¡Saludos, queridos lectores!

Sí, lo sé, un poco tarde. Esto debí subirlo la semana pasada, pero es que no noté que el último fin de semana del mes de noviembre era el pasado, y aunque tenía algunas historias, quería subir todo lo que tenía en mente y esperar un poco más.

Deseo que la espera haya valido la pena, y al final les dejaré la lista de las historias que estaré actualizando el día de hoy n.n

Sin más, los dejo con la actualización de esta historia, que espero siga siendo de su agrado n.n


Sí, Sasuke ya había notado tal actitud de parte de Karin y al principio, él creía que era porque ella intentaba adelantar tanto trabajo como fuera posible para pedir sus vacaciones y darle tiempo a la planeación de la boda. Sin embargo, ella no había mencionado nada sobre pedir vacaciones y tampoco había ninguna solicitud para ellas que tuviera que aprobar.

Karin pareció dudar en responder, pero tras soltar un suspiro, decidió hablar.

—Ya le había comentado algo a Itachi-san, pero creo que entre más me llenan de cosas sobre la boda, menos entusiasta me siento —respondió y Sasuke levantó una ceja— La idea de casarme era una fantasía infantil. Ya sabes, todas esas películas de cuentos de hadas y dramas adolescentes, pero lo que he vivido del amor, y lo que he visto a mi alrededor me hacen darme cuenta que casarse es problemático. Es decir, es un evento para que una pareja sea socialmente aceptada para coger, aún si ya lo hicieron desde antes —soltó un suspiro— Dicho eso, la idea de casarme se hace fastidiosa porque los Hyuuga quieren hacer algo enorme, lo que hace el evento todavía más problemático y molesto.

—¿No te quieres casar? —preguntó Sasuke conteniendo la respiración.

—Sí, pero no en una enorme fiesta que parece más un circo, y menos en una como la que, por lo que me has dicho y he visto, los Hyuuga quieren. ¿Para qué querría a un montón de gente que no conozco en mi boda? Si quieren hacer negocios, que los hagan en otro lado —replicó Karin enfadada— ¿Sabes? Si me preguntaras cómo me gustaría que fuera mi boda, elegiría que fuera en un bosque o al menos en un jardín botánico, como el de las afueras de Konoha. ¿Recuerdas cuando fuimos? Lo decoraría con lámparas de papel.

—Dijiste que odiabas el laberinto.

—El laberinto sí, pero el jardín era hermoso.

Sí, claro que lo recordaba. Había sido una de las paradas que habían hecho cuando Karin y los chicos lo arrastraron a esas estúpidas vacaciones que al final disfrutó, y lo recordaba no sólo por haber pasado un buen momento, sino porque en aquella ocasión había estado a punto de besar a Karin.

En el sitio, había un laberinto al cual entraron compitiendo por saber quién saldría primero, pero era notorio que ella lo había seguido mientras fingía que se encontraban por casualidad.

A él no le había molestado que ella hiciera eso y admitía que la idea de estar a solas le agradó. Sin embargo, cuando lo que él vio como calentura, lo alentó a acercarse un poco más a ella, Suigetsu había aparecido interrumpiendo el momento.

Habría bastado que él lo echara del lugar o simplemente haberle robado el beso a Karin, pero él, que no quería sentirse así, dió la media vuelta y se fue convenciéndose de que aquel deseo era únicamente calentura, pero sólo era algo que se repitió hasta que por poco se convence, porque en el fondo, sabía que era algo diferente.

—¿Por qué no se lo mencionas a Hyuuga?

—¿Crees que no lo hice? —ella suspiró cansada— Me preguntaste si me emocionaba mi boda y para ser sincera, lo hacía, pero desde que nos comprometimos, Neji y yo no hemos dejado de discutir porque él permite que todo lo elija su familia y en lugar de apoyarme, se dedica a tratar de convencerme de aceptarlo —se veía malhumorada— No lo reconozco.

—Debe querer que su familia no tenga motivos para impedir la boda.

—La boda es algo nuestro, no de su familia. ¿O acaso lo estás defendiendo?

—Sólo digo que no es fácil dejar atrás las costumbres que nos han inculcado.

—¿Entonces tú también esperas tener una esposa como la que dictan las costumbres de tu familia?

—Ya estoy acostumbrado a que no haya nadie que se oponga a lo que elija hacer.

—Pero tú mismo dijiste que es difícil deshacerse de las costumbres.

—Aun me hacen eco, pero puedo elegir lo que quiero o me conviene sobre las costumbres.

