Por el lado de Sesshomaru, su impasible rostro fue perturbado por un mensaje en su celular, una pantalla roja con un símbolo de peligro de pronto vio patrullas de policía acordonando la manzana en donde estaba las oficinas de Hashira Corp.
—Señor le pido que mueva su... vehículo deportivo porque estamos acordonando el área, son cinco kilómetros a la redonda — informó el oficial a un hombre que salía de un restaurante.
Sesshomaru llamó al número de su hermano menor pero se iba a buzón de mensajes, le escribió por WhatsApp y apenas aparecía una de las dos palomitas o chulitos que debían aparecer en la aplicación. Esperó un momento y no le respondía, corrió al parqueadero del edificio y empezó a llamar a Koga por celular, el lobo le contestó estando sobre su motocicleta y viendo al Youkai con una mirada preocupada.
—¿Qué no deberías de estar en el hospital con tus colegas? — Sesshomaru se mantuvo sereno.
—No hay tiempo — se colocó el casco —, avísale a Sayuri. Joakim está allí.
Sesshomaru se subió a su BMW y aceleró, para irse al lugar donde fueron atacados Inuyasha y sus amigos, antes de salir a la calle Sayuri Higurashi llegó deteniendo el automóvil del poderoso Youkai perro. Llevaba dos cilindros en dónde se solía llevar planos para arquitectura, su carrera universitaria, torpemente se metió al automóvil y dejó los tubos sobre sus piernas.
—¡¿Qué haces, Higurashi?! — exclamó Koga —, Joakim está en peligro.
—¡No sólo Joakim, Koga! — voceó la hanyō —¡Aome... Aome está en peligro!
—Ponte el cinturón — Sesshomaru habló con calma.
La chica apenas asintió y se puso el cinturón de seguridad, Sesshomaru arrancó el automóvil quemando neumáticos en el proceso y saltó por la rampa de entrada del parqueadero. Antes de siquiera tomar la curva, el youkai apretó el freno de mano logrando, de esa manera, un derrape casi tocando el muro del edificio del frente. Sayuri tenía una cara de terror plasmada, Sesshomaru atravesó las barreras puestas por los policías y continuó hacia la dirección de dónde proviene la señal de auxilio de Joakim.
—¿Dónde aprendiste a manejar así? — cuestionó la pelirroja sujetándose de la puerta del copiloto pero Sesshomaru la ignoró —¡Responde cuando te hablo!
Sesshomaru vio el caos que empezaba a reinar en las calles acordonadas por la policía, aprovechó la velocidad de su automóvil y una grúa de estilo rampa para saltar varios cientos de metros. Antes de llegar a aquel vehículo remolcador estacionado en la calle, hizo la inyección de N2O o también conocido como óxido nitroso.
—¿Qué estás haciendo? — Sayuri empezaba a sentirse intimidada por la mirada en esos extraños tarros puestos entre el asiento del conductor y el copiloto —¡No hagas una locura!
Sesshomaru esbozó una sonrisa y accionó el nitro aumentando de golpe la velocidad del BMW y así saltando por la rampa de la grúa. En medio del aire, Sesshomaru miró por el espejo retrovisor que de los cilindros usados para llevar planos de arquitectura salieron dos espadas, Colmillo Carmesí y una que él conocía perfectamente: Colmillo explosivo.
El auto aterrizó justo en la calle amplia donde se presentó el atentado y Sesshomaru detuvo el vehículo derrapando antes de chocar con una pared.
—¿Quién te dió esas espadas? — preguntó el youkai sin perder la compostura.
—Colmillo Carmesí es herencia de mi padre, la otra venía en el tubo, estuve buscando a Colmillo de Acero pero no la encontré y... — Sayuri estaba preocupada —... Todo ocurrió tan de repente. Yo, no sé.
—Espero que Colmillo Carmesí sea capaz de cortar campos de energía — respondió Sesshomaru con seriedad —debiste buscar en la oficina de mi padre. No es momento de que estés así de preocupada.
(...)
Los diez minutos que Joakim había dicho ya empezaban a cumplirse, los dos chicos hanyōs estaban de pie sobre el asfalto de la avenida mientras extrañas criaturas con formas diversas y variadas se acercaban a ellos.
—Aome — Inuyasha la miró de soslayo al oír el sonido del crujir de los huesos —¿Qué? ¿Tu hombro?
—Esto no es nada — ella terminó tronando los nudillos de su mano derecha —, son casi doscientos cuarenta de esas cosas. ¡Yo me hago cargo!
