¡Hola, queridos lectores!
¡Gracias por su paciencia infinita! Sé que este capítulo ha tardado en llegar, pero la vida adulta a veces se interpone en el camino de mi querido hobby de escribir esta historia. Aunque no puedo prometer actualizaciones súper frecuentes, a partir de septiembre haré mi mejor esfuerzo para ser más constante.
Quiero agradecerles de todo corazón por la maravillosa acogida que le han dado a esta historia. Sus comentarios, favoritos y alertas son como rayos de sol en mi día, ¡me llenan de alegría y motivación para seguir escribiendo!
Les dejo aquí el nuevo capítulo, espero que lo disfruten tanto como yo disfruté escribiéndolo. ¡Estoy deseando leer sus comentarios al respecto!
¡Cuídense mucho y manténgase felices!
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CAPITULO 5
EDWARD POV
"Pasado"
Había amanecido, lo pude saber por el cambio de turno de los guardias, mis sentidos de alguna manera se habían sensibilizado a esas cosas, el chasquido de la puerta, los pasos, los murmullos, más pasos y de nuevo la puerta.
Sin embargo, aquí seguía en la oscuridad, suspiré sin ánimos de levantarme, no había podido dormir.
—Otro día—la voz de Ben me llegó muy lejana y mentalmente hice el cálculo, 7 años, 5 meses y 22 días.
Volví a cerrar los ojos.
Bella
El recordatorio de su nombre hizo que comenzara a amanecer en mi oscuridad, anhelándola, buscándola en esta soledad, tratando de recordar su aroma, la suavidad de su piel, el sabor de sus labios, el tono de su voz, la manera en que suspiraba en mi oído.
Tenía la esperanza que mi alma viajaba, que mi anhelo podía llegar a ella y que de alguna manera supiera que había vuelto a ella.
Y me sentía vivo de repente, como si hubiera renacido entre las cenizas del dolor y la separación.
Mi alma ya no se encontraba en esta cárcel, ahora se encontraba cerca de ella, besándola, abrazándola, haciéndole el amor, sintiendo la certeza de que ella podría sentirme, que sabía que volví a ella y me entregaba su cuerpo y su anhelo también.
La ansiedad de regresar junto a ella me hacía sentir que podía volar hacia ella, seguro de que ella me soñaba, que cada vez que yo la besaba en mi mente podía sentir mis besos en sus sueños.
Y un sentimiento conocido comenzó a formarse, me di la vuelta hacia la pared para obtener la poca intimidad que tenía en esta celda, el sentimiento creció.
Lujuria
Podía recordar el modo exacto en cómo se entregaba a mí y mi mano fue directo a donde necesitaba su toque, reprimí el gemido que quería escapárseme, y en mi mente recordaba la manera en cómo lo habíamos hecho una vez en mi carro.
Se había desatado el cinturón de seguridad tan pronto como aparque en un estacionamiento, llevaba meses sin verla por el maldito entrenamiento para la especialización en helicóptero de rescate que estaba haciendo, el plan había sido llevarla a cenar y después llevarla a mi departamento y no dejarla salir de ahí toda la noche, pero apenas subió al coche la electricidad había aumentado, el beso que nos dimos como saludo se prologo demasiado tiempo y terminamos jadeando y mientras manejaba Bella se dedicó a tocarme la rodilla, la pierna y mi erección se hizo presente de inmediato.
Cuando llegamos al restaurante, fui directo al estacionamiento subterráneo y encontré cupo entre dos camionetas, Bella no esperó a que dijera algo, sólo se desabrocho el cinturón cuando aún no apagaba el motor y en cuanto quité las llaves del contacto sentí sus manos en mis pantalones quitando el cinto, el botón y el cierre del pantalón.
No hizo falta más, porque mi erección saltó de inmediato desde el pliegue de mi bóxer y Bella se sentó a horcajadas con una habilidad que me distrajo por un segundo, pero en cuanto sentí como me introducía en ella mi mente se nubló.
Los dos gemimos cuando entré en ella y fue rápido y desesperado, Bella marcó el ritmo que era igual al mío, fuerte y ansioso y en un par de movimientos sentí como Bella tuvo su orgasmo cuando todos sus músculos se tensaron llevándome también al mío.
Después de unos segundos y todavía jadeando del placer nos reímos totalmente felices.
Y yo lloré mientras despertaba del recuerdo gravado tan nítido en mi memoria y sentía el líquido seminal escurrir por mi mano.
La extrañaba y moría con cada respiro sin ella.
Quería morir
Ya lo había intentado tantas veces, pero estos malditos norcoreanos frustraban mis intentos una y otra vez. Dejándome vivir en esta nada insoportable.
BELLA POV
"Presente"
Abrí los ojos y los cerré de inmediato ante una luz cegadora que me daba directamente en la cara, lo volví a intentar no lográndolo del todo, comencé a pestañar, mientras varios suspiros de alivio se escuchaban a mi alrededor.
—Ya está despertando—inmediatamente identifique la voz de mi hijo.
—Gracias a Dios! — esa era mi madre. Desconcertada intenté que mis ojos se acostumbraran a la luz incandescente, al mismo tiempo comencé a darme cuenta de más cosas, el dolor de cabeza, mi muñeca estaba adolorida, el pitido de una maquina y definitivamente no estaba en mi cama, sentía la rigidez de mi cuerpo, como si hubiera estado en la misma posición por demasiadas horas.
Cuando al fin pude ver bien me di cuenta de que me encontraba en un hospital.
—¿Qué me pasó? — le pregunte a nadie en particular, mientras veía a mi madre, a mi hijo y a Jacob.
—Un ataque de pánico—me dijo Jacob, lo observé, su rostro tenía una mueca de cansancio.
—Que bueno que ya estas bien mamá! —dijo Tony mientras me abrazaba y mi madre también se acercó poniendo su mano sobre mi cabeza.
