¡Saludos, queridos lectores!

No, yo sé que no esperaban un tercer capítulo en esta historia, pero será mi compensación porque no pude terminar el capítulo de Sin destino que debía traerles este fin de semana. Una disculpa por ello, pero a pesar de tener días de vacaciones, tuve otras labores. Por desgracia, esta semana tampoco creo tener mucho tiempo, pues mi cumpleaños llega en estos días, así que no sé cuántos capítulos pueda actualizar el próximo fin de semana. Sin embargo, prometo subir al menos una historia.

Aún no sé qué historia de las que corresponden al próximo fin de semana podría traerles, pero espero traerles al menos la de Sin destino, no sólo porque no lo estoy actualizando ahora, sino porque es del que tengo más avanzado el capítulo.

Sin hacer más larga la introducción, los dejo con este capítulo extra de esta historia, que, les recuerdo, se actualiza cada quince días n.n


Itachi se debatía entre ir tras su hermano, llamarle o simplemente dejar que actuara, pues aunque sabía que en el estado en el que se fue, no fue el mejor, esperaba que si cometía algún error, fuera el empujón que necesitaba para querer recuperar a la chica de la que se enamoró, pero al mismo tiempo temía que las acciones que fuera a tomar, fueran irremediables.

Cuando finalmente se decidió a llamarlo, enseguida saltó el buzón de voz y lo mismo pasó al llamar a Karin. Después de varios intentos, decidió ir a buscar a Sasuke a casa de la pelirroja, pero nadie le abrió la puerta y al final no tuvo de otra que regresar a casa y esperar noticias de su hermano.

Sasuke llegó a la mansión alrededor de tres horas después de que se marchó y lejos de verlo enojado, triste o en un caso remoto, feliz, volvió con un gesto pensativo.

—¿Qué pasó?

—Le robaron el celular ayer por la noche. No era mensaje de ella.

—¿Eso quiere decir que las cosas están bien entre ustedes? Digo, sin contar lo obvio.

—No lo sé —respondió Sasuke sentándose en uno de los sillones de la sala.

—¿No lo sabes? —Itachi preguntó curioso, porque aún si Karin no envió aquel mensaje y por el gesto de su hermano, pareciera que pasó algo entre ellos.

—Fuimos a comer. No se sintió igual.

—¿Podrías ser más específico? —preguntó Itachi sentandose frente a él. Al parecer, su hermano al fin estaba dispuesto a hablar estando sobrio.

—Ella siempre estaba animada, platicándome un montón de cosas cuando comíamos juntos y a veces me hacía hablar —decía con la mirada perdida, pues su mente estaba en los recuerdos— Hoy… se sintió diferente. Ella hablaba y sonreía, pero se sentía como si cuidara lo que decía, como si no me tuviera confianza o…

—¿Como lo hace con todos los demás? —sugirió Itachi y aunque el menor no dijo nada, su gesto le daba la razón— ¿Y qué vas a hacer al respecto?

—Nada.

—Pero…

—Hyuuga es correcto, no tiene dudas en lo que quiere con ella y se ha comportado mejor de lo que yo cuando me vio llegar.

—¿Cuando te vio llegar? —preguntó confundido.

—Ella estaba con él cuando llegué —dijo levantándose del sillón y empezando a andar— Y debería quedarse con él.

Sasuke se fue a su habitación. Se veía derrotado e Itachi no se atrevió a molestarlo, porque en la mirada de su hermano podía notar que él había entendido lo que había hecho mal, que se arrepentía y se sentía inmerecedor de una oportunidad.

No, Itachi estaba seguro que su hermano merecía otra oportunidad, claro, siempre y cuando hiciera bien las cosas esta vez, pero por ahora iba a dejar que se quedara con sus pensamientos y la tristeza, para que la extrañara ahora que era consciente de sus sentimientos y de esa forma él tuviera una mejor voluntad de pelear, pero principalmente lo dejaba ir, porque con lo terco que era, le iba a ser difícil convencerlo de que no todo estaba perdido mientras tuviera los sentimientos a flor de piel.

