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Ice stars

Capítulo 33

Complot

Parte 2

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"No dejes que te lastimen"

La voz de Sasuke Uchiha resonaba con fuerza en la cabeza de Karin, quien, encerrada en la habitación del hotel con el resto de sus compañeros y entrenador, veía como este último, preparaba los ingredientes para darle a sus compañeras y a ella aquel coctel de drogas que supuestamente las ayudaban a rendir más en las competencias, claro está, que todo esto bajo el precio de sentirse sumamente acelerado, un potenciador que no muchos podían soportar.

—Analizando los resultados en Karin y Zaku, ahora sé que dosis debo administrar.

—¿Es necesario hacerlo, entrenador? —preguntó la sombría y cabizbaja Kin, esquinada en la habitación. —Tayuya y yo no lograremos nada de cualquier modo, quedamos en los últimos lugares.

—Comprobarán mi teoría, es lo que harán por mi… así que cállate, y ven… prometo que esa triste carita cambiará a una de alegría cuando te ponga la dosis correcta de este delicioso coctel de vitaminas.

—Hazlo Kin… vas a ver lo genial que se siente. —dijo un drogado y sonriente Zaku. —Y no pienses que no puedes hacer nada, mira lo que yo logré con ese tonto, casi lo saco de la competencia. ¿Por qué no haces lo mismo y le rompes la pierna a esa niña tonta de cabello rosa? ¡la favorita!

—¿Romperle la pierna?

La sombría y susurrante chica, se movió unos pasos hacia Orochimaru.

—Entrenador, por favor… quiero sentirme bien.

—Por supuesto mi niña… aunque eso sí, evita meterte en muchos problemas o pueden sospechar y te quedarías sin esto. —le mostró la jeringa. —¿Es lo que quieres?

La chica miró su droga y después al entrenador, no respondió nada, sólo se posicionó de lado, para que este pudiera inyectarla en el brazo.

—La que sigue…

Karin tembló del miedo, viendo como su compañera Tayuya, con la misma expresión que Kin se acercaba al entrenador para recibir su dosis.

"No dejes que te lastimen"

Aquellas palabras resonaron nuevamente, Karin retrocedió un paso, viendo el momento en que su entrenador inyectaba a su compañera lo que significaba que pronto sería su turno.

"¡No dejes que te lastimen!"

Escuchó nuevamente en su mente, pero ahora ya no era la voz de Sasuke Uchiha quien se lo decía, sino ella misma, lo que la hizo retroceder otro paso y al momento en que su entrenador la llamó, Karin no lo escuchó más, en su lugar, corrió lo más rápido que le dieron las piernas y salió de la habitación.

—¡Vayan por ella!

Alcanzó a escuchar en el interior, y a sabiendas de que Zaku estaba drogado, supuso que este sería el primero en salir y con lo acelerado que estaba no dudaba que fuera a alcanzarla.

¡Mierda! ¿qué hice?! Me va a alcanzar, me va a alcanzar, mierda, ¿Por qué parece que nadie trabaja en este jodido hotel?

Pensando que en ese solitario pasillo nadie la ayudaría, lo único que a Karin se le ocurrió fue correr directamente al ascensor, sin embargo, al doblar en la esquina, sintió como alguien de repente la tomó del brazo con mucha fuerza y la pegó a la pared junto con él.

La patinadora se sonrojó y su corazón latió con fuerza al ver que se trataba de su amor platónico.

—Sasuke…

—Shh…—le susurró este, pero su voz no era como la recordaba.

La chica se ajustó los lentes y cuando vio al sujeto que la tenía aprisionada vio que no era Sasuke, pero si un sujeto muy parecido a él.

Era Itachi Uchiha.

—Silencio.

Haciendo una seña para que no hablara, Itachi la soltó y procedió a esperar al siguiente que se avecinaba con rapidez, cuando el patinador Zaku dobló en la esquina, el Uchiha con un rápido movimiento lo sujetó del hombro, apretando un punto de presión, lo que lo hizo caer silenciosamente sin posibilidad de defenderse.

Karin estaba asombrada, sin embargo, aquel Uchiha no le dio la misma confianza que Sasuke le había dado, y no erró en que algo buscaba ese sujeto, al momento en que vio que dejó a su compañero apoyado a la pared y la hizo seguir con él a la fuerza, mientras le solicitaba con falsa formalidad que le dijera todo acerca de lo que sabía de su entrenador Orochimaru.

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Por otra parte, en el área de llegadas internacionales del aeropuerto, un par de jóvenes aguardaban en la sala de espera, viendo como un nuevo grupo de pasajeros arribaba a aquella friolenta ciudad sede de las olimpiadas, entre estos a un conocido que se mostró perdido entre toda la gente.