—Nos diste un buen susto—dijo
—Lo siento
—Voy a avisarle al médico que ya despertaste—dijo mi madre mientras se levantaba —Ven Tony, acompáñame—mi hijo se levantó en automático, me regalo una sonrisa mientras iba tras de mi madre.
Observé como salían y volteé a ver a Jacob que se encontraba mirando hacia la ventana.
—¿ataque de pánico? —pregunté sin comprender.
Jacob me observo con desprecio en su mirada, desprecio y furia.
—Si—levanto la voz—Pensé que ya lo habías superado, llevabas años sin que esta maldita fecha te pusiera de esa manera histérica, ¡pero no! —gritó—recibo la llamada del hospital, que estabas en emergencias, me asustaste Bella! ¡Pensé que te había pasado algo de gravedad—dijo mientras se paseaba por toda la habitación— Pero no!, hoy es él día que parece que no puedes olvidar, me dijeron que estuviste gritando como loca su nombre en la calle, todavía hace rato no parabas de llorar gritando que él no te iba perdonar, que Edward estaba enojado contigo ¡¿En serio Bella, que diablos pasa contigo?!
Ya estaba llorando otra vez, al recordar lo que había pasado.
—Asustaste a Tony! —me recriminó—¿En serio Bella, hasta cuándo vamos a poder seguir así? —me preguntó cansado— Ya estoy harto de que el maldito fantasma de Edward se interponga en nuestras vidas.
—Lo siento Jacob—le dije entre sollozos—Es que…—me interrumpí a media frase, que podía decirle? "Es que Edward me respondió en la iglesia", seguro que si lo hacía era motivo para que me enviaran el psiquiatra.
—No Bella, no hay un "es que"…tu hijo te necesita, que por cierto tuve que recoger yo, porque tu estabas en tu ataque de pánico, el pobre estaba asustado, primero porque no fuiste por él y no le contestabas el teléfono y segundo, porque cuando llegamos al hospital estabas gritando como loca el nombre de Edward.
Probablemente tengas razón—siguió diciendo—Edward, donde quiera que este, ha de estar muy enojado contigo, ¡pero por qué has sido muy negligente al cuidar a su hijo!
—Jacob, basta—le rogué
—¿No te gusta escucharlo? —preguntó con sorna—Pero si es la verdad, el pobre apenas sobrevivió a tus descuidos, si sigue aquí con salud y cubiertas todas su necesidades es por mí.—Lloré ante sus palabras.—Por mucho tiempo solo fuiste un zombi, si, estabas ahí atendiendo todas sus necesidades físicas, le dabas de comer, le cambiabas el pañal, lo bañabas, pero no había otra cosa, sólo eras el cascarón, cuando empezaste a ver que él niño tenía un parecido increíble con su padre fue cuando te empezó a regresar la vida, que suerte la de Tony parecerse a su padre, sino, sabe que hubiera sido de él.
—No sabes lo que dices—le grité enojada.
—Tu eres la que no sabe lo que dice—me contestó enojado— estas sólo sobreviviendo día a día, no pasaría nada si sólo fueras tú, pero tienes un hijo Bella, una responsabilidad y todos hemos estado aquí para apoyarte. Esme perdió un hijo, y sin embargo ha estado apoyándote, Alice, perdió a su hermano y sin embargo intenta ser tu apoyo, yo perdí a mi mejor amigo y aquí estoy intentado que las cosas que él amaba no se vayan a la mierda, cuido de su novia y de su hijo, ¿y que recibo a cambio?, desprecio por tu parte. No eres la única que sufrió cuando Edward no apareció, todos lo hicimos, pero esto—dijo señalando la cama y a mi—esto es lo último que hubiera querido Edward que pasara.
Y llore más aún, porque las palabras de Jacob me calaban en lo más hondo, porque sabía que era verdad.
En ese momento apareció mi madre, con mi hijo y un doctor y tuvo que volver a suministrarme un calmante porque yo no podía parar de llorar.
Más tarde, cuando el calmante me dejó ser consciente de lo que pasaba a mi alrededor, me di cuenta de que Alice se encontraba en mi habitación.
—Hola—me saludo en cuanto mis ojos registraron su presencia.
—Hola, ¿y mi hijo? —pregunté con la voz rasposa.
—Esme se lo llevó a la casa, para que durmiera allá, tu mamá se fue a su casa y Jacob dijo que tenía que salir de la ciudad por unos días, tenía una reunión importante.
—¿Qué hora es? —pregunté desconcertada.
—La una de la madrugada—suspiró, pude ver en sus ojos cansancio, la culpa y la vergüenza comenzaron a roerme el cerebro
—Lo siento Alice—comencé a decir, pero ella inmediatamente negó con la cabeza.
—No Bella, yo lo siento, no debí distanciarme de ti, me necesitabas y no estaba para ti—dijo con una tristeza tan grande. Y las palabras de Jacob se me encajaron más como una daga atravesándome el corazón. Las lágrimas se me empezaron acumular en los ojos y la garganta se me comenzó a cerrar, pero luche contra esos sentimientos, Jacob tenía razón, ya no podía seguir con eso, tenía que dejarlo ir.
—No Alice—dije con un hilo de voz—Yo lo siento, enloquecí de nuevo—sonreí con tristeza.
—¿A qué te refieres? —preguntó curiosa.
—¿Recuerdas que al principio lo veía en todas partes, estaba segura de que lo había visto en tal o cual parte? — pregunté y ella sonrió en reconocimiento—Pues ahora no lo ví, lo escuché.
—¿Qué escuchaste?
