Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen.

capitulo dieciocho

Vegeta

Mantuve una mano firme en la parte baja de la espalda de Bulma mientras la acompañaba por la habitación, presentándola a mis amigos y socios comerciales.A pesar de su anterior nerviosismo, parecía estar pasando un buen rato.

Saludó a todos los que le presenté con una sonrisa en el rostro y un fuerte apretón de que me sorprendió fue la cantidad de personas que parecía conocer, ya sea por nombre o reputació estaba seguro de si los conoció en el trabajo o si estaba obsesionada con las revistas de cotilleos.

Realmente no parecían encantados con el hecho de que Bulma tuviera algo bueno que decir sobre cada uno de ía recibido más de un cumplido por haber elegido una excelente esposa.

Tuve suerte y lo sabí ía anotado totalmente con inteligente, hermosa y tenía el corazón más amable.

Y a ella no le hubiera importado menos si yo tuviera dinero.

Ese fue un gran punto de venta para mí.Claro, ella entendía el valor de un dólar y parecía apreciar el estilo de vida que yo podía ofrecerle, pero no tenía ninguna duda de que habría sido igual de feliz conmigo si todavía fuera ese adolescente rebelde incomprendido que vive en un parque de casas rodantes.

¿Puede un hombre pedir algo más?

—¿Tienes un trago para un anciano?—

Miré para encontrar a Goku de pie a mi lado.—¿Desde cuándo eres viejo?—

Goku resopló.—Desde que me enviaste a la estación de policía con esos idiotas—.

Hice una mueca de simpatía.—Lo lamento.—

Después de que llamamos a la policía y vinieron a arrestar a Tights, Bunny y Doc, las cosas habían estado bastante agitadas allí durante un tiempo mientras dábamos nuestras , pudimos arreglar todo y sacarlos por la puerta antes de que llegaran los asistentes a la fiesta.

Goku se inclinó hacia mí y dijo: —Doc atacó a uno de los oficiales que lo arrestaron de camino a la comisaría. Va a pasar bastante tiempo por eso—.

—Bien. Se merece pasar un tiempo tras las rejas. Solo desearía que lo hubieran acusado de más—.

—Oh, creo que lo harán—.La sonrisa de Goku se volvió traviesa.—Dejé una copia del expediente del caso que estábamos compilando contra Tights y sus padres. Sospecho que los tres van a estar cumpliendo bastante tiempo—.

—¿Por qué dices eso?—Pregunté, aunque no estaba seguro de que hubiera algo más que deseara, quería a estas personas fuera de la vida de Bulma.

—Bueno, parece que el fiscal de distrito frunce el ceño a las personas que atacan a uno de los mejores de nuestra ciudad, además de tratar de chantajear y estafar a uno de nuestros principales ciudadanos. El tipo estaba prácticamente echando espuma por la boca cuando le mostré el archivo—.

—Bulma se alegrará de escuchar eso—.

—El fiscal probablemente querrá interrogar a Bulma sobre algunas cosas, especialmente sobre sus años de crecimiento. Le dije que me llamara y que arreglaría algo—.

—¿Crees que irá a juicio?—Yo pregunté.

—No, no si estas personas son inteligentes—.

—No lo son—.

—Sigo pensando que aceptarán un acuerdo con la fiscalía. Hay demasiada evidencia en su contra. Tienen más posibilidades de recibir una sentencia más leve si aceptan un trato que si comparecen ante un juez—.

—Quiero una orden de restricción férrea contra ellos, y quiero saber el momento en que salgan de la cárcel—.

Goku sonrió.

—Ya hecho.—

Palmeé a Goku en la espalda.—Es por eso que te pago mucho dinero—.

—Si me traes un trago, lo llamaré a mano—.

—Listo—, dije aunque sabía que aún le pagarí Goku era uno de los mejores abogados de la ía estúpido si no le pagara.—¿Trajiste esos papeles contigo?—

—Sí.—Goku metió la mano en la chaqueta de su esmoquin y sacó una pequeña pila de papeles doblados.—¿Estás seguro de esto, Vegeta?—

—Nunca he estado más seguro de nada en mi vida—.

