Esta obra es una creación original y está protegida por derechos de autor. Los personajes y elementos del universo de Fairy Tail pertenecen al autor mangaka Hiro Mashima


Fairy Tail

Our Blue and White Bond

Capítulo 4: Confianza


"A lo largo de los últimos meses, la relación entre Happy y Carla había enfrentado varios obstáculos. Aunque seguían unidos, la confianza entre ambos comenzaba a tambalearse. Pequeños malentendidos y dudas no resueltas se acumulaban, afectando, sobre todo, a Carla. Aunque intentaba mantenerse firme, una inquietud creciente la invadía. Los cimientos de su relación, que habían parecido tan sólidos, ahora se veían fracturados por cierto suceso...


Carla se encontraba sola en el campanario de la catedral de la ciudad, observando la ciudad bajo el cielo gris. El viento soplaba suavemente, pero no era suficiente para calmar la tormenta de pensamientos que la invadían. Su relación con Happy, que alguna vez había sentido tan segura, ahora se encontraba bajo una sombra que no podía ignorar.

"Happy..." Murmuró al viento.

Se había estado preguntando sobre la confianza entre ambos, y no era la primera vez. Pero ahora algo había cambiado, algo que descubrió recientemente la había hecho pensar en aquello que tanto temía...


Flashback


Hace varias semanas, en un día nublado en Magnolia, Carla se había acercado a Happy en el gremio, con una sonrisa ligera en el rostro, ya que tenia la intención de pasar tiempo de calidad en pareja con él.

"Happy, ¿vendrías conmigo a una misión esta tarde?" preguntó, su tono formal, pero sus orejas ligeramente inclinadas traicionaban su intento de parecer neutral.

Happy, que estaba acomodando unas misiones del tablero del gremio, se detuvo un segundo antes de responder. Se le veía un tanto nervioso, aunque intentaba ocultarlo con su habitual tono despreocupado.

"Ah... lo siento, Carla. No puedo hoy," dijo mientras se rascaba la cabeza, evitando mirarla directamente a los ojos. "Tengo que irme con Natsu. Tenemos una misión bastante importante..."

Carla lo miró unos segundos, sus grandes ojos mostrando un destello de decepción, pero no lo cuestionó. Sabía que Natsu y Happy compartían una conexión profunda, casi inquebrantable. Pero algo en la forma en que evitaba su mirada le parecía... raro. Aun así, decidió dejarlo pasar.

"Está bien," respondió en su tono habitual, cruzándose de brazos. "Cuídate... y que no te metas en problemas," añadió en un tono un poco más reservado, ocultando a las demás su leve rubor.

Antes de irse, le dio un rápido beso en la mejilla. Apenas lo hizo, dio media vuelta, intentando no dejar ver que estaba algo avergonzada, ya que por lo general no se daban muestra de afecto en público.

"¡Gracias, Carla! ¡Nos vemos después!" le dijo, con su característico brillo en los ojos. Sin embargo, algo en su actitud ese día no encajaba del todo, pues parecia algo evasivo.


El día anterior

Aunque en el gremio, Carla estaba rodeada de bullicio y conversaciones animadas, su mente seguía volviendo al día en que Happy le había dicho que estaría ocupado con Natsu y no podía acompañarla en la misión. Ella había tratado de no pensar demasiado en la aparente falta de interés de Happy, pero una inquietud persistente seguía latiendo en su pecho.

Mientras intentaba distraerse con su comida, escuchó fragmentos de una conversación entre dos miembros del gremio en una mesa cercana. Aunque estaba ocupada haciendo como que comía, sus oídos se agudizaron al captar palabras que podrían ser relevantes para ella.

"Parece que Touka ha estado muy ocupada últimamente," comentó uno de los miembros del gremio, con una expresión de sorpresa. "Le había pedido que me acompañará a una misión, pero me dijo que estaba bastante ocupada en las tardes."

"Sí, eso he escuchado," respondió el otro con un tono casual. "De hecho, también estaba pensando en pedirle de favor que me ayude en mi trabajo, pero no la encontré."

El primer miembro asintió con la cabeza, "Sí, y he oído que está ocupada durante las tardes porque ha estado pasando mucho tiempo con Happy. Eso explica por qué ha estado tan ocupada y no ha podido trabajar en otras misiones."

Las palabras de la conversación se sentaron pesadamente sobre Carla. Aunque el miembro del gremio había mencionado que Touka estaba ocupada durante las tardes con Happy, no se especificaba que él estuviera en misiones con ella. Sin embargo, el simple hecho de que Touka estuviera pasando tiempo con Happy de forma recurrente y en momentos en que ella misma había querido que él la acompañara, despertó una preocupación profunda en Carla.