Tres semanas transcurrieron con normalidad y en esta ocasión, Sasuke no exigió tiempo extra de trabajo a su equipo innecesariamente. Incluso, las veces que no se pudo evitar, intentó dejarlos salir lo antes posible y por supuesto, esa actitud no fue pasada por alto por sus subordinados, aunque ninguno dijo nada para no cambiar la dinámica.

Por otro lado, el humor de Sasuke era extraño, porque no era malo, pero tampoco bueno. Más bien era como si hiciera todo en automático, pero al mismo tiempo ponía atención y en cuanto a la presencia o mención de Neji, sólo daba la media vuelta y se iba para no tener que saber al respecto. De hecho, Itachi tenía que hacerse cargo de los asuntos que tuvieran relación con él.

Claro, Itachi ya había intentado hablar con él después del segundo día, pero en cada intento, Sasuke se iba, fingía una llamada o salía de la casa. Simplemente no escuchaba, pues no quería volver a tocar el tema. Sin embargo, el viernes de la tercera semana en que él y su equipo tuvieron que trabajar hasta tarde, ocurrió lo que él no esperaba.

Era medianoche y estaban recogiendo y guardando las cosas para irse. Los cuatro estaban muy exhaustos y ya ni siquiera hablaban porque querían ir a casa lo antes posible.

Apenas tuvieron la oportunidad, se despidieron y se fueron, pero Sasuke se quedó en la oficina con una débil excusa para no bajar con ellos al estacionamiento. Por suerte, todos estaban demasiado cansados para insistir en esperarlo y después de diez minutos, él bajó al estacionamiento.

Fue inesperado para él, ver qué el carro de Karin seguía en su sitio asignado, junto a él, y ella estaba en el asiento del piloto mirando el celular.

—¿Está todo bien? —Sasuke se acercó a preguntarle y casi enseguida se arrepintió de haberlo hecho, porque quizá, no había ningún problema y ella sólo estaba esperando respuesta de Hyuuga para encontrarse en algún lado. Algo que ellos llegaban a hacer cuando terminaban su día laboral en sedes diferentes.

Odiaba pensar que ellos intimaran.

—Alguien ponchó dos llantas de mi auto. ¿Puedes creerlo? ¡Tienen clavos! —respondió ella— Ya cambié una, pero no tengo un segundo cambio, así que estoy viendo si encuentro un sitio que pueda venderme llantas a esta hora o llamar un carro —respondió la pelirroja para luego irritarse— Voy a meter una gran queja con la seguridad del edificio, así que espera mi oficio.

—¿Por qué no les pediste a Juugo o Suigetsu ayuda?

—Porque se fueron antes de que me diera cuenta de que tenían clavos —suspiró cansada— Te pediría ayuda a ti, pero tus llantas y las mías son diferentes, así que…

—Busca la vulcanizadora. Si no hay ninguna disponible, te llevaré a tu casa —ella asintió y comenzó a buscar, pero cuando no halló nada, Sasuke le hizo una señal para que se bajara y subiera a su carro.

La verdad es que no hablaron mucho todo ese tiempo, pero cuando iniciaron el camino a casa de Karin, ella habló primero.

—Te oyes normal.

—¿A qué te refieres? —preguntó confundido.

—Las últimas semanas has estado raro. Suenas casi como un robot, pero cuando te acercaste a preguntarme si necesitaba ayuda, al fin te oías cómo el viejo tú. Estaba comenzando a pensar que te reemplazaron —respondió riéndose de su propio chiste y a Sasuke se le escapó una sonrisa porque ella también sonaba a la Karin que conocía.

—Extrañaba verte reír así —se le escapó decir y tal confesión llamó la atención de la pelirroja.

