Lógicamente los personajes de One piece no me pertenecen

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Ya llevaba más de treinta minutos en la barra, y la segunda mimosa la había pedido más por cortesía hacía el barman que por un auténtico deseo de consumir licor.

Nami en ese momento se sentía bastante patética, no estaba muy segura si era por el hecho de haber salido a beber un miércoles después del trabajo, o si su incomodidad se debía más al hecho de permitir que los comentarios de su hermana hacía su nula vida social le afectaran al punto de hacerla salir, justamente un miércoles por la noche para autoconvencerse de que era realmente capaz de conocer a alguien, actividad que obviamente no estaba dando resultado.

Desde el principio se vaticinaba el fracaso de su plan, era obvio que entre semana esa clase de sitios suelen estar poco menos que vacíos y ninguno de los presentes parecía la clase de persona con la que quisiera tener una cita. Siendo sinceros, eso ultimo no habría cambiado aunque el recinto estuviera lleno, da la casualidad que quienes frecuentan esa clase de lugares no son del tipo que te invitan a ir a un café para habar de tus sentimientos. Nami continuaba en la barra sintiéndose totalmente fuera de sitio, cavilando sobre el fracaso de su plan cuando su visión periférica captó a un hombre acercándose a su sitio, albergó la esperanza de que solo fuera alguien interesado en ordenar otro trago sin embargo aquel sujeto avanzó al lado opuesto de la barra, quedando justo enfrente de su campo de visión y tomó asiento. Un sujeto moreno, de pelo negro y ropa probablemente elegante, era difícil discernir si era bien parecido o no, Nami se maldijo mentalmente por no llevar las gafas puestas, su capacidad visual no era lo suficientemente buena para notar pequeños detalles a esa distancia.

Nami apartó la mirada sin tratar de lucir demasiado agresiva, aunque resultaba obvio que aquel hombre se había acercado como una especie de ritual de cortejo, la peli naranja se habría sentido más cómoda si ese tipo no la mirara de forma tan insistente.

Pese a sus defectos de visión Nami notaba y sentía la mirada del pelinegro clavada en ella y era difícil comportarse como si eso no la estuviera incomodando, después de todo, no es como que el pelinegro intentara disimular. Mentalmente agradeció estar usando un suéter de cuello de tortuga (el más elegante que tenía) así al menos se sentía menos expuesta e intentó ignorar esa expectante mirada, poco le faltaba a aquel hombre para relamerse los labios, la chica bajó la mirada hacía su copa y suspiro al comprender porque ese desconocido no la había abordado aún.

Casi rio ante lo cómico, su mimosa (la segunda de la noche) aún estaba intacta, seguramente su "acompañante" esperaba que terminara el trago para acercarse galantemente otra ronda, aunque se sintió ligeramente aliviada, el moreno no daba la impresión de ser poco insistente, por el contrario, se la seguía comiendo con la mirada casi confiado de llevar a cabo su cometido.

De hecho, Nami sospechaba que si demoraba un poco más esa dinámica de "invitarle otro trago" de igual modo se acercaría para abordarla. Más que sentirse molesta con Nojiko, ahora estaba furiosa consigo misma por dejarse afectar por comentarios ajenos, resultaba un hecho de que la capacidad social de Nami no era suficiente para manejar esa situación.

Llevaba casi un minuto pensando que hacer cuando vio que el hombre se levantaba de su asiento, por un momento ella albergó la esperanza de que no fuera en su dirección, pero cuando lo vio acercarse lo suficiente para alcanzar a distinguir la cicatriz en el rostro masculino Nami como un autómata, colocó un billete en la barra, se bebió la mimosa de un trago, cogió su bolso, abrigo y se dirigió al tocador de damas sin mirar atrás. Aunque había tratado de parecer natural, dentro de si se sintió como una carrera y no fue capaz de respirar de nuevo hasta que la puerta se cerró sobre sí.

Bueno, ahora sí que sentía estúpida, y bastante furiosa, era obvio que Nojiko no sabía lo mucho que sus comentarios "juguetones" le afectaban, y en un esfuerzo de demostrar su capacidad para socializar no solo había hecho una incursión a un sitio que claramente estaba lejos de su entorno, más bien había estudiado todo y hecho un plan. Se había empeñado en encontrar un lindo restaurante, el más elegante y mejor puntuado que asegurándose que estuviera lejos de su ruta usual para así evitar encontrar rostros conocidos, había revisado de que tuviera un bar abierto para no sentarse sola en una mesa y había escogido un conjunto de ropa que normalmente solo utilizaría en una entrevista de trabajo, ¡incluso había evitado aventurarse un fin de semana con la esperanza de no verse sobrepasada por el bullicio!, algo que al parecer no fue su mejor idea, pues al haber tan pocos presentes era foco de muchas miradas.

Ahora, por su necedad estaba en los lavabos escondida, preguntándose si ese hombre de la barra habría captado el mensaje y se habría desilusionado lo suficiente para no intentar abordarla de nuevo, o en caso contrario, cuanto tiempo sería lo más conveniente permanecer ahí. Si salía ahora lo estaba segura de que se volviera a encontrar en una situación incómoda, incluso si insistía en irse y tomar un taxi, no faltaría un "buen samaritano" intentando acompañarla a casa.

Tomo su celular, en ese momento lo mejor era pedir un taxi por aplicación y esperar en el baño hasta estar segura de que su transporte estuviera afuera.

Apenas estaba abriendo la app cuando la puerta del maño se abrió y se cerró abruptamente.

Nami sintió como el alma abandonaba su cuerpo, cuando reconoció a un hombre moreno, de pelo negro que ahora estaba de pie frente a la única salida.

Con una breve sensación de mareo, Nami se juro a si misma no volver a tomarse en serio las bromas de su hermana.

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Honestamente después de tantos años siento que no tengo cara para presentarme en la plataforma

De todos modos traje aquí una nueva historia y firmes intenciones de continuar con "Travesía Romántica" me gustaría expresar un agradecimiento especial a M Lady-selah quien hace poco empezó a seguir mi historia y me sacó del sopor de escrito en hiatus.
Espero que es pequeño prologo les haya gustado