Estaba echado sobre su cama mirando el techo, con las manos sosteniendo su cabello, en una lucha mental, quería poner de su parte, deseaba poder hacer lo que había dicho que era lo mejor para ella, lo que sería considerado incluso para todos, como lo correcto, alejarse definitivamente, cortar con un romance antinatural y preservar el buen nombre e imagen de la familia, y mantener intacto el lazo de sus padres. Sin embargo, le costaba demasiado tomarlo en práctica, sus pensamientos estaban bombardeados de ella, de su olor, de sus ojos y de esa sonrisa tan natural que evidenciaba su interés aun vivo por él, se incorporó sentándose al filo de la cama y empezó a recordar situaciones que se había impedido pensar por moral o por el hecho de querer detener lo que ya estaba desbordado, sin poder detenerlo empezó a aceptar sus pensamientos, sus recuerdos, sus sentimientos, y por primera vez decidió no sentir culpa por ello.

—¡Al diablo con esta farsa!—se dijo así mismo levantándose de la cama decidido a romper con ese ciclo tormentoso de fachadas. Se colocó una chaqueta encima y salió hasta el jardín, dándose con la sorpresa de los empleados en pleno alboroto y coordinaciones para arreglar el descuadrado portón.

—Joven, su hermana salió sorpresivamente— le menciono uno de los encargados de seguridad.

—Lo sé—lo interrumpió Goku con prisa

—Estábamos pensando llamar a sus padres—

—¿Qué? ¡No! No hagan eso—les dijo en un tono algo elevado —No es necesario, por favor simplemente díganles que fui yo quien tuvo este percance, pero no mencionen a Bulma al respecto—

—Pero—dudo el encargado mayor.

—Por favor, solo hazlo— insistió el joven antes de ir corriendo hacia el parqueo de los autos y escoger cualquiera por la prisa de salir de ahí cuanto antes.

—Joven, espere, debería descansar o ¿ya se siente mejor? —

Goku se detuvo ante su cuestionamiento, efectivamente aun sentía cierto estrago del alcohol, pero haber comido le hizo mucho bien y no tenia tiempo que perder.

—Si, supongo ¡nos vemos! —

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Sus ojos azules se abrieron con real sorpresa mientras sus mejillas se empezaban a sentir calientes, la vergüenza se apodero de ella al punto de mantenerla inmóvil a la vez que aquellos ojos negros la veían mientras sus brazos y su cuerpo envolvían a otra mujer.

—¡Lo siento! — vociferó Bulma en un tono por demás alto, al no saber cómo reaccionar exactamente, simplemente salió de ahí con pasos algo torpes rumbo al ascensor. Sus manos temblaban, y su mandíbula se mantenía semi abierta por la impresión de aquel momento.

La puerta se abrió como si de su salvación se tratará, poder exhalar ese aire comprimido en sus pulmones lo necesitaba… sin embargo aquel hecho se vio interrumpido al sentir la fuerza con la que su brazo fue jalado hacia atrás, obligándola a retroceder.

Vegeta estaba ahí con la respiración algo agitada, jalándola del brazo, obligándola a mirarlo, con una expresión desencajada…

—¿Sucedió algo? — pregunto con intriga, prácticamente ignorando el hecho de haber sido visto en compañía.

—Yo… yo solo— trato de responder la peliazul pero no sabía que decir, verlo acompañado la desconcertó bastante. —No quise interrumpirte, lo siento—diciendo eso retiro su agarre con cierta tosquedad mientras su mirada se endurecía.

—¿Deseas que…—

—¡No!— le respondió tajantemente sin permitirle terminar sus palabras, mientras ingresaba al ascensor y lo veía fijamente.

Este se quedo detenido sin pronunciar ninguna palabra con la mirada desencajada hasta que aquella puerta se cerró por completo impidiéndole visualizar su rostro.

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No era necesario adivinar para saber exactamente donde podía encontrarla, la conocía tan bien como para reconocer a donde la llevaría su ímpetu descontrolado por la rabia, así que decidió acelerar.

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Milk estaba apoyada sobre la pared con los brazos cruzados, esperando su presencia, al sentir sus pasos acercarse giro rápidamente la mirada hacia la puerta, viéndolo directamente a los ojos, en busca de respuestas…

—Es ella…— Lanzo aquella afirmación la pelinegra mientras escuchaba como aquella puerta se cerraba.

Vegeta se quedó detenido en el silencio, su mirada se quedo perdida dando a entender que sus pensamientos estaban en otro lugar en ese momento, su reaccionar evidenciaba el desconcierto que le causó aquella presencia.

—Vaya, si es una chica hermosa— menciono aquella mujer alejándose de él evidenciando la dureza de su mirada.

El escritor se sostuvo sus cabellos en señal de no saber como reaccionar al respecto, cierta confusión empezó a gobernarlo, no sabia si debía ir detrás de aquella peli azul o ir detrás de aquella mujer cuya silueta se perdida en el último escalón de las escaleras.

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—¡Eres una estúpida! ¡estúpida! ¡Tenías que venir hacer el ridículo!¡Maldita sea Vegeta, por que demonios no me lo dijiste! —Se repetía a gritos la peli azul mientras conducía con los ojos rojos y humedecidos —Ambos hemos sido unos cínicos mentirosos, la amas bastardo, aun la amas, siempre fue así, ¡me mentiste! —diciendo eso detuvo su vehículo toscamente, cruzo sus brazos sobre el timón mientras sus pensamientos amenazaban con entristecer su corazón y no quería hacerlo, no quería quebrarse, empuño sus manos con rabia, y sin poder evitarlo todo se humedeció.

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Sabía que la había decepcionado, sintió en su mirada el reproche de su silencio, la ira por su desconcierto, pero nada podía hacer, él sabía que ambos estaban en aquel juego peligroso, donde tal vez ninguno saldría bien librado, había algo que él había ocultado siempre, omitido en el disfraz de sus sentimientos, pero que en ese momento ella pudo ver y él no pudo ocultar.