—Estaba en la iglesia, haciendo reclamos al cielo, le dije que me había prometido que regresaría—se me quebró la voz —y escuche claramente su voz, enojada, me contesto " y tu juraste que me esperarías"
Alice solo me observo sorprendida
—Enloquecí Alice, porque juro que fue tan real, lo busque desesperada, pero obviamente no estaba ahí, pero sentí tan horrible, siempre había pensado en lo mucho que estaba sufriendo yo por su ausencia, pero nunca me hubiera pasado por la cabeza que él estuviera enojado conmigo por Jacob y no sabía qué hacer con eso, pensé que había sido su fantasma haciéndome reclamos y no lo soporté, no soporté el pensar que Edward donde quiera que estuviera estaba enojado conmigo y luego Jacob me dijo que seguramente si estaba enojado por lo descuidada que he sido con Tony y…y…y —tartamudie—y no sé qué hacer con ese sentimiento, Edward está enojado conmigo.
—Edward no está enojado contigo Bella—me interrumpió Alice, tomando mis manos fuertemente, jalándome para que reaccionara. —Y no fuiste descuidada con Tony, estabas deprimida, no te culpes, estas haciendo todo lo humanamente posible, como todos. Lo que escuchaste a Edward decir sólo está en tu cabeza, él no está enojado contigo Bella, pero tal vez tú si estes enojada contigo.
Las palabras de Alice me perforaron profundamente el pecho. Porque ahora que lo decía en voz alta sabía que era verdad, si, estaba enojada conmigo, porque en el fondo sentía que al haberme casado con Jacob y haberme entregado a él físicamente me estaba matando cada día, apagando a la Bella que fui una vez, cuando intentaba besar a Edward besándolo a él se rompía algo en mí, cada sonrisa fingida, cada que soportaba sus caricias, cada relación sexual soportada y aún más fingir que la disfrutaba era como poner otra aguja en mi corazón.
Me resistía a pensar que yo misma había entregado a la Bella vulnerable a los lobos, sólo por conseguir una familia a la cual pertenecer.
No era culpa de Jacob, no era culpa de Edward, era mi culpa, tenía miedo a encarar una vida sin Edward y con un hijo en brazos y dejé que otra persona tomara el control de mi vida, de mis sentimientos y de mi cuerpo; una y otra vez, y una y otra vez me rompía en pedazos más y más.
Ya no.
…
—¿Entonces dejarás el futbol?—le pregunté a Tony mientras limpiaba la cocina, me estaba platicando que había empezado entrenamiento para competir en carreras de velocidad.
Ya había regresado a la casa, Jacob seguía de viaje, llegaría esta noche y yo me encontraba tratando de ocuparme en cualquier cosa, con tal de mantener mis nervios a raya, pensaba hablar con él, decirle que quería separarme. Ya lo había analizado, le había llamado a la psicóloga, llegué a la misma conclusión de cuando estaba con Alice, y cuando al fin había tomado la decisión, me sentí más ligera y eso me dio ánimos, por fin sentí que estaba tomando control.
—El entrenador me dice que tengo mucho potencial para competir en los 100 metros, pero la verdad, tengo miedo de que mi papá se enoje si dejo el futbol, es su pasión.
Voltee a verlo desconcertada.
—¿Entonces no te gusta el futbol?
—Si me gusta el futbol Má, pero no soy tan bueno como lo es mi papá—Tony estaba sentado en la barra de desayuno, moviendo uno de sus pies apoyado en el descansa pies de arriba abajo, con la mano derecha encajada en el pelo bronce, haciendo remolinos en él, estaba nervioso.
Me senté frente a él y tomé sus manos.
—¿Qué quieres tú hijo?—le pregunté—¿Quieres seguir jugando futbol?.. Entonces que se vaya muy lejos el entrenador con sus carreras de velocidad y tu sigue jugando, iras mejorando con el tiempo, ¿Quieres correr?... entonces Jacob y yo te apoyaremos. Jacob no se va a enojar, tal vez se entristezca un poco, pero no se enojará.
Me miro a los ojos, con ese asombroso color verde jade.
—Quiero correr—dijo con una brillante sonrisa.
—¿A dónde quieres correr?—la voz de Jacob nos sorprendió a ambos, no lo habíamos escuchado llegar. Estaba parado en la entrada con la maleta en mano y su rostro mostraba una alegría absoluta que me dejo atónita, tenía mucho tiempo que no lo veía sonreír de esa manera. Mi hijo también se dio cuenta y le sonrió en respuesta.
—A la meta—le dijo alegremente mi hijo, Jacob no quitó su sonrisa, pero sus cejas se movieron en señal de confusión. — El entrenador me dijo que tenía potencial para las carreras de velocidad, quiere inscribirme en una competencia que se realizará en algunos meses.
Jacob lo miró, pero no dijo nada, caminó hacia la sala, dejó su maleta y se sentó en el sillón, por su expresión pensaba en lo que había dicho Tony.
—¿Y el futbol?—le preguntó Jacob, Tony suspiró, preparándose para la reacción de Jacob.
—Lo dejaría por ahora papá, para concentrarme en los entrenamientos para la carrera, el entrenador dice que soy muy rápido, que tengo chances de ganar.
Jacob levantó una ceja, yo sólo miraba su interacción, algo había puesto de buen humor a Jacob y lo agradecía, porque parecía tomarse sorprendentemente bien la noticia de dejar el futbol de Tony.
—Pero te perderás la temporada
—De todos modos, soy tan malo que no me extrañaran—dijo Tony mientras se sentaba junto a él.
—Oh vamos Tony, eres bueno—le replicó Jacob.
—Sólo aceptablemente bueno papá, quiero destacar y creo que puedo hacerlo en las carreras.
—Y lo vas a hacer—le dijo sonriente—te irá bien en las carreras de velocidad.
Tony brinco de gusto y le dio un abrazo a Jacob
—Gracias papá!
—Porque me agradeces? —le preguntó mientras le devolvía el abrazo— en todo caso agradece a tu entrenador por que se dio cuenta de tu potencial.