—Pero no puedes controlar lo que los demás deciden hacer —comentó Karin haciendo que esto le llamara mucho la atención— Por eso no puedes hacer que la novia de tu hermano te elija.

—Que no es eso —respondió Sasuke irritado.

—Entonces acláramelo. Es tu turno de confesar.

Sasuke se mostró incómodo y sabía que ella, ahora que parecía haber dicho todo lo que quería decirle, se aferraría a aquello que le había prometido en revelar.

No, de verdad no quería decirlo jamás. Si era posible, quería llevarse el secreto a la tumba, pero de nuevo, quería mostrarle confianza, así como ella la tenía en él.

—Te lo advierto, no debes decirle a nadie.

—Lo prometo —respondió Karin sonriendo y haciendo un ademán como si cerrara un cierre en sus labios.

Él todavía estaba renuente a decirlo, pero tras dar un suspiro de resignación, se decidió a decirlo.

—Tenía alrededor de doce años y tuve un sueño muy extraño —confesaba sonrojado sin poder mirar a la pelirroja a los ojos— Izumi llegaba a casa, pero yo estaba solo, y…

—¡¿Tuviste un sueño húmedo con la novia de tu hermano?! —exclamó Karin muy sorprendida.

—No digas estupideces —replicó Sasuke incómodo.

—Vamos, no deberías enojarte. Además, parece algo bastante normal. Doce años y tus hormonas estaban despertando y la mujer más cercana que tenías debía ser ella, así que…

—¡Karin!

—Lo digo enserio, no…

—Sólo soñé que me besaba y me gustaba. ¡No pasó nada de lo que estás imaginando! —confesó avergonzado.

—Quizá sólo es lo que recuerdas, pero tal vez despertaste con tu amigo…

—¡No! ¡Sólo fue un beso y nada más!

—Bien, de acuerdo —Karin rió divertida— Pero si es así, entonces no deberías avergonzarte, no es para tanto aún si te gustó —dijo quitándole importancia— Los sueños son tonterías.

Para Sasuke, aquél sueño era muy vergonzoso e incómodo, porque aún si le desagradaba de niño que Itachi prefiriera estar con ella, siempre la vio como a una hermana. La simple idea de algo como lo que Karin proponía era desagradable, pero era agradable que ella no lo juzgara cuando él mismo lo hizo hacia sí mismo por soñar con un beso.

—Izumi no es la mujer que me gusta. Ni siquiera se me habría pasado por la mente —comentó Sasuke serio, no para verse enojado, sino para que ella supiera que hablaba en serio.

—Bien, te creo —ella le sonrió.

—Quizá nunca me atreva a decir quién es ella.

—¿Sabes? Deberías decirle lo que sientes. Aún si ella ama a otro, deberías decírselo para que tú puedas pasar página —Karin le dijo comprensiva— Sé que no debe ser fácil, pero guardarte todo lo que sientes por ella, sólo hará tus sentimientos más intensos.

—No vale la pena. Sólo voy a incomodarla y podría dañar mi relación con ella.

—¿La amas tanto que eliges callarte, pero quedarte cerca de ella? —sonrió triste y él, sonrojado, no la veía a los ojos— Qué dulce eres, pero no debes olvidar que tú también mereces ser feliz.

—El amor es molesto. Prefiero olvidarlo.

—¿En serio? ¿Entonces no planeas casarte alguna vez? ¿Qué hay de la importancia de las viejas costumbres? ¿No sé supone que tengas un hijo varón?

—No soy el hijo mayor. Esa tarea es de mi hermano —aseguró Sasuke mirando para otro lado.

Después de unos instantes de silencio entre los dos, él regresó la vista hacia ella, pensando que quizá, se había dormido.

—Todos tenemos casos en que no somos correspondidos y no es porque no seamos suficiente. Es sólo que los sentimientos no son mutuos —ella intentó acercarse a él, pero dió un respingo por la herida y Sasuke se levantó precipitado a revisarla— Un día vas a encontrar a la persona que puedas amar y te corresponda y vas a ser muy feliz. Es muy bello amar y ser amado.

Sasuke quedó congelado porque su corazón se estrujó al oírla, pues él había tenido el amor de la persona que quería, pero prefirió ignorarlo. ¿Por qué? Porque lo veía como una pérdida de tiempo, algo que interferiría en sus planes y que eventualmente le traería más problemas, pero a pesar de seguir pensando que lo de los problemas era verdad, se arrepentía de no haberlo tomado cuando tuvo la oportunidad.

—Estoy cansado. Dormiré un poco —comentó Sasuke apenas logrando oírse normal mientras volvía a su asiento.

