Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 318. ¿Por Qué Está Aquí? (1)

Irina agarró y soltó repetidamente los reposabrazos del sillón.

Su mirada estaba puesta en el suntuoso tapiz de la pared de enfrente, pero en realidad no estaba mirando el tapiz.

Estaba recordando la advertencia de Joanson.

Eventualmente, Irina se levantó del sillón. Cuanto más pensaba en eso, más le dolía la cabeza, así que iba a acostarse en la cama para echar una siesta. ¿Qué mejor lugar para olvidar y escapar de la realidad que un dulce sueño?

—Su Majestad. El Emperador está aquí.

Pero ahora parecía que ni siquiera podría escapar. Al escuchar que Jasper había venido, Irina murmuró con miedo e impotencia.

—Dile que entre...

En el pasado, ella se sentía bien sólo con verlo. ¿Cómo se convirtió en una relación de este tipo en menos de un año?

Irina miró con tristeza al hombre que abrió la puerta y entró. A diferencia de la demacrada Irina, Jasper todavía desprendía dignidad y encanto.

Pero tenía una expresión fría y escalofriante, lo que hizo que Irina se asustara aún más. ¡Ha leído el artículo!

—¿Eso es cierto?

Jasper no le dio vueltas. Preguntó de inmediato nada más cerrar la puerta. Como Irina temía, parecía haber leído el artículo en el periódico de hoy.

—Pregunté si eso cierto, Irina. ¿Es cierto lo que se afirma en el artículo?

Irina respondió débilmente.

—¿Viniste buscando una respuesta o ya tienes una?

Su voz desdichada y su expresión pálida podían provocar lástima, pero la mirada de Jasper permanecía indiferente. ¿A dónde fue el hombre que cantaba canciones de cuna a mi vientre hace unos meses?

Este hombre también me arrebató a mi hija.

—¿Creerás en la respuesta de Irina?

—¿Y si no te creo? ¿Hay algún problema?

—…

—Sé honesta. Tienes que decírmelo ahora para poder solucionarlo.

Irina se mordió el labio.

Jasper continuó, mirando el periódico extendido sobre la mesa baja.

—Tanto si esa persona es tu verdadero padre como si no, no es tu culpa que haya aparecido tan inesperadamente. No pretendo culparte por esto. Así que sé honesta conmigo. Hagámoslo fácil.

—Si Irina miente... ¿Su Majestad abandonará a Irina?

—No tengo tiempo para juegos.

—¿A qué te refieres con hacerlo simple?

—Irina.

Se sintió realmente asfixiada por la voz de Jasper.

Irina dudó y respondió,

—No es mi verdadero padre.

Irina bajó los ojos, evitando la mirada fija de Jasper.

Después de mirar a Irina en ese estado durante un tiempo, Jasper respondió con calma, —Está bien. —Entonces, se dio la vuelta y salió. No volvió a preguntar si era cierto.

¿Se dio cuenta de que mentí? Temiendo que volviera y la presionara en cualquier momento.

Irina se congeló aterrorizada, tragando fuertemente.

No obstante, Jasper no volvió y ella se arrepintió tardíamente.

Lo hizo porque no quería ser una molestia para Jasper. Aunque Jasper lo solucionara, no quería que pensara en el proceso, Es una mujer incompetente y agobiante.


Jasper ya sabía de las mentiras de Irina. Nada más entrar en la oficina, se lo comentó al Marqués Karl, que le estaba esperando.

—Al final mintió.

—¿Otra vez?

—Sí. Otra vez.

El Marqués Karl suspiró.

—… Pero esta vez me da un poco de lástima. Debe haber sido por ese hombre que Irina se convirtió en esclava. Y ahora volvió a aparecer.

Jasper asintió. Le había dicho a Irina que se encargaría si respondía con honestidad, fue una oportunidad que le dio con esto en mente.

—¿Qué piensa hacer, Su Majestad?

—Si lo dejo tranquilo, perjudicará a mi hija. Una persona así no tiene escrúpulos y no hay forma de que cambie en el futuro. Hay que encargarse discretamente antes de que sea demasiado tarde.