Y de repente al ver a mi hijo así de contento y al ver a Jacob interactuar con él sentí una opresión en el pecho, volví a analizar si era el momento, si debía darle una oportunidad a Jacob, una oportunidad real, sin el fantasma de Edward entre los dos.
Pero sabía que el fantasma no se iría ahora y seguiría estando si no aprendía estar sola, sin él, seguiría haciéndole daño a Jacob, haciéndole sentir siempre que nunca íbamos a ser solo nosotros dos.
Jacob merecía a alguien completo.
Y yo merecía poder seguir adelante, sabía que iba ser difícil, muy difícil, que Jacob no me dejaría ir así nada más, que Tony no iba querer dejar a su papá así nada más.
Porque a pesar de que Jacob no era el padre biológico ni legal de Tony, él se había hecho cargo, había llenado todos los huecos, emocional y financieramente también.
¿Esto me hacia una mal agradecida?
Estaba segura de que sí, que estaba siendo egoísta, anteponiendo mi bienestar emocional por sobre el de mi hijo.
¿Pero qué más podía hacer? ¿aguantar hasta que Tony se fuera a la universidad y ahora si separarme de Jacob y poder deshacerme del fantasma que me atormentaba?
No sabía si aguantaría hasta entonces, había demostrado que estaba enloqueciendo otra vez, ¿Cuánto le duraría a Tony una madre cuerda? No estaba segura, Jacob tenía razón en todos sus reclamos, no podía dejar que mis colapsos mentales dejaran a Tony desamparado, podía imaginar su angustia al ver que no llegaba por él a la escuela, después su angustia al ver a su madre loca llorar por su padre muerto. Un padre que él no conocía.
Sabía que a Tony le tocaría la parte más pesada, para él Edward no era nadie, sí, era la idea de su padre biológico, del que había heredado la mayoría de rasgos físicos, que al ver una fotografía de él podía verse reflejado, que podía rastrear su árbol genealógico, sentirse identificado con su familia, con sus abuelos, sentirse parte de algo, pero de ahí no era nada, no había interactuado jamás con él, no lo extrañaba o compartía recuerdos, pero en cambio con Jacob, aunque no compartía su sangre, sí que lo extrañaría, que se sentirá resentido por alejarlo del único padre que conoce.
Y eso es lo que me había retenido por mucho tiempo junto a Jacob, no quería dejar sin padre a mi hijo.
Porque la única razón por la que Jacob hacía de padre era precisamente porque vivía con él, pero Jacob no tenía ninguna obligación hacia Tony, si me separaba de él, Jacob sólo podría desaparecer de su vida y ya, porque no tenía ningún derecho ni obligación hacia con él.
Por esa razón también hubo tantas peleas, Jacob no podía recoger a Tony de la escuela, Jacob no podía firmar boletas, permisos, etc., algo por lo que Jacob siempre me reclamaba. Decía que cuando Tony fuera adolescente y si se metía en problemas él tampoco tendría ningún derecho de sermonearlo, pero yo le decía que, si lo tenía, "te ganaste ese derecho", le había dicho.
¿Me dirá que también tenía ese derecho cuando quisiera llevarme a Tony conmigo? Probablemente sí, y me costaría horrores llegar a un acuerdo con él, pero también podría no querer reclamar ese derecho y en su caso Tony se sentiría devastado.
Hasta el momento Tony jamás le había echado en cara a Jacob que él no fuera su padre, Jacob podía regañarlo cuando así lo creía pertinente, podía castigarlo y todo lo que un padre debe hacer, también estaba atento a sus cosas, a sus partidos de futbol, calificaciones, juntas escolares (aunque él no pudiera firmar nada).
¿estaba cometiendo un error?
La duda estaba ahí, ahora que ya no estaba tan enojada ni tan afectada por mi episodio de histeria.
Tony veía embelesado a Jacob, escuchando lo que le contaba acerca de su viaje.
De pronto me di cuenta de que si nunca me hubiera casado con Jacob talvez las cosas hubieran sido mas sencillas para ambos, él feliz porque no tendría que soportar mis desplantes, yo feliz por no tener que fingir todo el tiempo. Él aun así podría haberse convertido en un padre para Tony, un tío en el que pudiera confiar, después de todo era como un hermano para Edward, pero lo había revuelto todo, enredándonos a todos.
Y si seguía así probablemente esta bomba que llevaba en el pecho terminaría por estallar, más pronto que tarde y las consecuencias podrían ser peores a que si tomaba la decisión ahora y pudiéramos llegar a un buen acuerdo, tratándonos como buenos amigos, como lo que nunca debimos dejar de ser.
Tony se fue a dormir cuando estuvo satisfecho con todas las anécdotas que le ofreció Jacob.
Nos quedamos solos en la cocina.
—Estas de buen humor—le dije sonriente.
—Lo estoy—dijo emocionado—ya concreté la inversión con Anthony Masen—
Me sorprendí.
—¿A eso fuiste?
—Si, ya está listo el papeleo, estas viendo al socio mayoritario de "Volturi Motors"—levantó sus brazos a manera de presentación, abrí los ojos y la boca sorprendida.
—Pensé que su negocio era de softwares—pregunté desconcertada.
—Si, él es dueño de esa empresa, pero necesitaba un socio comercial, yo con Volturi Motors, una empresa que está iniciando en los autos eléctricos vamos a unir las tecnologías y lanzaremos un automóvil que tendrá lo último en tecnología.
—¿No sería una inversión muy grande esa? —pregunté
—Si y hablaré con mi padre, estoy seguro de que le encantará la idea—dijo emocionado, yo no estaba tan segura, pero su entusiasmo y su buen humor me ayudaban ahora para que lo que tenía que comunicarle lo tomara de la mejor manera posible.
—Estoy segura de que lo hará, tendrás mucho éxito—lo felicité. Y me sonrió de manera resplandeciente.