Naruto brincó entusiasmado para hacerse notar.

—¡Sai! ¡Por aquí!

—¡ah! ¡hola! —saludó el pintor al verlo y fue rápidamente a su encuentro, arrastrando consigo su pequeña maleta con su brazo sano, mientras que el otro lo tenía aun sujeto al cabestrillo. —Gracias, Naruto. No creí que en verdad vinieran por mí.

El rubio tomó la maleta por él.

—¡Ja! No te preocupes, dattebayo, fue un placer… y Sasuke también ayudó. —señaló a quien con paso lento los alcanzó.

El pálido pintor sólo hizo una leve inclinación hacia el Uchiha en forma de saludo y agradecimiento, haciendo que Sasuke en respuesta imitara su movimiento; sin embargo, enseguida les dio la espalda a ambos, mostrando nuevamente su indiferente carácter.

—Andando, los demás esperan.

—Traducción: ¡nuestras chicas nos esperan! ¡Así que andando! —dijo el entusiasta Naruto, apresurándose para alcanzarlo al igual que Sai.

—Sí, ¡listo para ver a Ino ganar el primer lugar!

Aquel comentario por parte del pintor hizo que tanto Naruto como Sasuke respingaran y se volvieran hacia él con molestia.

—Por supuesto que eso no pasará. Sakura será la ganadora.

Miró Sasuke con desafío a Sai, hasta que Naruto se interpuso entre los dos con su usual escándalo.

—Aunque esté en quinto lugar, yo sé que Hinata aun puede vencer.

—Yo lo dudo, porque cuando Ino me vea, será como la historia de aquella patinadora de hace años que pensó que su novio había muerto, y aun así patinó por él, hasta que este apareció de repente para darle ánimos, lo que hizo que esa patinadora convirtiera su rutina en una de las más inspiradoras jamás antes vista.

—Hmm… que tonterías, ¿por eso no le dijiste a Yamanaka que vendrías? ¿Qué tal si te arruino los planes y le hablo en este momento? —desafió Sasuke con una sonrisita, mostrando que tenía el número de Ino registrado (bloqueado, por supuesto)

—Si tan poca fe le tienes a tu novia, adelante.

Sasuke gruñó.

—Hmm… eres irritante…

—Lo mismo digo.

—Oigan, no me ignoren. —habló Naruto, sintiéndose como un mal tercio.

Sasuke bufó, soltando una risita.

—que tonterías, mejor vámonos de aquí… a menos que nos queramos perder la competencia.

—Cierto, cierto… las chicas ya deben de estarse preparando.

Dejando la pelea verbal de lado, los muchachos reanudaron su marcha hasta el estacionamiento del aeropuerto donde un auto rentado esperaba, cuando en eso, el teléfono del Uchiha sonó entre su abrigo, haciendo que este se detuviera para responder.

—Es Sakura…—observó en la pantalla. — Hola, Sakura… ¿qué pasa?

Naruto y Sai, vieron como Sasuke se retiraba de la oreja el teléfono, intuyendo que la chica del otro lado de la línea había gritado, aunque pronto comenzaron a preocuparse por la siguiente reacción que tuvo el Uchiha.

—¡Cálmate! Y dime ¿qué pasa?

—¿Sasuke? —llamó Naruto, comenzando a presentir algo malo.

—¡¿Cómo que se las llevaron?!

—Sasuke… ¡¿qué pasa?!

El Uchiha no pudo más que volverse a su amigo y al recién llegado con desconcierto mientras escuchaba lo que Sakura le decía al teléfono.

—No te preocupes. Ya vamos para allá, quédate cerca de Kakashi.

Colgó la llamada, viendo con seriedad a sus acompañantes.

—Sasuke…—rogó una vez más el rubio.

—Lo siento, Naruto… todo parece indicar que el pervertido ese que acosaba a tu novia apareció de nuevo y… se la llevó.

El Uzumaki del shock se paralizó.

—Y… no sólo eso, al parecer, en complicidad con otros sujetos, también se llevó a Ino Yamanaka. —miró a Sai, viendo como palidecía más de lo que ya estaba. —Y a la chica del país del viento, Temari Sabaku.

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tiempo atrás…

Después de un solitario desayuno, Sakura encontró extraño que tanto Ino como Hinata no bajaran a desayunar con ella, tal cual lo habían hecho los días anteriores; sin embargo, cuando Kakashi le sugirió que tal vez era porque probablemente sus familias no lo habían permitido, siendo que era el último día de competencias para ellas, fue que pensó que podría deberse a ello, así que terminó de comer y volvió a su habitación junto con su entrenador.

