¡Hola!

Volví con esta historia nuevamente, espero les guste este capitulo...


El panorama se veía relajado aparentemente, sin remordimientos, sin terceros, en ese momento eran ellos dos únicamente conversando a viva vos con una copa de vino como acompañante, el sentado en la silla de su escritorio y ella sobre el escritorio con las piernas cruzadas, el ambiente era propicio, acababan de comer unos deliciosos aperitivos hechos por su fiel asistente de hogar, y ahora disfrutaban de una simple conversación, a veces reían, a veces ironizaban, a veces competían…

—Me sorprenden lo elocuentes que son para sus portadas— comentó Bulma sin contener la risa —¡Capsule corporation en llamas!— Leyó con énfasis aquella portada.

—Son unos idiotas, prensa amarillista— sentenció el escritor con hastío

—Con esto, mi madre me mandará a un reclusorio— mencionó la peli azul resignada. —Es evidente que no conocen los pormenores—

Vegeta la miro decidido —Hablare con tus padres—

Bulma lo vio con sorpresa mientras se bajaba del escritorio —¿Qué les dirías? No creo que sea buena idea, no quisiera que—

—Debes dejar que me acerque a ellos— La interrumpió con decisión — No les he dado una explicación, aunque en realidad no hay mucho que decir, simplemente debo hacerlo— diciendo eso se froto la frente.

Bulma cruzó sus brazos y se estacionó en sus palabras unos instantes.

—Ellos… — pronunció Vegeta con pausa —Estuvieron en buenos momentos, no puedo hacer como si no importara, ya les di suficiente tiempo—

—Si te rechazan, si mi madre te dice cosas— refutó la peliazul haciendo conjeturas. —Ella es, no la conoces, es…—

—Al menos lo hizo— diciendo eso se levantó de su silla y se apoyó contra el filo de su escritorio viéndola directamente. —Bulma, tus padres…— pronunció cada palabra con pausa pensando bien en lo que iba a decir. — Tus padres son cercanos a mí, conozco tu casa como si fuera la mía, siempre fue así— comento agachando la mirada ligeramente mientras ciertos recuerdos venían a su mente. — Incluso, Kakarotto— pronunció su nombre para atención de la peliazul quien no le quitaba los ojos de encima. —No dejo de considerarlo—

Bulma se sintió sorprendida con sus palabras, sin temor a equivocarse era la primera vez que escuchaba a Vegeta hablar con cierto grado de aprecio por otros. —¿Mi hermano? Me sorprende escucharte hablar de él— pregunto a sabiendas que era una pregunta de doble filo.

La expresión de Vegeta cambio de repente, como si algo invadiera su mente y lo incomodara de sobre manera. —Kakarotto— pronunció su nombre y exhalo aire, sin quitarle los ojos de encima a aquella joven.


Las patadas iban y venían, aunque cierto cansancio o fatiga amenazaban con opacar aquella algarabía, sin más remedio coloco una de sus manos sobre su torso ejerciendo cierta presión.

—No deberías hacer esto Goku— menciono Krilin con desaprobación

El chico de cabellos alborotados giro al escuchar su voz. —Pensé que estaba solo—

—Decidí buscarte, sabía que te encontraría aquí— La mirada de preocupación del calvo dio a entender que algo no estaba bien. Goku ante eso, decidió tomar un descanso.

—Oh vamos Krilin, simplemente es un calentamiento— dijo esto mientras se sentaba en las gradas.

—Estas aun en recuperación, deberías ser más prudente— dijo Krilin cruzando sus brazos —Tengo noticias de esos bastardos—

La mirada de Goku se endureció ante su comentario.

—Tenshin han y yo dimos con uno de sus informantes, revisamos las cámaras de seguridad y nos dimos con la sorpresa de que hubo… un infiltrado—

—¡Qué! — la expresión de Goku era de desconcierto —¡Que estas diciendo! —

—Lo sé, Lo sé Goku, no entendemos como demonios sucedió esto, los controles de seguridad los hemos seguido al pie de la letra—

—Krilin, esto no debió pasar— refuto Goku alarmado —¿Desde cuándo esta ese infiltrado entre nosotros? ¿Quién es?—

—Lo único que puedo rescatar es que fue del ultimo grupo que decidimos convocar, eso quiere decir menos de un mes— respondió Krilin con preocupación

—¡Es demasiado tiempo Krilin! Puede tener fotos de nosotros, saber nuestra identidad, si es así, esto puede complicarse más…— diciendo esto abrió grandemente sus ojos —Puede revelar mi identidad, ¡Maldición! —

—Goku, ¡lo tenemos! — continuo Krilin —Debemos sacarle toda la información posible, aunque el muy hijo de puta, esta muy confiado—

—Llévame donde él— menciono con determinación el chico de ojos negros sintiendo como la sangre hervía en su interior.