Quería darse un momento para calmar sus agitados sentimientos y si iba a quedarse a cuidarla, sólo podía fingir que dormía para conseguirlo.

—Adelante, pero ¿puedo pedirte un favor antes de que te duermas? Es que no sé si te vea mañana cuando despierte.

—¿Qué más quieres saber sobre las costumbres? —preguntó el varón, pues aun cuando prefería fingir que dormía, no quería dejarla con las dudas toda la noche.

—No, no es eso. Aún si no me haces el listado detallado de esas costumbres, me has dicho suficiente para entender lo que necesitaba —respondió la pelirroja— Lo que quiero pedirte, es que cuides de nuestro bebé mientras estoy en el hospital. Estoy segura que viniste para acá sin dejarle comida y agua.

Se sentía agridulce que ella lo llamara "nuestro bebé", pero Sasuke prefería quedarse con ese delgado lazo que los unía.

—Estará bien unas horas. Además, seguramente aún tenía agua y comida.

—Pero debe estar confundido de que hayas estado allí y yo no llegara y…

—En cuánto llegue Hyuuga, iré a tu departamento a verlo. Lo prometo —respondió y cerró los ojos.

—Una cosa más —pidió ella y Sasuke no abrió los ojos, dió un asentimiento para indicar que la oía.

—Tengo unos viejos lentes en el cajón de mi mesita de noche. Están algo rayados, pero son mejor que nada. ¿Podrías traérmelos junto a un cambio de ropa?

—Sí.

—Gracias. Descansa.

Sasuke fingió dormir, pero al final, el sueño le ganó, pues la tranquilidad de haber podido oírla bromear con él y estar cerca de ella, ayudó a relajarlo. Lo único que lo tenía inquieto, era el enfado de la fémina con su prometido.

No estaba feliz de que ella se decepcionara o que ello fuera el preludio de más sufrimiento para Karin, pero al mismo tiempo no podía negar que aquello le daba esperanza. Si las cosas no funcionaban con Neji, quizá él tendría otra oportunidad y esta vez no la desperdiciaría.

Tampoco podía evitar sentirse culpable por esa esperanza que le causaba felicidad.

—Ya se despertará solo, déjalo dormir —oyó Sasuke la voz de Karin que susurraba.

—Si lo despertamos, podemos dejar que se vaya ahora a casa —comentó una segunda voz que pertenecía a un varón que también susurraba— Dormirá más cómodo en su cama que en esa incómoda silla.

—Sólo déjalo.

—¿Qué ocurre? —Sasuke terminó de despertar y su pregunta fue directamente a Karin, pero al abrir los ojos, vio a Neji sentado al otro lado de la cama.

—Lo despertaste —señaló la pelirroja.

—Buenos días. Debe estar torcido, señor Uchiha —comentó Neji.

—Algo a lo que está muy acostumbrado cuando hay mucho trabajo en la oficina —comentó Karin riendo— Aunque definitivamente debe ser más cómoda la silla de tu oficina que la del hospital.

—¿Qué hora es? —preguntó Sasuke estirándose.

—Pasan de las once de la mañana —respondió Neji.

—No quise despertarte. Parecías muy cansado y no creo que sea buena idea que vayas a la oficina así —agregó la pelirroja— Además, Juugo quedó de hacerse cargo de tu parte y que le diría a Suigetsu que él se encargue de la mía.

—Le agradezco mucho por cuidar de mi prometida cuando las circunstancias no me lo permitieron y lamento mucho que ello le haya causado problemas —Hyuuga intervino— Buscaré la forma de compensárselo en el futuro. Le prometo que de ahora en más, no volveremos a molestarlo. Quizá quiera irse a dormir a su casa. Yo me encargaré de Karin.

—¿Cómo que te harás cargo de mí? —replicó la aludida— No soy una niña a la que deban proteger.

—No debe compensarme nada. Estoy aquí por mi relación con Karin —Sasuke se levantó de su asiento y se acercó a ella— Estás convaleciente, recuerda que necesitas ayuda, así que no seas terca.

—Aunque necesite ayuda, no quiere decir que deban tratarme como a una niña —Karin hizo un mohín y al querer cruzarse de brazos, se lastimó la herida— ¡Ay! Maldita sea, no puedo ni hacer algo tan simple sin lastimarme a mí misma.

Tanto Sasuke como Neji, se habían acercado presurosos y preocupados a ella cuando se quejó. Los tres se miraron mutuamente.

