¡Hola! Qué tal?

Este capítulo siempre estuvo en mi mente desde el inicio y, aún así, al momento de escribirlo dude al pensar que sería una especie de relleno... Sin embargo, realmente no lo és.

Este es uno de los capítulos que justo me permite reafirmar la idea que comenté hace mucho tiempo. A pesar de ser ambas personas religiosas, la naturaleza de Fate hace que esos pensamientos puedan ser usados para dar alivio. Así como hay religiosos malvados, también hay de esos capaces de llevar una palabra de aliento sin ningún otro fin más que el proporcionar apoyo. Fate, es uno de esos casos.

Disclaimer: MSLN Ni sus personajes me pertenecen. Todo el crédito a sus respectivos autores.

Capítulo 12: Cómo sobrevivir en un mundo tan hostil

Aunque podía considerar que las últimas semanas habían sido las semanas más maravillosas de su vida hasta ese momento, una raíz de inquietud se había afirmado férreamente en su interior, y el brote crecía con cada día que pasaba, amenazando con devorar la paz que después de tanto tiempo había logrado obtener.

El pasar de los días solo le recordaba que el campamento de verano acabaría pronto y, atrapada en la situación en la que se encontraba, aún sin la posibilidad de escapar de los hilos de su madre, ese hecho se traducía en que tendría que ver a Nanoha partir en unas pocas semanas más sin que pudiese hacer nada para evitarlo, tragándose el vacío que dejaría la cobriza en ella cuando tuviera que partir.

A esas alturas la cobriza había roto todas las barreras que había construido alrededor de su corazón. Estaba enamorada, enamorada de verdad. Lo que sentía por Nanoha era tan profundo que incluso, con su corta experiencia en temas amorosos gracias al absoluto control que ejercía su madre sobre ella, sabía que el sentimiento que había desarrollado hacia la otra chica distaba mucho de ser un enamoramiento pasajero, o un simple amor de verano. No podía explicar con palabras la cálida sensación que se instalaba en ella cada vez que Nanoha le hablaba o le sonreía y, se le hacía inevitable sentir mariposas en el estómago cada vez que se abrazaban o lograban darse un fugaz beso a escondidas.

Necesitaba idear un plan pronto, pero cualquier plan necesitaba tiempo, y el escaso tiempo que les quedaba en el campamento no le alcanzaría.

¿Sería muy egoísta de su parte pedirle a Nanoha que esperara por ella?

Con esa preocupación instalada en su cabeza, se dirigió pesadamente al centro de actividades. Hoy su asignación era dirigir la clase de cocina, así que al menos tendría la oportunidad de ver a Nanoha durante esa tarde y hacer algo divertido con ella, aunque no pudieran interactuar de manera tan personal para evitar levantar sospechas entre el resto de las integrantes del grupo. Era capaz de conformarse con eso de momento.

- ¡Hol…! - había intentado decir al entrar al aula.

Su sorpresa fue grande cuando entró al salón de clases y el resto de las chicas, que usualmente esperaban esa clase riendo animadamente, parecían rodear preocupadas a una de las chicas del grupo. Al escuchar a Fate entrar, todas se posicionaron frente a la jovencita llamada Teana, que intentaba esconder la cara entre sus manos con vergüenza.

Aún así, alcanzó a ver un pequeño rastro de ojos llorosos antes de que Teana lograra ocultarse completamente.

El corazón de Fate se encogió. Por la posición de las integrantes del grupo, era evidente que estaban intentando proteger a la chica de ella. Aunque intentaba ser amable con todas y no dirigir las oraciones grupales hacia la culpa y el castigo como sí sabía que lo hacía el resto de las orientadoras, salvo para Nanoha que sí conocía su secreto ella era otra orientadora más ante los ojos de las asistentes. Otra carcelera más. Otro enemigo más.

Abordar a Teana frente a todas sería exponer innecesariamente a la chica frente a sus compañeras. Prefiriendo tener un análisis preliminar de la situación, pidió hablar con la única persona que podía ayudarla a entender.

- Nanoha - llamó Fate - ¿Puedo hablar contigo un segundo?

Nanoha le dio un rápido vistazo a sus compañeras, haciéndoles una seña con la mano para asegurarles de que todo estaba bien, y salió del salón seguida de Fate.