—En tu caso, no sé a qué punto podrías llegar en esos espectáculos, o cuantos enemigos tienes bajo esa fachada de un pulcro escritor— habló Bulma con la ceja levantada —Ni tu ni mi hermano tienen conciencia de los riesgos que están asumiendo—

—¿Entonces eso te tiene molesta con Kakarotto? —pregunto cruzando sus brazos he imitándola al alzar una ceja con sarcasmo

Un suspiro salió de ella por inercia. —¿Por qué piensas que estoy molesta con él? —

—Es evidente… has tomado distancia de él, deduzco que por lo posesivo que se volvió— Iba con cautela, pero no dejaba de lado aquella suspicaz insistencia de información, su mente se justificaba con la idea del detalle para aquella obra que solo él conocía, que tenia en sus manos a más de la mitad y que por más que hubiera preferido por moral o por lealtad dejar de teclear, era inevitable, era una obra de arte…

Bulma emitió una expresión distinta y sin dar alguna respuesta a su comentario, cambio de tema. —Por otro lado, si se enteran que estoy viéndote me castigarían de por vida, y el presentimiento que tengo es que a pesar de eso, de lo que estoy arriesgando, puedas echar todo al diablo—dijo mirándolo fijamente.

Vegeta sintió un ligero escalofrío tocar su espina dorsal al escuchar sus palabras y ver la intensidad en sus ojos y la serenidad en su voz, le pareció difícil definir si tal afirmación le generaba alguna afectación a ella o no, al fin de cuentas parecía simplemente un análisis de su comportamiento, detestaba cuando se sentía vulnerable ante sus conclusiones que le generaban una incómoda sensación moral, y no quería sentir eso, detestaba sentirlo y ante eso retiro sus ojos de ella.

—Ves, no me equivoco— mencionó rápidamente Bulma echándose por fin en la cama estirando sus brazos con los ojos puestos en el techo.

Vegeta se quedó pensando, acaso eso era cierto, acaso era una muerte anunciada, el seria entonces el responsable de terminar por desaparecer los sentimientos de aquella mujer, acaso no era suficiente con la información que tenía, como para saber que eso sería una vil estocada, ¿acaso se quemaría en el infierno por eso?

—¿y si te equivocas? — aquella pregunta llamo la atención de ella. —Tal vez al final el presentimiento sea mutuo, ¿Qué pasaría si al final, la que eche todo al diablo seas tu?— respondió.

—No lo creo, tú tienes mayores posibilidades de hacerlo—respondió la peli azul con sarcasmo.

—¿Así? —

—Estas casado, nadie sabe nada de tu relación, la vieron hace unas semanas en compañía de alguien y nunca te pronunciaste al respecto, ni como aclaratoria de un divorcio como para que no te vinculen, sin embargo, sales en un escándalo y lo primero que haces es dar declaraciones—

—Quise limpiar tu imagen—respondió con énfasis.

La sonrisa irónica de la peli azul llamo la atención del escritor. —Vegeta, tus declaraciones para una persona como yo, fueron claras, simplemente te desligaste de un fatídico romance efímero, fuiste intrínseco y amenazante, ya que entre líneas les callaste la boca y dejaron de hacer más preguntas, mencionaste que son excentricidades de gente importante— diciendo eso alzo una ceja y cruzo sus brazos con señal de victoria. —Di en el blanco verdad—

Vegeta ladeo su cabeza mientras buscaba un cigarro.

—Se que te importa más de lo que quieres evidenciar o aceptar— finalizo la peli azul acercándose lo suficiente como para desaparecer el espacio entre ellos. Vegeta observo sus labios y sutilmente acaricio una de sus mejillas, el ambiente parecía cálido, hasta que…

—¿Qué me dices del idiota? — pregunto con sutileza pero con el filo suficiente para cambiar los papeles y acorralarla. — ¿Ya se acabó? o ¿es que aún existe la posibilidad de que mandes todo al diablo por él? —

Bulma escucho sus palabras y sonrió mostrando real sorpresa. Vegeta ante eso la sostuvo de la mano, la llevo hacia el espejo y posicionándose detrás de ella la hizo ver su reflejo.

