¡Hola Estimados Lectores!
Espero haber vuelto pronto, les traigo este delicioso capitulo.
Disfrútenlo y no se vayan sin dejarme sus comentarios, son vitaminas para mi.
Aquella joven se quedó pensativa con su respuesta, sus pensamientos divagaban en la casualidad de aquel momento, no sabía que hacer o que decir para ocultar su intromisión o afanosa necesidad de atención, estaba delante de él, de él, quien diría que haber aceptado la sugerencia del sheriff de hacer algunas investigaciones le daría tal coincidencia, años siguiéndolo, viendo sus combates, deseosa de conocerlo y ahora, a solo unos centímetros, lo reconoció en el acto, con aquella melena inconfundible, aunque debía ser cautelosa con su comportamiento, aunque reconoció que incluso mandaría al mismo diablo a su novio si siquiera osara a interrumpirla, felizmente ese no era el caso, ya que no había ido con él, estaba sola y con la fascinación de ver a quien admiraba desde siempre, ya había pasado varios minutos desde su ultimo intercambio de palabras, lo cual le daba más ansiedad por volverle a hablar.
—Te ves muy apuesto, ¡diré! ¿Qué haces en este bar? Pareces un chico que no es de por aquí— comento ella mientras tomaba un pequeño sorbo sin quitarle los ojos
de encima.
—Solo quiero alejarme un poco—comento desganado sirviéndose un vaso más.
—Mi nombre es Videl… ¿el tuyo?—
—Sin nombres — menciono ladeando su cabeza
Ella lo observo y se quedo quieta por un momento, con detalle vio su perfil, su mandíbula, su fornido cuello, observo sus manos blancas y aparentemente fuertes, su rostro estaba fijo en la nada como si sus pensamientos justificaran el seguir bebiendo, como si no hubiera pausa, como si la sed por aquel liquido no cesara. Se acomodo más en su asiento y sintiendo ansiedad por actuar, por llamar su atención ya que tal vez sería la única oportunidad que tendría, carraspeo la garganta antes de volver a interrumpir su silencio.
—Sé, ¡se quien eres!— dijo mientras se animaba a tomar otro sorbo rapidamente.
Goku se quedó en silencio con su comentario, tratando de no parecer descortés, lo cual la animo a continuar.
—Eres Kakarotto, ¡yo-yo soy una admiradora, diré, admiro, admiro lo que haces, tus combates, tus campeonatos tan perfectos! — lo ultimo no pudo dejar de decirlo con cierta emoción contenida. —No sé que estás haciendo aquí, que te trajo a este vecindario pero lo que sea, lo agradezco, moría por conocerte y esta es una gran oportunidad —
Goku ante sus palabras giro su rostro para verla antes de resoplar con cierta resignación al notar su insistencia —Gracias… pero no hay nada que admirar —
—¿Estas de broma? Eres super conocido en el mundo de las artes marciales — respondió entusiasta. —Yo conozco a Vegeta, es amigo de… de un amigo cercano, conocí también a tu hermana—
Aquellas palabras llamaron la atención de aquel —¿Mi hermana, la conoces? —
—Si, tuvimos una reunión y ella estaba con Vegeta, no sabia que andaban saliendo— comento despreocupada
El chico de cabellos alborotados apoyo su codo en la barra y poso su mirada en ella una vez más. —Mi hermana, la viste con Vegeta— repitió como si una grabadora estuviera hablando —Bulma y Vegeta… vaya que pareja verdad— comento irónicamente levantándose de su asiento.
—¿Te vas? — pregunto Videl con sorpresa
—Si, me duele la cabeza, un gusto- cono-certe — menciono tratando de colocar su billetera en sus bolsillos sin mucho éxito, ya el licor había tenido efecto, ocho vasos de puro wisky para alguien que no solía beber era fulminante y era evidente al evidenciar su estado.
—¡Te ayudo! —
—¡No!, no me toques— dijo aquel quien reacciono con incomodidad al sentir la cercanía de ella. —Lo siento, debo irme—
Videl ante su reacción se sorprendió y guardo cierta distancia —pero… estas muy mareado—
La respuesta de él no se hizo esperar, quien simplemente le dedico una sonrisa antes de caminar hacia la salida con pasos algo torpes, llamando la atención de aquel grupo que estuvo observándolo desde su ingreso, estaba a un metro de la salida cuando lo intercepto un hombre, Goku se detuvo y lo vio directamente, este era alto, fornido y calvo, tenía un ridículo vigote que se movía a la par de su sonrisa.
—Permiso— dijo Goku antes de querer continuar hacia la salida, sin embargo, aquel hombre le sonrió y mostro una actitud de resistencia.
—¿Deseas ayuda? — menciono entre risas al verlo —Pareces algo perdido— volvió a decir promoviendo la estúpida risa de sus acompañantes.
Videl observo todo entendiendo perfectamente la situación, intuyendo sus intenciones. —¡Hey! —exclamó y se acercó lo suficiente como para sostener a Goku del brazo causando sorpresa en el joven. —El viene conmigo—
—¡Quien eres tu mocosa! ¿Acaso necesita que una mujer lo defienda? ¡Sáquenla de aquí!— diciendo eso dio una indicación con la mirada, rápidamente un grupo de cuatro hombres se acercaron, rodeándolos.
Goku se mostraba como aturdido, demasiado alcohol para tan corto tiempo. —Estas muy guapa, un poco de entretenimiento no vendría mal—bufo uno mientras observaba a la joven
—Chicos como tu no se ven por aquí— diciendo eso empezó a cerrar sus puños —Se nota que eres un mimado, ¿verdad? —
Videl había sido apartada toscamente, lo cual causo más enojo acumulado en aquel joven, quien fue rápidamente sujetado por unos estúpidos sujetos, permitiendo al calvo acercarse demasiado a él, viéndolo fijamente, con extrañas intenciones —pero como tú, me gustan más— susurro lujuriosamente. —Esto te gustara— diciendo eso trato de estamparle un golpe, justo en ese momento como consecuencia del licor sentía sus movimientos algo pesados, sin embargo, su irritabilidad aumento, causando una sensación de furor que hace mucho no sentía, la mirada fue fija hacia el interlocutor quien claramente se sentía muy confiado.
La expresión de Goku se endureció seguida de una sonrisa sádica e impaciente.
Aquel nombre en pantalla llamo su atención. —¿Hola? —
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—Esto se está saliendo de control Vegeta— susurro aterrada la joven.
—¿Dónde está? — aquella pregunta estuvo cargada de desconcierto mientras sostenía las llaves de su carro, dispuesto a salir con prisa.