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—Pero, Sakura… entiende…

—Es que lo prometimos, entrenador, se supone que habíamos quedado de hacernos el arreglo en la suite de los Yamanaka.

Kakashi resopló.

—Está bien, pero al menos déjame ayudarte con eso. —señaló la maleta que Sakura llevaba. —Te dejaré ahí y luego pasaré por ti para irnos a la pista ¿está bien?

—¡Gracias, entrenador!

Brincó Sakura esbozando una sonrisita, apresurándose para salir de la habitación, mientras que Kakashi, llevando la maleta, se propuso a acompañarla en caso de que sus anfitriones por algún motivo competitivo decidieran no hacerla participe del ritual de arreglo que tenía Ino Yamanaka.

Algo que esperaba que no sucediera, pues Sakura parecía fascinada por la idea, pese a que inicialmente había optado por arreglarse sola (costumbre aun arraigada por Danzou) hasta que Rin e Izumi aparecieron para ayudarla en el programa corto, y ahora Ino Yamanaka y Hinata Hyuga.

Sonrió, creyendo firmemente que para algunas cosas Sakura era demasiado madura para su edad; sin embargo, cuando se juntaba con aquellas dos patinadoras era como si volviera a ser esa niña cuya infancia quedó estancada en algún lugar sólo por cumplir con las exigencias de un entrenador loco y por supuesto por la misma exigencia que el patinaje artístico requería.

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—que extraño, nadie abre… ¿se habrán ido ya a la pista?

—puede ser, aunque van muy temprano si así fue. —comentó Kakashi, empezando a ver todo aquello muy extraño.

Tocando una vez más a la puerta, Sakura juntó su oreja a esta para ver si alcanzaba a escuchar a algún ruido dentro de la suite, pero nada.

—¿No les abren?

Escucharon de repente, viendo que se trataba de Shikamaru Nara que, con teléfono en mano, parecía también intentar contactar con los Yamanaka.

—No, nadie responde ¿sabes algo?

—Ni idea, más temprano, Ino me comentó que bajaría a desayunar contigo y con Hinata, yo le dije que prefería desayunar en mi habitación y que después me dormiría otra vez, le pedí que me hablara para levantarme cuando ya estuvieran listos para irse, pero ni pude dormir y tampoco volví a recibir ningún mensaje o llamada de Ino y eso que se pone intensa cuando es una competencia y no deja de fastidiar.

—Ino no bajó a desayunar con nosotros. —contó Sakura preocupada.

Shikamaru se mostró enseriado.

—Intenté llamar al Sr. Yamanaka, pero tampoco me responde, entonces mejor ya vine a ver qué pasaba…

—Pues no parece haber nadie, es muy extraño, a ti Shikamaru no te dejarían, eres el entrenador después de todo. —comentó Kakashi.

—Lo sé, intentaré llamarle de nuevo.

Shikamaru entonces marcó el número del padre de su amiga, cuando empezó el tono de marcación, a los jóvenes les pareció escuchar una musiquita dentro de la habitación.

—Ese es el timbre del teléfono del Sr. Yamanaka. —reconoció, juntando la oreja a la puerta.

—¿eso quiere decir que si están?

—Veamos…

El aprendiz de entrenador marcó el número de Ino, y entonces escucharon otra musiquita proveniente de la habitación, aunque esta se escuchaba aun más lejos.

—¿qué está pasando?

—Esto ya no me gusta nada. Muchachos, apártense…

Indicó Kakashi, haciendo que los jóvenes retrocedieran para él tomar velocidad y fuerza para golpear la puerta. Bastaron 3 intentos para que esta se abriese; sin embargo, el panorama con el que se encontraron no fue nada alentador.

—Señor, Señora Yamanaka. —corrió Shikamaru a asistir a la pareja que estaba desmayada en el suelo.

Sakura horrorizada, lo primero que hizo fue correr a las habitaciones en busca de Ino, pero sólo encontró a parte del personal en las mismas condiciones, mientras que en la que correspondía a su amiga lo único que encontró fue su teléfono tirado cerca de la puerta, fue evidente para ella lo que había ocurrido.

—ay, no… y si también…

Intuyendo lo peor, Sakura se apresuró a correr fuera de la suite.

—¡Sakura!

Kakashi intentó detenerla, sin embargo, al ver que esta no se detuvo, dejó momentáneamente al inconsciente Inoichi para seguirla.

—¡Shikamaru, llama a seguridad del hotel y que también manden a alguien a la suite de los Hyuga!

—¡entendido!

