas! Pero no me quejo, además mis senos son de muy buen tamaño»

Pensaba mientras en forma inconsciente se tocaba los senos, tenia un pecho generoso, herencia de sus genes maternos, de pronto mientras se autopalpaba los mismos, a su mente vino la imagen del hermano de Gokú, él y su manía por succionar sus pechos, por morder sus pezones.

De tan solo recordar todas las cosas que habían hecho juntos sentía que su líbido despertaba, y se sonrojó de forma instantánea.

«¡Es que ahora todo va a excitarme! ¡Ahhhhh! maldito seas Radditz, vas a pagarlo cuando regreses»

Pensaba frustrada y mientras intentaba ser optimista recordó que nada le garantizaba el retorno del saiyan, no quería ser insegura pero... ¿Y si solo el calor del momento, la adrenalina de la batalla era lo que lo había hecho decirle todas esas cosas que le prometió?

¿Cómo le explicaría eso a sus padres...? — Más te vale que no te atrevas a dejarme imbécil.— Masculló enojada la rubia Briefs mientras cerraba su puño y lo azotaba contra la mesita de madera en su habitación.

Inhaló tratando de controlarse, todo lo referente a Radditz la alteraba. De pronto, otra posibilidad en la que no le gustaba pensar zurcó por su mente... ¿Y si Radditz no sobrevivía a la batalla?

La hija mayor del doctor Brief sintió como si le hubiesen dado un puñetazo en el estómago

«No te atrevas a morirte Radditz, o juro que invocaré a Shen long y te reviviré solo para ser yo quien te vuelva a enviar al infierno»

Sonrió maliciosa al imaginarse ese escenario, intentaba así quitarle un poco de incertidumbre a la situación de no saber nada de él. No quería decirlo en voz alta pero estaba aterrada de pensar todo lo que podría suceder.

Justamente estaba tratando de poner en orden sus pensamientos cuando la alarma que había en la corporación cápsula comenzó a sonar, informando a los presentes que una nave no identificada se acercaba, corrió de prisa a la sala, donde sabía que hallaría a sus padres y a Milk, la esposa de Gokú.

Tan pronto su padre la vio, comentó en un tono ecuánime mientras se fumaba un cigarrillo: —Una nave se acerca rápidamente a la Tierra. Posiblemente sea alguno de los saiyajines...—

Pero Tights no era tan optimista como su padre. Su madre tenía en brazos a la hija de número dieciocho mientras escuchaba lo que decían e intentaba tranquilizar a la pequeña.

—¿Esas alarmas es porque vienen seres malos?— preguntó curiosa la pequeña.

Milk intentó esconder la realidad, pues la niña era my joven para entender el peligro real en el que posiblemente estaban — Seguramente son amigos y aliados de mi Gokú y de ese feo saiyajin llamado Vegeta, no hay nada que temer linda.—

Marron risueña y con la inocencia que el ser una niña tan pequeña depara, simplemente sonrió antes de contestar en forma casual —Que bueno que son amigos, pero si no lo fueran mi mami los golpearía, ella es muy, muy, muy fuerte. Siempre le gana a papi en las peleas cuando entrenan, además papi dice que mamá es la mujer más fuerte que existe en este planeta y yo le creo a papi— dijo con total inocencia la pequeña hija de la androide dieciocho, para después bajarse de los brazos de la madre de Bulma, y correr a una parte de la sala alfombrada y ponerse a jugar a las muñecas.

Tanto los Briefs como Milk se quedaron algunos momentos viendo a la pequeña sumergirse en su mundo de juegos, tan ajena a la realidad, tan confiada en que estaba a salvo, que por un instante quisieron creer que eso era real.

—¿Cuanto tiempo tenemos antes de que la nave desconocida aterrice y donde lo hará? — preguntó Tights lo más tranquila posible y en tono bajo para evitar que la pequeña Marrón escuchara la conversación, acabando con el silencio que se había generado por momentos en el lugar.

El buen doctor revisó los datos de la computadora central de la corporación cápsula mientras recibía la ultima información de los satélites que se hallaban en el sistema solar. — Deberá estar llegando máximo en dos hora más, por la trayectoria de la nave debería aterrizar en alguno de los cuadrantes de ciudad Oeste — comentó el buen doctor en tono tranquilo.

Milk estaba callada, mientras tenia los puños apretados, se hallaba realmente enojada, quienquiera que fuera que venía en camino eran seres hostiles, su esposo les habría avisado si fuera alguien de los suyos.

—Yo también ayudaré de ser necesario— comentó la madre de Gohan en forma decidida. Tights miró a la pelinegra, podía sentir el enojo emanando de la mujer, y a pesar de lo bien que les vendrían más manos en la pelea, lo cierto es que las habilidades de Milk no eran suficientes para enfrentar a lo que sea que viniera en esa nave. Si había entendido bien a lo que Radditz le contó, los mercenarios del tal Paragus estaban modificados bioquímicamente y eso ponía a la Tierra en serios apuros, no sabían que esperar.

—Claro que nos ayudarás Milk, pero no en el campo de batalla, necesitaremos protección, aquí en la corporación, llamaré ahora a los guerreros Z para que sepan el lugar a donde llegará el potencial enemigo...— decía decidida la rubia Briefs.

Tenshin Han, Chaoz y Launch de pronto llegaron, tan pronto como la madre de Bulma les abrió e invitó a pasar preguntaron por los pequeños saiyans.

—¿Dónde están esos niños y los androides?— serio preguntó Ten Shin Han, pero no hubo necesidad de que alguno de los presentes contestara porque la androide 18 lo hizo.

—Hola tres ojos, no te preocupes nos ocuparemos de esos enemigos, no tienes nada que temer— Burlona decía Lazuli, mientras una Lauch que se hallaba transformada en su personalidad rubia y por tanto mas agresiva, la miró enojada por su forma irrespetuosa de tratar a su novio.

—Ten sin Han solo preguntaba por cortesía, él no necesita la ayuda de alguien como tú...— molesta replicó.

—Launch...— amonestó el aludido, pues no le gustaba que su voluble novia se metiera en tantos problemas, no sería bueno que entrara en problemas con numero dieciocho y más teniendo esos desconocidos enemigos a las puertas de la Tierra, se enfrentaban a una posible invasión.

Pero Lazuli no tuvo tiempo ni quiso contestar pues en ese momento Marrón por fin se percató que su mamá había regresado a la sala y corrió emocionada con ella —¡Mami!— decía mientras se abalanzaba sobre la androide quien simplemente tomó a su inquieta hija en brazos.

—¿Te has portado bien?— en forma seca pero con la mayor amabilidad y ternura que su frío ser le permitía preguntó a su adorable hija.

—¡Sí mami! ¡Me he divertido mucho! ¿Irás a vencer a los seres malvados que vienen a la Tierra?— preguntó emocionada la hija de Krillin, mientras Lazuli sonreía ante la emocionada pregunta de la infante.