—¡Lo dices como si no hubiese reído hace siglos!

—Sólo exagero —quiso quitarle peso a su comentario, pero a pesar de estar sonrojado, no podía dejar de sonreír.

—Supongo que el trabajo nos ha consumido mucho. ¿No? —sugirió Karin desviando la mirada— ¿O crees que haya otro motivo que nos tenga así?

—El trabajo es muy estresante —declaró Sasuke, porque ella le había preguntado indirectamente si su "no relación" pasada tenía algo qué ver, y él, que no quería hacer nada que interviniera con su relación, simplemente lo negó.

Hubo silencio entre los dos y aunque Sasuke no quería preguntarle directamente sobre su relación con Hyuuga, tampoco podía negar que quería asegurarse de que ella estaba feliz, así que se dio un impulso de valor y preguntó.

—¿Ibas a reunirte con Hyuuga?

—No. Él está de viaje, así que…

—¿Se han formalizado? —preguntó el azabache después de una pausa. Trató de no titubear y contuvo el aliento al esperar la respuesta.

—No.

—Tu y Hyuuga…

—¿Estás seguro que quieres hablar de esto? —interrumpió Karin— Si lo haces por cortesía, no es necesario.

Sasuke no supo interpretar si ella estaba molesta de que él preguntara o si simplemente no quería develar nada y aunque sí le preocupaba que no estuviera bien con aquel hombre, prefirió no insistir.

El resto del camino volvieron a quedar en silencio, cada uno ensimismado en sus pensamientos porque habían estado a punto de tocar un tema que, aunque sentían que debían hablar, al mismo tiempo pensaban que el día de su "ruptura" era como si todo se hubiese dicho en ese momento.

Una vez que llegaron al departamento de Karin, Sasuke iba a meterse al estacionamiento por inercia. Prácticamente todas las veces que había ido a ese lugar en los últimos tres años, entraba al estacionamiento del edificio y subía con la pelirroja a su departamento.

—Si quieres estacionarte adentro, podemos subir por un café —ella le invitó cuando Sasuke se preparaba para dar la reversa y corregir su error.

Al escucharla decir eso, él la volteó a ver para ver si ella intentaba bromear o si sólo estaba invitándolo por cortesía, pero ella había desviado la mirada y se dedicaba a ver por la ventanilla del copiloto. Llegó a pensar que lo había alucinado, pero no, estaba muy seguro de lo que oyó.

—¿Estás segura? —preguntó él, no sólo porque quizá ella querría ir directo a la cama a dormir, si no que no entendía la invitación.

—Sólo es un poco de café, pero entiendo que estés exhausto por…

Sasuke entró al estacionamiento y ambos subieron al apartamento de ella, pero ninguno se atrevió a decir nada, ni siquiera durante el rato en que ambos se sentaron en la sala a beber el café.

Con tal situación, podría pensarse que ambos se apresuraron a beber del café para que esa situación terminara, pero ambos lo hicieron con calma, porque los pensamientos del pasado y el presente los ensimismaron. Es decir, ninguno de los dos podía dejar de pensar que si Karin no hubiese terminado con esa "no relación", habrían llegado directo a la habitación con ella besándolo mientras avanzaban hacía la cama hasta que la pasión los dejara desnudos uno encima del otro hasta que el agotamiento los obligara a dormir.

Sin embargo, ahora estaban allí después de casi dos meses sin nada de acción… ni siquiera un sólo beso, y todo porque ella terminó todo aquello porque, y según sus palabras, se había aburrido del sexo sin amor.

En el presente, Sasuke se daba cuenta que en realidad, nunca fue sexo sin afecto el que tuvieron, pues sabía que ella estaba enamorada de él, pero ahora también sabía que él la quería y lo hacía desde antes de que ella le hiciera la propuesta que había iniciado los encuentro furtivos, sólo que él no había reconocido el momento en que ese afecto cambió de quererla como a una compañera a algo más y por supuesto, tampoco hizo nada para cambiar la dinámica que tenían.

