Título: El Viejo Jardín

Fandom: Free!

Personajes: Nanase Haruka. Makoto Tachibana.

Género: Vida adulta. Romance. Fluff.

Advertencias: Ninguna.

Resumen: La escuela primaria Iwatobi tiene unos visitantes importantes, que con nostalgia recuerdan su proyecto de graduación.

Longitud: 1474 palabras.

Estado: Terminado.

Aclaración: Free!, novelas y animes, pertenecen a Koji Oji, Kyoto Animation y demás socios y derivados comerciales. No busco beneficio alguno al escribir y publicar esto más que el placer de hacerlo y la esperanza de que sea leído y guste. Fin.

Nota: Este fanfic participa en el Flufftober 2024 organizado por la página Es De Fanfics, con el promp del treceavo día: Cultivar un Jardín.


—Por favor niños, den la bienvenida a Nanase Haruka y a Tachibana Makoto, exalumnos de esta escuela primaria.

Todos los alumnos de la escuela primaria de Iwatobi se encontraban reunidos en el patio de la misma, donde se estaban presentando Haruka y Makoto, invitados especiales para mostrar a esa joven generación lo lejos que podían llegar y como incluso de su pequeña ciudad salían deportistas de talla mundial. Los niños y jóvenes aplaudieron con emoción ya que no sólo les habían avisado con antelación de la visita sino que la mayoría ya los había visto en las noticias locales.

—Nanase-san es un nadador medallista olímpico —continuó el director de la escuela, con los jóvenes deportistas detrás de él—, mientras que Tachibana-san es entrenador de natación profesional —como si los niños no lo supieran ya, pues los pocos que lo desconocían ya habían recibido una explicación de parte de sus compañeros desde que se anunció la visita.

Aunque a quien más identificaban era a Haruka pero la televisión local no había perdido el tiempo en presentar reseñas de todos los deportistas que habían surgido de sus costas en los últimos juegos olímpicos.

—Ahora dejaremos que ellos tomen la palabra.

El primero en acercarse al micrófono fue Haruka.

—Buenos días niños —dijo con voz suave a la alborotada juventud—, me siento muy contento de estar en esta escuela el día de hoy, creo que no había venido desde que me gradué —eso no era del todo cierto, pero los chicos no tenían que saberlo. Makoto se acercó entonces.

—Seguramente no lo saben —intervino invadiendo el espacio personal de Haruka para poder hablar por el micrófono— pero cuando nuestra generación se graduó plantamos flores y pusimos ladrillos con mensajes en el cerezo —señaló hacia el árbol y como uno solo todos los niños giraron la cabeza hacia allá, desde donde estaban no se podía ver bien, aunque todos sabían de qué hablaba.

—En ese tiempo Makoto y yo estábamos en el mismo club, el club de natación Iwatobi, Makoto fue nadador varios años antes de que decidiera ser entrenador, y cuando estábamos decorando el cerezo también nos preparábamos para nuestro primer relevo —hubo un coro de exclamaciones interesadas, eso no lo contaron en la televisión local. Makoto volvió a hablar en el micrófono.

—Ganamos esa competencia, y fue muy especial para nosotros porque fue la primera vez que hicimos un relevo, además estábamos terminando la escuela primaria e íbamos a separarnos en diferentes escuelas y clubes nuevos.

—Nosotros no por que asistimos a la misma secundaria —intervino Haruka, causando una discreta risa en Makoto.

—Cierto, Haru y yo hemos estado en los mismos equipos varias veces, incluso ahora, aunque soy entrenador seguimos en el mismo equipo.

El director les hizo una seña para que se detuvieran ahí y se alejaran del micrófono.

—Sabemos que están emocionados, pero es hora de que vayan a sus salones a empezar sus clases, Tachibana-san y Nanase-san irán a todos los salones a convivir con ustedes durante todo el día, sólo deben ser pacientes.

Sonó la campana justo en ese momento y un poco a regañadientes los niños se dirigieron a sus salones.

El día fue bastante agotador pero al mismo tiempo muy agradable y satisfactorio, todas esas caritas asombradas mirándolos, Makoto incluso hizo el truco de levantar a un par de niños usando sus bíceps, varias veces. Respondieron muchas preguntas, la mayoría repetidas pero nunca mostraron signos de molestias. La vieja maestra de arte comentó lo talentoso que era Haruka y lo persuadieron de dibujarles algo así que usó gises y el pizarrón del salón de arte para recrear una piscina olímpica, sin muchos detalles pero de todos modos impresionó a los niños que estaban en la clase en ese momento.

Almorzaron en el comedor de la escuela, afortunadamente les dejaron una mesa para ellos solos y les dijeron a los chicos que debían dejarles comer, de lo contrario seguramente habrían pasado todo su almuerzo respondiendo más preguntas y dando más consejos.