A pesar de que en el centro de actividades no había ninguna otra orientadora a esa hora, Fate miró a su alrededor y le pidió que se alejaran un poco de la puerta antes de hablar, para evitar que alguna de las chicas del salón intentara espiarlas.

- ¿Alguna orientadora le hizo algo a Teana? - preguntó Fate entre susurros, preocupada.

- No, al menos no que sepamos - contestó Nanoha - Sus compañeras de habitación nos dijeron que había recibido una llamada desde casa y que eso la había puesto así.

- ¿Pasó algo con su familia?

- Su familia está bien. Es algo relacionado con… - intentó explicar la cobriza - Mira, la verdad creo que es mejor que intentes preguntárselo tú. Si saben que te dije algo me matarán.

- Pareciera que me consideran un enemigo - murmuró Fate, decepcionada.

- No seas tan dura con ellas. Ellas no saben lo que yo sé - indicó Nanoha, tratando de animarla - Creo que están conscientes de que no eres tan mala como el resto de las orientadoras, pero sigues siendo la hija de la predicadora. Si no te conociera mejor yo también tendría algo de miedo.

Fate asintió con una sonrisa. Era comprensible.

Ya tenía una mejor idea de cómo abordar la situación.

- Me has comentado que tu mamá tiene una pastelería. Cuéntame ¿Sabes hacer pan?

- Obvio - contestó Nanoha, como si fuese la cosa más evidente del mundo.

- Excelente. Mira, la clase de hoy trataba justo de eso, pero me gustaría hablar con Teana a solas para intentar ayudarla, porque si alguien del staff la ve así seguramente se meterá en problemas. Como sabes hacerlo ¿Crees que puedas dirigir la clase hoy, al menos por un rato?

Ante la propuesta de Fate, Nanoha la miró sorprendida.

- Pero Fate, eso es… Sí alguien entra y me ve allí ¿No te meterás en problemas?

- Descuida, nadie vendrá al menos por unas horas. Vi las asignaciones de hoy y a esta hora créeme que el staff está ocupado. No será por mucho rato, y si llegamos a tener la mala suerte de que alguien venga ya sabré que inventarme. Entonces ¿Qué dices? - preguntó Fate, mirándola esperanzada.

- Supongo que no te puedo negar nada si me lo pides de esa manera - se resignó la cobriza, vencida por la sonrisa de la orientadora.

- ¡Muy bien! Volvamos al salón.

Cuando entraron de vuelta al salón de clases el resto de las chicas seguía en la misma posición, mirando a Fate de manera desafiante. Teniendo ahora un mejor entendimiento de esa reacción gracias a la corta conversación que había tenido con Nanoha, decidió dejarlo pasar y tomar otra estrategia para abordar la situación.

- ¡Hola de nuevo! - saludó Fate - La clase de hoy estaba enfocada en hornear pan, pero la verdad es que como panadera soy pésima, así que le pedí a Nanoha un poco de ayuda, ya que parece tener más manejo de ese tema. Hoy será ella quién dirigirá la clase.

Las asistentes no pudieron evitar dirigir su atención a Nanoha, quién se llenó de miradas confundidas.

- Así que vayan a sus respectivos mesones y pónganse los delantales - pidió la rubia - Los ingredientes están en el estante de siempre, así que ¡Ánimo!

Mientras veía como el resto del grupo se dispersaba aún con expresión recelosa, Fate se acercó hasta Teana y se inclinó hacia ella, para poder hablarle sin que el resto la escuchara.

- Teana, ¿Tienes un minuto? - consultó cordialmente Fate - Me gustaría hablar contigo afuera. No te preocupes, no es por nada malo.

Los ojos enrojecidos de Teana la miraron con temor, fijándose primero en la sonrisa amable que esbozaba antes de levantarse de su asiento y seguirla hasta las afueras del salón de clases. Fate, sabiendo que el resto de las aulas se encontraban vacías, abrió la puerta de otro de los salones y la invitó a pasar, pidiéndole que tomara asiento en una de las sillas vacías y rodando otra de las sillas para poder sentarse frente a ella.

- Si sientes que necesitas hablar con alguien soy toda oídos - ofreció Fate.

Al escuchar las palabras de Fate, Teana resopló frustrada.

- Cómo si pudieras entenderlo - murmuró molesta Teana.

- ¿Por qué crees que no podría? - preguntó la orientadora.

