Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 127. El Guardián De Los Secretos (2)

—Entonces, ¿el número de magos en verdad está disminuyendo?

—Sí, ha estado sucediendo durante casi dos décadas. El problema es que la tasa de disminución ha aumentado dramáticamente en los últimos años.

—¿Cuál es la causa?

—Todavía estamos tratando de averiguarlo.

Era medianoche. Jasper se recostó en el sillón mientras recordaba su conversación con el jefe de la oficina de magos. Juntó los dedos y los colocó debajo de su barbilla, pensando en las consecuencias que tendría la situación.

El número de magos preciosos estaba disminuyendo...

El Imperio Oriental todavía tenía una gran fuerza nacional, siendo su ejército la siguiente fuerza más poderosa a su disposición. Sin embargo, los magos los superaban por mucho en poder. ¿Qué pasaría si los magos desaparecieran? Otros países aprovecharían este vacío para fortalecer sus propias naciones.

—Tendremos que aumentar el tamaño y el presupuesto del ejército.

Tan pronto como tomó su decisión, sacó una hoja de papel y escribió una lista de directivas para entregar a sus funcionarios. Iba por la mitad cuando un sirviente se le acercó, informándole de la llegada de uno de los mensajeros del Marqués Karl.

¿Marqués Karl?

Jasper le ordenó entrar. El Marqués Karl sabía que estaba ocupado en su viaje de inspección. El mensajero que entró en la habitación parecía exhausto, como si hubiera venido con mucha prisa.

—¿Qué pasa?

Jasper se saltó el saludo y fue directo al grano, preguntándole sobre la causa de la urgencia. El mensajero se arrodilló y le tendió un sobre.

—El Marqués Karl me ordenó entregarle esto a Su Majestad.

—¿Una carta?

Jasper tomó el sobre y sacó el papel.

...

Los ojos de Jasper se posaron en la carta mientras la leía. Luego, en un momento dado, se congeló como una marioneta de madera.

El hombre que entregó la carta miró a Jasper con preocupación. ¿Qué era? Cuando la expresión de Jasper se volvió más oscura, el mensajero se sintió aún más incómodo. Finalmente, Jasper cerró la carta.

—Primero, salven al Vizconde Vulturi, y luego confinen a Jacob en su casa.

El hombre miró a Jasper con sorpresa. No tenía ni idea de lo que contenía la carta, pero fue impactante que el hermano de la Emperatriz fuera puesto bajo arresto domiciliario. Sin embargo, el mensajero no estaba en condiciones de expresar sus opiniones al Emperador.

—Sí, Su Majestad.

El hombre hizo una reverencia y volvió a salir rápidamente.


El Vizconde Vulturi había dicho que visitaría el Palacio Imperial, pero aún no había regresado. Alec, que había estado cuidando distraído al bebé, comenzó a preocuparse cuando su padre aún no había regresado al día siguiente.

¿Paso algo?

Inquieto, Alec se vistió con su mejor ropa y se preparó para entrar en el Palacio Imperial. Era obvio con quién se fue a encontrar su padre.

Irina.

Alec le preguntaría sobre su padre, pero también quería volver a verla.

Antes de salir de casa, le cortó un mechón de cabello al bebé, lo envolvió en un paño suave y se lo guardó en el bolsillo del pecho.

El Palacio Imperial tenía varias entradas, algunas de fácil acceso y otras no. El corazón de Alec latía salvajemente luego de ingresar por una de las entradas de más fácil acceso, y esperó nerviosamente en el patio con el mensaje de que quería encontrarse con Irina. Poco después, una sirvienta se acercó a Alec y lo condujo a otro jardín pequeño y tranquilo. No estaba familiarizado con las áreas del Palacio Imperial, pero ciertamente este no era el lugar de Irina.

Irina apareció y Alec sonrió reflexivamente cuando la vio. Sin embargo, la expresión de ella permaneció fría como una piedra.

—¿Qué sucede?

Se detuvo a cinco pasos y habló en voz baja, pero aguda. Alec se estremeció ante su hostilidad, pero después de un momento de vacilación sacó la tela de su bolsillo.