Las llantas rechinaron mientras un olor a quemado evidenciaba la prisa del aquel llegado, salió de su auto y vio a su alrededor, la calle reflejaba ser de un barrio bajo popular, rápidamente capto la atención de la gente que estaba a los alrededores, lo miraban como un bicho raro pero asustados, era el segundo extraño en un carro de lujo estacionándose como si estuvieran en su casa, sin el mínimo cuidado acaso eran ¿ narcotraficantes? se preguntaban entre si, este a su vez les devolvió la mirada con indiferencia, mientras a cierta distancia escuchaba el bullicio y algarabía de algunas personas que se amotinaron a las afueras del bar.
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Camino observando todo a su alrededor, vidrios en el suelo evidenciaban lo que muchos murmuraban, las puertas las habían cerrado adrede, como si estuvieran trancadas para impedir que alguien escape, decían que los ruidos extraños y gritos de quejidos eran enervantes, frustrados y temerosos sin posibilidad de ayudar solo eran curiosos observadores, con sigilo apresuro sus pasos y sin dar preámbulo saco su teléfono.
—¿Estas afuera? —
—si—
De pronto la puerta se abrió, causando la sorpresa de todos, pero solo él tuvo la iniciativa de ingresar, miro a todos con clara señal de que debían esperar. Una vez dentro sus ojos se abrieron con incredulidad, habían muchos hombres tirados en el suelo, quejándose algunos, otros inconscientes, y uno en especial, que estaba en posición de cuatro con un tubo en la boca, atado de manos y pies sin posibilidad de movimiento, consciente pero aterrado.
—Pero… ¡que demonios! —Su mirada se levanto y vio a aquel autor de toda esa masacre, Goku se encontraba sentado en la barra, con la cabeza encima del mesón y una mano sosteniendo un vaso de licor, sus puños estaban rojos y agrietados con rasgos de sangre, su ropa algo rota y desaliñada, pero aun así, se veía integro.
—Necesitamos sacarlo de aquí…— se apresuro a decir Videl cerrando fuertemente la puerta para impedir intromisiones.
Vegeta observo todo y saco muchas conclusiones propias, muy independiente de los detalles dados por Videl por teléfono, quien fue la responsable de mantener alejado a los de afuera, cerrando las puertas para no evidenciar lo sucedido. Sin decir nada se acerco a la barra, se sentó a su costado observando el espectáculo.
—Kakarotto… Vaya espectáculo—menciono el escritor sin quitar los ojos de encima a aquellos desgraciados.
Goku escucho su vos y se incorporo un momento solo para corroborar lo que oía. —Vegeta— pronunció su nombre emitiendo una sutil sonrisa mientras se limpiaba la sangre que salía de su labio inferior —Creo que se me fue de las manos—
Vegeta lo vio detalladamente y exhalo aire contenido. —Espero que tu estado se deba a que estas ebrio y no a que te dejaste golpear por estos insectos— en eso iba a decir algo más cuando escucho a alguien detrás de la barra, se asomo y vio a un hombre arrodillado cubriendo su cabeza y mostrando real espanto entre balbuceos.
—¡Hey! ¿Eres el encargado o el dueño? —
El hombre permaneció inmóvil al escuchar el tono de su vos, le pareció tosca y fría. —Por favor, no me hagan daño, este es mi negocio—
—¡Sal de ahí ahora mismo!, ¿Conoces a estos tipos? — volvió a preguntar esta vez tratando de sonar más sutil aunque no lo parecia. El señor era de baja estatura, se veía mortificado al ver los desastres de su local.
—Mi bar, mi bar esta… destrozado—dijo mientras lo observaba perplejo.
Goku ante sus palabras se sorprendió, giro a ver a su alrededor y abrió grandemente sus ojos al observar que esa cantina solo era mesas rotas, vidrios rotos y hombres en el suelo inconscientes. —Lo siento, no fue mi intención perjudicarlo— respondió tratando de incorporarse.
—¡Te pregunte algo!— interrumpió Vegeta con impaciencia, realmente quería saber quienes eran esos sujetos. Goku ante eso, coloco su mano en el hombro del escritor, saco su billetera y retiro un fajo de dólares y se los entrego al propietario.
—Sé que le cause destrozos, discúlpeme, estos sujetos eran delincuentes, por eso actúe así— diciendo eso entrego el dinero al comerciante quien se sorprendió por su accionar. —Haré que le hagan llegar más, con eso podrá reconstruir este lugar— Vegeta ladeo los ojos al ver la actitud preocupada de Goku que a las justas podía mantenerse ligeramente en pie sin dar pasos torpes.
—Yo creo que con eso es suficiente, ¿Verdad?— dijo Vegeta al ver la cantidad que ya había entregado, mirando directamente al comerciante, quien sin pensarlo tomo una posición más relajada.
—Eh, si, si, con esto está bien— respondió al ver la gran suma que le había entregado. —Estos hombres, realmente son unos desalmados, siempre venían a mi local a hacer problemas o a hacer fechorías, no sabia como deshacerme de ellos—
Videl quien estaba observando todo, frunció el ceño y cruzo sus brazos. —Vamos a entregarlos a las autoridades, yo soy Hija de Mister Satan, gobernador de esta ciudad, estuve aquí haciendo unas investigaciones en este barrio y veo que estos sujetos deben estar presos, tenemos suficiente evidencia— diciendo eso miro directamente al propietario. —Esperamos contar con su discreción, ellos me agredieron y por ebrios se pelearon entre si, me defendieron unos extraños y pude escapar, no mencionaremos la presencia de él—
Ambos se miraron entre si, entendiendo perfectamente como evitarían implicar a Goku en la situación.
—Esta bien, hay una salida por la parte de atrás, saldrán y así evitarán ser vistos—
—¿Kakarotto, ¿dónde está tu auto? — pregunto Vegeta con inquietud mientras Goku le devolvía la mirada antes de caer sobre la barra y romper lo poco que quedaba intacto.
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Sus pasos eran pesados, Goku estaba apoyado sobre hombro del escritor mientras caminaban hacia su auto, Videl se quedó con el dueño del local para solucionar lo de esos tipejos.
—En estos momentos es donde me gustaría acabar contigo Kakarotto—dijo con fastidio al sentir como este se apoyaba aún más, dejando caer su peso.
Goku ante eso sonrío con desanimo y cayo pesadamente sobre el asiento de copiloto de aquel deportivo. —Oh vamos Vegeta, cambia de cara— dijo rodando los ojos mientras se acomodaba en el asiento y escuchaba sobresaltado el impacto de la puerta.
Vegeta se sentó, encendió el vehículo y salió de ese lugar rápidamente —últimamente estas tan patético—
Goku al escuchar eso casi se ahoga con la bebida energizante que acababa de destapar…
—¿Qué se supone que intentaste hacer? ir a un bar de mala muerte a embriagarte, dejar tirado tu carro alrededor de insectos para que te vean presa fácil y despertar su codicia para después tener una excusa para descargar tus líos mentales— esto último lo dijo con mayor énfasis endureciendo su mirada.