—Si te buscará nuevamente y te dijera… solo me importas tú, vuelve conmigo, ¿Qué harías? ¿Me mandarías al diablo? — cuestiono Vegeta sin quitarle los ojos de encima. Él sabia que se estaba excediendo, que se estaba colocando al borde del precipicio, solo viendo la expresión de sus ojos que se perdieron en sus palabras y su inquietante respiración, podía deducir muchas cosas, una de ellas, es que aun… aquel romance no había salido de su mente, ni de su interés del todo, que al final, él estaba siendo solo el actor que nublaba su mente de malos pensamientos, pero que no era suficiente para erradicar aquello que llamaba sentimientos. La respuesta nunca llego, solo unos segundos de funesto silencio en que solo atino a mirar con cierta gracia hacia el piso, sin darse cuenta, el mismo se acababa de dar el jaque mate, sabia que acorralarla de esa forma haría que caiga en una respuesta desfavorable, lo suficiente repudiable como para que él mismo controle sus propios ímpetus y si en caso existieran, sentimientos…

—Estas ayudando mucho con el proceso—reaccionó por fin con cierta molestia, quitando sus brazos de encima —Parece que quieres que te mande al mismo diablo, ¡ahora mismo!—

Vegeta guardo silencio y emitió una risa, mientras imitaba la misma posición de ella. —¿Te molesta que te diga la verdad? —

—No tienes porque mencionarlo, él… es caso perdido, ya no significa nada—respondió a la defensiva.

—¿Así? — enfatizando se volvió a acercar dándole cara directamente —No te creo—

Bulma se quedo detenida, sin saber que decir al respecto, sus mejillas empezaron a tornarse rojas mientras sentía como sus orejas se calentaban producto del enojo que estaba empezando a desbordarse. —Entonces, ¿Que hacemos aquí? si piensas que te mandare al diablo… ¿Por qué estas conmigo aquí y ahora? — la expresión de ella era dura tratando de no evidenciar la incertidumbre que le daba el hecho de pensar en que aquel escritor se aleje, decida acabar con lo único que la había ayudado a tener sus pensamientos en otro lado, a alejarse de su cruda realidad que efectivamente solo estaba controlando.

Vegeta abrió sus ojos de tal manera que parecía un sádico con esa risa burlesca que no le daba a entender en lo más mínimo sus intenciones y sin más reparó se acerco a ella lo suficiente como para que se apoye contra la pared y lo mire con desconcierto, y sin más preámbulos abrió su boca para decirle esas últimas palabras que por primera vez saldrían con verdad, sin caretas. —Ambos nos estamos utilizando— diciendo le estampo un beso sin mesura, mientras ella lo recibía con los ojos bien abiertos.


Sus pasos iban a prisa, no había tiempo que perder, estaba ansioso de tener a la cara a uno de los desalmados que habían planificado causarles daño injustificado y sobre todo con claras intenciones de seguirlos perjudicando, tenía que acabar con eso.

—¡Goku, aun no me he comunicado con Vegeta!, ni he tratado de buscarlo, consideré que tu serias más prudente—

Los ojos de Goku estaban en blanco prácticamente ignorando sus comentarios mientras seguía caminando con prisa.

—Sé que tú serás más sensato, ya que si le avisaba a Vegeta no me quiero imaginar lo que pasaría, o lo que le pasaría a ese desagraciado, así que por favor intentemos el dialogo primero…— le insistía Krilin mientras trataba de mantenerse a su costado yendo al mismo ritmo que aquel joven. —Así que lo más preferible será que primero lo veamos nosotros y después informemos lo que pudimos averiguar—

—¿Respondió preguntas? — fueron las únicas palabras que hizo Goku entre tantas recomendaciones de Krilin.

—Ah… No, no quiso decirnos nada—respondió el pequeño calvo.

Pasaron por aquel angosto pasadizo, bajaron las gradas que los llevaban a un sótano oscuro y por la apariencia desaliñada de su entorno se podía apreciar los fierros oxidados y el moho que se encontraba en las paredes, abrieron rápidamente la puerta pesada de acero y encontraron a un sujeto atado de brazos sentado en un silla y a Tenshin han custodiándolo.

—Desátalo— pronunció Goku con seriedad sin dar más preámbulos.

Aquel que se encontraba sentado y atado empezó a sonreír cínicamente. —No te diré absolutamente nada— pronuncio con desparpajo.

Tenshin han lo miró con hastío. —No confíes en esta gentuza Goku— dijo mientras lo miraba cuestionando su solicitud y sin más remedio procedió a soltar sus brazos.

Aquel quien tenía una cabellera ridículamente pintada de verde con ínfulas de superioridad lo observo retadoramente. —Eres un imbe…— sin embargo no pudo terminar aquel insulto ya que Goku cerro sus puño y en el acto le golpeó la quijada con tal fuerza que lo hizo caer al suelo inmediatamente para sorpresa de sus dos espectadores y con vehemencia acompañada de enojo, le levanto la cabeza sosteniendo sus ridículos cabellos.