—¿Y bien?

—Quería darte esto...

—¿Qué es?

—Cabello.

—¿Esto es una broma?

—El cabello en el interior.

Irina le dio una palmada en la mano y la tela cayó al suelo. La fina tela se desdobló, revelando un mechón de cabello plateado del mismo color que el de Irina.

—Oh... lo siento. Pensé que te gustaría...

—Ese niño es tuyo, no de Irina. ¿Por qué me gustaría?

—Claro. Si. Lo siento.

Alec se disculpó, pero no pudo reprimir la decepción que crecía en su interior. Pensó que el hecho de que Irina les organizara una mansión en la capital significaba algo.

—¿Viniste aquí por esto?

Miró a Alec con la molestia escrita en su rostro. Cualesquiera que fueran sus intenciones, ella consideraba al hombre que tenía delante una amenaza. Estar los dos juntos no se vería bien.

Alec hizo un pequeño ruido al recordar su verdadero propósito de venir aquí.

—¿Te reuniste con mi padre ayer?

—¿El Vizconde Vulturi? No.

Irina frunció el ceño ante su respuesta.

—¿No vino?

—¿Por qué?

—Dijo que iba a verte, y no lo he visto desde...

Alec, se apagó débilmente.

Después, Irina ordenó a la sirvienta que escoltara a Alec. Cuando él se fue, ella apretó los labios con inquietud.

¿El Vizconde Vulturi iba a visitarla y luego desapareció? En cualquier otra circunstancia ella habría asumido que simplemente cambió de opinión, pero Jasper le había dicho hace poco que alguien estaba detrás del vizconde. ¿Había una conexión? Jasper estaba fuera, y no había nada que él pudiera hacer aquí.

Irina maldijo por dentro y estaba a punto de abandonar el jardín, pero se detuvo cuando vio la tela y el mechón de cabello en el suelo.

...

Miró a su alrededor, y luego se agachó para recoger la tela y el cabello. El cabello realmente era del mismo color que el suyo, pero era más suave, como el de un bebé. Irina lo miró con ojos temblorosos, luego enrolló la tela y volvió a su habitación.


Esa noche.

El mensajero llegó a la capital y transmitió la orden de Jasper al Marqués Karl, quien hizo los arreglos para rescatar al Vizconde Vilturi de la mansión abandonada.

Se dejó en manos de la Guardia Imperial del Emperador el confinamiento de Jacob en su casa. Era difícil controlar a Jacob por pura fuerza física, así que se hizo con la autoridad del Emperador.

Jake le contó a su amigo Emmett lo sucedido con el Vizconde, quien escuchó su historia y lanzó alabanzas. Fueron interrumpidos por una conmoción afuera, y el Marqués Emmett salió a la escalera y observó el vestíbulo de entrada. Los guardias estaban informando a la Duquesa Swan de las órdenes del Emperador. El Marqués Emmett se apresuró a volver a la habitación de Jake.

—La guardia del Emperador está aquí. Te están poniendo bajo arresto domiciliario.

—Ja.

—Tal vez él sabe que amenazaste al Vizconde Vulturi y quiere silenciarte.

Se escuchó el sonido de varias personas subiendo las escaleras.

—No me quedaré aquí. Iré a ver a Isabella y le contaré sobre esto.

El Marqués Emmett abrió la ventana y saltó.


—Su Majestad.

Estaba leyendo el último libro sobre Rwibt dejado por el Gran Duque Warner, cuando la Condesa Angela se acercó y me susurró nerviosamente al oído.

—El Marqués Emmett ha venido a verla.

—¿A esta hora?

Mis ojos se posaron en el reloj. Era muy tarde.

Algo malo está ocurriendo.

Para que el Marqués Emmett viniera a visitarme en este momento, tenía que ser algo serio.

—Déjalo entrar.

Cerré el libro y lo puse en la ventana, luego me levanté para ir al salón. Un momento después, la puerta se abrió y entró el Marqués Emmett con una expresión ominosa.