—Jacob—dije cambiando el tono—necesito hablar contigo
—¿Es por lo del hospital? —preguntó, sentándose a mi lado—Lo siento Bella, no quise decir todas esas cosas, sólo estaba enojado, discúlpame.
—No tienes de que disculparte, dijiste la verdad y por eso quiero pedirte que nos… —titubee
—…que nos separemos.
Jacob sólo se me quedó mirando de manera desconcertante, se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro.
—No puedes hacerme esto Bella, no justo ahora—para mi sorpresa no me gritó, lo dijo de manera angustiada, pero en calma.
—Jacob, yo ya no puedo seguir así, creo que necesito salir de esto sola, ya no quiero lastimarte.
—Me estas lastimando, justo ahora—dijo, su tono era tan bajo, me dio escalofríos. No respondí, le di tiempo para analizarlo.
—¿Y Tony?—preguntó. Y sabía que vendría lo difícil, ponernos de acuerdo con lo de Tony, sabía perfectamente que yo podría simplemente pedir el divorcio y no pedirle opinión con respecto a Tony, pero había construido un hogar con él, no podía hacerle eso.
—Él ira conmigo, pero podrás seguir viéndolo.
—¿Ya le preguntaste si quiere ir contigo? —dijo a defensiva
—No, no le he dicho nada, no hay nada que preguntar, irá conmigo.
—Pues suerte con eso Bella—me dijo enojado—Tú puedes irte cuando se te da la gana, para mí ya es más que obvio que nunca me harás un lugar en tu corazón, pero otra vez solo estás pensando en ti, ¿Qué pasa con Tony? ¡Él es mi hijo!, no hay un papel que lo diga, pero lo es, me lo he ganado
—No pienso prohibirte que lo veas Jacob, pero se va a ir a vivir conmigo
—¿A dónde?
—Compré la casa que habíamos considerado la primera vez…—comencé a decir, Jacob se rio. Antes de que nos instaláramos en esta casa habíamos considerado varias opciones, Jacob por comodidad había decidido que viviéramos en el centro de la ciudad, pero la verdad es que yo anhelaba vivir sin tanto ajetreo y esa casa que habíamos visto tenía lo que más yo deseaba, tranquilidad.
—Esa casa está en medio de la nada! —gritó—apenas cuenta con los servicios básicos ¿vas a arrastrar a mi hijo a batallar a un lugar sólo porque quieres reencontrarte a ti misma?
—En primer lugar, no está en medio de la nada, ya está muy poblado alrededor, y por supuesto que cuenta con todo lo necesario, ya me aseguré de eso y no voy a arrastrar a Anthony a ningún lado a batallar, él no va a batallar en nada, de hecho, la escuela le queda más cerca.
—No lo permitiré
—Jacob, no quiero que esto pase así, por favor, Tony siempre va a ser tu hijo, pero ahora mismo ya no puedo vivir contigo
—Deja a Tony conmigo
—No Jacob, es mi hijo.
—¿Este fue tu plan desde un inicio verdad? —me recriminó—por eso no quisiste que le diera mi apellido, sólo querías que te ayudara a levantarte para luego largarte con mi hijo.
—No Jacob, tú fuiste el que me propuso matrimonio, yo no planeé nada, y no te voy a alejar de Anthony, podrás seguir viéndolo.
—¿Cómo, los fines de semana y días feriados? —dijo con fastidio.
—No, los días que él y tu quieran verse, así de simple, sin complicaciones.
—Y si él quiere quedarse?
—No puede quedarse, porque legalmente no eres su padre. —dije ya enojada—y él es menor de edad, aunque quisiera quedarse, yo no lo voy a abandonar.
—¡Pero no es abandono, se quedaría conmigo!
—Pero legalmente sería abandono, porque no es tu hijo—Jacob se levantó golpeando la mesa.
—Si, ya lo dejaste claro.
Y para sorpresa mía, la conversación acabo con un ¿Cuándo se van?
…
Tony lo tomó muy mal, me topé con el adolescente enojado que comenzaba a ser.
Sabía de antemano que a él le tocaría la peor parte, pero me sorprendió el nivel de enojo al que podía llegar.
—Yo me quedó con mi papá—me había dicho, y me rompió el corazón en una sola frase.
—No puedes quedarte con él hijo, él no tiene tu custodia.
—¿Por qué nunca dejaste que me diera su nombre mamá? — me dijo triste— él es mi padre en todos los sentidos, porque dejaste que me quedara sin él.
—No te quedarás sin él—traté de tranquilizarlo—lo seguirás viendo.
—Claro, hasta que forme otra familia y tenga hijos que si van a ser suyos y después me olvidará y yo me quedaré sin padre
—Tony, eso no va a pasar
—¿Cómo lo sabes? —me gritó
—Porque él te ama—le dije, y me miró de una manera desgarradora y me abrazó pidiéndome que no dejara a Jacob, que él era su padre.
Y por mucho que quisiera complacerlo, y amarrarme las tripas y seguir en esta relación yo ya había demostrado que no podía más, estaba tan tensa y devastada, que una sola cosa más y terminaría sucumbiendo a la tristeza, y no quería dejar a Tony sin madre, por mucho que me odiara en estos instantes.
Y justo al ver que no cedía, se levantó enojado gritando un "Te odio" se metió a su habitación azotando la puerta dejándome el corazón desgarrado.
Y los siguientes días fueron una tortura, Jacob sin hablarme, y mi hijo odiándome. Y más cuando Jacob le hizo entender que él no quería que se fuera, que era yo la que me lo quería llevar a fuerzas.
Esme me había ayudado a poner la casa en condiciones, era pequeña, dos recamaras, dos baños, y una sala- cocina- comedor, pero el patio era lo más hermoso de la casa, daba hacia el bosque y sentía que ahí podría encontrar tranquilidad.