—¡Vas a decir todo lo que te pregunte!— diciendo eso lo arrastro, lo levanto, esperando que el se ponga de pie por si solo y le dio una serie de puñetazos en el abdomen y torso, y que para finalizar aquel ataque lo sostuvo nuevamente de sus cabellos jalando hacia abajo estrellando su rodilla hacia la boca de su estómago, haciéndolo escupir sangre en sobre manera, Tenshin han y Krilin se quedaron pasmados, todo había sucedido en cuestión de segundos que los imposibilito a reaccionar de inmediato al no prever los actos de aquel, quien consideraban el más sereno o sensato.

El soltura cínica de aquel desgraciado había llegado a su fin, ante eso, tenia los dientes llenos del rojo vivo de la sangre, un dolor intenso abdominal, y a las justas podía incorporarse, estaba exhorto de la impresión, con cierto pánico agudizándose al ver la mirada fría y decidida del heredero de los Brief, quien simplemente se cruzó de brazos y se sentó en la sillas donde minutos antes se encontraba irónicamente a salvo, ahora estaba de rodillas con las palmas de la mano sobre el suelo, mientras trataba de apaciguar los espasmos de tos que venían constantemente producto de los fuertes golpes que había recibido.

Tenshin han miro se soslayo a Krilin y se alejo de la escena que de por sí, era un espanto. Ante eso el calvo tomo el valor de refutar —¡Goku demonios!, por favor, contrólate, esto…—

—Krilin este tipejo amenaza mi tranquilidad, este tipo de gente, solo quiere perjudicarnos, y no lo voy a permitir— menciono tajante sin siquiera mirarlo y solo ver fijamente a aquel tío, que ya se encontraba por la expresión de su rostro asustado.

—¿Cómo te llamas? — pronuncio esta vez con más relajo. —Como ves, si quieres que esto no te vuelva a pasar, necesito respuestas—

—Za…zarbon— respondió mientras tocaba sus labios y sentía un agudo dolor.

Krilin al escuchar su nombre movió la cabeza hacia ambos lados, lo reconoció, un vil sicario de empresarios, mataba por paga y por gusto, si era rechazado mataba a su víctima, no podía con la frustración de su homosexualidad.

—Bien, deduzco que eres del equipo de Freezer, nosotros por error te contratamos como seguridad el tiempo suficiente para que tengas más información de la deseada, dime todo lo que sabes, ahora— pronunció Goku

El silenció empezó a tensar a los espectadores, Krilin miraba a Goku y sabia que sus intenciones estaban claras, obtendría información sin medir limitantes, Tenshin han movió al sujeto para incitarlo a hablar producto de la tensión que le ocasionaba el mismo chico de cabellos alborotados.

—Bien, parece que no fue suficiente—

—¡Goku! — se posiciono Krilin delante de él, al verlo levantarse de aquella silla. —Tu no eres así, ¡Qué demonios te ocurre! Contrólate…—

Goku lo observo como si mirara a la nada, efectivamente no era un desalmado, pero tenía tanta rabia contenida, tanta frustración reprimida, temas que le gustaría resolver y no perjudicar a nadie, y ese era un tema muy sensible y no podía permitir que nadie lo sepa, mucho menos los más cercanos. —Krilin… apártate, sabes que no lo mataré, si hubiese querido eso, hubiera llamado a Vegeta a que se encargue—

El hombre al escuchar esas palabras empezó a retroceder mientras se arrastraba en el suelo.

—Yo solo haré que hable, así le vuele todos los dientes—menciono frunciendo el ceño algo muy inusual en su comportamiento.

—¡Espe-espera! ¡Por favor! ¡Espera! —pronunció zarbon tratando de enderezar su cuerpo. —Me dejaste sin aire, no es fácil-ha-hablar así, ¡te diré todo! ¡Mi paga no justifica sacrificarme! —

Goku al escuchar sus palabras resoplo con impaciencia. —¡Empieza! —

Krilin y Tenshin han resoplaron con alivio al ver las intenciones del afectado en declarar.

—Sabemos que eres el hijo mayor de Corporación Capsula, sabemos que Kakarotto es tu nombre, pero entre tus conocidos eres el famoso Goku—

—¿Famoso Goku? — pregunto sorprendido por el adjetivo.

—Eres conocido en el mundo de las competencias, sabemos de tus aficiones y tus premiaciones, una apariencia de un joven sano e hijo de familia, muchos jóvenes quisieran ser como tú—

—Ah— menciono desinteresado

—Pero en si— diciendo eso levanto su mirada y lo vio directamente —También sabemos lo que ocultas…— diciendo esto mostro mayor ahínco en su expresión, sus ojos enfocados en mostrarle nada más que una imagen turbia e insana, aquella expresión logro incomodarlo.