—Vuelve a acostarte. Debes reposar —dijo Neji y Sasuke sólo pudo dar un paso hacia atrás.

—Sí, lo sé, pero estoy bien. Ustedes se preocupan de más.

—Entre más descanses más rápido te darán el alta e iremos a mi casa.

—¿Tu casa? Iré a la mía —Karin le respondió a su prometido.

—No puedes quedarte sola, necesitas ayuda. En la mansión podremos estar al pendiente de ti.

—No voy a quedarme en una casa ajena hasta que sane mi pierna. A mí bebé y a mí no nos gustan los lugares extraños.

—Mi tío es alérgico a los animales, Ónix no puede venir —respondió Neji.

—¡Menos iré a tu casa! ¡No voy a dejar a mi bebé solo y descuidarlo! ¡Olvídalo! —exclamó Karin, para luego cambiar su tono a uno más amable— ¿Por qué mejor no vamos a mi casa y te quedas con nosotros a cuidarme?

—No…

Neji notó la presencia de Sasuke, quién había permanecido callado porque no quería intervenir en la discusión. Así mismo, tenía curiosidad de cómo reaccionaría Karin después de lo que habían hablado y también porque estaba sorprendido de que pese a las advertencias, Hyuuga no manejara el asunto de otra manera.

—Me retiro —Sasuke anunció entendiendo la mirada del ojiperla.

—Espera un momento, Sasuke —la pelirroja lo detuvo cuando él apenas había dado sus primeros pasos para acercarse a la puerta. Él la volteó a ver— Por favor, no se te olvide mi encargo —el azabache asintió para seguir con su camino— Y muchas gracias por todo. Descansa.

Uchiha hizo un ademán con la mano para despedirse y salió del cuarto, sabiendo que aquella charla no iría bien si Hyuuga no aceptaba la propuesta de la pelirroja. Sin embargo, no había mucho que pudiera hacer ahí, y por el contrario, fue al departamento de la pelirroja.

Desde algunos metros antes de llegar a la puerta, Sasuke había podido oír a Ónix maullar cada vez más fuerte y en cuanto entró, este se restregó en sus piernas insistentemente.

—Tranquilo, pulgoso, Karin está lastimada, pero bien —comentó el azabache recordando de inmediato cómo la pelirroja se había preocupado por ese peludo— Ella se preocuparía si supiera cómo llorabas antes de esa llamada.

Él seguía sorprendido de cómo la bola de pelos se había inquietado al punto de que él no sabía cómo tranquilizarlo, y después de un tiempo, había recibido la mala noticia.

Sabía de historias y teorías de que los animales presentían cosas, pero jamás se imaginó que lo experimentaría. Empero, él no se lo diría a nadie porque no quería que Karin se enterara o se preocuparía más por él.

Ya de por sí le parecía que tenía consentido a ese pulgoso, que actuaría peor que una madre sobreprotectora.

De sólo pensarlo se le escapó un suspiro, pues había recordado que ella se había dirigido al felino como "nuestro bebé", y tras mirar el gato que seguía maullando y restregándosele en las piernas, decidió levantarlo del suelo para darle algunas caricias.

Apenas lo puso en sus brazos, aquella bola de pelos comenzó a ronronear, algo que no había hecho con él desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, estaba seguro que el motivo de ello, era porque él debía tener aunque fuese un poco de la fragancia de la pelirroja impregnado en la ropa y ello debía darle cierta tranquilidad al animal.

—Eres un mimado —comentó el azabache, pero le daba algunas caricias que él respondía con más ronroneos.

Sasuke tenía muchas ganas de tomar las cosas de la pelirroja y volver al hospital para estar con ella, pero además de que tenía aún mucho sueño y cansancio, sabía que ella y Neji debían estar hablando sobre dónde estaría ella mientras se recuperaba y quién la cuidaría.

Él, con mucho gusto la llevaría a su departamento y se quedaría a cuidar de ella para que estuviese cómoda en su propia casa, pues aunque la mansión Uchiha podría ser más cómoda y llena de lujos, entendía que podría sentirse incómoda en un lugar diferente, y eso era importante para una persona convaleciente.

Lo mejor que podía hacer por el momento, era empacar la ropa y los lentes que le había encargado, revisar que el pulgoso tuviese agua y comida e ir a casa a dormir un poco antes de llevarle las cosas. Cuando la viera, le preguntaría sobre su decisión y de ahí buscaría la mejor forma de aconsejarla o convencerla de aceptar la propuesta de Hyuuga o se ofrecería a ayudarla.

