Hola!
¿Listos? ¡Pues vamos!
Se quedaron mirando fijamente, era clara la sorpresa en el rostro de ambos, Bulma lo tenía a solo unos centímetros, con sus manos posicionadas sobre su pecho mientras su respiración agitada mostraba lo ansioso de su estado, él la miro con desconcierto y con la respiración más rápida de lo normal aunque el olor que desprendía su cuerpo era agobiante para aquella joven y sus marcadas cejas daban mayor énfasis a esa mirada perturbada que le dedicaba, los segundos se volvieron gotas pausadas e interminables, hasta que el hilo se volvió efímero cuando sintió las manos de él alejarla drásticamente. Bulma no supo que decir mientras veía a Vegeta levantarse del piso y manipular su cabellera con manía.
—No tengo que ver en esto—manifestó tajantemente.
Los ojos de la peliazul se abrieron con incredulidad mientras sus dientes chocaban entre ellos.—¡Casi matan a Goku! —
Vegeta giró a verla directamente ante sus palabras.
—¡Sé que fue tu idea convocar a esa gentuza!— añadió la peliazul increpándoselo rápidamente mientras se levantaba de aquel frio suelo.
Él la miro fijamente mientras su entrecejo se empezaba a fruncir —Tennis déjanos solos— menciono con irritación.
—Veo lo mucho que te importa la vida de los demás— replico Bulma con impaciencia —¡Acaso no viste las consecuencias de sus estúpidos actos! —
—¡Deja de gritarme! —respondió Vegeta con tono áspero. —Esto no fue planificado, yo no tenía idea de que esto iba a suceder, fue sorpresiva la presencia de ellos— trato de explicarlo con énfasis y real interés en mostrar algo que era tan difícil para él, empatía.
—Vegeta ¡Demonios! Apuñalaron a mi hermano, ¿Me vas a decir que no tenían idea de los riesgos? ¡Su afán de pelear con gente peligrosa y sin escrúpulos los hace inherente a eso! —Bulma se apoyó contra el sofá cruzando sus brazos mientras analizaba los perjuicios de todos los hechos.
Vegeta la miraba sin decir nada, sabía que no había nada que debatir al respecto, aquello se les había escapado de las manos, pero el solo hecho de tener los ojos de ella sobre él, acusándolo, recriminándole lo sucedido, le generaba una insatisfacción personal que lo alteraba, sobre todo al notar cierta desilusión de su parte… —¿Me estas acusando por esto? —
Bulma tenía los ojos puestos sobre él, quien era de esperarse no evadiría su mirada como un cobarde —¿Quiénes son ellos? Dime porque necesito respuestas, ¿Por qué los buscas con afán? ¡Dímelo Vegeta! — le exigió sabiendo de sobra que aquel interrogatorio no sería suficiente para tener respuestas, no de él, pero para su sorpresa la reacción que estaba mostrando la dejaba sin palabras.
—¿Es que acaso no vas a llorar? — le pregunto mientras la miraba son recelo y suspicacia —Casi se muere tu "hermano" deberías ir donde esta él y consolarlo en vez de preguntar cosas que no te incumben— respondió con ironía mostrando una vil sonrisa sarcástica
—¿Qué dices? — replico Bulma con sorpresa.
—Esta no es la pelea de Kakarotto, ni es asunto tuyo, él queda fuera, así que… quédate tranquila, ya no le pasara nada a tu querido hermano— respondió dándole la espalda demostrando el tono duro de su voz. —
Bulma cambio su mirada a una de desconcierto, cayendo sus manos con desanimo… —Yo solo quiero entender, esa gente te busca a ti, explícame porqué, tal vez podamos hacer algo, ellos no pararan…—
—¡No seas estúpida! solo eres una mocosa mimada con ínfulas de—
—¡Pensé que eras diferente! —lo interrumpió antes de que terminara… —¡pero eres un completo idiota! —grito con ira.