Goku giro su mirada hacia la ventana ignorando por completo sus palabras mientras empezaba a reír sin ninguna razón aparente.
—No se en qué demonios estás pensando— comento con cierto aire de reproche.
—Si lo sabes—respondió con pausa sin quitar sus ojos de aquella luna oscura.
Ante eso Vegeta detuvo el auto y sin ningún reparo lo sujeto del cuello de su camiseta y lo encaro. Sus rostros estaban a solo centímetros de distancia, el ceño fruncido del escritor le dejaba en claro que no estaría con juegos, pero la mirada indiferente y despreocupada de Goku lo sacaba más de quicio. —¡Déjate de estupideces, no te puedes poner así por ninguna mujer! —
Ante sus palabras sus ojos se ampliaron y lo empujo con impulsividad. —¡Cállate! —
—Eres un imbécil Kakarotto, parece que realmente quieres arruinar tu vida—
Ante esas palabras, aquel lo miró con ira y sin tener la mínima intención de controlarse bajo rápidamente del carro, se trepo con una agilidad admirable por el capot, para esto Vegeta ya había salido del vehículo, deduciendo sus intenciones
—¡Mira quien lo dice!—Lo encaro Goku dejando de lado su paciencia.
—¡Yo lo digo!, ¿cuál es el problema?—refutó desafiante el escritor.
—Primero resuelve tus problemas maritales ¿no crees? —respondió sin ninguna tregua, dando en el clavo con sus deducciones al ver la expresión desencajada del escritor.
Vegeta ante sus palabras se quedó detenido, arqueando una ceja con expresión de sorpresa. —¿Qué dices? —
—¡Deja de fingir Vegeta! mantienes algo que ya está muerto, algo que supuestamente nunca quisiste, algo que casi te destruye, lo mantienes vivo a pesar de que casi acabo contigo, porque no tienes el valor de dejarlo ir, no quieres dejarla ir. ¿y me cuestionas a mí? —
El escritor se sorprendió grandemente por sus palabras, quedándose atónito y absorto en sus pensamientos.
—Eres un cobarde porque solo huyes, no lo afrontas, vives aquí cuando tienes tu mente en otro lugar, cuando sabes muy bien que nunca estarás en paz lejos de ella, podrías acabar con todo, pero te rehúsas a cerrar el ciclo, a vivir disfrazado de un personaje que no eres, ¡A fingir lo que no sientes! —
El enojo se desbordo, sin darse más tregua se abalanzaron mutuamente, ambos cayeron al piso, mientras los golpes se intercambiaban y sus fornidos puños iban contra sus mandíbulas, la desesperación y las ansias por hacerse pedazos era desbordante, ninguno se daba tregua, que mejor para acabar con su frustración que lacerarse mutuamente.
Se separaran unos instantes, suficiente para calmar su agitada respiración, Goku lo vio fijamente mientras retiraba la sangre que salía de sus labios. —¿Esto es lo único que puedes dar, Vegeta? —diciendo eso rápidamente le acento un golpe contundente en la frente, haciéndolo retroceder.
La sangre empezó a recorrer por su rostro, pero sonrió de lado cínicamente. —Eres un insecto—menciono al aire para luego sin tregua propinar un golpe en seco en su abdomen haciéndolo caer de rodillas, se acercó nuevamente sosteniéndolo de sus cabellos y cerró su puño para impactarlo contra la mandíbula de este, logrando mantenerlo en el suelo. —Eres un imbécil, ¿Cómo se… te… ocurre… mencionarla? — dijo entre dientes mostrando su enojo por su atrevimiento.
Goku aún estaba con estragos del licor, si bien ya estaba más lucido y con más equilibrio, no estaba del todo físicamente como para continuar aquella pelea como quisiera, aun así, ante sus palabras, empezó a reír sarcásticamente para hablar sin ninguna mesura, muy poco habitual en él. —¿Te ofende que hable de ella? No eras tú el que decía todo el tiempo que nunca te importo, que no te interesaba en absoluto lo que le pasara, que todo fue un simple compromiso protocolar, ¡eres un mentiroso! —
Los puños de Vegeta se cerraron con fuerza… —¡Cállate! —
Goku se incorporó manteniendo uno de sus codos contra el suelo. —Te jode la verdad—
—Al menos yo no me acosté con mi hermana—
Ante esas palabras Goku se abalanzo nuevamente contra el escritor, cayeron sobre el capó del auto, y se separaron mirándose con ímpetu mientras ambos se mantenían en guardia, con los puños listos y el cuerpo hacia adelante para el ataque. —¡Tu solo la estas utilizando! Tuviste que recurrir a ella para tratar de olvidar tus malditos recuerdos, para volver a ver una vida distinta, porque sabes muy bien, que ella es lo suficiente especial para lograrlo, tiene todo para sacarte de esos traumas, para liberarte, ¿acaso no es una bajeza?—
Vegeta por primera vez sintió como su mandíbula temblaba al no tener las palabras suficientes para responder ante su acusación, se sentía acorralado.
—Bulma, es diferente, a pesar de nuestra situación sus sentimientos son sinceros y es tan especial que ahora estas aquí, peleando con frustración porque sabes que no estas consiguiendo tu propósito—
—Debes alejarte de ella—dijo el escritor
—Aléjate también, ambos no somos buenos para ella Vegeta— menciono Goku mientras empezaba a sentir gotas de lluvia sobre su piel.
Vegeta giró la mirada hacia otro lado, sus recuerdos empezaron a bombardear su mente, la expresión de su rostro cambio, busco en sus bolsillos, pero estos estaban vacíos, causándole cierto fastidio.
—Ya deja de consumir esa mierda—
—Deja de hablar idioteces Kakarotto— menciono el escritor mientras cambiaba su postura a una más relajada y se apoyaba con el capó con los brazos cruzados.
—¿La consumes para no pensar en eso verdad? eso es solo momentáneo y lo sabes— menciono el chico de cabellos alborotados mientras se colocaba a su costado. —Deja de mentirme más, porque ya no fingiré contigo, afronta de una vez maldita vez tu situación y deja ese cuadro depresivo de una vez por todas—
—No sabes lo que dices…—
—Lo sé, solo que trate de ser un aliado, no quería hundirte más, pero ya que no te importo hacerlo conmigo, tal vez quitarnos la catera del silencio, sea lo mejor de una vez por todas—
Vegeta ante sus palabras se hastío y lo empujo, en ese preciso momento empezó a llover, empapando sus cuerpos. El murmullo de la gente los saco de si, ambos se quedaron sorprendidos al ver que todo su espectáculo estaba siendo observado por varios curiosos, quienes corrían a buen resguardo por la lluvia.