"Es solo una coincidencia." Se decía Carla así misma. Le preocupaba que la extraña actitud de su pareja, este relacionada con Touka. Además no quería pensar, que aquel día en que Happy le dijo que haya estado ocupado, él le hubiese mentido sobre en que realmente estaría involucrado.

Con la mente en un torbellino, Carla decidió ir a buscar a Lucy, quien estaba cerca y con quien tenía una buena relación. Se levantó de su asiento y se dirigió hacia ella con una mezcla de determinación y nerviosismo.

"No es lo que parece...", se repetía a sí misma, intentando convencerse. Sin embargo, esa pequeña semilla de duda había comenzado a echar raíces.

Aprovechando que Lucy estaba cerca, Carla levantó la vista. Quizás una conversación ligera la ayudaría a despejar su mente.

"Lucy, ¿cómo les fue a Natsu y Happy en la última misión?" preguntó Carla, manteniendo su tono lo más casual posible, como si realmente no le importara la respuesta.

Lucy, ocupada hojeando algunos papeles, levantó la cabeza, algo sorprendida.

"¿Misión?" preguntó, frunciendo ligeramente el ceño. "Natsu no ha estado en ninguna misión con Happy últimamente. De hecho, Natsu y yo hemos estado juntos en todas las misiones durante las últimas semanas."

Carla sintió que su corazón daba un vuelco. Aunque mantuvo la compostura, algo en su interior comenzó a quebrarse. Sus sospechas habían sido confirmadas de la manera más inesperada. Happy no había estado con Natsu como le había dicho. ¿Entonces con quién?

Lucy, sin notar la tensión en el rostro de Carla, siguió hablando con su habitual despreocupación.

"De hecho, creo que Happy ha estado bastante ocupado, ya que no ha estado en ninguna misión reciente con Natsu. Me pregunto en qué ha estado metido últimamente."

Carla apenas escuchaba las palabras de Lucy ahora. La ansiedad empezaba a nublar su mente. ¿Por qué le había mentido Happy?. La idea de que Happy pudiera estar ocultando algo con Touka la golpeó con más fuerza de lo que hubiera querido admitir. Respiró profundamente, tratando de calmar la tormenta que empezaba a formarse dentro de ella.

"Supongo que debo hablar con él luego," dijo Carla, esbozando una sonrisa falsa para no levantar sospechas.

Lucy asintió, volviendo a su trabajo. Carla, por su parte, no podía dejar de pensar en lo que acababa de descubrir. No quería precipitarse, pero la duda comenzaba a abrirse camino en su corazón. ¿Por qué Happy no le había dicho la verdad? La inseguridad la consumía, y por primera vez en mucho tiempo, Carla no sabía cómo afrontar el siguiente paso.


Fin del Flashback


Carla había pasado toda la mañana reflexionando en el campanario, donde solía ir cuando necesitaba claridad. La brisa fresca de la mañana le traía cierta calma, pero su mente no dejaba de regresar al mismo punto: Happy y Touka. Las palabras de Lucy aún resonaban en su cabeza, y aunque se había repetido mil veces que no debía apresurarse a sacar conclusiones, la duda seguía creciendo dentro de ella.

El recuerdo de aquella conversación en el gremio, donde se mencionó que Touka estaba pasando tiempo con Happy, había descubierto que coincidía exactamente con el día en que él le dijo que estaría ocupado con Natsu. Su corazón le decía que debía haber una explicación, algo más sencillo, algo que no involucrara mentiras ni traición. Pero su mente no la dejaba en paz. Cada pequeño detalle, cada evasiva, parecía reforzar las sospechas.

"Happy no sería capaz de hacer algo así... ¿Verdad?", pensaba, aferrándose a la idea de que la confianza entre ellos era inquebrantable. A lo largo de los años, habían superado tantos obstáculos juntos. Ella sabía, o al menos siempre había querido creer, que Happy la amaba profundamente. Pero entonces, la duda susurraba en su mente.

"Pero, ¿por qué me mentiría?" Carla suspiro pesadamente, oculto su rostro entre sus rodillas. Esperando que nadie la descubra en esa situación.

"No quiero pensar lo peor de él, pero no puedo sacarme de la cabeza lo que escuché..." Murmuraba ella.

Sentía una punzada en el pecho. No quería desconfiar de Happy, pero la inseguridad se había infiltrado en sus pensamientos como una sombra persistente. Era algo que no podía ignorar, aunque quisiera. A pesar de sus intentos por evitarlo, las dudas seguían creciendo. Se mordió el labio, tratando de no dejarse llevar por la ansiedad.

"Tal vez estoy reaccionando de más...", intentó consolarse, aunque sus palabras internas sonaban vacías. "Pero si estoy en lo correcto, no sé cómo podré enfrentarme a él..."