—¡Cállate! No me interesa lo que pienses, aquel al que tanto defiendes, seguramente también aclama por ti, ¡anda! Ve a verlo, disfruta de su existencia— le grito con enfado, sin medir sus palabras, la confusión de Bulma se hizo presente, sus ojos se agrandaron con mayor énfasis, no entendía como siendo alguien tan cercano se expresaba así, como si no le importara, eso resulto peor de lo que se esperaba, sin embargo, para aquel cuyos ojos negros estaban llenos de ira en ese momento, era más que eso, eran celos…
—Jamás, jamás debí creer en ti, jamás…— se empezó a reprimir la peliazul en un ataque de ansiedad al sentir que sus hechos habían sido totalmente equívocos, y sobre todo al sentir un vacío en su estómago por la impresión de todo. Rápidamente recogió su cartera del piso y se dispuso a salir de aquel departamento. Vegeta la miraba con rabia, ambos estaban con rabia, pero antes de abrir la puerta y mandarlo al diablo, la ganas de decir más la sobrecargo. —Jamás debíilusionarme— pronunció con decepción abrió la puerta y salió rápidamente.
El sonido seco y estruendoso, marcó un antes y un después, Vegeta se quedó durante segundos viendo aquella puerta, miró a su alrededor, su sala era demasiada amplia y llena de lujo, una vista exquisita, pero en ese momento, era como si todo se volviera gris, vació y sin vida… sin vida como siempre, como todo lo de su alrededor… y ahora sin ella, porque esa ansiedad empezaba a carcomerlo —¡Diablos! —
Su mirada fija al frente, sus pasos más acelerados, el chico de la recepción con una amable despedida, pero ella solo viéndolo sin siquiera darle una sonrisa, necesitaba subir a su mal estacionado auto, la rabia y ansiedad la embargaba, ahora si la soledad le daba toques como electricidad… ¡qué demonios le pasaba! Porque esa sensación tan desagradable, ¿llorar? Debía hacerlo, pero no podía, simplemente anhelaba salir de ahí, abrió la puerta y se subió al auto aun presa de la frustración por haberse quedado sin palabras y sin reacción,se sentía como una inútil, de pronto la mínima sensación agradable se desapareció por completo, se perdió, todo se veía más griss, sin querer reconocer sus verdaderos sentimientos, encendió su vehículo, debía irse, nadie la vería mal, ¿Goku estaba apuñalado? Un suspiro desalentador emitió, pero el desánimo era incluso mayor como para enfatizar en eso, no había nada más en su mente, más que las duras palabras e indiferencia de aquel, como era posible eso… sin darse cuenta, su ceño empezó a cerrarse, sus ojos a humedecer, era en serio… su propio cuerpo quería reaccionar, debía salir de ahí antes de hacer un espectáculo con su auto mal parqueado, pero un manotaso en la ventana del auto, la saco de su consternación y alucinación…
—¡Abre la puerta! — La mirada de él ya no era dura, era extraña, era como si estuviera bloqueado y ansioso.
—¡Vete a la mierda! — vocifero con rabia tratando de encender rápidamente su vehículo. Sin embargo, el golpe seco contra la ventana de su auto la hizo sobresaltar. El brazo fuerte y marcado de venas, evidenciaba la algarabía del momento y se introdujo a abrir fácilmente el pestillo de seguridad, Bulma trato de pasarse al otro asiento con el fin de salir del auto, pero no pudo cuando sintio sus manos sobre su cuerpo y el jalon tosco hacia el exterior. Fueron instantes, solo segundos para sentir el impulso de su fuerza que la retiraba del vehiculo, sus ojos se abrieron con espanto, Vegeta la miró fijamente, anhelosamente... y ella, pudo por fin descubrir algo…
—Tus ojos… ¿estas drogado verdad? — pregunto con espontaneidad al notar el brillo y el rojizo sorpresivo en sus ojos…
—No te vayas… acompáñame— pronuncio aquel famoso escritor mientras una sonrisa sin sentido aparecía en su rostro.
—No—pronuncio tajantemente la peliazul empujándolo bruscamente.
—¿Iras a buscarlo? — preguntó, pero para asombro de la peliazul ahora mantenía una actitud algo pasiva e irónica al mismo tiempo.
—¡De que hablas! —enfatizo Bulma
—Verás al idiota verdad, te meterás entre sus sabanas para después sentirte culpable, sin ser nadie, ni tener nada— pronuncio mientras sacaba algo de sus bolsillos y sin reparo lo aspiraba delante de ella, causándole consternación.
