¡Hola queridos Lectores!
Muchas gracias por la paciencia.
Aquí tienes otro nuevo capítulo, estaré esperando tus comentarios al respecto.
¡Cuídense mucho y manténgase felices!
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Bella POV
No sabía que estaba deprimida hasta que ya no lo estuve.
Fue una revelación inesperada, de repente tenía muchas energías por la mañana, no me costaba para nada levantarme temprano e irme a correr con Rose a las 5am. Llegar a la casa a las 6 y despertar a Tony e iniciar la rutina de la mañana, tampoco me faltaban las ideas para hacer de comer y el celular lo tenía relegado en un rincón, casi no checaba las redes sociales porque estaba ensimismada con la casa, en la limpieza, en la decoración y era muy feliz por ello, mi trabajo iba de maravilla, todo parecía fluir. Tony estaba maravilloso conmigo, sonreía mucho, algo que ya llevaba varios meses sin hacer, se lo había apañado todo a la preadolescencia, pero ahora no estaba segura, era verdad que aún me volteaba los ojos, su ¡ay mamá! y su andar de flojera seguía, pero sonreía todos los días, me contaba lo que pasaba con sus amigos, con su entrenamiento y mi felicidad aumentaba con todo eso.
Mi psicóloga me dijo que la depresión muchas veces no es estar todo el día triste, es sentirse cansado sin ninguna causa, desgana de hacer rutinas, pesimismo en todo lo que sucede y también, nostalgia por tiempos mejores, o idealizar el pasado.
Estaba limpiando cuando por casualidad tiré el retrato que tenía de Edward en la sala, cuando lo levanté y lo puse con cariño de nuevo en su lugar, me di cuenta de repente que llevaba toda la semana sin soñarlo o pensar en él. Lo que me sorprendió bastante, porque llevaba pensándolo y soñándolo cada día después de que se hubiera ido.
El descubrimiento hizo que sintiera como si me faltara el aire.
Tenía la foto de Edward en mis manos, delinee la forma de su cara, tratando de recordar cómo se sentía tocarlo.
El esfuerzo de recordar con más detalle hizo que de repente se quitara la nube gris que había formado a su alrededor por puro instinto de conservación y por fin podía sentir la enorme estructura que había formado el dolor por su perdida.
Sentí que me ahogaba, pero sabia que no lo iba hacer, algo había cambiado, no tenía el ímpetu de salir corriendo, huyendo del dolor que me esperaba.
Podía escuchar nítidamente el tono de su risa, su perfecto perfil, la luz de sus ojos, la impaciencia con que me contaba sus proyectos.
El dolor colisionó en mi pecho fuerte como una bola de demolición, cada sonrisa que recordaba hacia que el hoyo en mi pecho se, mi corazón se estaba ahogando en este océano de dolor.
Me seguía faltando el aire, pero seguía ahí, bajo el agua viendo como transcurrían por mi cabeza todos esos recuerdos reprimidos que me dolían como agujas clavadas en mis pulmones, más recuerdos se aglomeraban en mi memoria tratando de salir, su olor, la forma en cómo se estiraba cuando había estado en una sola posición por mucho tiempo, marcando en su playera sus deliciosos músculos, la manera en como me sonreía de lado, sus bromas.
Mis pulmones luchaban por oxígeno, pero no podía pararlo, dolía, Oh Dios como dolía, pero no podía parar, incluso las cosas no tan lindas salieron a flote; como presionaba su nariz cuando estaba enfadado, el tono severo de su voz cuando se enojaba conmigo, como parecía temblar de impaciencia cuando traspasaba sus límites, como parecía que sus ojos se oscurecían cuando estaba como una bestia furiosa.
También las cosas cómicas vinieron a mi cabeza, la vez que estuvo muy enfermo de gripa y no pudo evitar que se la saliera un moco en mi presencia, lo rojo de vergüenza que se puso cuando lo limpie con un pañuelo, cuando se resbalo y callo en una alberca, la vez que no midió bien su altura y termino dándose en la cabeza con el tope de una escalera.