Terminaron junto con la jornada escolar y se relajaron en las oficinas mientras los estudiantes salían, les habían dado carta libre para recorrer la escuela una vez acabadas las clases, habría actividad de algunos clubes pero no creían que les molestaran.

Hicieron un recorrido rápido pero sus pasos los llevaron al árbol de cerezo, era muy significativo por varios motivos, aunque no era algo exclusivamente suyo sí guardaba muy buenos recuerdos. Sin embargo…

—Parece que no le han dado el mantenimiento adecuado a las flores —comentó Haruka viendo como su pequeño jardín era casi todo tierra.

—Uhm, quizás es un proyecto para más adelante —más o menos sabían que seguían usando ese pequeño jardín para proyectos de jardinería.

—¿Crees que deberíamos hacer algo?

—Creo que sería un poco invasivo y grosero.

—Creo que nos dejarían hacer lo que queramos.

—Haru…

Hubo un momento de silencio.

—Podemos preguntar.

—Haru…

Al final preguntaron y, justo como dijo Haruka, les dejaron hacer lo que quisieran, y Haruka arrastró a Makoto al día siguiente a la tienda de jardinería, no compraron tantas flores como cuando recién pusieron los ladrillos pero sí para que se viera más colorido y menos tierra.

Haruka podía sentir que había cierto disgusto en Makoto pero tampoco se negó rotundamente a ayudarlo con esto.

Esperaron al fin de semana para dedicarse a eso, diligentemente Makoto lo ayudó en todo lo que Haruka le pedía pero conforme avanzaba el tiempo se notaba con menos ánimos.

Casi terminaban cuando Haruka se detuvo y lo miró.

—Makoto ¿qué pasa? Y no vayas a intentar decir que nada.

Makoto había estado aflojando la tierra por un lado y se detuvo al oír a Haruka, no respondió de inmediato pero cuando lo hizo su voz sonaba frustrada.

—Es una tontería infantil —Haruka lo miró con desconcierto.

—Seguro que no, dime… o harás que las flores se marchiten si sigues trabajando de mal humor —inventó pero logró que Makoto sonriera.

—Es tonto por que… este árbol, estas flores… me hacen sentir celos.

—… ¿celos?

—Porque… este proyecto fue idea de Rin y me pone celoso que te preocupe tanto… y ya sé que sólo éramos niños cuando lo hicimos y que además participamos todos los del grupo pero de todos modos… —miró hacia Haruka esperando ver algún disgusto pero sólo miró una expresión pensativa.

—Lo sé, incluso soy consciente de la obsesión de Rin por los cerezos —empezó lentamente, ordenando sus pensamientos— pero… en ese entonces no entendía lo que era el trabajo en equipo, y la satisfacción de un trabajo bien hecho en grupo, incluso aunque competimos en los relevos sentía que me lo imponían todo el tiempo… realmente tardé mucho en apreciar trabajar con mis compañeros y amigos…

Se miraron, Haruka tenía una expresión suave y Makoto una contemplativa.

—En aquel entonces, aunque no dije nada estaba en contra de este jardín, pensaba «¿por qué molestan al árbol? Está muy bien así, grande y majestuoso, dominando el paisaje», me tomó tiempo entender que en realidad estaba solitario y pensé en mi mismo, hubo un tiempo en que estaba rodeado de personas que me admiraban y querían estar conmigo pero yo quería estar solo, no me di cuenta de cuan solitario me sentía en realidad pero al mismo tiempo me ponía nervioso con tanta compañía, me alteraba emocionalmente…

Sonrió con un aire de nostalgia.

—Me costó mucho realmente abrirme a otras personas que no fueran tu Makoto, o nuestras familias y aún así siempre hubo un muro donde sólo te dejaba pasar a ti…

Makoto se había ido acercando poco a poco.

—Así que… creo que quiero hacer esto por el Haru que era huraño y no entendía lo hermoso de este proyecto, o el que no entendía que se sentía solo y no sabía cómo expresarlo, o el que se sentía tan presionado que colapsó, más de una vez…

Sintió una mano con algo de tierra en su rostro.

—Y también por el Makoto que estuvo con Haru en cada momento, y que aguantó todo, que nunca se rindió, conmigo…

—Jamás te dejaría Haru…

—Y también por esos niños que están buscando un sueño… —terminó mirando hacia el edificio de salones.

—Entiendo —dijo Makoto luego de un momento de silencio— lamento haber sido tonto.

Haruka negó suavemente.

—No, está bien. Creo que no habría podido explicarme a mi mismo porque era tan importante si no hubieras dicho nada.

Volvieron a sonreírse y luego de otro momento en silencio volvieron al trabajo, esta vez con los ánimos completamente arriba. El resultado final fue sencillo pero bello, Haruka había hecho que acomodaran las flores de tal forma que crearan patrones alrededor del árbol con colores eran armoniosos.

Miraron su pequeña obra durante un rato, de pie frente a él, con Makoto abrazando a Haruka de la cintura y Haruka recargado en su hombro.


Gracias por leer.