—¿Iras a buscarla? — pronuncio aquella pelinegra mientras se alisaba el cabello frente al tocador.

—¿Acaso dejarías que lo haga? —

Milk detuvo sus movimientos —Parece que te afecta más de lo que creí Vegeta, si es así, no tengo impedimento en que la busques, solo que… cuando regreses yo no estaré— pronuncio con claridad dejándole en claro su posición…

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—¡Joven! Avisare que acaba de llegar—

—No, no es necesario, ya sabes que no es necesario cuando llego yo avisarle al pesado de Vegeta—dijo Goku apresurado al de seguridad del edificio dejándolo sin acción.

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Todas las luces se encontraban apagadas, el escritor estaba en la ducha mientras ella se mantenía echada en el sofá dejando que sus deducciones la gobiernen… sus pensamientos no se alejaban de aquellos ojos celestes y cabello turquesa, le pareció tan hermosa aquella joven que no pudo evitar sentir celos… su mirada se endureció más conforme sus pensamientos la seguían llevando más recuerdos de aquel momento, pero en eso el timbre sonó una y otra vez, sus ojos fueron directamente a aquella puerta abriéndose con sorpresa.

— ¿Ahora qué? — dijo entre sí al no tener idea de quién volvía a interrumpirlos a esa hora, acaso ella había vuelto, tenía algo que decir, bien, si era así ella estaba dispuesta a escuchar y a aclarar algunas cosas, ladeo los ojos y se levantó con cierta prisa por la insistencia, al abrir la puerta lo hizo con tal fuerza que su rostro mostró una expresión a la defensiva. Sin embargo, grande fue su sorpresa al sentir como unos brazos la jalaban hacia su cuerpo sorpresivamente.

Segundos después se encendieron las luces causando conmoción en ambos, quienes se quedaron viendo fijamente al verse por primera vez. Goku se quedó paralizado, debido a la oscuridad solo vio una figura delgada entre sombras considerando que era Bulma, pero no se imaginó tener entre sus brazos a aquella pelinegra de ojos grandes y tés hermosa viéndolo con susto, pero con fijación.

—Que estás haciendo Kakarotto— la voz ronca y cruda del escritor los saco de aquel trance, haciéndolo reaccionar en el acto y soltándola delicadamente.

—Lo siento— pronunció Goku quien aún no le quitaba los ojos de encima. Milk por un momento sintió que sus mejillas estaban a punto de quemar debido a la mirada penetrante de aquel exótico joven, hasta que lo reconoció.

—¿Goku?— pronunció por fin mostrándole una ligera sonrisa —Así te gusta que te llamen ¿verdad? Soy Milk—

Los ojos de él se ampliaron más ante aquel comentario —¡Sabía que ya te conocía!— comentó soltando una sonrisa más relajada, aunque segundos después, sus pensamientos divagaron y su mirada fue directamente hacia a vegeta.

—¿Has visto a Bulma?—

Vegeta alzó una ceja ante su pregunta, deduciendo claramente el motivo de su presencia.

—Estuvo aquí— respondió Milk ante el silencio del escritor, causando sorpresa en Goku. —Ya se fue—

—¿Ella te vio? — pregunto Goku cerrando los ojos sintiendo que sus palabras fueron inoportunas —Lo siento yo—

—Si, la vi y me vio— respondió Milk cruzando sus brazos mientras miraba directamente a Vegeta quien hasta ese momento se mantuvo en silencio.

Goku los miro a ambos y entendió perfectamente las circunstancias y lo que pudo haber sucedido, su mirada se endureció para Vegeta. —Debo irme— respondió saliendo rápido de ahí, el escritor lo siguió.

En el Lobby —Espera Kakarotto—

Goku giró a verlo, su mirada demostrada fastidio. —¿Ella te vio con Milk?—

Vegeta exhalo aire y se sostuvo los cabellos con cierta preocupación. —Si—

—Te advertí que no la lastimaras—

—No sabía que ella vendría, fue de sorpresa, simplemente vino y yo… no supe de su presencia hasta que me vio con ella—

Goku colocó sus manos sobre sus caderas con una expresión de duda y confusión —¿Qué hace Milk aquí? Dijiste que… no volverías con ella, nunca más—

Vegeta lo observo y se le dificulto darle alguna explicación haciendo que Goku interprete su silencio, sus ojos se abrieron más y su pecho se agitó con ira. —Eres un imbécil Vegeta—

—No es lo que estas pensando, lo de Milk es algo que ni yo me lo esperaba—

Escucho sus palabras y movió su cabeza con incredulidad mientras apretaba su mandíbula, sin esperar más le dio la espalda rumbo a la puerta del edificio.

—¡Qué piensas hacer Kakarotto! ¿volverás a lo mismo?— se atrevió a interrogarlo con el tono suficientemente fuerte e indiscreto.

Goku giro nuevamente para confrontar sus palabras, sin reparo emitió una sonrisa de lado y desafiante. —Esta oportunidad que me ha dado tu indecisión no la pienso desaprovechar—

La mente del escritor se quedo estacionada en las ultimas palabras de su compañero de aficiones, dando por hecho que aquella relación incestuosa volvería y no tenía el mínimo remordimiento por ello.

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..

Ingreso nuevamente por aquel portón ya casi arreglado, vio a cierta distancia su deportivo mal estacionado, se notaba el desinterés por ocultar evidencias, sin demorarse más salió de aquel auto y se dirigió hacia la casa, trato de entrar con cautela pero fue inútil al ver con sorpresa a los recién llegados, sus padres estaban que comentaban a voces su apreciación del arte de aquella obra teatral, hasta que su madre noto su presencia.

—¿Hijo? ¿eres tú? —

Aquel salón se alumbraba solo por las luces tenues de las lámparas, lo cual agradeció, no quería que vieran las secuelas de aquellos encuentros violentos horas antes. —Si, soy yo, iré a mi habitación —

—Espera— diciendo eso y sin poder evitarlo las luces se encendieron, causándole desconcierto al no poder ocultar su rostro y su aun ligero estado alcohólico.

