¡Hola de nuevo, apreciados lectores, me da mucho gusto poder saludarlos! :)

Acá vengo visitándolos una vez más con un Two-shot alterno, escrito especialmente para la dinámica del mes de octubre, #dinámica_del_terror_2024, de la página de #Mundo_Fanfics_Inuyasha_y_Ranma: #Fiesta_en_Halloween, #Leyendas_cuentos_de_terror_fantasía_o_mitos, a la que cordialmente fui invitada a participar, muchas gracias por tenerme siempre en cuenta :)

Antes de empezar, solo quisiera recordarles que mi perfil es 100% "Rankane" y que es a los fans de tan hermosa pareja a quienes va dirigida esta historia. Por favor, hago esta pequeña advertencia para evitar que entremos en polémicas innecesarias y para que podamos llevarnos muy bien todos por acá en esta plataforma, teniendo siempre en cuenta que el único objetivo es divertirnos y mantener vivo el fandom :)

Gracias por su comprensión y espero que sea de su agrado esta pequeña historia, ya que ésta es la primera vez que escribo un relato sobre este género literario jejejeje. Ojalá logre "espantarlos", aunque sea un poco jejejeje (es broma).

Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. La historia fue escrita sin fines de lucro y está basada en la leyenda urbana, muy popular y que es parte del folclore japonés: "LA KUCHISAKE-ONNA".

.

PREÁMBULO

.

Templo Kiyomizu-dera, Heian-kyo (actual ciudad de Kyoto), Japón, Período Heian, año 1,024:

― ¡¿Soy hermosa, mi amor?!, ¡¿lo soy?! -le preguntaba muy emocionada a su amante, una chica de largo cabello color violeta, piel blanca, ojos color carmesí y perfectamente ataviada con un "junihitoe" (kimono de doce capas), mientras lo abrazaba fuertemente por el cuello- ¡anda, dímelo!: ¡¿SOY HERMOSA?!

El alto, apuesto, atractivo y gallardo muchacho de cabello negro, sujeto en una trenza, de piel morena clara, ojos azules, vestido con un "sokutai" (indumentaria masculina de esa época), sonrió al escucharla:

― Eres muy vanidosa, Shampoo -le respondió- porque sabes perfectamente que sí lo eres… -luego, exhaló un profundo suspiro- lo eres… lo eres: eres la mujer más hermosa, deseada y venerada por todos los hombres de Japón y eso me hace arder en celos, pero, ¿por qué siempre me lo preguntas?, ¿te gusta hacerme sufrir o es posible que te atrevas a dudarlo?

― ¡Ay, no, Kotaro, para nada! -le dijo después, con altivez- lo sé de sobra, pero, es que, se escucha tan bien pronunciado por tus labios y por eso me encanta preguntártelo -y empezó a acariciar suavemente los labios de él, con sus dedos- ¡ay, muero porque estemos juntos al fin y podamos consumar nuestro amor!

― Yo también, mi bella azucena, porque no creo soportar verte un día más junto a tu esposo, ni que sigas siendo de otros hombres… -exhaló un suspiro, nuevamente- quiero… quiero ser el último en tu vida y que seas mía para siempre, únicamente mía, de nadie más… -y diciendo esto último, la besó con desesperación, siendo ardientemente correspondido por ella-.

Pasaron así varios segundos, hasta que se les hizo difícil seguir respirando:

― Te estaré esperando aquí a medianoche para que tomemos el barco que partirá a Australia -le dijo él después sonriendo, aún con la respiración agitada- ya lo tengo todo preparado para que huyamos juntos…

― ¡Sí, sí, mi amor, cuenta con ello!: ¡aquí estaré muy puntual! -le dijo mucho más emocionada, volviendo a besarlo- ¡debemos aprovechar que mi esposo vendrá hasta mañana por la tarde, para escapar!

― ¡Sí, así será, hermosa!: ¡nos iremos muy lejos de aquí, renunciaremos a todo y ya nada ni nadie podrá separarnos, te lo juro!

Y volvieron a besarse con vehemencia, sin imaginar que esta vez, habían estado siendo observados y escuchados todo el tiempo de su estancia en ese templo, pues, aquel lugar que había sido tomado por ellos hacía unas semanas, como refugio para demostrarse mutuamente ese profundo amor clandestino que sentían, había sido descubierto, hacía apenas dos días…

Más tarde, faltando muy poco para la medianoche, Shampoo se encontraba en su casa, terminando de arreglarse, decidida a huir con su amado:

― ¡Mi niña! -le decía una anciana que había sido como una madre para ella, muy preocupada- ¡piénselo bien, su esposo la adora, en cambio ese hombre con el que planea fugarse, apenas tiene unas semanas de conocerlo!: ¡no sabe nada de él, prácticamente!... ¡¿por qué mejor no toma esta oportunidad para cambiar su estilo de vida?!: ¡aún puede salvar su matrimonio y dejar de ser una mujer de cascos ligeros, como hasta ahora!