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Después de llegar al piso de un nivel más abajo, Sakura corrió directamente a la suite de los Hyuga, donde comenzó a golpear la puerta tal cual su entrenador en un intento por abrirla; sin embargo, no consiguió nada, hasta que de repente sintió como una mano se colocaba en su hombro y le pedía retroceder.

Era Kakashi, que haciendo gala nuevamente de su fuerza de un solo golpe atravesó la puerta de los Hyuga, encontrándose con una escena similar.

Hiashi Hyuga yacía en el piso desmayado.

Kakashi comenzó a atenderlo, en tanto Sakura, corrió a las habitaciones encontrándose en una de ellas a Kurenai y a la mucama que atendía a los Hyuga desmayadas, mientras que la habitación que correspondía a Hinata la encontró totalmente desordenada, y finalmente en la última habitación se encontró con una niña que yacía amarrada, de pies, manos, boca y ojos.

—¡Hanabi!

Corrió Sakura a socorrerla, quitándole inicialmente la mordaza y la venda de los ojos.

—¡Sakura, quítame esto! —chilló, desesperada por no poder moverse.

—Calma, ya te estoy desatando… ¡¿qué pasó, Hanabi?! ¿dónde está tu hermana?!

—Creo que se la llevó… ese ¡Desgraciado!

—¿quién?

—el estúpido creyó que vendándome los ojos no lo reconocería, pero lo escuché cuando discutió con la entrenadora, era él… ¡Toneri Otsutsuki! ¡Ese estúpido le hizo algo a mi papá, hermana y a las demás!

—Tu papá está aquí, al igual que la entrenadora y su empleada, pero Hinata… —se lamentó Sakura.

—No, no, no… ¡papá! ¡Mi hermanita!

Corrió la niña en cuanto quedó liberada, encontrándose con una escena de lo más deplorable y que empeoró cuando Shikamaru Nara llegó, dando otra terrible noticia.

—Parece ser que también secuestraron a Temari Sabaku.

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En un hospital del país de hierro asignado para atender casos de participantes lesionados, un convaleciente Lee descansaba tranquilamente en su cama, ya con la herida de su barbilla atendida; así como otras lesiones que en el momento del accidente no fueron visibles sin una revisión detallada.

Por recomendación de la médico tendría que guardar reposo unos días antes de volver a casa y Guy por supuesto se apuntó para atenderlo hasta que estuviera bien.

Mientras tanto, la pareja de patinadores había hecho vigilia en la sala de espera y no se retiraron aun cuando les confirmaron que su compañero de patinaje se encontraba bien.

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—Neji, despierta…

Movió Tenten sutilmente al somnoliento Hyuga que, despertando de un sobresalto, miró a su alrededor confundido hasta que recordó que se encontraba en el hospital.

—Mierda… ¿cuánto tiempo me dormí?

Tenten se sentó a su lado.

—No mucho. ¿por qué no vuelves al hotel y descansas un poco antes de ir a ver a tu prima patinar? Porque supongo que irás.

—Sí, así es. —susurró este, quitándose lo amodorrado del rostro—Lee estará bien con el entrenador, así que lo mejor es que ambos regresemos para descansar.

—¡Eh! ¿Ambos?

—Sí, ¿por qué el escándalo?

—Es que…Neji… acerca de lo de ayer…—Tenten bajó la cabeza, ensombreciéndose. —No hemos hablado al respecto, tú te fuiste con Fuu y ya no te volví a ver hasta que pasó lo de Lee.

El Hyuga bajó la mirada, tal cual su compañera.

—Sólo fui a decirle a esa chica del viento lo mismo que te dije ayer, que tú seguirías siendo mi compañera. Ella insistió, pero finalmente se rindió cuando vio que no cambiaría de opinión.

—Oh, ya veo, gracias.

—Con respecto a lo otro…

La patinadora se sobresaltó, temiendo lo siguiente que Neji diría.

—¿sí?

—Tenten… yo, realmente no sé si siento algo por ti.

—Oh… no… no te preocupes.

—Pero no me eres indiferente. —admitió apenado. —Es decir, te considero algo más que mi compañera de patinaje, me agradas, es decir, no sé si es correcto decirlo así, pero, me gustas tal como eres. ¡Mierda! ni yo mismo me entiendo.

—como una amiga, supongo. —trató Tenten de ayudar.

—No lo sé, eso creía… pero no lo siento así… ¡Arggg! ¡Maldita sea! No sé, tal vez, si lo intento.

—¿Qué cosa?

—Esto.

De un momento a otro, el Hyuga tomó a su compañera de su mejilla y la comenzó a acercar a él. Tenten se espantó, sin poder creer lo que Neji estaba a punto de hacer y por inercia no pudo hacer otra cosa más que cerrar los ojos, para después sentir como los labios de su compañero se posaban sobre los suyos.