Le había dicho a Tony que tenía que empacar, pero sólo me ignoró por días. Aproveche cuando salió a la escuela para hacerlo yo, cuando llegó y se dio cuenta de que sus cosas ya se encontraban en el camión de mudanza enloqueció.
Tony nunca había sido un niño agresivo, siempre había sido tierno, amable; no lo reconocí cuando empezó a lanzar a la pared los objetos que habían quedado en su habitación. No había querido llevarme todo, sólo su ropa, le iba comprar todo nuevo, quería que siguiera teniendo una habitación donde quedarse si decidía visitar a Jacob, pero aun así fue perturbador verlo así.
Lloró bastante ese día y yo quería llorar junto a él, porque al ver su reacción yo ya no sabía si estaba haciendo lo correcto.
—Te odio!—Me había gritado, sus ojos rojos por tanto llorar, Jacob no se encontraba en ese instante, se había ausentado tanto como había podido, escapando del caos que yo había creado. —Odio ser hijo de Edward, ojalá mi padre real fuera Jacob, así podría quedarme con él!
Yo había tratado de que todas sus palabras no me calaran tan hondo, pero lo hacían, me rompían, me destrozaban, pero ya había tomado la decisión.
Pero a pesar de todo, al final de la semana, yo ya estaba en el auto con un Tony enojado en el asiento trasero.
Llegamos a la casa, que se encontraba en un vecindario donde las casas estaban un poco alejadas la una de la otra, no era mucho, sólo unos cuantos metros, pero lo suficiente para sentir la privacidad.
En cuanto me estacioné en la entrada Tony salió disparado del auto y se metió a la casa, se encerró en el cuarto donde encontró sus cosas y no volvió a salir en toda la tarde, yo me acercaba de vez en cuando para asomarme a ver como estaba, la puerta estaba sin llave así que sólo tocaba y abría, al principio sólo lo encontré acostado en su nueva cama, viendo su teléfono. Al final de la tarde ya estaba frente a las cajas sacando cosas.
Yo empecé por la cocina, había traído ya un poco de despensa e hice unas sencillas quesadillas para cenar.
Tony se sentó en la barra de la cocina para cenar, me sorprendió que a la primera que le hable haya acudido, me estaba mentalizando para que me siguiera ignorando toda una semana al menos.
—¿Quieres que salgamos un rato a reconocer el vecindario? —pregunté—Para saber dónde se encuentran las tiendas.
No contestó lo que le pregunté, solo pregunto a su vez si ya teníamos internet y cuál era la contraseña.
Al día siguiente encontré a Anthony en el patio trasero viendo hacia el bosque, me acerqué hacia él, me quedé a su lado viendo hacia la línea de arboles que marcaban el fin de la propiedad.
—Siento que en cualquier momento puede salir de ahí algún fantasma, monstruo o un vampiro—dijo, eran las primeras palabras que me dirigía desde que le anuncié la separación.
—No, parece denso, pero si caminas hacia él encontraras un sendero que da hacia la propiedad de los Hale.
—¿Y quiénes son los Hale?—preguntó —¿No serán una familia que guardan un secreto horrible y terminan asesinando a sus vecinos, como en las películas de terror?—preguntó con los ojos muy abiertos, pero al mismo tiempo pude ver una chispa, me estaba perdonando, lo podía ver, y suspiré de alivio.
—No—dije sonriendo—solo son una familia común y corriente ¿Quieres ir a conocerlos? —pregunté— Tienen una hija de tu edad, podrías pedirle que te enseñe que se puede hacer por aquí.
No dijo no, sólo subió los hombros como diciendo que le daba igual.
No hubo necesidad de ir, pues ese día en la tarde tuvimos su visita para darnos la bienvenida, Rose y su hija nos saludaron, Emmett, el esposo de Rose se encontraba en el trabajo, pero también nos enviaba su saludo, eran muy agradables y Rose era bellísima, fácilmente podría ser una super modelo y por extensión su hija también era muy hermosa, Tony quedó fascinado al instante.
Pude ver como sus mejillas se sonrojaron al instante cuando Rosemary lo saludo con una sonrisa, tenía la belleza de su madre, unos ojos impresionantes grandes y azules, el cabello abundante y de un negro tan oscuro que contrastaba con su piel blanca y labios rosados.
Las invitamos a pasar, Tony se quedó con Rosemary en la sala hablando de películas, mientras Rose y yo los observábamos desde la cocina.
—Espero que esta amistad me ayude a que no esté tan enojado por mudarnos—le dije esperanzadora.
—¿No quería mudarse? —preguntó.
—Me estoy divorciando, quería quedarse con mi esposo. —le informé, sentí una confianza automática en ella. Ella sonrió comprensiva.
—Entiendo, sólo dale tiempo, está enojado, supongo que no sabía que ustedes tenían problemas.
—No, y Jacob lo adora y Tony a él.
—Él estará bien—dijo poniendo una mano en mi hombro reconfortándome—dale tiempo— asentí, tratando de creer en sus palabras.
Esa noche Tony se fue dormir sin azotar su puerta y eso fue un alivio.
Me había tomado unos días libres para poder encargarme de la mudanza y la nueva casa, le había pedido a Angela, mi chef subordinada, que se hiciera cargo del equipo y de todo en lo que yo regresaba; se lo tomó muy bien, supongo que era hora de empezar a delegarle más cosas.
Por lo tanto, ya era mitad de semana para cuando yo ya tenía por completo la casa lista y todo en su lugar, quería que Tony se sintiera cómodo.
El viernes llego de su entrenamiento con una sonrisa y me abrazo.
—Lo siento mamá, por mi comportamiento—lo abracé aliviada.
—Está bien Tony, sé que estabas enojado por dejar tu casa y a tu papá; pero Jacob sigue siendo tu padre y sabes que puedes ir cuando quieras a verlo.
—Le llamé hace rato—dijo—que no puede este fin de semana, que está trabajando.
