Disclaimer: Crepúsculo es de Stephenie Meyer, la historia de Silque, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight belongs to Stephenie Meyer, this story is from Silque, I'm just translating with the permission of the author.

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Alice POV

Después de tocar el timbre, escuché a Edward y Bella venir por el pasillo. Despacio. No pude evitar reírme. Los oí concertar una cita para la noche siguiente. ¡Perfecto!

Cuando Bella abrió la puerta, pude ver mi visión hecha realidad; ambos resplandecían positivamente. Me costó mucho reprimir mi grito de emoción. Era tan obvio que ya estaban enamorados.

No quiero robarle la línea a nadie, pero me encanta cuando un plan sale bien.

Le pregunté sobre su velada y Edward me gruñó. Qué desagradecido. De cualquier manera, Bella parecía no poder dejar de sonreír, y esa habría sido respuesta suficiente para mí, pero estuvo de acuerdo en que fue maravilloso, y yo estaba encantada con la forma en que miró a mi hermano. ¿No es el amor lo mejor?

Vi a mi hermano enamorado acariciarle la mejilla y susurrarle su despedida, y casi me arranca del suelo mientras me arrastró hasta el auto. ¡Qué grosero! Saludé por encima del hombro.

―¡Adiós! ―le dije a mi nueva hermana.

¡Su grito de alegría después de que se cerró la puerta fue tan lindo!

Abrí la puerta delantera del auto y le advertí a Jasper, que estaba esperando en el asiento del conductor.

―Prepárate, bebé. Ya viene.

Tan pronto como Edward se deslizó en el asiento trasero, pude ver cómo afectaba a Jasper. Sus ojos casi se pusieron en blanco.

―¡Jesucristo, muchacho! Contrólate un poco, ¿eh? ¡No tengo que preguntar cómo te fue, porque obviamente fue bastante bien! ―Sacudió la cabeza como si estuviera tratando de despejar algo―. ¡Alice, cariño, me siento bien! ¡Vamos a bailar!

Me reí y aplaudí.

―¡Sí!

Me giré en mi asiento.

―Te dejaremos en el hotel, nos cambiaremos y nos iremos. ¡Pero primero tienes que contarme qué pasó! Quiero decir, sé lo básico y sé que tienes una cita con ella mañana por la noche, ¡pero dame algunos detalles, hermano! ―Estaba de rodillas mirando hacia atrás en el asiento, rebotando de emoción.

Edward parecía un poco aturdido, pero completamente feliz por primera vez desde que lo conocí.

―Alice. ¡Dios mío, ALICE! ¡Es increíble! Es tan hermosa y dulce. Tímida, y una perfecta dama. Yo... tomé su mano. Besé su mano. ¡Pude acariciar su cara! ―Suspiró y su cabeza cayó hacia el respaldo del asiento. Me di cuenta de que estaba repasando la noche en su cabeza.

Jasper se rio.

―¡Tranquilo, don Juan! No necesitamos escuchar toda esa charla obscena. Hay una dama presente.

Golpeé el hombro de Jasper.

―¡Y tiene una cita con ella mañana por la noche para cenar e ir al teatro! ―repetí. A primera hora de la mañana, tenía algunos hilos que mover. Conocía gente. Quizás podría conseguirles asientos en primera fila en el Teatro Lunt-Fontanne. Sabía que La Bella y la Bestia todavía estaba en presentación. Era algo poético, ¿sabes? Y definitivamente una reservación en Jean Georges.

Edward levantó la cabeza.

―¡Sí! Jean Georges. ¿Pero la Bella y la Bestia, Alice? ¿En serio? ¿No es eso un poco... no sé, obvio y directo? ―resopló.

Logré sentarme en mi asiento y tomé la mano de mi Jazzie.

―Creo que es perfecto. Y su nombre es Bella, ¿verdad? Además, ella sabrá lo que somos muy pronto, ¡y no la sorprenderá en lo más mínimo! ―Sonreí.

El primer indicio de una caída en el nivel de euforia de Edward se mostró en su rostro.

―¿Cómo no vamos a sorprenderla, Alice? Somos... bueno... ¡bestias! ―él se rio entre dientes.

―Ella no nos verá de esa manera. De todos modos, creo que es perfecto, ¡y ella también lo hará! ―afirmé.

Mi marido me apretó la mano y se rio.

―Perfecto, cariño.

Edward resopló y se rio de mí.

―Estoy en tus manos, hermanita. Solo, por favor... necesito que sea una noche inolvidable. Necesito que sea mágica... para ella.

Dijo "ella" con tanta reverencia que casi me estremezco.

―No te preocupes, hermano mayor. Déjame jalar algunos hilos por la mañana y tendrás tu magia.

Empecé a planificar su guardarropa para la noche. No teníamos tiempo para un traje nuevo, así que su Armani azul marino tendría que ser suficiente. ¿Por qué no pensé en esto hace días? Bueno, hacer que fuera a probarse un traje nuevo podría haberlo hecho sospechar, y fue demasiado divertido sorprenderlo esta noche.

Llegamos al hotel Plaza, le entregamos el auto al valet y nos dirigimos a nuestra suite. Creo que la cabeza de Edward estuvo en las nubes todo el camino.