Tampoco podía intentar cambiar las cosas ahora, porque ella estaba saliendo con alguien más que se había dado cuenta antes que él, de lo valiosa que ella podía ser como pareja y se abstenía de pelear por ella porque quería que fuera feliz. ¿Para que causarle molestias diciéndole lo que pensaba de ella, cuando podía provocarle un montón de preguntas e incomodidades, sobre todo en el trabajo?

No quería que ella se alejara de él y para evitarlo, simplemente debía callar para que Karin no quisiera irse de su lado. Aún si le dolía, prefería tenerla a lado como la compañera que siempre había sido que confesar sus sentimientos y verla alejarse. Quizá, si alguna vez en el futuro había otra oportunidad, la tomaría sin dudarlo y haría las cosas bien… aunque no sabía cómo se suponía que se haría eso.

—Gracias por el café —dijo Sasuke levantándose del sillón tras dejar la taza en la mesita de noche. Habían estado tan absortos que ninguno sabía la hora y no habían prestado atención a los movimientos de Ónix que seguía renuente al azabache.

—Sí, claro. Gracias a ti por traerme —respondió Karin confundida por el agradecimiento del azabache.

—Puedo venir por ti mañana para ir por tu carro y llamar a la vulcanizadora.

—¿No sería mucha molestia y en sábado?

—No tengo planes.

—Si no te molesta…

—Vendré al medio día. ¿Está bien? —preguntó el azabache y ella asintió en silencio.

Ambos se miraron, asintieron y comenzaron a caminar hacia la salida. Allí, en el marco de la puerta quedaron uno frente al otro, pero sin mirarse a los ojos, por lo menos hasta que ella decidió hablar.

—Conduce con cuidado y mañana…

Fue muy débil, lo admitía y aunque la razón le decía que debía sentirse arrepentido, lo cierto es que Sasuke, que había interrumpido a Karin besándola, sentía que si no lo hubiese hecho, se habría arrepentido más.

Desde el momento en que Sasuke la besó, ya estaba preparado para ser rechazado, pero le fue más sorprendente que ella no sólo le correspondiera casi de inmediato, sino que ese beso comenzó a salirse de las manos muy rápido.

—No… espera Sasuke —ella pedía mientras él no dejaba de besarla— No se supone que…

—No iré más lejos —le aseguró el azabache.

Sasuke la levantó del piso, cargándola en vilo hasta llevarla a la cama mientras Ónix le siseaba con más energía y parecía que quería alejarlo de la habitación.

—Dijiste que no irías más lejos —dijo Karin, pero no hacía ningún esfuerzo por detenerlo, aún cuando mientras se besaban, había sentido la reacción bajo su pantalón.

—No lo haré —le aseguró el varón y a pesar de que sí quería ir más lejos y que ella no parecía que fuera a negarse mientras le quitaba los zapatos y las medias, Sasuke se acostó con ella después de quitarse el cinturón, los zapatos y calcetines.

—¿Sasuke? —preguntó ella confundida.

—Vamos a dormir —respondió el aludido quitándole los lentes para dejarlos en la mesita de noche y la abrazó.

Decir que Karin estaba más que confundida, era decir poco, por lo que permaneció callada en lo que intentaba salir de su pasmo. Incluso, ella esperaba que Sasuke reanudara los besos y caricias y terminara de desnudarla, pero no. Él de verdad estaba allí abrazándola, en calma, sin intentar nada más.

—Quiero quitarme el sostén. Es molesto dormir con él —al fin ella pudo decir algo e intentó levantarse, pero él metió las manos bajo su blusa, desabrochó el brasier y soltó los ganchos de los tirantes para poder quitárselo sin despojarla de la blusa.

—¿Algo más?