Le pareció tierno y perfecto, pero también muy lento, y ganas no le faltaron para decirle a Neji cómo debía hacerlo, pero entendiendo que este al parecer trataba de comprender lo que pasaba con él mismo, lo dejó ser, hasta que finalmente se separaron. El Hyuga por supuesto con el rostro enrojecido.

—Mierda… lo siento.

—No, que va… pero eres muy lento mi querido Neji, es lo único qué diré.

—¿Eh? —se sobresaltó este ofendido, sintiendo un tic resaltante cerca de su ceja.

—De ser yo la que te besara, no te quedaría ninguna duda de lo que quieres. —presumió, sacando la lengua.

—¿De qué hablas? ¿Acaso eres una pervertida?

—Y no te imaginas cuánto… —se burló esta—Así que Neji, sé que puedes hacerlo mejor. ¡Anda, se que puedes! Eres después de todo el gran Neji Hyuga ¿no?

El patinador gruñó, y para demostrarle de lo que era capaz, la volvió a tomar del rostro con mayor decisión, y con más rapidez se acercó a ella para volver a tocar sus labios, pero el momento se vio interrumpido por el timbre del teléfono del Hyuga.

—Mierda… aguarda un momento.

—Por supuesto. —se siguió burlando Tenten, hasta que…

—¿Hanabi? ¡¿qué tienes?! No te entiendo…

Lo siguiente que pasó, es que Neji se puso de pie. Tenten lo imitó, alcanzando a escuchar a duras penas que su pequeña prima gritaba desesperada hasta que alguien tomó el teléfono por ella.

—¿Sakura Haruno?... ¿qué pasa?

Tenten se apoyó en el hombro de su compañero para tratar de escuchar y retrocedió asustada cuando escuchó la noticia.

—¡¿Cómo que ese estúpido se la llevó? Maldita sea, voy para allá. —colgó el teléfono. —Tenten…

—Voy contigo.

—¡NO! —gritó, aunque pronto reparó que era su preciada compañera con la que hablaba. —perdón, no por favor, quédate aquí con el entrenador, no te alejes de ellos ¿sí? —pidió, colocando una mano en su mejilla.

—está bien, pero ten cuidado, por favor.

—por supuesto.

Dicho aquello, Neji tomó su abrigo y se apresuró a salir del hospital.

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Mientras tanto, en un hotel diferente.

—¡Oiga Sr. Uchiha, esto se podría considerar secuestro! ¡Ya déjeme ir! —peleaba Karin, sentada frente a una mesa que sólo tenía una pequeña lámpara encendida, en una habitación oscurecida por las cortinas que hacían simular todo aquel lugar como una sala de interrogación.

—Lo haré cuando me digas todo lo que sabes de Orochimaru, lo que te da, cómo lo hace, las conexiones que tiene. —negoció Itachi.

—ah, ¿sí? ¿Así de fácil?

—Por supuesto que no, y menos si estás involucrada en drogas que están prohibidas en el reglamento del patinaje, pero eso te lo dejaré a tu criterio, pues lo correcto es que voluntariamente te entregues al comité y cuentes la verdad.

—¡¿está loco?! Yo no tomo drogas, me descalificarían si lo hiciera. ¡Ya déjeme! ¡Ya debería estarme preparando para la competencia!

—Ya te dije que no lo haré, lo mejor para ti es que hables, ya no finjas niña, sé perfectamente que usas drogas para rendir más en la pista.

Karin desvió la mirada.

—No es cierto.

—claro que sí, mi hermano Sasuke me lo dijo, bastó para él el ver las marcas en tus brazos.

Tomándola a la fuerza, Itachi subió la manga de la patinadora, a pesar de que esta trató de resistirse.

—¿Acaso te gusta que tu entrenador te haga esto?

—Ya le dije que no tomo drogas.

—¿insistirás con eso?

—Las marcas en mis brazos no significan nada.

—Claro que sí, además, tengo entendido que esa droga hace que tus pupilas se dilaten, Sakura Haruno, mi cuñada y postulante a médico, indicó que te vio el día de la competencia con los ojos dilatados, prueba infalible de que te drogaste antes de entrar a la pista.

—¿Cuñada? —fue la única palabra que se le quedó grabada a Karin.

—Sí, porque eventualmente mi hermano Sasuke se casará con ella en un futuro tal vez no muy lejano.

La patinadora se sobresaltó, sintiendo una terrible decepción dentro de su ser, a pesar de que Sasuke Uchiha no era absolutamente nada de ella; sin embargo, aun así, no podía dejar de rememorar esas palabras que le había dicho, algo que extrañamente apreció demasiado pues nadie nunca se había preocupado así por ella.