Los ojos de Bunny eran de real asombro, verlo con el rostro algo sombrío por los moretones originados de golpes y los labios partidos con secuelas rojas de una hinchazón la espantaron. —¡Qué diablos te paso! —

—No, mamá, Suéltame—

—Nos vas a explicar que significa esto Goku—refuto su madre con real desconcierto.

—¿Qué te paso hijo? —pregunto el científico acercándose a corroborar que no sea grave.

—Simple entrenamiento, no hay de que preocuparse— menciono Goku algo nervioso.

—¿Has estado tomando? — volvió a interrogar Bunny acercándose al joven y mirándolo de pies a cabeza.

—No es lo que estas pensando, simplemente tuve un entrenamiento un poco pesado y fui a relajarme un rato, nada más— menciono Goku alejándose de ellos y acercándose hacia las escaleras.

Bunny lo quedo mirando con cierta desconfianza mientras el solo se despedía indicando que se retiraba a descansar.

—No es para tanto mujer, déjalo tranquilo—hablo el sr. Brief sin darle mayor importancia.

—Este chico esta en algo y voy a averiguar que es— dijo la rubia cruzando sus brazos mientras sus pensamientos divagaban con suspicacia.

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La puerta de aquella habitación se encontraba cerrada, las luces del pasadizo completamente apagadas, ¿estaría ahí? Seguro que sí, no creía que escogería otro lugar que no fuese la privacidad de su alcoba, se acercó hasta estar detrás de la puerta, la miro un par de segundos, los nervios los sentía en sus manos que por alguna razón ilógica empezaron a sudar, algo inhabitual en él, y antes de siquiera tocar la puerta esta se abrió para su sorpresa, mostrando lo que estaba buscando.

Bulma estaba delante de él, con los ojos azules enrojecidos, sus cabellos turquesa estaban empapados y adheridos al rostro y con aquella blusa blanca que también mostraba cierta húmedad. Ella solo pudo mirarlo a los ojos apenas unos segundos, intento continuar su camino cuando él la sujeto por una muñeca, con fuerza y la volvió hacia él.

Los ojos de Bulma se abrieron con real sorpresa, no se esperaban esa reacción, quería huir, no quería verlo a los ojos, no quería sentirlo cerca, detestaba sentirse así de vulnerable ante su presencia, sobre todo al tener que aceptar que el intento de olvidarlo se había ido al diablo, tanto Vegeta como ella habían sido unos cínicos todo ese tiempo, ocultándose en una fachada de superación que se vino abajo tan rápido como apareció, pero a pesar de eso aceptar que seguramente su hermano ya conocía lo sucedido le daba más enojo porque él se lo advirtió y precisamente con el escritor trato de olvidar sus faltas, ahora ya era tarde, porque a pesar de tener aun a su hermano clavado en su corazón, no podía negar la desilusión que le causo ver a Vegeta en los brazos de alguien más.

Goku pareció adivinar sus pensamientos, se acercó un poco más, y sin darse más tiempo se vio en la necesidad de rodearla con sus brazos de manera protectora. Ella se quedo inmóvil, sin pronunciar palabras, sintió las manos de Goku enredarse entre sus cabellos y acariciarla lentamente. Pese a los acontecimientos sucedidos entre ellos semanas antes, donde incluso lo odio con todas sus fuerzas y lo amo a la vez, lejos de sentirse incomoda en ese momento por aquel acto, le reconforto, se sintió segura y por inercia envolvió sus brazos alrededor de su torso mientras hundía su rostro en su pecho.

Ambos sintieron una conexión inimaginable, que solo entre ellos se podían transmitir, el confort de sus brazos, de su olor, de aquellos sentimientos que le daban color y seguridad a pesar de todo.

Aquella pelirrubia se detuvo frente a ellos, observándolos, ambos juntos, él abrazándola y ella acurrucándose entre él, su quijada se abrió ligeramente —¿Sucede algo? —

La voz femenina que los interrumpía los hizo separarse en el acto, su madre los miro pensativa con los brazos cruzados y una expresión de pocos amigos. Bulma por su lado no le dio cara, simplemente se alejó de ella con rumbo hacia las escaleras.

—Cada día la veo más distante— menciono Bunny mientras la veía irse sin dirigirle la palabra.

—Estas siendo demasiado dura con ella—respondió Goku al seguirla con la mirada a la peli azul.

—Solo estoy tratando de corregirla— respondió ella sin perder de vista la mirada de su hijo.

—Bulma es brillante, acaso no lo ves mamá— contesto perdiéndose en sus pensamientos para después mirar a su madre y percatarse de como esta lo veía fijamente.

—Goku, no me gusta verte con golpes en la cara, tu no eres de esa clase, por favor cuida tu integridad— menciono con el gesto de preocupación.

—Si, lo haré, no tienes de que preocuparte—

En eso ambos escucharon el tono alto con el que se dirigía la menor de los Brief a su padre. Bunny endureció nuevamente sus gestos al escuchar sus palabras desde el segundo piso de la casa.

—Papá no lo harán, no voy a permitirlo, si tengo que irme de la casa lo haré—

—Bulma, no te preocupes cariño, no tienes por qué decir esas cosas—replico el sr. Brief al notar el estado alterado de su hija.

—No tienes que alzar la vos Bulma— menciono su madre apareciendo en la sala, al escuchar sus palabras.

Bulma dirigió la mirada hacia su madre, quien delante de ella la confronto de la misma manera —Quiero que sepan los dos que no pienso ir a ningún internado, yo puedo tomar mis propias decisiones y no pienso ir a ningún lado—

Goku apareció en la sala sorprendido por la actitud desafiante de su hermana, ya era una hora bastante avanzada de la madrugada y al parecer aun no acababan los acontecimientos.

—¡Tu no decides eso!— menciono su progenitora con la ceja alzada por la sorpresa de su altanería.