Shampoo sonrió con malicia al escucharla, mientras se veía en un espejo y aplicaba labial color carmín (que era su favorito) en sus labios, con una pequeña brocha:

― ¡Ay, ya, nana Cologne, déjame en paz! -le respondió, después- ¡este asunto me compete solamente a mí, además, tú sabes perfectamente que nunca amé a Mousse!: ¡si acepté casarme con él, fue porque me ofreció comodidades, nada más, porque te consta que desde el primer día de mi matrimonio, lo engañé, porque nunca me satisfizo!... -luego, empezó a aplicarse perfume- ¡soy demasiado hermosa para alguien como él y ahora, por fin tengo la oportunidad de ser feliz con el hombre que siempre soñé y no la voy a desaprovechar!...

― ¡Pero, niña Shampoo…!

― ¡Ya tomé una decisión, nana y nadie me hará cambiar de parecer! -dijo, casi gritando- ¡me iré con Kotaro, a quien amo y quien sí me merece!... ¡soy muy hermosa y no voy a desperdiciar mi juventud con el odioso e insípido de Mousse!

La señora Cologne iba a decirle algo más, pero, de pronto alguien ingresó abruptamente a la habitación:

― ¡Así que, ¿soy un odioso e insípido y que eres muy hermosa para desperdiciar tu juventud conmigo, eh?! -dijo la persona que acababa de ingresar, temblando de furia y derramando algunas lágrimas con mucho dolor-.

― ¡Mi señor! -dijo rápidamente la señora Cologne muy asustada y sorprendida, cubriendo su boca con ambas manos-.

Shampoo también se sorprendió bastante al verlo, pues, pensó que su esposo regresaría hasta el día siguiente:

― ¿Qué haces aquí? -le preguntó después, tratando de no inmutarse- ¿qué no se suponía que tenías que ir a ver al Emperador y que te tardarías algunos días en volver…?

― ¡Ja!, ¡sí, claro, mientras tú aprovechabas la oportunidad para fugarte con uno de tus muchos amantes, ¿no?!...

― ¡No sé de qué hablas! -dijo todavía, con gran descaro-.

― ¡Hace ya mucho tiempo que tenía mis sospechas de que me engañabas, Shampoo y por eso, esta vez decidí confirmarlo por mí mismo!: ¡te vi con el señor Kotaro, mi comandante! -en las fuerzas armadas samuráis- ¡y sé muy bien que planeas reunirte con él a medianoche para partir a Australia!

― Con que me estuviste espiando y ya lo sabes todo, hmmmmm… muy bien, mejor para mí -dijo después, sarcásticamente- y aprovechando que estás perfectamente enterado de lo que haré, entonces, comprenderás que ya se me está haciendo tarde para mi encuentro con el único hombre que amo… -dijo, tomando una maleta- así que, adiós… adiós para siempre.

― Te crees muy hermosa para tener a cualquier hombre a tus pies, ¿verdad?

― Sí, así es… -dijo muy altiva, acomodando su cabello hacia atrás- soy tan hermosa que vuelvo locos a los hombres y te aseguro que hasta las diosas me tienen envidia…

― ¿Ah, sí?, ¿tan segura estás?

Shampoo asintió muy confiada, sin imaginar lo que vendría:

― ¡Pues, vamos a ver si siguen pensando lo mismo de ti, después de esto! -dijo de pronto él, sujetándola fuertemente de uno de sus brazos y arrinconándola contra una de las paredes, mientras sacaba de su ropa, unas tijeras que utilizaba su jardinero-.

― ¿Pero, qué…? -y ya no le dio tiempo de decir nada más, porque Mousse, completamente cegado por los celos, el dolor y la furia, empezó a cortarle la boca con ellas- ¡a ver, ¿sigues pensando que eres hermosa?!: ¡¿lo sigues pensando?!

― ¡Señor, no, por favor, no! -le gritó la señora Cologne, completamente horrorizada por lo que estaba viendo- ¡deténgase!, ¡deténgase, se lo suplico! -dijo después, tratando de sujetarlo por uno de sus brazos, pero, él estaba fuera de sí- ¡auxilio, auxilio, el señor está loco! -empezó a gritar después al no conseguir nada, mientras salía rápidamente de la habitación-.

― ¡¿Crees que Kotaro te querrá así?! -volvió a gritarle Mousse a su esposa- ¡¿crees que seguirá pensando huir contigo al verte ahora?!

Shampoo empezó a convulsionar y a perder mucha sangre:

― ¡Responde! -le gritó él, nuevamente-.

― Ko… Ko… Ko… Kotaro… siem… siempre… me… amará… -dijo, con mucha dificultad- yo… yo… yo… siem… siem… siempre seré… hermo… hermosa… no… no… no importa… lo… que… lo que… hagas -y diciendo esto último, expiró-.

CONTINUARÁ...