—¿Qué dices? — pregunto por inercia Tenshin han al ver la expresión de este llena de malisia. Goku simplemente guardo silencio por la impresión de sus palabras.

—Informe sobre las peleas clandestinas, ilegales, donde solo convocas a frustrados delincuentes para que terminen apaleados, torturados por los golpes y que algunos no salen ni vivos— comentó sin ningún reparo —Las fuertes sumas de dinero son solo carnazas para atraerlos, pero después, no les das alternativa de escape, observe que siempre se les obliga a pelear a pesar de su arrepentimiento por subir al estrado—

Goku cuando escucho eso giro a ver a Krilin, quien ante este comentario vio a Tesshin han, quien era responsable de la organización de los convocados. Los tres quedaron en silencio ante aquellas acusaciones.

—¿Quién diría que un joven proveniente de tan importante familia, tuviera esas aficiones? — menciono con ironía.

—Son malditos delincuentes que ya desgraciaron la vida de alguien y siguen libres, siguen con la posibilidad de hacer daño, yo solo les sigo dando esa posibilidad, por eso se matan entre ellos— respondió con enojo

—¿Acaso te crees una especie de héroe? Tomar la justicia por tus manos, ¡Patrañas! ¡Eres un asesino! —

Goku ante eso abrió grandemente sus ojos y sus puños empezaron a cerrarse al escuchar tal acusación de un criminal. —Su codicia los lleva a su destrucción, nadie los obliga a participar, ellos mismos van con afán de lastimar, y al final ese es su pago, su propia destrucción— respondió sin bajarle la mirada.

—Sabemos que buscaste incluso a personas más peligrosas, no crees que eso es asumir demasiados riesgos para una simple función ¿buscabas matarlos también? —

—Solo buscaba pelear con gente más fuerte, eso es todo—

—¡Nadie te creería eso! Tu club ya no está en anonimato, mucho menos clandestino, entre los barrios bajos lo llamamos la competencia de la muerte—

Goku al escuchar esto arqueo una ceja.

—Todos saben que son competencias peligrosas, donde la vida esta en juego, sobre todo porque se ha visto a muchos ir, pero a casi nadie regresar—sus palabras estaban llenas de resentimiento como si algo estuviera en juego, más allá de solo un trabajo de un soplón.

—¿Tienes alguna referencia? — pregunto Goku encarándolo —¿Quién eres? —

—Mi hermano estuvo ahí… fue porque pensó que podía llevarse el fajo de billetes que ofrecían, pero nunca regreso—

Las palabras de él cambiaron la expresión de Goku. —No tengo la culpa de que se dediquen a la mala vida—

—¿Asi? ¿Qué dirían tus padres? —

La expresión de él se desmorono al escuchar esas palabras.

—Al saber que su hijo, su heredero se codea con delincuentes, es un obsesionado con el dolor y las peleas, ¡comete actos ilícitos!, ¿Cuántas investigaciones se abrirían? —

—¡Quién más conoce mi identidad! ¡Dímelo de una vez! —

Aquel, producto de la imprudencia le escupió con desprecio, dando clara señal de no dar más detalles. —¡Tus padres se van a enterar de todo, tenlo por seguro! —

La ira subió a su cabeza, Krilin y Teshin han tuvieron que sujetarlo para evitar que continue con sus ataques. —¡Maldición! — gritó con frustración. —¡LLevenselo! Pero asegúrense de que no tenga más lengua para decir nada—

Krilin esta vez entendió la situación, no tenían porque estas supeditados a un delincuente, a un desalmado que buscaría solo el beneficio propio, frunció la frente y dijo. —Le cortaremos la lengua y lo entregaré a las autoridades—

Goku ante eso agrego. —Te iras preso, ahora tendrás lo que mereces, pero si buscas por algún motivo perjudicar a mi familia, me encargaré que dentro te hagan gritar tantas veces, que desearas están en mi rin y muerto— diciendo eso, vio como lo sacaban de esa habitación.

Saliendo de aquel lugar, frente a en una camioneta de carga Krilin lo vio con preocupación —Goku…—

—Krilin, esto debo controlarlo, lo siento si fui muy explícito, y lo siento si te he involucrado, jamás he querido causarte algún perjuicio— hablo con cierto pesar el chico de cabellos alborotados.

—Lo sé amigo, saldremos de esto, ¿hablaras con Vegeta? —

Goku miro hacia todos lados pensando. —Si, no tengo otra opción debo buscarlo—


Ya eran casi las cinco… ambos solo atinaron a estar echados en el sofá de la sala divagando de todo, hablando de cualquier cosa, perdiendo el tiempo mientras la peli azul veía su reloj y sabía que dentro de poco se le acabaría el tiempo y debía regresar a su prisión domiciliaria. Ninguno se mostró pro-activo a tener un acercamiento mayor que solo los besos de la bienvenida, les quedo muy claro, cuales eran sus verdaderas intenciones, aunque no lo iban a reconocer, ambos se sentían utilizados y vil mente traicionados por ellos mismos, tenían ganas de mandarse al diablo, pero producto de su mismo orgullo ninguno lo reconocería ni mostraría sus verdaderos pensamientos, se mantuvo ese aire hipócrita del cero reconocimiento, del pensamiento libre y del cero compromiso.