Carla respiró profundamente, sintiendo el peso de sus propios pensamientos. No quería saltar a conclusiones apresuradas, pero no podía seguir ignorando los indicios. Tal vez lo mejor sería preguntarle directamente a Happy, pasar tiempo con él, observar su comportamiento de cerca. Quizás entonces podría confirmar si realmente estaba equivocada... o si sus sospechas eran ciertas.

Decidida, se levantó con la determinación de pasar tiempo con Happy, buscando las respuestas que necesitaba.

Carla caminaba de regreso al gremio con una determinación calmada pero creciente. En su mente, daba vueltas sobre cómo abordar el extraño comportamiento de Happy sin levantar sospechas. Había llegado a la conclusión de que la mejor manera de obtener respuestas era invitarlo a pasar tiempo juntos en las tardes, el mismo horario en que parecía estar reuniéndose con Touka. Si él se mostraba evasivo, eso sería una señal clara para ella.

Cuando finalmente llegó al gremio, respiró hondo para relajarse y se dirigió hacia Happy, quien estaba sentado comiendo. En lugar de su habitual tono serio y directo, decidió adoptar una actitud más suave, reservando su lado más dulce solo para él.

"Happy," comenzó con una sonrisa ligera y un tono casi juguetón, "¿qué te parece si esta tarde pasamos algo de tiempo juntos? Me gustaría que tengamos más momentos de calidad, como antes." Su voz era suave, pero en su interior, su corazón latía con fuerza mientras esperaba la reacción de Happy.

Happy, que estaba masticando una gran porción de pescado, se atragantó al escuchar la propuesta. Tosió ligeramente, tratando de recomponerse. La petición de Carla le había tomado por sorpresa, y la incomodidad fue evidente en su rostro.

"Eh... bueno, Carla," comenzó, rascándose la cabeza, "Natsu me pidió que lo ayudara con una misión esta tarde, es bastante importante…"

El corazón de Carla dio un vuelco. Lo supo en el mismo instante. Happy estaba mintiendo. Un dolor sordo comenzó a instalarse en su pecho, pero no dejó que su rostro lo mostrara. En cambio, mantuvo su tono ligero, como si no hubiera notado nada.

"Oh… ya veo," respondió, su voz sonando un tanto decepcionada. "Bueno, tal vez podría acompañarte en esa misión, podríamos ir juntos. No me molestaría ayudarte."

El nerviosismo en Happy se hizo más evidente. Miró a todos lados, evitando el contacto visual con ella, como si estuviera buscando una excusa.

"Es que… es una misión solo para chicos," dijo, claramente incómodo. "Natsu dijo que solo él y yo podíamos ir, ya sabes cómo es él."

Carla sintió cómo su corazón volvía a doler con más intensidad. Sabía que esa excusa no tenía sentido, pero no dejó que su frustración se reflejara. Respiró hondo, controlando el temblor que sentía en su pecho. Aún no había terminado.

"Ah, ya veo," dijo Carla, esbozando una sonrisa que sabía perfectamente que era falsa. "Bueno, en ese caso, le pediré a Touka que me acompañe en otra misión."

La reacción de Happy fue inmediata y reveladora. Se alteró visiblemente, sus ojos se agrandaron y sus orejas se tensaron.

"¡No, no! Touka estará ocupada esta tarde," dijo apresuradamente. "Estará en su apartamento y no quiere que la molesten."

Carla parpadeó, sorprendida por la reacción exagerada de Happy. El silencio entre ambos se hizo palpable por unos instantes. Aunque su corazón estaba herido, mantuvo una calma impresionante.

"Entiendo..." murmuró, casi para sí misma. "Bueno, entonces no te preocupes. Nos vemos más tarde."

Le dedicó una última sonrisa ligera antes de girarse y caminar lentamente fuera del salón del gremio. Cada paso se sentía más pesado que el anterior, pero Carla no dejó que sus emociones la dominaran. Se dirigió al sótano del gremio, buscando un momento de soledad. Una vez allí, se quedó quieta, mirando al vacío mientras la frustración y el dolor hervían bajo la superficie.

Apoyó sus manos sobre la mesa, pero no la golpeó. En lugar de eso, cerró los ojos y tomó una respiración profunda, intentando contener la tormenta que sentía en su interior. "Happy... ¿por qué me estás mintiendo?", pensó, mientras un hilo de duda se entrelazaba con su deseo de confiar en él.

Sabía que algo andaba mal, y ahora más que nunca, estaba decidida a descubrir qué era. Pero lo haría con cuidado, sin precipitarse. "Voy a averiguar qué está pasando entre esos dos," pensó, con una determinación renovada. Y esta vez, se aseguraría de que Happy no lo notara.


[...]

[...]

[...]