—¡Mierda! —dijo Vegeta, acercándose a Goku y levantándolo rápidamente del suelo. —Debemos largarnos de aquí—
Un pequeño quejido de dolor provino del más joven al sentir la presión del brazo del escritor. —¡Con cuidado Vegeta!—
—¡Qué demonios! —
—Me golpeaste el abdomen, recién estoy recuperándome de la lesión—respondió Goku con cierta mueca de incomodidad.
—¡Eres un imbécil, debiste recordármelo! — menciono Vegeta colocándolo sobre el asiento de copiloto mostrándose algo preocupado. —Te llevare a tu casa—
Goku ante sus palabras se quedó atónito —Estas loco, que explicación daré si me ven así—
—Ya deja de preocuparte por las explicaciones, es tu vida, nadie debe opinar de ella, no deberías permitirlo—menciono antes de hacer rechinar las llantas de su auto producto de la velocidad con que salía de aquel lugar.
Ante sus palabras Goku se quedó en silencio mirándolo en silencio.
—Es la verdad, si dices que soy un cobarde por no afrontar mi vida, tú eres patético por solo pensar en el que dirán—
Después de aquellas palabras, todo fue silencio en el recorrido…
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La oscuridad de aquellos espacios solo le daban la impresión de calma, sin embargo, la ausencia de las personas le daba cierto margen de frialdad, sus padres habían salido, como cada noche al teatro o una reunión social, su madre siempre impetuosa de formar parte de ese mundo, el agua fresca en ese momento era su única compañía, sin un móvil personal, sin el permiso de salir, parecía más una carceleta que un hogar, pero lejos de eso, sus pensamientos la bombardeaban pensando donde se podría encontrar, por un momento tuvo la afanosa esperanza de encontrarlo, pero ya de eso había pasado horas, sin la posibilidad de salir, al no tener idea a donde ir, y con la duda de que se encuentre con su noviecita y termine haciendo el ridículo… —¡Demonios! Construiré por mi misma una dispositivo de muñeca, así no volverá a pasar esto— hablo en voz alta, al sentir la incomodidad de la incomunicación, sin embargo antes de salir de aquella cocina, milagrosamente aquel teléfono de pared empezó a sonar, acaparando su atención.
—¿Hola? —
—Bulma—
Aquella voz era inconfundible. —¿Vegeta? —
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Sus pasos eran acelerados, su corazón latía con fuerza, no podía creer que aquella llamada era como una respuesta a todas sus alucinaciones, sin esperar más salió con prisa de aquella casa, rumbo hacia el jardín, en cuestión de segundos vio como aquel deportivo ingresaba por el portón, no quería sonreír, no cuando la explicación había sido de que su hermano estaba algo herido, sin embargo conociéndolo probablemente se trataba de una simple pelea callejera, nada de que preocuparse, su rostro estaba entusiasta, aunque quería ocultarlo le daba tanto gusto volver a verlo, y saber que ahora ella así no quisiera era la única que podía ayudarlo para que nadie más lo vea así.
Se mantuvo a cierta distancia, observo como el vehículo se detenía, y la puerta por fin se abría, aquel interesante chico de cabellos extravagantes salía de él mirándola directamente, ella le devolvió la mirada con una ligera sonrisa, casi imperceptible, después de eso, la otra puerta se abrió lentamente, y por fin, observo lo que tanto ansiaba ver, él salió lentamente del vehículo, mientras se tocaba la frente producto de la jaqueca que empezaba a sentir por la cantidad de licor que había tomado, sin poder evitarlo lo observo mientras iba hacia ellos.
Vegeta se acercó a Goku… —¿Te ayudo? — le dijo al ver como el malestar del alcohol estaba haciendo efecto.
—Tranquilo Vegeta, estoy bien—dijo mientras trataba de mantenerse con equilibrio.
—¡Pero que!— Exclamó Bulma al acercarse lo suficiente a ellos y percatarse de un gran detalle, ambos se veían magullados, con rasgos de sangre en la cara y con las prendas algo rasgadas. —Vaya, parece que esto a sido serio— agrego al notar el estado físico de los dos. —Creo que mejor no pregunto ¿verdad? —
Ambos giraron a verla, aquella estaba para sorpresa de los dos únicamente con un polon blanco, que a las justas cubría parte de sus muslos, evidenciando la falta de un sujetador, la frescura de su cabello suelto, y su rostro los hizo observarla con cierto gusto, si supiera que ambos estaban así por ella, un detalle que por cierto nunca seria descubierto. Goku giro rápidamente la vista hacia otro lado al sentir los ojos de ella sobre él, un detalle que lo puso nervioso.
—Bulma, debo irme, seria bueno que le des algo para que se le pase la resaca—comentó Vegeta tomando cierta distancia.
—¿Resaca? —
—Si, se tomó medio bar—
—¡Hey! Eso no es cierto—refuto Goku
—Esta bien— diciendo eso se acerco a su hermano y al ver sus movimientos, sujeto suavemente su cintura, causando una reacción inmediata en Goku, quien se sobresaltó por inercia.
—Solo te quiero ayudar, te llevaré a tu habitación, mis padres han salido, probablemente lleguen tarde— dijo la peliazul —No hay peligro que te vean así—
Vegeta ante la reacción de la peliazul se quedó observándolos con una pausa, su mirada se quedo perdida al ver las atenciones de ella sobre él, y como en ese momento al parecer no existía nadie más. Goku noto la expresión del escritor y se quedo por un instante detenido en sus movimientos ya que dedujo sus pensamientos, sin embargo, nada podía hacer, lo intento, pero en ese instante sintió el calor de ella al sujetarlo por la cintura, sin la intención de alejarse.
—Debo irme— hablo con pausa al verla directamente, por alguna razón sintió que era la ultima vez que tal vez se mostraban con alguna cercanía.
—¿Nos vemos después? — pregunto la peliazul por inercia con intención de mostrar cierta cortesía.
—Cuando tengas tu teléfono me llamas— respondió con sarcasmo con una ligera sonrisa perceptible. Ante eso ella se la devolvió de la misma manera.
Vegeta ingreso rápidamente a su vehículo y sin esperar más lo encendió y retrocedió saliendo de aquella residencia.
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Ambos escucharon como el portón de aquella residencia se cerraba, evidenciando la repentina soledad en la que se encontraban, mientras caminaban hacia el ingreso su cercanía los tenía en absoluto silencio, a pesar de su estado, aun podía percibir la esencial varonil de aquel corpulento chico, que tanto había estado acostumbrada.
—Yo creo que puedo solo— menciono Goku sintiéndose algo nervioso por su cercanía.
—Solo déjame ayudarte, estas algo mareado y ya estas muy magullado como para estarlo más—respondió la peliazul mientras lo ayudaba a ingresar a la vivienda. —Si que pesas eh— comento al aire al sentirlo ligeramente apoyado en ella.