—¡Claro que si madre! Me parece injusto, no me alejare de mis proyectos ni de mi vida por ir a enclaustrarme en un lugar desconocido y al otro lado del mundo—

—Eso te enseñara a respetar la honra de tu familia y sobre todo a nosotros, que tuvimos que presenciar tremenda desfachatez y ser el hazme reír de muchos hipócritas— menciono su madre con ira contenida y con cierto color en sus mejillas, ya que sus ojos se volvieron brillosos.

Bulma al ver su expresión se sintió sin fuerzas para responder, los observo a los dos a su padre y a su madre y sintió escalofríos de imaginarse que llegue a su conocimiento otros temas que jamás podría explicar, ahora entendía a la perfección el pavor que sentía su hermano de que se pusiera en riesgo sus secretos, su madre se mostraba muy afectada con algo que podían manejar, y era por el hecho de que para ella la imagen lo era todo, el aparentar la perfección en ese circulo tan cerrado de millonarios, lo era todo, conocía el gran corazón de sus padres, pero también conocía su debilidad, y tal vez algo así, los mataría.

—Bulma, querida, a veces uno puede ser estrafalario en sus aficiones o sus gustos…—

—Pero que estás diciendo— lo interrumpió Bunny a su esposo al escucharlo en un tono muy relajado referirse a lo sucedido.

—Bunny, relájate, yo tampoco estoy de acuerdo en tu decisión tan radical de mandar a Bulma a Londres, mi hija tiene una mente brillante y seria de mucho beneficio en la corporación—

—Yo no dudo de sus capacidades, pero…—

—No quisiera tener que recordarte tus excentricidades y las que tenías a la edad de Bulma—

Los ojos azules de pelirrubia se abrieron con total sorpresa, así como los ojos de la peli azul y los de Goku quienes se sorprendieron por la interrumpió de su progenitor, ya que usualmente se mantenía al margen dándole la batuta a su madre, pero esta vez logro ruborizar a su Bunny casi sin ningún esfuerzo.

Bulma ante las palabras de su padre emitió una sonrisa casi por inercia, sintiendo un gran alivio en su corazón. —Madre—

Bunny le dirigió la mirada con sorpresa.

—Perdóname, perdón a todos, no quise defraudarlos— pronunció Bulma mostrándose afectada mientras lagrimas corrían por sus hermosas mejillas —Se que los avergoncé y que tal vez lo seguiré haciendo debes en cuando, ya que no soy perfecta, aun me equivocare muchas veces, pero les aseguro que los quiero y los querré incluso en mis peores momentos, y lo que menos quisiera es afectarlos con mis decisiones, pero les aseguro que no volveré a exponerlos a algo así, se los aseguro… ¿me siguen amando a pesar de esto?—

El silencio inundo el espacio, los ojos azules de su madre se agrandaron más de la cuenta mientras una mano la llevo a su pecho sintiéndose vulnerable ante sus palabras, el sr. Brief emitió una sonrisa de satisfacción y Goku se quedo detenido en sus pensamientos admirando el coraje y el valor que demostraba.

—Yo…— pronuncio la pelirrubia —Yo estaba esperando eso de ti cariño— diciendo eso se acerco donde Bulma y la abrazo con fuerza.

Goku se quedó detenido viendo la escena y muy a su pesar por impulso retrocedió unos pasos, ante sus ojos estaba la realidad, eran hermanos y formaban parte del núcleo familiar muy estrecho, Bulma le dirigió la mirada mientras se encontraba entre los brazos de su madre, aquella expresión no supo como identificar simplemente la evadió.

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..

Los días pasaron, con ello las actividades de ambos volvieron a la normalidad, Bunny descarto el traslado y rompió la hoja de autorización delante de Bulma, causándole mucha alegría ya que por fin volvía a la libertad y nuevamente con ello sus actividades sociales. Sin embargo, la relación con su hermano había tomado nuevamente un distanciamiento desde la última vez y debido a lo sucedido con Vegeta no pudo mirarlo siquiera a la cara después de esa noche, simplemente evadía su presencia o trataba de no estar presente cuando llegaba, incluso juntos no resultaba mucho problema ya que tampoco él la miraba, pasó las mañanas distraídas en clases, y en las noches aunque trataba de disimular sentía nostalgia, ahora que tampoco tenia la presencia del escritor su estado de ánimo decaía.

Goku por su lado empezó con sus entrenamientos, llevando su disciplina a limites, considerando la importancia de mantener su mente ocupada, incluso acepto participar nuevamente de algunos estudios científicos, ya que su padre estaba en plena investigación de un nuevo antídoto contra una cepa desconocida, aunque sabía lo que eso representaba y lo esclavizante que sería decidió aceptar, en el fondo sentía que se lo debía, una forma de aplacar su consciencia con los continuos pensamientos anti naturales que tenía con su propia hermana.

—Hijo, es todo por hoy— menciono el Sr. Brief al extraer el ultimo análisis de sangre.

Goku se destapo los ojos, odiaba las agujas y era realmente un martirio para el tener que aguantar cada punzada. —¿Cuántos hiciste esta vez? —

—Solo cinco—

—¿Cinco? Es demasiado— menciono el chico tocándose el brazo con un poco de dolor.

—Así es, pero necesitaba tu plasma—

—¡Querido! Estabas aquí— menciono Bunny con ánimo mientras los interrumpida en el laboratorio.

—Si, dime querida, que necesitas— menciono el sr. Brief muy concentrado en su microscopio.

