Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 541. Bella En Rwibt (9)

En el puerto de Rwibt, las personas procedentes del Continente Wol llamaron la atención. Los transeúntes del Continente Hwa señalaban y cuchicheaban sobre sus extrañas ropas y la nueva ruta comercial del Imperio Occidental.

Parecieron aún más interesados cuando el sirviente del Gran Duque Warner transmitió un mensaje urgente a los soldados de Rwibt.

—¿Qué les pasó?

—Esos son los Comerciantes de Wol, ¿cierto? Se ven muy afectados.

—No se puede confiar en nadie de Wol.

—Pero están llorando...

Quienes desembarcaron del buque no se percataron de las miradas de la multitud, mucho menos de los susurros. Todavía estaban conmocionados por la pérdida de la Emperatriz y el Gran Duque.

Sir Harry se abalanzó sobre el primer soldado de Rwibt que vio,

—¿Alguien ha encontrado supervivientes de algún naufragio recientemente? Un hombre y una mujer. Al menos... a uno.

El Vizconde Dimitri se sumó.

—Estamos buscando a una mujer de nuestro continente. Se reconoce a simple vista. Estaba acompañada por un hombre de Hwa...

Pero sin importar con quién hablaron, nadie del Imperio Occidental obtuvo información. Finalmente, todos se reunieron con expresiones sombrías.

—¿Alguna novedad?

Preguntó Sir Harry al grupo.

El Vizconde Dimitri y los comerciantes negaron con la cabeza. Por otra parte, Jessica enterró la cara entre sus manos y gritó,

—¡Imposible! ¿Por qué el monstruo marino atacó nuestro buque? CómoSu Maje… quiero decir, ¡cómo Lady Isabella y el Gran Duque Warner pudieron caer por la borda tan fácilmente!

El mensajero del Gran Duque Warner bajóla cabeza,

—No hay una ruta marítima fiable entre los dos continentes, por lo que no es raro que ocurran catástrofes.

Las piernas de Jessica cedieron. Se desplomó en el suelo.

—Esto no puede ser cierto.

El segundo al mando se volvió hacia el capitán.

—Deberíamos volver. Exploremos la zona donde ocurrió el siniestro. Puede que haya una isla cerca que hayamos pasado por alto.

El capitán frunció el ceño.

—Sin duda iniciaremos una operación de rescate. Sin embargo...

—¿Cuál es el problema?

Preguntó el Vizconde Dimitri.

—También debemos llevar los bienes comerciales. La fruta aún está congelada, pero no permanecerá así mucho tiempo sin magia de hielo.


Después de unas horas de discusión, el segundo al mando envió un pájaro mensajero urgente al Continente Wol. Entonces el grupo se dividió. Un puñado regresaría al Imperio Occidental para informar del siniestro. Los demás se unirían a la operación de rescate o se dirigirían a la capital de Rwibt.

—Tengo la sensación de que no se ahogaron.

Ante las palabras de Sir Harry, el Vizconde Dimitri asintió.

—Yo igual. Tal vez una vez que estén a salvo, buscarán la manera de llegar al puerto de Rwibt. Si no nos encuentran aquí, irán a la capital.

—El Gran Duque Warner está con ella. Eso debería ser de ayuda.

—Por supuesto, existe la posibilidad de que él no… me disculpo.

El Vizconde Dimitri se detuvo cuando vio que a Jessica se le salieron las lágrimas.

—Sir Harry tiene razón. El Gran Duque la ayudará.

Jessica, que se dirigiría a la capital, se aferró a Sir Harry, quien planeaba quedarse en el puerto.

—Sir Harry, ¿no puedo quedarme con usted? Su Majestad probablemente vendrá aquí.

—Jessica, si Su Majestad no arriba a este puerto y se dirige directamente a la capital, estará encantada de ver una cara familiar.


El mar que nos había arrojado al Gran Duque Warner y a mí por la borda ahora estaba en calma. Incluso las aves marinas planeaban pacíficamente.

Pero ni las aves ni el mar parecían tan tranquilos como el Comandante de la 4ª División. Vladimir estaba sentado frente a mí sorbiendo su té.

—¿Así que algo atravesó el agua cerca del buque... pero no viste qué era?

Cerré los ojos, tratando de recordar.

—Parecía... como una pierna enorme. Pero no una pierna humana.

—¿Un calamar gigante?

Sacudí la cabeza.

—Realmente sólo vi la ola. Eso, y un montón de peces pequeños saltando. No pude ver lo que causó todo.

Fui sinceracon él. No era el momento para una confrontación por las alianzas.

Vladimir asintió. Mirando a su subordinado, preguntó.

—¿Anotaste todo eso?

El subordinado respondió tan pronto terminó de escribir los apuntes.

—Sí.

Entonces, Vladimir se volvió hacia el Gran Duque James.

—¿Usted vio lo mismo, Gran Duque?

El rostro del Gran Duque permaneció inexpresivo. Incluso sus labios apenas se movieron.

—No vi nada.

—¿Pero no estaba usted también en la cubierta?

—Sí, pero mi mente estaba en otra parte.

—Si no es molestia, ¿se puede saber qué ocupaba su mente en ese momento?

Preguntó Vladimir. El Gran Duque no respondió, simplemente bebió un sorbo del té que nos había traído su subordinado. Los ojos de Vladimir se entrecerraron mientras sonreía. El Gran Duque James frunció el ceño.

Me pregunto qué estará pensando Vladimir. El Gran Duque parecía sentirse ofendido.

—Bueno, en conclusión, Su Majestad Isabella vio algo, pero no lo tiene claro. Y usted no vio nada en absoluto. Ninguno de los dos es de mucha ayuda.

Vladimir chasqueó la lengua.

No hacía falta que este cretino dijera sus pensamientos en voz alta, podía imaginarme lo desagradables que eran. Fantaseé con volver a golpearle con un abanico. Cada vez que me encontraba con Vladimir, me cuestionaba si yo era en realidad una persona violenta.

El Gran Duque Warner se rió entre dientes antes de poder contenerse.

Vladimir entrecerró los ojos. Preocupada de que el astuto zorro descubriera otro secreto, me aclaré la garganta.

—¿Por qué se dirige a Rwibt, Comandante Vladimir?

Vladimir apartó la mirada del Gran Duque para mirarme a mí.

—¿Cómo supiste que iba a Rwibt?

Preguntó, sorprendido.

—Porque sabías que me dirigía al Continente Hwa. Nunca te ofreciste a llevarnos de vuelta a Wol ni te disculpaste con tus hombres por desviarte hacia Hwa. Eso debe significar que ibas en la misma dirección que nosotros desde el principio.

La expresión de Vladimir se iluminó.

—Siempre acabamos yendo en la misma dirección, incluso si Su Majestad toma un camino diferente.

¿Se supone que eso es un cumplido?