Goku sonrió ante su comentario y sin responderle empezó a subir por las escaleras, Bulma estaba ayudándolo pues se dio cuanta de su poco equilibrio, y dado su estado podría ocurrir un accidente que llame la atención del personal, algo que indudablemente prefería evitar.
—Noche de teatro— pronuncio por fin Goku al llegar al piso de sus habitaciones.
—Así es, como siempre— respondió la peliazul.
—Te dejaron sola, parece que la están pasando muy bien, mientras tu estas castigada—comento en respuesta, mientras tomaba una pausa y se apoyaba en el barandal de las escaleras.
—No se hasta cuando dure esto, pero pienso rebelarme—respondió la peliazul apoyándose sobre la pared.
Goku sonrió ante su respuesta. —No esperaba menos—
Bulma se quedó mirándolo a los ojos fijamente, sin ningún pudor, sin pestañar, sin la intención de bajarle aquella expresión. El lo noto, ese silencio en el que ambos se observaban decía más que mil palabras y aunque sus ímpetus estaban a punto de desbordarse, la consciencia y el control los gobernó. —Iré a… mi habitación—
—Déjame ayudarte, estas sangrando y seguramente te duele la lesión—
—No, mejor no—Se apresuro a responder.
—Por favor… déjame ayudarte—La expresión de suplica fue tal, que Goku no supo identificar su repentino estado de ánimo, no sabía si debía reír, sonreír, o gritarlo, pero se sentía tan bien sentir su interés, que no pudo evitarlo, asintió con la cabeza como por inercia, tratando de controlar su vehemencia por decir si, muchas veces.
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El camino se hizo super corto, no se imaginó cuanto acelero ero llego rápidamente a su departamento, aquel día había sido demasiado intenso, lleno de situaciones complejas y desbordantes, desde un repentino arrepentimiento, cargo de consciencia, recuerdos desagradables como añoro incesante, todo en un solo día, sus pensamientos estaban en todos lados, desde las palabras de su compañero de batalla, como en ojos azules de aquella mujer…
—Buenas noches Sr. Oui, le quería comentar…—
—Ahora no, en otro momento—le corto tajantemente Vegeta al portero del edificio y sin darle tiempo a responder, ingreso al ascensor.
Unos segundos después, se encontraba en la entrada de su departamento, ingreso por la sala, vio el panorama habitual, las luces apagadas únicamente con el brillo de los faros de la ciudad, seguramente Tennis ya se había retirado, miro hacia los lados, observando en pausa la soledad de aquel espacioso lugar… camino hacia la cocina, abrió el refrigerador y bebió un poco de agua, se desabotono la camisa, que de por si se había estropeado, y estaba manchada de sangre, subió por las escaleras y en ese preciso momento, detuvo sus pasos intempestivamente, un aroma muy conocido por él, definitivamente estaba embriagando el lugar, un olor que él conocía a la perfección, pero que era imposible, acaso se estaba volviendo loco, miro por todos lados con ansiedad, el silencio de aquel espacio no denotaba nada extraño, sin embargo un escalofrió recorrió su cuerpo, lentamente continuo subiendo por las escaleras, camino hacia su habitación y ahí, a pesar de la oscuridad del ambiente, se escuchaba el agua correr como si aquel espacio estuviera siendo utilizado, se dirigió al baño y lentamente toco perilla, mientras su respiración estaba ligeramente agitada, sin prisa abrió aquella puerta y se quedó sin ningún movimiento al ver la silueta perfecta de aquella mujer dentro de la ducha, el agua caía sobre su cuerpo, su larga melena caía con desparpajo sobre sus glúteos, sus ojos estaban cerrados como disfrutando aquel momento de relajación, aun sin percatarse de la presencia de aquel, quien se mostraba atónito de tenerla a solo unos metros de distancia. Pero el sonido de la puerta cerrarse la hizo salir del transe, reconociendo rápidamente su llegada.
Vegeta se sentó sobre el filo de la cama totalmente incrédulo, como se suponía que debía actuar, ella había osado aparecer sin ni siquiera darle aviso, sin poder evitarlo sus ojos se abrieron aun más cuando escucho como la perilla del baño giraba y la puerta se abría.
Aquella mujer salió envuelva en una toalla blanca, con el cabello mojado, sus mejillas estaban algo sonrosadas, y sus labios carnosos mostraban cierta sonrisa de placer acompañando con una expresión de anhelo y satisfacción. Él la miro con real asombro, pero sin tener idea de cómo reaccionar, porque para su maldita suerte, lo veía con total seguridad y lo desencajaba por completo… una cosa era manejar la situación desde lejos, pero ahora tenerla a solo unos centímetros, le causaba una sensación diferente en aquel escritor.
—Vegeta— pronunció mientras ladeaba su cabeza hacia un lado y sonreía extrañada. —Por que me ves como si fuera un fantasma, acaso este distanciamiento te hizo lograr lo que tanto querías… olvidarme—
—Yo… yo no, esperaba verte— respondió sin poder quitarle los ojos de encima.
—Demoraste mucho, creo que espere lo suficiente—diciendo eso empezó a caminar hacia él.
—Espera… ¡Que intentas hacer! — pronuncio algo confundido.
La mirada de ella descendió sobre su cuello, vio su torso descubierto y noto las manchas de sangre en la camisa, lo cual cambio radicalmente su expresión y sin darle ninguna explicación a su pregunta, se acerco lo suficiente como para tocar su rostro, dejándolo petrificado. —Amor… estas herido— menciono suavemente, mientras examinaba con detalles su rostro.
—No-no me toques—reacciono él por inercia. —Yo estoy bien— diciendo eso trato de alejarla.
Aquella pelinegra ladeo su cabeza y levanto una ceja en respuesta. —No te preguntaré porque fue, pero si curare tus heridas y no aceptare un no, Vegeta—
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Goku se encontraba sobre su cama observando como aquella peli azul le retiraba la venda de su torso, lo hacia con tal ánimo, que cada vez que cruzaban miradas le regalaba una sonrisa, a pesar de haberse mantenido en silencio todo ese tiempo, ese momento estaba tomando un aspecto diferente para los dos, no querían admitirlo internamente pero estar cerca, sintiéndose así sea por algún roce involuntario de manos o por mantenerse en un mismo espacio, los llenaba de nervios, mesclados con expectativa, como un éxtasis que tal vez en mucho tiempo no habían experimentado.
—Ahora tengo que hacerlo por aquí— menciono la peli azul acercando con cuidado un poco de algodón con alcohol sobre sus labios. Su proximidad, el observarlo con detalle mientras limpiaba algunas heridas lo tenía algo inquieto, evidenciándolo cada cierto tiempo al cambiar de posición.
Lastimosamente el cruce de miradas era inevitable, sobre todo cuando lo tenia frente a frente y sobre pasaba innecesariamente por el mismo lugar aquel algodón.