Carla volaba completamente decidida hacia el apartamento de Touka, aunque cada vez que avanzaba, su mente no dejaba de vagar entre preguntas sin respuestas. "¿Por qué me mentiría Happy?" se repetía una y otra vez, aunque una parte de ella aún quería aferrarse a la idea de que todo esto era solo una confusión.

El viento le acariciaba las orejas y la suave brisa hacía que el aire pareciera más pesado de lo habitual. Cada esquina que doblaba, cada calle que cruzaba, la acercaba a ese lugar donde, esperaba, las respuestas la aguardaban.

"Quizás me estoy apresurando. Tal vez, de verdad, hay una explicación razonable para todo esto", pensaba, aunque su corazón se encogía al recordar la reacción de Happy cuando mencionó a Touka. "¿Por qué estaba tan nervioso? Nunca ha actuado así conmigo... no lo entiendo".

Entonces Carla llegó al apartamento de Touka con una mezcla de determinación y nerviosismo. Había pasado demasiado tiempo preguntándose qué estaba ocurriendo realmente, y ahora estaba decidida a descubrirlo. "Voy a preguntarle directamente a Touka... Si hay algo, me lo dirá," se dijo a sí misma mientras avanzaba hacia la puerta del apartamento.

Justo cuando estaba a punto de levantar la mano para tocar, escuchó una voz familiar que la detuvo en seco. La voz de Happy.

Carla dio un paso hacia atrás, sus ojos se abrieron con sorpresa. "¿Happy? ¿Qué está haciendo aquí?" Se quedó en silencio, sin moverse, escuchando atentamente a través de la puerta. "¿No estaba en el gremio?"

"Uf... por poco nos descubre," murmuró Happy, aliviado.

El corazón de Carla se detuvo por un segundo. "¿Nos?" pensó, sintiendo que una fría sensación se deslizaba por su espalda. Su mente comenzó a trabajar rápidamente. "¿Qué quiso decir con 'nos'...? ¿Qué estába haciendo aquí con Touka?"

"¿Crees que es fácil mentirle a Carla?" Pregunto Happy. "¡Dime entonces cuándo podemos hacerlo tranquilamente!"

Touka murmuró algo, pero debido a su lejanía no pudo escuchar bien.

"Entonces está casi hecho." Exclamó Happy bastante feliz. Demasiado feliz.

"¿De que demonios están hablando?" Carla se acercó lentamente a la ventana, manteniéndose fuera de la vista mientras miraba dentro. Lo que vio hizo que su estómago se retorciera.

Happy y Touka estaban en el centro de la habitación. Touka se acercaba a Happy, y la expresión en su rostro era de puro alivio y... ¿felicidad? Mientras se inclinaba hacia él, sus brazos lo rodearon en un abrazo profundo, apretándolo con una calidez que Carla solo había visto en momentos de gran intimidad.

"¿Qué está pasando aquí?" El pensamiento golpeó su mente como una ráfaga, pero Carla intentó mantenerse calmada. "No es lo que parece... no puede ser lo que parece..."

Pero entonces, Happy inclinó su rostro hacia Touka, y desde las perspectiva de Carla, parecía que sus labios estaban en contacto, pero realmente era un solo beso en la mejilla. "No... no puede ser..."

Carla sintió que algo en su interior se rompía. Un dolor agudo atravesó su pecho, una mezcla de incredulidad, tristeza y traición. "Me ha estado mintiendo... todo este tiempo..."

Se llevó una mano al corazón, como si pudiera detener el dolor que la estaba consumiendo. "¿Cómo pudo hacerme esto? ¿Cómo pudo ocultármelo?" Los pensamientos corrían frenéticos en su mente, pero una parte de ella, la parte más racional, todavía intentaba luchar. "No... puede que esté malinterpretando... tal vez es solo un malentendido..."

Pero cuanto más los veía juntos, más se hundía la duda y la desesperación en su corazón. Happy no parecía resistirse; parecía... cómodo. "¿Realmente todo este tiempo... me ha estado engañando?"

Carla dio un paso atrás, sin hacer ruido, con el rostro pálido. Ya no podía soportar mirar más. "Si es verdad... no sé cómo podré enfrentarlo," pensó mientras sus piernas comenzaban a moverse casi por instinto, alejándola de la escena que acababa de presenciar.

Cada paso que daba se sentía más pesado, como si su cuerpo entero estuviera cargando el peso de una verdad demasiado dolorosa de aceptar. "No puedo... no puedo enfrentar esto sola."

Con el corazón roto y la mente nublada, Carla se alejó del apartamento, sin darse cuenta de que lo que acababa de ver no era lo que parecía. Pero en ese momento, todo en su mundo parecía haberse desmoronado.