—¿Nos encargamos ahora?

—Hay mucha gente prestando atención en este momento. Será mejor encargarse de eso una vez que la atención de la gente se desplace a otra parte... o después de salir de la capital.


—Bueno, es mejor encargarse de eso lo antes posible. Más adelante el embarazo estará muy avanzado. Eso también dificultará el movimiento...

Edward, que había estado acariciando mi vientre en silencio, había decidido finalmente cómo manejar el asunto de ir a Wirwol.

Parecía pensar que sería mejor ir ahora que en otra ocasión en el futuro.

—Pero el médico del palacio me indicó que los primeros meses son los que más cuidados requieren.

El cojín en mi espalda no dejaba de inclinarse, así que extendí la mano hacia atrás para acomodarlo.

Recostándome de nuevo en el cojín levantado, Edward volvió a poner su mano en mi vientre con naturalidad y respondió.

—Eso también me preocupaba mucho, Reina. Pero más adelante no podrá ocultarse que estás embarazada.

—Eso es verdad.

Cuando mi barriga crezca, todo el mundo sabrá que estoy embarazada. La noticia llegará también a otros países.

Edward suspiró.

—¿No están los países vecinos en alerta desde que nos autoproclamamos un imperio? Si se corre la voz de que Reina está embarazada, los ojos de los asaltantes podrían iluminarse.

—Tienes razón.

—Preparé un carruaje grande y cómodo. Piensa en ello como un viaje.

—Sí.

Respondí, y puse mi mano sobre la mano de Edward en mi vientre.

Edward giró su mano, entrelazó sus dedos con los míos y susurró.

—Reina. Si vamos a Wirwol, también pasaremos por allí.

—Donde cenamos juntos.

—Sí. Ese lugar.

Nuestras mentes estaban conectadas, Edward susurró suavemente, besando nuestras manos entrelazadas y sonriendo entre dientes.

Aunque no se sabe cuándo va a salir hielo de mi mano, no parecía tener el más mínimo miedo.

También me incliné y besé la frente de Edward.

Aunque íbamos a Wirwol por el asunto de la magia, los dos deseábamos salir juntos después de tanto tiempo.

Ahí es donde le pedí que se casara conmigo...

En cuanto nos decidimos, comenzamos a preparar el viaje.

Como no se trataba de una visita oficial, sino de una visita breve, los preparativos no fueron nada del otro mundo.

Se preparó principalmente lo esencial, y el carruaje se decoró como un carruaje noble normal.

Edward mencionaba ocasionalmente los nombres de los deliciosos restaurantes de Wirwol, y decía con gran entusiasmo que iríamos de uno en uno.

Pero dos días antes de partir. Llegó un mensaje urgente del lado de Whitemond. El Rey de Whitemond vendría en persona para reunirse con Edward. Quería discutir el problema del puerto directamente, no a través de una delegación.

Para el momento en que llegó el mensaje, el rey ya debía haber dejado el país.

Whitemond no era un país lejano. Si el rey envió el mensaje y partió de inmediato, llegaría aquí justo después de que Edward y yo nos hubiéramos marchado, a menos que se diera alguna circunstancia especial.

Sujeté su cabeza con ambas manos y consolé a Edward, que estaba sufriendo.

—Quédate aquí. Puedo ir sola.

Lo sentía por Edward, que tenía mucha ilusión en que hiciéramos el viaje juntos, pero tenía que hacerlo.

—No, Reina. Es peligroso.

—El Vizconde Dimitri dijo que me acompañaría con los Caballeros Transnacionales. ¿Qué podría ser peligroso?

—Pero...

—Edward. El rey de otro país nos visitará en persona. Los dos no podemos estar ausentes al mismo tiempo. Especialmente tú.

Tras hablar con firmeza, Edward asintió a regañadientes. Aunque a veces parecía actuar emocionalmente, en realidad Edward no tenía problemas para separar los asuntos públicos de los personales.

—Volveré tan pronto como pregunte sobre la magia.

Una vez que se lo prometí, Edward volvió a asentir sin ánimo.