—Está bien, lo admito señor. —bajó la cabeza. —el entrenador Orochimaru experimenta con drogas, y los patinadores, incluyéndome, somos como ratas de laboratorio para él. Algunos lo aceptan, simplemente porque ya se hicieron dependientes de la droga y creen que sólo así podrán patinar, pero yo… yo lo ¡detesto!, pero no puedo negarme, pues además de ser mi entrenador, Orochimaru es mi tutor, así como de los demás chicos, no tenemos a donde ir.

—entiendo… ¿qué más?

—Antes de continuar, le diré todo lo que sé, pero con una condición, por favor…

—¿condición?

—No me quite la oportunidad de patinar en el programa libre, ¡sé que puedo hacerlo! ¡sin drogas! Por favor, aun tengo oportunidad de ganar alguno de los lugares y con eso el dinero que el país del sonido otorga por cada medalla, además podría conseguir un patrocinio que me libere de Orochimaru.

Itachi se apoyó en la mesa, viendo a la chica con indiferencia.

—Mi consejo es que no lo hagas, pese a que no tomaste ninguna droga el día de hoy, eso no quiere decir que no tengas residuos en tu sistema, cuando explote todo el escándalo, porque sabes que lo hará, quedarás como una tramposa que sabía exactamente lo que hacía y que fue cómplice de ese tipo, en cambio, si te entregas y abandonas ahora la competencia, quedarás como lo que eres, la víctima de ese sujeto.

—¡Es que no puedo! Siempre quise esto, ¡el patinaje es lo único que me queda!

—Entonces ¿estabas de acuerdo con drogarte?

—¡No! pero… tampoco me resistía mucho, porque pensé estúpidamente que algún día el entrenador vería mi potencial.

—eso no pasará, no te engañes niña, tipos como Orochimaru nunca cambian.

—Tal vez, aun así, no quiero dejar de patinar, y saldré al programa libre, no me importa lo que diga.

Itachi resopló, viendo que sería difícil hacerla cambiar de opinión por la buena, así que pensó que tendría que hacerla a la mala, al momento que expusiera públicamente a esa chica y a su entrenador.

Sin decir más, con una sola mirada le pidió a la pelirroja que continuara con lo que sabía. Esta comenzó a hablar de su entrenador y métodos utilizados, hasta que de un momento a otro la conversación se vio pausada por una llamada entrante por parte de Sasuke, que le dio a su hermano las malas noticias.

En ese momento Karin fue libre de irse, pero bajo amenaza, pues si se negaba posteriormente a hablar del asunto, Itachi la expondría ante el comité y los medios.

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—¡Sasuke-kun!

Gritó Sakura, abrazándose a su novio con fuerza cuando lo vio llegar junto con Naruto y Sai, el rubio pasando de lado de ellos en camino a la suite que ya se encontraba acordonada por cintas de color amarillo y varias personas, entre estos los familiares de los afectados que se encontraban haciendo reclamos a los responsables del hotel y autoridades.

—¿Qué tanto han averiguado, Sakura? —preguntó Sasuke, separándose un poco de su novia la cual claramente se veía afectada por la desaparición de sus amigas.

— Lo único que se sabe es que tanto a los Yamanaka, al Sr. Hyuga, a la entrenadora Kurenai y resto del personal los inmovilizaron con una sustancia que les rociaron. A Hanabi es a la única que no la durmieron porque al parecer al tipo se le acabó la sustancia, pero si la amarró, ella fue la que dijo que alcanzó a reconocer la voz de ese tipo Toneri, cuando discutió con la entrenadora, quien efectivamente confirmó que se trataba de él, aunque dijo que no pudo hacer mucho ya que la roció con esa sustancia.

Sasuke miró hacia donde estaba el ajetreo en donde Naruto también comenzó a reclamar, mientras que Sai lo único que pudo hacer fue acercarse con la madre y padre de Ino, quienes, no esperándolo, sólo alcanzaron a entristecerse por ver una sorpresa arruinada.

—¡Maldita sea! ¡¿Por qué aun no las están buscando?! ¡Es a mi novia a la que se llevaron!

—Naruto, cálmate…—sostuvo Kakashi.

—Muchacho como le estamos diciendo a los familiares de las jóvenes, no es un caso usual de secuestro ya que no se han comunicado para pedir recompensa, por lo que lo correcto sería ir al ministerio público para que rindan sus declaraciones y antepongan la denuncia y tan pronto lo hagan podremos acceder a la información que solicitan: cámaras de hotel y de los circuitos de las calles aledañas, y por supuesto podemos comenzar el operativo de búsqueda. —indicó el detective a cargo.