Y recordando eso último mi carcajada salió y el oxigeno entró de nuevo a mi sistema, sintiendo que después de estar bajo el agua por fin había salido a la superficie.
La sensación fue de alegría y alivio.
Y reí y lloré, más escenas de nuestra vida juntos venían a mi cabeza, pero ya no sentía que mi corazón se ahogaba, estaba flotando en la superficie. Si, me ardían los pulmones, y la garganta con cada respiración dada, pero era más el alivio de poder respirar por fin el dolor de su ausencia, dándome permiso de saber que extrañaría todas y cada una de las cosas de su presencia, el dolor de saber que ya no volvería hacia que me ardiera la garganta y el pecho, pero lo estaba respirando, sabía que pronto mi organismo se acostumbraría y dejaría de doler tan intenso, que pronto estaría respirando con normalidad, llenado mis pulmones y seguir.
Lloré mucho, lloré lo que no le había llorado en estos 12 años, no había podido llorarle, me aferraba a la idea de que estaba vivo, pero ahora por fin estaba aceptando que no era así y eso hizo que doliera, pero deje que el dolor en toda su plenitud me embargara, que me cubriera toda.
Después de lo que parecieron horas besé la fotografía de Edward.
—Me haces tanta falta—le dije mientras acariciaba su retrato. —Te prometo poner todo de mi parte para que nuestro hijo crezca feliz y cuando nuestro hijo haga su vida y ya no me necesite más te alcanzaré.
Hoy era el cumpleaños de Tony, oficialmente tenía 13 años, al final si había invitado a sus amigos Emily y Sam, también habíamos invitado a los Hale y por supuesto a Jacob, el cual había confirmado su asistencia.
Era la primera vez que nos íbamos a ver después de la separación, no habíamos iniciado los papeles del divorcio, yo no tenía prisa y pareciera que él tampoco, estaba decidida a hacerlo, pero después de la competición de Tony, no quería que nada lo distrajera, y más cuando me había percatado lo importante que era para él.
Se la pasaba hablando de su entrenador, que si el coach esto que si el coach lo otro, le había dicho a Anthony que lo invitara, para conocerlo, ya sabía que era mi responsabilidad ir a la escuela y conocer a todos sus maestros, pero él era nuevo, a los demás claro que los conocía, pero no había podido ir por él a los entrenamientos, así que esperaba que pudiera asistir para poder conocerlo.
Los primeros en llegar fueron Emily y Sam, sonreí al ver a mi hijo tranquilo a su lado, también noté que entre ellos tampoco había muestras de afecto frente a mi hijo, aunque era evidente lo enamorados que estaban, Sam parecía solo flotar alrededor de Emily, y ella no dejaba de darle sonrisitas disimuladas, y Tony contentísimo, hablando con ambos.
Agradecía que se le hubiera pasado ese enamoramiento, agradecía que no se hubiera aferrado a Emily, lo único que hubiera conseguido había sido sufrir.
Jacob vino a mi memoria, ahora estaba segura de que él había sufrido ¿Cuánto tendría que ver eso con su inseguridad consigo mismo? No lo sabía.
Ese recordatorio hizo que me embargara otro, uno muy distinto, un Edward sonriente festejando un cumpleaños, tenía un video grabado cuando él había cumplido 20 años, había estado extrañándolo muchísimo estos días, dejándome sumergir en cada recuerdo, el dolor era infinito, pero el alivio también. Y por fin me estaba atreviendo a sacar a la luz los recuerdos que tenia de Edward, casi toda la información que Tony tenia de su padre era de parte de Esme, ella le enseño fotografías, ropa, discos, todo, pero yo todo lo que tenia de él lo había empacado en un caja, que tenia muy escondida en el ático, rotulada con "papeles de la preparatoria", por si acaso a Jacob se le ocurría ir ahí y no le diera curiosidad ver.
Pero por fin la había abierto, y por fin me sentía preparada para enseñarle esos recuerdos a Tony.