Pero antes de que la androide contestara, su esposo aterrizó en los jardines de la corporación, y Marrón al notar que su padre había llegado, emocionada saludó —¡Papi! ¿Vienes a ayudar en la pelea a mami?—

Krillin sonrió intentando mantener el tono de la conversación relajado —Creo que has visto demasiada televisión últimamente Marron— se rió mientras le daba una significativa mirada a su esposa.

Trunks y Goten se quedaron callados mientras veían la interacción, a pesar de que Marron era solo pocos años mas chica que ellos, su pensamiento era mucho más infantil que el de ellos, los otros dos habían tenido que madurar más rápido al menos en Trunks esa madurez se notaba, vivir en un mundo guerrero lo había hecho crecer rápidamente.

Tights se acercó a ellos, el maestro Roshi también había llegado junto con Yajirobe que había sido enviado por el maestro Karim y Dendé para apoyar en la medida de lo posible con su fuerza y entregando semillas del ermitaño.

El último en llegar fue Yamcha, saludó a los presentes, incluido a Trunks quien le recordaba demasiado a Bulma en su apariencia, pero dolorosamente también al principe saiyajin, esa mirada que el pequeño le dio y la forma arrogante de alzar la ceja mientras evaluaba a los recién llegados, le hacía entender al lobo del desierto que el infante era realmente hijo de su padre: Aun teniendo el color de ojos y cabello de la madre, ese porte arrogante de pararse, y esa mirada, destilaban por los poros que era el hijo de Vegeta.

Tights decidió hablar ahora que todos estaban reunidos, —De acuerdo a las coordenadas de trayectoria que han calculado los diversos satélites estará llegando en las siguientes coordenadas de la capital Oeste— comentaba la rubia briefs mientras enseñaba una pequeña replica en 3D del lugar donde aterrizaría la presunta nave enemiga.

—¿Que tan certera es la información?- Preguntó Yamcha, quien aunque confiaba ciegamente en los datos dados por la rubia, quería asegurarse de que no hubiera error, ella lo miró, con el Lobo del desierto jamás tuvo mala relación, aunque tampoco es que se hubieran tratado demasiado, sabía que tiempo atrás había sido novio de su hermana por muchos años, eso hasta que el principe saiyajin llegó y lo desplazó de ese sitio.

—La nave enemiga está entrando a zona aérea de la luna, pasará en breve a esta y se comenzará a adentra a la zona externa del espacio exterior de la Tierra.—

Fue ahora el maestro Roshi quien preguntó... —¿Cuánto tiempo tenemos hasta el aterrizaje?

Esta vez fue el padre de la rubia quien habló:

—En una hora más estarán entrando a la atmósfera terrestre ahí podremos recalcular la trayectoria y determinar el punto de aterrizaje que tendrán... —comentó el científico Brief a todos lo oyentes, quienes simplemente se mantuvieron en silencio esperando para medir fuerzas con quien fuera que viniera a verlos...

Planeta Fuz

Las guerras siempre son cruentas y sangrientas, nunca son fáciles y jamás terminan sin afectar a ambos lados, todo aquel que entra en una siempre tiene que afrontar consecuencias de las mismas y las secuelas que tras la estela de destrucción quedan.

Broly siempre había sido catalogado como un chico problema desde su nacimiento y en forma injusta, pues todo ese exceso de poder que su cuerpo contenía, y su falta de experiencia para poder controlarlo, no eran su culpa. Él simplemente intentaba cumplir con lo que su exigente padre le pedía cada vez, sin embargo esta vez la instrucción que le habían dado era tan rara como despreciable que por más que lo intento no pudo aceptarla.

Su mente seguía atascada en el momento exacto en que Kale, sin ningún asomo de duda había lanzado su ki, haciendo explotar esa nave. El dolor que lo atenazó era indescriptible.

La vez anterior, cuando la nave donde estaba la peliazul explotó, había sido difícil y aún así llevadera, pues si bien él había empezado a conocer a la científica terrestre y le había agradado como persona, no habían desarrollado aún el nivel de camaradería, de íntima amistad, de complicidad que ahora tenían. El haberse hecho tan cercanos, al tener que vivir durante ese tiempo juntos, durmiendo abrazados, como hermanos, como amigos, había hecho que esta vez el dolor de pensar que la había perdido se hiciera demasiado.

Nuevamente sintió repudio por estar en ese lugar, odiaba ir a esos planetas ajenos a su vida, el saiyan definitivamente no se sentía cómodo fuera de Vampa, por ratos maldecía todo, él solo quería volver a ese planeta verde, lleno de flora y fauna peligrosa, que mantenía un agreste paisaje que aunque no era bonito a ojos de nadie más, para Broly lo era. Era el único planeta, el único hogar que había conocido.

Quería regresar a Vampa, y pasar su tiempo viendo a Bah y a su familia de lejos. Quería regresar a Vampa y volver a disfrutar de todo ese tiempo en compañía de Bulma, quien le sonreía y preparaba de comer mientras el entrenaba.

Y aún así sabía que aunque volviera su vida no sería como lo fue antes:

Primero fue a Bah a quien tuvo que dejar de frecuentar por su seguridad y ahora jamás volvería a ver a ella... a la hermosa mujer que le sonreía y cuidaba y le ofrecía su amistad a pesar de ser él un monstruo.

—¡Broly! ¿Qué estás haciendo? ¡MÁTALOS de una buena vez! —Furioso gritó el padre del saiyajin.

Paragus se hallaba sumamente molesto, pues sus órdenes aún no eran obedecidas por su hijo.

Vegeta veía la situación con atención, algo dentro de él lo carcomía por ver a ese saiyajin tan afectado por la destrucción de la aeronave en donde presuntamente iba Bulma, aún tenía en mente el aroma de ese bastardo sobre su mujer, y las ganas de mandar el plan al diablo llegaban a él, quería atacarlo y olvidarse de matar primero a Paragus.

Respiró profundamente para controlarse, miró con detenimiento la situación: Estaba seguro que por el momento el saiyajin llamado Broly no seguiría las órdenes de su padre, seguía aún en shock.

Vio a su alrededor, el resto de los saiyans habían comenzado a guerrear una pelea cruenta, pues podía ver claramente como los mercenarios se hallaban infectados con algo, olían mal, lo que sea que le hubiese inyectado Paragus no era algo bueno para ellos, era demasiado potente y seguramente a la larga los mataría.

Miró de soslayo a donde Broly estaba, pero el hijo de Paragus realmente parecía ajeno a toda pelea que sucediera a su alrededor, así que Vegeta asumió que no saldría de su estado catatónico en un rato, por tanto no lo atacaría, aún cuando lo deseaba pues los celos y el enojo de sentir el olor de ese bastardo sobre ella lo tenían al borde del desquicio.

Avanzó a paso decidido para enfrentarse con el ser despreciable en qué se había convertido Paragus.

— Patético — Escupió con desprecio al verlo.