—¿Cómo… como esta tu novia? — pregunto sorpresivamente, no sabía si era para romper el hielo o por el interés que le embargaba saber al respecto, fue evidente la extrañeza que le causo a Goku, quien suspiro algo desanimado al dar aquella respuesta.
—Deduzco que bien—menciono aquel sin mirarla a los ojos.
—Pensé que se iban a casar— volvió a referirse al respecto mientras terminaba de pasar por la ultima herida de su rostro. —Digo, solo es simple curiosidad—
—¿Te gustaría ser la dama de honor? — pregunto sorpresivamente aquel chico, causando el desconcierto de la peli azul quien por impulso dio un rotundo no, causando la risa de él.
—Preferiría casarme con aquel calvo, amigo tuyo—
Los ojos de su hermano se abrieron sorpresivamente con algo de gracia, pero con cierta expresión de desagrado al imaginarse algo así.
—Así me sentiría— agrego la peli azul al ver su expresión.
—Nunca te imaginaria con Krilin, aunque creo que se pondría feliz—menciono él tratando de contener la risa.
Bulma arqueo una ceja y con el fin de devolverle el cumplido… se levantó, se acerco al espejo y se miro en él con cierta pretensión. —Para eso está Vegeta, podrías imaginarme con él—
Con ese comentario la expresión de Goku no se hizo esperar, parecía asqueado, algo que indudablemente causo la risa sonora de aquella bella chica.
—¡Ay! Es solo una broma— menciono la peli azul entre risas. —Lo más probable es que salga huyendo de mi propia familia y nunca conozcan mi paradero—
Goku ante sus palabras no pudo evitar ceder y terminar observándola detenidamente, estaba frente al espejo, moviéndose de un lado al otro mientras veía su figura, como si le ostentara su ser, por lo que empezó a sentir un calor algo placentero recorrerlo, pero rápidamente trato de disiparse al respecto girando su mirada hacia otro lado.
—Me daré un baño— dijo aquel chico levantándose de la cama.
—¡Te ayudo!— se apresuró a decir la peli azul mientras giraba a verlo directamente.
Aquellas palabras complicaron la situación, Goku no pudo evitar arquear una ceja mientras la miraba directamente. —¿Qué? —
—¡Perdón! Creo que exagere, puedes bañarte solo, diré estaré en mi habitación, digo, espero descanses— sus palabras la enredaron, la emoción contenida de una platica en confianza que hace mucho no practicaban la hizo olvidarse del panorama, rápidamente salió de aquella habitación con las mejillas sonrojadas, dejando intrigado a su interlocutor.
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El torso de aquel escritor estaba completamente desnudo, sus pectorales se veían tallados como la piedra de un escultor, aquella pelinegra tenía una gaza cubriendo con alcohol aquellas heridas, lo veía fijamente mientras este no pronunciaba ninguna palabra… sin poder evitarlo había cierta tensión entre ellos…
—Ya está— dijo sutilmente terminando de limpiar aquella zona.
Vegeta la observo por un momento… ella le devolvió el gesto, ambos enfocados mutuamente, como si tuvieran que decirse muchas cosas, pero las palabras estaban limitadas.
—Te vez algo diferente, como más formal, tal vez es porque hace mucho no te tenia de cerca— menciono la pelinegra tratando de tocar su mejilla, aunque este se mostro esquivo ante su tacto. Ella suspiro con cierto fastidio ante su rechazo.
—Milk, debiste avisarme que venias— musito él con cierta incomodidad, alejándose de ella y buscando algo en sus cajones.
—¿Avisarte? —
—Así es—
—¿Para qué? —
—Yo tengo una agenda, muchas cosas pendientes, no tengo tiempo para—
—Para verme— lo interrumpió completando sus palabras. —Esperabas que te avise para que suceda lo de siempre, que terminas desapareciendo—refuto ella arqueando su ceja con desaprobación.
—¡Simplemente debiste hacerlo! —
—¡Ya no quieres volver a verme! — por fin el aquel suave tono de voz cambio radicalmente. —dímelo directamente y déjate de tantos rodeos—
Vegeta la vio y noto su semblante, la mirada la tenía fija en él mientras la dureza la acompañaba, con el ceño semi fruncido, sin un ápice de desconfianza al confrontarlo, así la recordaba, una mujer de carácter, a pesar de tener momentos donde su dulzura y delicadeza podía confundir a cualquiera.
—Yo…— las palabras se demoraban en salir, tenerla a pocos centímetros con la expresión desencajada, lo desestabilizaba, por eso la evitaba, meses pensando que ya tenia el control y en ese momento el desconcierto le mostraba que estaba equivocado, aun tenerla cerca desestabilizaba sus emociones. —prefiero evitar esto—
—Nunca me podrás perdonar verdad, nunca…— dijo aquella mujer cambiando su expresión por una de pesar.
Los ojos de aquel se mostraron con real nostalgia al escuchar sus palabras, dando a entender que lo que paso aun seguía vivo, vivo en sus recuerdos…
—Perdóname… perdóname, amor, nunca quise hacernos daño, solo fui una cobarde— dijo mientras se alejaba de él y salía de aquella habitación, dejándolo solo.
Volver a escuchar su voz, la dulce manera de tratarlo, el olor tan desquiciante que recordaba y que le taladraba la mente en cada momento de su cercanía, lo habían desestabilizado, a pesar de querer mostrar indiferencia o mandarla al diablo, ya que era la oportunidad perfecta de terminar con algo que le traía ciertos miseros recuerdos, no podía, no podía decirle adiós y se maldecía por eso…
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El baño fue refrescante, ahora estaba envuelto en una toalla, mientras secaba sus cabellos, su rostro evidenciaba aquella pelea, aquellos golpes de Vegeta no habían sido nada amistosos, tenia el labio partido, un ligero hematoma en el pómulo, y una que otra herida en la frente y mejillas, pero por alguna razón se sentía bien, aquella sensación de vacío que había sentido estaba desapareciendo, en vez de eso, estaba siendo reemplazada por una que no sabia identificar, pero lo ponía de mejor ánimo, tanto que su apetito había vuelto. Salió de su habitación con la mismas prendas con las que había salido de la ducha, al no haber nadie en casa se sentía con mayor confianza, vio la habitación de su hermana, esta se encontraba cerrada, suspiro con cierto alivio, tal vez era lo mejor.
Ingreso totalmente relajado a la cocina pero, casi le da un choque mental al encontrar a aquella peli azul semi agachada buscando algo en el refrigerador, aquel panorama lo dejo boquiabierto, se encontraba ahora con otras prendas, una mini falda de jean y una polera holgada, pero aquella posición perturbaba su imaginación, sus piernas totalmente expuestas y ese peligroso filo que marcaba lo contorneado de sus glúteos, esperaba disimular pero se quedo paralizado ante aquella escena, sobre todo al observar cómo esta movía sus caderas de un lado al otro.
