Flufftober 2024
Día 1:
Primer día de novios
Yuuri estaba 100% seguro de que había dejado las cosas bastante en claro con Wolfram, especialmente después de regresar de Seisakoku, pero a la vez, sabía que tal vez debería decir algo más.
Pero, era japonés, bueno, no del todo, pero vivió casi toda su vida únicamente en Japón y como buen japonés que era, no era fácil expresar lo que su corazón guardaba, y debía cambiar un poco eso, aunque fuera por el bien de su relación con Wolf.
Ufff, "relación" se escuchaba ya muy serio, ¿en verdad estaba listo para ello?
Tomó mucho aire y se armó de valor antes de entrar a su habitación esa noche, donde Wolfram ya lo esperaba.
—Wolf…—dijo, al llegar junto a la cama.
El chico bonito cerró el libro que leía y miró a su prometido.
—Dime, Yuuri.
—¿Te puedo preguntar algo?
—Sabes que sí puedes, adelante.
Perdiéndose una vez más en esos ojos verdes que tanto le gustaban, casi se le olvidaba lo que estaba por decir.
—Estaba pensando, ¿podemos empezar a salir formalmente?
Sintió como la garganta se le secaba por esa simple pregunta.
Wolfram le devolvió la mirada por unos momentos, antes de responder.
—Por supuesto, Yuuri.
El maou suspiró con alivio.
—Bien, gracias.
Y sin decir nada más, pero con toda la vergüenza que la situación le dejó, se metió aprisa bajo las sábanas.
—Entonces, buenas noches, Wolf.
…
A la mañana siguiente, cuando regresaba de darse un baño, luego de correr, encontró a Wolfram terminando de peinarse.
—Buenos días, Yuuri.
—Buenos días, Wolf.
Era muy normal que sus mañanas iniciaran así, pero se encontraba demasiado nervioso por la conversación de la noche anterior, así que no sabía que decir.
Wolfram terminó de arreglar su cabello cuando alguien tocó a la puerta.
—Adelante—dijo Wolf, dejando entrar a una de las sirvientas quien traía una bandeja con al parecer el desayuno.
—Muchas gracias.
La sirvienta se fue después de una reverencia.
—Llegas justo a tiempo, les pedí que trajeran el desayuno aquí para tener un poco de privacidad.
Yuuri no pudo evitar sonrojarse.
—¿Te diste un baño, verdad?
Sin preguntar nada más, Wolfram tomó la toalla que Yuuri aún llevaba en el cuello y secó su cabello sin nada de delicadeza. Dejando la toalla en la silla, comenzó a peinarlo.
Era frecuente que Yuuri recibiera ese trato especial, pero estaba realmente avergonzado.
—Listo, quedaste perfecto, como siempre.
Wolfram le sonrió y Yuuri podía jurar que su mañana se iluminó solo con esa pequeña acción.
—Desayunemos, Yuuri.
El maou obedeció y se sentaron juntos en su pequeña sala de estar.
Había unos pequeños sándwiches, frutas y jugo y como era ya una costumbre para él, agarró una fresa y se la dio a Wolfram, quien la tomó con su boca con mucho gusto.
Yuuri rio al verlo disfrutar de su fruta favorita.
—En verdad te gustan las fresas.
Yuuri no recibió respuesta, pero Wolfram le tendió un pequeño sándwich para que mordiera.
Mordió con igual gusto que él.
Era cierto que estaba avergonzado, pero jamás se cansaría de esos pequeños pero reconfortantes momentos que pasaba a solas con Wolfram, ahora como su novio formal.
—¿Te sientes más tranquilo?
Yuuri lo miró con sorpresa y se rio. Debió esperarlo, Wolfram lo conocía bien.
—Sí, solo estaba nervioso.
—Lo noté, por eso creí que era mejor comer aquí a solas.
—Gracias.
Yuuri le dio una fresa más como agradecimiento y mientras comían, decidió que no estaba mal sentarse un poco más cerca de lo usual.
Vio a Wolfram sonreír cuando lo hizo.
Ah, como le gustaba esa sonrisa.
—Mañana despiértame cuando vayas a correr, te acompañaré, aunque tal vez no diario.
—¿De verdad? ¡Sería genial! Como recompensa, puedo posar para unos de tus cuadros.
—Tomaré tu oferta, Yuuri.
Definitivamente, eso se sentía bien, se sentía tan bien estar así de juntos, compartiendo un simple desayuno y una plática casual.
Armándose de valor, Yuuri dejó caer la cabeza sobre su hombro.
—Te quiero mucho, Wolf.
El rubio, pasó el brazo sobre su espalda para abrazarlo un poco.
—Yo también te quiero mucho, Yuuri.