Paragus reparó en él, justo estaba por comenzar a pelear con Kyabe, pero lo dicho por Vegeta captó la atención del otro, quien sonrió presuntuoso al verlo.

— ¿Tantas ganas tienes de morir Vegeta?—comentó burlón.

El otro saiyan como si hubiera escuchado hablar a un insecto le miró con el desprecio que dirigirse a alguien de tan poco valor le generaba.

— Príncipe Vegeta para ti, insecto— desdeñoso corrigió.

Kale, quien acababa de llegar al lado de Paragus pues, había estado peleando con Caulifla hasta que varios mercenarios llegaron a atacar a la otra saiyan, se apresuró a acercarse, pues también tenía cuentas pendientes con Vegeta.

— ¿Príncipe? ¿Príncipe de qué Vegeta? ¡No eres nadie! Eres solo un patético intento de príncipe... acabaremos contigo— burlona decía.

Vegeta ni se inmutó, ni siquiera la volteó a ver, y eso comenzaba a desquiciar a la saiyan, quien ya había notado en varias ocasiones que si bien el príncipe saiyajin contestaba a los insultos de Paragus y se medía también con Broly, con ella, no importaba lo que dijera jamás le contestaba, como si lo dicho por Kale no hubiera siquiera sido escuchado... como si toda ella fuera transparente, un fantasma.

Mientras eso sucedía, Piccoro estaba deteniendo a Kakaroto quien estaba decidido en atacar a Paragus en ese momento, — ¡Gokú cálmate! Seguramente Bulma está bien— Decía en voz baja el namek mientras intentaba calmarlo.

— ¡Como dices eso Piccoro! ¿No viste como esos malditos explotaron la nave donde entró Bulma? —

El namek no quería perder la paciencia, respiró profundamente antes de hablar en forma baja con el saiyajin — ¿Y no se te hace extraño lo calmado que está Vegeta?—

Vegeta en ese momento recibió por el comunicador la confirmación que necesitaba, y con eso podría controlar los ánimos de los saiyans, pues el mismo Kakaroto se hallaba fuera de sí al pensar que Bulma realmente había sido asesinada está vez, no era tonto podía ver la ira en todas las caras, y en el caso de Kakaroto como el namek apenas podía controlarlo.

—Los soldados de los diferentes planetas han llegado, y están ahora en posición de ataque— La voz le confirmó.

Vegeta estaba por hablar cuando una Kale que se hallaba demasiado enojada por ser ignorada, se interpuso en su camino, para groseramente interpelarlo — ¿Quién te has creído para no contestarme? ¡Eres un gusano, no vales nada!—

Pero Vegeta ni siquiera la volteó a ver cuando de un movimiento rápido que hizo mover su capa roja, la quitó de su camino, haciéndola caer a varios cientos de metros de distancia.

Pepper que había visto la acción lanzó una risita insidiosa mientras se acercaba a la que alguna vez se consideró al futura reina de los saiyajines quien aún permanecía en el suelo.

Se puso en cuclillas para estar a su altura, y le sonreía con condescendencia que irritó a la otra saiyan. — ¿Sabes por qué Vegeta no se molesta ni siquiera en contestar tus provocaciones?— Con la dulzura de quien le habla a un niño demasiado pequeño, le hablaba la novia de Tooma a quien alguna vez le rindió respeto.

—Porque mientras fuiste SU princesa te lo dio TODO, tanto así que sacrificó lo que sentía por otra mujer por ti. Tanto así que en contra de todos siempre te enalteció, tanto así, que... a pesar de todo jamás te quito tu lugar y aún cuando le "habías dado un hijo"— dijo la saiyan remarcando esa parte con ironía.— y éste no era el más fuerte, él siguió manteniendo su promesa de hacerte su reina...—

Pepper movió con desaprobación, con disgusto la cabeza.— ¿Y toda esa lealtad para que? No solamente te atreviste a deshonrarlo una y otra vez, si no que estuviste siempre en su contra, ¿Por qué te ignora y no te toma en serio? Porque TÚ misma y tu falta de palabra y honra te hizo invisible a él, ahora lidia con las consecuencias de tus actos, ¡Mujer impía!— Decía Pepper mientras el desprecio destilaba en su voz.

Kale se sintió sumamente fuerte enojada y ofendida, estaba harta de que nadie la tomara en serio ni en cuenta.

— ¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Quien te has creído para atreverte a cuestionarme? ¡Acabaré contigo!— Furiosa dijo mientras se lanzaba a pelear contra Pepper, quien sonrió victoriosa al escucharla decir eso, sacar a la otra saiyan de sus casillas siempre había sido su plan. La haría pagar por todo, incluída la muerte de Basil, a quien ella consideraba un hermano.

Odiaba a Kale, la despreciaba por que ella era culpable que ese loco de Broly hubiera matado de esa forma tan horrible a Basil, y al haberlo asesinado había técnicamente acabado con la voluntad de vivir de Celery, ellos eran su familia y ahora por culpa de alguien tan despreciable como era Kale, Basil ya no estaba y el futuro de Celery era incierto.

— ¡No eres más que una impía mujer malagradecida! Nuestro príncipe te lo dio TODO y te enalteció, cuando NO ERAS NADIE y así le pagaste, así nos pagaste a todos y destruiste lo que con tanto esfuerzo construimos, ¡Pagarás todo lo que has hecho!

Fue lo último que le dijo la saiyan antes de lanzarse sobre Kale y comenzar a Pelear; tan pronto como Caulifla notó la pelea entre Kale y Pepper, se quitó de encima varios mercenarios pues quería ir a ayudar a Pepper.

— a donde vas asquerosa saiyajin— Le interrumpieron el paso varios mercenarios que llegaban a vengar a los otros guerreros muertos a manos de Caulifla, pero antes de que ella comenzara a pelear contra estos, Kyabe quien había dejado a Vegeta enfrentándose a Paragus llegó.

—Esa no es la forma de hablarle a una dama, aun siendo una guerrera merece respeto... pero que se puede esperar de un seres tan estupidos como ustedes...— dijo Kaybe dispuesto a reemplazar a la saiyan en la pelea, él asintió con la cabeza a su pareja para que ella se retirara, él se haría cargo de esas escorias...

.

.

.

— No eres más que un imbécil con ínfulas de emperador— Paragus seguía queriendo provocar a Vegeta, quien simplemente se rió al darse cuenta lo desesperado que estaba para pretender ofenderlo con lo que estaba diciendo.

El padre de Broly veía con profundo odio al principe saiyajin. No entendía el porque el resto de saiyajines seguía de su lado, si el tipo era desagradable, egoísta y no le importaba nada más que él mismo, su bastardo y su ramera.

Paragus intentó ofrecer una vez más una alternativa a los demás saiyans, estaba desesperado porque ellos lo aceptaran como su nuevo rey, que le juraran lealtad, en el fondo no quería aceptar que le enfurecía no ser aceptado por el resto de los demás saiyans como merecedor de ser tratado como el nuevo líder de los saiyaines, los miró a todos ellos, peleándo con los diferentes mercenarios, todos ellos en una lucha encarnizada, y ninguno de ellos ni siquiera toma o Toteppo parecían querer tomar su lado, y eso realmente lo enfurecía.