—Quiero enseñarte algo Tony, antes de que lleguen tus demás invitados—le dije mientras me dirigía a la Smart TV, había ido con un técnico, me había cambiado el archivo del videocasete a una memoria USB.
Reproduje el video, empezaba con una imagen en negro, se escuchaban susurros y personas tratando de contener la risa y se escucha mi voz al fondo.
—Ya viene! ¡Escóndanse! — dije susurrando.
La cámara se mueve mostrando la silueta de varios amigos y familiares escondidos. Se escucha el sonido de una llave girando en la cerradura. La puerta se abre lentamente, revelando a Edward, vestido con su traje militar y un par de bolsas del supermercado. Al entrar se congela en la puerta al ver el lugar en penumbra.
—Qué raro—murmura Edward mientras encendía la luz.
—¡Sorpresa!— gritaron al insonoro
Edward da un salto del susto, soltando las bolsas al instante y buscando en sus bolsillos un arma inexistente.
En ese instante Edward no había dicho nada, pero más tarde cuando todo se había terminado me había dicho que jamás volviera a sorprenderlo de esa manera, por seguridad de todos. —Qué bueno que había olvidado el arma en mi casillero, si no, también ustedes habrían terminado asustados—me había dicho seriamente, pero después me había sonreído y acariciado el rostro—Gracias mi amor, es el mejor cumpleaños que he tenido.
Yo también le había sonreído, pero lo que el tampoco sabia es que no había olvidado el arma en su casillero, le había dicho a Jacob que se asegurara de que llegara a casa desarmado, no quería correr el riesgo de que la sorpresa se convirtiera en tragedia, después de que Edward saliera del cuartel Jacob me había llamado para decirme que él tenia el arma de Edward, que podía proceder con la sorpresa.
La cámara se sacudé un poco mientras todos ríen en el fondo. Edward se lleva la mano al corazón recuperando el aliento, claramente impactado y emocionado.
—¡No lo vi venir! ¿De quién fue la idea? —pregunta pasándose las manos por el cabello, todavía procesando lo que acababa de pasar.
—¡De Bella, por supuesto! —dice Esme —Nunca habríamos logrado sorprenderte sin ella!
—¡Que joven se ve la abuela! — dice Antony sorprendido.
—Así es, ¡eso fue hace mas de14 años! — al decir aquello, el peso de los años me calló encima.
La cámara enfoca la cara de Edward sonriente
—¡Muchas gracias, mi amor! — dice hacia un lado de la camarógrafa, dónde yo me encontraba, una versión más joven de mi sale a escena dándole un abrazo
—Feliz cumpleaños mi amor—digo mientras Edward me besa de una manera escandalosa, como de película, llevando mi espalda hasta casi el piso, mientras yo río de manera libre, totalmente enamorada.
Volteo para ver a Tony, para ver cómo ha tomado esa muestra de afecto que tenia su padre conmigo, su sonrisa esta completa, y se me hincha el corazón al verlo sonreír de esa manera.
Edward comienza a saludar a todos los invitados, en especial a uno de sus amigos que se encuentra a lado de una planta, la que le había servido de escondite.
—¿Estabas ahí atrás? —le pregunta Edward divertido, el sólo asintió—¡Eso si es dedicación!
Todos se ríen con él. En ese momento vuelvo a aparecer con un pastel en las manos, decorado con velas encendidas. Edward me mira sorprendido y sonríe con calidez, sus ojos brillando,
—¡Feliz cumpleaños!—
Edward se queda mirando el pastel visiblemente emocionado por el gesto. Luego sonríe con una mezcla de gratitud y diversión.
—¿Sabes? No estoy seguro de qué es más sorprendente…si la fiesta o que hayas mantenido esto en secreto.
Se acerca al pastel con una mirada juguetona, pero en lugar de soplar las velas de inmediato, da un paso atrás, como si midiera la situación.
—Esperen….no quiero arruinar esto ¿Hay un truco aquí? ¿Las velas que no se apagan?
Lo miró con una sonrisa traviesa, los amigos ríen suavemente, sabiendo lo que se viene.