—Me gustaría ponerme el pijama y meterme en las cobijas —respondió sonrojada sin querer demostrarle que de nuevo la había tomado por sorpresa.

—No lo hagas —pidió él abrazándola y la pegó a su cuerpo. Ella entendió que de hacer algo diferente, él no podría cumplir su palabra de no llegar más lejos.

—De acuerdo.

Una parte de ella quería acomodarse en sus brazos y abrazarlo también, pero si su voluntad era tan frágil, quizá incluso un toque suave podría dar pie al descontrol y aunque ella misma deseaba rebasar la línea que ella misma había pintado, tenía más deseos por comprobar si era verdad que él simplemente se dormiría con ella de esa forma sin que se implicara nada más.

Todas las veces que estuvieron juntos en una cama, había sido sólo sexo por el acuerdo al que habían llegado y sólo dormían juntos después de quedar agotados, pero esa sería la primera vez que pasaran la noche en una cama sin llegar más lejos de los besos.

Si era verdad que podrían pasar la noche juntos de esa forma, Karin quería vivirlo al menos una vez.

—¿Dormiste bien? —Sasuke le preguntó a la pelirroja al otro día cuando la vio despertar. Él la seguía abrazando.

—No mucho. No me dejabas moverme —ella protestó, pero porque no iba a decirle que sí— ¡Mi amor! ¿Qué haces aquí, mi vida?

Ónix estaba enroscado entre los dos, a la altura de la pelvis y ella lo acarició. Era sorprendente que su pequeño felino estuviera cerca de Sasuke sin ser hostil, aunque siendo justos, cada vez que ellos entraban a la habitación, cerraban la puerta de la habitación para que el gato no pasara o terminaría interrumpiéndolos en pleno acto, pero ahora que sólo habían dormido, se había acurrucado con ellos.

—Él era el que estaba encima de ti y no te dejaba mover. Yo lo bajé allí —bufó el azabache, pero no por el reclamo de la fémina, sino por la forma en que ella le hablaba al felino.

—¿No te rasguñó? —ella acariciaba al gato sin mirarlo a él. Era una situación extraña para ambos, y aunque no era desagradable, todo era confuso. Sasuke le mostró los brazos que tenían rasguños recientes.

—¿Tienes hambre?

—Sí, un poco.

—¿Prefieres que vayamos a desayunar antes de ir por tu carro?

Karin asintió en silencio, pero tardaron un rato más en levantarse porque la pelirroja no quería molestar a su pequeña bola de pelos y Sasuke no protestó porque le gustaba estar acostado junto a ella. Sin embargo, cuando finalmente se levantaron, se tomaron su tiempo para meterse a bañar cada uno por separado. Sasuke aprovechó que aún había algo de ropa de él en el departamento de ella, y como si fuera un fin de semana de una pareja cualquiera, fueron a buscar un sitio para desayunar.

No, no era la primera vez que salían solos a algún lado, aunque quizá sí era la primera vez que salían juntos a desayunar, pues por lo regular, después de sus noches juntos, pedían algo a domicilio porque estaban muy cansados para que alguno tuviera ganas de salir.

Esa salida se sentía diferente y a Sasuke le gustaba.


¿Las cosas están mejorando entre Sasuke y Karin? ¿Ambos podrán cambiar su relación? ¿Por qué Ónix ya no siseó a Sasuke? ¿Neji perdió su oportunidad por haber salido de viaje? ¿Qué otras dudas les han nacido?

Me encantará leer sus dudas y teorías en los comentarios n.n

En un rato más, estaré subiendo la actualización de Del amor al odio y Amando al Dios del amor, así que espérenlos en algunos minutos n.n

De nuevo, los prometo hacer lo posible para tener al menos una actualización para el próximo fin de semana y si no logro subir más de una actualización, espero que al menos lo que pueda escribir en la semana, sirva para tener más historias actualizadas en quince días n.n

¡Hasta la próxima actualización!