Alzó la voz para que todos ella escucharan —Mi problema es con Vegeta y por consiguiente Tarble al ser de su familia, el resto si aceptan mi trato no serán lastimados— decía tratando de sonar amable, generoso. Pero sus palabras solo causaron repudió entre los saiyans, fue Nappa quien contestó, —¿Tan desesperado estás Paragus que ruegas porque abandonemos nuestra fidelidad al pricipe de nuestra raza? Eso jamás pasará... ¡Los saiyajines tenemos honor!—

Decía el calvo saiyan mientras se reía del ofrecimiento de Paragus, risa de la que hizo segunda el príncipe saiyajin mientras se acercaba más a donde Paragus estaba.

—¿Sabes porque ni los saiyajines ni otras razas jamás te seguirán? Los únicos que siempre te apoyaran serán esos infelices mercenarios, ninguna otra raza con sentido común lo hará... —

Paragus escuchó lo dicho por Vegeta y lo miró con odio, lo que emocionó aún más a Vegeta quien se nutría de la furia que causaba en su oponente.

—Tu pequeño cerebro no te ha dejado entender porque los demás saiyajines y el resto de los gobernantes de otros planetas preferirán siempre hacer alianza conmigo que contigo?— Decía en tono burlón el principe saiyajin mientras la diversión brillaba en sus ojos.

Vegeta suspiró resignado, como quien se da por vencido de esperar algo — Muy bien sin eres tan corto de entendimiento para no entender... Jamás te seguirán porque no tienes honor, no sabes mantener tu palabra, y hasta para ser un emperador debes e tenerla...— Decía malicioso el príncipe de los saiyajines mientras miraba la cara desencajada del otro saiyan. Estaba logrando su propósito desestabilizarlo, hacerlo arder en furia.

Nappa en ese momento activó un holograma que mostraba los rostros de los diferentes gobernantes que conformaban la actual alianza bajo el régimen del imperio saiyajin, ahí los gobernantes de todos los planetas, incluso de aquellos con los que Vegeta se había portado implacable miraban a Paragus con una mirada reprobatoria, recriminando su actuar.

Vegeta se rio más fuerte, su sonrisa sonaba siniestra mientras el ulular del viento que en ese momento arreciaba daba a la atmósfera de ese planeta un aspecto más siniestro que desolado.

—Sé perfectamente que les hablaste a todos ellos y les prometiste muchas cosas a cambio de su lealtad, entre ellas protección...— Decía en todo calmo el príncipe de los saiyajines mientras se paseaba enfrente del otro saiyan como si el dueño de la situación fuera él, cómo si ya hubiese ganado.

—El problema Paragus es que tu principal aliado, al que le estabas prometiendo tantas cosas para que te ayudara a influir en ellos ya no está, habías prometido a éste que le entregarías a MI MUJER y tendría protección, a cambio de su fidelidad. Pero... creo que olvidaste tu promesa de mantenerlo a salvo ¿No?—

Paragus miró sumamente irritado al otro saiyajin, detestaba a Vegeta, — No intentes manipular las cosas a tu favor, ¿Tan desesperado estás que tienes que tratar de convencerlos que yo lo maté a adrede? En una guerra siempre hay daños colaterales, Sekket fue por desgracia uno más...— Decía mientras veía la caras serias de los gobernantes de los otros planetas.

—JA, JA, JA, JA- Jamás pensé que fueran tan falto de honor— se burló el príncipe de los saiyajines. Pero el padre de Broly decidió mirar la caras de los gobernantes bajo el imperio saiyajin, —Mi palabra sigue en pie, estarán bajo la proteccion del nuevo imperio. En ese momento el padre de Sekket apareció en la pantalla.

—Lo hemos visto todo Paragus, Kale ha destruido intencionalmente la nave donde presuntamente viajaba mi hijo...— en eso un nuevo holograma de otra persona apareció en la imagen, era Sekket, a quien parecía que no le había pasado absolutamente nada.

Se veía tan gallardo como siempre con su largo cabello rubio peinado en una cola larga, y su magnífico traje de príncipe de un blanco impoluto.

El zerkiano quien ya había explicado a Bulma la situación estaba ahora ahí, mirando a través de esa pantalla al Paragus, ayudando a clavar el último clavo en el ataúd de su credibilidad.

—¿Con esta demostración de lo poco que vale la palabra de Paragus, aceptas ahora que la mejor opción para todos es mantener nuestra alianza con el príncipe Vegeta?— Preguntó el zerkiano a otro de los gobernantes, el más reacio a aceptar del imperio, sobre todo por la forma en que Vegeta había matado al hermano del gobernante actual tiempo atrás.

El resto de los Gobernantes uno a uno reconfirmaron nuevamente su lealtad al principe saiyajin, mientras un Paragus humillado veía la acción y escuchaba al otro saiyan reírse a carcajadas.

Vegeta no era ningún estúpido, y a diferencia de Kale y Paragus estuvo durante muchísimos años bajo el yugo retorcido del emperador del mal, así que previó desde antes de siquiera iniciar la batalla que Kale intentaría explotar la nave donde creería que iría Bulma, importándole poco su pacto y alianza con el principe de Zerk.

Él contaba con la impulsividad de la saiyan y su poco autocontrol para que eso sucediera, así que había planeado eso con el zerkiano con el que tuvo que colaborar muy a pesar de sí mismo y lo mucho que despreciaba al otro príncipe, se tragó su orgullo pues lo necesitaba precisamente para orquestar eso.

Cuando habían aterrizado en ese planeta, lo habían hecho en dos naves y habían dejado una de ellas: La que usaría Sekket para escapar con Bulma más cercana que la otra, y ambos las aterrizaron en los lindes de un bosque, de esa forma cuando Sekket y Bulma entraron a la primera nave, desde el ángulo que estaban los saiyajines peleando no se alcanzana a ver que se habían salido de la nave por la puerta de emergencia de la misma que quedaba oculta, y se habían pasado a la otra nave desde donde activaron en forma remota la nave y la hicieron despegar. De esa manera Kale había explotado una nave vacía, ninguna vida se había perdido.

Otro de los gobernantes habló, Gurto del planeta Gortion, fue el primero en decir las palabras que daban el apoyo total al príncipe de los saiyajines. su voz rasposa como todas las de su raza fue la primera en decir el voto de fidelidad a la raza saiyajin, era un alienígena de piel rojiza y cuernos púrpuras, bastante grotesco en apariencia, se notaba que no conocía el sentido del humor. Una vez que él comenzó , uno a uno del resto de gobernantes decidieron imitarlo.