Carla entró en su departamento, cerrando la puerta con un suspiro. La soledad del lugar la golpeó con una fuerza inesperada. Se dejó caer sobre la cama, sintiendo el vacío que se extendía a su alrededor. Normalmente, ella se hubiera controlado, pero esta vez no podía. Happy... Su nombre resonaba en su mente como una punzada en el corazón.

El único en quien había confiado completamente, más allá de Wendy, era él. Happy había visto un lado de Carla que nadie más conocía. Había sido la única persona con la que se había permitido ser vulnerable, la única con la que había compartido sus miedos y esperanzas. Y ahora... él le había mentido.

Sus ojos se posaron en las fotos de ambos, capturando los momentos felices de su relación. Con cada imagen, sentía que una parte de ella se rompía un poco más. Con un movimiento lento y casi doloroso, volteó el marco de las fotos. No podía soportar mirarlas.

"No puedo simplemente asumir lo peor..." Pensaba en la posibilidad de que todo fuera un malentendido, pero al mismo tiempo, las señales que había ignorado parecían evidentes ahora. "¿En qué momento todo empezó a cambiar? ¿Por qué no me di cuenta?"

Pero a pesar de todas las preguntas, una certeza se fue afianzando en su corazón: no podía quedarse en la oscuridad. Necesitaba una explicación. Si bien las imágenes de lo que vio la destrozaban por dentro, Carla sabía que la única forma de obtener respuestas era confrontar a Happy. No podía seguir sumida en la duda.

Se sentó en la cama, apretando los puños sobre sus rodillas. "Voy a hablar con él... necesito saber la verdad." Su resolución era firme, aunque el dolor seguía ahí, punzante, como una herida abierta.

Sin más vacilaciones, se levantó de la cama, su mirada fría y determinada. No dejaría que la incertidumbre la consumiera por más tiempo. Fuera lo que fuera lo que Happy estaba escondiendo, estaba lista para enfrentarlo, aunque eso significara que todo se desmoronara.

"Lo enfrentaré... sea lo que sea, necesito escucharlo de sus labios."

Y así, con el corazón aún herido, pero con su mente clara, Carla salió de su departamento, decidida a obtener las respuestas que tanto necesitaba.


Después de un rato Carla entró en el gremio con una expresión fría e indiferente. Sus pasos eran firmes, y aunque su exterior parecía controlado, una tormenta rugía en su interior. Había tomado una decisión.

Al llegar al exterior del gremio, vio a Happy sentado en una de las mesas, despreocupado, ajeno a lo que estaba a punto de suceder. Era el momento perfecto. Nadie más escucharía su conversación.

"Happy." Su voz era cortante, y aunque Happy alzó la vista y la saludó alegremente, no captó el tono de Carla, ni la oscuridad que se escondía en sus ojos.

"Oh, Carla, ¡Justo estaba pensando en ti!" Happy sonrió ampliamente, ajeno a lo que le esperaba. Parecía que iba a entrar en la boca del lobo sin darse cuenta.

"¿Qué significa nuestra relación para ti?" preguntó Carla de manera directa, sin rodeos. Su voz era baja, pero cada palabra estaba cargada de un filo que hizo que Happy parpadeara en confusión.

"¿Eh? Bueno, ya sabes... ¡Nuestra relación es lo más importante que me ha pasado en la vida! No estoy dispuesto a arruinarlo." La respuesta de Happy fue sincera, como siempre, pero Carla no pudo contener la ira que empezaba a arder en su pecho.

"¿De verdad?" Su voz temblaba ligeramente. "Si eso es cierto, ¿por qué me engañaste con Touka?"

La confusión de Happy se profundizó. "¿De qué estás hablando, Carla? Yo no..."

"¡No te hagas el tonto!" Carla alzó la voz, lo suficiente como para que sus palabras se clavaran en él. "Te he visto. Sé que has estado viéndote con ella. Esta tarde, los vi juntos... abrazados y vi el beso..." La palabra sonaba amarga en su boca. "Y lo peor de todo es que me has mentido todo este tiempo. Me has ocultado la verdad."

La expresión de Happy cambió drásticamente. Su cara mostraba incredulidad, casi horror. "Carla, no es lo que piensas..."

"¿Entonces qué es?" Carla lo miró con los ojos llenos de dolor. "Explícalo. ¡Dime por qué me has estado engañando todo este tiempo! ¿Qué clase de juego es este?"

Happy intentó hablar, pero las palabras se le atragantaban en la garganta. No podía revelar todo sin arruinar lo que había estado planeando, pero tampoco quería perderla.

"Carla, no... No es lo que parece. Déjame explicarlo..." Happy se levantó, pero no podía formar una defensa clara.

"No me expliques nada." Carla dio un paso atrás, cruzando los brazos con frialdad. "Nuestra relación ha terminado." Sus palabras eran como una sentencia. "Espero no volver a verte."