El timbre sonó de repente y producto de la comodidad en la que se veían aquellos, Tennis decidió apresurarse y ser quien atendiera la puerta, miro por la cámara y una sonrisa salió ingenuamente de su rostro al reconocer al visitante, sin más preámbulo y sin consultar nada, decidió abrir y dar libre acceso a aquel joven quien le devolvió la sonrisa con amabilidad.

—¡Joven Kakarotto! — pronunció Tennis recibiéndolo con entusiasmo. —Por fin nos visita más seguido—

La voz de Tennis sonó como ecos en los oídos de Bulma al escuchar ese nombre, se quedaron sin reacción y poco pudieron hacer al escuchar los pasos de aquella sorpresiva presencia, Ella y Vegeta se incorporaron lentamente al mismo tiempo que esos ojos negros no les apartaba la vista por el desconcierto. Bulma se quedó atónita, su respiración empezó a agitarse, pensó lo peor, esperando una seria llamada de atención, un reclamo intempestivo y una posible discusión entre Vegeta y él.

Trato de ocultar sus pensamientos, forzando su expresión para no evidenciar su estupefacción, porque así estaba, por primera vez, se sintió sin palabras y sin la posibilidad de decir algo, siquiera algo, ella estaba con él, apoyada sobre su pecho, en la nada, disfrutando simplemente de su compañía, sin reflectores, sin testigos, sin la necesidad de llamar la atención de nadie, sin necesidad de llamar su atención, eso que quería decir, que no era actuado, no era simplemente una acción por despecho tratando de provocar celos, se sintió perdido, en ese momento sintió como sus brazos caían con real desanimo, encontrarlos echados en el sofá, ella apoyada sobre él como si fueran la feliz pareja de novios teniendo una tarde matinal, le genero nauseas. El silencio se hizo incomodo, incluso para Vegeta, quien siendo consciente de la situación no necesito palabras para interpretar la expresión de su aun compañero de combates, amigo de infancia, aquel echo le había quemado la mente.

—Vegeta— la primera palabra que pudo articular al mirarlo directamente —necesito hablar contigo—pronuncio en un tono tan débil, que tuvo que carraspear su garganta para recuperar la voz. —A solas—

La reacción de aquellos dos espectadores fue de separarse en el acto, como si su cercanía quemara y maldecierán haber sido encontrados así en ese momento. El escritor se levanto de su asiento y por primera vez, omitió ser un cretino o dar algún comentario, la empatía le llego como ráfaga al verlo realmente afectado.

—No es lo que estás pensando— se dirigió a él mientras cruzaba sus brazos y se apoyaba contra la pared.

Cero reclamos, cero palabras, simplemente esa mirada… esa maldita mirada que hizo que se sienta nada, simplemente una vil traidora, sin poder evitarlo sintió como su cuerpo reaccionaba ante ello, sus manos estaban heladas, coloco sus manos sobre su cabeza mientras miraba el suelo, ¿Por qué se sentía así? Se sentía culpable, sentía miedo, sentía que acababa de romper con algo… y que se iba a lamentar… ¡Demonios! ¡Pero por qué! ¡el hizo lo mismo! ¡el hizo lo mismo! Se repetía constantemente tratando de apaciguar su conciencia, ya que sabia, porque lo conocía demasiado bien, que realmente le afecto verla con él…

—¡Qué dices! — Respondió con énfasis producto del asombro. —¡Debiste llamarme, yo tenía que estar ahí! —

—Estabas ocupado por lo visto, igual no fue necesario—le respondió mirando a la nada con desanimo. —Necesitamos solucionar esto, tienen mi identidad, demasiada información de mi entorno, es demasiado riesgo—

Vegeta al escuchar eso trato de omitir su primer comentario. —¿Dónde lo tienen? El a mí me dirá dónde encontrar a Freezer— diciendo eso cerro sus puños con fijación.

—No creo, ya no tiene nada que decir— respondió como si le pesaran las palabras.

—¿Qué quieres decir? — pregunto Vegeta arqueando una ceja.

—Ya no tiene lengua, digamos que en su interrogatorio sus amenazas con soltarla me perturbaron más de la cuenta— respondió mirándolo fijamente.

Vegeta se quedó en silencio, observándolo con real estupor.