—¡Ya les dijimos que lo haremos! ¡pero empiecen ya! —reclamó Hiashi, siendo detenido también por Neji.

—¡Así es! ¡¿Cómo pretende que nos estemos quietos hablando con ustedes mientras nuestra hermana sabrá quien la tiene? —reclamó Gaara.

—¡Maldita burocracia de mierda! ¡Hagan algo! —exigió Inoichi a punto de perder la paciencia también de no ser por Sai y Shikamaru que lo detuvieron.

—¡Ya les dije lo que tienen que hacer! Nosotros comenzaremos a trabajar con lo que tengamos a nuestro alcance, pero sin sus declaraciones y respectiva denuncia, no vamos a ser capaces de hacer mucho.

Dicho aquello, el detective a cargo les dio la espalda y se retiró con el equipo que había estado recogiendo evidencias.

—Maldita sea, es imposible con esos estúpidos.

Regresó Naruto con Sasuke y Sakura, llorando lágrimas de coraje, de tan sólo imaginar lo que el imbécil de Toneri podría estarle haciendo a su novia en ese momento.

—Naruto. —consoló Sakura, permitiéndole apoyarse en ella.

—Debe haber una manera, debe haber una manera de hacer algo nosotros, pero ¿cómo empezar? Estamos en un país desconocido. —comentó Neji también irritado.

—Los Yamanaka irán a rendir sus declaraciones al igual que Hiashi Hyuga, y Kankuro de parte de los Sabaku. —comentó Shikamaru reuniéndose con ellos junto con Sai y Gaara. —Pero de igual manera no pretendo quedarme de brazos cruzados.

—Así es, tenemos que ir a buscarlas, a donde sea. —opinó Sai irritado.

—Lo mismo pienso, no pretendo quedarme a esperar. —comentó Gaara susurrante.

—Pero… ¿cómo? ¿dónde? ¿Qué pistas podemos usar? —cuestionó Sakura, ante la inusual mesa de debate que se formó.

—Algo que escuché decir a los detectives es que probablemente se las llevaron en unas maletas enormes, sólo así pudieron pasar desapercibidos. —contó el Nara.

Naruto se irritó de sólo pensar en Hinata atrapada en un maletero.

—Lo extraño, o al menos como yo lo veo, es que con Ino y Temari no se llevaron ninguna de sus cosas ¿No es así?

Gaara asintió al cuestionamiento del Nara.

—¿Eh? Eso que significa Shikamaru. —preguntó Sakura preocupada.

—No me lo tomen a mal, pero dado a que el captor de Hinata se llevó algunas de sus pertenencias da a entender que el tipo ese Toneri, obviamente tiene la intención de retenerla con él.

Naruto apretó los puños y dientes.

—Pero con Ino y Temari, me temo que…

—No lo digas. —pidió Sai abrumado. —¿Con que propósito hacerles daño?

Shikamaru se encogió de hombros.

—Es lo único que puedo pensar, ya que no han hablado para pedir alguna recompensa, un idiota que pretenda ganar dinero para liberarlas antes de la competencia, porque lo lógico sería que las tuviera que devolver antes de que esta comience.

—¿Crees que sea personal? —preguntó Sasuke después de escuchar toda aquella información. —¿Alguna clase de venganza?

—Puede ser, o simplemente divago, ya no sé ni qué pensar.

—No importa el motivo, qué más da. —gruñó Naruto. —No están con nosotros, debemos buscarlas ¡En donde sea! Me rehúso a dejar que ese estúpido me arrebate a Hinata tan fácilmente.

—pero… ¿por dónde podemos empezar a buscar? —volvió a cuestionar Sakura.

Todos volvieron a silenciarse sin ver la manera de qué hacer, cuando en eso, el abrumador silencio que los rodeaba se rompió por un par de tintineos, provenientes del teléfono de Sakura y Naruto.

Los dos confundidos de haber recibido simultáneamente una notificación, dieron un grito ahogado al ver que habían recibido un mensaje de Hinata, uno en donde solamente mandaba una ubicación.

—¿Será cierto? ¿Será ella? —cuestionó Sakura desconfiada.

—Un momento… —pensó Naruto, y enseguida corrió hacia la suite pasando por sobre las cintillas que prohibían la entrada en la habitación.

Todos los demás le siguieron, pero se abstuvieron de entrar para no arruinar una posible escena del crimen, mientras que, de Naruto, sólo escucharon que al parecer buscaba algo dentro de la habitación de Hinata.

—¡Sí es Hinata! ¡Tiene que ser! ¡El sapo que le di no está! ¡Le dije que escondiera su teléfono ahí!

—¡¿Estás seguro?! —dijo Sasuke incrédulo.