El pánico golpeó a Happy como una ola. "¡Espera! No tomes decisiones apresuradas, por favor." Su voz estaba teñida de desesperación. Sabía que si no hacía algo ahora, la perdería para siempre.

Carla se giró, dispuesta a marcharse, pero Happy la alcanzó, deteniéndola suavemente por el brazo. "Carla... He estado preparando algo importante, algo para los dos. No puedo contártelo aquí, pero si me das una oportunidad, te lo mostraré."

Ella lo miró con los ojos llenos de dolor y desconfianza. "¿Qué es eso tan importante?"

Happy suspiró, sabiendo que no tenía más opciones. "Es algo que debes ver por ti misma." Extendió la mano hacia ella, esperando que la tomara.

Carla miró su mano, pero la rechazó, fríamente. "Solo limítate a guiarme."

Happy bajó la mano con resignación, pero asintió. Sin decir más, convocó sus alas, listo para llevarla al lugar donde había estado trabajando en secreto. Carla lo siguió a cierta distancia, sus emociones a flor de piel, sin saber si lo que estaba a punto de descubrir la destrozaría aún más o la llenaría de respuestas.


[...]

[...]

[...]


El silencio del bosque solo era roto por el susurro del viento entre las hojas y el suave crujido de las pisadas de Happy y Carla.

"Carla, yo..." Happy intentaba hablar, pero Carla lo ignoraba por completo, manteniendo su mirada fija en el horizonte.

Con cada palabra que Happy intentaba decir, Carla simplemente miraba hacia otro lado, un gesto claro de su indiferencia, o tal vez, de su dolor. "¡Umph! No quiero escucharte ahora," pensaba, tratando de contener la mezcla de rabia y tristeza que aún la asfixiaba.

Finalmente, llegaron a un claro en el bosque. Ante ellos se levantaba una casa de madera, acogedora y rústica, pero a la vez cálida. El sol, que se filtraba a través de los árboles, bañaba la estructura con una luz dorada. La casa, aunque vacía, tenía un aire de hogar que Carla no podía ignorar. Las paredes de madera oscura, las amplias ventanas que dejaban entrever el paisaje del bosque, y el pequeño jardín que rodeaba el lugar, lleno de flores que apenas comenzaban a florecer, todo parecía encajar de una manera casi perfecta con la naturaleza que la rodeaba.

Carla observó la casa en silencio, pero su mente seguía llena de preguntas. Finalmente, rompió el silencio: "¿Por qué me trajiste aquí, Happy? ¿Qué significa todo esto?"

Antes de que Happy pudiera responder, una figura apareció en la puerta. Touka. Con una carpeta en mano, se acercó a ellos. Carla sintió cómo el aire se volvía denso a su alrededor. "Ella... otra vez," pensó, la furia latente comenzando a hervir una vez más. Justo cuando iba a soltar un reproche, Touka habló, interrumpiendo cualquier intento de confrontación.

"Happy," dijo con una sonrisa tranquila, "aquí están las fotos de los muebles. Todo lo que señalamos en la carpeta ya ha sido instalado en la casa."

Carla, confundida, observó la interacción entre ambos. "¿Muebles? ¿De qué está hablando?

Antes de que Carla pudiera decir algo, Happy tomó la carpeta y se volvió hacia ella. "Carla, he estado pensando mucho en nuestro futuro juntos. Desde que decidimos estar juntos como pareja, he querido hacer algo especial, algo que realmente refleje cuánto significas para mí. Así que después de bastante tiempo, ahorre suficiente dinero y compré esta casa para los dos." Su mirada era seria, casi ansiosa por su reacción. "Pero como no tenía idea de cómo amueblarla y de qué se necesita para un verdadero hogar Exceed, le pedí ayuda a Touka. Ella sabe mucho más que yo sobre eso."

"Es verdad," confesó Touka. "El vino suplicando, que quería ayuda, ya que no tenía ni idea de que necesitaba un hogar para ustedes dos juntos."

"Un hogar juntos..." Carla repitió sin poder creerlo.

El corazón de Carla comenzó a latir con fuerza. La explicación la golpeó como un balde de agua fría, deshaciendo todo el enredo de emociones que había acumulado durante días. La imagen de Happy y Touka juntos, los secretos, las miradas... todo había sido una malinterpretación. Dioses... todo esto... por una sorpresa. Se llevó una mano al pecho, sintiendo cómo una mezcla de alivio y vergüenza se arremolinaban en su interior.

"Yo..."

Touka, notando el conflicto interno de Carla, dio un paso hacia ella. "Carla, sé que me malinterpretaste, y no te culpo por ello. Happy fue mi primer amor, es cierto. Pero eso es cosa del pasado. Yo respeto y apoyo su relación. Nunca quise interferir, al menos en el presente. Solo quería ayudarlo a hacer algo especial para ti."