Y después de que todos ellos terminaran de re confirmar su lealtad al principe de los saiyajines fue Gurto quien volvió a a hablar, — Nuestros ejércitos están entrado ahora a la atmósfera y estará en breve peleando al lado de los saiyajines, será un honor luchar a tu lado Principe Vegeta—

Después de lo dicho la comunicación terminó dejando a un fúrico y humillado Paragus a merced de las risas burlonas del principe saiyajin.

Paragus odiaba a Vegeta y a todos esos pusilánimes gobernantes, detestaba que jamás fuera elegido por ellos pero eso no importaba, ganaría y les haría pagar caro sus palabras. Se rió también, —Te ves tan confiado... pero... los saiyajines no son los únicos que han mejorado su poder —decía mientras incrementaba de un momento a otro su propio poder, generado olas negras de energía que hacían elevarse todos los guijarros cercanos y pulverizarse de repente, debido a la fuerza concentrada que era expedida por el cuerpo del saiyan.

Aquello no era un ki natural ni normal y Vegeta pudo entenderlo, Paragus se había modificado biológicamente también, los ojos del príncipe saiyajin relampaguearon con enojo al darse cuenta cuando faltó de honor era el otro saiyajin, quien a pesar de esa demostración temeraria de poder no asustaba a su contrincante.

Vegeta se veía poderoso con su traje de príncipe y la capa tras él revoloteando, su porte inconsciente demostraba el rango al que pertenecía desde su cuna: Un príncipe, su poder subyacente le daba una seguridad que nadie más podía tener.

Fue él quien miró con absoluto desprecio a al padre de Broly antes de decir — ¡Tsk, eres un grandísimo estúpido! — Fue eso lo último que dijo mientras empezaban a pelear...

Planeta Vampa

Sacar a Chard no estaba siendo tarea fácil, sobre todo porque también tenían que sacar a ambos Tsufur de ahí, si bien no quedaban tantos mercenarios en el planeta, eran los suficientes para sobrepasar el poder de Celery, aun siendo una guerrera de clase alta. Sobre todo porque todos ellos hasta el más débil se encontraban modificados con lo que sea que el suero del invento de Paragus tuviera, lo que los hacía bastante peligrosos hasta para los saiyajines.

Por fortuna para ellos, antes de abandonar la base, Bulma le había dejado a Gure varios de sus inventos, mismos que le explicó cómo usar, entre los cuales se hallaban los drones con mando militar a distancia.

Los cuales la pequeña alien decidió llevar a esa misión, mientras Celery se escabullía sin ser detectaba dentro de la base, Gure que se hallaba en la nave, la cual había aterrizado en un sector alejado, conectó los drones a los satélites que rodeaban el planeta, eso con la ayuda de los Tsufur, el propósito de eso era lograr que Gure desde donde estaba escondida pudiera ver por un lado si habían enemigos cerca y en caso de ser así y alguno se acercara demás, pudiera tener una ofensiva preparada con los drones que tenía cercanos a la nave, y por el otro, el resto de drones fueron a colocarse en puntos estratégicos, lejanos a la zona donde Chard y los Tsufur estaban.

— He llegado a la entrada de la base — Confirmó Celery, mientras Gure quien estaba nerviosa respiraba profundamente, — ¿Segura que nadie se percató de tu presencia?— Volvió a preguntar insegura la pequeña Tech, le horrorizaba que los descubrieran.

Celery resopló indignada — Soy una guerrera experimentada Gure sé lo que hago.

Por algún motivo esa misión, que si bien era de menor relevancia que la batalla entre saiyans y Paragus, se le antojaba a Celery incluso más importante. En un principio no entendía el porqué, pero ahora, definitivamente lo comprendía, no deseaba que el pequeño Chard creciera con Kale y Paragus, ella podría darle al infante y a su propio hijo un hogar.

Respiró para calmarse, pues por ratos sentía el ki del infante que se gestaba dentro de ella tener algunas variaciones, — Todo está bien, podemos con esto y más — en forma inconsciente habló en voz muy baja la saiyan con el pequeño ser que se gestaba dentro de ella, últimamente sin siquiera percatarse comenzaba a hablar más y más con esa pequeña criatura no nacida...

Gure escuchó cuando la otra saiyan corto el canal de comunicación. La pequeña alíen sabía que era el momento de la verdad, revisó las ubicaciones de los drones que ya estaban colocados en otros puntos de la base, y activó el protocolo en algunos de ellos y con eso los drones elegidos para ese propósito explotaron generando gran revuelo entre los mercenarios.

El caos se desató por todo el lugar, Sook de inmediato contactó al mercenario líder, —¿Que fue eso kher? ¿Acaso tu gente no mide su fuerza? —Cuestionó por el comunicador el Tsufur.

Kher, el mercenario a cargo se sentía el líder ante la ausencia de Paragus, aun así no era estúpido para atacar a los tsufur, sabía que eran quienes creaban el suero que los estaba haciendo según lo que ellos creían invencibles. —No fuimos nosotros, iremos a investigar—fue lo que en tono molesto dijo el mercenario, y mientras éste y el resto de sus hombres revisaban, otras dos explosiones cercanas ocurrieron generando aún más confusión entre los mercenarios, misma que Celery aprovechó para ingresar dentro de la base y dirigirse a donde estaba los Tsufur encerrados en la habitación que ellos tenían asignada.

Tan pronto llegó, Sook miró a la saiyajin con cautela, Gure que había podido posicionar algunos drones miniatura en el pasillo dentro de la base que llevaba a la recamara de los científicos tsufur y que incluso había podido introducir un dron del tamaño de una mosca dentro de la habitación de Suzuke y por tanto pudo ver a la saiyan llegar y lo que hacían los científicos, de inmediato se contacto con Celery.

— Susuke está herida, y el otro científico parece ser su pareja así que posiblemente esté a la defensiva, muestrales que eres también vulnerable y que no quieres hacerles daño Celery, o ellos no confiarán en ti. — sugirió la pequeña alienígena del planeta Tech, mientras veía estresada lo que sucedía, a la vez que planeaba la explosión de otra bomba, para mantener a los mercenarios ocupados.

Tan pronto Celery entró a esa recámara, se halló de frente con el cañón de una pistola láser, y conociendo la hablidad de esos cientificos, seguramente era un arma que sí podía ser letal para los saiyajines, después de todo tenía frente a ella a los seres que habían podido hacer que seres basura como lo eran esos mercenarios pudieran pelear en igualdad de condiciones con saiyajines, así que sabía perfecamente que los dos tsufurs podrían ser sumamente peligrosos si así lo pretendían.

—No quiero hacerles daño— dijo tranquila mientras permanecía quieta. Sook sentía la adrenalina correr en él, si se equivocaba y confiaba en la persona incorrecta, Suzuke pagaría las consecuencias y esta vez podría costarle la vida.

Gure vio a través de las cámaras de los drones espía la duda en la cara del tsufur, sabía que aun cuando Celery lo intentaba, le costaba entender el miedo del científico, era una guerrera, acostumbrada enfrentarse cara a cara con la muerte, pero el tsufur no, así que se enlazó por llamada con ellos. —Por favor no lastimes a Celery, venimos en son de paz— dijo Gure, mientras rezaba porque el tsufur le creyera y bajara el arma.