—¡Qué demonios haces! ¡Estas es una vía publica! — pronuncio la peliazul mirando hacia todos lados con psicosis.
La risa sarcástica muy típica de él apareció sin más preámbulos, empezando a ser exagerada… Bulma no dejaba de observarlo impresionada, ver su actitud, su miraba y con aquel descaro de exponerse de tal forma, sin miedo a nada.
—Sabes… aquel chico malo que esperas, nunca estaría con una cobarde que tiene miedo ser vista en público— diciendo eso sonrió de lado aspirando un poco más y echando sutilmente su cabeza hacia atrás sintiendo con mayor énfasis su intoxicación. Los ojos azules de aquella chica se agudizaron aún más al ver la mano estirada de él, invitándola a que se acerque.
—¿Qué ha-haces? — pregunto con la respiración entrecortada.
—Acércate, si quieres ser libre, acércate—
Sus palabras aceleraron su respiración, por qué si sabía que no era correcto, la incitaba tanto, acaso era aquella sonrisa maquiavélica que le daba a entender que estaba todo calculado, o era su intensa mirada que la hacía agradecer tenerla de regreso, acaso debía reconocer que se sintió en el infierno al creerse lejos de él y ahora pisaba el cielo nuevamente, de pronto veía como la sonrisa de él se desvanecía cuando ella seguía dudando de sus actos…
—Bien— pronuncio mirando ligeramente hacia el suelo —Entonces esto se acabó— dijo sonriendo sutilmente tratando de ocultar sus emociones.
—¿Acaso estas considerando que teníamos algo? Diablos Vegeta, ¡Explícate! —
—Tienes razón, olvídalo seguramente entre tu yo nunca sucedió nada, solo las efímeras ideas de un escritor, todo seguramente fue parte de mi imaginación— respondiéndole esto alzo una ceja con sarcasmo.
Aquellas palabras paralizaron cualquier expresión que la peliazul estaba dispuesta a pronunciar.—Acaso…—
—Olvídalo— diciendo eso se cubrió con su polera —El idiota te espera, ve por él— diciendo eso le aventó las llaves del auto que minutos antes las había sacado, para esto los reflejos de ella reaccionaron sosteniéndolas en el acto.
—Espera…— Al ver como determinado se retiraba de la escena se acercó y lo jalo del brazo —Me niego a dejar que cambies de tema tan rápido—
Vegeta giro su rostro, dándole cara permitiéndole verlo de cerca una vez más, permitiéndole sentir el olor que ahora emanaba su entorno producto de la droga…
Bulma lo examino más —Me mentiste, me dijiste que era solo medicina— le recrimino mirándolo perdida en la expresión de sus ojos.
—Eres ingenua— diciendo eso sonrió de lado —Un hombre como yo, no necesita medicina—los ojos de ambos se enfrascaron al finalizar aquellas palabras y sin poner resistencia sintió como la empujo contra el auto y con sus piernas movió las suyas posicionándose entre ellas.
—¿Qué necesita un hombre como tú? — pregunto sin la mínima intención de bajarle la mirada.
Vegeta empezó a reír ante su pregunta… —¿Qué te imaginas? — pregunto observando sus labios.
—Necesitas… — Pronuncio despacio la peliazul sin quitarle los ojos de encima, sintiendo las pulsaciones de su pecho acelerarse.
—Dímelo— la apresuro, con la anhelosa intención de escuchar…
—Necesitas a Bulma Brief— diciendo eso junto sus labios a los de él, causando una sensación cálida entre ambos, era como si la ansiedad se saciara como el roce de sus lenguas y el sabor causara mayor éxtasis, poco a poco la emoción y la intensidad por demostrarse lo que tanto necesitaban y lo que en palabras no estaban dispuestos a decir, se reflejaba en sus actos, él preso de la ansiedad la recostó contra el capot, ella se abrió la blusa y le permitió desnudar sus senos mientras él hábilmente se abría la bragueta de su pantalón, se tomó el tiempo de apreciarlos con afán, sus pezones se erizaron con mayor intensidad producto de la noche y del ligero viento de aquella calle, ocasionando mayor vehemencia por tocarlos y estrujarlos sin pudor, las lamidas intensas con una succión que seguramente dejaría la zona enrojecida, la hacía delirar sin estupor, sus silenciosos gemidos lo enaltecieron más… era una calle solitaria, llena de ricos alrededor, lo que la hacía privada pero con las luces de los faros lo suficientemente iluminados como para ocultar semejante acto, las embestidas eran duras, intensas, sentía como él no paraba y así lo deseaba, mientras su espalda se quebraba veía el oscuro cielo y la luz de ciertas estrellas, jamás en su vida se imaginó cometer aquel acto que seguramente, empañaría la imagen de su familia, aquel descaro que la desvirginaba ante todos, con aquel chico que la tocaba como si fuera un dios y a la vez ella un objeto, no había posibilidad alguna a objeción, su delirio la llevaba a la insensatez, solo quería más, solo más de él…
Horas después…
Sus ojos se abrieron producto de aquella luz que iba directamente a su rostro, el cansancio le sobrevino, sin embargo, el reconocer aquella habitación la hizo recuperar la noción del tiempo.