—Necesito al chofer, pero parece que salió ya que no lo ubico, ¿lo mandaste a hacer algo? —

—Si, le pedí que me trajera unos documentos de la central—

—Oh, ¿y ahora? —

—¿Qué necesitas mamá? —

—Bulma me llamo, es una tarde de lluvia y como su carro esta en el taller, pidió que la recojan— menciono Bunny pensativa. —Ni modo—

Goku se quedó unos segundos retraído en sus pensamientos y antes de que su mamá salga de aquella puerta reacciono. —¡Yo puedo recogerla!—

Bunny retrocedió y sonrió con agrado. —¿Seguro? —

Él lo dudo un instante pero termino asintiendo —Si—

—Por cierto… ¿Cómo esta Lazuli? —

Goku la miro con incomodidad mientras se incorporaba para colocarse su chaqueta. —Prefiero no hablar de eso, lo sabes—

Ante su respuesta apoyo su mano en la quijada, alzo una ceja y movió la cabeza hacia ambos lados. —Solo espero que sepas lo que haces, esa chica es perfecta para ti, la puedes perder definitivamente querido—

Goku la miro pronunciando una sonrisa fingida, en realidad hablar de la pelirrubia le incomodaba demasiado por los recuerdos que le venían de su último encuentro.

FLASH BACK

—Necesito que hablemos ahora—

—Lazuli…—respondió Goku con claras intenciones a desestimar esa solicitud.

—No aceptare un no¸ te espero—la llamada se cortó.

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..

Goku estaba bajando las escaleras cuando vio a su madre, dándole un nuevo sermón a Bulma quien se estaba preparando para ir a la universidad, le solicitó que la lleve no sin antes terminar con cuestionamientos sobre su disque novia, ver la expresión de desanimo de la peli azul no hacía más fáciles las cosas, era evidente que aquella situación ponía un ambiente mas hostil entre ellos, ya a solas trato de incentivar una platica normal, ya días que no hablaban, pero la curiosidad lo mataba, desde aquellas escandalosas noticias, sus padres le habían puesto varias restricciones y aunque él podía intervenir al respecto, prefirió mantenerse al margen, de cierta forma debía admitir que su aislamiento le agradaba, así su cercanía con Vegeta se obstaculizaba, pero conociéndola, sabía que era lo suficiente independiente y osada como para a pesar de eso, tomar decisiones arriesgadas. Detuvo el auto para sorpresa de ella y la pregunta fue directa, esperando saber la verdad.

Su claro ofuscamiento, sus mejillas algo coloradas y ese tic de morderse el labio la delato, a pesar de negarlo supo que si lo estaba viendo. —Lo sabía— atino a responder confundiéndola con sus palabras, solo para confirmar lo evidente y después desviar su hallazgo. —Si te gustaría verlo, ¿verdad? —

Su respuesta fue detonante, estaba aceptando que sí con el ceño fruncido, el sabia que aquello era simple revancha o al menos era lo que quería seguir pensando, aunque el vacío que sintió antes sus palabras lo percibió como aquel puñal que recibió en aquella pelea.

Llegando a la universidad apenas detuvo el auto, esperaba que ella saliera de ahí con la misma intensidad como dio sus respuestas, sin embargo, ambos se quedaron detenidos en el silencio de aquel espacio, la peli azul no mostro intención de irse, direcciono su vista hacia la ventana y como si fuera una batalla mental, giro repentinamente viéndolo a los ojos, algo que el glorifico, ambos se vieron en silencio y por un momento ambos sintieron el añoro que su mirada transmitía, los nervios empezaron a evidenciarse, las expresiones empezaron a intensificarse y la incomodidad de aquel espacio se volvió sagrado. Hasta que aquello se rompió cuando Bulma decidió abrir la puerta, pero fue ahí que por impulso coloco su mano sobre la de ella, permitiéndose sentir su piel, así sea solo un pequeño contacto.

—Debo irme—pronuncio la peli azul como un débil susurro difícil de pronunciar.

—No puedo sacarte de mi mente Bulma, estoy perdido sin ti— habló por fin mientras cerraba sus ojos con resignación, al reconocer la necesidad que sentía por ella, dejando de lado su negación, solo desenmascarando su falsa fachada, el silencio fue la respuesta hasta que la puerta se abrió completamente y se cerro con fuerza.

Sin más salió de ahí con sus pensamientos algo retraídos, ver sus ojos, la intensidad de estos, y no poder hacer nada, no poder dar ni recibir, era frustrante, sobre todo al saber que la podía perder, para siempre.

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—Acabo de llegar—diciendo eso corto la llamada.

Lazuli salió casi corriendo de su vivienda, verlo le causo entusiasmo, aunque sabía que prácticamente lo estaba obligando, sin darle tiempo de reaccionar se abalanzo sobre él, sintiendo sus fuertes brazos. —Vamos te quiero mostrar algo— diciendo eso lo jalo hacia su casa.

—Mira, mande a un arquitecto para que me haga el diseño del departamento— mientras le hablaba Goku observaba con curiosidad los detalles. —Ahí va a ser un salón exclusivo de entrenamiento, ¿lo ves? —

—Si, se ve muy bien— respondió el joven con cierta sonrisa.

—¡Esta espectacular! Sabía que te gustaría—menciono colocando sus manos en sus caderas, pero con cierta curiosidad al verlo tan desanimado.

—Gracias, ¿tienes algo de tomar? — pregunto yendo directamente al bar omitiendo la maqueta.

La sonrisa desapareció en el acto, la desilusión empezó a tomar el control, aun así, lo siguió hasta el bar, y se apoyó en este observándolo.

Goku sonrió de lados, se alejó sutilmente de su tacto y sostuvo un vaso de coñac y lo bebió todo como si el tiempo no existiera para disfrutar cada sorbo, simplemente lo embullo y golpeo el vaso contra el bar. —Uno más, ¿Quieres uno? —

Lazuli cruzo sus brazos pensativa... —No entiendo cuál es tu motivación o desanimo, pensé que odiabas el licor y últimamente te veo afanoso—

—Solo estoy relajándome— menciono Goku mirándola atentamente y en un trance extraño se acercó lo suficiente para observar con fijación sus ojos.

Ella trato de disimular, aunque su mirada decía mucho más. —No entiendo, por qué actúas así—

Goku volvió a tomar otro vaso y antes de ingerirlo se detuvo… —Lo siento, tienes razón, esto para mi es asqueroso—diciendo eso se apoyo contra el bar y exhalo aire demostrando cansancio.

—¿Qué sucede? — pregunto directamente la pelirrubia esta vez con una expresión distinta.