—¿Porqué debería creerles?— desconfiado retó, Celery se tensó mientras sentía que perdía la paciencia. —No tienen forma de saberlo pero esta es tu única oportunidad de liberarte de Paragus, tómalo o déjalo—En forma cortante dijo la saiyan mientras miraba con aburrimiento a la pistola que le apuntaba directamente al pecho.

Gure decidió explicar mucho más o no lograrían que el científico Tsufur les creyera. —Solo queremos rescatar a Chard, Vegeta nos ha enviado con ese propósito, ustedes pueden venir y quedarse con nosotros. O podemos darles una nave y pueden huir a otro sitio si así lo desean— Comentaba Gure.

Suzuke vio a Sook dudar, pero la tsufur tenía en mente poder huir con éxito pero también el bienestar de un inocente como era Chard, si ellos huían Paragus no sabría como curarlo y seguramente usaría el suero, lastimando realmente al niño. Hasta ahora había podido evitar que lo usara pero no sabía que pasaría si lo dejasen ahí.

—Por favor, es nuestra oportunidad— comentó la Tsufur viendo a los ojos a su amado, mientras eso sucedia la puerta de la recámara se abrió, Celery que habia ingresado a la habitación se hallaba detrás de la puerta así que su persona se mantenía oculta de quien quiera que hubiese entrado.

—Kher me ha enviado a revisar si están bien—comentó el recién llegado, un mercenario con aspecto de pulpo, se hallaba en ese momento dentro de la habitación, mientras Celery se quedaba absolutamente quieta tras la puerta abierta.

Se hallaba completamente callada, esperando el momento en que debería actuar. Gure escuchaba todo sin decir nada, mientras veía a los científicos , era el momento crítico donde o confiarían en ellas o las entregarían a los mercenarios.

Sook asintió antes de contestar, —permaneceremos aquí en la habitación, aseguraré también la recámara de Chard, asegúrense que todos los incendios que la computadora está reportando sean apagados. —

El mercenario simplemente asintió y se retiró de la habitación, Gure respiro aliviada al ver eso, siguió al mercenario con uno de sus drones espías del tamaño de un insecto volador, pero parecía dirigirse a donde dijo que iría.

Suzuke fue quien rompió el tenso silencio en el que quedaron sumidos ante la partida del mercenario —Perfecto, tenemos el tiempo suficiente— Se levantó con cuidado de la cama, si bien el brazo fracturado le seguía doliendo bastante, los analgésicos estaban siendo fabulosos para aminorar la incomodidad.

—Vayamos por Chard y salgamos de aquí—Comentó decidida la tsufur mientras hacían exactamente eso, llegar a la habitación del crío no fue un problema, pero estaba siendo complicado sacarlo de ahí.

Celery cargó al pequeño niño con un brazo, le preocupaba que si los descubrían no podría defenderse sin exponer al pequeño saiyan que se hallaba tan vulnerable pues se encontraba aún en coma, y le preocupaba que moverlo, someter el cuerpo del inconsciente niño a tanto estrés moviéndolo de esa forma podría ser perjudicial para su salud.

Gure revisaba desde su nave las distintas cámaras desplegadas a a través de los drones, Suzuke también tenía acceso a ellas pues el enlace lo estaban haciendo a través de los satélites que ella coordinaba desde su propia mini computadora,

— ¿Puede Gure generar otra distracción?— Preguntó la Tsufur, para luego voltear a ver a Celery y explicarle — Los mercenarios han comenzado a controlar el fuego de las explosiones previas y no alcanzaremos a salir sin que nos vean, necesitamos una distracción mayor— explicó la Tsufur, Sook miró a Celery preocupado, entendía que la saiyan quería asegurarse que el pequeño saiyan estaba bien pero ella necesitaba tener las manos libres para defenderlos, él quería ayudar a Suzuke a correr para evitar que se retrasase pero si la saiyan llevaba a Chard, eso dificultaba que se moviera y los defendiera, respiró profundamente antes de decir: — Dame a Chard, yo lo llevaré —

Celery titubeó y fue Gure por medio del comunicador quien la hizo obedecer — Necesitas tener las dos manos desocupadas para pelear y mantener a Chard y a tu propio bebé a salvo Celery, y lo sabes— fue todo lo que dijo, esperando que la Saiyan entendiera y aceptara la ayuda, lo cual después de algunos titubeos más, la saiyajin aceptó.

Gure sabía que debía de generar tremenda distracción que mantuviera a los mercenarios ocupados, así que dirigió a varios de los drones con las cargas más efectivas debajo de las naves más grandes que tenían en la zona, pues al explotarlas evitarían que pudieran seguirlos y también puso varias bombas más en la misma base y en otras zonas, si ocasionaban varias explosiones simultáneas sería difícil que los mercenarios se percataran de la falta de los Tsufurs y de Chard en un principio.

Estaba por confirmarles a la saiyan y a los científicos Tsufur que todo estaba listo, cuando una llamada la distrajo, Tarble había estado sintiendo bastante ansiedad de su pareja, y aún estando en una batalla, ella siempre sería su prioridad, así que se contactó con la pequeña alíen, en cuanto el enlace estuvo conectado para ambos él habló:

— ¿Estás bien?—

La voz preocupada de su pareja golpeó en forma inesperada a la pequeña Gure, quien había intentado mostrarse dura y firme, pero darse cuenta que aún cuando Tarble se hallaba enfrentando lo que sería tal vez una de las batallas tan difícil, donde se jugaba la vida, había decidido llamarle porque sintió su turbación, los ojos se le llenaron de lágrimas, su saiyan era un hombre magnífico.

—Gure, ¿Contéstame, estás bien? — Aún con más preocupación en el tono de voz el saiyan preguntó, ella limpió una lágrima que ya había resbalado por su mejilla ante tal muestra de devoción de su saiyan.

— Todo está bien Tarble, solo... solo estoy un poco ansiosa por la pelea que tienes— comentó Gure, lo dicho por ella no era mentira, estaba ansiosa por saber que él estaba en esa guerra, donde se pelearía el todo por el todo, pero también lo estaba por lo que estaba haciendo en ese momento, pero no podía hacer que él se preocupara por ella, debía estar enfocado, no se perdonaría que algo le pasase a su amado por culpa suya.

— Todo está bien, en cuanto acabemos esto, volveré contigo y nuestro hijo y lo sabes—Decía mientras ella sentía un maravilloso sentimiento de amor que sabía era enviado por él por medio de su lazo, aún no sabía cómo era eso, y cuánto daría ella por poder enviarle amor de esa manera pero no podía al no ser saiyan, ella no podía controlar lo que él recibía de ella, y seguramente él sintió su ansiedad.