La verdad cayó sobre Carla como un cubo de agua fría. Recordó las escenas que había malinterpretado: los encuentros en secreto, el abrazo... ahora todo encajaba. "¿Entonces... no había nada entre tú y Touka?"

Happy negó rápidamente. "No, Carla. Solo estábamos trabajando en esto. El abrazo, el beso en la mejilla, fue solo por la emoción del momento ya que me había dicho que ya estaba casi todo el trabajo hecho. Pero ahora que lo pienso ese beso... fue innecesario, lo siento. No quería herirte."

Carla sintió que el suelo bajo sus pies tambaleaba. La realidad de su error la aplastaba. La rabia que había sentido, la desconfianza, todo parecía ahora un peso ridículo e innecesario. Su orgullo y su dolor se enfrentaban, y por un momento no supo cómo reaccionar. Apretó los labios, queriendo encontrar las palabras adecuadas, pero lo único que sentía era arrepentimiento.

"Yo..." Trato de continuar, su voz apenas un susurro. "No sé cómo disculparme..." Bajó la mirada, sintiendo el calor subirle al rostro. "Me dejé llevar por mis propios miedos, por lo que vi... y terminé malinterpretando todo. Lamento haber dudado de ustedes, de ti, Happy." Luego miró a Touka. "Y lamento haberte culpado sin razón. No era justo."

Happy, viéndola tan vulnerable, dio un paso hacia ella, dejando caer la carpeta sobre una mesa improvisada. "Carla, yo también te debo una disculpa. No debí ocultarte las cosas de una forma tan ambigua. Realmente quería darte una sorpresa, pero... ahora veo que debí haber sido más claro desde el principio." La culpa en sus ojos era palpable. "Nunca quise que esto terminara así."

Antes de que pudiera continuar disculpándose, Carla levantó una mano, deteniéndolo en seco. "No, Happy. No te disculpes más." Su tono era firme, pero cargado de dolor. Sus ojos se oscurecieron, y su postura se tensó. "Tú no tienes la culpa de nada. La culpa es mía."

Happy parpadeó, sorprendido por sus palabras. "¿Qué...? Carla, no digas eso."

Carla negó con la cabeza, evitando su mirada. "He sido una pareja terrible. Fui desconfiada, me dejé llevar por celos absurdos y acusé a la persona que más amo de algo que no era verdad. No puedo permitirme que me perdones tan fácilmente después de lo que hice. No lo merezco." Su voz se quebró al final, y cerró los ojos brevemente, tratando de contener las lágrimas.

Happy dio un paso hacia ella, pero Carla retrocedió, impidiendo que se acercara. "Carla..." comenzó a decir, con la desesperación latiendo en su pecho.

"Siempre había imaginado cómo sería tener un hogar contigo," continuó Carla, ignorando el dolor que empezaba a apoderarse de su garganta. "Pensé que sería uno de los momentos más felices de mi vida... Pero después de lo que he hecho, ya no estoy segura de que sea posible. Tú mereces algo mejor, alguien que confíe en ti de verdad."

El silencio cayó sobre ellos como una pesada manta. Carla apretó los puños con fuerza, luchando por mantener la compostura, pero sus ojos ya brillaban con las lágrimas contenidas. No podía soportar la idea de quedarse más tiempo ahí, viendo el rostro dolido de Happy. Antes de que él pudiera detenerla, se dio la vuelta y comenzó a caminar rápidamente hacia el bosque, dejando atrás la casa que simbolizaba el futuro que creía haber arruinado.

"Carla, espera..." La voz de Happy la siguió, pero ella no se detuvo. No quería escuchar más. Sabía que si lo hacía, su resolución se desmoronaría.

Mientras Carla se alejaba, Touka se acercó a Happy, observando con preocupación la escena que acababa de desarrollarse. "Happy," dijo suavemente, colocándole una mano en el hombro. "Ve tras ella. Esto no ha terminado aquí. Tienen un futuro por delante, a pesar de los problemas como este. No puedes dejarla ir así."

Happy, todavía aturdido por lo que acababa de pasar, asintió lentamente. Las palabras de Touka resonaban con verdad. Agradecido por su apoyo, le dedicó una mirada decidida. "Tienes razón. Gracias, Touka."

"¡No te preocupes por tu hogar, estaré vigilando!" Dijo Touka con suma confianza, mientras empujaba a Happy para que empezará a volar.

"¡Aye!" Con una nueva determinación, Happy extendió sus alas, levantándose en el aire y volando tras Carla. Su corazón latía con fuerza, consciente de que esta conversación sería decisiva para su relación.


Carla, quien aún corría por el bosque con lágrimas en los ojos, no escuchó cuando Happy aterrizó suavemente detrás de ella. Cuando finalmente la alcanzó, tomó aire y habló con urgencia. "¡Carla, no te vayas!"