—A ver, no este no me gusta, ¡aquí estas! — dijo animosa mientras encontraba aquella bebida que habían colocado fuera de su vista, sin darse cuenta de aquel espectador, cerro el refrigerador y lo vio para su sorpresa tomando agua algo nervioso. —¿Estas bien? — le pregunto al notar sus manos algo temblorosas.
—Si— diciendo eso salió de la cocina sin decir nada más, olvidando por completo su apetito. Sonó algo cortante, pero necesitaba alejarse de ella, aunque resultara una sensación tortuosa.
Bulma sintió la distancia que él trataba de poner entre ellos y eso la molesto, el desgano vino a avasallar su noche, así que sin siquiera mirarlo camino por su costado ignorándolo por completo, con el gesto fruncido algo que él noto y le llamo la atención. Al llegar a su habitación cerro la puerta con demasiada fuerza, su frustración la estaba gobernando, como debía entender que estaba demente para pensar que él aún seguía sintiendo algo por ella, que lo que vio en la tarde no fue más que su indiferencia y estaba muy lejos de sus afanosas alucinaciones en creer que le afecto, que le afecto en gran manera verla con Vegeta, que el aun estaba enamorado de ella. Necesitaba salir de ahí, estaba harta de sentirse prisionera, necesitaba oxigeno y libertad, necesita desquitar todos esos sentimientos reprimidos y solo había un lugar donde podía encontrarlo…
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La letanía de sus decisiones lo paralizaron hasta el punto de no reaccionar, se quedó en su habitación un largo momento, pensando sobre su inesperada presencia, como era que hasta ahora se daba cuenta de lo perdido que estaba, que desde hace un tiempo atrás no sentía aquella expectativa como la que había sentido cuando la tenía cerca, como es que ahora se le trababa la lengua para decir lo que decía a voces, ¿le faltaba valor? Acaso no podía mandarla a mismo diablo y decirle que en definitiva todo se acabó, o en realidad era que delante de ella le estaba costando bastante fingir, escucho ciertos ruidos en la habitación contigua y sin esperar más salió a su encuentro.
La puerta estaba abierta, se apoyo en el marco de esta con los brazos cruzados, con la mirada más seria de lo que deseaba expresar, hasta que vio la silueta de aquella pelinegra, estaba lista, portaba un vestido corte princesa que resaltaba sus formadas piernas, su cabello largo perfectamente liso con ese cerquillo que le daba un toque de misterio sostenía una cartera de mano y en la otra la maleta con la que había llegado causándole curiosidad por sus intenciones.
—Vine porque considero una perdida de tiempo estar tanto tiempo separados, aun más sabiendo que me amas— Vegeta iba a responder, pero ella no lo dejo. —Te conozco Vegeta, lo puedo ver en tu mirada, en tu falta de palabras, pero me estas torturando y quisiera que te detengas—
Vegeta giro su rostro con una expresión que demostraba sus atribulados pensamientos su enojo contenido.
—¿Acaso no me hechas de menos? — volvió a tomar la palabra con aquellas preguntas que lo confundían más.
—No puedo— pronuncio mirándola a los ojos —Te veo y… no puedo—
—Vegeta… por favor—le dijo con el tono quebradizo de su voz.
—¡Lo mataste! —
—¡No! Fue un accidente—
—Te advertí, te pedí, te rogué que no fueras, no en tu condición, pero fuiste, te alejaste de mí, confiando en otras personas, desconfiando de mi—
—Solo tuve miedo, pensé que…—
—Creíste en ellos, ¡en sus mentiras! —la interrumpió con impaciencia.
—¡No! Yo nunca desconfié de ti, solo intente protegerte, pensé que tenernos cerca te pondría vulnerable—
—¡Me desobedeciste, ignoraste mis ruegos y… mataron a mi hijo! — diciendo eso la jalo hacia él con fuerza, con ira, con frustración, haciéndola sentir dolor por el agarre forzoso, pero ella en vez de tratar de zafarse, se mantuvo firme, viéndolo a los ojos, sintiendo en su carne los sentimientos tan ocultos de aquel escritor.
—Me equivoque, cometí un grave error, lo sé—
—No puedo, no puedo perdonarte, ¡te odio con todo mi ser! —le dijo con ira contenida, soltándola con brusquedad.
—No, eso no es cierto— refuto ella al ver su alejamiento —Tu me amas, yo lo sé Vegeta, me amas como yo, te amo a ti, pero ya es suficiente de hacernos más daño—
—¿Daño? Tu no comprendes el significado de esa palabra— le recrimino el escritor con los ojos rojos de nostalgia.
—¿A no? ¡Desapareciste! te alejaste sin siquiera darme la oportunidad de explicarte, solo tus ridículas llamadas repentinas, dándome a entender que aun no se acabó, dándome la esperanza de esperar, ¿pero esperar que? ¡Tus humillaciones! — le respondió con ira.
Vegeta ante esas palabras se quedó mirándola desconcertado. —¿Qué dices? —
—La prensa, las revistas, donde quedaba yo como tu esposa mientras te lucias haciendo lo que querías, ¡como una estúpida!—
—¡Esto es reciproco! Acaso no te mostraste con aquel desconocido por las calles de Paris— se defendió conteniendo la rabia al reclamarle eso.
Los brazos de ella cayeron con resignación —Estúpidos juegos revanchistas… creo que ya es suficiente— dijo la pelinegra
Vegeta abrió una cajetilla que había colocado en el bolsillo de su pantalón, retiro un cigarrillo algo anómalo y lo prendió, cierta ansiedad lo estaba carcomiento. Milk vio esa acción con pesar, sin pensarlo camino hacia él, a pesar de notar su trance, sentir desde aquella distancia la energía tan pesada y el carácter alterado que tenía, aun así, fue directamente hacia él y sin ninguna palabra demás, le retiro de su mano aquel cigarrillo, causando desconcierto en él por aquel hecho y por su cercanía.
—A pesar de todo eso, dime que no te arrepientes de nosotros, acaso, ya te olvidaste de lo felices que fuimos, aún tenemos mucho en común, ¿cierto?—las manos de ella estaban sobre las de él, mientras este por un momento se quedó detenido en sus ojos, esos ojos negros que veían con intensidad —Nadie te conoce como yo Vegeta, por eso lo que vi no me importo, porque solo disté tu cuerpo, pero tu alma solo la tuve yo— diciendo eso retrocedió, miro hacia un costado y exhalo aire con profundo pesar. —Está bien, no te haré más daño, si soy la bruja que todo el mundo piensa, si solo soy aquella piedra que todos quieren que te deshagas, esta bien, no insistiré más—
—¿Qué quieres decir? — pregunto algo confundido
—Haré lo que tu no puedes hacer, pero que quisa sea lo que tanto deseas, te daré el divorcio— su mirada era dura, mantenía los puños cerrados por lo difícil que le resultaba decir esas palabras.