— Yo estaré bien Tarble, solo vuelve a mí, vuelve conmigo...— Dijo antes de desconectar la llamada, para después tomarse un momento respirar y calmarse, se limpió las lágrimas y se sobó con cariño su vientre bajo, — Estaremos bien cariño, mami y papi, ambos trabajamos en misiones para que todo esté bien, ahora acabemos con esto—

Y dio la orden a los drones para que comenzaran las primeras explosiones que permitieran al resto escapar...

Planeta Fuz

El estruendo de la guerra había azotado todo ese pequeño y desértico planeta, afortunadamente habían decidido que fuera ahí y no en Vampa o en Vegita, dicha pelea o habría sido catastrófico para las especies endémicas de aquella planetas, diferente a ese estéril sitio que tenía algunos pequeños bosques pero nada con vida demasiado avanzada, que pudiera lamentarse la perdido de las mismas.

Los gritos de la peleas que se estaban desarrollado, los golpes y los ecos de los kis, resonaban por todo el sitio. Los otros regentes que re confirmaron la alianza saiyajin, por medio del pacto bajo el cual reconocían a vegeta IV cuarto príncipe de los saiyajines como su legítimo emperador, habían enviado a sus guerreros a ayudar, mismos que se hallaban en ese momento en una cruenta pelea con los mercenarios, nivelando así los números, pues aunque los saiyajines eran poderosos, lo que sea que se hubiesen inyectado los mercenarios los hacían peligrosos.

Broly por fin había reaccionado del shock de haber visto la nave de Bulma explotar, aunque él no entendía que ella seguía viva, había estado tan metido en su mundo de pesadilla que no se percató de nada de lo que sucedió entre Paragus, Vegeta y los gobernantes del resto de planetas bajo el yugo saiyajin.

Lo primero en que se centró fue en su padre y Vegeta peleando, por algún motivo no solo sentía rabia contra su padre sino también contra el príncipe de los saiyajines a quien en el fondo culpaba, pues sentía coraje que él tuviera el corazón de la peliazul cuando a sus ojos Vegeta no la merecía, estaba por dirigirse a donde ellos dos se hallaban guerreando cuando Piccoro y Gokú se interpusieron en su camino.

— Hola Broly, soy Gokú, ¿Me recuerdas? Tú y yo tenemos una pelea pendiente, ya que la última vez me derrotaste— Decía emocionado, Piccoro lo miró irritado, ese no era el momento de intentar ser amigable con él enemigo, a veces Gokú desesperaba al namek.

Broly lo miró confundido, sabía que ya lo había visto antes en la pelea anterior pero ahora no tenía tiempo para perder con él, — No me interesa matarte, quítate de mi camino.— Dijo en tono de advertencia, antes de seguir avanzando, pero Son Gokú no parecía afectado por sus palabras, y se mantuvo firme cerrándole el paso, — Está vez pelearemos— Dijo poniéndose en pose de batalla mientras su sonrisa de antes más amigable se volvía ahora una aún más retadora.

Broly supuso que no había forma de evadirlo así que miró al otro saiyajin, y se lanzó si decir nada más sobre él.

Tooma se hallaba en ese momento peleando contra unos mercenarios, ayudándole a Tottepo pues definitivamente estos se habían vuelto tan fuertes que de no ayudarlo hubiese corrido el riesgo de ser aniquilado, el saiyan se hallaba bastante herido, a su ayuda llegó Tarble también, pronto todos los saiyans peleaban en grupos pequeños, ayudándose, ya que los mercenarios solían atacar en bandadas, y tal como estaban ahora de desequilibrados con tanto poder anormal en ellos era bastante riesgo para los saiyans pelear en forma individual.

Kale seguía peleando con Pepper, la tenía harta y quería quitarle la sonrisa burlona del rostro.

— Acaso crees que me importa si tú o la otra estúpida que está allá— señalaba a Caulifa— ¿Quieren rendirme pleitesías?— Se rió mientras le conectaba un puñetazo a la otra saiyan, — Nada de esto me importa más que ser yo quien dicte las reglas, no me importaba ni tú ni la otra ni lo que les pase, ¡No son nada no nadie! —

Pepper furiosa porque Kale había comenzado a darle una serie de golpes bastante fuertes a los que había tardado un poco en responder y cuando lo hizo un lanzó un poderoso un rayo de ki intentando de esa forma contra atacar, pero la que había sido alguna vez catalogada como la princesa de lo saiyajines era realmente poderosa, no esquivó el golpe, lo recibió y desvió como quien se quita de encima una molesta mosca, para después regresarle el mismo poder de Pepper pero ahora inyectado con su propio poder macabro, dándole de lleno a la otra saiyan, quien gritó con dolor al recibir tremendo golpe que la aventó varios metros lejos.

Cuando Pepper pudo abrir los ojos se vio en el suelo tirada, se limpió la cara llena de polvo y tosió, escupiendo sangre. Vio a Kale avanzar con una sonrisa de mofa en su cara. — ¿Por fin vas a implorar por tu patética vida? —Cuestionó con una sonrisa sarcástica en el rostro.

Pero la saiyan en el suelo era orgullosa como todos los de su raza eran, moriría antes de pedir algún tipo de piedad. — Miró con desprecio a la saiyan que altiva la veía desde arriba —

Kale la miró con asco — Siempre te creíste la gran cosa, te creías a mi altura pero no eres nada— decía con tono aburrido, mientras comenzaba a crear una bola de ki que pensaba disparar sobre la saiyan malherida en el suelo.

Caulifla no pudo resistir la escena y se lanzó de inmediato contra Kale — ¡Eres una maldita!— Gritó enfurecida mientras con un rodillazo fuerte desestabilizaba a la otra saiyan evitando así que acabase con Pepper.

Comenzaron a pelear entre ellas pero a pesar del ataque inicial sorpresivo que le dio la ventaja a la pareja de Kyabe, pronto comenzó a ser brutalmente golpeada, el dolor poco a poco fue haciendo mella en ella hasta que pronto tuvo que dejarse llevar por el mismo, hasta hallarse en el suelo, rendida al dolor, mientras una Pepper sumamente adolorida intentaba por todos los medios levantarse para seguir peleando, pero Kale no les dio tregua.

Tan pronto golpeó fuertemente a califlua, le lanzó un rayo de energía a Pepper, quien apenas tuvo tiempo de quitarse de en medio, el polvo amarillo de ese particular planeta se levantó, generando un ambiente mas desolador, mientras Caulifla quien estaba sumamente golpeada a ese punto intentaba llamar la atención de la saiyan sin éxito mientras la veía acercarse en forma maniaca a Pepper, quien ya se hallaba de pie, tambaleante y muy muy malherida, bastante ensangrentada.

—Ja, ja, ja, ¿Que pasa querida? ¿Ya no eres tan habladora como antes? ¿Ese es todo tu poder Pepper?— Se reía en forma demencial Kale mientras comenzaba a crear una bola de ki, —Te doy la oportunidad de que te arrodilles y pidas clemencia, Si ruegas mi perdón...puede que tal vez decida apiadarme— Decía Kale mientras se reía de la otra saiyan quien la miraba enojada, furiosa.