—Se que al principio ustedes dos estaban enojados por la decisión que tome hijo, pero no podías quedarte a vivir con él, la primera porque él no tiene tu custodia y en segundo lugar porque él casi no está en la casa, estarías solo por mucho tiempo.
—Si, ya lo sé, lo siento mamá
—No pasa nada—le dije con una sonrisa y con alivio en el corazón, pensaba que Tony le iba tomar más tiempo aceptar nuestra nueva vida, pero me alegraba que por lo menos ya había aceptado la decisión que había tomado.
EDWARD POV
Sam y Emily se encontraban platicando animadamente cuando me acerque a ellos.
—Hola chicos! ¿Saben porque Anthony no ha venido a los entrenamientos? — pregunté ya que Tony tenía ya casi más de una semana que no venía. Emily vió a Sam de manera significativa.
—Ha tenido problemas en su casa—dijo Sam—Sus padres se están separando.
Me quedé sorprendido ya que no me esperaba eso.
—Entiendo—alcance a contestar. — Espero esté bien
—Triste—dijo Emily
—Traten de estar con él, apóyenlo—le dije, ellos asintieron con un "claro"
…
Llegué al departamento enojado.
—¿Vladimir para qué diablos te pago? —me dirigí hacia el escritorio donde se encontraba, había improvisado una oficina en la sala de un departamento en el centro de la ciudad, a unas cuadras del departamento de Jacob y Bella.
Vladimir no dijo nada, sólo me observó con cara de confusión.
—Bella y Jacob se están separando—sus ojos mostraron sorpresa.
—no sabí…—comenzó a decir, lo corté de tajo.
—Si, ya me di cuenta de que no sabías, pero te pago para saber, necesito saber todo, las razones, a donde se fue a vivir Jacob, todo ¿entendido?
—Si señor—dijo y se paró de su escritorio y salió por la puerta.
—¿Vladimir no es adivino? ¡¿Quién lo hubiera imaginado?! — el sarcasmo de Ben me hizo bufar.
—No estoy de humor
—¡Que novedad! —dijo riéndose y yo bufé más—Dime, ahora que Bella ha dejado a Jacob, seguirás el plan de también vengarte de ella, o piensas perdonarla por no quedarse sentada esperándote como parece que querías.
—¿Quieres callarte?— grité y el sólo se rió.
Al final Vladimir me consiguió la nueva dirección de Bella, pero la razón por la que se habían separado seguía siendo un misterio para mí, Bella no hablaba mucho con nadie, por lo que apenas solo unos pocos se enteraron de su separación.
Pero mi arrogancia me hizo pensar que talvez había sido por el incidente de la iglesia.
Me había arrepentido al instante y más cuando ví la desesperación con la que me busco, gritando mi nombre, pero me quedé anclado a mi escondite, esperando a que pasara, la ambulancia se la llevó y me permití la esperanza de pensar que ella seguía extrañándome y que no había corrido a los brazos de Jacob como yo había supuesto. Tal vez las cosas eran más complicadas, pero no lo sabría.
Pero también me había quebrado, se me había hecho añicos el corazón al darme cuenta de su sufrimiento, seguía siendo el mismo idiota de siempre que no soportaba verla sufrir, que me partía el corazón su infelicidad, pero me obligue a quedarme en mi lugar. ¿De todos modos que podría hacer? ¿Decirle, si Bella, sigo vivo, seguimos donde los dejamos?
Claro que no podía hacer eso, estaba lleno de odio, jamás podría seguir donde lo habíamos dejado, necesitaba hacer que Jacob pagara el precio, y si ella salía lastimada en el proceso, no me importaba en absoluto.
No debería importarme en absoluto, pero lo hacía, una vieja costumbre de preocuparme por su bienestar, una costumbre que tenía que dejar.
Tony por fin regresó al entrenamiento el viernes y llegó con una actitud muy agresiva.
No les habló a sus amigos y fue directamente a la pista de carreras, podía reconocer las señales en su rostro, las cejas fruncidas, la boca en una línea apretada, incluso el tono verde de sus ojos parecía más oscuro.
—¿Por qué no me avisaste que no ibas acudir a los entrenamientos? —le pregunté mientras se acercaba a mí. No contestó, sólo alzó los hombros sin darle importancia.
—Espero una respuesta Anthony—le dije cuándo comenzó a quitarse la mochila.
—Porque no me dio la gana—me dijo mientras alzaba la mirada para verme, realmente no le faltaba mucho para igualar mi estatura, su mueca fue de fastidio, pero era como verme a un espejo, así como reconocí las señales de su enojo, también reconocí las señales de su tristeza, había levantado un muro, el desafió en su mirada, la barbilla levantada y ese gesto prepotente en la cara de que estaba esperando a ver como reaccionaba.
Su provocación hizo por un momento que el enojo entrara en mi sistema y me dieran ganas de darle una buena zarandeada por atreverse a contestarme de esa manera. Pero tomé una respiración profunda, sabía que seguramente estaba pasando un mal momento, me ardían las venas de enojo sólo pensar que mi hijo extrañaría de alguna manera a Jacob, al hombre que más odio en esta vida, pero tenía que ser paciente, mi hijo no sabía la clase de hombre que lo había criado.
—Estas enojado—le dije levantando una ceja—Pero no es conmigo, así que no descargues tu mal humor en mí, ve a dar una vuelta corriendo lo más rápido que puedas, que ese enojo te sirva de algo y no sólo andes disparando descortesías a quien quiera que se te cruce en el camino.
No se lo esperaba, su rostro se transformó en sorpresa en cuanto vio que no provocó nada en mí su contestación, se puso serio en un instante, nuevamente intentando ocultar sus sentimientos, pero su rostro era un libro abierto como lo era el de Isabella, cada emoción se reflejaba en su rostro; primero desconcierto, después vergüenza y finalmente tristeza.