—Yo, no sé de qué hablas —

—No me mientas más, deja de mentirme, creo que ya lo intenté todo, y no puedo con tu falta de sinceridad, me crees estúpida, verdad, crees que no me doy cuenta de lo que sucede…— diciendo esos sus ojos empezaron a brillar —Crees que no me iba a dar cuenta—

Su comentario logro su cometido, captar su atención mientras observaba como Lazuli sostenía una silla y se sentaba delante de él. El hizo lo mismo imitando su comportamiento. Sentados uno frente al otro. Ella un poco asustada, algo nerviosa, impresionada e incrédula de lo que estaba a punto de decir, en ese momento estaría arriesgando todo, pero es que ya no podía más con ese silencio. El nunca fue tan expresivo con ella, así que le resultaba difícil saber lo que Goku pensaba, pero era evidente que estaba a la expectativa de sus palabras al percibir sus músculos tensos.

—Dime… por favor dime, que no tienes sentimientos retorcidos, que no… que no eres… un bastardo inmoral—

Goku al escuchar sus palabras alzo sus cejas con real desconcierto, jamás se espero aquellas palabras, mucho menos esos apelativos.

—¿Que estás diciendo Lazuli? —

—Dime que no, dime que Bulma no tiene nada ver en esto, dímelo por favor—

Su estupefacción fue unísona con el tiempo que se demoro en escuchar las ultimas palabras, su corazón empezó a latir con fuerza y su rostro se endureció al tiempo que sintió como el frio recorría su espina dorsal, vio a la rubia con los ojos brillosos y amenazantes, abrió su quijada para dar alguna respuesta, pero… justo en ese momento, bajo la mirada y no dijo nada.

Lazuli se fue hacia atrás con incredulidad. —No, no puede ser, no puede ser, ¡Maldita sea, dime que no es verdad! ¡Por favor! ¡por favor! —la desesperación invadió la consciencia de su novia, quien se levanto de la silla y rompió en llanto al ver como él se ocultaba simplemente mirando hacia el suelo con una expresión de vergüenza.

En un impulso descontrolado lo jalo hacia ella, obligándolo a mirarla. —¡No, no amor, tu no puedes estar enamorado de ella!, eso es enfermizo, es tu hermana, no puedes hacer eso, no puedes atreverte a eso, no de esa maldita zorra—

Goku al escucharla mostro desacuerdo con sus palabras —No te expreses así de ella—

Ante su reclamo, Lazuli se llenó de ira y sin reparo lo abofeteo con fuerza que el rostro de él giro inevitablemente, haciéndolo sentir ardor y dolor, pero no contenta con eso, se fue contra él propinándole puñetazos en el torso por la ira y frustración. Goku sostuvo sus muñecas y trato de tranquilizarla mientras la pegaba a su cuerpo, con fuerza, pero mostrando sutileza y la ves pesar.

—Perdóname, de verdad no quise lastimarte, perdóname por favor— le repetía mientras ella dejaba de insistir y solo se dedicaba a llorar con frustración en su pecho.

—Como es posible esto, te vas a arruinar la vida y no podre ayudarte, te vas a hundir, esto es una locura, debes olvidarte de eso— le dijo la pelirrubia tratando de hacerlo reaccionar. —vámonos lejos, olvidemos esto, es lo mejor—

Goku la vio a los ojos conmovido por sus palabras. —No se que hice para que me quieras tanto, no me lo merezco—

—¡Eres un idiota!, yo me puedo olvidar de eso, pero debes alejarte de todo—

Él movió la cabeza hacia ambos lados con una sonrisa de resignación. —No te voy a arrastrar en esto, lo mío es caso perdido, yo amo a Bulma desde que tengo recuerdos y no podría hacerte feliz, nunca, se que me voy a perder, pero lo haré solo—diciendo eso le beso las manos, dejándola atónita. —Gracias por quererme tanto— diciendo eso se alejo y sostuvo su chaqueta dispuesto a irse.

—¡Espera! —

Goku detuvo sus pasos.

—Acaso crees que esto podría terminar bien, acaso piensas que si esto se llegase a saber no sería tu ruina— menciono Lazuli mirándolo con asombro mientras el guardaba silencio y no emitía ninguna respuesta. —No diré nada, a nadie— termino de emitir aquella ultimas palabras sintiéndose derrotada mientras un nudo se armaba en su garganta al saber que probablemente, era la última vez que estarían a solas mirándose a los ojos.

—Lo sé, se que no me harías daño, gracias por darme el valor de no negarlo— menciono el pelinegro mientras abría la puerta y desaparecía de su presencia. Lagrimas se acumularon en sus ojos y la tristeza la hizo caer al piso producto del llanto.

FINAL DEL FLASH BACK

Su auto lo detuvo frente a las afueras de aquella prestigiosa universidad, dentro de sus planes estaba el esperarla, o mandarle un texto de que era él quien estaba afuera, sin embargo, todo cambio cuando sintió algunos golpes provenientes de la ventana de copiloto.

—¿Si? —preguntó bajando la luna de su carro para dirigirse a aquel desconocido.

—Dígame, ¿Qué hace aquí? — pregunto aquel sujeto cuyos bigotes hacían invisibles la movilidad de sus labios.

Goku ante su pregunta, se sorprendió y atino a retirarse las gafas de sol. —Vengo a recoger a mi hermana, la estoy esperando—

—Ah, bueno jovencito aquí no es lugar de parqueo, así que debe ingresar a los estacionamientos—

—¿Qué? Pero si hago eso, tendría que ingresar a la universidad, es absurdo—

—Ya le dije, por favor muévase— menciono el sujeto con cara de pocos amigos. Goku ante eso resoplo con resignación, el anciano de por si ya era un cascarrabias.