- ¡Porque tú eres igual a todos los que están aquí! - estalló la chica, empezando a llorar de nuevo - ¡Eres igual a los que nos dicen que nos vamos a quemar en el infierno, y a los que me metieron en este campamento de mierda!

Fate no pudo evitar sorprenderse ante el arrebato de la adolescente que tenía frente a ella. La acusación se sintió como un puñetazo en su estómago, que la dejó momentáneamente sin saber qué decir. Y aún así, sabiendo que estaba siendo culpada de manera injusta, veía tanto dolor en la mirada de Teana que sabía que sus palabras eran solo una manera de drenar en alguien más toda la rabia que tenía contenida en sus adentros.

Lo más normal sería actuar a la defensiva pero, en esos momentos, cuando Teana parecía estar pasando por un momento complicado, lo que realmente necesitaba esa chica era un poco de empatía.

- Sé que el campamento es un sitio bastante hostil para ti Teana - indicó pacientemente Fate - No solo para ti, si no para todas las personas que están inscritas aquí. También sé que es difícil de creer, pero no todos los orientadores compartimos la filosofía tan estricta del campamento. Es más, te voy a decir algo, pero me gustaría que lo mantuvieses en secreto: Ni siquiera yo comparto las mismas ideas tan duras y agresivas de mi madre.

Teana, por primera vez en el día, la miraba con algo más de rabia en sus ojos.

- Entonces - continuó Fate - Me gustaría que sepas que, si te sucedió algo o si tan solo quieres hablar, puedes contar conmigo. No soy la persona más sabia del mundo, pero si necesitas algún consejo podría ser de ayuda. Y no te juzgaré, si eso es a lo que le temes. Creo que mi madre y el resto de los orientadores se encargan de juzgarlas lo suficiente. Incluso a mi me juzgan.

Al terminar de hablar Fate esperó pacientemente. La joven sentada frente a ella parecía ahora debatirse entre sí confiar en ella o no, así que Fate optó por darle espacio suficiente para que la chica decidiera por sí misma qué era lo que quería hacer. Luego de algunos segundos que parecieron una eternidad, Teana habló con lágrimas formándose nuevamente en sus ojos.

- Recibí una llamada de mis padres - dijo Teana.

- ¿Tu familia está bien? - preguntó preocupada Fate.

- Sí, ellos están bien, supongo. No me llamaron para hablar de ellos.

Con dificultad, la chica tomó una bocanada de aire para intentar calmarse y continuó.

- Llamaron para decirme que los padres de Subaru, la chica con la que salía, se mudaron - explicó, mientras las lágrimas empezaban a correr por su rostro - Por todo lo que pasó, decidieron llevársela lejos. Yo ni siquiera… Ni siquiera pude despedirme.

Al terminar su explicación Teana lloraba tendidamente, y Fate no podía evitar sentirse triste por la situación en la que la chica había terminado envuelta. Muchos eran incapaces de entenderlo, pero ese tipo de separaciones dolían, y el escarnio al que eran sometidas gracias a sus padres y a la doctrina del campamento solo ayudaban a incrementar ese dolor, llenándolas de un sufrimiento que estaba segura las marcaría profundamente.

- Igual no sé por qué te estoy diciendo esto - murmuró Teana, tratando de secar sus lágrimas sin mucho éxito - Seguramente dirás que me lo merezco por seguir siendo así, pero no puedo evitarlo, no puedo dejar de querer a Subaru de un día para otro, y eso no se me va a quitar leyendo la biblia como te pasó a ti. No todos po…

- Teana, te dije que no te juzgaría - la interrumpió Fate.

Decidida a darle ánimos a la chica con las escasas herramientas que tenía a su disposición, Fate habló suavemente mientras apoyaba una mano sobre el hombro de Teana.

- El único que podría juzgarnos es Dios y, sin embargo, no lo hace - dijo Fate - Ya el resto del mundo te ha juzgado lo suficiente, y yo no pienso hacer lo mismo.

- ¿Por qué no? Todos dicen que está mal, que no debería de sentirme así, pero no puedo evitar que me duela. Me merezco esto que…

- No, allí te voy a detener - la interrumpió nuevamente la orientadora - La vida puede doler, eso es algo normal. Hay muchas cosas que están fuera de nuestro control Teana, pero de allí a que nos merezcamos sufrir hay un largo trecho.