—No me mires así, hubieras hecho seguramente lo mismo—

—Kakarotto que demonios te toco la cabeza, tanto pánico te da el ser descubierto— musito mirando hacia otro lado —¡Deberías tener más agallas!—

—¿Agallas para destruir la vida de otros? — rodo los ojos.

—Te preocupas demasiado por otros, deberías solo pensar en tus intereses—

—¿Cómo tú, por ejemplo? — dijo sin rodeos cruzando sus brazos.

Vegeta lo confronto con cinismo. —Digamos que sí, mis intereses siempre irán por delante de cualquiera cosa—

—Vaya, parece que eso no cambiara nunca, incluso si con esos magullas tus sentimientos o lo que sea que sientas, si es que alguna vez has logrado sentir algo—

Vegeta lo miro super extrañado.

—¿Conoces la puta lealtad? — le pregunto Goku mientras se sentaba encima del escritorio y pudo divisar las dos copas de vino.

Vegeta pudo sentir sus intenciones, lo recorrió con la mirada y al ver su postura aparentemente relajada, evidenciaba claramente la tensión de sus músculos. —Ah, ya veo— respondió el escritor cruzando sus brazos. —Ya te dije que no a sucedido nada, nada de lo que tu retorcida mente está pensando—

Goku levanto su mirada y dio directamente con los ojos negros de aquel quien estaba observando todos sus movimientos, lo vio directamente el tiempo suficiente como para transmitirle su decepción y desaprobación, un claro mensaje que pudo interpretar el escritor. —¡No conoces nada Vegeta! Muchos menos la lealtad—

Vegeta lo miro directamente mientras escuchó sin decir absolutamente nada su recriminación. Goku movió sus cabellos, coloco sus manos en su frente y aspiro lentamente tratando de contenerse, sin embargo no recibió ninguna respuesta, al observar aquel espacio, encontraba más detalles que lo estaban perturbando, esta vez lo miro por ultima vez y sin decir nada más, salió de la habitación con fastidio, chocando contra el brazo de aquel logrando hacerlo retroceder sutilmente, Vegeta se quedó en silencio, ni siquiera giro a verlo desaparecer por la puerta, y por primera vez desde que empezó su intromisión, se sintió culpable.

La puerta se abrió, se escucho unos pasos recorrer aquel pasillo, sus ojos estaban bien abiertos, su concentración fija en la sombra que veía acercarse, lentamente se levanto de su asiento, sentía su respiración acelerarse, deseaba verlo, que la vea a los ojos, deseaba darle una explicación, deseaba pedirle perdón… sin embargo aquella presencia solo paso delante de ella, sin siquiera prestarle atención, sintió la tensión al momento, esos segundos que se tardó en abrir la puerta y desaparecer, algo en ella se quebró, se quedó pasmada, perturbada, sintió angustia y sin pensarlo más corrió, corrió para alcanzarlo, pero aquel elevador se cerro impidiendo su encuentro, toco varias veces aquel botón inútilmente.

—¡Mierda! — se expresó con euforia.

Vegeta llego a la sala y vio a la peli azul ingresando del lobby.

—¿Todo bien? — Pregunto Bulma tratando de disimular su estado.

—Si— respondió él tratando de ocultar la verdad.

—Vegeta… ya debo irme—dijo con pausa mientras sostenía su maleta.

—Lo sé… ¿te… llevo? — pregunto disimulando cierto desánimo.

—No, me gustaría caminar—respondió de la misma forma, ambos sin decirse absolutamente la verdad, sabían que algo había cambiado, se miraban y a la vez no, era como si en ese momento en su mente solo estaba la culpa.

—Bien— Respondió él mientras colocaba las manos en sus bolsillos.

Bulma estaba a punto de salir de ahí, cuando giro a verlo nuevamente. —Espero, no haber arruinado su amistad, sinceramente— fueron sus ultimas palabras antes de cerrar la puerta.


El viento le daba a la cara, sus cabellos volaban en aquel convertible, daba igual cual sea su dirección, no había donde llegar, quería estar solo y a la vez detestaba sentirse así, todo era una simple fachada, lo intento, se esforzó, pero nada sirvió, se sentía miserable, el engaño era tal que había llegado demasiado lejos, engaño a su novia, a sus padres, a la gente que lo admiraba, y sin ella… se acabó, todo se iría al diablo.

Estaciono su vehículo en las afuera de la ciudad, un vecindario nada excéntrico, sino todo lo contrario, modesto, aunque bullicioso por la gente a su alrededor. Salió de su carro y emitió una ligera sonrisa al ver como todos se sorprendieron por el carro que tenía, se quedaron mirándolo como si fuera una estrella, su porte de por si daba que hablar, su facha sobre salía de aquellos que su atuendo era más callejero.