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—Veamos…— Goku se detuvo en un croquis para saber exactamente donde se encontraba el edificio de la facultad de su hermana. —Parece que es por aquí—

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Bulma estaba distraída conversando con un grupo de amigas entre ellas, Lunch quien le hacía notar que del lado extremo del edificio estaba un grupo de chicos mirándolas y especial a ella, la peli azul levantó sutilmente la mirada y se percató de ciertas risillas burlescas, pero poco le importó, desvió la mirada con desinterés como si aquellos fueran nada. Lo que causó enojo de aquel chico cuyo ego era demasiado grande como para aceptar ser minimizado delante de todos. En eso se distrajo buscando su celular desde su bolso cuando sintió un ligero empujón.

—Disculpa, no me di cuenta— mencionó aquel pasando por su lado.

—Ten más cuidado, casi haces que se me caiga el bolso— refuto Bulma al notar su brusquedad.

—Muñeca no te sulfures— respondió acercándose.

—¿A quién le dices muñeca? —

Todos en el comedor empezaron a reír, burlándose de la reacción de la peli azul. Lunch y sus amigas se quedaron atónitas al no comprender lo que estaba pasando.

—No te asustes, solo quería conocerte un poco más, ya sabemos que no te gustan las chicas, pero si los hombres mayores, lástima que ninguno de nosotros parece cubrir el perfil— mencionó entre risas mirándola desafiante.

—Eres un idiota— le indico Bulma con el ceño fruncido, tratando de salir de ahí pero este chico presuncioso se colocó delante de ella impidiéndole el paso algo que casi todos los imbéciles espectadores estaban morbosamente celebrando, querían verla acorralada, ya que de por sí para ellos que sabían que no tenían esperanza alguna, soñaban con someterla, humillarla algo así como ellos se sentían cuando Bulma los veía cómo simples maquetas humanas.

—¿Me dijiste idiota?— Diciendo esto empezó a reír, sus planes estaban saliendo a la perfección y en presencia de todos, en su mente estúpida creía que con eso se haría el chico más popular de la universidad. Sin embargo, al parecer sus planes se vieron amenazados cuando las risas ensordecedoras cesaron de repente.

—¡Mierda!— pronunció uno de sus compañeros quien vio el giro de la situación.

El joven miró a su alrededor y se sorprendió el silencio, pero aun así continuó con su juego de incomodar a la peli azul, hasta que al retroceder sintió un cuerpo detrás de él, giro por inercia y ahí delante de él estaba aquel chico de cabellos negros con los ojos afilados mirándolo.

—Creo que te dijo que eras un idiota— Todos se quedaron atónitos, todos sabían quién era el a excepción de aquel cretino.

—¿Quién diablos eres tu?—

Bulma estaba totalmente sorprendida, no esperaba su presencia y menos en ese preciso momento.

—¿Bulma estás bien? — pregunto Goku

—oh necesitas que te defiendan, eres una zorra— se burló aquel rubio sin gracia, haciendo que Bulma cambie de expresión por una de real incomodidad y vergüenza, sus ojos se curvaron, y su ceño se frunció mientras sus puños se cerraron con fuerza, y Goku reconoció en el acto sus sentimientos, lo cual lo irrito.

—¡Fabricio, basta cálmate! — le grito uno de sus amigos intentando acercarse para calmar la situación.

Sin embargo, este giro a ver directamente a Goku y al verse un poco más corpulento se sintió seguro de amedrentarlo y sin ningún reparo se atrevió a lanzar un golpe, pero no se imaginó sentir como su puño quedaba justo delante del rostro de este chico, Goku lo había detenido sin ningún esfuerzo y para su mala suerte apretó su mano lo suficientemente fuerte como para que sienta el crujir de sus huesos como una nuez y por el profundo dolor cayera de rodillas, Fabricio levantó la vista buscando a sus amigos, pero estos estaban petrificados, mirándolo con terror, lo cual lo hizo reaccionar tratando de escapar arrastrándose por el suelo, pero en eso sintió un tirón hacia atrás, Goku lo sostuvo de sus cabellos y estrelló su cara contra el suelo, todos estaban petrificados, nadie se atrevía siquiera a avisar a alguien de seguridad, nadie tenía incluso la intención de hacerlo, ni las mujeres tenían esa intención ya que estaban disfrutando de aquel espectáculo, Goku paso a ser su centro de atracción y de sus alucinaciones.

—Bulma, detenlo—pronuncio Lunch al verla concentrada viendo los movimientos de su hermano sin involucrarse.

—¡Bulma! —

Pero aquella peli azul no contestaba, se encontraba entretenida viendo la paliza que le estaba dando a ese cretino faltoso, viendo lo apuesto y atractivo que se veía, era como una obra de arte apreciada en su máxima expresión. —Se lo merece, es un bastardo—

—¡Yo creo que deberías detenerlo!—

—¡Basta! — pronuncio con énfasis la piel azul al salir de su transe. —Detente Goku—

Goku vio como este chico estaba con la cara ensangrentada y se le dificultaba mantener la respiración sin antes esparcir gotas de sangre por el suelo, pero antes de detenerse lo jalo nuevamente de sus cabellos para asombro de todos y arrastrándolo por el suelo lo llevo a los pies de la peli azul, sorprendiendo tremendamente a su hermana, levanto la vista hacia aquellos que osaron querer acosarla y los miro con clara señal de advertencia.

—¡Pídele perdón!— pronuncio en tono alto —¡Ahora! —

—Perdón, perdón, no quise hacerlo, por favor—repitió con vehemencia con todo el pánico que le generaba seguir a merced de aquel chico de cabellos negros, sus lágrimas recorrían su rostro junto con los fluidos nasales que se le producían por el quejumbroso llanto.

—Bien— diciendo eso, por fin lo soltó sin más. Miró directamente a su hermana, esta le devolvió la mirada y sin poder evitarlo mostro una sutil sonrisa, segundos después llegaron los de seguridad apreciando el espectáculo y pidiendo a los responsables dirigirse al salón de disciplinas, mientras el otro chico era llevado a la enfermería.