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Bulma se colocó un suéter con polera, con el fin de cubrir su cabello y pasar desapercibida, se coloca unas zapatillas, sostuvo un bolso de mano y sin ningún tipo de estupor tomo la decisión de salir de ahí, bajo las escaleras, fue en busca de unas llaves y se encontró con una gran variedad así que escogió la que mejor le vino en gana, sonrió de lado con malicia, que mejor que un lindo deportivo. —Lo tomare prestado hermanito— vocifero en voz alta con sarcasmo.
Se sentía realmente confundido, que se suponía que debía pensar, hace unas horas la había visto de lo más feliz en los brazos de otra persona, en la soledad de su casa, sin necesidad de aparentar, confirmándole el hecho de la existencia de sentimientos, y ahora, la veía con otro semblante, con los ojos puestos en él, mostrando interés, preocupación, deseaba quitarse esas ideas pero realmente aquel comportamiento le había generado expectativa y sin dudarlo le levanto aquel acabado ánimo, sin embargo sus celos estaban aun presentes, aquellas imágenes avasallaban su mente mostrándole a su hermana feliz en la intimidad de otro hombre, como confrontarla sobre eso, no había ninguna excusa y mucho menos oportunidad, no cuando ahora cada uno se encontraba en su habitación, distantes. —¡Maldición! —
Sin embargo, el silencio de sus pensamientos desapareció al escuchar como rechinaban las llantas de uno de sus deportivos, salió rápidamente a su balcón y se vio con tremenda escena.
—Señorita Brief, no tenemos autorización, Discúlpenos— decía aquel guardia de seguridad quien estaba en frente de ella evitando que pueda salir de la residencia por ordenes estrictas de la matriarca.
—¡Muévanse inmediatamente o prefieren ser arrollados! — sostuvo la peli azul con la voz más fría que pudo tener, algo que los hizo dudar completamente de sus intenciones —Bien, si eso quieren— diciendo eso arranco a tal velocidad que los de seguridad tuvieron que salir corriendo, mientras el portón de madera fue investido sin ningún estupor, dejándolo abierto en par en par y desencajado, el auto resultó ileso, logrando la libertad de la peli azul. Goku no podía con su quijada abierta, casi muerto de risa, se sorprendió de las agallas mostradas por aquella chica que desapareció de su vista en cuestión de segundos, una sonrisa inesperada apareció en él, aunque pareciera raro, esas muestras de carácter le encantaban, aunque después de eso, se le vino a la mente muchas interrogantes.
—¡Demonios Bulma mi auto! — tomo en cuenta cuando entro en si después de los hechos.
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Los pasos de él se aceleraban más con vehemencia, y antes de que ella pueda salir por aquella puerta, cubrió su pequeña cintura con su brazo, atrayéndola hacia él, pegándola a su cuerpo, permitiéndose esconder su rostro en la altura de su hombro, permitiéndose aspirar aquel olor que por mucho tiempo había añorado.
Ella sintió la fuerza de su reacción, la estrechez de sus cuerpos y la anhelosa sensación de confort al tenerlo detrás de ella, aferrado a ella.
—Milk… ya no hablemos de eso, si te heche de menos—
Ante aquellas palabras una sonrisa perceptible ilumino el rostro de aquella pelinegra, cerro sus ojos permitiéndose sentir los brazos fuertes de él alrededor de su cuerpo, solo ella conocía el verdadero rostro de aquel escritor, solo con ella se permitía mostrar sus verdaderos pensamientos, que iban más allá de solo palabras, porque con ella había vivido lo suficiente como para sentir la reacción de su cuerpo y de su mente, no solo era la apariencia de una bella mujer de ciudad, iba más allá de la imaginación de cualquiera, era educada y mostraba el físico de una frágil dama, sin embargo, mantenía la afición de la aventura turbia, le encantaba engalanar con su fortaleza física, y despotricar a cualquier adversario, Vegeta la conocía, sabia su sed de competencia, y le fascinaba, sin contar con sus adicciones sexuales, solo era cuestión de verse para desear comerse. Ambos tenían una adicción mutua, por eso, es que aquel escritor decidió alejarse de ella, evitar su presencia a toda costa, escasamente hablar con ella para no escuchar su respiración, ya que a pesar del fatídico desenlace, lo que más le costó, fue su separación…
Vegeta en el trance de sus cuerpos, la apretó más contra sí, para después con total libertad y descaro levantarle el vestido, introducir una de sus manos por debajo de este, por debajo de sus bragas y acariciando sutilmente su piel, introducir sus dedos, primero acariciando, y poco a poco penetrando… ella simplemente se dejo llevar, levantando sus brazos para después sostener desde su postura sus cabellos, echando su cabeza hacia atrás sintiendo el placer erizar su piel, permitiendo que él la toque, la aprete y le destroce aquel bonito vestido que tenia puesto.
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El timbre sonó sorpresivamente, aquel momento había estado tan agitado que aquel escritor cayo rendido, sin embargo, aquel único sonido llamo la atención de aquella mujer quien lo contemplaba en su sueño, sin decir absolutamente nada se coloco una bata transparente y fue directamente a ver quien lo buscaba, a esas horas…
La puerta se abrió en par en par y grande fue su sorpresa, ambas se miraron con total asombro, aquella pelinegra desvío sus ojos de arriba abajo, mientras aquella peli azul no dejaba de contemplar su rostro, ver los detalles de este, su cabello largo y oscuro, sus ojos grandes y tan expresivos, sus labios carnosos y rojos, junto con aquella desfachatez de recibirla prácticamente semi desnuda, Milk vio el cabello de Bulma, azul como el mar en combinación con aquellos ojos que parecían océanos, grandes y sin fin, con la tes tan blanca que parecía de porcelana, y ese look fresco que le daba juventud y mostraba sus atractivos.
—Perdón… yo— pronuncio la peli azul al no saber que decir exactamente.
Milk la reconoció inmediatamente, supo a quien tenia delante de ella, y aunque trato de disimular, le regalo un gesto de superioridad que la peli azul pudo notar.
—¿Milk? — Se escucho el tono grueso de vos llamándola entre los pasillos, la pelinegra se mantuvo en silencio hasta que él sobándose los ojos y algo somnoliento, apareció sin percatarse del contexto y se acercó a buscarla, jalándola de la bata.
—Aquí estoy amor—pronuncio la pelinegra causando gran sorpresa en Bulma, quien no podía dar crédito a lo que veía sus ojos. Vegeta casi desnudo, la sostenida con posesión de la cintura a aquella mujer, omitiendo por completo su presencia, hasta que la luz lo obligo a abrir los ojos, dándose cara a cara con la peli azul.
Continuara…
¡Se les quieres, nos vemos pronto!
Amapol
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