Edward toma un gran respiro, se inclina hacia delante y sopla con fuerza, apagando las velas de un solo intento. Pero, justo cuando parece que todo ha terminado, las velas vuelven a encender de repente. Edward abre los ojos sorprendidos, mientras todos se ríen.
—Lo sabía! ¿Alguien tiene una manguera para apagar esto de una vez por todas?
La cámara captura a Edward sonriendo ampliamente mientras todos aplauden, la toma final es de Edward partiendo el pastel y yo ayudando a repartir un pedazo a todos los invitados.
La televisión se pone en negro y se vuelve a poner el video en stop, listo para vuelvas a verlo solo con ponerlo en play,
Volteo a ver a mi hijo, tiene una sonrisa, pero también veo que tiene una expresión de perplejidad.
—¿Qué te parece? —le pregunto, por que su expresión no me cuadra con lo que yo esperaba, y de reojo veo que sus amigos están igual.
—Creo que nunca había visto a mi papá en un video—dice confundido—¿Por qué es mi papá verdad? —dice dudando.
—Pues claro—le digo totalmente en shock por su duda—quien más sería si no, es Edward. — Tony sólo asiente.
—Lo sé—dice dudoso—he visto fotos de él, su cara es tan familiar, la veo todos los días en la fotografía de la sala, en el espejo puedo ver que me parezco mucho a él, pero verlo así—dice apuntando hacia la televisión— siendo él, los gestos, el tono de voz—dice muy desconcertado.
—Es igual al coach—dice Sam, Emily de inmediato le da un golpe en el brazo reprendiéndolo con un "cállate"
Yo observó a Sam sin comprender, pero Tony salta inmediatamente en su defensa.
—¡¿Verdad que sí?! —le dice a su amigo, voltea a verme confundido— Lo siento mamá, ¿puedo ver el video otra vez? Es que cuando lo haz puesto y vi al coach en el video no sabia muy bien porque tenías un video del coach, pero cuando ha aparecido la abuela me he dado cuenta de que no era mi coach de atletismo sino mi padre Edward—dice mientras mira la televisión con un gesto de confusión—Fue raro.
—¿Se parecen mucho? — pregunte sorprendida por el giro de los acontecimientos.
—Si—dice Tony confundido—no lo había notado mucho, porque en realidad tienen algunas diferencias, mi coach no tiene el mismo estilo de peinado que llevaba mi papá, el lo lleva casi a rapa, tiene barba muy espesa y sus ojos son oscuros, casi negros y es mas robusto de lo que era mi padre, pero ahora que he visto el video de mi papá se parecen un montón, de repente me pareció que el del video era mi coach, pero más joven.
—Joven y con buen humor—dice Sam, y Tony se ríe.
—Si, porque el coach es muy enojón.
—Claro—digo un poco confundida—puedes ver el video las veces que quieras, de hecho, es tuyo, lo mande poner en una memoria usb para que fuera más fácil para ti verlo.
—Gracias mama—dijo sonriente mientras tomaba el control y lo volvía a poner.
—¿Y cómo se llama tu coach?—pregunté por que enseguida me di cuenta que no conocía ni de nombre a la persona que mi hijo veía regularmente toda la semana para entrenar. Algo de lo que me estaba reprendiendo yo misma, ¿Cómo había descuidado a mi hijo de esa manera?
—Anthony Masen—dijo alegre—¿no es mucha coincidencia que también se llame como yo?
Tony parecía muy alegre, pero a mi se me heló la sangre. El nuevo socio de Jacob.
Mientras se volvía a reproducir el video del cumpleaños de Edward por mi mente pasaban muchas cosas.
¿Es que acaso Jacob le había dicho a su socio que vigilara de cerca a Tony? ¿ para que?
Pero después trate de precisar bien cuando había sido que Tony había empezado lo de las carreras ¿Fue antes o después de que se hicieran socios?
Fue antes.
Porque Tony justo me estaba diciendo que su entrenador le había dicho que era bueno para las carreras cuando Jacob llegó con la noticia de su nueva empresa.