No dijo nada, sólo terminó de acomodar sus cosas y salió disparado a la pista corriendo a gran velocidad y dando varias vueltas, no lo paré, sólo deje que corriera, en otras circunstancias lo habría puesto a calentar primero, y a hacer ejercicios de técnica, pero hoy necesitaba cansarse, cansar el cuerpo para que dejara de contenerse y sacar todo eso que lo estaba carcomiendo por dentro.
Me quedé observándolo, a la tercera vuelta comenzó a disminuir la velocidad, a la cuarta vuelta la volvió aumentar con una cara de enojo en su rostro, y justo cuando iba a mitad de la quinta terminó por desmoronarse, se paró de repente dando zancadas grandes y lentas disminuyendo su velocidad, cuando finalmente paró puso las manos sobre sus rodillas y la cabeza completamente colgada de su cuello y luego se dejó caer de rodillas poniendo su frente en el piso y sus manos en la cabeza, sus hombros se agitaban señal de que estaba llorando.
Corrí hacia él, me puse de cuclillas y puse mi mano en su espalda en señal de consuelo, alzó su rostro.
Se me estrujó el corazón al ver su rostro bañado de lágrimas, ya no estaba viendo al puberto enojado, ahora era sólo un niño indefenso. Lo levante para abrazarlo.
—llora—le dije—sácalo todo
—Es que mi mamá no lo entiende—dijo entre hipidos—Mi papá ya no me va a querer.
La mención de Jacob me hirvió la sangre, pero no dije nada, seguí sobando su espalda para consolarlo de alguna manera, que supiera que no estaba sólo.
—Es tu padre, él no va a dejar de quererte —dije, costándome un dolor inmenso decir las palabras que Tony necesitaba, pero que a mí me parten en mil trozos decirlas, quería decirle que tiene un padre y ese era yo. No necesitaba a Jacob para nada, pero sabía que no era el momento, y además no estaba en los planes decírselo de esta manera, tenía que ganarme primero su cariño.
—Es que él no es mi padre—dijo desconsolado—mi padre biológico murió cuando aún no nacía y Jacob ni siquiera es mi padre legalmente, mi mamá me dejo sin padre, sin tan solo hubiera dejado que Jacob me adoptara, que me pusiera su apellido.
—Seguramente sus razones tendrá—dije, se separó mi enojado, se quitó las lágrimas del rostro y me miro desafiante.
—¿Sabes cuáles eran sus razones? —me grito—sigue enamorada de mi padre biológico, sigue con la esperanza de que aparezca en cualquier momento, hace poco le dio un ataque de histeria porque juraba que lo había escuchado. —dijo enfurecido— No lo entiendo, si tanto extraña a Edward ¿Por qué se casó con mi papá en primer lugar? Y si fue para darme un padre como mi tía Alice dice, ¡¿entonces por qué ahora quiere quitármelo?!
Lo acerqué para abrazarlo, quería consolarlo, que ya no sufriera más, y al mismo tiempo me permití sentir felicidad por la confesión de mi hijo, sin saberlo me había dicho que Bella seguía extrañándome.
Lo tomé de los hombros y lo miré fijamente a los ojos.
—Los adultos también nos equivocamos Anthony, seguramente tu madre sólo pensó en tu bienestar al tomar las decisiones que tomó en el pasado, y seguramente ahora está intentando solucionar lo que hizo mal, porque si se está separando de Jacob no es porque quiera hacerte la vida miserable, seguramente sus razones de peso tendrá y no tiene nada que ver contigo.
—Pero es mi padre
—Y lo va a seguir siendo, eso no va a cambiar
—Claro que va a cambiar, ahora él no tiene ninguna obligación conmigo, puede descártame cuando ya no le interese
—Pues si eso llega a pasar entonces significaría que en primer lugar no merecía que lo llamaras padre—me observó asustado, y de inmediato supe que había metido la pata, recalcule mis palabras y trate de solucionarlo—pero no va a pasar—traté de tranquilizarlo—porque si él se ha ganado tu cariño y se ha preocupado por ti no sólo fue por tu madre, fue por ti, la relación que tengas con Jacob no va cambiar sólo porque ellos ya no se llevan bien.
—¿En realidad lo crees?—preguntó esperanzado.
—No conozco a tus padres Anthony, pero veo la persona que eres, puedo deducir que han sido buenos padres porque tú eres una buena persona, así que si, lo creo, tu relación con Jacob no se verá afectada— esas últimas palabras me costaron un fractura en el corazón decirlas— Confía en que tu mama está haciendo lo mejor para ambos.
Suspiro tranquilizándose
—Le dije que la odiaba—dijo avergonzado
—Estoy seguro de que sabía que no lo decías en serio, pero debes disculparte, para ella seguramente no debió ser fácil la decisión—me sonrió, pero pude ver en sus ojos algo diferente, me estimaba, y ese conocimiento hizo que el corazón de repente me quisiera explotar de pura alegría. Saltó para darme un abrazó, lo agarré en vilo para abrazarlo.
—Gracias—dijo en mi hombro, lo baje y le sonreí despeinándolo un poco.
—Tony, no sólo eres el chico al que entreno varios días a la semana, eres importante para mí, eres como un hijo para mi—le dije, sus ojos bailaron con alegría y su sonrisa fue aún más grande.
—Entonces como tu hijo que soy ¿Puedes dejarme ir temprano? — dijo con una cara muy graciosa de suplica
—Soy un padre estricto, así que no, ponte a entrenar, vamos—Tony sólo movió la cabeza en negación, pero su sonrisa era enorme mientras corría de nuevo.
Y la felicidad me inundó de una manera tan completa que me olvidé de todos mis problemas por la hora que duró el entrenamiento, pude sentir como Tony me trataba con más confianza, tenía la confianza ahora de llamarle hijo sin que se le hiciera raro y eso era fantástico.