Aome salió de un salto, tomó la sangre de su herida del brazo y lanzó un rasguño formándose en el aire cuchillas con forma de media luna de un color morado oscuro que cortaban todo. Inuyasha fue sorprendido por una criatura de esas con forma humanoide, sin embargo la valentía que ardía en su interior fue mayor que su miedo —o talvez fue la inyección de adrenalina que tenía en ese momento crítico— que le permitió a sus garras rasgar el cuerpo de aquella bestia. Cuando se dió la vuelta para ver a Aome pelear contra esas bestias encontró al lado de Kikyo su arco y unas flechas.
"La solución final" pensó el hanyō tomando el arco tradicional y tres flechas.
—Aome hazte a un lado — voceó el chico preparando tres flechas sobre la cuerda del arco —¡Nos sacaré de aquí!
El albino soltó las flechas y de inmediato estas tres saetas se cubrieron de una energía violeta clara que empezó a purificar todo a su paso, claro está que Inuyasha volvió por breves segundos a su forma humana, instantes después las flechas impactaron contra todos los demonios de por allí y atravesaron la barrera de energía que algo o alguien había puesto terminando incrustadas en la rueda delantera izquierda del BMW de Sesshomaru.
(...)
Al ver eso Sayuri sintió alivio sin perder más tiempo su espada se volvió de un color rojo intenso, corrió hacia la barrera de energia con la punta del arma apuntando hacia el frente, finalmente al chocar contra aquel campo de energía un relámpago la atravesó de lado a lado.
—¿Qué pasó? — preguntó la chica —¡La barrera no se deshizo!
—Revisaré en el maletero — Sesshomaru trató de mantener la compostura pero por dentro estaba seguro que su hermano estaría en riesgo si no actuaba pronto —Sigue intentando romper el campo.
Sayuri volvió a la carga contra la barrera de energía que rodeaba el lugar donde Inuyasha y los demás se hallaban encerrados, detrás del BMW Sesshomaru estaba abriendo el maletero del carro se podía ver, a pesar de la frialdad que siempre profesaba su rostro sintió algo de miedo al pensar que su hermano menor podría morir allí adentro.
El desespero por entrar rápido al campo de batalla se vio empeorado cuando la llave se le atoró y al forzarla para intentar sacarla se rompió, furioso Sesshomaru sujetó la puerta del maletero dejo que sus garras crecieran y su veneno, con alta acidez, corroyera el metal.
—¡Ya! — exclamó Sayuri —el maldito campo de energía no cede.
Sesshomaru gruñó recordando las palabras de su padre hace ya más de setecientos años cuando era un adolescente en el periodo Sengoku.
"Acaso ¿tienes algo que proteger?"
La puerta del maletero se rompió y allí halló la espada que hacía siglos codició, lista para ser utilizada por él.
—Colmillo de acero — murmuró el youkai tomando la espada del mango y recibiendo una fuerte descarga eléctrica.
—¿Podrías darte prisa, Sesshomaru? — voceó la pelirroja muy enojada —¡Te recuerdo que tú hermano está allá adentro!
Nuevamente esas palabras resonaron en la mente de Sesshomaru.
"¿Tienes algo que proteger?"
[...]
Frente al oceano siempre embravecido e inquieto se encontraban Sesshomaru y su padre dándole la espalda al más joven Youkai tras haber enfrentado a Ryukotsusei. El sonido de las olas del mar le hacía relajar al más desesperado pero la tensión entre ambos hombres de pelo blanco.
—Espero que después de esto me dejes a Sōunga y a Colmillo de Acero después de esto — Sesshomaru exigió con arrogancia.
—Sesshomaru ¿acaso tú tienes...? — Inu no Taisho empezó la frase.
—¿...algo que proteger? — el menor la completó y luego añadió con desprecio —¡Soy Sesshomaru, para mí es totalmente innecesario!
[...]
"¡Tengo tu respuesta padre!" Pensó Sesshomaru.
Sesshomaru, dándole nula o ninguna importancia al bienestar de sus manos, volvió a sujetar el mango de la espada aunque eso le significara una quemadura fuerte en sus dos manos. La espada reaccionó inmediatamente a los deseos de su portador temporal, la espada vibró tres veces y palpitó dos veces más accediendo a su transformación, la cual cambiaba la forma de la misma a la de una enorme arma gigantesca.
"Esto es tener el poder de colmillo de acero... mi padre tenía razón" pensó.
—¡Tengo tu respuesta, padre! — respondió el youkai sujetando colmillo de acero.
Arriba en el cielo observó a la vaca Momo de Totosai, pronto la hoja de colmillo de acero se tornó roja y allí supo qué debía hacer, ondeó la espada lanzando el "viento cortante" y la onda de energía se fue directo hacia el campo de energía.