―¡Llamemos a casa! ―grité tan pronto como la puerta se cerró―. Llamemos a los padres, y luego Jazz y yo podremos ir a bailar toda la noche, y tú podrás sentarte aquí y soñar despierto con tu dulce Bella. ―Jasper me guiñó un ojo. Mi dulce hombre. Podía sentir la alegría reflejada de Edward, ¡y eso significaba una gran noche para Mary Alice! ¡Qué bien!

Edward no me dio ningún argumento y sacó su celular con la más dulce sonrisa torcida en su rostro, que si pudiera morir, lo habría hecho. Marcó rápidamente el número de la casa en Forks y esperó a que uno de ellos respondiera.

¿Hola? ―Era Carlisle.

―¿Papá? ¿Cómo estás? ―sonrió Edward.

―Estoy bien, Edward, y parece que tú también. ¿Cuál es la ocasión?

―¿Puedes poner a mamá en la otra línea? Me gustaría hablar con ustedes dos.

―Por supuesto. ―Se alejó del teléfono y dijo―: ¿Cariño? Edward quiere hablar con los dos. ¿Puedes levantar el teléfono allí?

Esme se puso al teléfono casi de inmediato.

¿Edward? ¿Está todo bien? ―Sonaba un poco preocupada. Estaba deseando oír cómo su preocupación se convertía en euforia.

―Todo está bien, mamá. Mejor que bien. Yo... papá, mamá, yo... la conocí. Encontré a mi pareja.

Carlisle y Esme hablaron al mismo tiempo.

¡Edward! ¡Qué maravilloso!

¡Es una noticia increíble, muchacho!

La sonrisa no podía ser eliminada del rostro de Edward ni con un puño de arena.

―Es maravillosa. Su nombre es Isabella, pero le gusta que la llamen Bella. Es la chica más hermosa que he visto en mi vida y ya no puedo vivir sin ella. ¡No puedo esperar a que la conozcan!

Esme sonaba como si estuviera llorando suavemente y Carlisle habló.

―Estoy tan feliz por ti, hijo. ¿De qué aquelarre es? ¿Conocemos a su gente?

Edward se quedó en silencio y la sonrisa desapareció. Oh, querido.

―Um... bueno... papá... ella no es… ―hizo una pausa para aclararse la garganta―. Es... ella no es... papá, ella es humana.

El silencio al otro lado de la línea era ensordecedor.

―Edward, ¿acabas de decirme que tu pareja es humana? ―Carlisle finalmente preguntó.

―Sí, papá. Es humana.

―Ya veo. ¿Y ella sabe... lo que eres?

―No ―susurró Edward. Pude ver cómo su felicidad se desvanecía. Era hora de intervenir. Le arrebaté el teléfono a Edward.

―¿Papá? Hola. Mira, lo he visto. Está bien, ella nos aceptará incondicionalmente.

―Pero Alice ―intervino Esme―, ¿cómo pueden estar juntos? Simplemente no…

Carlisle interrumpió.

―Podemos ocuparnos de todo eso más tarde, querida. Alice, ¿qué pasa con la gira? ¿Viajará con ustedes? ¿Cómo va a funcionar todo esto? ¿Y cuándo le dirá Edward que es un vampiro?

―Edward va a cancelar la gira. Va a hacer el concierto en DC, pero se retirará después de eso. ―Miré a Edward y él asintió con una media sonrisa. Oh, querido hermano, por supuesto que ya lo sabía―. Deberíamos estar en casa en aproximadamente 2 semanas. Y sí, Isabella estará con nosotros. Y definitivamente sabrá de nosotros para entonces.

Eso obviamente sorprendió a Edward.

―Está bien ―respiró―, eso es mucho más rápido de lo que pensé que sería. ―Ya se había olvidado de nosotros y estaba en su propia cabeza, murmurando para sí mismo, alejándose―. Odio apresurar el cortejo, pero no se apuesta contra Alice… ―Sí, eso me hizo sonreír, lo admito.

Jasper soltó una carcajada.

―¡Lo sabía! ¡Lo dije, lo juro, Carlisle! ¡La va a cortejar! Tengo que llamar a Emmett. ―Sacó su teléfono del bolsillo y marcó un número. Mientras se dirigía a nuestra habitación, escuché―. ¡Emmett! Hermano, ¡nunca adivinarás lo que pasó!

Esme se rio en mi oído.

―Dile a mi hijo que será mejor que sea amable con Edward. Todos hemos esperado mucho tiempo para que encuentre a su pareja. Se merece esta felicidad. Pero Alice, ¿una humana?

―Uh huh. Pero hay algo que no puedo ver. Ella no está enferma. No puedo entenderlo, pero algo está... mal. ―Sacudí la cabeza con frustración.

Por suerte, Edward todavía estaba en lo más profundo de su mente y no se dio cuenta.

―Oh, cielos. ¿No puedes descifrar ni una pizca del problema, Alice? ―pidió Carlisle.

Mientras Edward todavía estaba distraído y estaba al otro lado de la habitación, susurré.

―No. Pero escucha, hay más. Ella seguirá siendo humana cuando lleguemos allí... pero no por mucho tiempo.

Esme jadeó.

―¿Quieres decir...?

―¡Sí! Agárrense de donde puedan, porque ¡esto se va a volver loco!