¿Entonces que rayos?
—Hijo, no le comentes nada de esto a Jacob—le dije mientras apuntaba a la televisión—de lo que tu coach se parece a Edward—le aclaré cuando me lanzó una mirada confusa—Ni el nombre de tu coach
—¿Por qué?—preguntó
—Porque no creo que le venga bien saber que tu entrenador y tu padre se parecen, por favor—Tony sólo asintió.
Pero de repente recordé mis esperanzas de hace un rato, tenía la esperanza de que su entrenador viniera para conocerlo.
—¿invitaste a tu coach?—le pregunté, mi voz sonó un poco alarmada—¿si va a venir?
Tony inmediatamente puso cara de tristeza
—Me dijo que no podía venir, que tenía un compromiso
—Ok—dije aliviada. Necesitaba investigar bien este asunto.
Pero si era verdad de que este hombre era socio de Jacob ¿cómo no mencionó el enorme parecido que decía Tony que tenía ese Anthony Masen con Edward?
Jacob no lo conoce recordé ese detalle de repente.
Jacob no lo conoce en persona, su sociedad la hizo por medio de intermediarios.
La única que lo ha visto es Alice.
Y de repente recordé la conversación con Alice, hace tanto tiempo.
—Lo vi Bella…tenía el cabello casi a rapa…la estructura, la altura y todo correspondía a Edward, tal vez estuviera más robusto…su nombre es Anthony Masen.
Sonó el timbre, alejándome de mis pensamientos.
Angustiada fui abrir la puerta, trate de que no se me notara la angustia en la cara, tenía que investigar eso bien, no sabia como le haría, pero de lo que estaba segura es que el próximo entrenamiento de Tony iría si o sí. Tenia que conocerlo en persona y saber que es lo que pretendía con el hijo de su reciente socio.
Era Jacob, que llegó con una bicicleta.
—Papa!—gritó Tony sin dejar siquiera saludarlo. El lo recibió con los brazos abiertos.
De inmediato se armo un festejo emocionante alrededor de la bicicleta. Tony no perdió el tiempo y salió con sus amigos al patio a probar su regalo, Jacob entró conmigo a la casa.
—¿Soy el primero en llegar? —preguntó
—Así es, ¿te ofrezco algo, un refresco, limonada…?
Pero Jacob no respondió, porque en ese momento la voz de Edward nos interrumpió, Tony había dejado el video reproduciéndose.
Jacob volteo hacia la televisión cuando aparecía un Edward sonriente.
—¿También invitaste a su fantasma? —dijo
Yo caminé rápidamente hacia la televisión para apagarla.
—Solo le estaba enseñando el video a Tony—contesté de la manera más amable que pude, era el cumpleaños de Tony, no le iba arruinar su día por algo así.
Jacob no tuvo oportunidad de contestar porque en ese momento el timbre sonó, yo respiré aliviada.
Habían llegado los Hale, Rosemary inmediatamente pregunto por Tony y salió al patio a buscarlo, mientras Rose y Emmet tomaban asiento en la sala, les presenté a Jacob e inmediatamente le preguntaron por su trabajo y fue suficiente para que él hablara por un largo tiempo, yo trataba de poner atención a detalles que me diera acerca de su socio, pero no hablaba mucho de ello, después llegaron la familia de Edward, Carlisle, Esme, Alice y Jasper.
Jasper y Emmett inmediatamente se hicieron amigos, solo por que a los dos les gustaba un videojuego en particular.
Había hecho hamburguesas para comer y me encontraba en la cocina preparándolas cuando Alice entró a ayudarme.
—Tu tienes algo—me dice mientras ponía las hamburguesas en platos para llevar a los invitados.
—¿Por qué lo dices? — pregunto curiosa, había intentado que mi angustia no se notara.
—No lo sé, a veces siento como si algo grande fuera pasar—dice, y admiro que tenga ese tipo de premoniciones, pero justo ahora que no sabía con que clase de hombre Jacob y mi hijo estaban tratando hacia que mi angustia creciera.