- Entonces ¿Qué puedo hacer? - preguntó Teana, desesperada - ¿Cómo puedo evitar que me duela tanto? Ni siquiera sé si Subaru está bien, o si se siente igual de mal que yo. Seguro me odia. Todo lo que está pasando es por mi culpa.

- Qué tus padres o tus amigos pienses que lo que sientes está mal no es tu culpa - explicó Fate, suspirando - A veces la gente teme lo que no puede entender, y el miedo puede hacerles cometer errores, decir cosas que no deben decir, o juzgar a los demás, como te está pasando. No es tu culpa que estés en esta situación, aunque quieran hacerte creer lo contrario.

La verdad, si Fate analizaba bien la situación no era mucho lo que Teana pudiese hacer para sentirse mejor mientras siguiera encerrada en ese lugar. Ni hablar de resolver medianamente su situación.

- Te sonará trillado, pero lo único que podría recomendarte en estos momentos es que te enfoques en la oración.

- Lo sabía - murmuró Teana, resoplando por lo bajo - Sabía que dirías eso.

- Espera un poco, no me malinterpretes - pidió Fate con una sonrisa - No te estoy diciendo que ores para que se te quite lo que sientes si eso es lo que crees, te lo digo para que le pidas a Dios fortaleza para poder luchar por lo que sientes, y para que te dé la resiliencia que necesitarás para poder avanzar. Siendo honesta, encerrada en el campamento no es mucho lo que puedas hacer para solucionar tu situación. Incluso al salir, no es algo que lograrás solucionar pronto, pero si eres constante y tienes la suficiente paciencia podrás enfrentarte a esa adversidad. Te tengo fe.

Aunque antes parecía imposible de lograr, una débil sonrisa empezó a formarse en el rostro de Teana, quién se esforzó por limpiarse el nuevo lote de lágrimas que se le había escapado.

- Gracias Fate - murmuró la joven, aún sonriendo - Creo que necesitaba esto, hablar con alguien.

- No te preocupes Teana, no es nada - dijo la orientadora - Cuando les dije desde el inicio que podían acercarse a mi si necesitaban hablar lo decía en serio.

- ¿Puedo preguntarte algo? - preguntó Teana, tímidamente.

- Sí, claro - respondió Fate.

- ¿Por qué me ayudas?. Es decir, tu madre es tan estricta al hablar de lo que nos pasa, y todas las orientadoras parecieran opinar lo mismo, pero tu no me estás juzgando, ni estás pidiendo que me arrepienta. ¿Por qué lo haces?

- Te dije que no todos compartimos la manera que tiene mi madre de ver el mundo. El campamento no es un sitio muy amable para la situación en la que te encuentras, y no se si el mundo allá fuera sea igual o peor, pero tenemos que resistir. Por más difícil que las cosas sean, siempre habremos personas dispuestas a ayudarlos a sobrevivir en un mundo tan hostil. ¿Entendido?

Fate con una sonrisa, alzó la palma de su mano en un amigable gesto que le sacó una risa a Teana, mientras alzaba también su mano para chocar la palma de la orientadora.

- ¿Estás lista para resistir? - preguntó Fate

- ¡Nací lista! - exclamó Teana, con mejor ánimo.

- ¡Así se habla! - alentó Fate - Ahora vamos, regresemos a la clase antes de que alguien nos descubra. Espero que no hayan incendiado ningún horno en nuestra ausencia.


Chat'de'lune: Es que Nanoha tiene todas las de ganar jajaja. No por nada tiene su temperamento... Y tremenda determinación! Mientras, dejemos que Precia permanezca sin ver, a pesar de tener los ojos abiertos. ¡Qué tengas un bonito domingo!

Nadaoriginal: Me gusta pensar en el que Nanoha esté haciendo pensar a Fate aunque sea de manera muy pequeña en la posibilidad de poder alejarse de ese lugar. Es un cuestionamiento mínimo, pero antes nisiquiera existía. El que empiece a nacer, es algo positivo. Ambas, a pesar de tener una manera de enfrentarse a los retos un tanto distinta (recordemos que Nanoha siempre le va al FULL POWER! jajaja), tienen corazones muy nobles... Así que, ¡Tal para cuál!. Qué tengas una muy buena semana!

¡Nos leemos pronto!