—Sí, tiene que ser… voy a marcarle.

—¡No, espera Naruto! —detuvo Neji. —¡No lo hagas!

—¿Eh? ¿Por qué?

—Creo que sí sólo envió la ubicación y no puso más es porque probablemente está acorralada y limitada a ver su teléfono, lo más seguro es que los contactos que seleccionó para dar su ubicación fueron los últimos con los que habló.

—bueno, entonces ¿qué esperamos? ¡Vamos por ella! Probablemente en donde la tiene ese tipo también están Ino y Temari. —teorizó Sakura.

—Concuerdo, es mejor que nos adelantemos, yendo precavidamente, porque si avisamos a la policía, los secuestradores pueden alarmarse y huir a otro sitio con ellas.

—Ya no lo digas, Shikamaru, entonces ¡Vamos! ¡Andando!

—Hmm… muy lindo el equipo.

Escucharon de repente los jóvenes cerca de ellos, al volverse a quien había hablado, vieron que era Kakashi quien junto con una molesta Kurenai y un enseriado Itachi se acercaban a ellos.

—Niños… ¿qué es lo que pretenden?

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En una casa apartada lejos de todo el ajetreo de las olimpiadas, después de un amargo despertar en donde se vio solamente con sólo alguna de sus pertenencias, incluyendo el sapito que su novio le dio, una apurada Hinata guardó rápidamente el teléfono apenas pudiendo enviar un mensaje con la ubicación a su novio y al grupo que tenía con sus amigas, puesto que su captor no la descuidaba por más de un minuto y apenas había logrado hacer que le quitara las sogas con las que la había atado.

Para su fortuna, Toneri, en un afán de mostrarse agradable con ella le dio la confianza para que pudiera estar desatada y no sólo eso, también se mostró preocupado cuando le dijo que tenía sed, haciendo que en lo que llevaba despierta este se retirara de aquel sótano para traerle agua.

Sólo esperaba que su mensaje hubiera sido recibido, no había manera de validarlo, pues escuchó como Toneri ya bajaba, con una bandeja y un vaso con agua.

—Aquí tienes tu agua, querida mía.

Hinata tomó el vaso con desconfianza teniendo malas memorias de aquella agua adulterada.

¿Y si le había puesto algo? Comenzó a temblar de sólo pensar en la probabilidad y en lo que le pasaría si bebía tan sólo un sorbo.

No quería. Cerró los ojos de sólo pensar lo que Toneri podría hacerle, algo que sería totalmente diferente a lo que hacía con su amado Naruto. Inevitablemente las lágrimas de tristeza y frustración salieron de sus ojos.

—Oh, pero no llores, amada mía, vas a ver que conmigo serás muy feliz ahora que por fin estamos solos. —canturreó Toneri, tomándola de la barbilla. —Aquella loca ya se llevó a tu amiguita Ino y a esa otra chica Temari, así que ya nadie nos interrumpirá.

—¡cómo?! ¿También a ellas? Dijiste… ¿una loca? —repitió Hinata confundida.

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En una casa, aún más apartada de todo, donde solamente era visible una pequeña villa rodeada de la blanca nieve que cubría el campo, dentro de su sótano, el sonido tintineante de agua cayendo resultó molesto para una joven adulta que se sintió entumida al momento que quiso moverse.

—¿Dónde estoy?

Confundida y amarrada con las manos hacia atrás, Temari aun somnolienta fue apenas capaz de ver entre la oscuridad que, en ese lugar, parecía que varias personas trabajaban (al juzgar por las siluetas de lo que le parecieron ser mesas y monitores) algo en lo que no erró cuando la luz fue bruscamente encendida, haciendo que cerrara los ojos ante el aturdimiento que le ocasionó.

—Vaya, hasta que despertaste…

—esa voz.

Reconoció a la perfección esa voz, y furiosa levantó el rostro para encarar a su odiada rival, más que nada que odiaba por causa de su irritante entrenador.

—¡Ino Yamanaka!

Sin embargo, pronto escuchó unos quejidos a unos cuantos centímetros lejos de ella y quedó anonada con lo que vio.

Era Ino Yamanaka, que atada tal como ella y con la boca cerrada con una mordaza le decía entre gestos que la persona que estaba frente a su presencia no era ella, y no sólo eso, cerca de la verdadera Ino, había otra chica desconocida, totalmente inconsciente.

Temari se confundió, si la verdadera Ino era la que estaba ahí amarrada. ¿Quién era esa tipa que se le parecía?

Continuará.

Notas de autora: espero les haya gustado.

Ya quedan pocos capítulos para terminar.

Saludos.

14 de octubre de 2024