Ella se detuvo en seco, pero no se giró. Cerró los ojos con fuerza, tratando de ignorar el dolor en su pecho. "No me sigas, Happy. Es lo mejor."

Happy se acercó un poco más, su voz suave pero firme. "No, no lo es. No después de todo lo que hemos pasado juntos. No puedes irte así, no podemos terminar las cosas de esta manera."

Carla se dio la vuelta lentamente, finalmente enfrentándose a él. Las lágrimas corrían por su rostro, pero su expresión era seria, decidida. "¿Y cómo deberíamos terminarlo, entonces? Rompí la confianza que tenías en mí. No puedo simplemente seguir fingiendo que todo estará bien."

Happy la miró con una intensidad que hizo que Carla sintiera cómo se desmoronaba lentamente por dentro. "Carla, escucha. Lo que tenemos... es lo más importante para mí. Las parejas cometen errores. A veces dudan, a veces pelean. Pero lo que nos hace fuertes es cómo enfrentamos esas dudas y esos problemas. Y yo sé que podemos superarlo. Pero no puedo hacerlo solo. No quiero hacerlo solo."

Carla titubeó, la culpa todavía nublando su juicio. "No sé si puedo..."

"Puedes, y lo harás. Porque yo estoy aquí, y no me iré a ninguna parte. Si me diste la oportunidad de entrar en tu vida, entonces también tienes que darme la oportunidad de ayudarte a seguir adelante, juntos." La voz de Happy no tenía ni una pizca de duda.

Carla lo miró, aún luchando contra sus propios pensamientos. Sabía que Happy estaba en lo cierto, pero el miedo a repetir los mismos errores la paralizaba. "¿Y si vuelvo a fallar?" preguntó en un susurro.

Happy sonrió suavemente. "Entonces fallaremos juntos, y también lo superaremos juntos. No se trata de ser perfectos, Carla. Se trata de ser honestos el uno con el otro."

Las palabras de Happy finalmente atravesaron las defensas que Carla había levantado en su corazón. Cerró los ojos, dejando que las lágrimas cayeran libremente. Lentamente, dejó escapar un suspiro profundo y, esta vez, cuando Happy extendió su mano hacia ella, Carla la tomó sin dudar.

"Lo siento..." susurró Carla, bajando la mirada. "Por haber dudado de ti, por todo."

Happy apretó suavemente su mano, guiándola hacia él. "Ya lo dejamos atrás. Lo importante es que estamos aquí, juntos."

"¿Empezamos de nuevo?" Pregunto Carla. "¿A pesar de haberlo arruinado?"

Happy negó con la cabeza y dio un paso más cerca. "No, no lo has arruinado. Esto fue solo un malentendido, pero eso no cambia lo que siento por ti ni lo que hemos construido juntos. Sí, tendremos problemas, y a veces las cosas se pondrán difíciles, pero... quiero superarlos contigo."

Carla lo miraba, sus ojos llenos de duda y arrepentimiento. Happy, tomando una profunda respiración, continuó: "He estado pensando en nuestro futuro, y quiero que construyamos algo juntos. Este hogar que he estado preparando... quiero que sea para nosotros dos. Sé que no será perfecto, pero quiero empezar a vivir contigo, Carla. Quiero enfrentar todo lo que venga junto a ti."

Con esa declaración, Happy extendió su mano hacia ella, esperando que ella la tomara.

Carla, sin embargo, no aceptó su mano. En lugar de eso, se abalanzó hacia él, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello y acurrucándose contra su pecho. Las lágrimas seguían fluyendo, pero esta vez eran de alivio y emoción. "Lo siento tanto," susurró entre sollozos, su voz quebrada pero llena de sinceridad. "Quiero vivir contigo también... quiero que construyamos un hogar juntos." Ella enrolló su cola alrededor de Happy.

Happy, sorprendido al principio, sonrió ampliamente y la abrazó con fuerza, acariciando suavemente su mejilla. "Juntos," repitió él, con una voz suave y reconfortante. "Superaremos esto. Siempre lo haremos."

Carla se acurrucó más en su pecho, secando sus lágrimas con una pequeña sonrisa asomando en sus labios. Aceptando finalmente que, aunque el camino no sería fácil, juntos siempre encontrarían la forma de seguir adelante.


Fin del Capítulo


Habéis llegado al final de este capitulo, que va directamente a mis favoritos personales. Este capítulo es la principal razón por la que me había tardado bastante con la historia principal de FT: Nueva Extalía. Honestamente, espero que les guste este capítulo


Si les gusto este capítulo háganmelo saber con un review, además si no quieres perderte un capítulo de esta historia, te recomiendo seguirla.

InsideBlu se despide

¡Good Bye!