—Espero que sea algo bueno
—Yo creo que si—dice—Te he visto mucho mejor
—Creo que al fin estoy procesando todo—le digo y ella me sonríe.
Comenzamos a repartir los platos a los invitados, empecé con los adultos, después me fui al patio a buscar a los amigos de Tony, estaban los tres sentados en el pasto, les di su hamburguesa.
—Y Tony?—les pregunté cuando no lo vi con ellos.
—Fue al baño…creo—dijo Rosemary.
Sonreí y fui a dentro, pase por el pasillo que daba al baño de invitados, pero estaba abierto, no estaba ahí, pensé que lo más seguro es que fuera al baño que estaba cerca de los cuartos, regresé a la cocina para ahora distribuir las bebidas.
Para cuando regresé con los chicos con sus bebidas Tony aun no regresaba del baño.
Mi angustia volvió hacer presencia y fui al baño junto a nuestras recamaras para comprobar que estuviera bien, pero él tampoco estaba ahí, ni en su cuarto. Fui a mi cuarto para ver si estaba ahí de pura casualidad, pero tampoco estaba, pero un movimiento en la ventana me llamó la atención. Me asomé, mi cuarto daba al patio delantero, y ahí en la banqueta medio escondido tras un árbol se encontraba Tony hablando con un hombre, con gorra negra, no podía verle la cara.
Mi ventana no podía abrirse, así que solo golpe el vidrio, Tony volteo y me sonrió, pero el hombre no volvió la cara, pero la forma de la espalda, la estatura, todo me sonó familiar, me apresuré a salir a la puerta para saber con quién estaba hablando, el corazón me latía a mil por hora por alguna razón.
Me topé con Tony en la puerta, a punto de entrar.
—¿Con quién estabas? — le pregunté mientras volteaba hacia la calle para ver al desconocido, pero ya iba muy lejos, ya casi llegaba a la esquina, su manera de caminar me llamó demasiado la atención, al doblar la esquina alcance a ver su perfil, y mi subconsciente alcanzó a registrar algo que mi mente consiente no pudo procesar de inmediato.
Es Edward
No analicé lo que hacía, me encontré corriendo para alcanzarlo.
Edward POV
Sabia que lo que hacia era una imprudencia, pero no podía dejarlo pasar, me estacione una cuadra antes de llegar a la casa que ahora era su hogar.
Camine calle abajo para llegar, todo el tiempo alerta por si reconocía a alguien, cuando al fin llegue a la casa me quedé en blanco porque no había considerado como le iba hacer para que Tony saliera.
Me apoye en un árbol, que de cierta medida servía como escondite entre yo y la casa. Le mande un mensaje.
Tony, estoy afuera de tu casa, podrías salir?
Le di enviar, solo esperaba que no sonara raro, o que le dijera a Bella y ella saliera con él.
¿Qué iba hacer si lo hacía?
Pero Tony salió sólo, su cara fue de desconcierto cuando me vio escondido tras el árbol
—coach?
—Feliz cumpleaños—le dije simplemente y le extendí la caja con mi regalo—Siento no poder asistir a tu fiesta, pero llevo algo de prisa.
—Gracias! —dijo emocionado mientras recibía mi regalo.
—Es un reloj inteligente—le dije—seguro te ayudara para medir tus tiempos, puedo ayudarte a ponerlo en marcha si quieres
—Si por favor.
Y esa fue mi imprudencia numero dos, ya que hice que Tony se tardara y obviamente alguien notaria su ausencia.
Cuando escuché el golpe en la ventana que se encontraba a espaldas sentí la necesidad de voltear, pero me contuve.
—Es mi mamá—informó Tony saludando hacia la ventana—creo que me está buscando.
—Ok, ya no te quito más tu tiempo— dije apresurado mientras de reojo vi como Bella se apresuraba a alejarse de la ventana, supongo que viniendo hacia acá—¡Te veo en los entrenamientos! —le grite porque ya estaba huyendo a toda prisa de ahí.