Fue muy rápido meter el cambio de ropa y los lentes viejos de la pelirroja en una pequeña maleta. Llevó todavía menos tiempo revisar las cosas del felino que no dejaba de seguirlo y restregarse en él pidiendo por mimos. Empero, Sasuke estaba tan cansado, que decidió recostarse sólo un momento en la cama de Karin y de repente, se quedó dormido.

El sonido de su celular lo despertó, y al abrir los ojos, tardó en recordar dónde estaba y por qué estaba allí.

Mientras contestaba el teléfono, también notó que Ónix estaba enroscado pegado a él a la altura de su cadera.

—¿Sasuke? ¿Dónde estás? —se oyó la voz de Karin, lo que lo confundió un poco, pues había visto en pantalla "número desconocido".

—Sigo en tu departamento —contestó aperezado, y enseguida supuso que lo llamaba desde el teléfono de Hyuuga.

—¿Cómo está mi bebé?

—Dormido a un lado mío.

—Haz una videollamada. Quiero ver a mi bebé y él debe querer verme.

Sasuke salió de la cama de un salto para hacer la videollamada, pues no quería que fuera evidente que él había estado durmiendo allí, aunque decirle que el gato estaba durmiendo a un lado suyo, ya debía haberle dado una pista.

Al salir de la cama, el felino se vio molesto, pues había sido movido y enseguida de ello, se levantó y se estiró mientras bostezaba.

—Ahí está —comentó el azabache que había iniciado el vídeo y apuntaba su celular al felino.

—Hola mi amor. ¿Cómo estás? ¿Te están cuidando bien? —preguntó la pelirroja al ver a su mascota, y ésta comenzó a maullar buscándola— ¿Me extrañaste? Mamá está bien y ya pronto estará en casa.

—Karin…

—No voy a abandonar a mi bebé.

—Podemos dejarlo en un refugio hasta que te recuperes.

—No voy a abandonarlo por tanto tiempo. Debo cuidar de él.

—Necesitas quién te cuide a ti.

—Entonces quédate en mi casa a cuidarme.

—Sabes por qué…

Uchiha se arregló la voz para llamar la atención, principalmente de Karin, que evidentemente aún no llegaba a un acuerdo con Hyuuga.

—Si Hyuuga no puede, yo puedo cuidarte —Sasuke se ofreció y fue más que evidente el disgusto del ojiperla— Si te vas con él, yo puedo cuidar del pulgoso.

—Todo está arreglado. Me voy a mi casa —aseguró Karin para luego volverse a dirigir al felino— Mamá volverá pronto, mi amor.

Sasuke alcanzó a oír a Hyuuga protestar, pero antes de que pudiera oírse más, Karin cortó la llamada.

Ya que Hyuuga se había quedado con ella toda la mañana, él había pensado que quizá a la pelirroja ya se le había olvidado la vergüenza que le causaba la idea de que su prometido la viera en tales circunstancias, pero ahora se preguntaba si no sería que ella de verdad seguía muy enojada por la discusión que había tenido con él antes del accidente.

Fuera cuál fuera el motivo, le agradaba la idea de poder ser él quien cuidara de ella, pues aún si él debía mantener la distancia, no había mayor muestra de afecto hacia alguien que el velar por su salud en momentos como esos. Si antes fue frío, ahora intentaba mostrarle su afecto con esos detalles aún si no llegaban a nada. Sólo quería que Karin supiera que ella le importaba.


¿Sasuke seguirá el consejo de Karin de decirle lo que siente? ¿Neji aceptará que Sasuke la cuide o logrará convencer a Karin de ir a la casa Hyuuga aun cuando Ónix no podrá ir con ella? ¿Qué pasará cuando Sasuke vuelva al hospital con las cosas de Karin? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer este capítulo?

Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n

Espero que la historia les haya gustado, pues Sasuke poco a poco se ha ido abriendo más a Karin, y justo en el momento en que parece que las cosas no van tan bien con Neji, especialmente ahora que ella se ha enterado de las viejas costumbres.

Las historias que estaré actualizando hoy, son: Inexperiencia, Apuesta XL, Placeres compartidos y La maldición de los Uchiha.

"Un día como gato" estuve por subirlo en esta ronda de historias, pero no quedé satisfecha con el párrafo final, así que quiero darle una revisión. Sin embargo, les prometo que la espera valdrá la pena, pues será un capítulo largo.

De antemano, les agradezco mucho su paciencia, y estaré esforzándome mucho para seguir actualizando tantas historias como me sean posible n.n

Sin más, me despido por ahora n.n

¡Hasta la próxima actualización!