Pepper se manteníaman en pie a pura fuerza de voluntad, miraba con sus ojos chocolates la mirada desquiciada de la otra, sabía que ese sería su final y lo único que lamentaba es no haber tenido más tiempo para poder pasarlo con Tooma, para poder disfrutarlo sin peleas, con el orgullo intacto dijo las palabras que lanzaría la sentencia de muerte sobre ella... —Prefiero morir como una guerrera, que arrodillarme ante una ramera como tu...—

A pesar de lo que Kale dijera, cada rechazo, cada negación del resto de los saiyan la enfurecían, era una espina mas enterrada en su corazón, estaba harta del rechazo, de la negación, de que la menospreciaran, así que simplemente sonrió altiva, mientras su capa de realeza que se habia puesto para declararse así misma la reina revoloteó, lo mismo que su cabello negro abundante. —Eso es muy fácil de cumplir para mí, ahora te liberaré de tu miseria...—Decía la saiyan altiva, mientras concentraba muchísimo poder para lanzarlo sobre Pepper.

Tooma había visto como su pareja estaba en ese duelo feroz contra Kale, lo increíble que había luchado, pero la diferencia de poderes era tanto que sabía que de no ayudarla, su vida peligraría.

Desesperado intentó avanzar entre los cientos de mercenarios que había entre él y Pepper, sabía que esos mercenarios adrede no lo dejaban pasar, sentía que iba a perder la compostura, cada vez la desesperación por intentar llegar a ella se le notaba más y más, mientras comenzaba a lanzar más y más rayos de ki en forma mas agresiva, así lado se unió a la batalla el malherido Tottepo, y Kyabe quien desesperado intentaba llegar junto a Caulifla, pues en un momento de batalla se había apartado de ella para ayudar a Radditz, sin embargo jamás previo lo que estaba ocurriendo.

—¡Mueran monos inútiles!— gritaba el más fuerte de los mercenarios a los que enfrentaban, Kyabe fue el que lanzó el contraataque dejándolo fuera de combate, y Tooma aprovechó ese momento, para correr a socorrer a Pepper, pero fue demasiado tarde, mientras corría a toda velocidad veía la risa demencial de Kale quien lanzó el enorme rayo de kí a la malherida saiyan, quien sólo volteó a ver en la dirección de Tooma, mientas brevemente le sonreía y le expresaba con los ojos todo el amor que le tenía, pidiéndole con un suave —Lo siento...— una disculpa por no haber sido lo suficientemente fuerte de detener a Kale de truncar sus sueños de estar juntos y ser una pareja.

—¡Pepper Noooo!—fue el grito completamente desgarrador del saiyan, quien en toda su vida de guerrero había sufrido muchímos dolores y tristezas, quién había soportado en forma estoica y callada todos los golpes que recibiera, como se le enseñaba a todo guerrero que debía ser, pero jamás había sentido el dolor desgarrador que estaba sintiendo en ese momento.

No le importó ser un orgulloso saiyajin corrió, corrió lo mas rápido que sus fuerzas le daban, voló en cuanto pudo deshacerse del resto de mercenarios, necesitaba llegar a donde ella estaba y ya casi lo había logrado cuando el rayo de ki fue disparado.

Pepper lo sabía, era tarde para ella, no solo estaba malherida, no tenía mas fuerzas que las que estaba ocupando para mantenerse tambaleante de pie,

«Perdóname no ser tan fuerte Tooma, tal vez en nuestra siguiente vida podamos encontrarnos nuevamente y pueda funcionar...»

Se le partió el corazón al ver al saiyan correr desesperado a donde ella estaba pero ya nada había que hacer, ella era una causa perdida y abrazaría la muerte con la misma fuerza con la que siempre había abrazado la vida, le dio en esa mirada todo el amor que pudo, y volteó después a enfrentar su final, intentó bloquear esa gran masa de energía pero ella lo sabía era tarde, diversas agujas de dolor rápidamente se incrustaron por todo su cuerpo, intento no gritar, pero fue en balde, el dolor fue tal que ni siquiera se percató del grito desgarrador de su alma al ser su cuerpo desgarrado.

Para cuando Tooma pudo llegar a su lugar era demasiado tarde, la saiyan habia sido aventada lejos y su cuerpo humeaba y estaba terriblemente lastimado, corrió con las lágrimas escurriendo por los ojos mientras decía —No, no, no, Pepper despierta, No tu ¡NO! Tu ¡NOOO!— Pero era demasiado tarde, la saiyan se había ido...

Sintió el dolor atenazarlo, con sumo cuidado cargó el cuerpo destrozado de Pepper y con la mayor delicadeza y amor del mundo lo depositó en los brazos de un abrumado Tottepo quien aceptó el encargo que Tooma le hacía, mientras el saiyan se lanzaba en ese momento a enfrentase con toda su rabia contra Kale...

/-/-/-/-/

Varias cosas sucedieron a la vez en este capítulo, mi corazonnse rompe por pepper y Tooma... y estoy nerviosa por la situación en la Tierra... ¿Qué habrá pasado?

Habrán tenido exito Celery y Gure... tantas cosas por resolver... ¿Que creen que vaya a pasar?

Antes de que me digan que fue corto este capítulo tiene 12k palabras, y sé que se sintió a lo mejor nada o muy largo no lo sé y tal vez parecería que no pasó nada, pero recuerden que hay muchas cosas abiertas que manejar al mismo tiempo, es por eso que me tarde tanto escribiéndolo, la buena noticia es que le siguiente cap ya está al 75% por lo que nos tardaré tanto.

Lamento que esta vez haya sido más de mes y medio de espera pero necesitaba tiempo para escribir y bueno al menos avance este cap y ya casi está el que viene...

El siguente cap sale en 15 días, esperemos les guste, y espero que este no los hayan sentido lento pero hay muchos puntos que ir manejando y son varios puntos que atender y varias batallas a la vez.

Rápidamente contesto comentarios:

Tolouse: Si, también me prepcupa mucjo Broly :(porque aun haga un desmdre es el más inocente de todos. Jajajaja tambien amo los celos de Vegeta :P y no estabas nada lejos de la verdad con respecto a la explosión de la nave de Bulma y Sekket ;).

Invitado: la bronca en mas de un sitio a comenzado... ¿que crees que suceda en el siguiente cap?

Dekillerraven: Jajajaja tienes razon Vegeta debe dejar ese orgullo atras y deje de maltratarme a esos dos, en especial a Radditz, pero creo que en el fondo esta un poco celoso, y su hien ha ido evolucionando, hay manias que aun no deja. De verdad mil gracias por leerlo y disfrutsrlo conmigo, tampoco me gustaria que cabara pero ahi vamos cada vez mas y mas cerca del final :)

Gracias por su paciencia y espero me dejen saber sus comentarios.