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—Ya nos comunicamos con sus padres, por esta vez vamos a manejar la situación considerando el buen prestigio que tiene Goku en el tiempo que estudio en esta universidad—

—¿Hablo con mi madre? — pregunto Bulma alzando una ceja.

—Así es— indico la rectora poniéndose de pie.

Ante sus palabras la peli azul exhalo aire suponiendo ya su accionar.

—Conocemos por testigos, especialmente de varias jovencitas… que quien inicio con el comportamiento hostil y provocador fue Fabricio, por ello es que será sancionado— diciendo eso miro fijamente a Goku y este le devolvió el gesto con una sonrisa amable haciéndose el inocente.

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Ambos salieron de aquella oficina sin pronunciar ninguna palabra, manteniendo su rostro algo sobrio al observar las miradas curiosas de varios que estaban como al pendiente de ellos, bajaron las gradas y antes de llegar al estacionamiento liberaron el aire de sus pulmones y se echaron a reír sin detenerse. Estaban seguros de que su propia madre los abría librado de aquel interrogatorio y de permanecer más de la cuenta en custodia.

—No te esperaba— mención Bulma abrochándose el cinturón de seguridad.

Goku se quedó detenido un instante viendo su timón —Me pidieron que te recoja— respondió sin dirigirle la mirada.

—¿Por qué no me miras? — cuestiono la peli azul con curiosidad.

—Mejor no— diciendo esto encendió su deportivo.

Bulma se quedó sin comprender, aunque la malicia de sus pensamientos empezó a jugar en su contra, nuevamente, se maldecía por eso pero no podía evitarlo, menos estando a poca distancia de él. —Mírame—

—No es necesario, debo manejar— respondió manteniendo la concentración en su conducción.

Paso unos minutos y ella frente al espejo de su asiento, empezó a ponerse colorete en la boca, llamando la atención de su hermano quien estaba detenido en el semáforo.

—¿Ahora si me ves? — menciono la peli azul sin dejar de contornear sus labios con aquel lápiz labial.

Goku tuvo que obligarse mentalmente a girar su vista ya que aquella mujer estaba con un vestido que mostraba sus contorneadas piernas, junto con esa chaqueta que se encontraba semi abierta mostrando su escote.

—Sigues usando esas faldas… tan altas— dijo dando directamente a los ojos azules de su hermana.

—¿Acaso no me quedan bien? — respondió Bulma sin bajarle la mirada.

Los ojos negros de Goku se abrieron más al escuchar el tono con el que pronuncio aquellas palabras, prácticamente sonó como un ronroneo, lo cual logro que sintiera un estremecimiento en su cuerpo y más debajo de su pantalón, lo cual lo hizo reaccionar rápidamente acelerando a penas cambio la luz del semáforo.

La risa de la peli azul fue sonora ante aquella reacción.

—¿Qué es tan gracioso? —

—¿Te sigo poniendo nervioso? —

—Eres guapa, a cualquiera lo pondrías nervioso—menciono deteniéndose en el siguiente semáforo.

—Pero eres mi hermano, como se explica eso— respondió con cinismo mirándolo atentamente, esperando su respuesta, pero ante su silencio se quedó decepcionada, por alguna razón en ese momento quería mandar al diablo los atribulados sentimientos, de ambos de él y de ella y solo dejarse llevar, el verlo darle aquella paliza a ese chico, poniéndolo en su lugar delante de todos, haciéndolo prácticamente que le bese los pies, fue tan rudo y tan fuerte que de solo recordarlo, se quedo así, detenida apreciando su físico desde la posición de su asiento, sus fornidos brazos, su barbilla, su abdomen, el olor que emanaba y vaya que ella conocía lo que tenia entre las piernas, generándole deseo, deseo que estaba siendo difícil de ocultar cuando se sorprendió a ella misma rosando con uno de sus manos su pierna, esto trajo consigo la reacción inmediata de él, quien no pudo desviarle esta vez la mirada.

—¿Qué estas…?— difícilmente pudo terminar aquella pregunta, al ver sorpresivamente como Bulma se colocaba encima de él, subiendo más su vestido, apretando sus caderas encima de él, mirándolo fijamente con esos ojos grandes azules que decían mucho en esos cortos segundos.

—Este semáforo es largo, tenemos unos minutos—

La fuerza de voluntad se fue al diablo, como si de verdad su vida dependiera de eso, Goku destrozo aquel hilo que la cubría de un tirón y se abrió la bragueta lo suficientemente rápido como para poder liberar la presión que ya se ejercía sobre este y sin esperar más la penetro, estaban en pleno semáforo, aprovechando la privacidad de aquellas lunas polarizadas, Bulma quien por la posición llevaba la batuta, empezó a moverse con vehemencia, saltando, apretando, gimiendo como loca, sin importarle nada más, solo sabía que tenían poco tiempo, y necesitaba sentirlo dentro con fuerza, los besos no se hicieron esperar, era como si la pasión el deseo se desbordara, como si poco les importara ir presos en ese momento, rápidamente los claxon empezaron a sonar, pero era difícil detener el momento, el seguía sintiendo el golpe de sus caderas encima de él, mientras tenía ya sus senos en su cara, dándole lamidas y succionando sus pezones, solo tuvo fuerzas para poner las luces intermitentes, el carro se movía, si que lo hacía, los carros solo atinaron a moverse hacia la derecha y continuar su camino, ya que nada podían ver desde aquellas oscuras lunas, algunos gritos si, otros insultos también, pero aquel deportivo seguía detenido, el semáforo parecía eterno, hasta que de pronto, simplemente arranco.

Solo un espectador, alguien que conocía muy bien de quien era ese lujoso deportivo, por la ubicación dedujo que previamente se detuvo en la universidad y no le basto más para sacar sus propias conclusiones.

—Vegeta, ¿Sucede algo? —pregunto Yamcha al verlo con un gesto desencajado.

—Ya falta muy poco para que termine mi libro—respondió destrozando aquel vaso que tenía en su mano.

Continuara…


¡Queridos Lectores!

Gracias por seguir la historia.

¡Nos vemos pronto!

Amapol