Él estaba casi delante de ella, sentado sobre un sofá con una laptop sobre sus piernas, discretamente la miro por encima de su computador, la mirada fue intensa, ella quiso reaccionar, pero una ráfaga de recuerdos la hizo ver toda la escena de aquella noche en segundos, identificando en ese momento su desnudes y agradeciendo encontrarse entre esas sabanas.
—¿Deseas desayunar? —la pregunta fue sutil, aunque poco expresiva.
—Debo volver a casa— diciendo eso sostuvo su celular viendo la hora, era casi medio día —¡Me van a matar! — grito exaltada, tratando de identificar la ubicación de su ropa.
La mirada de Vegeta volvió a su computador, tenía sus ojos fijos mostrando seriedad, pero los achinaba sutilmente como si enfatizara algo en especial, parecía escudriñar información, mientras que ella se coloca rápidamente sus prendas lo observaba, estaba con una bata blanca, sus piernas velludas sobresalían de aquella abertura y evidenciaba que tampoco tenía ropa debajo, estaba desnudo, por un momento se quedó viéndolo en silencio, la expresión tan marcada en su rostro lo hacía tan atractivo e interesante, parecía algo molesto y a la vez desinteresado, difícil de interpretar… pero no puedo seguir divagando cuando vio sus ojos negros verla nuevamente, esta vez como un gesto diferente.
—Debo irme— hablo la peliazul mientras se colocaba sus botines. Una exhalación de aire repentina de parte de él, llamo su atención. —¿Sucede algo? — pregunto al verlo observarla fijamente.
Vegeta apoyo su codo y sostuvo su barbilla… —Si—
Los ojos de Bulma se agrandaron —Dime ya—
—Mira tu celular, pero no respondas aun ni entres en pánico— diciendo eso se acercó hacia la cama y coloco sobre la cama periódicos y revistas.
Bulma miro la primera cara de esas revistas y sus ojos se abrieron con trauma, desconcierto y sintió como un calor llenaba su cuerpo… —No es posible…— fue lo que pudo articular antes de sentarse al filo de la cama con expresión de terror en sus ojos…
—Disculpe, Buenos días, Joven su extracto— interrumpió sorpresivamente en la habitación Tennis, con una sonrisa amable en el rostro, aunque cuando vio a Bulma rápidamente giro su rostro, aunque manteniendo la simpática sonrisa.
—Gracias Tennis— pronuncio Vegeta mostrando calma mientras probaba la bebida —Esta vez te salió mejor que ayer— dijo con relajo.
—Cualquier cosa, estaré atenta— comento antes de salir de la habitación.
—¿Cómo puedes estar tan relajado? Es mi fin, me van a matar, no me querrán ver jamás Vegeta— pronuncio la peliazul sin siquiera querer revisar su celular ni sus mensajes.
—Llame a todos los editores y he exigido la eliminación de los ejemplares, eso fue hace 1 hora, la reacción fue inmediata, no se van a arriesgar a una demanda de mi parte— pronuncio dejando el vaso sobre la meza.
—Ya están en miles de casas, la gente ya las vio, mis padres, oh no mis padres— pronuncio con real preocupación.