—¡Hey! — grito uno llamando su atención —¿Te lo cuido? —

Goku lo miró y le aventó las llaves para sorpresa de este, quien se quedo atónito, nadie deja un Bugatti con nadie, era una locura. Pensó este.

Los pasos de él iban por aquellas calles sin ningún rumbo, gente en las esquinas lo miraban como bicho raro, era extraño ver a alguien desconocido y sobre todo evidenciando aquel lujo caminar sin ningún reparo y cuidado.

Goku seguía caminando sin tomar en cuenta nada, su celular empezó a sonar, metió la mano en su bolsillo y lo aventó como si fuera basura, sin siquiera revisarlo, siguió caminando ahogado en sus pensamientos, paso por una calle donde el color y olor a sexo era asfixiante, mujeres semi vestidas apoyadas en la pared lo veían desfilar como una presa gorda para atrapar, pero su rostro reflejaba tal atractivo que incluso acercarse las confundía, el no necesitaba de ellas, no siendo tan apuesto.

—¡Todo gratis para ti cariño!— gritaban las mujerzuelas mientras lo veían caminar.

Pasaron a su costado un grupo de hombres quienes se sintieron extrañados por él, observaron sus prendas y sabían que no era de la zona, pero su apariencia llamo su codicia. Aquel joven, detuvo sus pasos en un lugar que parecía un bar, algo anticuado pero que más daba, a quien le importaba… se acomodó en la barra.

—Dame lo más fuerte— pidió sin siquiera ver al mesero, sus ojos estaban perdidos en sus pensamientos, y la humedad de estos quería desafiar la gravedad.


Por fin se encontraba frente a su residencia, quien diría que su propio hogar, al que todos llamaban refugio, no era más que su propia tortura producto de todos sus recuerdos. Sin esperar más ingreso casi corriendo, le importo poco que se cayera su maletín sobre el grass, abrió rápidamente la puerta, y lo primero que vio fue a sus padres. —Hola— fue sus únicas palabras antes de tomar impulso y subir corriendo las escaleras, sus progenitores se quedaron viendo con sorpresa al ver su actitud.

Su pulso se aceleró nuevamente, estaba frente a la puerta de su habitación, hacia mucho que no lo estaba y menos con la intención de ingresar y confrontarlo, sus manos empezaron a sudar.


—Una más, dame una más pidió aquel chico de cabellos revoltosos.


El aire que salió de su garganta le genero un agujero en la boca del estómago, la habitación se encontraba vacia sin ningún rastro de su hermano.

—¿Dónde estas? ¡Goku! — sus puños se cerraron por la frustración de no poder verlo, necesitaba encontrarlo, aun a sabiendas que a esa hora le era prohibido salir, vería la forma de hacerlo.


Eres un esclavo de tus secretos y por eso moriras— hablaba en susurros mientras veía su reflejo en aquel vaso semi vacío —Eres un ángel, un maldito ángel y yo un monstruo, soy un monstruo— se repetía mientras sonreía solo y balbuceaba sus pensamientos. —Cuantas personas soy, cuantas imágenes he creado—

Sin preverlo sintió un aroma cálido y dulce. —¿Hola? ¿Estas solo? —

Por un momento salió del transe de sus propios pensamientos y vio aquella sonrisa despreocupada de una joven cuyas gafas oscuras captaron su atención. Solo le dedico una ligera sonrisa para volver a tomar su vaso y pedir más licor.

—¿No sabes hablar? — presiono la joven con ironía. —Pareces un chico cortes—

Goku ante eso dejo su vaso sobre la mesa, giro su rostro y lo primero que hizo sorprendiendo a la joven fue acercar su mano sutilmente y retirarle las gafas oscuras. La joven se sorprendió y retrocedió por inercia, pero su asombro fue más cuando él se quedó mirándola detenidamente. —Bonitos ojos— menciono al darse con la sorpresa de que estos eran azules.

Un cierto rubor quiso adornar sus mejillas al ver la intensidad de sus ojos y el atractivo de su apariencia. —Yo, solo quería saber si, querías compañía— por alguna razón preguntarle eso le genero un poco de vergüenza.

Goku cambio su expresión, de pronto su semblante se volvió sombrío. —Soy un monstruo, mejor aléjate de mí— diciendo eso volvió a tomar su vaso.

Continuara…


¡Volveré pronto!, lo prometo,

Déjame saber que te parece como va el curso de la historia! Ojo algunas situaciones pueden dar a entender el fin de algo, sin embargo recuerden que esta historia no será la tipica con un final predecible o aceptado, quien sabe y sea más turbio de lo que se esperan.

Nos vemos!

Amapol