Bulma fue para mí.Lo sabía en lo más profundo de mi corazó iba a amar a otra mujer como lo amaba a podrían llamarme ingenuo por pensar eso, pero lo sabía.

Bulma era mi todo.

—¿Me disculpas, Goku? Es hora de que haga mi anuncio—.

—Disfruta del resto de la fiesta—.

—Por supuesto—, dijo Goku.—Buena suerte.—

No necesité tenía a mi mujer.

Hice un gesto a los camareros para asegurarme de que todos tuvieran una copa de champán fresco y luego me abrí paso entre la multitud bien vestida hasta el lado de Bulma.

Agarré su mano y le di un suave tirón.—Ven conmigo.—

Bulma frunció el ceño, pero me siguió mientras la conducía al área directamente frente a la í dos copas de champán, le entregué una a Bulma y me quedé con la otra.

La música se cortó y toda conversación se desvaneció cuando todos se giraron para di cuenta de que Bulma estaba nerviosa por la forma en que dio un paso más cerca de mí.Rápidamente levanté nuestras manos entrelazadas y le di un beso en el dorso de la mano.

Y luego me volví y sonreí a todos nuestros invitados.—Quiero agradecerles a todos por venir esta noche a ayudar a Bulma y a mí a celebrar nuestras nupcias. Puedo decir honestamente que nunca pensé que encontraría a alguien como Bulma, pero tuve mucha suerte de haberlo hecho. Ella hace que mi vida sea tan grande—. mejor de lo que era hace apenas seis semanas—.

—Ella también es linda—, gritó alguien de la multitud.

—Ella es muy linda.—Me reí al ver las mejillas de Bulma sonrojarse.—Pero más que eso, es amable y generosa y me hace querer ser un mejor hombre. Me acepta tal como soy—.

Volví a mirar a mis amigos y socios comerciales.—La gente dice que tengo el toque de Midas cuando se trata de negocios y puedo convertir casi cualquier cosa en oro. Nada de eso se acerca al tesoro que Bulma me dio cuando puso su corazón bajo mi custodia—.

Levanté mi copa de champán de cristal en el aire.—Únase a mí para dar la bienvenida a Bulma Ouji y celebrarlo haciendo de mí un hombre honesto—.

—No demasiado honesto, espero.—Goku se rió entre dientes.—Todavía necesito un trabajo—.

—Te amo, Bulma. Espero que lo sepas—.

Los ojos de Bulma brillaron con deleite y alegría.—Yo también te amo, Vegeta—.

—Tengo algo para ti. Un regalo de bodas—.

—Ya me compraste un regalo—, insistió Bulma.—Me llevaste a nuestra luna de miel—.

Negué con la mujer no tenía idea del tipo de obsequios con los que planeaba colmarlo, comenzando con é la pila de papeles que Goku me había dado de mi chaqueta de esmoquin.

—¿Qué es eso?—

—Este es nuestro acuerdo prenupcial—, dije mientras rompía los papeles por la mitad y luego rompía esas mitades por la mitad.—Ya no lo quiero—.

No tenía planes de que alguna vez nos divorciáramos.

—No, no, no hagas eso—.Bulma me arrebató los papeles de la mano y trató de volver a unirlos.—Cinta. Necesito cinta—.

—Bulma, cariño, detente—.Agarré sus és de quitar los papeles y tirarlos al suelo, sostuve sus manos entre las mías.—Está bien. Ya no necesitamos el acuerdo prenupcial—.

Bulma se mordió el labio inferior por un momento antes de decir: —Pero no quiero que todos piensen que me casé contigo por tu dinero—.

—Cariño, mis amigos, las personas que realmente me conocen, las que realmente se preocupan por mí, saben que no te casaste conmigo por mi dinero. Pueden ver lo feliz que me haces—.

Presioné un beso en la parte superior de sus manos.—Las otras personas van a decir lo que quieran decir, y no me importa. No me conocen y no te conocen a ti, así que no importan—.

La gente iba a hablar sin importar lo que hicié un hecho de la aquellos cercanos a nosotros sabrían la verdad, pero esas eran las únicas personas que me importaban.

Comenzando con la mujer que firmó el contrato de matrimonio y puso mi mundo patas arriba.

El fin