Vegeta giro hacia la cama, cogió una de las revistas y observo en primera plana, "Bulma Brief, la hija menor del científico millonario comete actos impúdicos en plena vía pública con famoso escritor Vegeta Oui, ¿será que ya se perdieron los principios básicos del pudor?" leyendo esto la arrugo con desanimo.—Ya hablé con tus padres, me llamaron a penas se enteraron—
Bulma miraba hacia el piso, no sabía cómo actuar ante aquella situación. —¿Que les dijiste? —
—No te dejaran salir en años y no quieren ni escuchar mi nombre— diciendo eso se sentó a su costado con desanimo, lo que llamo la atención de la joven.
—¿Qué te pasa? — pregunto también con el rostro apagado. —¿Por qué me miras así? —
Vegeta se encontraba perdido en sus ojos y para sorpresa de ella le mostro sin estupor lo que seguramente estaba pensando, levanto una de sus manos y acaricio su rostro para después rosar sus labios con la yema de sus dedos con sutileza. —Probablemente no te vea pronto—hablo pausadamente.
Bulma ante el sonido silencioso de su voz sintió como sus mejillas se enrojecían y a pesar de las circunstancias empezaba a sentirse mejor —¿Eso te preocupa? —
Él la miro mientras mostraba una ligera sonrisa torcida —Tal vez, dime algo, ¿Te acuerdas algo de lo que paso después? — pregunto cambiando la expresión de sus ojos, aunque sutil no podía ocultar del todo la ansiedad por su respuesta.
Ella en respuesta lo miro profundamente, ya que lo notaba atento a su respuesta. Trato de hacer memoria, se concentró unos segundos, pero debido a la preocupación que la embargaba solo ligeros recuerdos le venían a la mente y los más vagos. —La verdad no, solo que al final llegué a probar lo mismo que tú y de ahí no supe más—
—Eso no volverá a pasar— Segundos después la mirada de él se tornó oscura, giro rápidamente sus ojos y se dirigió al baño. —Te llevaré a tu casa—
Bulma al escuchar sus palabras se estremeció —¡Espera Vegeta! ¿Acaso hay algo que estoy omitiendo y que ahora no recuerdo? Dímelo, quiero saber que es— hablo determinada con preocupación en su rostro al presentir que su respuesta no fue de su agrado en lo absoluto.
—No es importante, olvídalo, espérame un momento para llevarte—
Bulma se sentía una idiota pensando en pedirle explicaciones, él no se las daría, era demasiado orgulloso, por ahora solo debía enfrentar la otra realidad y ver a sus padres a la cara, que, en sí, nadie podía evitar ese acontecimiento. —No— diciendo eso se acercó al escritor hasta tenerlo suficientemente cerca para sentirse menos ansiosa. —Es mejor que vaya sola, no quiero que te vayan a decir cosas, que empeoren la situación—
—A mí eso no me importa— menciono tajante el chico de ojos negros
—Pero a mí sí, no quiero que esto llegue a situaciones incomodas— respondió la peliazul permitiéndose tocar sus brazos.
—Yo no soy un cobarde Bulma, si ellos quieren explicaciones las tendrán, no es lo mismo por teléfono que verlos directamente a la cara—
Ella se quedó detenida escuchando su argumento mientras el ceño se le fruncía y su mirada se ponía más dura, le encantaba las agallas que mostraba sin temor a nada. Sin poder evitarlo se acercó más hasta chocar sus labios a los de él y a pesar de todo dedicarle una efímera sonrisa, Vegeta se quedó anonadado, mirándola con ese rostro picaresco y desvergonzado. —Debo irme, estaré bien, no te preocupes— diciendo eso salió casi corriendo de aquella habitación, causándole a él un espasmo de vergüenza, sus mejillas se calentaron con él hecho de imaginar lo que ella estaba pensando de él y por inercia haciéndole repetir sus propios pensamientos "preocupado por ella"
La revista cayó sobre el mesón con real incomodidad, sus ojos negros se agudizaban mientras se imaginaba los miles de por qué de aquel descarado acontecimiento. "Esto no puede estar pasando, como te expusiste así, tú, como es posible" pensando en esto sostuvo su bolso y colocándose gafas oscuras salió de su departamento.
Pensó que tendría el tiempo para respirar profundamente antes de verlos, sin embargo, ni bien ingreso al parqueo de esa mansión, vio la fría mirada de su madre en la entrada, se encontraba con una bata dorada, el cabello amarrado, la cara sin maquillaje mostrándose demacrado y ojos hinchados, la expresión de ella evidenciaba el posible infierno al que sería expuesta…
Minutos después…
—¡Cómo pudiste! — sus gritos estaban al borde de la histeria —¡Cómo pudiste desprestigiar la imagen de esta familia! — enfatizaba su madre una y otra vez mientras ella se encontraba sentada sobre el sofá de la sala con la mirada hacia el piso.
La mirada de la joven estaba concentrada en las trenzas bordadas de la alfombra, mientras escuchaba la recriminación, los insultos, en fin, toda la ira de su madre, quien por su misma forma de ser y por lo ensimismada que se encontraba con la buena reputación y conducta de personas de su clase, le espantaba la idea del que dirán, de ser la comidilla de todo su círculo social, la situación era tensa, desde su lugar podía sentir la decepción que sentía por ella, no se anima a ver a su padre, quien seguramente también podría estar experimentando lo mismo, aunque este a diferencia de su madre, no decía nada, solo era un silencioso espectador. Aun así, ella tampoco pronunciaba palabras, su madre le había preparado un interrogatorio y sin embargo, no abría la boca para responder, simplemente se quedaba callada a pesar de generar más fricción por su comportamiento, y es que eso se debía a que en realidad, mientras miraba la alfombra sus pensamientos realmente no se encontraban ahí, quien diría que por alguna razón la respuesta de Vegeta y la determinación de acompañarla y enfrentar la situación la llenaba de seguridad, sabía que estaba en falta, pero la desolación no la gobernaba, al fin de cuentas, incluso lo notaba divertido, esa experiencia la acompañaría siempre, las ganas de reír la atormentaban, quería reírse, como era posible eso, acaso se había vuelto loca, pero era la realidad, definitivamente no iría al cielo con esos pensamientos, aun sentía su piel escarapelarse por la caricia que él plantó…
—¡No te importa ni lo que piense tu hermano! Esta sumamente decepcionado—
Ante esas palabras la mirada de Bulma se dirigió a ella con asombro, —¿Mi hermano? ¿Lo has visto? ¿Dónde está? —
Su madre la miro con confusión. —¡Esta aquí, donde más! —
Ante sus palabras Bulma se consterno y sin pensarlo salió de la sala dirigiéndose corriendo por las escaleras dejando a su madre con los brazos cruzados y la cara engestada. No era posible que Goku se encontrara en casa, horas antes había sido apuñalado como era posible eso, su desespero se evidencio, necesitaba verlo, sin dudarlo simplemente abrió la puerta de su habitación y se quedó paralizada al ver la imagen ante sus ojos, aquel se encontraba cerca a la ventana, con el torso desnudo, cambiándose de vendas, para su asombro ahí estaba parado, como si nada, los puntos estaban marcados y el concentrado en ejercer presión con las vendas.
—Goku… pero, ¿Cómo? ¿No deberías estar en la clínica? —pregunto mirándolo con vehemencia y preocupación.
El rostro de él se veía distinto, ella lo noto, su mirada era seca e indiferente mientras terminaba de colocarse la venda y cubrirse con una polera.
—Acaso no me vas a responder— insistió cerrando la puerta fuertemente.
Goku levanto su mirada, su mirada era dura —Regrese en la madrugada, antes del amanecer, lo que menos quería era generar suspicacia, aun duele, pero no es para tanto—
Bulma se acercó observándolo con cuidado —Es desatinado de tu parte, deberías descansar, no debes…—
—¡Basta! — pronuncio endureciendo sus facciones —No finjas interés, cuando sabes muy bien que es lo último que sientes—
Bulma respondió indignada ante ese comentario. —¡No es cierto! ¡Eres mi hermano como puedes decir eso! —
Ante aquellas palabras ambos se quedaron en silencio, un silencio demasiado incomodo que talo los huesos de aquel joven peleador. Bulma reacciono sorprendida ante sus propias palabras, que le ocurría, es que acaso ahora reconocía y sentía los lazos fraternales entre hermanos, por más que sonara descabellado, se sentía mal de haberlas dicho al ver la expresión de él.
—Ahora entiendo— pronuncio Goku sosteniéndola fuertemente de los brazos…
Continuara…
